TEMA 3: ALGUNAS INVESTIGACIONES SOBRE EL JESÚS HISTÓRICO Descarga del Documento I. OBJETIVO Señalar las ideas principales del debate teológico, a propósito de la vida histórica de Jesús. II. CONTENIDO 1. Introducción La investigación sobre el Jesús histórico, a partir de las fuentes que hemos señalado en el tema anterior, surge ya en el siglo XVIII. En este siglo aparece con fuerza la posibilidad de reconstruir en términos históricos fiables la figura, la actividad y el mensaje de Jesús más allá de cualquier instrucción ‘ideológica’. Nace la sospecha y el interrogante sobre la posibilidad de encontrar la imagen y la intención histórica de Jesús, venerado como Cristo en la fe tradicional cristiana. Hablamos de Hermann Samuel Reimarus. Este representante de la ilustración inicia el proceso de reconstruir la verdadera intención de Jesús: “un revolucionario nacionalista judío, matado por los romanos y de sus discípulos que habiendo robado el cadáver proclamaron su resurrección”. En esta orientación ideológica se sitúan las ‘vidas de Jesús’ que siguieron en el propio siglo XVIII y en el siglo XIX. Cómo no mencionar a: H.E.G. Paulus, Ch. F. Baur, Strauss, B. Bauer, éste último llegó a negar la misma existencia histórica de Jesús. A partir del cuestionamiento que hacen estos autores surge una revalorización de los textos evangélicos como material base en la investigación biográfica de Jesús. Es la postura de H. I. Holtzmann, Von Harnack, J. Weiss. Otros autores fueron más explícitos a la hora de atisbar las dificultades ‘biográficas de Jesús’. Destacan, en esta orientación, A. Schweitzer, W. Wrede y M. Kähler. Estos autores plantean, en términos explícitos el problema de la relación entre el Jesús que buscaban los representantes de la orientación ilustrada o los de otras direcciones metodológicas y el Cristo que se deduce de los textos evangélicos. Este balance de la investigación sobre Jesús plantea el problema de asentar la investigación sobre la base de nuevos instrumentos y de una metodología renovada. La investigación sobre el Jesús histórico siguió, en pleno siglo XX, tanto en los ámbitos católico y protestante con gran envergadura. En el ámbito protestante es preciso mencionar a: M. Dibelius, P. Althaus, H. Conzelmann, J. Jeremías, E. Lohse, E. Fuchs, G. Ebeling, J. M. Robinson. Mientras que el ámbito católico cabe destacar a: A. Wikenhauser, K. H. Schelkle, F. Mussner, R. Schnackenburg, A. Vögtle. En la actualidad preocupa con especial intensidad el contexto de Jesús. Al constatar la limitación de las fuentes disponibles, parece conveniente acercarse a la vida e historia de Jesús desde su contexto geográfico e histórico. Desde esa contextualización señalaremos algunos datos ‘históricos’ sobre nuestro personaje. 2. Historia de la investigación sobre la vida de Jesús En el panorama histórico de las investigaciones sobre la vida de Jesús distinguimos tres búsquedas en cinco fases. 1º Búsqueda (Old quest): La pregunta fundamental de esta primera búsqueda se formula del modo siguiente: ¿Cómo relacionar a Jesús de Nazaret con el anunciado en el kerigma apostólico? (Hay un antagonismo entre el Jesús histórico y el Cristo predicado por la Iglesia). La respuesta no se deja esperar: se produce un antagonismo entre el Jesús histórico y el Jesús predicado por la Iglesia. En esta primera búsqueda distinguimos tres fases de evolución en la respuesta anteriormente indicada: 1º Fase: Impulso de la pregunta crítica por el Jesús histórico Dos autores: 1. H. S. Reimarus1. Con Reimarus comienza el estudio de la vida de Jesús desde perspectivas puramente históricas. Es innovador, sobre todo, el punto de vista metodológico. Reimarus distingue entre la predicación de Jesús y la fe de los apóstoles en Cristo. ‘Yo encuentro razones sólidas para establecer diferencias entre aquello que los apóstoles aportan en sus escritos y lo que Jesús expresó y enseñó realmente en su vida’. Comienza un reconocimiento histórico de que la predicación de Jesús debe entenderse en el contexto de la religión judía de su tiempo. (El Reino que predica Jesús hay que entenderlo en el contexto de la mentalidad judía: ‘Jesús anuncia un reino mundano, el Reino de Cristo o Mesías. Jesús es un personaje profético-apocalíptico judío; el cristianismo en cambio, desgajado del judaísmo, es una creación de los apóstoles. Reimarus explica el contraste entre el mensaje político-mesiánico de Jesús y el anuncio difundido por los apóstoles –un Cristo que redime mediante la pasión, que resucita y que volverá- con la teoría de un engaño consciente. Los discípulos, para no considerarse fracasados robaron el cadáver y proclamaron su resurrección y retorno inminente. 2. La teoría del engaño fue rectificada por un segundo autor crítico: D. F. Strauss2 (1808-1874). Su mérito ha estado en: la aplicación a los Evangelios del concepto de mito, ya corriente en la investigación veterotestamentaria de su tiempo. Strauss considera el enfoque mítico de la tradición de Jesús como una síntesis (en sentido hegeliano) de las interpretaciones insuficientes del sobrenaturalismo por una parte y el racionalismo por otra3. “Cuando los relatos evangélicos neutralizan las leyes naturales, cuando las tradiciones se contradicen entre sí o se difunden en la línea de la historia de las religiones, especialmente cuando se transfieren a Jesús temas del Antiguo Testamento, Strauss ve la presencia del mito, de la ‘saga’ que crea espontáneamente’. No atribuye lo ‘a-histórico’ a un engaño consciente sino a un proceso inconsciente de la imaginación mítica. Para Strauss, hegeliano ilustrado, el núcleo interno de la fe cristiana no queda afectado por la perspectiva mítica. Porque la idea suprema, la idea de la humanidad de Dios, se realiza en el individuo histórico que es Jesús. El mito es el revestimiento ‘histórico’ legítimo de esta idea humana general. Strauss fue pionero también al afirmar que el Evangelio de Juan parte de unas premisas teológicas y es históricamente menos fiable que los sinópticos. 2º Fase: El optimismo en la investigación liberal sobre Jesús. La épcoa del imperio de Guillermo II fue en Alemania el período de eclosión del liberalismo teológico y de la clásica ‘investigación de la vida de Jesús’. Con la reconstrucción histórico-crítica de la personalidad eminente de Jesús y de su historia se esperaba renovar la fe cristiana y dejar atrás el dogma eclesial de Cristo. 1 Reimarus: profesor de lenguas orientales en Hamburgo, fue un precursor literario de la religión racional preconizada por el deísmo inglés. El fundamento histórico-literario de sus ideas se encuentra en Apología o defensa de los adoradores racionales de Dios. Fue Lessing el que publicó algunos fragmentos de este escrito, sin revelar la identidad del autor. 2 Strauss fue discípulo de Baur y Hegel. Publicó una Vida de Jesús. Obra polémica y por la que fue condenado al ostracismo social. 3 El mayor interés que ofrece la interpretación racionalista de la vida de Jesús radica en la explicación ‘racional’ de los milagros de Jesús y de los rasgos maravillosos que aparecen en los Evangelios. Cabe mencionar a H. E. G. Paulus (1789-1851) en este sentido. Con unas consideraciones más o menos ingeniosas, el autor intenta hacer comrprensibles los milagros a la conciencia ‘ilustrada’ (la resurrección, como una muerte aparente; el caminar sobre las aguas, como una visión de los discípulos; etc) y disculpa la exposición de los evangelistas como una concesión al ‘afán milagrero’ de los judíos. Strauss combatió este tipo de interpretación de los milagros con mayor viveza aún que la credulidad ingenua tradicional (sobrenaturalismo). En todas las secciones de su Vida de Jesús contrapone primero ambas corriente, descubre su insuficiencia e intenta luego demostrar que la interpretación mítica resuelve todos los problemas. 2 Esta reconstrucción tiene las características siguientes: o La base metodológica de la investigación liberal en torno a Jesús es el análisis crítico-literario de las fuentes más antiguas. Marcos y la fuente Q fueron considerados como las fuentes más antiguas y fiables para el estudio del Jesús histórico, cuando el primero había estado en la penumbra hasta entonces y la segunda era una reconstrucción de la ciencia. Sobre esta base parecía posible la emancipación de la imagen de Jesús vigente tradicionalmente en las iglesias. o Holtzmann tomó el Evangelio de Marcos el armazón de la vida de Jesús. Consideró Mc 8 (De la multiplicación de los panes y las condiciones para seguir a Jesús a la transfiguración) como un punto de inflexión en su evolución biográfica: en Galilea emergió la conciencia mesiánica de Jesús, que en Cesarea de Filipo se dio a conocer a los discípulos como mesías. Holtzmann intenta recoger las palabras auténticas de Jesús, reconstruidas a partir de la fuente de los logia. o La idea apriorística de un desarrollo de la personalidad de Jesús reflejado en las fuentes, junto con un agudo análisis crítico-literario, dio origen a las ‘vidas de Jesús’ de signo liberal, que pretenden encontrar en las fuentes el ideal de personalidad de sus propios autores. 3º Fase: Colapso en la investigación de la vida de Jesús. 1. (Es la fase terminal del liberalismo teológico que surge a principios del siglo XX). Tres hallazgos científicos pusieron al colapso la teología de la vida de Jesús. A. Schweitzer, en su obra, Investigaciones sobre la vida de Jesús, reveló el carácter proyectivo de las imágenes que ofrecían las vidas de Jesús. Mostró que cada una de las imágenes liberales de Jesús reflejaba exactamente aquella estructura de personalidad que su autor consideraba como el ideal ético supremo. W. Wrede, puso de manifiesto el carácter tendencioso de la fuente más antigua que se conserva para la vida de Jesús. El Evangelio de Marcos es expresión de una dogmática comunitaria. La tradición de Marcos proyecta, en la vida de Jesús, la mesianidad que le fue atribuida después de Pascua. Pero la vida de Jesús no había tenido nada de mesiánica. Esta proyeccón hace muy difícil distinguir entre la historia de Jesús y la imagen pospascual de Cristo. K. L. Schmidt, puso de relieve el carácter fragmentario de los evangelios, señalando que la tradición jesuática consta de ‘pequeñas unidades’ y que el marco (cronológico y geográfico) de la historia de Jesús fue creando secundariamente por el evangelista Marcos. Con ello quedaba excluída la posibilidad de inferir un desarrollo de la personalidad de Jesús a partir del orden sucesivo de las perícopas. EL CARÁCTER KERIGMÁTICO DE LA TRADICIÓN SOBRE JESÚS DETERMINA HASTA LA MÁS PEQUEÑA PERÍCOPA. 2. Por motivos teológicos, unos asumieron el escepticismo generado por estos hallazgos, y otros lo extremaron aún más en una línea programática; éste fue el caso de R. Bultmann (1884-1976), el exegeta más relevante de la teología dialéctica, corriente que tuvo su período de floración desde 1919 a 1968. La teología dialéctica contrapone Dios y mundo tan radicalmente que sólo se tocan en un punto, como la tangente y el círculo: el hecho de la venida de Jesús y el hecho de su ida en la cruz y en la resurrección. No es decisivo lo que Jesús dijo e hizo, sino lo que Dios hizo y dijo en la cruz y la resurrección. El mensaje de esta iniciativa de Dios, el kerigma neotestamentario, no tiene por objeto al Jesús histórico sino el Cristo kerigmático. Según la filosofía existencialista, el ser humano cobra su ‘autenticidad’ en la decisión, y ésta no se basa en argumentos objetivables (como es la ciencia histórica). Para un existencialista cristiano, ese acto decisorio consiste en la respuesta a la llamada que Dios hace en el kerigma de la cruz y la resurrección de Cristo; el hombre responde muriendo y viviendo existencialmente con Cristo. Los dos esquemas teológicos más acabados que ofrece el Nuevo Testamento mestran escaso interés por el Jesús histórico. En 2 Cor 5, 16: ‘Así que, en adelante, ya no conocemos a nadie según la carne y si conocimos a Cristo, según la carne ya no lo conocemos así’. Pablo resta importancia teológica al hecho de haber conocido o no a Cristo en su vida mortal. En el Evangelio de Juan, el revelador revela únicamente que él es el Revelador. Ambos esquemas desarrollan el kerigma, es decir, una fe pospascual que a la luz de la cruz y la resurrección borró la memoria prepascual. La investigación basada en la historia de las religiones puso en claro que Jesús pertenecía teológicamente al judaísmo y que el cristianismo sólo comienza con la pascua. 3 BULTMANN SACO LA CONCLUSIÓN: LA ENSEÑANZA DE JESÚS NO ES RELEVANTE PARA UNA TEOLOGÍA CRISTIANA. RECONOCIÓ SIN EMBARGO, QUE LA CRISTOLOGÍA POSPASCUAL QUEDA ‘IMPLÍCITAMENTE’ SUGERIDA EN LA LLAMADA PREPASCUAL AL ACTO DECISORIO. ESTE FUE EL PUNTO DE PARTIDA PARA QUE SUS DISÍPULOS FORMULARAN LA PREGUNTA POR EL JESÚS HISTÓRICO DESDE NUEVOS SUPUESTOS. 2º Búsqueda del Jesús histórico: ‘The second quest’ 4º Fase: La ‘nueva pregunta’ por el Jesús histórico La pregunta fundamental de la denominada 2º búsqueda del Jesús histórico queda formulada así: ¿Podemos buscar algún respaldo del Cristo kerigmático en la predicación prepascual de Jesús? ¿La condición divina de Jesús, manifestada en la Cruz y en la Resurrección, tiene algún respaldo en la predicación prepascual de Jesús. A lo que, desde esta segunda búsqueda, se responde: es posible encontrar un mínimo de tradición jesuática. El propio Kerigma cristológico obliga a ‘repreguntar por el Jesús histórico’, ya que remite a un personaje terreno (frente a los grupos entusiásticos) y lo presenta como tal en los evangelios. La identidad entre el Jesús terreno y el Cristo exaltado es algo que los escritos del cristianismo primitivo dan por supuesto. La base metodológica de la ‘repregunta por el Jesús histórico’ es la confianza en la posibilidad de encontrar un mínimo de tradición jesuática ‘auténtica’ garantizado críticamente, una vez descartado todo lo que puede derivarse del judaísmo y del cristianismo primitivo. Nuevo método: En lugar de la construcción crítico-literaria de las fuentes más antiguas, practicada por la ‘investigación de la vida de Jesús’ en la teología liberal, aparece un método comparativo basado en la historia de las religiones y de las tradiciones: el ‘criterio de la diferencia’. La búsqueda de un apoyo prepascual para el kerigma de Cristo es independiente de que Jesús hubiera usado o no títulos cristológicos (como Hijo del hombre, Mesías o Hijo de Dios). Estos títulos se hallan contenidos más bien implícitamente en su conducta y su predicación. La intención teológica de descubrir germinalmente el kerigma de Cristo en la predicación de Jesús llevó forzosamente, en unión con el criterio de la diferencia, a descubrir en Jesús un personaje que contrasta con el judaísmo. 3º Búsqueda del Jesús histórico: ‘The third quest’ 5º Fase: Aproximación científica a la realidad histórica de Jesús La tercera búsquda de Jesús se plantea la pregunta siguiente: ¿Cuál es la realidad histórico-social de Jesús? Su respuesta parte de este convencimiento: podemos recomponer la figura histórica de Jesús conociendo a fondo el contexto socio-histórico. El interés fundamental de esta tercera búsqueda no está en lo teológico, sino en la dimensión histórica y social de Jesús. Se busca la inserción en el judaísmo del propio Jesús y de los primeros cristianos. La aparición y destino de Jesús vienen a condensar las tensiones carcaterísticas de la sociedad judía del siglo I d. C. Entre el círculo jesuático prepascual y el cristianismo pospascual hay una continuidad en el aspecto social. La inserción en el judaísmo: Jesús es fundador de un ‘movimiento de renovación judía’ cuya insistencia en la torá y en la escatología se corresponde formalmente con otros movimientos ‘teocráticos’ radicales. La predicación de Jesús es, en su contenido, una escatología restauradora: persigue la rehabilitación del pueblo judío. Entre Jesús y el Cristo kerigmático hay también una notable continuidad teológica, ya que la majestad de Jesús después de pascua se articuló sobre un modelo de interpretación judeo-bíblico. La consideración de las fuentes no canónicas. Van ganando relevancia la fuente de los Logia, reconstruida desde las fuentes canónicas, y el evangelio de Tomás hallado en torno a 1945, éste por su presunta independencia de los evangelios sinópticos. 4 La investigación se ha ido ramificando dentro de esta tercera búsqueda en diversas corrientes. Hay un doble factor de diferenciación: o La vuelta a una imagen no escatológica de Jesús, donde éste se convierte en exponente de una sabiduría paradójica de la vida, afectando por el cinismo: Jesús es un cínico judío que, bajo influencias helenísticas, se sitúa en el margen del judaísmo. (B. L. Mack; J. D. Crossan). Según Theissen, este Jesús no escatológico parece tener más sentido californiano que Galileo. o Encontramos, por otra parte, la tendencia que interpreta Jesús, como en la investigación anterior, a la luz de su escatología y lo sitúa en el centro del judaísmo, cuya restauración esperaba (E. P. Sanders). o Pero todas estas corrientes tienen en común el haber desligado la investigación de Jesús del criterio de la diferencia como fundamento metodológico y tender a un criterio de plausibilidad histórica: lo que es plausible en el contexto judío y permite comprender la génesis del cristianismo primitivo, puede ser histórico. 3. Principales características de la ‘tercera búsqueda’ (La búsqueda más reciente) Preocupación por situar a Jesús en su contexto socio-histórico. Han resultado de una gran importancia para conocer mejor la situación histórica y social del tiempo de Jesús las investigaciones arqueológicas en Palestina e Israel, que están en pleno auge. Estas investigaciones nos han dado un conocimiento mucho mejor de Jerusalén y Galilea. (Conocemos hoy que Galilea era una región judía, pero con un judaísmo particular, diferente al jerosolimitano (el desarrollado en torno a Jerusalén y el Templo), una región no aislada sino abierta a un importante influjo helenista.; que avanzaba en Galilea el proceso de urbanización, lo que creaba tensiones graves con el modo tradicional de vida. Estos estudios conocen en tal desarrollo y tienen tal importancia que se ha llegado a decir que la tercera búsqueda del Jesús de la historia tiende a convertirse en la búsqueda de la Galilea de la historia. El documento más fidedigno ya no es tanto Marcos como la fuente Q, un hipotético documento literario utilizado por Mateo y Lucas y que constaba probablemente sólo de palabras de Jesús. Se recurre, además, mucho a la literatura apócrifa tanto judía como cristiana. A los Targums y a los documentos Nag Hammadi. Adquiere especial relevancia el Evangelio de Tomás. Los actuales estudios sobre Jesús se realizan, en buena medida, desde una perspectiva interdiciplinar. Se recurre, sobre todo, a las ciencias sociales, concretamente a la sociología y a la antropología cultural. La antropología mediterránea del siglo I proporcionó datos y modelos de gran interés: las categorías honor-vergüenza, personalidad-diádica, patronazgo-clientelismo, los conocimientos sobre la familia del tiempo , sobre el parentesco, sobre las medicinas étnicas y sobre las normas de pureza, la relación entre control del cuero personal y actitud ante la sociedad. La ciencia sociológica nos ayuda a superar nuestro etnocentrismo y anacronismo a la hora de interpretar los evangelios. Las preocupaciones teológicas están mucho menos presentes que en épocas anteriores, lo que no quiere decir que no exista presupuestos e incluso prejuicios. No se plantea el problema de las relaciones entre el Jesús de la historia y el Cristo de la fe, y las investigaciones no se realizan en instituciones teológicas sino profanas. Existen, en esta tercera búsqueda varias iniciativas institucionalizadas para la investigación sobre el Jesús histórico. Ha alcanzado especial notoriedad el Jesus Seminar que se reune periódicamente y cuyas conclusiones suelen encontrar un gran eco en la opinión pública. Está compuesto por más de setenta biblistas e investigadores norteamericanos, que se han propuesto la tarea de establecer rigurosamente los dichos y hechos del Jesús histórico. Han publicado una obra programática: The Five Gospels, así titulada porque presentan una traducción de los cuatro evangelios canónicos y del apócrifo Evangelio de Tomás. Todos los dichos atribuidos a Jesús en estos cinco evangelios está coloreados según el grado de historicidad que se les atribuye. 4. Contexto histórico-geográfico de la época de Jesús Cuando queremos acercarnos a la historia de Jesús o a la reconstrucción histórica de Jesús no tenemos más remedio que apoyarnos en los pocos datos históricos que tenemos. Esos datos son, no obstante suficientes, 5 para delimitar el contexto histórico y geográfico de Jesús. Esta delimitación nos ofrecerá sugerencias muy importantes para comprender la realidad histórica de Jesús que, desde las diversas ciencias, se intenta ‘recomponer’ como hipótesis científicas. Por esta razón vamos a señalar en este apartado, en primer lugar, los pocos datos históricos de que disponemos. En segundo lugar ofrecemos algunas pautas históricas y geográficas de la época en la que situamos a Jesús. (a). En cuanto a su nacimiento y muerte Nacimiento: Siendo Augusto emperador romano, muerto hacia el año 14 d. C. Ejerciendo Herodes el Grande su reinado de Palestina, muerto hacia el 4 a. C4. Muerte: Siendo Tiberio emperador romano, muerto hacia el año 34 d.C. Ejerciendo Poncio Pilato de gobernador romano de Judea y Samaría. Heredando Herodes Antipas la tetrarquía de Galilea y Perea. Representando el poder religioso Anás y Caifás. (b). En cuanto a su contexto histórico y geográfico 1. Ámbito geográfico. El ámbito geográfico en el que se desarrolla la cultura judía tiene lugar al lado del Mediterráneo. Estamos hablando de una cultura mediterránea. Las fronteras políticas del actual Estado de Israel no se corresponden exactamente con las fronteras naturales de lo que se ha denominado Palestina, ni se corresponden con total exactitud al tiempo de Jesús. No obstante, las principales regiones y ciudades de Palestina que recorre Jesús, según nos hablan los Evangelios, están en la franja del Mediterráneo5. En la época de Jesús, Palestina estaba dividida en tres tetrarquías (Esta división tiene lugar desde la muerte de Herodes el Grande, hacia el año 4 a. C. hasta el año 41 d. C. Esta es la división que conoce Jesús): Galilea y Perea: Tetrarquía de Herodes Antipas. Judea e Idumea: Tetrarquía de Arquelao (Hacia el año 6 d.C.). Arquelao fue deportado y su tetrarquia pasó a ser prefectura o provincia romana, siendo Poncio Pilato su procurador. Gaulanítide: Tetrarquia de Herodes Filipo. Entre Galilea (Norte) y Judea (Sur), se encontraba la región de Samaría. En ella habitaban los samaritanos. Estos eran una mezcla de tribus judías y no judías traídas a esta tierra durante el exilio de Israel a Asiria (año 780 a. C.), que adoptaron la ley judía sin ser propiamente judíos o de raza judía. Como lugares geográficos importantes, además de las ciudades de Nazaret, Jericó, Belén, Jerusalén, ... cabe destacar: El Mar de Galilea o Lago de Tiberíades: se encuentra en la región de Galilea (Norte del País). Galilea hace frontera con el Líbano y con Siria. La mayor parte de la vida pública de Jesús tuvo lugar en Hoy en día la investigación histórica de Jesús se decanta por pensar que nació hacia el año 6 a. C., probablemente en Nazaret (Galilea) y no en Belén (Donde lo sitúan los evangelistas, quizás movidos más por consideraciones religiosas y culturales que por consideraciones biográficas). Los historiadores dividieron la historia antes y después de Cristo, situando el nacimiento de Cristo en el año 0. Este esquema responde al monje romano del S. VI Dionisio el Exiguo, pero utilizando un cálculo erróneo o que en todo caso luego resultó falso. 5 En la actualidad Israel hace frontera con Líbano, hacia el Norte; Siria, hacia el Noreste; Jordania, hacia el Este y Egipto hacia el Sur. La comunicación con Arabia Saudí tiene lugar por medio del Golfo de Eliat. 4 6 Galilea, en las poblaciones de Cafarnaún, Corazoín, Betsaida, .... eran pequeñas poblaciones en torno al lago. También destacan en esta región las ciudades de Caná y Nazaret. El Mar Muerto: se encuentra en la región de Judea (al Sur). Gran parte de esta parte Palestina es zona de desierto. Destacan las ciudades de Jerusalén y Belén. Hace frontera con Jordania. 2. Ámbito histórico. El nacimiento de Jesús tiene lugar durante el período de dominación romana sobre Palestina. Nos situamos, por tanto, ante una situación política de dominación. Una de las tácticas de dominación romana, que conviene tener en cuenta, sobre los pueblos conquistados consistía en respetar sus costumbres, lengua y religión. En el caso de Palestina, esto permitía mantener a sus propios reyes o gobernadores en lo político y religioso. Así lo ponen de manifiesto los siguientes testimonios históricos: Josefo, historiador judío de la época, alude con frecuencia al decreto del César: Así, Augusto habría declarado: “Puesto que se ha observado que el pueblo judío está animado de buenos sentimientos con el pueblo romano, no sólo en el momento actual, sino también en el pasado y sobre todo bajo mi padre, el emperador César, he decidido que los judíos puedan observar sus costumbres conforme a la ley de sus antepasados, tal como lo hacían en tiempos de Hircano...; que sus contribuciones sagradas sean inviolables y enviadas a Jerusalén para ser entregadas a los recaudadores de aquella ciudad; que no se les obligue a presentarse ante el tribunal en día de sábado... Si se sorprende a alguien en flagrante delito de robo de sus libros sagrados o de su dinero sagrado, sea considerado como un ladrón sacrílego”. EL general romano Dola bella dice de su parte: “Concedo a los judíos, como hicieron mis predecesores, la exención del servicio militar y les autorizo a observar sus costumbres nacionales, así como a reunirse para celebrar su culto y sus ceremonias, tal como prescribe su ley”. Esta misma tónica es la que sigue un procónsul, gobernador romano, escribiendo a los habitantes de Paros, que intentan obligar a los judíos a las prácticas comunes: “Cuando Cayo César prohibió por edicto la formación de asociaciones en Roma, los judíos fueron los únicos que quedaron exceptuados. Por eso, yo también, al prohibir todas las demás asociaciones, autorizo a los judíos solos a vivir según sus costumbres y leyes nacionales y a reunirse en los banquetes”. Prof. Jesús Díaz Sariego Nota: © Orden de Predicadores – PP. Dominicos Se permite la reproducción citando autor y procedencia 7