DE HISTORIA NATUBAX. 245 kilómetros próximamente de esta última, aparecieron á ambos lados de las trincheras entonces abiertas grandes masas (bancos) de yesos, pertenecientes al parecer al terreno triásico, representado allí por numerosas y variadas margas y arcillas yesíferas, análogas á las que rodean la base del cerro Cotoñite, parcialmente ofítico, á tres ó cuatro kilómetros de Orejo y en las inmediaciones de Anaz, camino de Liérganes. No puede observarse representante alguno del terreno jurásico en toda la zona de Solares á Liérg'anes, ni de Solares hacia Santander, pasando por Orejo, pareciendo evidente que del contacto del trias, cuyas margas aparecen al lado mismo del Establecimiento balneario, con el cretáceo, dominante en la mencionada zona, surgen ó emergen los hermosos y abundantes m a nantiales termo-minerales de Solares, analizados por mí en años anteriores. Los yesos de Orejo son curiosos por las substancias diversas que contienen y por sus coloraciones y estructuras variadas. En efecto, unos son fibrosos, limpios, nacarados y translúcidos, sin mezcla de materias extrañas á su composición normal; al lado de éstos hay masas hialinas, de cristales indistintos, translúcidas y también muy puras. A pocos pasos cambia por completo el aspecto de los yesos, y la arcilla revela su presencia por el aliento y por la coloración de las masas, que son ya blanco grises ó grises matizadas de amarillento ó de rojizo. Estos yesos, de aspecto margoso, presentan pequeñas vetas ó algunas bolsas de otros yesos blancos, constituidos por infinidad de cristales pequeños, muy puros, separables mediante una presión poco intensa, convirtiendo la masa de cristales, poco coherentes entre sí, en una especie de arena, de la que cada grano es un individuo cristalino perfectamente definible. Otras masas iguales á estas encierran en su seno gran número de cristales combinados, amarillentos, que al destacar su color sobre el blanco de la masa envolvente da al conjunto un aspecto algo aporfidado. Hay yesos arcillosos más consistentes que los anteriores, cuajados de pequeños jacintos de Compostela, y otros, sin arcilla, conteniendo numerosos cristalitos blancos, exagonales y apuntados, de cuarzo; otros, en fin, de largas fibras y arcillosos, entre los que aparecen de trecho en trecho trocitos irregulares, gris-obscuros, de dolomía criptocristalina al parecer.