JUAN SEBASTIÁN BACH. Los Conciertos de Brandenburgo Recuerdo, con nostalgia y lejanía ya, los años setenta y las grabaciones de JS Bach de estos acreditados y distinguidos conciertos bajo la vetusta -cuando no rancia- batuta de Ritcher. Este germano director se constituyó como toda una institución bajo los auspicios de la formidable publicidad y convocatoria de masas que suponía en aquel entonces el poderoso sello “amarillo” alemán (DGG). Lo cierto es que nunca fui capaz de penetrar en la magia del maravilloso mundo bachiano hasta que, de pronto, se hizo, al menos para mí, la luz con las primeras interpretaciones de Nikolaus Harnoncourt con su famoso conjunto utilizando instrumentos originales de la época del compositor. Aquello supuso una adicción a la música del músico de Eisenach y una nueva visión de sus partituras clara y manifiestamente. Durante un tiempo la hipnosis de los contrapuntos y armonías de Bach me poseyeron. Fueron años felices, por motivos variados y entre estas razones la sorprendente música de Juan Sebastián me acompañó con su magia y hechizo. Cabe señalar que la aparición de Harnoncourt, junto con compañeros de faena como Leonhart, fue arrolladora, entre otras razones debido al ímpetu y arrebato del director alemán. Hombre de concepciones drásticas y radicales impuso un nuevo criterio en la noción y significado de la música barroca, pero su extremista visión imponía, siempre bajo mi punto de vista, una visión un tanto exacerbada y una chispa encolerizada de los soberbios pentagramas de JS Bach. Han transcurrido ya treinta largos años. La escuela abierta por Harnoncourt nos ha brindado numerosos seguidores, menos radicales, que nos han ofrecido una versión -de nuevo a mi juicio- más acertada de la situación estilística e interpretativa. Cabe añadir, no obstante, que Nikolaus siempre estará en mi corazón y jamás me desprenderé de los numerosos discos que conforman mi discoteca personal. Discípulos de esta escuela, ya imparable y hoy indiscutible, se nos presenta la agrupación Orquesta de cámara de Stuttgar que nos brinda estos excelentes discos bajo los auspicios del sello Tacet. Preciosa grabación, con una magnífica toma de sonido y una pasmosa naturalidad en los registros, como es habitual en la discográfica alemana. Cabe apuntar que las grabaciones realizadas por Tacet cuentan con sus devotos seguidores que saben y conoces de las virtudes de la excelencia de sus producciones desde el punto de vista “audiófilo” al tiempo que melómano. Solo cabe añadir que nos encontramos ante unos discos que podríamos calificar, sin más ambages, de perfectos. Excelente la grabación y toma sonido. Magnífica y muy equilibrada la interpretación de la agrupación de Stuttgar. Una vez más nos encontramos ante una nueva joya que aparece bajo el sello Tacet imprescindible tanto para el aficionado melómano que se deleita con un fascinante y cautivador Bach como para el audiófilo que admira los mejores registros capaces de ser producidos por la tecnología actual, siempre y es preciso recalcarlo,en clave analógica. Lyric Audio Elite (junio 2010)