Ministerio de Asuntos Exteriores de Dinamarca Datos sobre Dinamarca Fiesta de la Ópera en el parque Søndermarken (2001). Más de 100.000 personas acuden cada año a los conciertos al aire libre que el Teatro Real organiza en los parques de Søndermarken y Skamlingsbanken. Foto: Martin Mydtskov Rønne. ABRIL 2002 MÚSICA CLÁSICA A lo largo de los últimos años se viene hablando de una nueva edad de oro de la música clásica danesa. La primera Edad de Oro, que supuso el verdadero florecimiento de la música y la vida musical de Dinamarca, se sitúa en la primera mitad del siglo XIX, mientras que esta segunda tiene su arranque en la década de los noventa. Hoy en día se compone y se representa una enorme cantidad de piezas y se estrena un promedio de 300 obras anuales. Es digno de mención el incremento de la productividad en lo que a obras escénicas se refiere, un terreno claramente dominado por la ópera de cámara. Además, en el año 2000 tuvo lugar en el Teatro Real la primera representación en treinta años de una nueva ópera de larga duración, El cuento de la criada de Poul Ruders (1949- ), un gran éxito que tiene programadas varias representaciones en el extranjero. La música antes del siglo XX Hasta el siglo XX, y salvo contadas excepciones, la música clásica danesa estuvo a cargo de compositores extranjeros al servicio de la corte. Dos de los primeros compositores daneses fueron Mogens Pedersøn (aprox. 1583-1623) y Diderich Buxtehude (1637-1707). A Buxtehude, incluido entre los compositores daneses a pesar de su origen alemán, se le considera a menudo uno de los más grandes maestros de la música para órgano anteriores a J.S. Bach. Compositores alemanes en Dinamarca Hasta mediados del siglo XIX los compositores que marcaron la pauta musical en Dinamarca procedían de Alemania; entre ellos cabe destacar a J.A.P. Schulz (17471800), que trabajó sobre todo para difundir las canciones populares, F.L.Æ. Kunzen (1761-1817), C.E.F. Weyse (17741842) y F.D.R. Kuhlau (1786-1832). La importancia de Schulz y Kunzen radica, ante todo, en su papel al frente de la orquesta del Teatro Real, que supuso la presentación ante el público de Copenhague de un repertorio europeo de alta calidad. Weyse y Kuhlau contribuyeron de manera decisiva a la formación del repertorio de música para orquesta y de cámara, y también a la del repertorio más popular, Weyse con cantos profanos y litúrgicos y Kuhlau con música de cámara que también estaba al alcance de músicos aficionados. La primera Edad de Oro Dinamarca tendría que esperar a la siguiente generación, que incluye a J.P.E. Hartmann (1805-1900), H.C. Lumbye (1810-1874) y Niels W. Gade (18171890), para contar con una serie de compositores de nacionalidad propia. Con ellos se sentaron las bases de lo que sería el auténtico tono danés, una evolución de la labor de sus predecesores alemanes. Hartmann goza de una posición privi- legiada en la primera Edad de Oro. Además de ser autor de varias obras para orquesta y música para teatro, contribuyó a enriquecer el repertorio del cancionero danés y las obras para piano. Lumbye fue el primer director musical del Tívoli, el parque de atracciones de Copenhague, cuando abrió sus puertas en 1843. El Tívoli constituyó para él una plataforma desde la que difundir un gran repertorio nacional e internacional del que formaban parte, por ejemplo, sus numerosos valses y galops dentro de la tradición de Strauss. Con Gade se completa la primera Edad de Oro. Tras una estancia en el extranjero en la que entró en contacto con figuras como Felix Mendelssohn Bartholdy, Gade participó en la continuación del Círculo Musical (fundado en 1836) con el objeto de difundir y ampliar el conocimiento de la música clásica. En el conservatorio de Copenhague colaboró en la formación de las futuras generaciones, entre las que se encontraban figuras como Carl Nielsen (1865-1931). Carl Nielsen y su época Durante la segunda mitad del siglo XIX la influencia centroeuropea –y, como consecuencia de la derrota bélica de 1864, especialmente la alemana– desapareció de la música danesa. La vida musical inició un proceso de aislamiento en estrecho contacto, eso sí, con el resto de países nórdicos. A ello se debe la orientación nacional e introvertida que dominó durante la primera mitad del siglo XX como reacción frente al tardorromanticismo centroeuropeo. En esta misma línea se pusieron en marcha algunas iniciativas de carácter pedagógico como, por ejemplo, escuelas de piano, etc. Las dos figuras centrales, Carl Nielsen y el compositor religioso Thomas Laub (1852-1927), fueron los principales defensores de una conciencia nacional orientada hacia el lenguaje «puro» de los siglos precedentes, por ejemplo, el renacentista. Carl Nielsen, hijo de un pintor artesano, se crió en una aldea de la isla de Fionia. El ambiente musical en el que creció de niño, y más tarde como músico militar en su juventud, le proporcionó la base necesaria para ingresar en el conservatorio de Copenhague en 1884. Su aportación al cancionero danés fue enorme, y sus seis sinfonías y gran parte del resto de su producción musical han alcanzado proyección internacional. Thomas Laub ha pasado a la historia como uno de los grandes reformadores de la música sacra danesa. Su orientación musical se enfocó hacia la Edad Media y el Renacimiento para, a partir de ahí, crear unos cantos litúrgicos de una hechura totalmente atemporal. Ambos músicos tienen en común su gran empeño por poner límites al lenguaje Salas y compañías de ópera Teatro Real, Copenhague La Otra Ópera, Copenhague Ópera Nacional de Dinamarca, Århus Ópera de Fionia, Odense La Nueva Ópera, Esbjerg Compañía de Ópera del Norte de Jutlandia, Aalborg Principales auditorios y salas de conciertos Sala de Conciertos del Tívoli Sala de Conciertos de Radio Dinamarca Casa de la Música de Aarhus Casa de la Música de Odense Centro de Congresos y Cultura de Aalborg Casa de la Música de Esbjerg 2 cada vez más decadente del Romanticismo, fundamentalmente el tardorromántico, algo que, sin embargo, también supuso la ausencia de auténticas innovaciones en la música danesa durante cien años. La generación posterior a Carl Nielsen Una de las consecuencias de esta tendencia fue la falta de comprensión hacia otras manifestaciones musicales. Un compositor como Rued Langgaard (1893-1952), cuya música se caracteriza por la presencia de un particular universo de ideas tardorromántico con arranques extremadamente intuitivos, tuvo dificultades a la hora de abrirse camino en el panorama musical. Langgaard murió sin llegar a ver comprendida su música, aunque en los últimos diez años ha alcanzado el reconocimiento que no llegó a conocer en vida. Los principales compositores que destacaron en la generación que siguió a Carl Nielsen fueron Jørgen Bentzon (18971951), Finn Høffding (1899-1997), Herman D. Koppel (1908-1998), Knudåge Riisager (1897-1974), Niels Viggo Bentzon (1919-2000) y Vagn Holmboe (19091996). Se movieron fundamentalmente en el ámbito de la música de cámara, aunque también se dedicaron a la música para orquesta. Sobre todo Vagn Holmboe ha conquistado un lugar fijo en el repertorio. Su influencia como profesor de la generación de Per Nørgård (1932- ), Ib Nørholm (1931- ) y Pelle Gudmundsen-Holmgreen (1932- ) es clara, tanto musicalmente hablando en las obras que realizaron a partir de los años cincuenta, como desde el punto de vista de la actitud que mantuvieron a lo largo de toda su carrera. Nuevos rumbos: modernismo europeo y reacción Per Nørgård comenzó a componer en la década de los cincuenta. Junto con sus coetáneos Pelle Gudmundsen-Holmgreen e Ib Nørholm tomó el testigo del profesor Vagn Holmboe y de la tradición que era la norma dominante en Dinamarca. Pero los jóvenes compositores, especialmente tras su encuentro con el modernismo centroeuropeo hacia 1959-1960, deseaban romper con aquella línea tradicional que se Músicos y cantantes con proyección internacional Poul Elming (1949- ) – tenor Lars Ulrik Mortensen (1955) – clavicémbalo, director de orquesta Inga Nielsen (1946- ) – soprano Michala Petri (1958- ) – flauta de pico Michael Schønwandt (1953- ) – director de orquesta Bo Boje Skovhus (1962- ) – barítono Nikolaj Znaider (1975- ) – violín había seguido durante 150 años ininterrumpidos. Simultáneamente tuvo lugar una serie de transformaciones que afectaron a la organización de la vida musical, en la que se abrieron paso todo tipo de novedosas ideas y concepciones. Una de estas novedades fue la llegada de nuevas y más intuitivas figuras a los puestos directivos de instituciones esenciales como el Real Conservatorio de Música de Dinamarca, Radio Dinamarca (DR) y el Teatro Real. Se inició con ello una exploración del universo vanguardista del modernismo musical que duraría casi cinco años. La obra acabada fue sustituida por fragmentos y las formas clásicas por el serialismo, la música electrónica, la música aleatoria y los experimentos fluxus. Si antaño todos los compositores seguían un paso uniforme, ahora las diferencias se hacían evidentes a través de las muy distintas corrientes iniciadas por estos tres destacados compositores en la década de los sesenta. Per Nørgård se abrió camino hacia el «serialismo orgánico», que desembocó en la llamada «serie del infinito» a finales de los sesenta y principios de los setenta. Ib Nørholm se decantó por una postura fundamentalmente lírica, mientras que Pelle Gudmundsen-Holmgreen se inclinó por un estilo de mayor rigidez. «La Nueva Simplicidad» Hacia mediados de la década de los sesenta se produjo un brusco cambio de rumbo. El período se caracterizó por una fuerte reacción contra la complejidad de la vanguardia y por eso no tardó en ser bau- Portraits de cinq grands compositeurs danois des XIXe et XXe s. De gauche à droite : Niels Wilhelm Gade, Carl Nielsen, Vagn Holmboe, Per Nørgård et Poul Ruders. Illustrations : Frederiksborgmuseet, Scanpix Nordfoto/Jakob Boserup, Polfoto/Jakob Carlsen. El director de orquesta Michael Schønwandt en el podio, Sala de Conciertos de Radio Dinamarca. Foto: Scanpix Nordfoto/Erik Refner. tizado como la Nueva Simplicidad. El único compositor que nunca ha llegado a abandonar por completo la orientación vanguardista del modernismo europeo es Per Nørgård. Entre los compositores nacidos aproximadamente entre 1910 y 1920, es decir, la generación situada entre Holmboe y Nørgård, hay una serie de figuras que mantuvieron una base tonal neoclásica en su música. A pesar de su elevada calidad artística, tras la tormentosa década de los sesenta, compositores como Jørgen Jersild (1913- ), Svend S. Schultz (1913-1998), Leif Kayser (1919- ) y Leif Thybo (19222001) nunca lograron ocupar un lugar destacado en los programas ni en el panorama musical. Después de los años sesenta Salvo contadas excepciones, a partir de los años sesenta la vida musical danesa se ha caracterizado por una actitud universal en la que los compositores han aceptado y reconocido de común acuerdo una diversidad básica. Desde finales de la década encontramos destacados compositores como Ole Buck (1945- ), que cultiva en muchas de Marianne Rørholm y Aage Haugland en la ópera El cuento de la criada de Poul Ruders (2000), por la que el compositor recibió el premio Cannes Classical Award en 2002. Foto: Martin Mydtskov Rønne. sus obras una expresión formulada con gran rigor, Karl Aage Rasmussen (1947- ), que filosofa en su música sobre la dimensión temporal, y Poul Ruders, uno de los pocos músicos daneses que se ha hecho un nombre en el mundo anglosajón gracias a una música rica en facetas inspirada tanto en la Edad Media como en el minimalismo. Bent Sørensen (1958- ) y Karsten Fundal (1966- ) pertenecen a la generación de compositores surgida a lo largo de la década de los ochenta. Lo más representativo de la música de Bent Sørensen es su carácter de «fin de siécle» del siglo XX que toma la decadencia como punto de partida ideológico y eje de rotación argumental. Karsten Fundal busca la consciencia en la música inspirándose entre otros en el profesor Per Nørgård y en la filosofía oriental, inscribiendo todo ello en un marco de música sin compromiso. Después de los años setenta La década de los setenta se caracterizó por un pesimismo cultural en casi todas las áreas, incluida la música. Hasta finales de los años ochenta y comienzos de los noventa no se empezó a notar un mayor grado de seguridad en los compositores, seguridad que vino, por otra parte, de la mano de los más jóvenes. Estos últimos han crecido en la igualdad de todos los géneros de expresión musical –la música clásica romántica y la del siglo XX, las canciones populares, el pop, el rock, etc.–, concepción que les ha proporcionado una enorme libertad de movimientos. El abanico de los nuevos compositores de la década de los noventa abarca desde jóvenes autodidactas o recién titulados de los conservatorios hasta consolidados músicos de ambientes de jazz y rock. Éstos últimos suelen unirse en pequeños grupos artísticos como, por ejemplo, Skræp (música experimental y electrónica) y Score (una mezcla de jazz de vanguardia y música clásica contemporánea). La segunda Edad de Oro El nuevo ambiente musical danés se encuentra en pleno desarrollo y hoy en día se componen y se interpretan más obras que nunca. Esta tendencia positiva es la culminación de las iniciativas en materia de política cultural que se emprendieron en los años sesenta y setenta. El principal impulso fue la aprobación de la Ley de Música de 1976, la primera en su género de todo el mundo. En ella se prestaba gran atención a la vida musical –y particularmente al ámbito de la música clásica– con objeto de fortalecer y consolidar la música no comercial. Además de los subsidios a los compositores se ofrecen también importantes ayudas económicas a nivel nacional y regional a cinco orquestas sinfónicas, una serie de grupos orquestales regionales, escenarios de ópera de cámara, una orquesta nacional y diversas agrupaciones, coros, músicos aislados, etc. Las ayudas proceden del Ministerio de Cultura y se conceden a través del Consejo Nacional de Música, que distribuye los fondos de acuerdo con la ley. Desde el año 2001 la Secretaría Internacional de Cultura es el agente oficial de Dinamarca en el extranjero. La introvertida actitud nacional y nórdica que imperaba entre los compositores cincuenta años atrás ha quedado reemplazada por una apertura hacia el exterior correspondida con un creciente interés por la música danesa. Aunque la música de Carl Nielsen es la que experimenta un mayor resurgimiento internacional, también compositores daneses contemporáneos como Per Nørgård, Poul Ruders y Bent Sørensen gozan de gran consideración más allá de las fronteras de su país. La ópera Los compositores alemanes que llegaron a Dinamarca durante los siglos XVIII y XIX fueron los primeros en escribir ópera sobre suelo danés, y fue entonces cuando las denominadas piezas cantadas se convirtieron en una parte de la vida musical. Algunos de los tesoros nacionales que se conservan son Holger Danske (1789), de Kunzen, El bebedizo (1809), de Weyse, y El castillo de los bandidos (1814), de Kuhlau. La ópera de gran elaboración efectuó su entrada con obras como La pequeña Kirsten (1846), de Hartmann, y El rey y el condestable (1878), de Peter Heise (1830-1879). 3 Música clásica Datos sobre Dinamarca. Publicado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Dinamarca. Dirección: Asiatisk Plads 2, DK-1448 Copenhague K, Dinamarca. Teléfono: (+45) 3392 0000. Fax: (+45) 3254 0533. Correo electrónico: um@um.dk. Internet: www.um.dk Edición: Flemming Axmark. A lo largo de la historia pocas óperas danesas han tenido tan buena acogida como para abrirse camino hasta el repertorio. Entre ellas se encuentran dos obras de Carl Nielsen, Saúl y David (1902) y Mascarada (1906). Hakon Børresen (18761954) destacó con El invitado regio (1919) y Kaddara (1921). En la segunda mitad del siglo XX Nørgård y las nuevas generaciones han sido los principales focos de atención. Entre las obras de Nørgård cabe destacar Gilgamesh (1973), El divino Tívoli (1983), Siddharta (1983) y Nuits des hommes (1996). Durante los últimos años el género de la ópera de cámara ha experimentado un desarrollo vertiginoso, sobre todo tras la inauguración en 1994 de una sala experimental en Copenhague, La Otra Ópera. Una larga serie de compositores actuales han creado una o más obras para la escena, y algunos como Karl Aage Rasmussen, John Frandsen (1956- ), Andy Pape (1955-) y Lars Klit (1965- ) han brillado en este género. Tras el éxito de El cuento de la criada (2000), basada en la novela de Margaret Atwood, Poul Ruders ha recibido el encargo de escribir otra obra para la escena nacional con motivo de la inauguración de una nueva Ópera en Copenhague que se espera tenga lugar en el año 2005. Compañías de ópera El Teatro Real se creó en 1748 por iniciativa de Frederik V, y hasta la aparición de la Ópera Nacional de Dinamarca en 1947 fue la única Ópera de Dinamarca. En el edificio tienen cabida las artes del teatro, el ballet y la ópera, y se forma también a gran parte de su personal en las escuelas de interpretación y ballet y en la academia de ópera. El repertorio del género operístico se centra en las obras clásicas internacionales del Clasicismo y el Romanticismo, aunque en los programas también hay un lugar para la modernidad. La Ópera Nacional tiene su sede en Århus al tiempo que realiza giras por todo el país. A nivel internacional ha destacado entre otras cosas por haber representado en dos ocasiones el ciclo de Wagner El anillo del nibelungo. 4 Traducción: Blanca Ortiz. Diseño: Ole Jensen - ojdesign. Se autoriza la reproducción del texto con o sin indicación de la fuente. Publicado: Abril 2002. ISBN 87-7265-898-3 A lo largo de los últimos veinte años han surgido varias compañías de ópera, la mayoría de ellas centradas en la ópera de cámara moderna. Además de La Otra Ópera, los principales impulsores del género en Dinamarca –y responsables de que la ópera de cámara danesa haya traspasado las fronteras de su país– han sido las Jornadas Musicales de Lerchenborg, el Teatro Musical Undergrunden (cerca de Copenhague), la Ópera de Verano de Aarhus y Holland House (Copenhague). Las instituciones y la vida musical Dinamarca cuenta con cinco conservatorios que imparten tanto una formación clásica como rítmica. Los conservatorios están situados en Copenhague, Århus, Aalborg, Odense y Esbjerg; el Real Conservatorio de Música de Copenhague, fundado en 1867, es el mayor y el más antiguo. También en Copenhague se encuentra el Conservatorio de Música Rítmica, que sólo forma alumnos dentro del ámbito del jazz, el rock y géneros similares. En Dinamarca hay varias grandes orquestas profesionales. Radio Dinamarca cuenta con dos, la Orquesta Sinfónica de la Radio y la Orquesta de Música Ligera de la Radio; el Teatro Real dispone de la Capilla Real; y existen además cinco orquestas sinfónicas regionales en Selandia, Fionia, el sur, el este y el norte de Jutlandia. Además de las orquestas sinfónicas hay varias orquestas más pequeñas subvencionadas por el Estado repartidas por las diferentes regiones del país. El tesoro cantado de Dinamarca En Dinamarca existe una tradición de canciones populares tan rica y excepcional que se habla de un «tesoro cantado de Dinamarca». Tiene su origen en la tradición de las baladas, que se remontan al siglo XIII. La llegada de la música a los hogares burgueses en el siglo XIX supuso el florecimiento de la tradición junto con el del movimiento de las escuelas superiores y la instrucción popular. Un elemento de gran importancia en esta evolución fue la ley de enseñanza obligatoria de 1814, que sentó las bases para la divulgación popular de estas canciones a una sola voz y en lengua vernácula como parte integrada en la educación. Las extraordinarias melodías de Carl Nielsen y sus contemporáneos han contribuido a hacer llegar esa tradición hasta el siglo XX. Dinamarca tiene dos himnos nacionales. La pieza El rey Christian ante el alto mástil se utiliza en actos oficiales que cuentan con representación de la Casa Real. Existen algunas dudas acerca del origen de la melodía. El texto lo escribió Johannes Ewald para la pieza cantada Los pescadores (1780), cuya música era de Johann Ernst Hartmann (1726-1793). La melodía que se emplea hoy en día ha sido atribuida a D.L. Rogert y debe su versión definitiva a Kuhlau. Forma parte de la obra La colina de los elfos (1828). Hay un país lleno de encanto se utiliza en acontecimientos deportivos y otros actos similares. El texto es de Adam Oehlenschläger (escrito hacia 1819), de estilo romántico nacional, y la música la compuso H.E. Krøyer (1798-1879) en torno al año 1835. Klaus Lynbech Redactor, mag.art. Información adicional Ministerio de Cultura Nybrogade 2 Postboks 2140 DK-1015 Copenhague K (+45) 3392 3370 www.kum.dk kum@kum.dk Centro de Documentación de la Música Danesa (MIC) Gråbrødre Torv 16 DK-1154 Copenhague K (+45) 3311 2066 www.mic.dk mic@mic.dk Red de Cultura de Dinamarca Christians Brygge 3 DK-1219 Copenhague K (+45) 3313 5088 www.culturenet-denmark.dk kulturnet@www.kulturnet.dk