el liderazgo según tolkien

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EL LIDERAZGO SEGÚN TOLKIEN
El señor de los Anillos,
lecciones de liderazgo y poder
Autor: Luis Del Prado
1
ABSTRACT
La Comunidad del Anillo que se forma en el Concilio de Elrond es una
metáfora acerca del potencial y de los obstáculos que enfrenta un equipo
cuando –como suele ser el caso- prevalecen, entre sus miembros, la
diversidad, las historias mutuas de peleas y recelos, y las ambiciones y
tentaciones personales. Tolkien ilustra cómo funcionan los prejuicios y lo
difícil que resulta alcanzar la complementariedad y la sinergia.
El poder del Anillo, o el poder –a secas-, atrae a todos. Gandalf, Aragorn, Sam
y Bilbo se deslumbran cuando el Anillo está frente a ellos, y esas debilidades,
a pesar de sus fortalezas remarcables, nos muestran la tremenda dificultad de
la tarea de quien detenta o es tentado por el poder. Aquellos que se
encuentran con el Anillo se ven expuestos a la poderosa tentación de ejercer
poder sobre los demás. El Anillo también es sinónimo de debilidad, ya que
todos los que caen en su tentación, se vuelven esclavos de él.
El autor utiliza los personajes del Señor de los Anillos para expresar su
posición acerca de cómo debería actuar una persona cuando está en una
situación de poder, teniendo en cuenta que, hasta en el corazón más puro
acechan la oscuridad y la debilidad. Tolkien sugiere que la primera forma de
evitar la corrupción del poder es el dominio personal que nos permite seguir
siendo nosotros mismos. Defiende el concepto de libre albedrío en los
procesos de toma de decisiones individuales y nos dice que, cuando nos
enfrentamos a la tentación, todos tenemos la posibilidad de elegir. En la
medida que cada uno acepte su lugar en la vida y permanezca fiel a sí mismo
siempre va a estar presente la posibilidad de resistir. La capacidad de
resistencia proviene directamente del dominio personal, de la conciencia de
los propios valores, fortalezas y debilidades.
Pero, el mensaje más profundo de El Señor de los Anillos consiste en la
exhortación a no dejarse doblegar por la aparente invulnerabilidad del Mal.
Autor: Luis Del Prado
2
El Señor de los Anillos
Lecciones de liderazgo y poder
“Un buen narrador de historias
completa la obra de Dios”
J.R.R. Tolkien
1.
John Ronald RuelenTolkien
John Ronald RuelenTolkien (1892-1973) es
un autor británico, conocido
mundialmente por sus obras de literatura
i
fantástica “El Hobbit” y la trilogía “El
ii iii iv
Señor de los Anillos” , .
Si bien Tolkien nació en Sudáfrica, vivió en
Inglaterra desde los tres años. Allí
desarrolló su pasión por las diferentes
lenguas y comenzó a crear su propio
lenguaje.
Se graduó con honores en Lengua y
Literatura Inglesa en la Universidad de
Oxford y tuvo que servir como soldado en
la Primera Guerra Mundial. Ha comentado
en varias oportunidades que comenzó a
crear una mitología y un mundo
imaginario como un mecanismo para
proteger su salud mental en las trincheras.
Tras la guerra, se dedicó a enseñar en la
Universidad de Oxford y a escribir sus
obras.
Con su obra, Tolkien recupera las
aventuras épicas desarrolladas en
entornos de carácter fantástico, en los que
extrañas criaturas mitológicas conviven
con seres humanos y otras razas de
características peculiares.
Toda su narrativa se desarrolla en un
universo imaginario creado por el mismo, y
al que le dio el nombre de “Tierra Media”.
Este universo es un claro exponente de
una pluma increíblemente fértil y creativa y
sorprende por su riqueza en detalles, su
Autor: Luis Del Prado
magnitud y su realismo, en donde nada
queda librado al azar. Sin embargo, no se
trata de un simple entretenimiento de gran
elaboración, sino de una hermosa historia
que, una vez terminada, deja una profunda
huella en sus lectores.
Se trata de un mundo en el que el
constante enfrentamiento entre el Bien y
el Mal es librado en cruentas batallas y en
el que tanto guerreros como hechiceros
luchan con todo su valor y experiencia por
desequilibrar la balanza para uno de los
dos lados.
En la obra de Tolkien se percibe
claramente una carga moral. Bajo el relato
fluido de las batallas o la detallada
descripción de los más recónditos y bellos
parajes de la Tierra Media, se pueden
visualizar claras posturas morales.
El Señor de los Anillos se ha convertido en
una obra de culto para miles de personas e
incluso objeto de estudio de algunas de
las más famosas universidades del
mundo.
2. La influencia de Platón
Una de las principales influencias de
Tolkien es el diálogo conocido como “La
República”, la más conocida e influyente
obra de Platón y el compendio de las
v
ideas que conforman su filosofía . En este
diálogo, Platón se refiere a la moralidad a
través de uno de los interrogantes
fundamentales: ¿por qué ser moral?
Los participantes del diálogo son: Sócrates
apoyando la vida moral y Glaucon junto
con Adimantus, cumpliendo el rol de
abogados del diablo y apoyando la vida
inmoral.
El gran problema que enfrenta Sócrates es
que la vida inmoral parecería rendir más
beneficios que la vida moral. A primera
vista, la inmoralidad conduce a la riqueza,
al poder y a la fama, mientras que la vida
moral lleva al desamparo, la pobreza y el
abuso.
Como consecuencia de esto, Sócrates se
ve en problemas para defender su
posición contra el argumento convincente
de Glaucón. Este cuenta la historia de
Giges, un pastor que era muy tranquilo y
cordial, hasta que un día encontró un
cuerpo sin vida sobre un caballo.
El cadáver tenía un anillo de oro muy
valioso y el pastor decidió quedarse con él.
3
Lo que no sabía Giges es que ese era un
anillo mágico, que volvía invisible a quien
lo usara.
Esto cambió por completo el
comportamiento del pastor, quien
comenzó a comportarse de manera muy
diferente. Mató al Rey para quedarse con
el trono y casarse con su mujer y cometió
innumerable cantidad de delitos.
Glaucón hace referencia a este mito, para
concluir que incluso un hombre bueno
cometerá eventualmente actos inmorales
en la medida que crea que no será
castigado por dichos actos.
Glaucón afirma que el ideal de moralidad
es un balance entre el poder ilimitado y el
desamparo absoluto, pero fracasa al no
poder producir nada “bueno”.
La respuesta de Glaucón a la pregunta
“¿por qué ser moral?” es que la vida moral
es el camino elegido por los débiles.
En este punto del diálogo, interviene
Platón en apoyo de Sócrates y de la vida
moral. Su argumento es que la vida
inmoral, si bien genera una serie de
recompensas en el corto plazo, conduce
irremediablemente a la corrupción del
alma.
Dicha corrupción se manifiesta a través de
señales inequívocas, tales como la
angustia y la soledad. Es inevitable en este
punto, recordar la maravillosa escena que
Shakespeare nos regala al final de su obra
vi
“Ricardo III”
La noche anterior a una batalla decisiva
para su futuro, Ricardo III es visitado en
sueños por los fantasmas de todas las
personas que asesinó.
Ahora es plena medianoche.
Gotas frías de miedo se asientan
en mi carne temblorosa.
¿A quién temo? ¿A mí mismo? Si no hay
nadie más…
Los siete pecados cometidos
en algún grado, al tribunal acuden
y me acusan: ¡Culpable, eres culpable!
¡Debo desesperar! No hay quien me ame
y, si muero, no hay alma que de mí se
apiade.
¿Por qué habían de apiadarse…si yo mismo
no encuentro en mí, piedad para mí
vii
mismo?
Este es el resultado final de la historia de
Ricardo: cuando está solo, luego de haber
matado a todos los enemigos que se
opusieron entre él y sus objetivos, se
encuentra con la persona más peligrosa
del reino: él mismo. En el momento de su
Autor: Luis Del Prado
última batalla, Ricardo está
completamente solo.
Finalmente, Platón sostiene que la vida
moral conduce a la paz interior y a la
salvación del alma, y esta es una razón
decisiva para que un hombre elija este
modo de vida, incluso sacrificando la
posibilidad de obtener recompensas y
placeres inmediatos.
3. Las grandes cuestiones en El Señor
de los Anillos
3.1.
La diversidad
La Comunidad del Anillo que se forma en
el Concilio de Elrond es una metáfora
acerca del potencial y de los obstáculos
que enfrenta un equipo cuando sus
miembros tienen estilos personales
distintos.
La Comunidad queda constituida por:
•
Gandalf, un mago: los magos son
espíritus poderosos, cuyo aspecto exterior
es el de un hombre anciano con larga
barba blanca y capa. Gandalf cumple el rol
de mentor de Frodo a lo largo de su misión
y es el líder de la Comunidad.
•
Legolas, un elfo: La raza de los
elfos es la más hermosa y la más sabia de
todas. Son inmortales y no envejecen.
Tienen un aspecto similar a los hombres,
pero son más fuertes física y
espiritualmente. No se debilitan con la
edad, solo se convierten en más sabios y
más hermosos. Los rostros élficos emanan
luz y el sonido de sus voces es variado y
sutil.
•
Gimli, un enano: Los enanos son
mineros y artesanos del metal y de la
piedra. Son tenaces, indómitos y
persistentes en el esfuerzo y en el trabajo.
Son valientes en el combate y su voluntad
y orgullo son indoblegables.
Históricamente han sido enemigos de los
elfos.
•
Boromir y Aragorn, dos humanos:
Ambos son nobles guerreros. La corona de
Gondor está vacante hasta que aparezca
algún heredero legítimo. Mientras tanto, el
poder es ejercido por un Guardián o
Senescal, cuyo hijo mayor y heredero es
Boromir. Por su parte, Aragorn es
descendiente de Isildur y posee el derecho
de convertirse en Rey de Gondor. La
tensión entre ambos es evidente, hasta
que finalmente Boromir reconoce el
derecho de Aragorn.
•
Frodo, Sam, Merry y Pippin, cuatro
4
hobbits: De tamaño intermedio entre los
hombres y los enanos, los hobbits excavan
cuevas para vivir en ellas. Su aspecto es
algo rollizo, con pelo rizado y grandes pies
que suelen llevar descalzos. Son un
pueblo conservador y sin pretensiones,
cuyos excesos se limitan a vestir de
colores vivos, y tomar seis comidas diarias.
Su temperamento es pacífico y su única
excentricidad es fumar tabaco para pipa.
Las demás razas los consideran de nula
importancia y, por su parte, los hobbits no
tenían ninguna ambición de riqueza o de
poder. El primer hobbit que se hizo famoso
fue Bilbo Bolsón, quien se embarcó en una
serie de aventuras, relatadas por Tolkien
en “El Hobbit”. En medio de ese viaje, Bilbo
halla el Anillo y lo conserva muchos años.
A través de la diversidad de razas, con sus
historias mutuas de peleas y recelos,
Tolkien intenta mostrar cómo funcionan los
prejuicios y qué importantes son las
dificultades para lograr sinergia entre seres
con capacidades diferentes y
complementarias.
En este caso, a medida que la historia
avanza, también se van modificando las
motivaciones fundamentales de cada uno:
Gandalf está comprometido a derrotar a
Sauron para asegurar el triunfo del Bien,
Aragorn quiere conseguir la corona de
Gondor, que le corresponde por derecho y
también salvar a su amada Arwen.
Arwen pertenece a la raza de los elfos.
Enamorada de Aragorn, renuncia a la
inmortalidad y elige vivir una vida mortal
junto a él.
La principal motivación de Gimli es vengar
la matanza de sus compatriotas. Por su
parte, Legolas representa a los elfos y
tiene la misión de salvar a su pueblo.
Boromir participa de la Comunidad por
orden de su padre, el Senescal de Gondor
y su motivación obvia es proteger a su
pueblo.
Merry y Pippin, los hobbits amigos de
Frodo comienzan su participación con el
afán de acompañar a Frodo y vivir una
aventura diferente. A medida que los
acontecimientos se van sucediendo, se
comprometen con los objetivos de la
Comunidad de manera mucho más
profunda.
La razón de ser de Sam es proteger a su
señor y amigo Frodo, mientras que éste,
una vez que acepta el rol que le toca jugar,
se compromete con el mismo a tal punto
Autor: Luis Del Prado
que el cumplimiento de la misión termina
impactando en su vida de una manera
determinante.
La diversidad de personalidades y de
motivaciones no impide que la Comunidad
funcione de manera integrada a pesar de
las vicisitudes y de las pérdidas que tiene
que enfrentar.
La clave de la cuestión pasa por el respeto
que todos le tienen a Elrond, el elfo que
convoca al Concilio, en el cual expone la
misión del equipo con toda claridad. Esto
permite que cada miembro de la
Comunidad (con la única excepción de
Boromir) subordine sus objetivos y
motivaciones individuales al logro del fin
común.
3.2. La corrupción del poder
La tentación del Anillo es la fuerza
motivadora que yace detrás de cada
acción en El Señor de los Anillos.
Cada personaje de la historia que entra en
contacto con el Anillo, se enfrenta a una
decisión: aceptarlo, rechazarlo o
permanecer indiferente.
Tolkien usa los personajes del Señor de los
Anillos para expresar su posición acerca de
cómo debería actuar una persona cuando
está en una situación de poder.
Al inicio de la trilogía, Isildur derrota a los
ejércitos de Sauron y se dirige al Monte
del Destino para destruir el Anillo. En el
últmo momento, se arrepiente y decide
quedárselo para él.
El Monte del Destino representa la
oscuridad y la debilidad que existen hasta
en el corazón más puro.
Boromir, uno de los miembros de la
Comunidad del Anillo representa la idea
de Glaucón de un hombre moral. Su caída
se produce cuando percibe al Anillo como
un arma para derrotar a Sauron. Podría
afirmarse que es una representación del
mito de Giges, ya que si uno elimina a sus
enemigos, también elimina la posibilidad
de recibir algún castigo.
El lado positivo de este personaje es que
muere defendiendo a los hobbits, lo cual
es significativo ya que muestra que el libre
albedrío puede imponerse a la voluntad
del Anillo.
Por otro lado, la criatura Gollum ilustra la
idea de Platón acerca de lo que le pasa a
un hombre cuando deja que su alma se
corrompa.
5
Gollum era originalmente un buen hobbit
llamado Smeagol. Esta identidad anterior
representa el lado bueno de Gollum, la
parte de él que ama y quiere ayudar a su
“dueño” Frodo. Sin embargo, Smeagol era
un ser débil.
Durante una excursión de pesca, su amigo
encuentra el Anillo en el río. La visión del
Anillo despierta en Smeagol un deseo tan
irrefrenable que termina matando a su
amigo para quedarse con el objeto de su
deseo.
Gollum es el lado oscuro de Smeagol, un
ser obsesionado por el Anillo y dispuesto
a matar nuevamente para recuperarlo.
Gollum y Smeagol pelean
permanentemente y hasta discuten como
si fueran dos seres diferentes. En general,
el lado oscuro es el que prevalece.
Su deseo por el Anillo le causa una
profunda angustia y un deterioro físico
irreversible. Gollum sirve como un claro
ejemplo de cómo el deseo por el poder
puede convertir a alguien básicamente
decente en un ser corrupto y detestable.
La presencia de Gollum al lado de Frodo
en la última parte del viaje es una manera
de enfatizar la pureza y la fortaleza del
hobbit.
La patética existencia de Gollum es un
recordatorio permanente de lo que podría
llegar a ocurrirle a Frodo. Pero Frodo y
Gollum son dos seres muy diferentes.
La opción de Gollum es entre el Anillo (su
“preciosura”) y Frodo (su “dueño”). En otras
palabras, debe elegir entre dos opciones
de mucho valor. Cualquiera sea su
elección, Gollum permanecerá inferior y en
una actitud servil.
Debido a la culpa que siente por haber
asesinado a su amigo, Gollum nunca se
liberará de su deseo por el Anillo.
Frodo, quien se hizo del Anillo en
diferentes circunstancias, no tiene que
soportar esa lucha interior.
Sin embargo, Gollum no es pura maldad
como Sauron. Podría afirmarse que Gollum
es esencialmente servil y este rasgo une
sus dos facetas y le permite actuar como
guía de Frodo.
Un buen portador del Anillo debería
poseer características opuestas a la
servilidad, tales como fortaleza de carácter
y voluntad, rasgos que Frodo posee en
abundancia.
A diferencia del resto de los personajes del
Señor de los Anillos, que están claramente
identificados con el Bien o con el Mal, la
Autor: Luis Del Prado
criatura Gollum está constantemente
luchando entre los dos.
Galadriel, la Dama de los Elfos, es la
representación de un ser con una moral
muy sólida. Frodo, en su inocencia, le
ofrece el Anillo a Galadriel, quien se ve
fuertemente tentada. Finalmente rechaza
el Anillo para “permanecer siendo ella
misma”.
A través de Galadriel, Tolkien nos enseña
la primera manera de evitar la corrupción
del poder: el dominio personal que nos
permite seguir siendo nosotros mismos.
Después de rechazar el Anillo, Galadriel le
regala a Frodo una estrella para que
“ilumine sus horas más oscuras”. Ese
regalo es un símbolo de su victoria sobre
la obsesión.
A pesar que el Anillo finalmente se
destruye en el Monte del Destino, Frodo
no se desprende voluntariamente de él. La
destrucción no es un acto deliberado, sino
más bien una casualidad.
En el último momento, Frodo se ve
sobrepasado por el poder del Anillo y
decide quedárselo para sí. La pelea con
Gollum genera que el Anillo caiga al fuego.
De alguna manera, podría decirse que
Frodo falló en su misión. De cualquier
manera, no había nadie en la Tierra Media
mejor equipado que él para llevar el Anillo.
Quizás la lucha final nos sugiere que
hubiera sido imposible lograr el objetivo
sin la ayuda de la suerte.
Frodo es un héroe, pero de muchas
maneras, la Comunidad es tan
responsable como él de la victoria.
El poder del Anillo tienta a todos, sin
importar que sean buenos y puros. Gandalf,
Aragorn, Sam y Bilbo se deslumbran
cuando el Anillo está frente a ellos y esas
debilidades, a pesar de sus fortalezas
remarcables, nos muestran la tremenda
dificultad de la tarea de Frodo.
Frodo le ofrece el Anillo a Gandalf, quien lo
rechaza diciendo:
“¡No me tientes!. No me atrevo a tomarlo.
Ni siquiera para guardarlo. Usaría este
Anillo con el deseo de hacer el bien. Pero a
través de mí, ejercería un poder enorme y
viii
terrible.”
Frodo atraviesa todas las vicisitudes con
calma y compostura. Solo cuando regresa
a la Comarca y no puede reajustar su vida,
se revela el daño que le produjo el viaje.
3.3. La lealtad de Sam
6
En el inicio, Sam le promete a Gandalf que
va a acompañar a Frodo en cualquier
circunstancia.
La firmeza que demuestra Sam para
cumplir esa promesa lo convierte en
alguien invalorable para Frodo a medida
que el viaje avanza.
Cuando la Comunidad se dispersa, todos
entienden que Frodo debe continuar solo,
salvo Sam.
Los dos amigos son profundamente
interdependientes. Sam será el protector
de Frodo, pero Frodo le salva la vida en el
río, cuando Sam decide seguirlo aún sin
saber nadar.
Si bien la tarea de Frodo es solitaria, Sam
siempre está detrás suyo, proveyéndole
todo el soporte que puede.
Sam tiene que tener un corazón tan puro
como el de Frodo para poder sostenerlo de
la manera en que lo hace y, al mismo
tiempo, sin desear el Anillo para sí.
Sam muestra que su relación con Frodo es
distinta de todas las demás. En realidad,
con sus acciones y sus palabras muestra
que la Comunidad no se disolvió, sino que
se transformó de un grupo de nueve
miembros a otro de dos.
Sam considera a Frodo casi de la misma
manera que Frodo considera al Anillo,
como algo a ser protegido y guiado hacia
un destino final.
La dedicación de Sam lo convierte en uno
de los miembros más importantes de la
Comunidad. Sam demuestra que es
indispensable para Frodo, ya que en la
mayor parte del viaje ambos están
aislados del resto de la Comunidad, sin
saber qué contingencias están
enfrentando.
Aunque el resto de los miembros de la
Comunidad hacen posible la continuidad
del viaje, Sam consigue que Frodo pueda
seguir adelante.
Sam toma la responsabilidad de
acompañar a Frodo muy seriamente y no
lo abandona, aún en circunstancias muy
peligrosas. Cuando cerca del final del viaje,
Frodo desfallece y le resulta imposible
continuar, Sam carga literalmente a su
amigo hasta el Monte del Destino.
En un momento del viaje, Sam le dice a
Frodo:
“Es como en las grandes historias, Sr.
Frodo, aquellas que son realmente
importantes, plenas de oscuridad y
peligros. Esas son las historias que
Autor: Luis Del Prado
permanecen, las que realmente tienen
significado aunque uno sea demasiado
pequeño para entenderlo. Estoy
convencido Sr. Frodo que hay cosas
buenas en este mundo y vale la pena
ix
luchar por ellas”
Las palabras de Sam son inspiradoras y
son un reflejo de su creciente sabiduría.
Sam también está atravesando por un
viaje difícil.
Sam ha dejado de hablar como un joven
despreocupado y ha pasado a hacerlo con
la madurez que le otorgó la experiencia.
Sam es leal y puro, y esa pureza lo ayuda a
resistir la tentación del poder del Anillo.
Sam tiene incontables oportunidades de
apoderarse del Anillo, pero solo lo toma
cuando cree que Frodo está muerto.
Sam le devuelve el Anillo a Frodo casi sin
hesitar, un acto de desprendimiento que
sugiere que si Frodo hubiera muerto, Sam
habría tenido la fortaleza como para
concluir la misión de destruir el Anillo.
El viaje de Sam y Frodo está impregnado
por la nostalgia de su hogar en la
Comarca, aunque sea Sam el que
menciona el tema con más frecuencia.
Durante el viaje, Frodo está enfocado en
llegar al Monte del Destino, mientras que
el foco de Sam está puesto en el viaje de
regreso a casa.
La Comarca sugiere la inocencia que los
hobbits dejaron atrás con el primer paso
de su viaje. También representa un estilo
de vida simple, feliz, despreocupado y
alejado de los peligros de la guerra que
aquejan al resto de la Tierra Media.
En los recuerdos de Sam y Frodo, la
Comarca es una especie de Edén, en el
cual la vida era perfecta y podría volver a
serlo si consiguieran retornar. La
esperanza del retorno los anima y les da
fuerzas en los momentos más oscuros.
Sin embargo, el paraíso de la Comarca no
es más que una ilusión. La inocencia y la
ignorancia de la que disfrutaban Sam y
Frodo desaparecieron para siempre. Han
visto y vivido demasiado y se han
convertido en adultos con muchos
recuerdos dolorosos.
A diferencia de las versiones fílmicas de
Jackson, en las novelas la guerra llega a la
Comarca a pesar de la destrucción del
Anillo.
Sam encabeza una rebelión contra
Saruman, que se había apoderado de la
Comarca. Frodo apenas participa, debido a
que ha quedado exhausto de su viaje a
7
Mordor.
Sam logra triunfar mostrando coraje y
heroísmo y se convierte en Alcalde de la
Comarca.
Aunque Sam se adapta a su nueva
situación en la Comarca, Frodo no logra
recuperar el sentido del equilibrio y debe
continuar con el viaje.
En las películas, la fortaleza de Frodo a
veces parece sobrenatural. Pero Sam es
bien terrenal y esa diferencia se ve
claramente al final de la historia: mientras
Frodo se debate para reacomodar su vida
en la Comarca, Sam se establece muy
rápidamente, conquista al amor de su vida
y forma una familia.
El viaje a Mordor dotó a Sam de una gran
madurez y confianza en sí mismo.
3.4. La transformación de Frodo
Frodo Bolsón es criado por su tío Bilbo,
quien desaparece durante la celebración
de su último cumpleaños, dejándole como
herencia todas sus pertenencias, incluido
el Anillo, que guardaba en un lugar
secreto.
La responsabilidad que Frodo hereda con
el Anillo, lo llevará a un viaje en el cual
tendrá que librar una batalla contra los
poderes maléficos de Sauron.
Aunque la Comunidad es un factor
decisivo en el éxito de la misión de Frodo,
no puede acompañar a Frodo durante la
mayor parte del viaje, ni tampoco ayudarlo
en el acto final.
La Comunidad cumple un rol de unidad de
apoyo para Frodo, tratando de mantener
alejados a los enemigos y de mantener la
paz en la Tierra Media, en la medida de lo
posible.
Todos los miembros de la Comunidad
están comprometidos con el éxito de la
misión de Frodo, pero sus roles se ven
limitados por la naturaleza de la tarea a ser
emprendida.
El viaje tiene características tan peculiares
que solo dos pequeños hobbits pueden
llevarlo a cabo con éxito.
La naturaleza misma del Anillo le pone
límites a la Comunidad. El Anillo es una
pesada carga para quien lo porta e,
irremediablemente, conduce a su portador
a un profundo aislamiento.
Gollum fue una víctima del Anillo y su
pacífica vida de hobbit, finalizó en el
mismo momento que cayó en la tentación.
Autor: Luis Del Prado
Se escondió en una cueva y vivió una
larga, penosa y solitaria vida.
El Anillo también aisló a Frodo, aunque
estuviera acompañado por Sam. Mientras
toda la Comunidad enfrenta tremendos
peligros, solo Frodo tiene visiones de
Mordor y Sauron. El hecho de ser incapaz
de compartir ese tormento con los demás
es la base de su aislamiento.
Galadriel le dice a Frodo:
“Eres el portador del Anillo. Poseer un
Anillo de poder es estar solo. Esta tarea te
fue encomendada. Si tú no encuentras el
x
camino, nadie podrá hacerlo”
Aunque Sam se resiste a abandonar a
Frodo, permanece ciego frente al tormento
interior de su amigo. Incluso después de
destruir el Anillo, Frodo permanece
aislado, ya que no puede acomodar su
vida en la Comarca y tiene que dejar atrás
a su vida anterior.
La dimensión épica de la misión de Frodo
está dada por la magnitud del enemigo
que tiene enfrente.
Frodo está dotado con una serie de
rasgos, alguno de los cuales se van
manifestando a lo largo de su proceso de
transformación. Frodo demuestra ser
valiente, altruista, sabio y observador.
La manera de pelear con la voluntad de
Sauron de recuperar el Anillo es
rehusándose a usarlo, ni siquiera para
hacer el bien. En las pocas oportunidades
en que Frodo se vio obligado a usar el
Anillo, sus capacidades de percepción se
magnificaron. Al mismo tiempo, cuando
Frodo usaba el Anillo quedaba expuesto a
la mirada de Sauron.
El héroe de la historia (Frodo) y el villano
(Sauron) no pelean con espadas u otras
armas. Su batalla es una lucha de
voluntades y de elecciones: Sauron trata
de corromperlo con el Anillo y Frodo trata
de resistir.
El desafío más importante que debe
enfrentar Frodo es el de llevar consigo el
Anillo, evitando caer en la tentación. Esa
resistencia constituye el viaje interior de
Frodo, a través del cual su corazón puro se
ve constantemente amenazado por la
atracción oscura del poder.
El viaje de los hobbits de la paz de su
comarca hacia un mundo enorme y
desconocido, sugiere la transición de la
niñez a la madurez. La Comarca era una
especie de Edén, poblado por adultos que
eran tan inocentes como los niños.
El viaje a Mordor representa una búsqueda
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espiritual en la que Frodo debe
embarcarse. Ese viaje traslada a Frodo a
su Mordor interior, el núcleo oscuro de su
alma, en el cual incluso su corazón puro
no es capaz de resistir la tentación del
Anillo.
Las numerosas demoras en el viaje
representan las tribulaciones que Frodo
debe enfrentar en su confrontación con su
Mordor interno. Los hobbits finalmente
llegan a Mordor y Frodo conoce el lado
oscuro de su interior. Esa visión es
aterradora y deja a Frodo marcado para
siempre.
Las experiencias del viaje llevaron a Frodo
más allá del punto de no retorno, y aunque
los recuerdos de la Comarca lo iluminaron
y le dieron fuerzas en los momentos más
oscuros, nunca pudo volver plenamente.
En la escena final, Frodo emprende un
nuevo viaje con los elfos, un gesto final
que sugiere que, aunque Frodo no murió
durante el viaje, tuvo que pagar el enorme
precio que significa no volver a recuperar
su vieja y querida vida en la Comarca.
4. Comentarios finales
La gran tentación en El Señor de los Anillos
es el poder. No es casualidad que, en el
momento de su creación, los seres
humanos reciban más anillos que las otras
razas, ya que son seres obsesionados con
el poder.
El Anillo es el núcleo de la trilogía. Creado
por el malvado Sauron, es en primer lugar
un reflejo del poder de su creador.
Aquellos que se encuentran con el Anillo
se ven expuestos a la poderosa tentación
de ejercer poder sobre los demás. El Anillo
también es sinónimo de debilidad, ya que
todos los que caen en su tentación, se
vuelven esclavos de él.
El Destino está presente en toda la trilogía.
En el Concilio de Elrond, queda claro que
solo el Destino podría haber puesto en
manos de un hobbit tímido, semejante
desafío.
El Destino es impredecible y desconocido.
La relación entre el destino y la voluntad
es interesante en el caso de Frodo, porque
este desarrolla la sabiduría y la fuerza de
voluntad para poder sobrevivir, solo a
partir de que se convence que está
predestinado para llevar a cabo esa
misión.
A pesar de la constante presencia del
Autor: Luis Del Prado
destino y de las profecías, Tolkien defiende
el concepto de libre albedrío en los
procesos de toma de decisiones
individuales.
Esto se pone de manifiesto, por ejemplo,
en las situaciones en las que Frodo toma
la decisión consciente de remover el Anillo
de su dedo.
Durante el Concilio, Gandalf advierte que
el Anillo no puede simplemente tirarse al
mar, porque seguramente será encontrado
nuevamente. En vez de dejar el Anillo
librado a su destino, Gandalf sostiene que
la Comunidad debe hacerse responsable
de la eliminación del peligro que
representa.
Si bien cada miembro de la Comunidad
tiene motivaciones individuales diferentes,
la fuerza de la misión deja a esas
motivaciones subordinadas al objetivo
grupal.
Tolkien nos dice a través de su obra que
cuando nos enfrentamos a la tentación,
todos tenemos la posibilidad de elegir. En
la medida que cada uno acepte su lugar en
la vida y permanezca fiel a sí mismo
siempre va a estar presente la posibilidad
de resistir.
La capacidad de resistencia proviene
directamente del dominio personal, de la
conciencia de las propias fortalezas y
debilidades.
Tolkien concuerda con Platón en que las
personas deberían optar por una vida
moral, mostrándonos el sufrimiento de los
personajes inmorales y la paz que logran
los personajes moralmente buenos.
Toda la Tierra Media es el tablero de
ajedrez en el que juegan el Bien y el Mal,
pero cada pieza de ese tablero, y cada
casilla están fundamentalmente hechos
de buena o mala voluntad, no son
simplemente instrumentos de éstos.
El resultado del combate no es dudoso,
sino en apariencia. El resultado final está
previamente decidido: el Bien es más
fuerte y tiene que alzarse con la victoria.
Lo que ocurre es que es menos activo que
el Mal.
El arma poderosa del Mal es hacer dudar
al Bien de su fuerza, mermar su coraje con
el tentador espectro de la posibilidad de la
derrota.
El espectáculo del Mal hace dudar al Bien
hasta hacerle olvidar de su vocación
necesariamente victoriosa: su condición
triunfal especula con la posibilidad insólita
de caer.
9
Las cualidades positivas que posee el Mal
(la astucia política y la sabiduría de Sauron
y la lealtad de sus súbditos) terminan
actuando contra el Mal, precisamente por
ser ellas mismas positivas.
i
Tolkien, J.R.R. “TheHobbit” (1978). George
Allen &Unwin Ltd. London, UK.
ii
Tolkien, J.R.R. “El Señor de los Anillos. La
comunidad del Anillo” (1974). Editorial
Minotauro. Buenos Aires, Argentina.
iii
Tolkien, J.R.R. “El Señor de los Anillos. Las dos
torres” (1974). Editorial Minotauro. Buenos
Aires, Argentina.
iv
Tolkien, J.R.R. “El Señor de los Anillos. El
retorno del Rey” (1974). Editorial Minotauro.
Buenos Aires, Argentina.
v
Platón Diálogos. Obra completa en 9
volúmenes. Volumen IV: República. (2003).
Editorial Gredos. Madrid, España.
vi
Shakespeare, William. (1997). Ricardo II,
Ricardo III. Ediciones Nueva Visión. Buenos
Aires, Argentina.
vii
Shakespeare, William. op.cit.
viii
Tolkien, J.R.R. “El Señor de los Anillos. La
comunidad del Anillo” (1974). Editorial
Minotauro. Buenos Aires, Argentina.
ix
Tolkien, J.R.R.op.cit.
x
Tolkien, J.R.R. op.cit.
Autor: Luis Del Prado
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