Madrid, 11 de Enero de 1916. Diario político independiente. Número suelto, 5 cent, ^m^ ^ #^ ^ Teléfono número 772. ^ -^ ^ ^ Apartado de Correos 341. "^ Dos ediciones diarias. uño XLII. Múm. 13.821 6." época, Segunda edición Los alemanes continúan obteniendo victorias en Francia.-£1 ataque á Salónica es inminente. [oitii ii enraeta ie \\ ii. Atendiendo al pueblo. Unos por acción y otros por omisión, es lo cierto que entre todos estamos preparando un trastorno, una alteración de la vida nacional. Si fuéramos un periódico de la izquierda avanzada ó de la derecha extrema, hablaríamos de revolución en el caso primero ó de un desquiciamiento social en el segundo. A trescientos y tantos millones asciende el déficit reconocido en el presupuesto ordinario de 1915, y no hay razón ninguna que autorice á creer que sea menor el que resulte en 1916. Más. lógico es suponer que sea mayor, pues las circunstancias son más difíciles hoy que ayer. A una veintena de millones de pesetas asciende, casi, el daño que al país contribuyente ha causado la salvadora medida que adoptó el ministro de Hacienda del Gabinete Dato, convirtiendo al Estado en vendedor de trigos á más bajo precio del precio á que los adquiría, y sin que estas ventas influyeran poco ni mucho en el aba'atamiento del pan. El negocio para el país ha sido completo. Se le han malbaratado unos millones de pesetas, y el oan no ha sido vendido más barato; ¿á quién ha beneficiado, pues? ¡Con hacendistas asi, da gusto! Carecemos, la verdad ante todo, de un l^ombre de Gobierno, y por carecer de ese hombre de Gobierno, las medianías se imponen al pueblo que, desilusionado, falto ^e fe, se entrega y no lucho por defender su vida. Pero, y conviene recordarlo a los gobernantes, altos y bajos, el pueblo puede despertar, y entonces, como el hambre y el frío en el hogar apagado y triste, con las tristezas de la penuria, son malos consejeros, la conmoción puede ser más transcendental que la conmoción causada por las palabras ^" el mitin. visto que las conclusiones aprobadas por una reunión más ó menos numerosa, más ó menos representativa de los elementos de la vida nacional, caen en el vacio y no hallan eco en las esferas del Gobierno'; bien pudiera suceder que las palabras se trocaran en actos de violencia. Y eso es forzoso que lo evite el elemento gobernante. Estamos, todos, ante un obscuro porvenir, que es necesario adatar, que aún puede eso hacerse. Sin excepción, podemos culpar á todos ¡os Hombres que en estos últimos años han gobernado el país, de haber contribuido, por acción ó por omisión, á que España se encuentre en el lamentable estado que se halla. El malestar, creciente, no puede cohonestarse con vana palabrería. Es necesario darle pan al pueblo, antes de que éste se vea precisado á tomarlo violentamente. No.'íotros, creyentes fervorosos de la idea eterna de libertad y democracia, que afirmamos ser necesarios para que viva el hombre digno de tal nombre, reclamamos del Gobierno que preside el conde de Romanóles, como lo reclamaríamos de cualquiera ^tro Gobierno, una política de actos, de actos encaminaaos á dar inmediata solución " los conflictos de orden interior, muchos y gravísimos, que nos asedian. Estos conflictos de orden interior, se con'^retan en una palabra sola. ¡Pan! Toda la actividad ministerial puede aplicarse y debe de aplicarse á este solo conato. ¡Todo esto, al cabo de casi una centuria fie régimen, sin hacer! Y si, realmente sin hacer no, tan desoí ganizado que se acude á reorganizarlo todo. Ningún servicio público—y esto no es afirmación gratuita nuestra—funciona, se desenvuelve como debe desenvolverse, y es obra urgente su modificación. La Gaceta de Madrid y las informaciones oficiosas que los Centros directivos suministran á la Prensa, para que ésta las haga llegar al pueblo, lo dicen bien claro todos los días. Y cabe preguntar, y el país tiene para ello derecho perfecto: ¿qué han hecho durante años y años, estos malos administiadores del caudal y de las energías del pueblo-? -^ ^ No podemos, no es admisible continuar on solo día en esta situación. La ficción de una tranquilidad que no existe, ni puede existir, dados los gérmenes morbosos que alteran la vida nacional, es mucho más nociva que la violenta reacción necesaria. No se debe, ni se puede, engañar al pueblo, y es necesario no esconder, como el avestruz, la cabeza bajo del ala para no ver el peligro creyendo que con eso, el peligro se evita, ó se aleja. Es forzoso sanear la vida nacional, cortando donde sea preciso cortar, sin miedos ni vacilaciones. Organizar, ordenar la vida, haciendo con ello que la vida sea posible. El pueblo, que es el amo de todos, porque el pueblo es el que paga á todos para que todos le sirvan, pide hoy esa labor de organización. Y es de elemental conveniencia, evitar que llegue á pedir imperativamente lo que hoy pide sin violencia. Comentario del día Timadores timados. Bueno, caballeros, pero ¿es que eso del «portugués» no va á acabar nunca en esta bendita tierra de garbanzos? Cansados están ya los reporters de sucesos de tenerjque relatar en las columnasdesiis periódicos ese timito tan espaiíol, íi pesar de su denominaci ón, ese negocio, á primera vista, por demás ventajoso para quienes, á primera vista también, toman duros á peseta ó á vecef-se dan casos—, á cero cincuenta y iiasta á cero veinticinco. Cuidado que se ha dicho veces esto ó algo parecido:]«los timados por este procediniiento resultan s'empre unos «vivos», que van con jas de timar á sus timadores». Claro que luego, descubierto el pastel, que en este caso resulta ser un sobre, quedan á la altura de aquel bobo de Coria, que todos, aun cuando nada más sea de nombre, conocemos. Pero no dejan de estar, con toda su tontería dentro del Código penal. Dentro del Código penal--asi por lo menos pensamos nosotros sin ser letrados—se colocan todos aquellos que cometen ó intentan cometer una estafa. Bien, pues, ¿qué si no esteta es dar doscientas pesetas por un sobrecito que, al parecer, contiene dos mil, aun cuando el contenido no sea otra cosa que una colección de artículos poHticos de Antón del Olmet, por ejemplo? Ello, repetimos, se ha dicho muchas veces en letras de molde; pero hasta ahora, que nosotros sepamos, no se han tomado medidas de ninguna clase contra los «infelices»^ perjudicados por el procedimiento del sobre. Y nos extraña. Y porque nos extraña, nos permitimos proponer el siguiente bando, que pudiera ser fijado en las calles: «Incurrirán en la multa de tantas pesetas y en la pena de tantos meses ó tantos años de cárcel los ciudadanos que .se dejaren timar por el procedimiento del «portugués» 6 por otros procedimientos análogos.» Es decir, una especie, de «memorándUBi» para los desmemoriados, á ver si asi no olvidaban tan fáciKnente que para los estafadores hay estancias á propósito en Jas cárceles y en los presidios. De este modo, fácil es que fuera disminuyendo el crecido número que existe en España de eses «pobrecitos» timadores timados. El Bachiller OE AQUÍ Y Di FRAHQUEZAS ALLÁ Riña en una cárcel. SEVILLA, 11.—En la cárcel rifífiíon esta turde dos presos; uno de ellos infirió al otro, Rafael Pefia, «el Cubano*, conocido caiteiista, gravísimas heridas en el cuello y en el vientre con una navaja de afeitar. Carro que vuelca. FERROL, 11.—En la aldea de Soira, al bajar un monte, volcó un carro, hiriendo de gravedad á una joven campesina. Mitin de protesta. CASTELLÓN, 11.—El domingo celebrarán las Sociedades obreras un mitin de protesta contra los grandes acaparadores. Accidente de automóviL SAGUNTO, 11.—Entrando en Sagunto el automóvil de D. José Barreta, chocó contra un carro, resultando el mecánico con un brazo fracturado y lesiones en una mano; el Juzgad© instruye diligencias. TELEFONO TTá LA HUELGA EN BARCELONA La decadencia del Socialismo. La capital de Catalüfia atraviesa por una nueva era de inquietud iy de agitación. Como si las huelgas obreras fujéran una erupción periódica de la populosa tiudad, acaba de estallar la que correspondía al primer mes de! año que corre. i Ha tocado el turno eij promoverla á los metalúrgicos, que aflorandcji épocas no lejanas en que á la Humanidad sébrecogian y asustaban los anuncios de huelga general, intentaron que la actual adquiriese es4 carácter y esa extensión. Más aún: la procllámaron en el mitin celebrado en la Casa del Éueblo. Pero los obreros catalanes parece que no han hecho gran caso de tal proclamación, dando con ello muestras de i:o«sciencia y de cordura. Ya sabemos que los agitadores proseguirán en su tarea; que pondrán en movimiento, para lograr sus fines, todos lo¿ resortes de la complicada máquina de la organización societaria; pero el pueblo, el buen piiftblo que trabaja y calla, ahito de que sus esj)aldas fatigadas sirvan de plataforma á politicastros egoístas ó á agitadores á sueldo, es muy probable que no quiera tragarse el anzuelo que tan hábilmente le tienden, y procure salir lo mejor librado posible en esta ardua batalla que con la carestía de las subsistencias sostienenitodas las clases sociales. A la abstención de ir[á la huelga general, podrían contribuir, aparte otros factores, el fracaso de las que anteriormente revistieron ese carácter, y además la aospccha de que la ingerencia de elementos extranjeros los conduzcan, más que al logro de sus reivindicaciones, á la consecución de fines de la conveniencia particular de algunas de las naciones beligerantes en la ccntlenda europea. Esto aparte de la dolorosa decepción que á los socialistas catalanes, como á los del resto del mundo, habrá|]producido la actitud de sus correligionarios alemanes, franceses é ingleses, que dejando á un lado, como fardo inútil, aquellas bella- quimeras de internacionalización y confraternidad universal, empuñaron los fusiles en cuanto sonó en sus oídos una dulce y santa palabra: Patria. Y la extensa organización quedó rota, y 'os que se llamaban hermanos pusiéronse en trincheras opue.'itas, desde las cuales procuran destruirse de la forma más rápida posible. Después de este formidable fracaso, de esta prueba elocuente de la inconsistencia de las ideas socialistas, bien harán los obreros de Cataluña en no adoptar actitudes radicales y violentas. De lo contrario, será cosa de pensar si el espíritu de D. Alonso de Quijano se ha trasladado á la ciudad condal ] ara que los barceloneses puedan decir al mundo que Don Quijote sigue viviendo entre nosotros, Pero aún tieue otros aspectos lamentables la huelga que comentamos. Plausible y humano es que cada cual labore y se afane para mejorar sus medios de vida, apelando a toda clase de procedimientos lícitos; pero es altamente antipatriótico producir hondas perturbaciones sociales en estos momentos en los que todos debemos poner á contribución nuestras energías paro lograr que España atraviese indemne, y con la severa majestad de una Reina, por entre la tormenta de pasiones que enloquecen á Europa. Ya sabemos también que todas esas aítetaciones son fenómenos en que se traduce la crisis económica que nos agobia, pero no es ciertamente cesando de trabajrar, cesando de producir, como se remediarán tales males. Lejos de eso, la escasez de producción, de cualquier clase que sea, por reflejo elevará el precio de los artículos más indispensables para la vida, y los huelguislas, por tanto, habrán conseguido resultados totalmente contrarios ¿ los que querían provocar. Para el proletariado español tiene una ironia muy amarga la actitud de los catalanes. Cuando las subsistencias están por las nubes; cuando los despidos de trabajadores se hallan á la orden del cía, y el que come es un ser feliz digno de envidia, en Barcelona existen unos señores obreros que, considerando exiguo ei jornal que se les da, lo desprecian olimpícamente y «pueden» prescindir de él. ¿Qué dirán de esto los mies y miles de obreros madrileños que estos días pedian limosna por las calles? Tal contraste nos hace el mismo efecto que si un individuo, refunfuñante y despótico, pusiera reparos al condimento de los manjares que se engulle, mientras á su lado, un infeliz, un semejante suyo, se moría de hambre... El crimen de Eratidio. Sigue ei mit&terio. BILBAO, 10.-El Juzgado de instrucción ha estado en Erandio á continuar las dilinencias del crimen del hombre hallado muerto á las puertas del cementerio. Parece que existen sospechas de que los dos individuos detenidos hace dos 6 tres noches en Barífcaldo, y que uno de ellos se fugó y fué detenido en Deusto por la Benemérita, corno autores de dos robos á borcio de buques, se cree que no sean ajenos al suceso que se trata de aclarar. Uno de los detenidos es gallego, como el muerto. A pesar de la reserva del Juzgado, se cree que pronto se pondrá en claro este suceso. El Sr. Bascón y sus subalternos regresaron á Bilbao en el último tren. Rogamos á t o d o s nuestros abonados liquiden sus cuentas pendientes con esta Administración, á la mayor brevedad, á fin de poder realizar el ba-^ lance anual. VALENCIA, 10.—Se ha celebrado una imponente manifestación, organizada por las Socied des obreras. Cooperativas, Sindicatos gremiales, entidades republicanas y otros elementos, para protestar contra los acaparadores que encarecen la vida, y de simpatía á las disposiciones del Sr. Urzáiz. Asistí ron los diputados republicanos señores Azzati y Lacasta y vatios concejales republicanos. Se organizó en el Parque Castelar, recorriendo las calles de San Vicente, Paz, Glorieta y plaza de Tetuán hasta el Gobierno civil, dándose vivas á Urzáiz y abajo los acapraadores. Figuraban más de 4.000 personas. Por mejora de local}, se ha trasladado la Redacción y Administración de este diario, á la plaza del Comandante Las Morenas, nám. 2, 1." derecha. LA GUERRA EUROPEA «•Hjowiwwi'-™»'-—«««ajlKu, •Waní ¿ 0 5 ESTRAGOS DE LA GUERRA.- Ruinas de un antiguo coivenlo en e! monte Lovcen, donde las tropas montenegrinas sufrieron grandeí pérdidas. Pai»a la aomana fifóMíma papooe Boñalatio o n dmtlnitlva al gfan ataeguo, el miai/ua á Salónloa. Cfi Momaatlff e n la fi*ontoi*a y « n Dadaaaatohf noapeotlvamente, migue haoléntlome o o n gnan aotlvldad la tsonoentnaolún dtst iuafxaa alemana», búlgaras y turoaa. De loa aliados dieeae que tienen e»pei*a»t3ca de triunfo. Allá vefamoa. En Ffanola continúan loa alemanem el cut ao de mua viotoiflaa. ninguna alfa noticia de paftleulaf hallamaa en loa deapaahoa do laa últimas veinticuatro ltoi*aa. Ecos de la campaña La ingeniería alemana en la guerra. Un periódico ruso, Rjelich, admira la, energía de los alemanes en la habilitación de caminos á través de inhospitalarios pantanos. Todos estos caminos son convertidos en transitables mediante la colocación de troncos de árbol, echando mano de la población entera para consttuir nuevos caminos bajo la dirección de ingenieros civiles. El trabajo—agrega aquel periódico—va tan ligero, que cada día quedan terminados docenas de caminos. En los Centros militares se cree que habrá que sitiar más detrás la línea de defensa. La embriaguíiz en Francia. El periódico Aften Posten publica hoy algunos comentarios con el título «Guerra, vino y aguardieot.» á una carta de París que hace re ferencia á la piohibición de bebida por el ministro de Hacienda, Mr. Ribot. La causa de la medida tomada es principalmente el aumento de la embriaguez entre los soldados, especialmente durante la corta licencia que Joffre les concedía p'ara atender á ciertas necesidades familiares. Si bien rara vez se ven beodos por lascarles, en Francia se bebe mucho más alcohol que en otro país cualquiera. Se declara francamente que el alcoholismo es el mayor peligro para la na. ion francesa. Que vamos á objetar al hecho de que en Francia existen 475.000 despachos de vino, esto es, para cada 83 habitantes una «tasca», y que además en el año 1914 el consumo medio de ajenjo fué de 20.000 hectolitros. No sin motivo califica la Lligue nationale contre TalcohoUsme al uso del aguardiente como causa de la despoblación de Francia y de los frecuentes casos de enfermedades mentales. E! ajenjo ha privado á Francia, por año, de un Cuerpo de ejército. En un plazo breve no podrá sacarse de la Bretaña y de la Normandía ningún marinero más, si el abuso del alcohol continúa aumentando en la misma rn il da que hastanaquL La población de FJ. cia perece, mientras la población de los hos ¡vales y manicomios aumenta Incesantemep'. '. Las prohibiciones de beber alcohol que regían hasta ahora para los soldados no eran lo suficientemente eficaces. Estos podían hacerse fácilmente con bebidas espirituosas. Es un verdadero escándalo en algunos sitios del frente, do de están los soldados en situación de refuerzo ó pasando sus cuatro días de ucencia. Allí es donde se bebe de un modo inverosímil, y los cantineros hacen su agosto. Donde parecen estar peor las cosas es en París; El corresponsal del periódico noruego escribe textualmente: Desgraciadamente era demasiado dominante para muchos de los que iban á casa á cumplir con los deseos de papá Joffre la breve libertad, y la policía tuvo que intervenir en no pocos casos, teniendo después la triste visión de procesos, en que los Tribunales militares tienen que condenar á los soldados á tantos ó cuantos meses de arresto por embriaguez, ó á tanto número de años por excesos cometidos bajo la influencia del alcohol. En París hubo que llegar al extremo de prohibir, tanto á soldados como á oficiales, el pisar cafés ó restaurants fuera de las horas de las tres comida , prohibiéndose despacharles otras bebidas que aquellas que tienen 15 grados 6 menos. Por eso es doblemente chocante que en campaña se les de un litro de vino por día. Fíe aquí las palabras pronunciadas por Ríbot en la defensa de su proyecto de supresión del alcohol: «Venceremos, tanto al" enemigo exterior como al|!nterno», á las que aflade el citado corresponsal la siguiente conclusión pesimista: «¡Si, señor, así lo esperamosl Y, sin embargo más creo en la primera victoria que en las últimas.> Los pacifistas ingleses contra el servicio obligatorio. Dicen de Londres que los pacifistas ingleses celebraron en Londres una reunión tumultuosa, donde, según el Batly Mail, fué arrancada una plancha en la que estaba pintada la bandera inr glesa. Un soldado que protestó fué silbado.