ABRASIONES Por los Dres. Javier SERRA y Kepa LIZARRAGA Información general La piel recubre la superficie externa del organismo y representa la primera protección que tenemos contra los gérmenes. Cuando por cualquier circunstancia, una caída o un golpe, esta barrera se rompe, los gérmenes pueden penetrar en el organismo y causar una infección. La infección la vamos a reconocer porque la zona lesionada va a estar enrojecida, muy dolorida y con pus verde amarillento. A veces hay fiebre y los ganglios linfáticos de la zona duelen y están más abultados de lo normal. ¿Qué son las abrasiones? Son lesiones superficiales que no llegan a perforar completamente la piel. Vulgarmente se les conoce con el nombre de rasponazos o rasguños. Pueden ser más dolorosas que los pinchazos o los cortes porque hay expuestas más terminaciones nerviosas. Con frecuencia se consideran triviales y se tratan de manera inadecuada. Estas heridas deben ser limpiadas de todas las pequeñas partículas de suciedad (gravilla, tierra, alquitrán...), para que la zona no se infecte. A veces, la suciedad se pega o está tan metida que en el centro deportivo no se puede limpiar en condiciones y es necesario acudir al ambulatorio para que se haga bajo anestesia local. Si la herida se infecta debe ser tratada en un centro asistencial por personal sanitario competente. Tratamiento Se debe realizar siempre en el momento de la lesión, sin esperar a terminar la sesión deportiva. Así mismo, hay que valorar el riesgo de contraer una infección tetánica para determinar si es o no necesario vacunarse. La limpieza Limpiar la herida Se lava la zona con agua fría, incluso del grifo, durante varios minutos si fuera preciso, de manera que el chorro se dirija y arrastre la suciedad del centro hacia los bordes. Si el dolor o la localización no permiten mantener la herida debajo del grifo, puede lavarse en un recipiente con agua fría. Usar una esponja o un paño limpios, enjabonar la herida con un jabón neutro y, suave pero con firmeza, quitar todas las partículas de suciedad. Puede haber una pequeña hemorragia, pero ayuda a limpiar la herida. Aclarar la zona durante 2 ó 3 minutos. Secar y aplicar un antiséptico local. Si la herida tiene alquitrán o alguna sustancia pegajosa aplicar hielo durante 1 ó 2 minutos para que se endurezca y se pueda quitar Cura de protección Proteger la herida aplicando una tirita, una gasa o un vendaje adhesivo fácil de quitar. Se puede cambiar si se ensucia mucho. Tirar suavemente para retirar el vendaje. Si se pega, mojar la herida con agua tibia hasta que se despegue y después retirar. Si la zona esta próxima a una articulación, la costra puede romperse y perpetuarse. Por eso puede ser útil untar el vendaje en vaselina. Lo que se debe evitar El algodón, porque los hilillos que sueltan pueden infectar la herida. El alcohol. Antisépticos como los compuestos mercuriales (mercurocromo...), de dudosa acción. Soplar la herida, pues se podría contaminar con los gérmenes de la boca. Instrucciones generales Revisar la herida todos los días por si se produce la infección. Acudir al médico cuando: Las partículas de suciedad de la herida son difíciles de quitar. La herida empieza a parecer infectada. La herida limita los movimientos de la zona afectada.