Los ingresos de la Real Hacienda en la Caja Real de Santiago de Chile, 1700–1810♣ Mauricio Folchi Departamento de Ciencias Históricas Universidad de Chile María del Mar López Pérez Facultad de Económicas y Empresariales. Universidad de Castilla La Mancha- Albacete Resumen: La extraordinaria base de datos elaborada por John TePaske y Herbert Klein sobre el movimiento anual de las cajas reales del imperio español presenta algunos vacíos importantes para el caso chileno, lo cual ha impedido su utilización, hasta ahora. A partir de fuentes que dicho proyecto no consultó: los libros de tesorero y contador, que contienen los registros preparatorios al libro común, hemos podido construir series más completas para el período 1700-1780. Para los años posteriores, hemos utilizado libros de más detalle: los libros manuales y mayores, gracias a los cuales no sólo hemos podido dar continuidad a las series hasta 1810, sino comprender con más precisión la lógica contable de la Real Hacienda y resolver algunos enigmas que plantea la utilización de las “cartas cuenta”, como por ejemplo, lo ocurrido con la partida “Real Hacienda en común”, uno de los ramos de mayor peso, que a partir de 1790 experimenta un incremento espectacular. Las series que ofrecemos nos permiten entender la lógica recaudatoria de la Real Hacienda en el Reino de Chile durante el siglo XVIII y componer un esquema de la estructura recaudatoria. 1. Las cuentas de las cajas reales: una fuente subutilizada para el caso chileno En la década del cincuenta y primera mitad de la década del sesenta aparecieron los primeros trabajos que estudiaban el estado general de la Real Hacienda colonial en Hispanoamérica (Rodríguez (1964) o, con más frecuencia, estudios que analizaban ciertos aspectos del sistema fiscal, especialmente significativos, como la renta del tabaco (Céspedes del Castillo, 1954; Stapff, 1961), la renta de los naipes (Cuello, 1965), o el quinto real (Góngora, 1963), entre otros. Aunque estos trabajos no ofrecían un análisis estadístico sistemático —que con los medios de la época hubiera resultado imposible— consiguieron llamar la atención sobre una fuente fabulosa, que permitía estudiar cuantitativamente el sistema tributario y, a través de él, otros aspectos de la economía colonial: los libros de cuentas de las Cajas Reales.1 En los años posteriores fue ♣ Ponencia presentada al 2º Congreso Latinoamericano de Historia Económica (CLADHE-II), 3 al 5 de febrero de 2010, Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT), Ciudad de México. 1 Las Cajas Reales correspondían a las circunscripciones fiscales de la administración, establecidas según el pulso de la economía. Todas eran autónomas, aunque algunas (regionales o subsidiarias) dependían administrativamente de otras (centrales). En conjunto, articulaban una red bajo el control de la Real Hacienda. En los libros de cuenta de las «Cajas Reales», se registraban periódicamente los 1 aumentando progresivamente el interés por esta fuente de incalculable riqueza, hasta la llegada de un proyecto monumental, concluido a finales de los años ochenta, impulsado por dos historiadores estadounidenses: John TePaske y Herbert S. Klein quienes, con paciencia y tenacidad admirables recogieron, con sus propias manos o con la ayuda de algunos colaboradores, a lo largo de muchos años de trabajo en archivos de América y España, las series estadísticas de los libros de cuentas de las Cajas Reales de la América española: del Virreinato de Nueva España; del Virreinato de Perú y Alto Perú; de la Capitanía General de Chile; del Virreinato del Río de la Plata y del Reino de Quito, desde el siglo XVI hasta principios del XIX. The Royal Treasures of the Spanish Empire in America (1982-1990)2 —título original de la obra, publicada en cuatro volúmenes— es una base de datos fabulosa que, aunque no abarca la totalidad de las cajas, comprende un número muy significativo: 75 en total. Desde la aparición de esta obra, todas las investigaciones sobre las finanzas de los territorios coloniales se han apoyado o inspirado en ella, la cual también ha servido de estímulo a decenas de historiadores dedicados a pulir, complementar y analizar este material, especialmente en México, y en menor medida en Perú, Venezuela, Argentina, Colombia, entre otros. La historiografía chilena tuvo una relación intensa, pero trunca respecto de esta fuente. Álvaro Jara fue uno de los primeros historiadores latinoamericanos en trabajar sistemáticamente con esta documentación, de hecho se asoció con TePaske para preparar el cuarto volumen de la serie3 y un quinto sobre Cuna y la zona del Caribe, que no llegó a editarse.4 Jara empezó a trabajar con estas fuentes —que eran, según su expresión, una “maravillosa fuente seriada, delicia del historiador económico” (Jara, 1975: 170)— a mediados de la década del sesenta, en Lima, para su reconstrucción de la “curva de producción de metales” el Virreinato Peruano durante el siglo XVI (Jara, 1966), y luego en México, donde se interesó por el impuesto al pulque durante el siglo XVIII (Jara, 1973; 1975), para proseguir después con diversos archivos españoles y americanos. Desgraciadamente (para la historiografía Chilena), el objetivo de Álvaro Jara era hacer una historia de base (de ahí su afán cuantitativo) que le permitiera construir una visión de conjunto de la historia americana colonial. En consecuencia, en lugar de estudiar las cuentas del pequeño y egresos e ingresos del erario en la jurisdicción de una caja determinada. En las más importantes existía una gran cantidad de libros específicos (hasta cuarenta): libro manual de almojarifazgos, de quintos y derechos de fundición; libro de almonedas; de tasas; de cargo; de data; etcétera. Cuyos registros eran finalmente compilados en un «libro común», en el que se anotaba el «cargo» y la «data» (ingresos y egresos) ramo por ramo, y del cual se hacía tres copias, una de ellas enviada al Tribunal de Cuentas. 2 La primera publicación resultante de esto proyecto la hizo el Instituto Nacional de Antropología e Historia bajo la autoría de TePaske, en colaboración con José y Marí Luz Hernandez Palomo. La obra completa luego ha sido publicada en CD-ROM y recientemente en un sitio web https://home.comcast.net/~richardgarner05/cajafiles.html [21/01/2010]. 3 Jara, Álvaro and John J. TePaske (1990), The Royal Treasuries of the Spanish Empire in America, Duke University Press, Durham, North Carolina, vol.4 (Ecuador). 4 Jara comenta que en 1984 acordó con TePaske continuar y completar la colección documental, con el fin de cubrir todas las regiones del Imperio. Hacia 1996 ya había aparecido el primer tomo conjunto (Ecuador) y Jara espera que pronto apareciera el volumen 5, relativo a Cuba y no mucho más adelante, las cajas de América Central, el Caribe, Nueva Granada y Venezuela (Jara, 1996: 68). 2 menesteroso Reino de Chile, abrazó la idea de componer una visión de conjunto, que abarcara la totalidad del ámbito geográfico del Imperio Español en América. El proyecto de Jara se centró en el esfuerzo defensivo del Imperio y, específicamente, en la institución del situado que, como se sabe, consistía en destinar ciertas cantidades de dinero de las regiones con superávit fiscal, para sufragar los gastos militares de las regiones amenazadas o en guerra, que no podían financiarse con recursos locales (Jara, 1994; 1996).5 Jara advierte que los situados, de considerable cuantía, constituyeron un verdadero flujo financiero al interior del espacio colonial. En sus palabras, eran “vasos comunicantes por los cuales circulaba esa savia tonificante que era la moneda del rey”6. Álvaro Jara falleció en 1997, dejando su magna obra inédita e inconclusa.7 La generación de historiadores económico-sociales que él integró, se dispersó sin que ninguno de ellos se interesara por la explotación de los libros de cuentas de las Cajas Reales. Los contados discípulos de Jara destinaron sus esfuerzos a otras áreas. De esta manera, en la historiografía chilena se produce la paradoja de contar con uno de los pioneros en la reconstrucción estadística de la economía colonial, a partir de los libros de cuentas de las Cajas Reales, pero no haber llevado a cabo prácticamente ninguna investigación sistemática respecto de nuestras propias cajas. 2. The Royal Treasures of the Spanish Empire: los datos y metodología para la Caja Real de Santiago de Chile. En los libros de las Cajas Reales se registraban periódicamente los ingresos y egresos (cargo y data) del erario en la jurisdicción de una caja determinada. En las más importantes existía una gran cantidad de libros específicos (hasta cuarenta): libro manual de almojarifazgos, de quintos y derechos de fundición; libro de almonedas; de tasas; de cargo; de data; etc. Cuyos registros eran finalmente compilados en un libro común, en el que se anotaban todos los movimientos del año, ramo por ramo, y del cual se hacía tres copias. Además del registro se preparaba un sumario de los movimientos del año, conocido como “tanteo” o “carta cuenta”, que se acompañaba de varios “pliegos” que explicaban las cifras, todo lo cual era enviado al Tribunal de Cuentas, para luego ser remitido España. La recopilación de TePaske y Klein está basada, fundamentalmente, en estos sumarios enviados cada año a la Metrópoli y que se conservan en Sevilla. 5 Jara reconstruyó los ingresos de una región que aquel proyecto no consideró: el Virreinato de Nueva Granada, con las cajas de Bogotá, Caracas y Cartagena. Y en relación a los gastos en defensa, incorporó también la zona de América Central y Caribe. En suma, recogió las estadísticas de Chile, La Plata, Alto Perú, Perú, Nueva España, Ecuador, Nueva Granada, América Central y Caribe. 6 Carmen Norambuena C., «Álvaro Jara: presencia y aportes metodológicos en la historiografía Americana», en Dimensión Histórica de Chile 4/5, 1987-88, p.93. 7 Tenemos noticias de un proyecto editorial chileno que permitirá su publicación póstuma próximamente. 3 Las series de The Royal Treasures of the Spanish Empire, respecto de la Caja Real de Santiago entregan datos de cargo para el período 1700-1810, para un total 85 años.8 La mayor parte de esos datos (62 años) fueron tomados de la documentación del Archivo de Indias, y una fracción menor (23 años), fue levantada en Santiago, de los resúmenes de los libros mayores (véase cuadro Nº 1). Las series de cargo que presentamos en este trabajo añaden los datos de otros 11 años, gracias a lo cual podemos ofrecer una serie casi interrumpida desde 1700 a 1718, y una serie completa para el período 1731-1810 (véanse gráficos 1 y 2). La información utilizada proviene de libro comunes, libros de Tesorero, libros de Contador; libros mayores y libros manuales (véase cuadro Nº 2). No ha sido posible remediar la laguna que queda entre los años 1719 y 1730. En resumen, de los 111 años comprendidos entre 1700 y 1810, disponemos de datos para 98 años. Cuadro Nº 1. Relación de fuentes usadas por TePaske y Klein (1982). Período Fuente Período 1/1700-12/1700 1/1701-12/1701 1/1702-12/1702 1/1703-12/1703 1/1705-12/1705 1/1706-12/1706 1/1707-12/1707 1/1711-12/1711 1/1713-12/1713 1/1714-12/1714 1/1715-12/1715 1/1716-12/1716 1/1718-12/1718 1/1731-12/1731 1/1732-12/1732 1/1733-12/1733 1/1734-12/1734 1/1740-12/1740 1/1741-12/1741 1/1742-12/1742 1/1743-12/1743 1/1744-12/1744 1/1745-12/1745 1/1746-12/1746 1/1747-12/1747 1/1748-12/1748 1/1749-12/1749 1/1750-12/1750 1/1751-12/1751 C 941 C 942 C 943 S 1854 C 887 C 888 C 888 S 1854 S 1854 S 1854 S 1854 S 1854 S 1854 C 944 C 893 C 894 C 895 S 1855 S 1855 S 1855 S 1855 S 1855 S 1856A S 1856A S 1856A S 1856A S 1856A S 1857A S 1857A 1/1752-12/1752 1/1754-12/1754 1/1755-12/1755 1/1756-12/1756 1/1757-12/1757 1/1758-12/1758 1/1759-12/1759 1/1760-12/1760 1/1761-12/1761 1/1762-12/1762 1/1763-12/1763 1/1764-12/1764 1/1765-12/1765 1/1766-12/1766 1/1767-12/1767 1/1768-12/1768 1/1769-12/1769 1/1770-12/1770 1/1771-12/1771 1/1772-12/1772 1/1773-12/1773 1/1774-12/1774 1/1775-12/1775 1/1776-12/1776 1/1777-12/1777 1/1778-12/1778 1/1779-12/1779 1/1780-12/1780 1/1781-12/1781 Fuente S S S S 1857A 1857B 1857B 1857B C 905 S 1858 S 1858 S 1858 S 339 S 339 S 339 S 340 S 340 S 341 S 338 S 341 S 341 S 342 S 342 S 343 S 343 S 344 S 344 S 344 S 345 S 345 S 346 S 346 S 346 Período Fuente 1/1782-12/1782 1/1783-12/1783 1/1784-12/1784 1/1785-12/1785 1/1786-12/1786 1/1787-12/1787 1/1788-12/1788 1/1789-12/1789 1/1790-12/1790 1/1791-12/1791 1/1792-12/1792 1/1793-12/1793 1/1794-12/1794 1/1795-12/1795 1/1796-12/1796 1/1797-12/1797 1/1798-12/1798 1/1799-12/1799 1/1800-12/1800 1/1801-12/1801 1/1803-12/1803 1/1804-12/1804 1/1805-12/1805 1/1807-12/1807 1/1808-12/1808 1/1809-12/1809 1/1810-12/1810 S 347 S 347 S 347 S 348 S 348 S 349 S 349 S 419 C 2867 C 2868 C 2873 C 2874 S 350 S 350 S 350 S 351 S 351 S 351 S 351 C 2898 C 2904 C 2908 C 2912 C 2917 C 2919 C 2923 C 2927 Nota: La letra S indica que el legajo se ubica en Sevilla, la letra C indica que su ubicación está en Santiago de Chile. 8 La serie cubre 87 años, pero para los años 1704 y 1753, sólo entrega información de la data. 4 Gráfico Nº1. Total Cargo de la Caja Real de Santiago (1) (Valores nominales, en pesos de ocho reales)9 Cargo, 1700-1810 (Tepaske & Klein, 1982) 2.500.000 2.000.000 1.500.000 1.000.000 500.000 1792 1796 1800 1804 1808 1796 1800 1804 1808 1788 1792 1784 1780 1776 1772 1768 1764 1760 1756 1752 1748 1744 1740 1736 1732 1728 1724 1720 1716 1712 1708 1704 1700 0 Gráfico Nº2. Total Cargo de la Caja Real de Santiago (2) (Valores nominales, en pesos de ocho reales) Cargo, 1700-1810 (Folchi & López, 2010) 2.500.000 2.000.000 1.500.000 1.000.000 500.000 9 1788 1784 1780 1776 1772 1768 1764 1760 1756 1752 1748 1744 1740 1736 1732 1728 1724 1720 1716 1712 1708 1704 1700 0 Todas las cifras se expresan en pesos de ocho reales, lo cual puede llamar la atención, puesto que lo normal en series temporales de gastos es expresar los valores reales, no nominales (es decir, deflactadas). Sin embargo, en este caso tal corrección parece ser poco relevante. Como demostró Ruggiero Romano en sus múltiples escritos (1961; 1963; 1993), a diferencia de lo que ocurría en Europa, y, específicamente, en España, los siglos coloniales gozaron de una relativa estabilidad de precios. Respecto de Chile, el trabajo de De Ramón y Larraín (1982: 329), aunque muestra mayor volatilidad de precios que el de Romano, considerado en el largo plazo, el siglo XVIII nos aparece bastante estable. Lo mismo cabría decir, por ejemplo, del caso de Lima, donde, de acuerdo a los datos de Macera et al (1992), los precios exhiben una variación promedio del 0,47% anual. Para una discusión exhaustiva de la cuestión de los precios en el siglo XVIII, véase la excelente compilación de Johnson y Tandeter (1992). 5 Cuadro Nº2. Fuentes utilizadas del Fondo Contaduría Mayor (AHN, Santiago de Chile) Año 1/1700-12/1700 1/1701-12/1701 1/1702-12/1702 1/1704-12/1704 1/1705-12/1705 1/1706-12/1706 1/1707-12/1707 1/1708-12/1708 1/1709-12/1709 1/1710-12/1710 1/1727-12/1727 1/1735-12/1735 1/1736-12/1736 1/1737-12/1737 1/1738-12/1738 1/1739-12/1739 1/1740-12/1740 1/1753-12/1753 1/1758-12/1758 1/1759-12/1759 1/1760-12/1760 1/1761-12/1761 1/1762-12/1762 1/1763-12/1763 1/1764-12/1764 Fuente LC 941 LC 942 LC 943 LC 886 y LT 975 LC 887 LC 888 LC 889 LC 890 LC 891, LT 3258 y L My 1984 LC 892, LCT 1022, LT 3259 LT 1174 LC 896 LC 897 LT 890 LCT 1029 LC 898 LC 899 LC 902, LT 985 LT 3.261 LT 3262 LC 908 LT 3263 LT 3264 LC 911 LC 912 Año 1/1765-12/1765 1/1766-12/1766 1/1767-12/1767 1/1768-12/1768 1/1769-12/1769 1/1772-12/1772 1/1775-12/1775 1/1777-12/1777 1/1779-12/1779 1/1780-12/1780 1/1784-12/1784 1/1786-12/1786 1/1787-12/1787 1/1788-12/1788 1/1789-12/1789 1/1790-12/1790 1/1792-12/1792 1/1794-12/1794 1/1796-12/1796 1/1802-12/1802 1/1803-12/1803 1/1806-12/1806 1/1807-12/1807 1/1809-12/1809 Fuente LT 992 y LCT 1043. LT 993 LC 915 LT 995 LT 996 Y LCT 1046 LC 920 LCT 1052 LC 3252 LT 3266 LT y CT 2847 LC 3253 Y LT y CT 2852 LC 932 Y LT y CT 2855 LMy 2857 LT y CT 2863 y LMy LC 3254 y LMy 2862 LC 3336 LC 2873 LC 2877 LMy 2884 LMn 2902 LMy 2904 LMn 2915 LMy 2917 LMy 1984 Nota: LC: Libro común; LT: Libro Tesorero; LCT: Libro contador; LMy: Libro Mayor; LMn: Libro Manual Como es lógico, en las “Cartas Cuenta” —registros en los que se resumen todos los ingresos y egresos con una enorme cantidad de partidas— pueden contenerse errores, omisiones y algún sesgo. A pesar de eso, no cabe duda de que las cuentas publicadas en The Royal Treasures of the Spanish Empire son la fuente más sistemática y de mayor cobertura que pueda existir para los siglos coloniales. Equivalen a las actuales cuentas nacionales y son, por lo tanto, de consulta obligada. Respecto de la fiabilidad de esta fuente, el propio Klein ha aclarado que el proyecto se trató “de un primer esfuerzo en esta área”, que ante la falta de información habían decidido compilar este material sumario10. También ha sostenido que el material estaba destinado a “la primera generación de investigadores de la historia fiscal colonial moderna hispanoamericana” (Klein, 1992: 292). Los impulsores del proyecto eran conscientes de que “había problemas fundamentales con muchos de estos sumarios; que de vez en cuando había doble contabilidad de ramos y dinero que llegaba y salía; y que la única manera de corregirlo era regresar a los libros mayores y a los manuales previos, es decir, los libros que se llevaban en cada caja”;11 que el uso de estas cuentas 10 Marichal, Carlos (1992), «Entrevista al Dr. Herbert Klein», Boletín de fuentes para la historia económica de México, Nº 7, Centro de Estudios Históricos, El Colegio de México, pp. 45-53. 11 Ib idem. 6 sumarias presenta “una cantidad de problemas técnicos, que sólo pueden aclararse por medio de un examen completo del nivel más primario de los libros de contabilidad”. Dicho ejercicio “hará que varíen las cifras contables finales […]. Es obvio que la investigación futura de la historia fiscal colonial española tendrá que moverse en esta dirección si quiere corregir las primeras aproximaciones, las cuales se han basado en los in formes anuales […]. A medida que se planteen preguntas más ambiciosas, se tendrá que hacer un uso más detallado de las cuentas disponibles” (Klein, 1992: 293). En el mismo sentido se ha pronunciado Marichal, quien al presentar sus datos sobre los ingresos de Real Hacienda por concepto de préstamos y donativos entre 1781-1808, aclara que éstos “constituyen una primera estimación, pero deben ser analizados críticamente a partir de una revisión de los libros manuales de la Real Hacienda” (Marichal, 1990: 889). Este es el camino que ha seguido Amaral (1984) y que le ha permitido corregir, aunque no de manera significativa, la contabilidad de la Caja Real de Buenos Aires entre 189 y 1791, que había sido estudiada previamente por Klein (1973). En el caso de los datos existentes para la Caja Real de Santiago, las cifras tomadas directamente de las cartas cuenta muestran un comportamiento sorprendente, que contradice todo lo que sabemos sobre estado de la Hacienda en el Reino de Chile a finales del siglo XVIII. A partir de 1790 el ingreso total experimenta un alza descomunal, multiplicándose por 5 en 10 años. El comportamiento del gasto, no obstante, tiene una alza mucho más moderada. La diferencia entre ambas partidas genera un saldo contable enorme (véase gráfico Nº3). ¿A dónde iba todo ese dinero de cuya salida no quedaba registro en la carta cuenta? A ninguna parte. Se trata sólo de un saldo aparente. Las cartas cuenta, entre otros problemas, consignan cierta cantidad de dinero sobrante del año anterior como ingreso del año corriente. Normalmente, la mayor parte de ese “arrastre” queda escondido dentro de la partida “Real Hacienda en Común”, pero también puede quedar incorporada en otros ramos (véase cuadro N°3). El problema de esta técnica contable es que considera como ingreso algo que, realmente, no lo es, y que, al sumar el ingreso total durante ciertos años nos lleva a sumar varias veces una misma cantidad. Asimismo, esta forma de registro distorsiona cualquier cálculo de distribución de la carga fiscal que quisiéramos hacer.12 Afortunadamente, los libros de más detalles ofrecen una solución a este problema. Por ejemplo, en los libros manuales aparece, aparece como anotación como la siguiente: “En dos de enero de mil ochocientos seis, nos 12 Hay que mencionar que en los primeros años del siglo XVIII algunas de esas cantidades fueron registradas como alcances de cuentas y se ingresaron como partida independiente. Esta partida hace referencia a las cantidades existentes en el Tribunal de Cuentas, que pueden proceder de cualquier partida donde se produjeran errores. En general fueron apuntes de diferencias a favor en cuentas antecedentes, pero que se incluyen en el año presente al estar cerrado el año anterior. En cualquier caso, no fue significativa su participación en los ingresos totales (tan sólo un 0.2%), por lo que apenas tiene importancia dejar de contabilizarla para conocer la evolución general de los ingresos. Sin embargo tuvo cierta continuidad, sobre todo desde 1780 cuando encontramos ingresos que permanecen hasta 1807. 7 hacemos cargo de un millón trescientos veinte y cuatro mil, novecientos once pesos […] en la liquidación de todos los ramos que se administran en esta Tesorería General”.13 GráficoNº3. Saldo entre el cargo y la data según cifras de TePaske y Klein (1982) (Valores nominales, en pesos de ocho reales) 1.300.000 1.100.000 900.000 700.000 500.000 300.000 100.000 1808 1804 1800 1796 1792 1788 1784 1780 1776 1772 1768 1764 1760 1756 1752 1748 1744 1740 1736 1732 1728 1724 1720 1716 1712 1708 1704 1700 -100.000 Cuadro N° 3. LIBRO MANUAL DE TESORERÍA GENERAL DE SANTIAGO DE CHILE, AÑOS 1802 y 1806. Existencias del año antecedente (en pesos) 1802 Real Hacienda en común Ramos particulares y ajenos Deudas En especie Total: 1806 417.232 329.350 124.199 369.651 646.512 224.644 90.242 363.513 1.240.432 1.324.911 Un hecho sorprendente es que el grueso de la recaudación, por lo menos en dos períodos bastante largos 1730-1770 y 1790-1810, se encuentra en la partida “Real Hacienda en común” que, en realidad, esconde varias entradas (véase gráfico Nº 4). En primer lugar, se compone de los sobrantes del año anterior, es decir son las existencias de algún año que aparecen desagregadas, 13 AHN, CM, vol. 2.862. 8 pero dentro de este grupo. En segundo lugar, incluye ingresos nuevos hechos en el año corriente por conceptos muy diversos como Casa de moneda, Aduana, Rentas de papel sellado, pólvora o naipes. En tercer lugar, llegaban a Real Hacienda capitales que salieron previamente con un determinado fin, pero que no se gastaron en su totalidad y vuelven aquí como un ingreso nuevo que a veces eran consignados como “reintegros”. Por último, componen esta partida otros ingresos nuevos que no tienen lugar específico, bien porque son entradas casuales de un solo año, bien porque son pequeñas y no se han creado aún, pero pueden aparecer de nueva creación en años siguientes, cuando la partida se haya consolidado. Algunos años, por ejemplo en 1762, la mayor parte de la recaudación registrada en la Real Hacienda en Común procedía de arrastre del año anterior (65.462 pesos de los 76.369 totales) y el resto eran reintegros de otras partidas: alcabala, bulas, botija, noveno y medio de hospital, penas de cámara y azogues. Gráfico Nº4. Caja Real de Santiago – Real Hacienda en Común (% sobre el ingreso contable total) 60 50 40 30 20 10 1809 1804 1799 1794 1789 1784 1779 1774 1769 1764 1759 1754 1749 1744 1739 1734 1727 1715 1710 1705 1700 0 De acuerdo a la información registrada en los libros manuales de 1802 y 1806, el arrastre del año anterior alcanzó la cifra de $1.240.432 y $1.325.111, respectivamente. Estos valores coinciden, casi exactamente, (la discrepancia no supera el 0,031%) con la diferencia entre las cifras de cargo y data de los años anteriores, registradas en la carta cuenta de esos años. Esta comprobación nos lleva a corregir la cifra del ingreso total siguiendo el mismo procedimiento: 9 descontar la diferencia entre cargo y data de cada año en el cargo contable del año siguiente, para obtener así una serie de “ingreso fiscal real”, mucho más ajustada a la verdad (véase gráfico Nº5). Gráfico Nº5. Diferencia entre el cargo contable y los ingresos reales (cargo corregido). (Valores nominales, en pesos de ocho reales) Cargo corregido, 1700-1810 2.500.000 2.000.000 1.500.000 1.000.000 500.000 Cargo corregido 1810 1805 1800 1795 1790 1785 1780 1775 1770 1765 1760 1755 1750 1745 1740 1735 1730 1725 1720 1715 1710 1705 1700 0 Cargo contable Fuente: Elaboración propia Siguiendo con el análisis de la falibilidad de las cuentas de The Royal Treasures of the Spanish Empire, la revisión de la documentación existente en Santiago, nos ha permitido comprobar la exactitud de las cifras para los dieciocho años que siguen: 1701-1703, 1706-1707, 1751, 1786-1790, 1793-1794, 1796, 1803, 1807 y 1809. Sin embargo, nos hemos encontrado también con algunas discrepancias. Por un lado, los almojarifazgos del año 1784 fueron registrados como almirantazgo, con lo que la serie de los primeros perdía una continuidad que abarca desde 1731 a 1789. Por otro lado, algunas partidas, como deudas, noveno y medio de diezmos o incluso alcabalas, presentan diferencias cuantitativas14. También nos encontramos con la omisión de algunas, como el caso de los 20.850 pesos del Situado de Santiago en 1705, o los 800 pesos recaudados por venta de tierras en el año 1779 que, efectivamente, no aparecen en el resumen del Libro de Tesorero ―seguramente por un olvido de éste― pero que sí se consigna en el interior. Otro problema importante que presentan los registros e las cartas cuenta son las cantidades denominadas “en ser”, que se presentaron desagregadas en cada uno de los ramos. 14 En 1767 las diferencias se encuentran en las partidas de Noveno y medio de diezmos y en los novenos reales, en 1769 en las estancias de LluiLlui, o en las deudas aparecen incrementadas en los años 1769 y 1772. 10 Eran las cantidades líquidas sobrantes del año anterior y que se arrastran al presente. Son los pesos de que se hacía cargo el tesorero a partir de la visita general que hacían el presidente y los oidores de la Real Audiencia a la Contaduría en los primeros días de enero. Son cantidades que pueden llegar al 100% de los ingresos de ese ramo, es decir, que se contabilizaron entradas en años en que no hubo. El impacto de restar estas cantidades de los flujos totales de entradas puede afectar las conclusiones a las que se llegue en cuanto a la repercusión de la tributación en los distintos sectores económicos. Hemos realizado este contraste para el período 1758-1764 (véase cuadro N° 4). Los resultados globales ya muestran una reducción con respecto a la cifra inicial de un 34%. Aunque lo más significativo es señalar algunas partidas que tuvieron ingresos cero esos años, mientras hemos mantenido tradicionalmente que hubo constancia de sus entradas. Así no se produjeron ingresos por depósitos, comisos, ni consignaciones en 1759. En los dos años siguientes ocurre un fenómeno similar que afectó a prácticamente las mismas partidas, junto a las confirmaciones de tierras, Provistos por SM, venta de fierro y oro y venta de tierras. Se añade extranjería en 1760 y 1761, y tributos reales de indios en 1762. En principio, podría parecer que las cantidades se mantuvieron invariables por existir un sistema de recaudación por arrendamiento, que solía tener como resultado la recaudación de cantidades fijas en determinados tributos, pese a que pudiera haber incrementos de las recaudaciones en forma de beneficios para el arrendador. Esto ocurrió en otras partidas de almojarifazgos a principios de siglo XVIII. No obstante, sabemos que las reformas borbónicas en España en el siglo XVIII tendieron a suprimir arrendamientos por administración directa, y la hacienda colonial reflejó estas mismas reformas. 11 Cuadro N° 4. Cálculo de Ingresos sin existencias, por partidas (1758-1764) DCM ECP INCA % DCM ECP 1758 INCA % DCM ECP 1759 INCA % DCM 1760 ECP INCA % 1761 ALCABALAS REALES 37.975 37.975 0 26.970 26.970 0 50.595 50.595 0 28.838 28.838 0 ALMOJARIFAZGOS 32.600 32.600 0 28.568 28.568 0 31.935 31.935 0 38.835 38.835 0 0 0 0 10.368 10.368 0 7.546 7.546 0 4.662 4.662 0 6.532 0 -100 17.452 11.120 -36 15.053 2.273 -85 0 0 0 0 36 0 36 36 0 -100 38 0 -100 967 967 0 -100 AVERIA COMISOS 12.630 1.309 11.321 -10 CONDENACIONES DEL R. C. 400 200 200 -50 CONFIRMACION DE TIERRAS 27 6 21 -22 36 967 967 0 967 967 1.467 CONSIGNACIONES DEPOSITOS 6.532 6.332 12.780 0 0 36 2 -95 1.390 967 423 -70 -100 1.467 1.467 0 1.467 0 -100 1.402 1.402 0 -100 1.402 1.402 0 ESTANCIA DE LLUILLUI 0 0 0 1.550 1.550 0 1.155 955 200 -83 1.155 1.155 0 -100 EXTRANJERIA 0 0 0 1.640 1.640 0 1.640 1.640 0 -100 1.640 1.640 0 -100 LIMOSNAS DE CERA Y VINO 0 0 0 0 0 60 60 0 110 110 0 143 -95 MESADAS ECLESIASTICAS 2.724 2.548 176 -94 2.987 2.724 263 -91 3.055 2.987 68 -98 3.164 NOVENO Y ½ DE DIEZMOS 24.629 19.651 4.978 -80 24.984 20.483 4.501 -82 26.960 20.495 6.465 -76 30.915 NOVENOS REALES 26.585 26.585 0 6.208 6.208 0 8.946 8.946 0 13.981 7.785 7.785 0 11.207 11.207 0 4.374 4.374 0 1.395 OF. VENDIBLES Y RENUNC. PAPEL SELLADO 3.021 6.923 30.915 0 7.058 -50 1.395 0 -100 0 0 0 6.777 6.777 0 2.031 2.031 0 2.031 2.031 0 PENAS DE CAMARA 206 206 0 2 2 0 8 8 0 26 5 21 -19 PROVISTOS POR SU MAG. 977 977 0 977 0 -100 977 0 -100 977 977 0 -100 1.255 1.255 0 1.318 1.318 0 1.837 1.837 0 997 997 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 17.306 -81 PULPERIAS REAL DE BOTIJA REAL HACIENDA EN COMUN SEÑOREAGE TRIBUTOS REALES DE INDIOS VEINTAVO DE COBRE VEINTAVO DEL ORO VENTA DE FIERRO VENTA DE MINAS 76.369 65.462 10.907 -86 7.548 -88 68.192 15.843 -77 89.378 6.796 0 0 0 8.627 8.627 0 6.815 0 0 0 0 0 60 60 0 132 710 710 0 710 710 0 710 710 0 710 9.275 9.275 0 9.275 9.275 0 9.275 13 13 0 13 0 -100 13 2.619 1.5% Y DIEZMOS DE PLATA Total: 2.605 0 246.869 91.781 860 0 870 14 -99 3.169 0 0 155088 -37 207.526 53.383 977 6.796 860 VENTA DE TIERRAS 60.931 977 9.275 0 9.275 13 0 -100 13 870 0 653 2.619 550 -83 3.169 0 0 89165 118.361 -43 52.349 13 653 0 1.811 0 -100 3.204 0 74 3.169 0 251.675 91.322 160.353 Siglas: DCM: Datos de Contaduría Mayor; ECP: Existencias en cada partida; INCA: Ingresos netos de cada año; % : Porcentaje en que varía la cifra inicial 12 72.072 60 13 3.169 6.815 0 72 -45 710 0 9.275 0 0 -100 1.811 0 35 -99 74 0 -36 258.021 106.251 151.770 -41 Cuadro N° 3 (continuación). Cálculo de Ingresos sin existencias, por partidas (1758-1764) DCM ECP INCA % DCM 1762 ECP INCA % DCM ECP 1763 INCA % Var. media 1764 1758-1764 ALCABALAS REALES 54.651 54.651 0 42.483 42.483 0 42.266 42.266 0 0 ALMOJARIFAZGOS 36.207 36.207 0 36.207 36.207 0 36.207 36.207 0 0 0 0 0 0 14.674 14.674 0 0 794 794 0 -47 0 0 -7 10 -73 -55 0 0 -61 -86 AVERIA COMISOS 13.837 13.837 CONDENACIONES DEL REAL CONSEJO CONFIRMACION DE TIERRAS 40 38 CONSIGNACIONES 1.163 1.163 DEPOSITOS 1.402 1.402 ESTANCIA DE LLUILLUI 1.355 1.155 EXTRANJERIA 1.640 110 LIMOSNAS DE CERA Y VINO MESADAS ECLESIASTICAS 0 -100 0 0 0 0 0 0 2 -95 27 27 0 0 -100 2.140 1.163 977 -54 0 -100 1.402 1.402 37 0 -100 1.402 -85 135 135 0 600 1.640 0 -100 2.147 2.147 0 110 0 -100 0 0 200 27 1.402 132 0 -100 600 0 -38 0 0 -43 132 0 -14 3.256 3.164 92 -97 475 NOVENO Y MEDIO DE DIEZMOS 35.562 30.516 5.046 -86 32.217 NOVENOS REALES 21.746 13.981 7.765 -64 6.821 6.821 0 5.193 1.757 0 4.075 4.075 0 5.629 4.002 0 2.205 2.205 0 1.533 1.533 0 -14 2 -93 74 74 0 100 100 0 -16 0 0 -57 1.323 0 0 OFICIOS VENDIBLES Y RENUNCIABLES 1.757 PAPEL SELLADO 4.002 PENAS DE CAMARA 26.532 475 0 527 475 52 -90 -81 5.685 -82 26.355 22.778 3.577 -86 -70 5.193 0 -16 5.629 0 0 27 25 PROVISTOS POR SU MAGESTAD 977 977 0 0 PULPERIAS 859 859 0 1.222 1.222 0 1.323 REAL DE BOTIJA 419 419 0 360 360 0 360 360 0 -100 -14 15.965 -76 18.457 18.447 0 28.421 5.450 22.971 -19 -61 7.411 0 9.598 9.598 0 8.432 8.432 0 0 0 -100 583 451 -23 192 192 0 -24 0 0 REAL HACIENDA EN COMUN 66.527 SEÑOREAGE 50.562 7.411 TRIBUTOS REALES DE INDIOS 132 VEINTAVO O QUINTO DE COBRE 710 VEINTAVO O QUINTO DEL ORO 132 9.275 VENTA DE FIERRO 13 VENTA DE MINAS 1.144 VENTA DE TIERRAS 3.417 1.5% Y DIEZMOS DE PLATA 13 268.207 10 132 710 0 710 710 0 710 710 9.275 0 9.275 9.275 0 9.275 9.275 0 0 0 0 0 0 -57 0 -100 1.144 0 967 967 0 375 3.204 213 -94 293 293 0 214 568 0 121.919 146.288 -45 568 Total: 0 -100 171.873 29.239 0 0 844 142.634 -17 185.595 Siglas: DCM: Datos de Contaduría Mayor; ECP: Existencias en cada partida; INCA: Ingresos netos de cada año; % : Porcentaje en que varía la cifra inicial. 13 375 0 0 214 0 -100 -82 844 0 0 30.706 154.889 -17 -34 Una de las partidas más sobrevaloradas a consecuencia de esta técnica contable ha sido la de comisos, debido a que se compone de confiscaciones que se hacían por contrabando y comercio ilegal. No debían tener un destino fijo al que dirigir estos ingresos por lo que las entradas podían arrastrarse invariablemente de un año a otro, como ocurrió entre 1758-1762 y entre 1765-1770. Además las entradas pudieron ser tremendamente altas unos años ―véase los ingresos por los comisos a la fragata Warren― o presentar vacíos en otros. 3. Apuntes sobre la estructura de la recaudación durante el siglo XVIII El sistema impositivo chileno entre 1700 y 1810 consta de 200 partidas. Sin embargo, cada año pudieron recaudarse entre 20 ―los primeros años del siglo XVIII― hasta un poco más de 50 al finalizar el siglo. Esta multiciplicidad de tributos se debe, en parte, a una diversidad de nominaciones. Así, encontramos los mismos impuestos que cambiaron de nombre en función del destino dado a tales ingresos, o incluso de que fueran registrados por uno u otro contador. Por ejemplo ingresos por pensiones de encomiendas se registraron los años 1704 y 1707-1709, mientras que fueron recogidos como “limosna de vino y aceite” o bien “indios vacos”, en 28 ocasiones, de forma discontinua. Todos ellos correspondieron a un mismo tributo establecido sobre los encomenderos, quienes contribuían por los indios de que disponían.15 Del mismo modo ocurrió con la “Gran Cruz”, denominada también “Real distinguida orden y Real Orden de Carlos III”, tributo establecido por este monarca en el año 1775, consistente en los pagos hechos por el obispo y canónigos de la catedral de Santiago.16 En el caso de los tabacos, que ocupa más del 8% del valor de las recaudaciones totales, desde 1767 (14 años después de la creación de la Renta del Tabaco en Santiago) hasta 1786, fue nominado como “Préstamos y pagas al ejército”, en razón del destino de los ingresos procedentes de dicho tributo. A partir de 1786 hubo una sistematización del sistema impositivo. Siguiendo el modelo de reformas implantado desde la Secretaría de Hacienda por don Pedro López de Lerena, se clasificaron los tributos establecidos en Chile en los correspondientes a la Real Hacienda, los ramos particulares, ramos ajenos, atrasos y deudas. Cada grupo contenía diversas partidas. Los principales cambios observados responden a las partidas de mayores ingresos. Dentro del sistema impositivo establecido para Chile encontramos impuestos que generaban la mayor parte de las entradas. Alcabalas y almojarifazgos ―unas veces en recaudación conjunta― fueron significativos hasta el año 1766 y, tras un vacío de entradas por este concepto, volvemos a encontrarlas en los años 1785-1789. Como se ha dicho, sus ingresos fueron constantes 15 AHN, CM, vols. 932 y 942. 16 AHN, CM, vol. 2.862. 14 porque fueron recaudados bajo el sistema de arrendamiento a comienzos de siglo, encomendando su cobro a particulares no oficiales de la Hacienda central. De hecho, esos ajustes solían hacerse por cuatro años consecutivos. Los incrementos en sus ingresos que pueden observarse, en algún año, se deben a reintegros de cantidades previamente destinadas a algún fin ya cubierto. Como ejemplo, podemos destacar que en 1703 se ajustó el cobro de almojarifazgo nuevo y viejo por 6.700 pesos cada uno, y de esta forma se cobró los tres primeros años. El último de ellos, 1704, las cantidades se incrementaron a 9.451 y 10.403 pesos respectivamente, por el procedimiento ya descrito. Aún así, no fue el procedimiento habitual puesto que tales reintegros solían contabilizarse en la partida de Real Hacienda en común. Una de las partidas de mayor importancia fue la representada por la recaudación sobre el tabaco. Estos ingresos atendían a las necesidades de las tropas de Santiago, Concepción, Isla de Juan Fernández y Valparaíso. Si eliminamos el conjunto destinado a la Real Hacienda en Común por ser agrupación de distintas partidas de ingresos, esta partida fue la más significativa durante el último tercio del siglo XVIII (véase gráfico N° 6). Gráfico Nº6. Caja Real de Santiago - Renta del Tabaco (Valores nominales, en pesos de ocho reales) 300.000 250.000 200.000 150.000 100.000 50.000 1810 1808 1806 1804 1802 1800 1798 1796 1794 1792 1790 1788 1786 1784 1782 1780 1778 1776 1774 1772 1770 1768 1766 1764 1762 1760 0 15 4. Conclusiones A pesar de las dificultades metodológicas que hemos planteado en relación al uso de las estadísticas de cargo y data, levantadas directamente de las cartas cuenta u otros sumarios contables, estamos convencidos de que éste material tiene un enorme valor y que, con los resguardos y correcciones que aquí hemos discutido, pueden usarse con bastante confianza. Creemos, además, que su grado de representatividad es extraordinariamente alto si consideramos los siglos de los que estamos hablando. Aún en siglos posteriores las estadísticas sistemáticas, cuando existen, presentan problemas de similar naturaleza y envergadura. La utilización de los libros manuales y de otros libros contables de detalle (no siempre disponibles), permitirán hacer las correcciones o, por lo menos, estimar el margen de error de las estadísticas construidas a partir de las cartas cuenta. El caso chileno no presenta mayores diferencias con las cuentas de las Cajas Reales de otros territorios. Al contrario, la cantidad de material conservado, permite trabajar sobre un período de tiempo suficientemente largo y continuo. Dicho trabajo permitirá responder las preguntas fundamentales que pueden plantearse en relación a la evolución del ingreso fiscal: ¿Qué tipo de impuestos se llevaban el peso de la recaudación? ¿Sobre quiénes, es decir, sobre qué sector o actividad económica, y sobre qué sector social recaía el mayor peso de la recaudación fiscal? ¿Se aprecia algún cambio significativo en estos aspectos a lo largo del siglo? Esta son las preguntas principales que quedan planteadas y para cuya resolución, creemos haber dejado el camino abierto. 5. Referencias bibliográficas Amaral, Samuel (1984). "Public Expenditure Financing in the Colonial Treasury: An Analysis of the Real Caja de Buenos Aires Accounts, 1789-91," Hispanic American Historical Review, 64:2, 287-295. De Ramón, Armando y José́ Manuel Larraín (1982), Orígenes de la vida económica chilena: 16591808, Santiago, Centro de Estudios Públicos. 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