SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN XLIV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales SUBSIDIO LITÚRGICO MONICIÓN DE ENTRADA El Señor nos convoca en este domingo para contemplar y vivir el misterio de su Ascensión; para escuchar su Palabra, que nos envía a ser testigos de su vida, muerte y resurrección. En esta solemnidad de la Ascensión del Señor y en el contexto del Año Sacerdotal, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, en la que se recuerda a los sacerdotes y a toda la comunidad cristiana las posibilidades que nos ofrecen los nuevos medios audiovisuales para cumplir la misión que el Señor confió a su Iglesia. ORACIÓN UNIVERSAL Oremos, hermanos, a Dios, nuestro Padre, por la Iglesia y por todos los hombres, para que, fieles a la misión recibida de Cristo, seamos testigos fieles de su encargo. 1. Por la Iglesia, por el Santo Padre Benedicto XVI, por los obispos y sacerdotes, para que sean capaces de anunciar siempre a Cristo, como Buena Noticia para el mundo. Roguemos al Señor 2. Por los gobernantes, para que sean fieles a su misión de ser servidores del bien común y promuevan la libertad y la solidaridad. Roguemos al Señor. 3. Por las comunidades cristianas, para que el Señor las convierta en apasionadas anunciadoras de la Buena Noticia, también a través de los nuevos medios de comunicación. Roguemos al Señor 4. Por los profesionales de los medios de comunicación, para que sean servidores de la verdad y de la solidaridad. Roguemos al Señor. 5. Por los jóvenes y las familias, para que sepan utilizar los medios de comunicación para aprender y difundir valores humanos y cristianos. Roguemos al Señor. Escucha nuestras súplicas y acoge, Padre Santo, las oraciones que te presentamos. Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo y Nuestro Señor, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. Delegación de Medios de Comunicación Social – Diócesis de Huesca IDEAS PARA LA HOMILÍA 1. En muchas ocasiones tenemos la impresión de que Dios se ha alejado del mundo, de la historia. Las inundaciones y terremotos, las injusticias y la miseria, el deterioro de la convivencia, el desempleo, el drama de la guerra y del aborto, nuestros fracasos personales… provocan en nosotros la sensación de que Dios se ha ocultado, ha desaparecido. Y nos preguntamos: ¿dónde está Dios? ¿qué hace por ayudarnos? 2. La liturgia de la Palabra de fiesta de la Ascensión puede ayudarnos a responder estos interrogantes. Durante cuarenta días, Jesús resucitado se aparece a sus discípulos para convencerles de que Él está vivo. La Ascensión es la última aparición del Señor. Y es que Jesús, al resucitar no vuelve a una vida como la de antes. La resurrección de Jesús es el paso de la muerte a la vida plena definitiva, junto a Dios. No volverá a pasear por Jerusalén, no predicará, ni curará, como cuando vivía en la tierra, acompañado por sus discípulos. Ha ascendido al cielo. Está junto al Padre. 3. Entonces, ¿está o no está Cristo entre nosotros? La Ascensión no es el alejamiento de Dios, sino el cambio de su forma de estar entre nosotros. A partir de la Ascensión, los discípulos no podrán tocar, ni ver, ni escuchar al Maestro como lo hacían antes. Ahora será necesaria la fe para sentirle, para escucharle, para recibir la fuerza de su Espíritu. 4. A partir de la Ascensión, Dios quiere hacerse presente a través del testimonio de los creyentes. Jesús nos dice: Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo. Por lo tanto, no es tiempo de estar embobados mirando al cielo. Es tiempo de ponerse en marcha para dar testimonio del amor de Dios a los hombres. Hemos de actuar y hablar de tal manera que las personas descubran el amor que Dios nos tiene, la esperanza a la que nos llama, la riqueza de gloria que nos ofrece y la fuerza de su poder en favor nuestro. De esta manera podrán creer en Él y, creyendo, serán más felices, tendrán vida eterna. 5. Para cumplir este encargo, hemos de acercarnos a las personas solas, tristes, enfermas, con problemas… No podemos quedarnos parados, pidiendo milagros facilones. Lo evangélico, lo cristiano es comprometerse, porque Dios quiere hacerse presente a través de cada uno de nosotros. Hoy, en la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el Papa Benedicto XVI nos recuerda que debemos anunciar el Evangelio valiéndonos no sólo de los medios tradiciones, sino también de los que aporta la nueva generación de medios audiovisuales (foto, video, animaciones, blogs, sitios web), ocasiones inéditas de dialogo e instrumentos útiles para la evangelización y la catequesis. Y para ello, la parroquia necesita la ayuda de los cristianos que conocen y utilizan habitualmente estos medios. 7. La Ascención del Señor es una llamada al compromiso, a la evangelización. Si nos contentamos con rezar, con acudir a Misa, no somos fieles al encargo que Dios nos hace a cada uno y a cada una. Aunque tampoco podemos olvidar que para hacer presente a Cristo necesitamos permanecer unidos a Él, para acoger continuamente el don de su Espíritu, a través de la oración, de los sacramentos. Sin Él no podemos hacer nada. 8. Dios se ha fiado de nosotros, nos ha confiado una tarea. Y, además, para que podamos cumplir su encargo, nos ofrece la fuerza de su Espíritu, más grande que nuestros pecados y limitaciones. En el Bautismo y la Confirmación recibimos el Espíritu Santo, el Espíritu que animó la vida de Jesús y que dinamiza la vida de los cristianos, cuando lo pedimos y acogemos. Delegación de Medios de Comunicación Social – Diócesis de Huesca