Ópera en Francia Der Freischütz en París Fuera de la Opéra de Paris, y del sumamente discutible Châtelet, la sala Pleyel ofrece conciertos y recitales líricos, pero la ópera, en concierto o no, está presente asimismo en el espléndido teatro de Champs-Elysées o en la Opéra Comique (siempre en versión escénica). Así, se pudo ver la última la versión de Der Freischütz de Weber con recitativos orquestados por Berlioz en 1841 (en francés) con la voluntad de John Eliot Gardiner de bucear en las versiones originales o las más raras. El coro Monteverdi y la Orquesta Revolucionaria y Romántica respondieron al maestro como siempre, o sea en grado superlativo, y los cantantes fueron los que se pretendía para restituir el modo “francés” y en general el tipo de cantantes de la época de Weber, en una rotunda inversión de la tendencia que quiere voces de tipo heroico. Foto: Elisabeth Carecchio Quien más se pareció a estas fue Gidon Saks (Gaspard), mientras que Sophie Karthaüser exhibía en Agathe una voz casi gemela a la de Virginie Pochon (Annette), sólo que más bella, mientras la otra soprano parecía la más adecuada de las dos. El tenor Andrew Kennedy no tenía mucha presencia en el protagonista y su Max, bien cantado, respondía a unas características vocales refinadas y musicales sin duda, pero muy modestas en volumen y proyección. La puesta en escena de Dan Jemmett tuvo algunos momentos mejores (los coros) que otros (la marcación de personajes, el final). De los demás solistas, todos correctos, destacó el Kilian de Samuel Evans. En Champs-Elysées hubo también un evento de la mayor importancia. Dos fechas se reservaron para una versión de concierto de Pelléas et Mélisande protagonizada de modo memorable por Simon Keenlyside y Natalie Dessay. El Golaud de Laurent Naouri fue soberbio vocalmente aunque algo reiterativo en la expresión, y el Arkel de julio-agosto 2011 Escena de Der Freischütz en París Alain Vernhes, un maestro de la dicción, sonó algo fatigado. Marie-Nicole Lemieux fue un lujo para Geneviève, Kathouna Gadella cantó un Yniold soprano en la mejor tradición tras un inicio algo opaco, y Nahuel di Pierro evidenció interesantísimas condiciones de bajo en los dos roles menores. Fue buena la breve intervención del coro y fantástico el desempeño de la Orquesta de París, dirigida por Louis Langrée de modo muy apreciable aunque por momentos con desborde sonoro. por Jorge Binaghi pro ópera Oberon en Toulouse Daniele Abbado ha optado por reunir todas las partes pequeñas en un Narrador (espléndido el actor Volker Muhtmann), que sin embargo acentúa la falta de continuidad dramática y sobre todo la dificultad de crear verdaderos personajes con los otros roles principales. Musicalmente, hemos tenido una visión ‘tradicional’, entre beethoveniana y prewagneriana, con poco Mozart. Rani Calderon ha dirigido bien, en particular las partes más dramáticas o retóricas. La orquesta y el magnífico coro (preparado por Alfonso Caiani) constituyeron un valor añadido. De los cantantes, destacó el Huon de Klaus Florian Vogt (luego de unas pequeñas vacilaciones en su aria de salida, de veras terrible) por la musicalidad y la valentía de su canto, la claridad de la dicción y la voluntad de actuar. Ricarda Merbeth tiene medios importantes, aunque no bellos ni parejos en los registros, y tiende a crecer en los agudos. El mejor momento fue su gran aria del segundo acto, y aunque no bajó de un nivel digno, las otras intervenciones no fueron memorables, y pese a sus afirmaciones de que Weber está más cerca de Mozart, hizo de Rezia una hermana menor de Brunilda (cosa que seguramente no es). Extraordinaria la Fatima de la mezzo Roxana Contanstinescu y muy adecuadas las intervenciones pro ópera Foto: Patrice Nin Al parecer, en Francia se ha puesto de moda Weber. Respondiendo al Freischütz en versión francesa y con recitativos de Berlioz que acaba de presentar la Opéra Comique, el Capitole de Toulouse responde con una nueva presentación escénica de su última y en el fondo inacabada ópera pese a que los números musicales estén todos. Pero no sólo la quería traducida del inglés al alemán, sino que quería cambiar las partes habladas a las que lo había obligado la costumbre en Inglaterra por una composición enteramente musical. Las soluciones suelen ir de la versión de concierto a las escénicas con podas diversas. Escena de Oberon en Toulouse de Arttu Kataja (un desbordante Scherasmin)y Tansel Akseybek en el rey de las hadas (un tenor líricoligero interesante). Lo poco que tuvo que hacer y cantar Puck lo hizo correctamente Silvia de La Muela, y fue asimismo digna de mención Adrineh Simonian en una ninfa marina. El Teatro organizó al mismo tiempo una jornada de estudios dedicados a la ópera de Weber francamente interesante. por Jorge Binaghi julio-agosto 2011