MORENO, VALERO & HERRERA - Las plantas y las parteras tradicionales cubanas 223 de los signos por ejemplo), ora usando especies parecidas a las de su continente, ora por el método de dársela a comer a los animales para probarlas y ver si tenían algún efecto particular, si no resultaban venenosas. Los españoles trajeron muchas de sus especies básicas, si bien la mayoría no resistió el traslado o no pudo aclimatarse, por razones que hoy sabemos obvias. Los indios dejaron algunas tradiciones botánicas de las cuales se apropiaron españoles y africanos, en tanto que los chinos han influido poco, debido al escaso parentesco que su flora guarda con la nuestra. Más influyeron, indirectamente, las culturas indígenas del continente, muchas de cuyas plantas fueron asimiladas por los españoles y traídas, con o sin intención, a nuestro país. Como ejemplo final, señalemos que la mayoría de las malezas cubanas son neotropicales o paleotropical asiáticas — RICARDO & al. (en prensa) —, éstas últimas, por el mayor desarrollo que en dicho continente alcanzaron diversas culturas. Atendiendo al hábito de las especies, se observa que no hay una marcada diferencia entre el total de especies arbóreas (33) y herbáceas (34); las arbustivas (15) sí estarían en minoría. Tampoco difieren notablemente los totales de especies silvestres (46) y cultivadas (40), fig. 3. 35 30 • cultivados • silvestres 25 20 15 10 5 0 árboles arbustos hierbas trepadoras Figura 3 Distribución de las especies, de acuerdo con su hábito Las cultivadas son, fundamentalmente, plantas de jardín. El jardín es el lugar donde habitualmente se siembran las plantas medicinales y se considera una de las primeras vías de introducción de especies alóctonas. Fue en los jardines de los primeros españoles llegados a Cuba, donde posiblemente se introdujeron muchas de las especies ornamentales y algunas de las medicinales que hoy forman parte de nuestra medicina tradicional. Según se observa en el anexo 2, las especies silvestres tienen un habitat variable aunque ocupan el primer lugar las ruderales y aquellas que presentan facilidad para adaptarse a distintos tipos de vegetación, esto creemos se debe a que las ruderales y las que presentan cierta plasticidad son las más abundantes y cercanas al hombre y por lo tanto de más fácil incorporación a la medicina tradicional. El número de endemismos es bajo si tenemos en cuenta su alta proporción en nuestra flora, pero esto también coincide con lo señalado por FUENTES (1988) para las especies medicinales en general. La baja incorporación de tales especies en nuestra medicina tradicional puede deberse a que son menos abundantes y se encuentran en áreas más reducidas que las demás, en contraste con lo que acaece con las ruderales, el vínculo con el hombre es mucho menor, ya que él es quien las ha ido confinando en estos lugares a medida que ha invadido sus territorios, permitiendo la entrada de las especies invasoras y evitando que los endemismos se mantengan.