GUÍA PARA ADORACIÓN AL SANTÍSIMO Tal vez hace mucho tiempo que no estás un rato a solas con Jesús en la capilla, o quizás esta sea la primera vez que te dispones a rezar frente a Jesús expuesto en el Santísimo Sacramento. Por eso pensamos en ofrecerte una guía que puede servirte como orientación. Lo primero que te sugerimos es que te arrodilles delante de Jesús, lo mires sobre el altar y hagas una breve oración de adoración, en la reconozcas toda su grandeza como verdadero Hijo de Dios hecho hombre, todo el amor que te ha manifestado a lo largo de tu vida y le pidas que sea Él mismo quien disponga tu corazón para poderlo escucharlo y aceptar sinceramente lo que Él quiera decirte. Ponte más cómodo ahora, te puedes sentar, mirarlo e imaginar que estás con Él en Galilea, cerca del lago, con los discípulos y rodeado de toda la gente que lo seguía. Es el mismo Jesús, bajo apariencia de pan, el que está delante de ti. Imaginándote en ese lugar lee el evangelio. Es un episodio conocido, pero te invitamos a que te detengas a pensar algunos detalles: El que dio los panes y los pescados era un muchacho, podría ser un chico de tu edad. Le dio lo que tenía, no era mucho, pero era todo lo que tenía. Eran muchos los que tenían hambre (5000 hombres), por eso se entiende la reflexión de Andrés: “¿Qué es esto para tanta gente? Jesús toma lo que el muchacho le entrega y da de comer a todos y sobran pedazos todavía. Jesús hace un signo maravilloso a partir de la generosidad de un joven. Te proponemos que delante del mismo Jesús te preguntes: ¿Ves el “hambre” de la gente de este tiempo? (hambre material, de justicia, de Dios, de paz…) ¿O estás cerrado en tus propios problemas? ¿Crees que Jesús puede hacer algo para saciar el “hambre” de la gente? ¿Te das cuenta de que tienes muchos “panes” que puedes darle a Jesús para que Él los multiplique? ¿Serías capaz de ofrecerle a Jesús tu vida en serio para que Él pueda contar contigo? Para terminar tu adoración puedes abrirle tu corazón pidiendo lo que necesites y por las intenciones que todos compartimos hoy (en especial por nuestros hermanos que han sido afectados por el terremoto en la costa ecuatoriana). En nombre de Jesús te agradecemos que hayas querido compartir este rato con Él y te aseguramos que todos rezaremos por ti. Departamento de Misiones Universitarias