Historias ¡¡Estas son nuestras historias, historias que transcurren en nuestro pueblo…!! Iba con mi primo por la calle, estábamos jugando al “toca timbres” y vimos al “Ratita" que es al que le habíamos tocado el timbre, que se estaba escondiendo en una esquina para ver si tocábamos su timbre, al ver que no lo hacíamos se fue a casa tan tranquilo, y mientras, nosotros nos íbamos al parque donde estaban los demás y les dijimos que el “Ratita" ya había llegado a su casa y el Sergio saltó y dijo: -¡Ratita! Estamos en el parque. El Ratita vino a toda prisa a por nosotros para llevarnos a la guardia civil y que nos pusieran una multa pero no nos pilló. Se escondió otra vez para intentar pillarnos. Al poco tiempo vio a Rubén y como iba cojo le pillo y dijo: -Vamos al cuartel para que te pongan una multa. Rubén, haciendo que lloraba le dijo: -No te he llamado yo, han sido ellos Le soltó y le dijo que si se enteraba que había sido él le ponía una multa. Esto era un maravilloso día de Agosto, mientras estaba en Disney Land Resort París. Ese día, mis padres y yo fuimos a París de excursión. Primero en autobús, estuvimos visitando todo París, más tarde en barco, vimos los puentes más importantes de París. Fuimos a comer a un restaurante, se nos pasó la hora de vuelta al barco. Nos pusieron unas pegatinas rojas, tuvimos que ir andando hasta la torre Eiffiel. Gracias a las pegatinas pudimos encontrar a nuestro grupo que estaba esperando. Nos dejaron entrar y subimos andando. Mi madre tiene vértigo y se quedo en la primera planta, pero mi padre y yo subimos hasta arriba del todo. Hasta el segundo piso había 668 escalones y ya no había más, el resto era en ascensor. No nos dio impresión. Desde arriba vimos todo París, algunas de esas cosas eran: El arco de Triunfo, el barrio moderno, muchos edificios y casas de París y muchas cosas más. Hicimos fotos y cuándo bajamos se las enseñamos a mi madre. Bajamos abajo nos hicimos más fotos y nos fuimos al hotel de Disney Land Resort París. Hace muchos días estábamos mis amigos y yo en la noche tenebrosa de halloween, era muy oscura. Al cruzar una calle vimos un gato negro y nos dio mala suerte porque cuando íbamos a las casas a pedir dulces nunca nos daban y en algunas casas no había gente. Dando una vuelta por el pueblo fuimos a parar a una casa, en la que en el balcón se encendía y se apagaba una luz, nos gustó y llamamos a la puerta, pasaba el tiempo y no abrían, después vimos un señor que se asomaba a la ventana, un señor que llevaba puesto un gorro con bombillas que nos dijo que entráramos y nos dio dos bolsas bien grandes de golosinas. Hace algunos días, volvíamos jugando y hablando después de haber hecho educación física en el gran polideportivo, cuando nos encontramos con algo negro en la parte trasera de la acera. Respiraba entrecortadamente y no podía mover las patas traseras, era un gato y lo habían atropellado por la parte trasera de su cuerpo. Yo fui quien dio la voz de alarma a nuestra profesora, Sonia. Llamamos a la madre del gato para ver si hacía algo, pero se fue. Luego Javier lo cogió y lo metió entre unas hierbas, que es donde vivía, porque es un gato callejero. Al final me fui a casa y no sé que más pasó, tampoco lo he vuelto a ver, pero espero que esté bien o que alguien lo haya cogido y cuidado. Mientras esperamos noticias de él, mis amigas y yo seguimos echando de comer a los otros gatos y a su madre. Un día por la mañana, me levanté a las once para ir al bosque, fuimos Borja mi hermano Óscar y yo. Llevábamos una enorme cesta roja en la que por lo menos caben mas de cien hongos y almizcles. De repente vimos unas sombras y unos fuertes tiros que sonaban ¡puf! La verdad es que me asuste pero todos decían que teníamos que seguir el camino. Fuimos hasta donde se oían los disparos, eran dos cazadores nos dijeron que nos fuéramos, porque había dos jabalís heridos por dos tiros, nosotros nos asustamos mucho pero proseguimos el camino, al salir a un claro nos los encontramos eran dos enormes jabalís uno estaba herido, nos subimos a un árbol y Borja le tiro una fuerte rama, el jabalí ni se inmuto, siguió mirándole ramas hasta que el jabalí se fue, pero el otro aun seguía rondando por el bosque, Borja le tiro una bellota y el jabalí no pudo resistirse y la buscó para comérsela. Más tranquilos regresamos al pueblo, vendimos los hongos y colorín colorado los jabalís se han asustado. Una tarde soleada, me hice la merienda y de un bocado me la comí y a escondidas bajé corriendo como la luz, cogí la bici y sin esperar ni un segundo fui a toda prisa al Valdorno, por el camino, encontré vaca con malas pulgas me persiguió, pero cogí un atajo en que había una raíz que me hizo volar como un pájaro, pero lo que sube baja, pues caí en la arenilla al lado del agua iiiiiiiii…. Bueno, bueno me hice mucho daño, pero des pues del baño se me fueron todos los males. Coji la bici y justamente una manada de vacas furiosas con cuchillos me querían matar pero les pegué un castañazo que las deje atontas ¿perooo? Los becerros se enfadaron y vinieron a por mi y yo tuve que coger carrerilla y dejarlos inconscientes luego se me hizo tarde y tuve que ir en un avión que coji en una nube del cielo que me llevó a mi casa en un abrir y cerrar de ojos.