Recuperando nuestra historia: Jóvenes responden: "Sí hay rebeldía" - Opinión de Patricio Valdés (Edición Nº40 PF, Martes 24 de octubre de 1967) PUNTO FINAL Año II. Nº 40 Martes 24 de octubre de 1 967 JÓVENES RESPONDEN: "SÍ HAY REBELDÍA" PUNTO FINAL continúa en este número consultando la opinión de dirigentes juv eniles sobre los objetiv os y características de la lucha que —en todos los planos— están realizando los jóv enes chilenos. El afloramiento de esta conciencia de lucha en los sectores juveniles del país, se ha descrito como una v erdadera rebelión. En esta oportunidad PF presenta las opiniones de Juan Arancibia Córdov a, miembro de la comisión política del Movimiento "Camilo Torres", y del dirigente de la Juv entud Radical, Patricio Valdés. El dirigente del "Camilo Torres" dijo: "Sí hay rebeldía. La sociedad chilena actual está en crisis. Los jóv enes de los diferentes grupos sociales que la conforman ex presan su rebeldía de diferentes formas. No es igual la rebeldía del jov en "coppeliano" que trasunta sus insatisfacciones a la sociedad tradicional en actitudes ex ternas imitativ as de los jóvenes burgueses europeos, en una rebeldía inauténtica y que cuesta por lo demás bastante dinero. Diferente es la actitud de los jóvenes obreros, campesinos y estudiantes conscientes que buscan encauzar su rebeldía hacia la transformación integral de la sociedad. Aunque no estemos de acuerdo con la teoría generacional como método ex plicativ o de la historia, creemos, sin embargo, que en Chile y América Latina ser rebelde es ser jov en. Nuestro aserto se fundamenta en que las v anguardias políticas surgen fundamentalmente en el campo obrero, campesino, estudiantil, como en Cuba y en todo nuestro continente. Nunca más los jóv enes debemos ser engañados por los partidos tradicionales que buscan a la juv entud para instrumentarla y alcanzar mezquinos intereses electorales. La juv entud y a no cree en las dirigencias envejecidas, incapaces de conducir la lucha en est a nuev a etapa. Para nosotros, la única y auténtica rebeldía es la que se ex presa hacia el cambio y se organiza para esto. Un buen testimonio en este momento es la agitación que sacude a las univ ersidades chilenas donde las nuev as v anguardias estudiantiles, con el respaldo may oritario, buscan quebrar las antiguas estructuras organizativas y barrer con los focos de poder reaccionario y proyectar así la Univ ersidad hacia la rev olución. Reafirmamos que la juv entud no debe comprometerse más con los partidos tr adicionales y sacrificar con esto su idealismo y su generosidad. Buena prueba de lo que no debe hacerse lo constituy e la actual Juv entud Demócrata Cristiana, donde si bien la may or parte de sus bases no se encuentran comprometidas con el sistema y están po r el cambio, no es menos cierto que la may or parte de sus dirigentes nacionales están comprometidos con el actual régimen por el hecho de ocupar altos puestos públicos, remunerados con buenos sueldos, mientras por otro lado en sus declaraciones públicas proclaman estar por la rev olución, por sus compromisos pasan a ser los nuev os profitadores de esta sociedad y en consecuencia no pueden aspirar a conducir la rebelión de la juv entud chilena. Camilo Torres llamó a los jóv enes colombianos y latinoamericanos a comprometerse en la lucha por la transformación rev olucionaria de la sociedad y este compromiso debe ser hasta las últimas consecuencias. No caben por tanto los términos medios o en espera de que la lucha la desencadenen otros. La lucha comienza hoy y a los jóv enes chilenos les cabe la responsabilidad de liberar al país del actual sistema capitalista y del imperialismo norteamericano". UN RADICAL Patricio Valdés, dirigente de la Juv entud Radical, opinó: "Innumerables sociólogos, psicólogos, religiosos, pedagogos y políticos han tratado de ex plicarse, desde su particular punto de análisis, las razones que llev an a la juv entud actual, tanto en nuestro país como en otras áreas del univ erso, a rebelarse, a luchar. Doctas admoniciones burguesas tratan de minimizar el proceso que eclosiona a diferentes niveles. A los detentadores del statu quo tradicional les es difícil explicarse y , mucho menos, justificar el que la juv entud irrumpa, v iolentamente, buscándose un lugar que justifique sus responsabilidades generacionales. Y ello no indica que se trate, única y ex clusiv amente, de una pugna generacional. Importantes av ances se han logrado. Ex isten elementos que continúan efectuando un aporte positiv o. Pero, no es menos cierto que, los más han detenido su acción, han transado su ideal de otrora, se quedan en un recodo del camino, de por sí áspero y cruento. Mientras se produce el av ance tecnológico, científico, cultural; mientras el mundo actual, fruto de grandes golpes, cambia de fisonomía; mientras obse rv amos ellos ex isten, a la v ez, sectores may oritarios, pueblos enteros que se encuentran alienados por el gran capital sin encontrar el lugar que, en justicia social, les correspondería. Y frente a este estado de cosas, la juv entud debe y tiene que rebel arse ex igiendo, en la acción, el cambio total de las actuales estructuras. Grupos priv ilegiados detentan el poder político, económico, social, cultural; ex polian a los estratos may oritarios, trabajadores, obreros, campesinos, empleados, intelectuales. La juv entud debe, en consecuencia, tomar su lugar de v anguardia, adquirir una conciencia de clase más desarrollada que nunca, a fin de señalar las injusticias actuales, propugnando los cambios que permitan integrar a estos hombres, desposeídos y esquilmados, a un sistema más progresista, más idóneo, más humano, más justo. La labor de la juv entud, en este sentido, es bastante consecuente con sus actuales responsabilidades. Está indicando la caótica situación existente. Está señalando los cambios v itales, que deberán ser profundos y definitiv os. Señalarán su plena v igencia, permitiéndole su acceso al proceso social, abriéndole las puertas al estudio, al trabajo, al deporte, a la recreación. Entregará su aporte creador logrando que el hombre, en su más lata significación, pueda ser factor decisivo de su destino y el de sus coetáneos. Verterá su acción solidaria, tal como siempre, en torno a las luchas liberacionales de los pueblos del mundo que, bajo diferentes maneras, están buscando liquidar las secuelas del pasado, la ex plotación capitalista, tanto nativa como foránea, la dependencia atroz e inmisericorde del imperialismo norteamericano. En este cuadro perspectivo se ubica la rebelión juv enil. Allí están sus tareas básicas e inmediatas. Las está demostrando en el accionar estudiantil —fundamentalmente el univ ersitario —, en el campo, en la usina, en los talleres, tratando de quebrar la cost ra de intereses e injusticias que, incluso, el actual sistema, a pesar de todo su populismo preelectoral, trata desesperadamente de mantener. Aquellos que sólo se quedan en la manifestación ex terna —v estimenta, div ersiones, irrev erencia a normas obsoletas—, están observ ando y analizando lo superficial, la rebelión a lo acomodaticio. La lucha de la juv entud lleva algo mucho más trascendente. Involucra su disconformidad creadora con un sistema socioeconómico que lo enajena, no sólo en nuestro país sino qu e en otras latitudes. En un mundo ex traordinariamente interdependiente en sus relaciones y reacciones humanas, la miseria, la pobreza, el subdesarrollo, la injusticia social, la criminal agresión, la descarada interv ención imperialista, nos motiv an, nos ll ev an a la acción. Muchas podrán ser sus manifestaciones; sus formas, las más div ersas, producto de la propia realidad nacional. Algo resalta, nítidamente: la juv entud sólo está comprometida con su futuro; de allí, entonces, su actuar ..." XIMENA CANNOBBIO Recuperado de: http://www.blest.eu/inf/PF40.html