otros, soy de parecer que semejante idea, evidentemente inaplicable á muchas castas, podrá ensayarse en alguna con utilidad si efectivamente las h a y en que el algodón haya llegado al punto de madurez perfecta cuando hace los últimos esfuerzos para romper la caja; p nadie duda que la impresión del sol, y mas la del rocío, lo malean demasiado por ligeras que sean. Lo mejor de todo es colectar los copos diariamente sobre su misma rama conforme va insinuado. Otro abuso m u y general y pernicioso es mezclar todo el producto de la cosecha sin distinción de capullos sanos y dañados, ni de tempranos y tardíos; siendo bien sabido que el de la primera cogida es el superior, y que el de invierno, especialmente el último que se recoge todavía aprisionado en sus celdillas, es m u y inferior al de otoño en candidez, fuerza y finura, y a por no haberse sazonado á causa de los frios, y a por la humedad de la estación que juele empaparlo y desteñir la cápsula. U e s .rito n.3 o b c n a s n s sinav '•?, i&vx'i& i. olobnsiviov \ Í:¡:' SD ri -.b na ARTICUtO X I I . CSfilid Vi sb riOtülOq fililí ftOS ZOíburn fiytn3?L.1CÍ 02 3 0 p VJfc'l • ¡rail Despepitado, almazenage y embalage. ©b sieínsv fi! irk absratini o¿ .znr,q afa BÍ3it3í?i*r:o3 ti'j '{ oaoguj, La operación de separar al algodón de su pepita es una de las mas sencillas. Proporciona á los cultivadores en la grana que resulta un alimento abundante m u y sustancioso y grato, no solo para las aves, el vacuno, cabrío y demás animales caseros, escepto el cerdo que sin embargo de apetecerlo mucho aseguran los motrileños muere con é l , sino aun para el hombre sabiéndolo preparar como hacen en el Brasil, donde es usual bajo la forma de puches y el nombre de mangau. Sácase igualmente de la semilla mucho aceite bueno para las artes, el alumbrado y demás objetos domésticos menos la comida. Liberta ademas el despepitado al producto principal de las ratas y ratones que lo destrozan increíblemente acudiendo en bandadas de la vecindad á devorar el grano, y aumenta no poco su valor por la cantidad de trabajo que le añade, y el menor volumen y peso á que lo reduce. Pertenece de consiguiente á la economía rural como la trilla y el aventado de las cereales, y debe mirarse rigorosamente como complemento de la cosecha. En las castas cuya simiente está aforrada de borra m u y tupida suele aderir á ella el algodón tan firmemente, que no pudiendo pasar por la máquina sin romperse los hilos ó despachurrarse las pepitas , se hace preciso desprenderlo á fuerza de dedos; maniobra en estremo dispendiosa y entretenida, que si no lo destroza también y lo degrada en la estimación del comercio, según dicen algunos , absorve ciertamente las ganancias que su cultivo es capaz de producir.