Timothy Radcliffe OP EL PASO DECISIVO La importancia de vivir el bautismo y la confirmación DESCLÉE DE BROUWER BILBAO – 2013 El paso decisivo TX.indd 5 15/02/13 10:02 ÍNDICE Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 I.– ¿Este niño? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 II.– ¿Qué nombre? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 III.–Mandamientos y signación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 IV.– Escuchar la Palabra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 V.– La comunión de los santos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 VI.– Librar la verdadera batalla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 VII.– El óleo de la alegría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121 VIII.– Una palabra fértil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139 IX.– El momento de la decisión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163 X.– La desnudez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185 El paso decisivo TX.indd 9 15/02/13 10:02 10 El paso decisivo XI.– La inmersión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201 XII.– Los ungidos del Señor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221 XIII.– El pueblo santo de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241 XIV.– Las paradojas de la santidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255 XV.– Ver en la oscuridad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277 XVI.– ¿Recibiste el Espíritu? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 297 XVII.– Crecer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311 Epílogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 335 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 339 El paso decisivo TX.indd 10 15/02/13 10:02 INTRODUCCIÓN El cristianismo florecerá en el siglo XXI si alcanzamos a comprender que la Iglesia es, por encima de todo, la comunidad de los bautizados. El bautismo es el gran misterio de nuestra fe. Esto no siempre es evidente. Alguien le preguntó de todo corazón al dominico Herbert McCabe: “Pero, ¿de verdad cree usted en el bautismo?”. Y McCabe contestó: “Ya no solamente creo en el bautismo; incluso lo he visto hacer”. Su respuesta juega con la paradoja del bautismo. Es un hecho cotidiano bastante común. Alrededor de un tercio de la población mundial, unos 2.300 millones de personas, están bautizados. El bautismo tiene lugar por todo tipo de razones: tal vez debido a una profunda experiencia de conversión, o para transmitirles nuestra fe a nuestros hijos, pero también simplemente porque es lo normal, por complacer a los abuelos, para poder llevar a los niños a un colegio religioso, o simplemente como una excusa para celebrar una fiesta o para comprarnos un sombrero nuevo para la ocasión. De manera que el bautismo puede parecer un hecho poco destacado: en esencia, derramar un poco de agua y pronunciar unas pocas palabras. Cuando le dije a un amigo que mi próximo libro iba a tratar sobre el bautismo, mi amigo me contestó: “Seguro que va a ser muy corto”. El paso decisivo TX.indd 11 15/02/13 10:02 12 El paso decisivo Pero los cristianos tenemos las mayores razones para defender el bautismo. Es nuestra participación en la victoria de Cristo sobre la muerte, nuestras vidas se sumergen en el Cristo resucitado para elevarnos a la vida de Dios. Cuando le preguntaron a Juan Pablo II cuál había sido el día más importante de su vida, Juan Pablo contestó: “El día que me bautizaron”. Cuando se sentía desanimado, Lutero decía: “Estoy bautizado y en virtud de mi bautismo, Dios, que no puede mentir, está obligado a mí en alianza”.1 El cristianismo se enfrenta a unas dificultades enormes: la indiferencia, el secularismo agresivo, el aumento del fundamentalismo religioso, la persecución en muchas partes del mundo, y demás. Nuestra fe florecerá únicamente si recobramos un profundo sentido de la belleza de este sencillo ritual. El bautismo toca los dramas más profundos de la vida humana: nacer, crecer, enamorarnos, atrevernos a darnos a los demás, la búsqueda de sentido, convertirnos en adultos, afrontar el sufrimiento y el fracaso, y finalmente la muerte. Un análisis como es debido del bautismo debería poner de manifiesto todos los aspectos de nuestra condición humana, nuestras esperanzas y nuestros anhelos más profundos. Tendría que ser no ya un libro corto, sino una biblioteca entera. En la mayoría de las Iglesias cristianas se producen amargas discusiones sobre quién puede recibir la ordenación sacerdotal: ¿Los hombres casados? ¿Las mujeres? ¿Las personas abiertamente homosexuales? Existen importantes cuestiones que merecen un serio debate, si bien este no es el lugar, pero nos sería más fácil analizarlas con serenidad y con inteligencia si estuviéramos verdaderamente convencidos de que la máxima dignidad que puede recibir un cristiano reside en el hecho de estar bautizados. Es mucho más hermoso compar 1. Martín Lutero: “El santo y bendito sacramento del bautismo”, Obras de Lutero, vol. 35 (Minneapolis, 1970); citado en Claire Watkins: Living Baptism: Called out of the Ordinary (Londres, 2006), p. 33. El paso decisivo TX.indd 12 15/02/13 10:02 introducción 13 tir el pan de vida que ser la persona que lo consagra. En la iglesia del cardenal John Henry Newman en Roma, San Giorgio in Velabro, se puede ver una modesta placa elogiando todos sus honores. Concluye diciendo Sed ante omnia Christianus: “Pero ante todo, fue un cristiano”. Su bautismo fue más importante para él que el hecho de ser cardenal, o incluso ¡miembro del cuerpo docente y de la junta rectora de la Universidad de Oxford! El cristianismo cobrará fuerza si todos los hijos bautizados de Dios se ven fortalecidos, su vocación reconocida y su creatividad alentada. Dentro de la Iglesia católica, tres de los grandes patronos de Europa –San Benito, San Francisco de Asís y Santa Catalina de Siena– renovaron la Iglesia en tiempos de crisis. Ninguno de ellos había sido ordenado como sacerdote. Para los primeros cristianos del Imperio Romano pagano, la decisión de pedir el bautismo tenía una importancia trascendental. Transformaba la propia identidad. La mayoría de estos primeros cristianos se veían obligados a romper con sus familias y a enajenarse de sus contemporáneos y de sus amigos. El bautismo solía conducir a la muerte. Esto continúa siendo así en el caso de los cristianos de algunas partes del mundo, pero hoy en día en Occidente, cuando los sacerdotes bautizan a los recién nacidos es posible que se pregunten si volverán a verlos por la iglesia antes de su entierro, y ni tan siquiera participarán activamente en ningún acto. En el caso de muchas personas, el bautismo apenas parece tener ninguna relevancia. Esto puede ser así debido a que los verdaderos cristianos, los que de verdad importan, parecen ser los miembros del clero. Sería injusto echarles la culpa de esto exclusivamente a la sed de poder de algunos clérigos, si bien este fenómeno siempre ha existido, desde que los propios apóstoles se pusieran ya a discutir sobre cuál de ellos era el mayor (Marcos 9,34). Pero el hecho de que no alcancemos a valorar El paso decisivo TX.indd 13 15/02/13 10:02 14 el paso decisivo plenamente el bautismo se debe igualmente a la percepción que los medios de comunicación tienen de las Iglesias cristianas como unas especies de ONG que se dedican a hacer campaña en favor de unos determinados valores morales o políticos, más que como unas comunidades de vida en abundancia. Si pensamos que las Iglesias están para insistir machaconamente en una determinada línea de acción o presionar para que se cumpla un determinado programa, en ese caso, por supuesto, los que están al mando son los que realmente cuentan, al igual que sucede en un partido político o en una empresa. Pero San Ireneo de Lyon ya dijo en el siglo II la célebre sentencia de que la gloria de Dios es el hombre plenamente vivo, la persona humana viviendo en plenitud. Si nos creemos esta afirmación, entonces, ¿qué puede haber más maravilloso que el bautizarnos en la propia vida de Dios? El estar vivos, como tendremos ocasión de ver, implica ejercer la responsabilidad adulta, tener voz en los asuntos de la Iglesia, si bien no es éste el sentido de ser cristiano. Escribí un libro que llevaba ese título. 2 En él analizaba algunas de las cualidades de la vida cristiana que deberían sorprender a nuestros contemporáneos y hacer que se preguntaran quiénes somos los cristianos: una extraña alegría, una libertad, esperanza y valentía desconcertantes, una determinada forma de entender la verdad, una profunda paz. He intentado no volver a repetirme. El presente libro adopta un enfoque en cierto sentido diferente y complementario. Todos los sacramentos escenifican una historia. En otro lugar 3 he alegado que la Eucaristía narra la historia de nuestra transformación a través de la fe, la esperanza y el amor. Es un drama en tres 2.Timothy Radcliffe: ¿Qué sentido tiene ser cristiano? (Londres y Nueva York, 2006). Edición española, Desclée De Brower S.A., Bilbao. 3.Timothy Radcliffe: ¿Por qué hay que ir a la iglesia? El drama de la Eucaristía (Londres y Nueva York, 2008). Edición española, Desclée De Brower S.A., Bilbao. El paso decisivo TX.indd 14 15/02/13 10:02 introducción 15 actos. La historia representada por el bautismo me resulta menos clara. Con frecuencia, mientras estoy celebrando algún bautizo, me veo esforzándome por recordar qué es lo que viene a continuación. Pero estoy firmemente convencido de que también el bautismo sigue una narrativa implícita. Comienza con el momento de recibir un nombre y de ser reclamados para Cristo. Este es el amor incondicional que nos convoca al ser. Pero, a medida que el bautismo va avanzando, descubrimos que este amor es exigente y transformador. Somos invitados a escuchar al Señor, que nos llama a compartir nuestra responsabilidad de los unos para con los otros y hacia toda la creación, a liberarnos de todo egoísmo, a morir y a compartir la propia vida del Dios trinitario. Este amor es exigente precisamente porque es verdadero, y un amor verdadero siempre es transformador. No trataré de presentar una exposición sistemática de la teología del bautismo. La dificultad estribará, más bien, en lograr conmover nuestra imaginación con la gran aventura de alcanzar a vivir plenamente en Dios. Escribo como católico que soy, pero con la esperanza de que este pequeño libro también pueda ser de utilidad para los cristianos de otras denominaciones. “Católico” significa “universal” y en razón de ello, en mi condición de católico estoy obligado a estar abierto a la verdad, dondequiera que se encuentre. Se suele decir que la rivalidad entre las distintas Iglesias cristianas es sana. Nos mantiene alerta, obligándonos a no dormirnos en los laureles. Nos vemos en la necesidad de mejorar nuestros “productos” si queremos conservar nuestra cuota de mercado. La razón por la que Estados Unidos tiene una cultura cristiana tan viva, según alega el razonamiento, es porque ninguna Iglesia en particular tiene el monopolio. Esta rivalidad aparece simbolizada en el famoso duelo, aunque probablemente no sea real, entre los tablones de avisos de dos iglesias adyacentes, la una católica y la otra presbiteriana: El paso decisivo TX.indd 15 15/02/13 10:02 16 el paso decisivo El tablón católico señala: “Todos los perros van al cielo”. El tablón presbiteriano advierte: “Sólo los seres humanos van al cielo. No hay más que leer la Biblia”. El tablón católico señala: “El amor de Dios se extiende a todas sus criaturas, incluidos los perros”. El tablón presbiteriano advierte: “Los perros no tienen alma. Esto está fuera de toda discusión”. El tablón católico señala: “Los perros católicos van al cielo. Los perros presbiterianos pueden consultarlo con su pastor”. El tablón presbiteriano advierte: “La conversión al catolicismo no garantiza mágicamente que nuestro perro vaya a tener ningún alma”. Y así sucesivamente. Por supuesto, es inevitable que haya cierto grado de rivalidad y hacemos bien en sentir que le debemos lealtad a nuestra Iglesia y en no querer hacer nada que parezca indigno de nosotros o que nos pueda desmerecer. Había un monje benedictino que tenía fama de ser un bon viveur. Una noche salió a cenar y volvió conduciendo y llevando puesto tal vez lo peor que se le podría ocurrir llevar, el alzacuellos de sacerdote. Un amable policía le hizo el alto y le dijo: “Vamos, vamos, Padre, no debería usted conducir en ese estado. Aparque usted el coche y yo le llevaré a su casa. ¿Dónde quiere que le deje?”. “Fuera de la Iglesia baptista, por favor”. Pero el bautismo es el sacramento de nuestra unidad en Cristo, y en un mundo cada vez más fracturado por la violencia y los conflictos nuestra unidad es más imperativa que nunca. Estoy convencido de que es intrínseco a nuestra identidad bautismal el anhelar y luchar por la restauración de la plena unidad del Cuerpo de Cristo. Hoy en día, la unidad cristiana parece más remota y más inalcanzable que hace unas décadas. Pero en otros sentidos nos estamos acercando más, incluida nuestra forma de entender el bautismo. El experto luterano en bautismo Maxwell E. Johnson señala que “la se­­ El paso decisivo TX.indd 16 15/02/13 10:02 introducción 17 gunda mitad del siglo XX ha sido testigo de un cambio, una reactivación, una renovación y una convergencia ecuménica sin precedentes en lo relativo a los ritos cristianos de iniciación y su interpretación dentro del seno de las distintas Iglesias repartidas a lo largo del mundo”.4 Por primera vez desde hace siglos los católicos, los ortodoxos y muchos protestantes celebran el bautismo y la confirmación más o menos de la misma forma. Seguiré principalmente el ritual católico para el bautismo de los recién nacidos, pero espero que ello no les resulte demasiado extraño a los cristianos procedentes de otras tradiciones. El movimiento de reforma de la liturgia nos ha acercado; hemos vuelto a las mismas fuentes originales; tenemos por delante unas dificultades similares. Pero, ¿y las personas que no están bautizadas? Nuestra sociedad está consagrada en cuerpo y alma a la rivalidad y la competitividad, razón por la cual puede pensarse que el elogio del bautismo implica una desconsideración hacia los no bautizados. Pero no es esta mi intención en absoluto. Dios no está confinado dentro de los límites de la Iglesia. Dios está presente en todos los seres humanos, sosteniéndolos en el ser y habitando en sus corazones, independientemente de cuál pueda ser su fe o de que no tengan ninguna. El bautismo es fascinante porque arroja luz sobre el drama de toda vida humana. Quiero darles las gracias a mis hermanos dominicos, a cuya sabiduría y predicación debe mucho este pequeño libro. Quiero darles las gracias especialmente a los dominicos Vivian Boland y Richard Conrad, por leer el manuscrito, enriquecerlo con sus sugerencias y sacarme de muchos errores vergonzosos. Les estoy agradecido a los monjes de la abadía de Glenstal y a los obispos y sacerdotes de San Francisco, que tuvieron que tragarse heroicamente las primeras versiones de buena parte de este libro y me animaron a seguir adelante con la 4.Maxwell E. Johnson: The Rites of Christian Initiation: Their Evolution and Interpretation (Collegeville, MN, 1999), p. 291. El paso decisivo TX.indd 17 15/02/13 10:02 18 el paso decisivo redacción, y a las hermanas de la Misión de San José por prestarme su casa de Moss Beach, en California, donde pude darle los últimos toques al libro. Quiero darles también las gracias a los cristianos de otras denominaciones, que me han ayudado a comprender mejor nuestro bautismo común, y en especial al deán y a los canónigos de la catedral de Salisbury, de la cual tengo el honor de ser canónigo sárum. Quiero dar las gracias a Robin Baird-Smith, mi editor y amigo, por su aliento inagotable, y a todo el equipo de la editorial Continuum, por su entusiasmo y su creatividad. Quiero transmitirle mi agradecimiento a mi compañero de noviciado, el dominico David Sanders, por nuestros cuarenta y seis años de amistad dentro de la Orden. Este libro está dedicado a él en señal de gratitud. Primer Domingo de Adviento de 2011 El paso decisivo TX.indd 18 15/02/13 10:02 I ¿este niño? El bautismo comienza con una serie de preguntas. A los candidatos adultos se les pregunta: “¿Cuál es tu nombre?”; “¿Qué pides a la Iglesia de Dios?”; “¿Qué te otorga la fe?”; ¿Cuál es tu deseo?”; “¿Por qué razón has venido?”. A los padres y a los padrinos de un niño recién nacido también se les pregunta: “¿Qué nombre habéis elegido para vuestro hijo?”; “¿Qué pedís a la Iglesia de Dios para este niño?”. ¿Por qué comienza el bautismo haciendo tantas preguntas? Es de suponer que el sacerdote debe conocer ya de antemano las respuestas. Esto es así porque el bautismo debe ser elegido libremente. Somos bautizados en la libertad de Cristo: “Para ser libres nos libertó Cristo” (Gálatas 5,1). Por ello, cuando en el siglo IV la Iglesia dejó de ser perseguida y el bautismo se convirtió en algo socialmente aceptable e incluso ventajoso, resultaba de vital importancia asegurarse de que las personas pedían el bautismo libremente, sabiendo lo que significaba. Un obispo egipcio interrogaba a los catecúmenos, inquiriéndoles: “¿Estáis indecisos, os sentís presionados por algo o empujados por la costumbre? Pues nadie hace burla del reino de los cielos, sino que éste les es dado a aquellos que lo aman con todo su corazón”.1 1.Los Cánones de Hipólito, 19; citado en Johnson: Rites, p. 117. El paso decisivo TX.indd 19 15/02/13 10:02