Al estar hoy aquí siento que no ha pasado el tiempo, que es como hace diez años que con alegría y entusiasmo esperábamos la graduación, y entre risas y llanto se día llegó, nos esperaba a todos un camino nuevo, en donde ya no estaríamos juntos, en las buenas y en las malas, jugando y riendo, estudiando y viviendo intensamente cada día del colegio, cada uno emprendía un viaje lleno de incertidumbre y esperanza. Hoy estamos aquí después de diez años, de un camino recorrido, en donde la alegría y entusiasmo se transforman en nostalgia y recuerdos, recuerdos de una de las etapas más hermosas de la vida, donde aprendimos a confiar en nosotros, a ser amigos, a valorar la vida, la naturaleza porque la física y la química se puede aprender en cualquier lugar, pero lo que nosotros aprendimos aquí es a ser personas de bien, tener valores, amar la vida, disfrutar cada instante, no rendirse, luchar hasta el final, confiar en un Dios que es amigo, que no se nos impuso, si no poco a poco lo fuimos conociendo, la libertad porque aquí siempre tuve y fui libre de decir y hacer lo que pensaba. Todo esto ha hecho en mí, que no tenga miedo, que enfrente mis retos, que asuma mis responsabilidades y valore lo que Dios me ha dado. Estoy segura que todos mis compañeros sienten lo mismo y estoy orgullosa de cada uno de ellos porque todos han cumplido sus sueños, aquí no nos cortaron las alas, nos enseñaron a volar, porque aquí el sueño de cada uno era importante, siempre nos sentimos apreciados, escuchados y queridos. A los alumnos que hoy se gradúan, les felicito porque han cumplido esta etapa en la vida y estoy feliz porque han vivido la Experiencia en Santana, como todos nosotros que ya no estamos diez años aquí y es como si nunca nos hubiéramos ido, porque nuestros corazones están aquí siempre, nuestros sueños comenzaron aquí y nuestras vidas se formaron aquí y soy feliz de ser parte de esta Familia Santana. Alexandra Donoso