ARTÍCULO DE REVISIÓN “Síndrome del Corazón Roto”: Cardiomiopatía de Tako-Tsubo. “Broken Heart Syndrome”: Tako-Tsubo Cardiomyopathy. María Gaviria B.1, Ana Brome U.1, Luisa Benjumea G.1, Jon Balparda A.2 (1) Interna de Medicina. Semillero de Investigación Facultad de Medicina SIFAM, Universidad Pontifica Bolivariana, Medellín, Colombia. (2) Médico Cirujano. Estudiante – Maestría en Ciencias Básicas Biomédicas, Universidad de Antioquia. Corporación para Investigaciones Biológicas (CIB) – Centro Clínico y de Investigación SICOR, Medellín, Colombia. Recibido el 24 de junio de 2011. Aceptado el 28 de octubre de 2011. RESUMEN La cardiomiopatía de Tako-Tsubo se define como una cardiopatía súbita, aguda, caracterizada por alteraciones en la contractilidad de los segmentos apicales del ventrículo izquierdo, lo que lleva de manera rápida e importante a un defecto de bomba a nivel cardíaco, causando sintomatología de diversa gravedad que puede implicar incluso el desarrollo de choque cardiogénico y la muerte. Se caracteriza, entre otros, por una ausencia absoluta de lesiones detectables a la angiografía coronaria. A pesar que no existe a la fecha un consenso al respecto, actualmente se considera que las teorías que mejor explican el síndrome son las alteraciones de la microcirculación coronaria y la toxicidad miocárdica por catecolaminas. Su cuadro clínico se basa principalmente en dolor precordial, asociado a disnea; las enzimas de mionecrosis (principalmente las troponinas) pueden estar aumentadas levemente, aunque es característica la presencia de una coronariografía completamente normal. PALABRAS CLAVE: Cardiomiopatía de Takotsubo, Muerte súbita, Cardiología. ABSTRACT Tako-Tsubo cardiomyopathy is defined as a sudden, acute cardiomyopathy, characterized by reversible alterations in left ventricle’s apical segments contractility, resulting in an important decrease in the heart’s ‘pumping’ function. This causes various degrees of symptomatology in the patient, including, in some cases, cardiogenic shock and death. This condition is characterized, specially, by an absolute lack of detectable lesions on coronariography. Although to date there is no consensus on this issue, now considered the theories that best explain the syndrome include abnormalities of the coronary microcirculation and myocardial catecholamine toxicity. The clinical presentation of most patients will include chest pain and dyspnea, with troponins been elevated in some cases, although there will always be the characteristic of a completely normal angiographic study. KEY WORDS: Takotsubo cardiomyopathy, Sudden death, Cardiology. INTRODUCCIÓN La cardiomiopatía de Tako-Tsubo (CTT), conocida también como “broken heart syndrome” (síndrome del corazón roto), es una entidad clínica de reciente descripción (1), caracterizada por hipocinesia o discinesia de los segmentos apicales del corazón izquierdo, asociadas a hipercontractilidad de los segmentos basales del mismo. Lo anterior lleva a una disrupción de la normalidad en las funciones cardíacas de variable gravedad y duración, pudiendo incluso provocar esporádicamente algunas complicaciones serias como el choque cardiogénico y la muerte (2). Su presentación clínica y electrocardiográfica es esencialmente similar a la de un evento coronario agudo, aun con un número importante de pacientes mostrando un aumento moderado en la cantidad de enzimas cardíacas (troponinas principalmente) en sangre (3); sin embargo, su pronóstico es particularmente benigno, con una regresión completa en la mayoría de los casos y una letalidad muy limitada. Esencialmente, se considera el diagnóstico de CTT en todo paciente que tiene una sintomatología clínica y hallazgos paraclínicos que son compatibles con un síndrome coronario agudo en curso, principalmente tipo angina inestable, pero en quien a la coronariografía no se encuentra ningún tipo de lesión vascular que justifique la presencia de isquemia miocárdica activa. Generalmente el paciente se queja de dolor precordial, disnea, diaforesis, mareo, sensación de muerte inminente. Las enzimas marcadoras de mionecrosis (troponinas) pueden estar aumentadas. Una característica esencial de la CTT es la reversibilidad de la alteración, es decir, que tras el acmé 64 REVISTA ANACEM. VOL.5 N°1 (2011) inicial de la presentación, se presenta una regresión espontánea de la función miocárdica, en la mayoría de las ocasiones sin disfunción residual. A pesar de los múltiples estudios publicados al respecto (4-6), la fisiopatología de la CTT permanece aún parcialmente oscura (7), y ninguna de las múltiples teorías propuestas (disfunción de la microcirculación cardíaca, espasmo de las arterias coronarias) ha demostrado hasta ahora ser capaz de explicar a cabalidad el síndrome (5). Quizá la teoría que más se acepta en la actualidad sea la que justifica la patología como un evento provocado por, lo que llama Khallafi et al. (6), una “explosión de catecolaminas”. Lo anterior se encuentra fundado en cohortes que han hallado el antecedente de estrés emocional previo hasta en un 70-100% de los pacientes con CTT estudiados (8). Sin embargo, faltan todavía más estudios a gran escala que arrojen datos suficientes para justificar una determinada teoría como la verdadera; mientras tanto, seguirá habiendo campo para la constante controversia. El presente artículo expone los puntos fundamentales acerca de la CTT, incluyendo su epidemiología, cuadro clínico y diagnóstico; se hará también una aproximación a los posibles roles fisiopatológicos de elementos como las catecolaminas y el espasmo de las arterias coronarias. Se terminará con unas conclusiones que engloben los puntos clave del síndrome, y enfoquen al médico al estudio más profundo del mismo. “Síndrome del Corazón Roto”: Cardiomiopatía de Tako-Tsubo. EPIDEMIOLOGÍA Desde que la CTT fue establecida como una entidad independiente el año 2001, se ha postulado que hasta un 1-2% (9) de los pacientes diagnosticados con un infarto agudo de miocardio (IAM) podrían en realidad estar padeciendo de una CTT que pasa inadvertida. Lo anterior representaría una incidencia aproximada del síndrome de 21,3 casos por cada 100.000 habitantes mayores de 30 años en los Estados Unidos de Norteamérica, basándose en cifras actuales que existen sobre los eventos coronarios en ese país, según datos del 2005. Sin embargo, existe aún una discrepancia considerable entre los criterios diagnósticos propuestos por diversos autores, por lo que la incidencia real del síndrome se desconoce (2). A pesar de lo anterior, parece haber cierto consenso en asumir que la CTT es una entidad que se encuentra considerablemente subdiagnosticada actualmente (7). Múltiples cohortes internacionales (la mayoría de las cuales son japonesas, país en el que originalmente se describió la patología) ya han demostrado que el pico de presentación de la misma se encuentra entre la séptima y octava décadas de la vida. Al respecto, un estudio japonés (10) con 88 pacientes con diagnóstico de CTT, encontró que la edad promedio de éstos era de 67 ± 13 años; datos similares a los arrojados por un grupo del mismo país liderado por Abe (11), los cuales evaluaron a 17 sujetos encontrando una edad promedio de 74 años. De manera similar, se ha comprobado que existe una muy clara predilección del síndrome por el género femenino. Al respecto, Tsuchihashi et al.(10) encontró una relación mujer:hombre de 6,14:1 (86% de los sujetos estudiados); datos congruentes con los arrojados por Bybee et al.(12) que, al evaluar a 16 pacientes con diagnóstico de CTT, encontró que la totalidad de la cohorte era de género femenino. Por último, vale la pena mencionar un estudio del 2005(13) que intentó demarcar las principales características sociodemográficas y clínicas del síndrome con base en los reportes de caso publicados a la fecha de su elaboración. Este estudio norteamericano, que contó con 185 sujetos (13), encontró una clara preponderancia de pacientes asiáticos con un 57,2% de todos los casos, seguidos por los caucásicos, que representaron un 40% de la población reportada. A pesar de lo anterior, se ha demostrado también la existencia del mencionado síndrome en pacientes afroamericanos (14), hindúes (15) y latinoamericanos (16). Ciertamente, aún hacen falta más estudios para poder generar aseveraciones claras acerca de la existencia o no de una posible predilección étnica para la entidad (9). MANIFESTACIONES CLÍNICAS Las manifestaciones clínicas y de laboratorio de la CTT son sumamente similares a las que presenta un paciente con un IAM en curso, incluso en lo referente a la elevación de las denominadas enzimas cardíacas (3). Es tanto así, que se ha postulado que entre el 1% y el 2% de los casos actualmente tratados como eventos coronarios agudos son en realidad una CTT que ha pasado inadvertida, en parte por la naturaleza benigna y reversible de la condición (9). Concerniente a la presentación clínica, es de mencionar que el 78% de los pacientes con CTT incluidos en una cohorte alemana liderada por Hertting (8), se presentaron al servicio de urgencias con un cuadro clínico compatible con IAM, siendo la totalidad de ellos enfocados inicialmente como tal. Según Prasad et al.(17), ARTÍCULO DE REVISIÓN la precordialgia tipo IAM y la disnea pueden ser consideradas como la presentación clínica típica de la entidad (teniendo en cuenta que estos síntomas pueden también ser causados por un IAM); al respecto, Tsuchihashi y su grupo (10) reportan haber encontrado la queja de dolor precordial y dificultad para respirar en el 67% de 88 sujetos con CTT comprobada. El síncope resulta también un síntoma inicial bastante común (18). A pesar que la letalidad del síndrome es baja (0–2% dependiendo de la cohorte estudiada)(8,10), las complicaciones a corto plazo son relativamente comunes, con una incidencia cercana al 82% de todos los casos reportados. Se ha encontrado que las complicaciones tempranas más comunes en este tipo de pacientes incluyen el edema pulmonar, el choque cardiogénico y la fibrilación ventricular, con un 22%, 15% y 9% respectivamente (10). Otras entidades tempranas que se han reportado pueden ocurrir secundariamente a la aparición de la CTT e incluyen la formación de trombos ventriculares izquierdos, la falla cardíaca congestiva, la ruptura ventricular y la falla orgánica multisistémica. Según Vizzardi et al.(19), la mayoría de las muertes en esta condición son debidas a un choque cardiogénico o a un paro cardiopulmonar por fibrilación ventricular refractaria al tratamiento. HALLAZGOS PARACLÍNICOS Como ya se mencionó, tanto las características clínicas como de laboratorio en la fase aguda de la CTT son similares, incluso indistinguibles según Prasad et al.(17), de aquellas que presentan los pacientes con IAM en curso. Al evaluar el aspecto electrocardiográfico, Sharkey (20) encontró que la totalidad de 33 pacientes con CTT presentaron elevación del segmento ST, siendo éste más marcado en las derivadas V2 y V3. Este mismo autor (20) reportó no haber encontrado diferencias significativas en las características de la elevación del segmento ST en esta condición cuando las comparó con las de 44 mujeres con IAM debido a oclusión comprobada de la arteria descendente anterior izquierda. Un estudio similar, conducido por Sharkey et al.(5) en 59 pacientes con diagnóstico confirmado de CTT, encontró que el 56% de los sujetos exhibían elevación del segmento ST en la evaluación electrocardiográfica inicial, aunque la magnitud de dicha elevación era considerablemente menor cuando se comparaba con pacientes controles con IAM de cara anterior (1,4 ± 1,5 mm vs. 2,4 ± 2,2 mm). En los pacientes que no mostraron dicha elevación (44%), los hallazgos electrocardiográficos incluyeron inversión difusa de la onda T(17%), ondas Q compatibles con un infarto miocárdico cicatrizado (10%), u otros hallazgos inespecíficos (8,5%). Es de notar que en el 8,5% de los sujetos estudiados, el electrocardiograma inicial fue completamente normal según los parámetros aceptados actualmente (5). Según los hallazgos anteriores, puede concluirse que, a pesar que la elevación del segmento ST sigue siendo la presentación electrocardiográfica más común en la CTT (5,20), no existe un patrón único visible con esta evaluación, y un resultado normal en la electrocardiografía no excluye totalmente la posibilidad del diagnóstico (5). Por otro lado, se ha mencionado que hasta el 50-100% de los pacientes con la entidad, pueden presentar algún grado de elevación de las denominadas enzimas cardíacas (troponinas principalmente), aunque dicho aumento tiende a ser considerablemente menor cuando se compara con controles constituidos por pacientes con IAM en curso. Al respecto, un estudio del 2008 (5,21) que evaluó a 59 pacientes con diagnóstico de CTT, encontró alguna elevación de los valores de troponina en el 95% de REVISTA ANACEM. VOL.5 N°1 (2011) 65 ARTÍCULO DE REVISIÓN “Síndrome del Corazón Roto”: Cardiomiopatía de Tako-Tsubo. los sujetos estudiados durante el episodio agudo; datos similares fueron arrojados por una cohorte alemana publicada el 2006 (21), que encontró valores de troponina I por encima de 2,0 µg/L (rango superior normal) en el 100% de 23 individuos con CTT. Sin embargo, se ha encontrado de manera consistente que el valor promedio de troponina en sangre es más bajo en los pacientes con esta condición (0,64 ± 0,86 ng/mL) que en aquellos con IAM en curso (3,88 ± 4,9 ng/mL)(5). Se ha reportado también, que los valores de creatina fosfoquinasa (CPK) totales y su fracción MB pueden estar tanto aumentados (21), como dentro de sus rangos normales (22). DIAGNÓSTICO Hasta la fecha, no existe una definición unificada de lo que es la CTT ni de sus criterios diagnósticos básicos, razón por la cual su prevalencia real se desconoce. Una serie de criterios diagnósticos fueron propuestos inicialmente por Abe y Kondo el 2003 (23), quienes tomaron como criterios mayores la presencia de una anormalidad reversible en los movimientos de la pared apical del ventrículo izquierdo, y la evidencia de alteraciones electrocardiográficas que simulasen un IAM. Los mismos autores (23) demarcaron también tres criterios menores, que consistían en la presencia de un evento estresante previo que pudiese haber desencadenado la crisis, una elevación limitada de las enzimas cardíacas y la presencia de precordialgia. Obón et al. (9) menciona una modificación reciente de los criterios diagnósticos propuestos inicialmente (23), en donde se han eliminado las categorías de criterios mayores y menores; sin embargo, se han conservado los lineamientos generales mencionados por Abe y Kondo, incluyendo la discinesia apical a nivel del ventrículo izquierdo, los cambios electrocardiográficos, y la ausencia de enfermedad coronaria de base. Además de lo anterior, se ha agregado como criterio diagnóstico definitivo la ausencia de enfermedad coronaria obstructiva a la evaluación angiográfica. Por su parte, algunos autores, incluyendo un grupo español liderado por Segovia (24), sugieren que entre los criterios diagnósticos para el síndrome debería incluirse la alteración de diversas pruebas no invasivas como la ecocardiografía y la resonancia magnética cardíaca. Lo anterior tendría un claro sentido práctico, por cuanto la coronariografía urgente puede no ser una opción factible en muchos centros asistenciales de baja o moderada complejidad. Sin embargo, faltan más estudios para poder dilucidar la especificidad y la sensibilidad de estas pruebas no invasivas, y el grado en el cual puede el clínico reposar en ellas como puntos diagnósticos que permitan elegir manejo. ETIOPATOGENIA Desde su reconocimiento mundial como entidad independiente a principios del siglo XXI, ha habido un aumento exponencial en el número de artículos y estudios enfocados a explicar la fisiopatogenia de la CTT (25). Sin embargo, hasta el día de hoy no se ha podido generar una teoría unificadora que explique con totalidad la aparición del síndrome (26); los mecanismos etiológicos propuestos incluyen vasoespasmo de las arterias coronarias, trastornos de la microvascularización cardíaca, disfunción miocárdica secundaria a catecolaminas, entre otras. A continuación, se presentan los estudios más importantes al respecto, haciendo énfasis en que falta aún un largo camino para esclarecer a cabalidad los eventos subyacentes a la condición clínica (25). 66 REVISTA ANACEM. VOL.5 N°1 (2011) ESPASMO DE LAS ARTERIAS CORONARIAS El espasmo de las arterias coronarias fue quizá el primero en ser propuesto como posible mecanismo patológico subyacente a la CTT (27). Dichas teorías se basaban en el hecho comprobado que un espasmo en los vasos sanguíneos coronarios podía generar lo que se conoce como aturdimiento miocárdico, impidiendo el correcto funcionamiento de este tejido y del órgano en general (28,29). Al respecto, es de mencionar un grupo japonés (28) que estudió la factibilidad de inducir vasoespasmos coronarios por medio de acetilcolina en un grupo de 35 pacientes con diagnóstico comprobado de CTT y sometidos a angiografía coronaria. En este estudio (28), cuando se infundió una dosis máxima de 100 µg de acetilcolina, 19 (54%) de los sujetos desarrollaron vasoconstricción coronaria difusa, con 13 de ellos exhibiendo precordialgia con depresión del segmento ST. Los hallazgos anteriores soportarían la noción que la vasoconstricción y el espasmo de los vasos sanguíneos coronarios podrían tener algún rol en la génesis de la discinesia apical característica de este síndrome, aunque no pueden llegar a explicarlo completamente. DISFUNCIÓN DE LA MICROCIRCULACIÓN CARDÍACA Una disfunción en la microcirculación cardíaca podría generar un aturdimiento miocárdico lo suficientemente intenso como para generar sintomatología florida como la que se observa en la CTT, por lo que ha sido también propuesta como una teoría que potencialmente explicaría el síndrome en cuestión (9). Al respecto, estudios recientes (30) han demostrado una afección difusa de la microcirculación coronaria inmediatamente después de la presentación de un cuadro de CTT, con disminución de la reserva del flujo coronario, tanto cuando se mide por métodos invasivos como no invasivos, lo cual estaría a favor de dicha afección como una causa potencial de la CTT. En todos los casos, esta disfunción ha mostrado ser transitoria y de resolución espontánea (31), lo que se ha postulado podría darle su característica de reversibilidad al síndrome. Quizá el estudio más reciente en medir este fenómeno fue el dirigido por Meimoun (32,33), quien examinó a doce sujetos con CTT por medio de ecocardiografía Doppler al momento de la crisis coronaria aguda, y 25 ± 3 días (32) después de la misma. Este autor (32) reportó haber encontrado consistentemente una disminución en la reserva de flujo coronario durante los episodios agudos, la cual se normalizó en la segunda evaluación cuando el paciente estaba ya asintomático. Esta cohorte (32) demostró también que la restauración de la reserva de flujo coronario iba de la mano con una mejoría marcada en los índices que medían el movimiento de la pared ventricular. Sin embargo, aún permanece oscura la verdadera importancia de estos eventos pues, como dice Obón et al. (9), aún no queda claro si dicha disfunción en la microvascularización es el mecanismo primario en la patogénesis del síndrome, o bien si se trata de un fenómeno secundario. TOXICIDAD MIOCÁRDICA INDUCIDA POR CATECOLAMINAS Quizá la hipótesis más estudiada y aceptada para la fisiopatología de la CTT sea la que propone que se debe a un aturdimiento miocárdico (es decir, a una disfunción transitoria en el funcionamiento de los cardiomiocitos debida a una isquemia relativa) provocado por hiperactividad del sistema nervioso simpático local, con una importante descarga de catecolaminas (6). Esta teoría se encuentra apoyada en el hecho que en la mayoría de los casos reportados de esta enfermedad, existe un evento de estrés físico o mental previo que desencadena la CTT (34). Este punto “Síndrome del Corazón Roto”: Cardiomiopatía de Tako-Tsubo. ARTÍCULO DE REVISIÓN ha sido enfatizado por diversos autores incluyendo a Hertting (8), quien reporta que al evaluar un total de 32 pacientes con diagnóstico de CTT confirmado por angiografía coronaria, halló que el 41% y 44% de éstos tenían historial de estrés emocional y fisiológico previos, respectivamente. Datos similares fueron arrojados por la cohorte liderada por Abe (11), quien encontró el antecedente de estrés físico en el 77% de los 17 sujetos estudiados por su grupo alemán. evitar la génesis de complicaciones secundarias a la formación y liberación de trombos por la turbulencia generada dentro de las cavidades coronarias (38). Al respecto, dos grupos japoneses (35,36) han demostrado, por medio de gammagrafía cardíaca con 123I-metayodobencilguanidina, la presencia de una alteración transitoria en el sistema nervioso simpático local en pacientes con CTT. Otro punto importante para respaldar esta hipótesis, ha sido el desarrollo de un modelo experimental de la condición en animales, como fue reportado por Ueyama y colaboradores (37). Según este grupo japonés, el 80% de las 10 ratas sometidas a estrés emocional por medio de inmovilización persistente, pueden desarrollar una importante hipocinesia de la región anteroapical del ventrículo izquierdo, cuadro compatible con la CTT que se observa en los humanos. Se reportó igualmente que dichos cambios a nivel cardíaco se veían normalizados cuando el animal en cuestión era sometido a un bloqueo de los adrenorreceptores por medio de la infusión de hidrocloruro de amosulalol 60 minutos antes de ser sometido a inmovilización (37). CONCLUSIONES La CTT es una entidad clínica de muy reciente descripción, caracterizada por una marcada discinesia de la musculatura apical del ventrículo izquierdo, asociada a precordialgia, disnea y síncope. Sus manifestaciones clínicas, asociadas a las comunes alteraciones en los exámenes paraclínicos, resultan sumamente similares a las que se presentan en los pacientes con un IAM en curso, por lo que se ha mencionado que clínicamente es imposible diferenciar entre estas dos entidades. Los anteriores hallazgos soportan la noción que un exceso en la liberación local de catecolaminas, como resultado de estrés físico o emocional, podría ser responsable en gran parte del desarrollo y presentación de la CTT, tanto en sujetos animales como humanos. Sin embargo, hacen falta más estudios con el fin de esclarecer exactamente la razón por la que los segmentos apicales del ventrículo izquierdo son los únicos afectados por este exceso local de catecolaminas, teniendo en cuenta que todo el miocardio recibe inervación simpática por igual (9). Es necesaria también, la observación frecuente del paciente, con el fin de prevenir o tratar prontamente las complicaciones del síndrome, incluyendo el edema pulmonar (39), la fibrilación ventricular (40) y el choque cardiogénico. No existe aún un consenso internacional acerca de su fisiopatología, sus criterios diagnósticos ni su tratamiento. A futuro, se espera que pueda aumentar de manera importante el conocimiento que se tiene sobre la patología, especialmente sobre su fisiopatología, y sobre las técnicas para diferenciarla del síndrome coronario agudo. Claramente, aún faltan más estudios para dilucidar la mayoría de estos puntos, por lo que se tiene un vasto campo de investigación a futuro. TRATAMIENTO A la fecha, el tratamiento óptimo para los casos de CTT continúa siendo totalmente empírico (19), en parte por el conocimiento aún limitado sobre la fisiopatología del mismo. Es claro que, al no existir ningún tipo de patología obstructiva a nivel de las arterias coronarias, la aplicación de agentes fibrinolíticos no estaría indicada; sin embargo, Tarkin et al. (38) sugiere que ante todo paciente con dolor precordial compatible con IAM, el cuadro debe ser manejado como tal, sin importar qué tan grande sea la sospecha diagnóstica de CTT. Lo anterior resulta útil desde el punto de vista práctico, por cuanto diferenciar entre las dos patologías desde el punto de vista clínico puede ser sumamente difícil y, como ya se mencionó, la coronariografía urgente no está disponible en todos los centros de atención. El manejo de la CTT per se es principalmente de soporte (19), con Bybee y su grupo sugiriendo la utilización de agentes β-bloqueadores, inhibidores de la enzima convertidora de cngiotensina (IECAs), aspirina y diuréticos. Por su parte, la revista Circulation el 2005 dedicó una editorial al síndrome, con su autor proponiendo la utilización de forma indefinida de fármacos β-bloqueadores y/o IECAs, debido al riesgo potencial de recurrencia a largo plazo en pacientes con historia de la patología. Se ha indicado también, que la anticoagulación a corto plazo podría estar indicada durante el episodio alguno, con el fin de REVISTA ANACEM. VOL.5 N°1 (2011) 67 ARTÍCULO DE REVISIÓN “Síndrome del Corazón Roto”: Cardiomiopatía de Tako-Tsubo. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Turley A, Graham R, Hall J. Takotsubo cardiomyopathy in two female patients: two case reports. Cases J 2008; 1: 325. 2. Song BG, Hahn JY, Cho SJ, Park YH, Choi SM, Park JH, et al. Clinical characteristics, ballooning pattern, and longterm prognosis of transient left ventricular ballooning syndrome. Heart Lung 2010; 39: 188-95. 3. Pilgrim TM, Wyss TR. 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