Pedro Reyes: babymarx

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 Pedro Reyes: babymarx
Febrero 25 – Abril 17, 2010
En 1851, reflexionando sobre la llegada del Segundo Imperio francés, Karl Marx repitió
una famosa idea que había leído en una carta de Engels, que era a su vez una paráfrasis
de Hegel: “…si todos los hechos y los personajes de gran importancia en la historia del
mundo ocurrieran dos veces, la primera vez lo harían como una ‘gran tragedia’, la
segunda como una ‘farsa putrefacta’.”. Hace un siglo y medio, Marx y Engels consideraron
esta repetición de modo desesperado, blandiendo la categoría de farsa, como una denuncia
a la dictadura de Luís Napoleón Bonaparte. Sin embargo, en el contexto del capitalismo
avanzado, Pedro Reyes (México, DF, 1972) con Baby Marx, nos invita a reevaluar la
herencia política de la repetición y la farsa.
Teniendo en cuenta la reciente tendencia al cine distópico en la producción de películas
taquilleras de Hollywood, Reyes propone "reiniciar" el debate entre el socialismo y el
capitalismo del siglo XIX. Los magnates de los medios de comunicación tales como Ronald
D. Moore (Battlestar Galactica) y J.J. Abrams (Star Trek) del mismo modo han resucitado
distopías, visiones futuristas sobre los tiempos de la Guerra Fría con un gran éxito
comercial. La Repetición en dichos contextos principalmente en Baby Marx, se propone
como un medio para agilizar el proceso de producción en si mismo: el reconocimiento de
la marca ha sido subvencionado por adelantado, sacando provecho al apego emocional que
siente el consumidor por la franquicia.
Tras trabajar con la productora cinematográfica Detalle Films por un año, Pedro Reyes
trató de evocar al fantasma de Marx como una empresa de entretenimiento. En conjunto,
Reyes y Detalle Films, preguntan si la lógica iterativa de la franquicia no puede ser
tergiversada fuera de la producción racionalizada de la plusvalía, y si, en
consecuencia, los sueños utópicos de Marx y de sus títeres aliados no podrían descubrir
una renovada vitalidad en la biblioteca pública de Ciudad Crisis. Por supuesto, en el
pensamiento de Marx, la franquicia siempre ha sido un asunto tramposo, como la figura
demoníaca de Stalin nos lo recuerda. El relato inacabado de Baby Marx deja abierta la
pregunta de cómo las estrategias propias del capitalismo pueden ser utilizadas para
reanimar un proyecto socialista en una era post-soviética.
La estructura de repetición se vuelca desde la línea de tiempo de Baby Marx al espacio
de exposición, confundiendo cualquier distinción rigurosa entre la superficie y la
profundidad. Reorganizando una práctica de marketing que se volvió de rigor desde que
los discos de video digital desplazaron del mercado masivo a las cintas VHS, Reyes nos
da acceso al Making of de Baby Marx, así como a material inédito de la filmación del
episodio piloto de esta serie. Incluso antes de la repetición de la farsa, el ensayo ya
se ha solidificado en una potencial fuente de valor. Al espacializar estos subproductos
de su propia mercancía televisiva dentro de la galería, Reyes plantea una lección sobre
la fuerza alienante del capitalismo: por debajo de la superficie de este fetiche
mercantil particular, somos testigos de un equipo de marionetistas, que trabajan bajo la
dirección del artista. La superficie plana de la pantalla de televisión nos da entrada a
un espacio tridimensional, y nos invita a examinar la biblioteca pública de Ciudad
Crisis no sólo como una curiosidad escultórica, sino también, como un escenario, una
fábrica, o la escena de un crimen.
Siempre fiel a la lógica del espectáculo, cada jueves durante la exposición, Pedro Reyes
proyectará el episodio piloto de Baby Marx. Después de las proyecciones, el artista
conducirá grupos de discusión en los cuales la actividad de consumo, también, se
transformará en un poder-laboral de trabajo.
Christopher Fraga
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