UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES FACULTAD DE MEDICINA ESCUELA DE KINESIOLOGÍA Y FISIATRÍA MATERIA: Kinesiología Laboral y Ocupacional TÍTULO: “RELACIONES ENTRE EL SINDICALISMO Y LA IGLESIA CATÓLICA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX” Nº DE GRUPO: 9 INTEGRANTES: Cagnoli, María Gabriela 28.304.193 Estevez, Cristian 31.282.193 Fontouna, María Emilse 29.962.482 Scarfo, Vanesa 30.466.527 Scariot, Jesica 30.843.396 Stefe, Mónica 30.449.267 2° CUATRIMESTRE – AÑO 2012 ÍNDICE Página Introducción 2 Historia del Sindicalismo en la primera mitad del siglo XX 3 Personajes destacados en el Sindicalismo 14 Desarrollo de la historia Argentina de la Iglesia Católica 17 Personajes célebres en el desarrollo de la Iglesia Católica de nuestro país 22 Conclusión 29 Bibliografía 30 Anexo 31 1 INTRODUCCIÓN Luego de haber leído, investigado, analizado y consultado diferentes fuentes (libros, revistas, artículos, páginas de Internet citados en la bibliografía) y dialogado con especialistas en el tema (como ser Profesoras de Historia recibidas en el Instituto Superior Joaquín V. Gonzáles (María Belén Coronel DNI: 26568221 y María Soledad Marchisio DNI: 30982569), un Historiador en curso (Hernán Laquanitti DNI: 27281525) y un Profesor de Doctrina Social de la Iglesia (Miguel Ángel Quiroz DNI: 30492824)), hemos confeccionado esta monografía con el fin de dar a conocer los acontecimientos que involucran al Estado-Sindicalismo-Iglesia en la primera mitad del siglo XX. También vamos a explicarlos, analizarlos y relacionarlos entre sí, con el objetivo de poner de manifiesto las diferentes situaciones y posturas tomadas por ambos sectores para su beneficio y conveniencia, además de sus reacciones frente a dichos acontecimientos. 2 HISTORIA DEL SINDICALISMO EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX El desarrollo del Sindicalismo a través de la historia fue un hecho de gran importancia, las diferentes formaciones, separaciones y resurgimientos hicieron lo que es hoy en día el derecho laboral. Las primeras décadas del siglo XX es un período de transición y organización de las estructuras básicas que darán origen a los grandes sindicatos. Durante el comienzo del siglo XX fueron varios los intentos que se generaron dentro del movimiento obrero argentino de organizar una central sindical, que representase a todos los gremios en forma común, fortaleciendo así su capacidad de presión ante el estado y los sectores patronales. Así, en mayo de 1901, se crea la Federación Obrera Argentina (FOA) con participación socialista pero con predominio anarquista, estableciendo a la huelga como su principal arma de lucha. Sin embargo las diferencias ideológicas, entre sindicalistas, socialistas y anarquistas, impidieron la concreción, la unión y en 1903 los socialistas, un año después de haber conformado un Comité de propuesta gremial, crean la Unión General de Trabajadores (UGT), que sostenía que la lucha (política) debería contar con el apoyo de los partidos obreros. En 1904 los anarquistas constituyen la Federación Obrera Regional Argentina, la "FORA". La combatividad de los obreros se reflejaba en huelgas como aquella de 1902 en que, debido a la violenta represión, se convirtió en huelga general; en esa oportunidad el gobierno de Julio Argentino Roca declaró el estado de sitio y promulgó la Ley de Residencia cuyo objetivo era eliminar la influencia de los anarquistas en los sindicatos obreros y que le permitía al Poder Ejecutivo deportar a militantes obreros extranjeros en menos de 48 horas, llamados los "indeseables". Recordemos que en ese período los sindicatos y la huelga eran considerados como delitos y los empleadores se negaban a negociar con ellos; recién en la década siguiente, la combinación de reclamos laborales por parte de los sindicatos y las demandas democráticas de los nuevos partidos políticos será la que abrirá paso a las reformas institucionales operadas a partir de 1920. En 1904 es elegido diputado nacional el candidato del Partido Socialista, Alfredo Palacios, quién impulsará la sanción de una serie 3 de leyes laborales, que constituyen el inicio del Derecho del Trabajo Argentino. La primera de las leyes laborales será la Ley 4661 de descanso dominical (1905). En agosto de 1907 ante el aumento de los alquileres, se produce la gran huelga de inquilinos, que tomaron la decisión de no pagar. Se trató de un enorme movimiento en el que participaron más de 140.000 personas en 2.400 conventillos de Buenos Aires, Rosario y Bahía Blanca. La huelga duró tres meses, finalmente muchos propietarios aceptaron mantener los alquileres sin aumentos. El 1 de mayo de 1909 la FORA (anarquista) y el Partido Socialista (PS) convocan a actos separados. El acto de la FORA es severamente reprimido por la policía. Doce obreros murieron y 40 resultaron heridos. En respuesta, la FORA y la UGT, con el apoyo del Partido Socialista, llaman a la huelga general por tiempo indeterminado, quedando paralizadas durante una semana Buenos Aires y varias ciudades. El 8 de mayo la huelga sigue y el gobierno acepta negociar con el Comité de Huelga (FORA, UGT y PS), llegándose al siguiente acuerdo: - Abolición del Código Municipal de Penalidades - Libertad de todos los presos por causa de huelgas - Reapertura de los locales obreros Por primera vez en la historia de las huelgas generales un gobierno pactó con los obreros. Estos acontecimientos originan que en un nuevo Congreso de fusión surja un segundo congreso de unificación, este no logra su objetivo, pero en él, la UGT socialista se disuelve y se forma la Confederación Obrera Regional Argentina (CORA). La CORA marca la aparición en Argentina de una nueva corriente sindical: el sindicalismo revolucionario, que se basaba en el principio “los sindicatos y no el partido político son el arma principal de la lucha proletaria”; era un grupo apolítico, de ideología pragmática que se basaba en las necesidades inmediatas de los trabajadores. En lo que respecta al funcionamiento de las organizaciones sindicales entre 1900 y 1910 varios sindicatos iniciaron procesos de unificación a nivel nacional. En 1902, 12 sindicatos de estibadores constituyen la Federación Nacional de Obreros Portuarios, y 7 sindicatos constituyen la Federación de Obreros Albañiles. 4 Estas federaciones nacionales buscaban superar la debilidad evidente que demostraba la acción dispersa en sindicatos locales. En 1910 y 1912, respectivamente, se crean los dos primeros sindicatos de rama nacionales: la Federación Obrera Marítima (FOM) y la Federación Obrera Ferrocarrilera (FOF), rebautizada como Unión Ferroviaria en 1922. La FOM juega un papel muy importante ya que utilizaba los barcos como herramienta de difusión sindical y organización de los trabajadores de las distintas regiones del país. La unificación de los sindicatos de oficios en sindicatos de rama nacionales, no solo permitió la unificación del trabajo, sino también permitió la negociación colectiva por rama, realizada con las cámaras empresariales, que se organizan también por rama de producción. En 1912 se sanciona la “Ley Sáenz Peña” que establece el sufragio universal, secreto y obligatorio (Ley 8.871), exclusivo para nativos argentinos, naturalizados masculinos y mayores de 18 años, que por un lado liberó a los peones rurales de la voluntad de los estancieros que los dirigían y por otro, haría que los resultados electorales modificaran el rumbo que había tenido el país en los últimos 60 años. En 1914, los sindicatos que integran la CORA deciden disolverla e incorporarse a la FORA, lográndose así la unidad del movimiento sindical. Sin embargo, poco duró la misma, ya que al año siguiente los sindicatos anarquistas más radicales vuelven a separarse y adoptan también el nombre de FORA. Desde entonces la central que reúne a sindicalistas, socialistas y anarquistas (y a partir de 1918 también comunistas), será conocida con el nombre de FORA del IX Congreso, y la central anarquista, como FORA del V Congreso. La FORA del IX Congreso atenuó el rigor de sus huelgas y aumenta su actividad de negociación colectiva, aceptando el rol arbitral del Estado en la misma, a través del Departamento de Trabajo y la primera ley de "Inspección y policía del trabajo" 10.307. En 1916 accede al poder Hipólito Yrigoyen, primer presidente electo después de la sanción de la Ley Sáenz Peña de tradición federal, que representaba a la clase media, incorporó a la vida política a los descendientes de los inmigrantes y cambió la actitud frente al movimiento obrero; en estas elecciones algunos dirigentes sindicales y el socialismo alcanzaron por primera vez un escaño en 5 el Congreso. La persecución fue reemplazada por el acercamiento y la comprensión. El gobierno se convirtió en árbitro de las disputas entre trabajadores y patrones, intervino a favor de los intereses obreros en la huelga marítima de 1916 y en la ferroviaria de 1917 además, protegió los derechos de sindicalización y de huelga, promulgó leyes laborales, estableció el salario mínimo, siendo otros proyectos boicoteados por los conservadores. A pesar de ello los anarquistas lo combatían por que estaban en contra de todo gobierno y los socialistas por su incomprensión de los problemas nacionales; fue con los sindicatos con los que tuvo mayor acercamiento. A partir de 1918 las dos FORA comenzaron a establecer sólidas organizaciones sindicales entre los trabajadores rurales. En 1920 la FORA del IX Congreso celebró un Pacto de Solidaridad con la Federación Agraria Argentina, organización representativa de los chacareros, arrendatarios y pequeños agricultores, en constante lucha contra los grandes propietarios de tierras. En enero de 1919, durante el gobierno de Hipólito Yrigoyen, sucede la Semana Trágica, uno de los hechos más importantes de la historia del movimiento obrero argentino y más violento de la historia argentina. El 7 de enero en la huelga por reivindicaciones salariales, en demanda de mejoras en las condiciones de trabajo y la reposición de los trabajadores despedidos en los Talleres Metalúrgicos Pedro Vasena se da una contradicción en la política obrera que venía llevando adelante Yrigoyen; en esa oportunidad y, debido a la negativa de la patronal de solucionar el conflicto, este se agudizó y comenzó a precipitarse, la violencia se desencadenó y la muerte de un policía es respondida por esta y por lo que luego sería la Liga Patriótica con un sangriento enfrentamiento en el que mueren 4 trabajadores y balean a hombres, mujeres y niños que marchaban en señal de protesta, el saldo, 23 víctimas fatales. La FORA declara entonces una huelga general. Vasena se entrevista con el presidente y se acuerda que: la jornada laboral será de 8 horas, habrá aumentos de salarios y será respetado el descanso semanal. Por otra parte, se puso en libertad a los activistas detenidos y se procedió al retiro de tropas que ocupaban la capital. En noviembre de 1919 se reunió en Washington la Conferencia Internacional que daría origen a la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La OIT es un organismo tripartito gobernado por delegados de los gobiernos, los sindicatos y los empleadores, por lo 6 que correspondía a la Argentina enviar a la organización sindical "más representativa" en nombre de los trabajadores argentinos. El gobierno de Yrigoyen, en lugar de convocar a la FORA, que era la central obrera más representativa del país, decide unilateralmente encargar al sindicato ferroviario La Fraternidad, la representación del movimiento sindical argentino en la conferencia de creación de la OIT. La Fraternidad tenía mejores relaciones con el gobierno radical. El hecho generó un escándalo internacional porque se cuestionó la falta de representatividad de La Fraternidad, pero finalmente fue aceptado. En el futuro el gobierno argentino consultará previamente con la FORA antes de designar al delegado obrero a la Conferencia anual de la OIT. La FORA había organizado en Río Gallegos (Santa Cruz), la Sociedad Obrera de Río Gallegos dirigida por el anarquista español Antonio Soto. Entre 1920 y 1921 convocan a una huelga en toda la provincia por la libertad de los dirigentes sindicales detenidos anteriormente y una vez obtenida la libertad, el conflicto continúa por mejoras salariales y de condiciones de trabajo para los peones de campo. Este episodio será conocido como “La Patagonia rebelde”. Se inicia una larga negociación con los terratenientes que termina fracasando por graves desavenencias entre anarquistas, sindicalistas, socialistas y comunistas. El 22 de febrero de 1921 el conflicto tiene un principio de solución a través de un laudo del gobernador Yza, este pliego contenía mejoras laborales y salariales que es aceptado por las partes y homologado por el Departamento de Trabajo de la Nación; pero este acuerdo es desconocido por los estancieros argumentando la baja del precio de la lana, declarándose una huelga general y desatándose la tragedia. Tras fallar todo tipo de negociación, Yrigoyen envía al coronel Héctor Varela, a cargo del Regimiento X de Caballería, quien perseguirá y reprimirá ferozmente a los huelguistas, imponiéndose la pena de fusilamiento contra peones y obreros en huelga. La campaña termina el día 10 de enero de 1922, con un saldo de alrededor de 1500 obreros y huelguistas muertos. El Coronel Varela fue asesinado dos años después por el hermano de uno de los fusilados, el obrero anarquista Wilkens que declaró haberlo hecho para vengar la muerte de sus compañeros. 7 En 1922 un nuevo intento de unidad fracasa. El resultado es la creación de una nueva central: la Unión Sindical Argentina (USA) integrada por sindicalistas, socialistas y comunistas y la desaparición de la FORA del IX Congreso. La FORA del V Congreso no participará y se quedará con el uso exclusivo del nombre En octubre de 1922 luego de triunfar en las elecciones presidenciales asume la presidencia la fórmula radical de Marcelo T. de Alvear y Elpidio González. En esta época los precios se mantuvieron estables, los salarios crecieron moderadamente y la desocupación se mantuvo en niveles bajos los que hizo descender la conflictividad social. Comparado con los episodios de la Semana Trágica y de la Patagonia Rebelde ocurridos en durante el gobierno de Yrigoyen, que habían llegado al extremo de la protesta obrera, durante la presidencia de Alvear no tuvo lugar ningún movimiento obrero de tal magnitud aunque si se produjeron algunas huelgas importantes. Ese mismo año se crea la Unión Ferroviaria uno de los gremios con mayor cantidad de afiliados, que no adhiere a la USA y en 1926 la Fraternidad junto a la Unión Ferroviaria formaron la Confederación Obrera Argentina (COA), que adopta como forma básica de organización sindical el llamado sindicato por rama. El sindicalismo ferroviario se volvería dominante en los años 20 hasta los años 40. Así, el sindicalismo argentino comenzaba a preparar estructuras sindicales que fueron capaces de negociar con grandes empresas, las organizaciones empresariales y el gobierno. El 1º de abril de 1928 se realizan los comicios para presidente, vice y diputados, asumiendo Yrigoyen su segundo mandato como presidente. En 1929 los comunistas crearon la CUSC (Comité de Unidad Sindical Clasista) así coexistían 4 centrales obreras la FORA, COA, USA y CUSC más los sindicatos autónomos. En 1930 el general Uriburu encabeza el golpe militar que derroca al presidente constitucional Hipólito Yrigoyen y se inaugura lo que se dio a conocer como “La Década Infame” (1930-1943), época signada por una profunda crisis económica y política, desocupación, baja de salarios y carestía de la vida. Pocos días después del golpe militar, el 27 de septiembre de 1930, los trabajadores argentinos crean la Confederación General del Trabajo (CGT). Sin embargo su organización recién culminó en 8 1936 a partir de un acuerdo entre socialistas y sindicalistas. A pesar de algunos acuerdos iniciales, varios sindicatos se apartaron de la CGT y se unieron en otra organización: la Unión Sindical Argentina. La iniciativa de crear la CGT parte de la FOPA (Federación Obrera Poligráfica Argentina), organización sindical en la que coexistían socialistas (Pedro Porcel), comunistas (Manuel Punyet Alberti) y sindicalistas (Sebastián Marotta). La FOPA convocaba a hacer todos los esfuerzos para unir en un solo organismo nacional a todos los explotados por el régimen burgués y capitalista en la región argentina. La USA (sindicalista) y la COA (socialistas) aceptan la fusión, en tanto que la FORA (anarquista) la rechaza. Por su parte los sindicalistas comunistas se oponen a los términos de la unidad sindical, y prefieren orientarse a la creación de sindicatos y una central claramente alineada con el comunismo. Un sector del socialismo (comandado por Pérez Leirós) también se opuso a la unidad, lo que llevará al retiro de La Fraternidad del proceso de unidad. Es la Confederación Ferroviaria liderada por socialistas cercanos a los sindicalistas, la que presiona agresivamente y finalmente obtiene el consenso suficiente para crear la CGT. El golpe de estado militar del 6 de septiembre de 1930, declara la inmediata ilegalización de la FORA y fue el comienzo de la represión al conjunto del movimiento obrero q precipitaban de la unidad. Uno de los hechos más destacados de la década fue la sanción en 1936 de la Ley 11.729 de reformas al Código de Comercio, que establecía un avanzado sistema de relaciones laborales para los trabajadores del sector comercial y de servicios, y que constituyó el principal antecedente de la Ley de Contrato de Trabajo 20.744, que sería sancionada recién en 1974. El éxito que implicó la sanción de esta ley promoverá a Ángel Borlenghi al primer plano del movimiento sindical argentino, y a dirigir la CGT. A partir de 1945 Borlenghi adherirá al peronismo y será Ministro del Interior del gobierno de Perón. En marzo de 1936 se desarrolla el Congreso Constituyente de la CGT, elaborando sus estatutos definitivos. En el acto del 1 de mayo de 1936, la CGT asume la misión de unir alrededor suyo a los demás sectores populares, convocando a los partidos socialista, radical, demócrata progresista y comunista, y al movimiento estudiantil, a compartir el acto y la tribuna. El resultado fue una 9 manifestación que convocó a más de 160.000 personas, que contaron con la presencia y discurso de Arturo Frondisi (UCR), José Domenech (CGT), Lisandro de la Torre (PDP) y Mario Bravo (PS). Quienes entonaron el Himno Nacional junto a la multitud El 10 de marzo de 1942 se reunió el Comité Confederal Central de la CGT, con el fin de elegir las autoridades. Se presentan dos listas, que serán denominadas Nº1 y Nº2. La Lista Nº1 gana por un solo voto, veintitrés votos contra veintidós. Ambas listas se atribuyeron el triunfo, llevando a una división de hecho de los sindicatos en dos grupos, ambos conducidos por dirigentes socialistas. El Partido Socialista hizo gestiones para que el conflicto se resolviera, pero no tuvo éxito y ambos grupos se separaron en CGT Nº1 y CGT Nº2. La CGT Nº1 fue conducida por José Domenech, como secretario general y la CGT Nº2 por Francisco Pérez Leirós, primero y Ángel Borlenghi, después. El 4 de junio de 1943 militares nacionalistas dirigidos por el General Arturo Rawson desplazan por medio de un golpe de estado al presidente Ramón Castillo, último presidente de la llamada "Década Infame". El movimiento obrero se mostró inicialmente indeciso sobre la posición que se debía adoptar. En ese momento estaban divididos en cuatro centrales sindicales: FORA (anarquista), USA (sindicalista revolucionaria), CGT Nº1 (socialistas y comunistas), CGT Nº2 (socialistas y comunistas). Las primeras medidas que tomaron fueron clausurar la CGT Nº 2, el arresto de dirigentes comunistas, la intervención de la Unión Ferroviaria y La Fraternidad además, se promulgó un Estatuto de Organizaciones gremiales que eliminaba toda independencia gremial y el estricto control del estado. En esas condiciones algunos dirigentes sindicalistas, socialistas y comunistas, encabezados por Ángel Borlenghi (socialista y secretario general de la Confederación General de Empleados de Comercio en la disuelta CGT Nº2 socialista), Francisco Pablo Capozzi (La Fraternidad), Juan A. Bramuglia (Unión Ferroviaria), entre otros, decidieron, emprender una estrategia de alianzas, con algunos sectores del gobierno militar que compartían los reclamos sindicales. Entre los militares estaban los jóvenes coroneles Juan D. Perón y Domingo A. Mercante. Los sindicalistas proponen a los militares crear una Secretaría de Trabajo, fortalecer la CGT y sancionar una serie de leyes laborales que aceptaran los reclamos del movimiento obrero argentino. Poco después, la alianza entre 10 sindicalistas y militares obtuvo que el gobierno militar designara a Juan D. Perón como Director del Departamento de Trabajo, un cargo aparentemente sin valor alguno. Un mes después, consiguen elevar la jerarquía del organismo a Secretaría de Estado (2 de diciembre de 1943). Perón llevó adelante una política de beneficios para la clase obrera, la 1º medida que tomó fue derogar el decreto de Asociaciones Profesionales. Los decretos, luego convertidos en ley, más importantes fueron la ley de Asociaciones Profesionales, Convenios Colectivos de Trabajo, vacaciones pagas, indemnización por despido, jubilaciones, prevención de accidentes de trabajo, aguinaldo, se promulga el Estatuto de Peón de campo, la creación del Fuero Laboral, la jornada laboral de 8 horas y se reglamenta el pago salarial de los feriados obligatorios. En ese marco los sindicatos comenzaron un período de gran crecimiento, y comenzaron a afiliar masivamente a los "nuevos” trabajadores, los que estaban migrando masivamente a la ciudad desde el interior del país, y los propios trabajadores "viejos" descendientes de la inmigración europea. Poco después, la CGT Nº1, la USA y los gremios autónomos, comienzan a unificarse en torno de la Secretaría de Trabajo. Pero en sentido contrario, en septiembre de 1945, cuatro importantes sindicatos se separan de la CGT: La Fraternidad, la Unión Obrera Textil, la Confederación de Empleados de Comercio y el Sindicato del Calzado. A medida que el movimiento obrero se afianzaba se declaraba una guerra virtual contra el gobierno encabezada por los empresarios, la clase media, en especial estudiantes y profesionales, los sindicatos socialistas y comunistas, los partidos políticos, la prensa, el personal judicial y las fuerzas armadas. El 12 de julio de 1945 los sindicatos dirigidos por Borlenghi realizaron un acto masivo en Buenos Aires y al finalizar los trabajadores proclaman la candidatura de Perón a la presidencia; en respuesta a esta manifestación obrera, la clase media y alta organizan en septiembre de 1945 la “Marcha de la Constitución y la Libertad” para poner fin al gobierno militar y dar el manejo provisorio a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El 8 de octubre la revolución militar triunfante, encabezada por el general Ávalos, formó un nuevo gabinete y Perón fue detenido por la Marina y trasladado a la Isla Martín García. El país entra en un estado caótico y pre-revolucionario. En los días siguientes se dejan sin 11 efecto los convenios colectivos y se despide a miles de delegados sindicales además, el 16 de octubre se cobra la quincena sin los adicionales establecidos en las leyes laborales sancionadas en los últimos años. La CGT convoca a una huelga general revolucionaria para el 18 de octubre, sin embargo los lideres locales no esperan y el 17 de octubre de 1945 se produce la manifestación obrera más importante de nuestra historia, trabajadores y sindicalistas, encabezados por Cipriano Reyes y Eva Duarte, se congregaron en la Plaza de Mayo, consiguiendo, ese mismo día la liberación de Perón que, desde los balcones de la Casa Rosada anunció el plan electoral y su candidatura presidencial La movilización del 17 de octubre de 1945 obligó al gobierno militar a llamar a elecciones, que se realizaron cuatro meses después, resultando elegido presidente Juan D. Perón, con el apoyo del recientemente creado Partido Laborista por parte de un gran número de sindicatos. Después del triunfo de Perón, los diferentes partidos que integraban la coalición que lo apoyó se disuelven para fusionarse en el Partido Justicialista. De ese modo desaparece el Partido Laborista Argentino. En 1945, se sancionó el decreto ley 23.852/45 que fue ratificado por la ley 12.921 que admitió el derecho sindical democrático. En él se declaraba la libertad de constituir sindicatos sin necesidad de autorización previa, siempre que su objetivo no fuera contrario a la moral, las leyes y las instituciones. La CGT unificada adquirió un enorme poder. Sus afiliados pasaron de 80.000 en 1943, a 4.000.000 en 1955. Esta participaba de las reuniones de gabinete y en el Parlamento, un tercio de los diputados correspondía a la rama sindical, que funcionaba como bloque. La nueva provincia del Chaco que tomó como nuevo nombre el de Presidente Perón se conformó como un Estado sindical. Y cuando en los años finales del gobierno peronista, se expropió al diario conservador opositor "La Prensa", el mismo fue entregado a la CGT. Se sanciona la Ley 14.250 (de Convenios Colectivos de Trabajo), ratificando el papel central de los sindicatos, al establecer la aplicación de los convenios colectivos a afiliados y no afiliados. En 1949 se sanciona una nueva Constitución, conocida como la Constitución de 1949, incorporó por primera vez los derechos del trabajador en el constitucionalismo argentino. Los mismos fueron 12 incluidos en el artículo 37, conocido como Decálogo del Trabajador, donde se detallaban 10 derechos laborales: - Derecho de trabajar - Derecho a una retribución justa - Derecho a la capacitación - Derecho a condiciones dignas de trabajo - Derecho a la preservación de la salud - Derecho al bienestar - Derecho a la seguridad social - Derecho a la protección de su familia - Derecho al mejoramiento económico - Derecho a la defensa de los intereses profesionales El derecho de huelga no se encontraba incluido en el decálogo y durante el gobierno peronista muchos dirigentes opinaban que en un "gobierno popular" el derecho de huelga debía encontrarse restringido a casos extremos. El 15 de noviembre de 1950 comenzó una huelga de los ferroviarios por reclamos salariales que finalizó con un “acuerdo de caballeros” entre huelguistas y funcionarios del Ministerio de Trabajo conforme al cual retornarían al trabajo el día 24 de noviembre, se les concedería un aumento salarial y se dejarían sin efecto las sanciones aplicadas a los huelguistas. Sin embargo, en la primera semana de diciembre las autoridades de la Unión Ferroviaria intervinieron ocho seccionales implicadas en la huelga, el gobierno dejó sin efecto el convenio arribado y despidió y encarceló a los líderes del movimiento de fuerza En enero de 1951 comenzó una nueva huelga que abarcó todas las líneas ferroviarias, con el objeto de reclamar la libertad de los dirigentes presos. El 25 de enero Perón afirmo un decreto que dispuso la movilización militar de los ferroviarios, que estuvo a cargo del Ejército. Cerca de dos mil trabajadores fueron detenidos y unos trescientos quedaron en prisión, produciéndose el retorno al trabajo de los huelguistas tres días después 13 La estrategia distributiva del peronismo comenzó a declinar en 1949 y mostrar claros signos de agotamiento ya en 1952. Perón intenta abrir un camino de salida, llamando a un Congreso de la Productividad, tripartito, con el fin de acordar una estrategia de aumento de la productividad entre el gobierno, los sindicatos y los empresarios. Pero el predominio de las visiones sectoriales hizo imposible alcanzar un consenso. Con el gobierno peronista relativamente debilitado por 10 años de gobierno, la crisis económica, y la polarización social entre trabajadores por un lado, y sectores medios y altos, por el otro; el 16 de septiembre de 1955 un golpe militar derroca al gobierno Peronista. PERSONAJES DESTACADOS EN EL SINDICALISMO Alfredo Palacios (1880-1965): Fue uno de los políticos con mayor influencia en la Argentina. Se incorporó al Partido Socialista en 1896. Triunfó en las elecciones para diputados nacionales en 1904, por el distrito de La Boca. Fundador del Nuevo Derecho, el derecho de los trabajadores, Alfredo Palacios presenta varias leyes sociales entre ellas la de sábado inglés, descanso dominical, aumentos de sueldos, que el pago de sueldos se haga en moneda y no en vales, ley de accidente laboral, ley del trabajo femenino, ley de la silla, estatuto del docente y muchas otras leyes, logrando que se sancionen. Palacios nunca pudo concluir un mandato ya sea por los golpes de estado (de 1943 y 1962) o por otras circunstancias como la clausura del Congreso en 1908. Por último su mandato de diputado nacional también es interrumpido por su fallecimiento en 1965. Ángel Borlenghi (1904-1962): En los primeros años de la década del 30´ Borlenghi fue elegido secretario general de la Confederación de Empleados de Comercio. Desde ese cargo, estableció relaciones estrechas y formas de acción conjunta con otros sindicatos en actividades afines, como los de bancarios, seguros, viajantes de comercio y empleados de farmacias, para impulsar un amplio reclamo al Congreso Nacional para sancionar una ley de contrato de trabajo En 1942, Borlenghi integró la CGT Nº2, junto con la mayoría de los sindicatos comunistas. En 1943 cuando se produjo el golpe de estado, Borlenghi condujo el grupo sindical que estableció contactos primero y una alianza después con un sector 14 del ejército que simpatizaba con los reclamos obreros, conducido por el entonces coronel Juan Perón. La alianza entre Perón y Borlenghi permitió simultáneamente ir sancionando históricas conquistas del movimiento obrero argentino (convenios colectivos, Estatuto del peón de campo, jubilaciones, etc.), aumentar el apoyo popular a la CGT y a Perón, e ir ocupando espacios de influencia en el gobierno. En octubre de 1945, cuando Perón fue obligado a renunciar y luego detenido, Borlenghi y la CGT desempeñaron un rol importante en la organización de las movilizaciones obreras que culminaron con la liberación de Perón. En el Partido Laborista Borlenghi era director del periódico oficial, El Laborista. Más adelante encabezaría el grupo partidario de su disolución para integrarse al Partido Peronista. Como consecuencia de ese apoyo, Borlenghi fue nombrado por Perón como Ministro del Interior, segundo cargo político de importancia del gobierno, en el que se mantuvo casi hasta el final de su gobierno. El 11 de junio de 1955 Una investigación en el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas solicitó a Perón la separación del jefe de policía y la detención de Borlenghi pero al día siguiente de esa comunicación salió del país. Murió el 6 de agosto de 1962. Francisco Pérez Leirós (1895-1971): Político y sindicalista socialista argentino. Fue secretario general de la Unión de Obreros Municipales (UOM), casi desde su fundación, desde 1919 a 1944. En 1926 participó en la creación de la Confederación Obrera Argentina (COA), de la que resultó presidente de su Consejo Directivo. En 1930 encabezó el grupo de dirigentes sindicales socialistas que se opusieron a la fusión de la Confederación Obrera Argentina (COA) y la Unión Sindical Argentina (USA) que dio origen a la Confederación General del Trabajo (CGT). Un década más adelante, cuando la CGT se dividió en 1942, fue elegido como secretario general de la CGT Nº2 donde se organizaron los sindicatos comunistas y algunos de los socialistas. En la década del 30 y comienzos del 40, Pérez Leirós encabezó una corriente sindical que sostenía la necesidad de crear un sindicalismo partidista ligado estrechamente al Partido Socialista. Luego se definió como acérrimo opositor a Juan D. Perón y a la corriente sindical nacionalista-laborista derivada de la alianza de Perón, con varios sindicatos mayoritariamente socialistas y sindicalistas revolucionarios. En 1944 el peronismo intervino la UOM, desplazando a Pérez Leirós de la conducción del mismo. Derrocado Perón por un golpe de estado en 1955, Pérez Leirós, fue designado 15 por el gobierno militar como interventor del sindicato municipal, ahora denominado Unión de Obreros y Empleados Municipales. Juan Domingo Perón (1895-1974): fue un político, militar y presidente argentino en tres ocasiones. Se destacó por su labor en el Departamento Nacional de Trabajo (luego elevado a la categoría de secretaría de rango ministerial), al que accedió durante la presidencia de facto del general Pedro Pablo Ramírez, y en el cual tomó numerosas medidas que favorecieron a los sectores obreros. Los decretos, luego convertidos en ley, más importantes fueron la ley de Asociaciones Profesionales, Convenios Colectivos de Trabajo, vacaciones pagas, indemnización por despido, jubilaciones, prevención de accidentes de trabajo, aguinaldo, se promulga el Estatuto de Peón de campo, la creación del Fuero Laboral, la jornada laboral de 8 horas y se reglamenta el pago salarial de los feriados obligatorios. Aunque dichas medidas lo hicieron popular entre la clase trabajadora, le granjearon la oposición de numerosos sectores que, dirigidos por el embajador estadounidense Spruille Braden, se nuclearon en un frente antiperonista. En ese período fue designado también Vicepresidente de la Nación y Ministro de Guerra. Perón debió renunciar a sus cargos el 9 de octubre de 1945 cuando lo exigió un grupo de militares encabezado por el general Eduardo Ávalos y permaneció detenido, primero en la isla Martín García y luego en el Hospital Militar Central Cirujano Mayor Dr. Cosme Argerich, pero fue liberado luego de una gran movilización obrera a la Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945. Cuando falleció el 1 de julio de 1974 le sucedió en la presidencia su viuda y vicepresidente, María Estela Martínez de Perón. 16 DESARROLLO DE LA HISTORIA ARGENTINA DE LA IGLESIA CATÓLICA En las siguientes líneas hemos de relatar una breve reseña histórica sobre el desarrollo de la Iglesia Católica en nuestro país, en la primera mitad del siglo XX. Cabe mencionar, que se han omitidos ciertos hechos, como también se mencionan otros, que no se incluyen en este periodo, pero fueron mencionados (con breve explicación) para lograr un mejor entendimiento del texto. A comienzos del siglo XX Buenos Aires crecía en todos los sentidos. Aquella ciudad de poco más de 40.000 habitantes se había convertido en “otra” ciudad moderna que albergaba en 1910, 1.300.000 personas distribuidas en 20 barrios. El aluvión inmigratorio llegado al Rio de la Plata a partir de 1880 había provocado un fuerte impacto en la ciudad. Paralelo al arribo de los inmigrantes surgían problemas de vivienda, salud, educación, orden público, delincuencia, protestas obreras e ideologías a ellas vinculadas. En definitiva lo que se denominaba la “cuestión Social”. Frente a estos problemas surgieron corrientes reformistas desde el liberalismo, el socialismo y el catolicismo. La Iglesia como institución enraizada en la historia de los hombres, no fue ajena a los problemas de los trabajadores y a la influencia de las organizaciones anarquistas opuso los Círculos de Obreros fundados por el Padre Federico Grote el 2 de febrero de 1892. La obra de los círculos estaba orientada a la armonización de clases y al mejoramiento de la vida de los trabajadores y sus familias. Gracias a su acción precursora llegó la voz de la Iglesia a todos los rincones del país. Originalmente no figuraba el nombre de católicos para que fuera una institución de puertas abiertas y entraran también los no católicos a los que se debería ganar para el catolicismo. Los círculos tenían por objeto no sólo luchar para promover el bienestar temporal y moral de los trabajadores sino también un medio de alejar a los obreros de los lugares de perdición y ponerlos bajo la influencia de la Iglesia. El Estado por su parte asumió reformas en el campo de la higiene pública, la salud, las condiciones de vida, la educación, etc. Y también comenzó a plantearse la necesidad de una reforma electoral que permitiera la inclusión de las minorías. El Primer Centenario dio lugar a festejos de gran magnitud que manifestaban el orgullo de los gobernantes por los éxitos 17 alcanzados. Pero hacia el Centenario la Iglesia no tenía un peso significativo en la vida política ni demasiada visibilidad social en el centro de la ciudad. En cambio se había enraizado profundamente en los barrios más populares algunos de los cuales más que barrios eran distritos enormes que comenzaban a poblarse y estaban alejados del centro de la ciudad. En esos barrios y distritos comenzaron a instalarse santuarios y a celebrarse misiones. Con la ayuda de los vecinos se construían modestas iglesias que se convirtieron en centros de sociabilidad y acción pastoral. Surgían parroquias establecidas con los aportes de industriales y familias distinguidas de la sociedad argentina tanto en el centro de la ciudad como en los barrios. Muchas veces las parroquias se establecían para promover el desarrollo urbano de determinada zona. A veces se construían basílicas como la de Nueva Pompeya que además de cumplir con las funciones de las parroquias, atraían peregrinaciones y se convertían en centro de celebración de misiones. Otro modo en el que la Iglesia se insertó en la ciudad fue por medio de la relación con las comunidades de inmigrantes. En 1907 el Arzobispado mandó elaborar un informe sobre la inmigración que tendía a asentarse en la ciudad. Se identificaban iglesias vinculadas a comunidades de inmigrantes como la iglesia de la Santa Cruz de la comunidad irlandesa o las de San Carlos en Almagro y la de San Juan Evangelista en La Boca, ambas típicamente italianas. El escenario se completaba con altares improvisados en lugares apartados, misiones religiosas de corta duración, oratorios festivos y capillas a medio construir. Lo cierto es que para el Centenario la Iglesia estaba desarrollando una intensa labor de evangelización y de contención social y si bien no ocupó un lugar central en los festejos, orientados fundamentalmente a mostrar el progreso material qué se había alcanzado, los católicos participaron de las celebraciones públicas con entusiasmo. 1916 fue un año pleno de novedades. Asumía la presidencia Hipólito Yrigoyen líder de la UCR (Unión Cívica Radical) elegido por la nueva ley electoral sancionada bajo la presidencia de Roque Sáenz Peña. Esa ley, Ley Sáenz Peña o Ley 8.871, ley General de Elecciones, sancionada por el Congreso de la Nación Argentina el 10 de febrero de 1912 (ya explicada anteriormente). 18 Con el triunfo de la UCR se inició el ascenso de las clases medias que proveerían a la administración pública de elencos de profesionales. A partir de ese momento, el catolicismo creció, adquirió vitalidad y se amplió el espacio urbano en el que se realizaban las manifestaciones. Aumentó, así mismo la participación masculina en todos los actos religiosos. En esto años comenzaron las peregrinaciones a Luján. En 1918, el movimiento de la Reforma universitaria tuvo como objeto de crítica a la Iglesia, ya que sostenía que las casas de altos estudios eran controladas por miembros de la Iglesia Católica.[ En 1919 tras la violenta huelga desatada en los talleres Vasena que desencadenó una serie de violentos sucesos que duraron una semana, la famosa “semana trágica” (ya explicada anteriormente). El gobierno radical mantuvo en todo momento la postura de aceptar el reclamo sindical, pero no pudo contener la escalada de violencia entre los sectores en pugna. La Unión Popular Católica organizó una colecta nacional destinada a reunir fondos para obras, viviendas, ateneos, servicios sociales e instituciones de enseñanza para los trabajadores. Actuó en esa campaña el sacerdote Miguel de Andrea inspirado en la doctrina social de la Iglesia y en la encíclica Rerum Novarum (es la primera encíclica social de la Iglesia Católica. Fue promulgada por el Papa León XIII el viernes 15 de mayo de 1891. Fue una carta abierta dirigida a todos los obispos y catedráticos, que versaba sobre las condiciones de las clases trabajadoras). Logró reunir más de 13 millones de pesos. En 1923 fallece el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mariano A. Espinosa. Para su remplazo, el Senado propuso una terna y el presidente Marcelo T. de Alvear propone el nombre de monseñor Miguel D'Andrea. El Vaticano rechaza a D'Andrea —presionado por sectores católicos argentinos conservadores que consideraban a D'Andrea como muy liberal y cercano a los sectores obreros— y Alvear insiste con su postulación. El conflicto se hace público y la opinión pública se divide entre los que apoyan a D'Andrea y Alvear y los que se mantenían fieles a Roma. El nuncio Giovanni Beda Cardinale anuncia el nombramiento de Juan A. Boneo como administrador de la sede vacante del arzobispado, cosa a la que Alvear también se opone. La Corte 19 Suprema dictó la ilegalidad de ese nombramiento. El ministro de Relaciones Exteriores, Ángel Gallardo propone una solución: el retiro de la candidatura de monseñor D'Andrea, la renuncia del nuncio Cardinale y la designación del obispo José Bottaro como sucesor de Espinosa, candidato aceptado tanto por Alvear como por el Vaticano. Los últimos años de la década de 1920 fueron testigos del renacimiento católico. En 1922 se fundaron los Cursos de Cultura Católica y en 1928 la revista “Criterio”. Los intelectuales católicos que concurrían a los cursos y quienes escribían en la revista Criterio, deseaban iluminar todos los ámbitos de la sociedad con la luz de la fe y recuperar la herencia hispánica y católica que el liberalismo había menospreciado. Otros grupos fueron surgiendo entre 1930 y 1943 período durante el cual la inicial preocupación por la reconquista espiritual de la sociedad se fue transformando en acción política. Los intentos de los grupos nacionalistas católicos por cambiar el sistema liberal por un sistema corporativo no tuvieron éxito y tras las elecciones de noviembre de 1931 llegó a la presidencia el general Agustín P. Justo. En el período de entreguerras el número de parroquias creció sensiblemente debido a la acción sistemática de la Iglesia. En 1930 bajo la dirección del cardenal Copello se trazó un plan para instituir 90 parroquias nuevas desde las que se desplegaría un sistema de instituciones nucleadas en la Acción Católica con el objeto de reconstruir la sociedad cristiana. Se dio prioridad a la creación de parroquias en aquellos barrios donde era mayor la presencia de anarquistas y comunistas; o aquellos en los que existían iglesias protestantes o instituciones que como la escuela pública constituían una competencia para la Iglesia. La función de las parroquias era combinar lo terrenal con lo espiritual: sacar los chicos de la calle, crear instituciones para enseñar costura o idiomas a las mujeres, habilitar consultorios médicos, fundar asociaciones vinculadas al culto o a la religiosidad como los Apostolados de la Oración o las Hijas de María pero también servir como espacios de sociabilidad y de disfrute del tiempo libre. En 1934 se reunió en Buenos Aires, el XXXII Congreso Eucarístico Internacional. La elección de la sede y la presencia del Cardenal Pacelli secretario de estado y futuro Papa Pío XII mostró la simpatía con que el Vaticano seguía la reorganización eclesiástica encabezada por el Cardenal Copelo así como el apoyo que recibe 20 del Estado creando algunos diócesis nuevas. Pacelli y Justo recorren las calles. Los actos duran cuatro días y la reunión final se realiza en la Calle Dorrego y Avenida Alvear donde se levanta una cruz de 35 metros de alto. Los resultados superan las previsiones; un millón de personas bajo la lluvia asiste a la jornada final en la que el cardenal Pacelli oficia una misa bendiciendo a la multitud. En San Juan, con motivo de tan importante acontecimiento, se realizó un gran acto religioso que congregó a miles de fieles en la plaza 25 de Mayo. Lo mismo ocurrió en otras provincias. En si, en diferentes partes del país ocurrían actos similares al de Buenos Aires con el fin de seguir los pasos de lo que acontecía en dicho lugar. El Congreso Eucarístico Internacional que reflejó el éxito de las asambleas de cuadros y de las movilizaciones y a partir de ese momento la Iglesia movilizó a los católicos de manera sistemática, ordenada y jerárquica, utilizando técnicas modernas como los altoparlantes, la propaganda mural o radial, los emblemas y las consignas. El catolicismo experimentó un constante crecimiento y puso de manifiesto que la sociedad actuaba movida por un impulso espiritual. Monseñor Franceschi asesoró al Secretariado Económico Social de la Acción Católica creado en 1934 para aplicar los principios de la Doctrina Social de la Iglesia. En 1935 el Papa Pio XI eleva al Arzobispo Monseñor Copello al cargo de Cardenal, primer cardenal argentino y de América Latina. En el ámbito educativo la Iglesia fortaleció sus estructuras: en 1936 se creó la Federación de Maestros y Profesores Católicos y tres años más tarde El Consejo Superior de Educación Católica. También se consolidaron las escuelas confesionales. Se inició por estas fechas la campaña para restaurar la enseñanza religiosa en las escuelas públicas, campaña que tuvo éxito en Buenos Aires y en Santa Fe. En cuanto a la actividad pastoral y a la actitud de la Iglesia hacia la cuestión social, se notaron importantes avances. Aumentaron los socios de los Círculos de Obreros y se fundaron nuevos círculos. En 1939 inspirada en la obra del Cardenal Cardijn, comenzó a organizarse la Juventud Obrera Católica con el objeto de constituir un reservorio de futuros dirigentes sindicales. La Acción Católica comenzó a ocuparse intensamente de la acción social en sus 21 planificaciones anuales y consagró a este tema La Tercera Semana de Estudios Sociales realizada en 1940 y elogiada por una carta pastoral de los obispos que veían la necesidad de cristianizar la clase obrera si se quería prevenir el comunismo y erradicar las condiciones de profunda injusticia que vivía el proletariado nacional. En 1941 Caggiano asume como Obispo de la ciudad de Rosario; en1946 asume como Cardenal y en 1959 asume como Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la República Argentina. A su vez Perón reimplanta la enseñanza religiosa en las escuelas. Más allá de las discusiones o diferencias de opinión que surgieron en el mundo católico respecto de estas propuestas, lo importante es señalar que en el terreno del apostolado social la Iglesia trato de situarse como un actor mucho más autónomo que otros actores sociales. PERSONAJES CELEBRES EN EL DESARROLLO DE LA IGLESIA CATÓLICA DE NUESTRO PAÍS Monseñor Gustavo Franceschi: nacido en Francia en 1881, llegó a la Argentina a los cinco años. Se ordenó como sacerdote en 1904 y desde entonces colaboró activamente con el padre Federico Grote, organizador de los Círculos de Obreros y orientador de la tendencia demócrata cristiana. Franceschi integró la Liga Democrática, dirigió el periódico Justicia Social y fue secretario general de la Liga Social Argentina, otra organización de tendencia social cristiana. A partir de 1915, alejado Grote, Franceschi se sumó al grupo que secundó a monseñor Miguel De Andrea, el hombre de confianza del anciano arzobispo Espinosa. De Andrea se propuso combatir a los socialistas, en las calles y los talleres, y aglutinar a los sectores propietarios, convenciéndolos de que era necesario aceptar algunas reformas, para contener la fuerte crisis social. En ese grupo, Franceschi sostuvo una de las posiciones más radicales, como se advierte en este reportaje. Fue publicado inicialmente por La Acción de Paraná; lo reprodujo primero el diario católico El Pueblo con el título “La situación en la República Argentina”, y luego la Revista Eclesiástica del Arzobispado de Buenos Aires. Desde 1917 Franceschi se ocupaba de la organización de sindicatos cristianos y de agremiar a sectores nuevos, particularmente las trabajadoras. 22 En 1920 estaba a cargo del secretariado de la Unión Popular Católica Argentina, otra iniciativa de De Andrea, que se proponía unificar y disciplinar los grupos del laicado católico. La acción de De Andrea suscitó fuertes resistencias entre los católicos, las que lo llevaron a renunciar en 1923, cuando el Poder Ejecutivo lo había propuesto como nuevo arzobispo de Buenos Aires. Alejado De Andrea, Franceschi se mantuvo cercano a las nuevas autoridades de la Iglesia, particularmente los cardenales Copello y Caggiano, aunque limitó su acción al campo intelectual. Desde 1932, y hasta su muerte, en 1957, dirigió la revista Criterio, la voz más autorizada del catolicismo argentino, y acompañó el viraje de la Iglesia hacia posiciones integristas y nacionalistas. En 1955, poco antes de morir, Franceschi impulsó la formación del nuevo partido demócrata cristiano. Miguel de los Santos Andrea: nació el 5 de julio de 1877 en Guardia de Navarro, Provincia de Buenos Aires. Promovió la Liga Católica y fue asesor de los Círculos Católicos Obreros. Con ayuda del diputado Alfredo Palacios y otros legisladores promovieron leyes en apoyo de los obreros. También apoyo la creación de la Ley del Departamento de Trabajo y de la Caja de Ahorro Postal. Durante 5 años encabezó manifestaciones para pedir la sanción de la ley de casas baratas e higiénicas. En 1923 se redactó en la sala de la parroquia de San Miguel Arcángel el acta de fundación de la Federación de Asociaciones Católicas de Empleadas. Trazo planes para la reforma agraria. Creo el ateneo de la juventud e hizo una colecta nacional para el surgimiento 6 barrios obreros con viviendas individuales y colectivas. 23 En resumen y de forma comparativa: Frente a los dos sistemas de pensamiento totalizantes y hegemónicos de aquel entonces, esto es el liberal y el comunista, a comienzos del siglo XX, emergió un tercer paradigma: el del catolicismo integral. Ofreció la construcción de una comunidad de la cual reinara la armonía y el bien común. Se trataba de tres modelos excluyentes, integrales y absolutos para refundar la sociedad. El aumento de huelgas y la presencia creciente de anarquistas y sindicalistas dejaba traslucir cierto malhumor en la incipiente clase trabajadora. El modelo agroexportador implementado por el Estado liberal de aquella época, exponía los contrastes entre las familias estancieras enriquecidas con el progreso asumido y los nativos e inmigrantes pobres que sobrevivían en condiciones miserables. Ese estado de tensiones y conflictos sociales no fue ajeno a la Iglesia Católica. Como institución inserta en la dinámica social, no desconoció la nueva realidad social. Emergieron ideas, proyectos y organizaciones en su seno para “cristianizar la sociedad”. Esta concepción del catolicismo no estaba alejada de la matriz integrista que databa de San Agustín, para la cual el poder espiritual, presentado en la institución eclesial, por sobre el temporal, le otorgaba derechos de jurisdicción a la Iglesia sobre múltiples aspectos de la vida cotidiana. No obstante y pese a la ligazón existente entre ambas posturas, es necesario señalar los puntos discordantes. El catolicismo integral, ferviente antiliberal, “se negaba reducirse a practicas culturales y a convicciones religiosas (…). Pero en el intento por “edificar una sociedad cristiana según la enseñanza y bajo la conducta de la Iglesia”, se adapta a los signos de los tiempos (Emile Poulat. 1983. Le catholicisme sous observation. París, Editions du Centurion, citado por Blancarte, 1992:23). En el año 1891, el Papa León XIII escribía la encíclica “Rerum Novarum”, en la que el Papa condenaba los excesos del capitalismo liberal; afirmaba el derecho privado de propiedad pero le atribuía a ésta una función social; no admitía la libre contratación del trabajo y afirmaba la necesidad del dictado de una legislación social; condenaba como falso que el trabajo fuera una mercancía y que su valor dependiera de leyes económicas inexorables, debiendo el salario del obrero bastarle para poder vivir él y su familia en condiciones ordinarias; y defendía el derecho de los obreros a organizarse sindicalmente para defender sus derechos. Los 24 principios de esta encíclica fueron difundidos en Argentina, y desde allí en más, los católicos se entregaron a la acción social. Es así que camino a su definitiva institucionalización, la Iglesia Católica desplegó una serie de herramientas que le permitieron ganar cierto protagonismo en el conjunto de la sociedad y dar respuestas a las distintas demandas sectoriales de la época. Entre ellas podemos destacar: Los Círculos Obreros Católicos (COC), creados por el padre Federico Grote, que se expandieron por las principales ciudades del país con el objetivo de penetrar en la clase trabajadora. Con la difusión de los periódicos y boletines y la organización de cursos entre otras actividades, se convirtieron en uno de los núcleos más dinámicos. Su consigna era ganar calle, significaba por un lado contrarrestar las influencias de las corrientes ideológicas anarquistas y socialistas sobre los sectores obreros; por otro lado desairar los principios liberales que situaban a la religión en el contexto de la vida individual y privada. Los COC reprodujeron una metodología que seria una constante en la política eclesial de catolizar la sociedad. La política de los COC no era compartida por toda la cúpula eclesiástica nacional, quien veía con preocupación su autonomía y trataba de eliminarla. Esto se materializó con el desplazamiento del Padre Grote de la dirección de los Círculos (1912), en Buenos Aires, siendo remplazado por Monseñor Miguel De Andrea. Progresivamente los círculos fueron tomando un carácter confesional, pasando a denominarse “Círculos Católicos de Obreros” y a depender de la “Federación de Círculos Católicos de Obreros”. El reglamento de los Círculos fue modificado en el año 1916. Allí se explicó que su fin era “defender y promover el bienestar material y espiritual de la clase obrera, sobre la base de la economía social cristiana”. Para su concreción proponía la creación de agencias de trabajo; el dictado de conferencias sobre temas científicos, morales y religiosos; la celebración de congresos obreros y la formación de gremios profesionales, entre otros. La figura principal del catolicismo social a nivel nacional, desde los años veinte, fue Monseñor De Andrea. El ideal de organización social de De Andrea era un corporativismo democrático, formula 25 que buscaba ordenar la sociedad en grupos de interés evitando recetas políticas autoritarias. Seguidor de los postulados de la Doctrina Social de la Iglesia, era profundamente anticomunista y antiliberal. Con él se impulso la idea de construir un sindicalismo confesional explícito. Esta postura fue avalada por los sectores más conservadores del catolicismo y por la jerarquía en general. De Andrea tuvo un papel importante en la formulación de la nación católica, que sirvió de puente entre la Iglesia y las elites. En el II Congreso de los Católicos celebrado en Buenos Aires en 1907, se resolvió propiciar la creación de sociedades protectoras de la familia obrera, la creación de sociedades de socorros mutuos, la construcción de casa económicas para los obreros y el avance en materia de legislación social. Como fruto del III Congreso realizado en Córdoba en 1908, Emilio Lamarca promovió la fundación de la Liga Social Argentina, cuyos objetivos eran sustentar la organización cristiana de la sociedad, combatir todo erro o tendencia subversiva, “levantar intelectual y socialmente todas las profesiones y clases sociales”. La Liga Social Argentina logro contar con más de 5.000 adherentes en 1914, y el número de centros en 1919 era 184. Los católicos estuvieron presentes en la sanción de leyes sociales de la época. La primera, que establecía el descanso dominical, de 1905, y la segunda, de 1907, que reglamentaba el trabajo de mujeres y menores, ambas fueron propiciadas por el diputado Santiago O’Farrel, entre otros legisladores. Otro diputado católico, Arturo M Bas, propicio en 1915 la ley Nº 9.688, de accidentes de trabajo, y la ley Nº 9.148 de agencias gratuitas de locaciones, de 1913. Juan F. Cafferata, también militante católico propicio en 1915 la ley Nº 9.677 de viviendas económicas. La Unión Popular Católica Argentina (UPCA), nació en 1919 y estuvo integrada por la Liga de Damas, La Liga de la Juventud y la Comisión Económica Social. Tuvo como principal misión incentivar la independencia de los obreros ante las ideologías foráneas. En 1922, surgieron los Cursos de Cultura Católica (CCC) con el objetivo de formar una clase dirigente en base a principios y valores católicos. Se dirigían centralmente a los sectores tradicionales dominantes. Esta iniciativa partió de sectores laicos que contaban 26 con el respaldo de la jerarquía. Una vez más se inculcaba un modelo de sociedad católico, irreconciliable con el paradigma liberal y comunista. La necesidad de difundir los valores del catolicismo a sectores que se encontraba aún alejados de la Iglesia incidió en el surgimiento de la Acción Católica Argentina (ACA) en 1931. A pesar de tratarse de un movimiento laico, guardaba estrecha relación y obediencia a la conducción eclesiástica. Su organización por ramas-mujeres, jóvenes, profesionales- se articulaba en una coordinación central integrada por una Junta Nacional designada por las autoridades episcopales. La labor de la ACA se concentro en los estratos medios y en el inmenso segmento de la población inmigrante. Predicó insistentemente sobre el sentimiento patriótico reforzado por los valores católicos. En 1942 se autorizó la creación de la “Sección Mutualista del Círculo” y al mismo tiempo se la correspondiente Reglamentación que era similar en algunos aspectos a la que regía para los varones, debía ser obrera católica, presentar una solicitud acompañada de la autorización del padre o esposo, gozaba de todos los beneficios mutualistas y derechos electivos. Pero recién en 1948 comenzaron los trabajos preliminares para su concreción. Durante el peronismo, el Círculo recibió subsidios para su funcionamiento. En nuestro país comenzó a organizarse la Juventud Obrera Católica (JOC), inspirada en la obra del sacerdote belga Joseph Cardijn. Como sección especializada del apostolado fuera de la rígida estructura de la Acción Católica. Tenía la finalidad de formación de grupos de obreros, a partir de los cuales se desarrollaría el sindicalismo católico. La JOC introdujo un importante cambio en la Acción Católica Argentina: en lugar de mantener una base organizacional fundada en la edad y en el sexo, la nueva sección establecía un criterio de clase y ámbito de actividad. El proyecto fue muy bien recibido por las nuevas generaciones de los cuadros católicos que buscaban una aplicación renovada de la Doctrina Social de la Iglesia. Los católicos sociales desempeñaron un rol significativo, a través del Círculo Católico de Obreros y de la Juventud Obrera Católica, en la propagación de la Doctrina Social de lglesia. Estas entidades se desempeñaron como centros mutualistas y 27 recreativos; pero también tuvieron a cargo la difusión de las ideas sindicales, aunque bajo la tutela de la Iglesia. Es decir se sembró en los trabajadores la necesidad de agremiarse para luchar por el mejoramiento de su situación. Si bien las acciones logradas por la Iglesia sólo alcanzaron a un número reducido de trabajadores, se sentaron las bases para la sindicalización emprendida por el gobierno militar surgido del golpe de estado de 1943. Los sindicatos católicos tenían un carácter paternalista, ya que estuvieron dirigidos por las autoridades eclesiásticas. La llegada del peronismo significó la desaparición de estos sindicatos y su ingreso a una nueva política obrerista practicada desde el Estado. Es decir, los trabajadores sindicalizados en un primer momento estuvieron bajo la tutela de la Iglesia y luego pasaron a depender del Estado peronista. 28 CONCLUSIÓN Luego de haber investigado, citado y leído diferente bibliografía hemos llegado a la conclusión de que la relación IGLESIASINDICALISMO (incluida como parte del Estado, según la bibliografía) ha ido variando con el correr de los años dependiendo su conveniencia, propósitos y beneficios de ambos sectores, por ejemplo, la Ley de Divorcio, presentada en el Primer Gobierno Radical (de Yrigoyen) que recién aprobada y puesta en reglamentación en el gobierno de Alfonsín (1983-1989), hecho que marca estas “conveniencias” entre los diferentes sectores. En términos históricos se podría decir de manera reducida lo siguiente: hasta el primer gobierno de Yrigoyen, la Iglesia era actor fundamental del estado argentino, sin ningún tipo de acercamiento con el movimiento obrero, incipiente por esos años, por lo general inmigrante, anarquista, y por ende, “agnóstico”. De 1916 a 1930, sobre todo en los gobiernos de Yrigoyen, la relación con la Iglesia se hace un poco más ríspida, aunque ejerciendo una gran presión en toda decisión del Gobierno. En relación con la Iglesia, el gobierno radical (primera presidencia de Yrigoyen) mostró su contenido reaccionario cuando vetó la nueva constitución de la provincia de Santa Fe, que establecía una separación de la Iglesia y el Estado. También se negó a legalizar el divorcio. En 1930, con el golpe de estado, la relación entre estado iglesia se hace mas fuerte que nunca. La Iglesia fue beneficiaria de las políticas de gobierno de ahí hasta prácticamente 1951, (inclusive en el primer peronismo 1945-1951), y de manera más explícita en la que se puede relacionar iglesia- sindicatos, es que a partir de la década del 30, el movimiento obrero, en formación fue mutando de anarquista a católico para 1943, de hecho, ya los sindicatos que comienza a articular Perón en su mayoría eran católicos. Junto a Eva Duarte, Perón forjo una estrecha relación con la Iglesia Católica ya que su “devoción”, se debía a Eva. Hasta que esta “simpatía”, comenzó a disminuir cuando el General Perón tuviese la intención de separarse de su ex mujer para casarse con Eva Duarte. Suceso que alarmó a la iglesia por completo y lo alejo de la misma provocando hechos muy importantes en la historia Argentina (que no son incluidos en el lapso de tiempo descripto para esta monografía). 29 BIBLIOGRAFÍA http://www.laguia2000.com/argentina/el-sindicalismo-en-laargentina http://pronadie.wordpress.com/historia/ http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/movimiento_obrero_h asta_1943/la_semana_tragica.php http://www.anred.org/spip.php?article4679 http://www.pts.org.ar/spip.php?article10348 Manual de Historia del Movimiento Obrero Argentino: http://www.trabajo.gov.ar/downloads/formacionSindical/Manua l%20de%20Historia.pdf “Breve historia del sindicalismo Argentino” - Santiago Senén González y Fabián Bosoer - Editorial El Ateneo, Buenos Aires, 2009 “Una historia para pensar 1776-1996” (Manual Kapeluz) - E. Cristina Rins y María Felisa Winter “Breve historia Argentina contemporánea” - Luis Alberto Romero; colección popular, Fondo de cultura económico “Bicentenario Dos siglos de la Argentina 1810-2010” - Felipe Pigna, coordinador; Julio Bulacio, Guillermo Cao; Marta Dino, Carlos Mora “Nueva Historia Argentina” - Mirta Zaida Lobato y Juan Suriano) Atlas Histórico/Editorial panamericana. “Historia Argentina Contemporánea 1810-2002” - Teresa Eggers-Brass. Personas consultadas: Profesoras María Belén coronel DNI: 26568221 y María soledad Marchisio DNI: 30982569 (recibidas en el Instituto de enseñanza superior Joaquín V. González); Historiador en curso Hernán Javier Laquanitti DNI: 27281525; Profesor de Doctrina Social de la Iglesia Miguel Ángel Quiroz DNI: 30492824 30 ANEXO 12 de octubre de 1916 - Asunción de Yrigoyen como Presidente Patagonia Rebelde: Detención de obreros 31 Entrada a los Talleres Vasena Imagen de la Semana Trágica 32 Imagen de la Semana Trágica Manuel Carlés y Monseñor Botaro, arzobispo de Bs. As., quien recibe de la Liga Patriótica la medalla de oro al mérito 33 "Una arenga patriótica", escrito de Manuel Carlés, publicado en Caras y Caretas 34