EstamosenlaAlemanianacionalsocialista…Elpaísseharecuperadodelosestragosdela Primera Guerra Mundial… Adolf Hitler inicia su vertiginosa carrera hacia el poder, con el apoyodelpuebloalemán.Pero¿quéhaydetrásdelafuerzadeHitler? Enunrelatocargadodeintensidaddramática,ydelamanodepersonajeshistóricoscomo Hitler,Himmler,GoeringoRoehm,KarlvonVereiternossumergeenlasluchasporelpoder enAlemaniaalolargodeladécadade1920ylaprimerapartedelade1930,lacreacióndel PartidoNaziysusfundamentosideológicosypolíticos,lasluchascallejerasprotagonizadas por las violentas bandas de las SA, la llegada de Hitler al poder en 1933 y su lucha por el dominiodetodaslasestructurasdelEstadoalemán. … Y, finalmente, la noche de los cuchillos largos, la brutal purga ideada por Hitler, apoyándose en las SS y en la Gestapo y con el beneplácito del Ejército, que supone el fin delasSAylaeliminaciónfísicadesuslideres,encabezadosporErnstRoehm,convertidos enelgranobstáculoparalaconsolidacióndeHitlerenelpoder. KarlvonVereiter Lanochedeloscuchilloslargos ePubr1.0 ra msa n27.06.15 Títulooriginal:Lanochedeloscuchilloslargos KarlvonVereiter,1983 Editordigital:ramsan ePubbaser1.2 Notapreliminar Es un fenómeno bastante corriente que la intensa proyección de la Segunda Guerra Mundial, cuyas características difirieron por completodesuprecedente,lallamadaGranGuerra(1914-1918),nosproporcioneideasnadanítidasrespectoaesteúltimamente citado episodio bélico. La enorme difusión de lo acontecido entre 1939 y 1945, ha hecho olvidar casi por completo a la Gran Guerra, y especialmente sus consecuencias, entre las que destaca, como clave de lo ocurrido en la Segunda Guerra Mundial, el nacimiento,desarrolloyhegemoníacasicompletamenteeuropeadelNacionalsocialismo. Todos tenemos grabadas en la imaginación las escenas de la derrota alemana en 1945. Libros, tratados, cine y televisión nos hanservidoesasimágenes,ydeestaformaconformadonuestroespírituenunaideaconcretadecómoydequémanerafuevencido elTercerReich. Delalíneaguerreraydelapolíticanazidurantelosañosdelaguerra,sabemostambiénbastante.Pero,quizásapoyándoseen los proyectos de una propaganda pro vencedores, y en la búsqueda exhaustiva del Horror, se ha acentuado de forma especial la dinámica destructiva del régimen nazi, procurando asociarlo de manera casi absoluta al fenómeno archiconocido de los «Konzentrationslager»,losCamposdeexterminio. De las luchas internas del Partido Nazi, de la dicotomía que la equívoca política de Hitler produjo, de las especiales características que marcó la actitud del Estado Mayor alemán, de eso poco sabemos, como también ignoramos que el pueblo germano,conunacasienteraunanimidad,llevase,prácticamenteenandas,aAdolfHitleralpoder. Históricamente hablando, hemos de convenir en que el «fenómeno nazi» es ciertamente apasionante. Si por un solo instante, imaginamos lo que el mundo hubiera sido tras una victoria alemana, nos daremos cuenta del tipo de encrucijada en la que el planetaseencontróentrelosaños1939y1945,enlafaseejecutivadirectadelgranproyectodelReichdelosmilaños. Noesenestelibrodondedebemosanalizarlosresultadosdelavictoriaaliada,ylagigantescayhastamonstruosadiferencia entrelosresultadosconcretosylosmiríficosproyectosquesebosquejaronenlaCartadeSanFrancisco,primero,ydespuésenel escenariodela«GranComediaUniversal»quesellamalasNacionesUnidas. Eso nos permite, hiriendo seguramente la delicada epidermis de ciertos fanáticos, que del mismo modo que la «realidad humana»cambiólosproyectosdelosAliados,tampocoHitler,dehaberganadolaguerra,hubiesepodidollevaracaboloquesus teóricospreconizaban. Un viejo adagio dice que «entre lo dicho y lo hecho, hay un buen trecho». Nada puede expresar, con mayor justeza, y eso lo sabemostodos,elabismoquemediaentrelaspromesaspolíticas,decualquiertipo,ylarealidadenqueacabanporconvertirse. Poreso,almismotiempoquevamosaintentarproporcionaralcuriosolectoruncuadro,lomásclaroysencilloposible,delo queocurrióenAlemaniaapartirde1918,queremos,yadesdeestemismoinstante,demostrarle,enloposible,quehubodeexistir «algo»,quepor«algo»sehamantenidooculto,queexpliquedemanerafehacientelavertiginosacarreradeHitlerhaciaelpoder, conelapoyo,noloolvidemos,delamayoríadelpuebloalemán. Siconseguimosaportaralgodeclaridadaeseoscuroasuntohabremosconseguidonuestropropósito. Primeraparte Latormenta «L’histoiren’estqueletableaudescrimesetdesmalheurs».[1] I —¿Cómodicesquesellamaesetipo? —AdolfHitler. Konradseencogiódehombros. —Nuncaheoídoesenombre.¿Quiénes? Kilian esbozó una sonrisa. Miró de reojo a su compañero y, una vez más, tuvo la penosa impresióndequeSleiterhabíaenvejecidomuchoenlosúltimosmeses,noextrañándolenadaelver enlassienesdeKonradalgunoshilosdeplata. Los dos tenían la misma edad, 23 años, pero Lörzert no había cambiado mucho, y seguía poseyendoaquellafazrubicunda,depieltensaydebuencolor,muestradeserhijodecampesinos, acostumbradoavivirenelcampo. —TampocoséyomuchodeeseHitler—contestóKilian—.Mehablarondeélhaceunasemana. Esnuevoenelpartido,creoquetieneelcarnetnúmero555. —Noestámal.Casiunmillardeafiliados. —Notehagasilusiones,Konrad.Loqueocurreesqueseempezóanumerarapartirdel500,para darlaimpresióndequeéramosmás…peronosomosmásquesetenta,actualmente… Konradbajólamirada,yaquesuamigoeramásbajoqueél. —¿Cómotemetisteeneso,Kilian? —¿Quéquieresdecir? —¿Cómotediopormeterteenpolítica? Lörzertseencogióvagamentedehombros. —Cuandonosdesmovilizaronnoteníadóndecaermemuerto.Yasabesquemipadrefallecióen 1916…ymimadreeraviudadesdehacíadiezaños.Noéramospropietarios,sinoarrendadoresde unastierrasquemimadrenopudoseguirtrabajando,apesardequedejólavidaenaquellaparcela… »Cuandomuriómipadre,elpropietariobuscónuevosaparceros,mimadrevinoavivir,caside caridad,enlacasadeunosparientes,aquí,enMunich… —Debistevenirconmigo,aBerlín. —Teperdídevista,yalosabes.Estuvematandoelhambrecomopude,hastaquetropecéconese FranzGirisch,elajustadordeuntaller,enelquefinalmentemeadmitieron…asífuitirando. —PeroesonoexplicatuingresoenelDAP . —FueFranzquienmediounpequeñofolletoquehabíaescritoAntonDrexler,elpresidente…Me gustólamaneradeenfocarlascosas…poresomeafilié…yfueenunadeesasreunionescuandooí hablardeHitler. —¿Unintelectual?—inquirióKonradconuntonodedesprecioenlavoz. —¡Oh, no! Es un pintor… creo que nació en Austria, cerca de la frontera con Baviera. Ahora ostentaelcargodedirectordereclutamiento,peroyocreoquellegarámuylejos…yamelodirás cuandoleoigashablar. —Estoy harto de papagayos, amigo mío. Desde que llegamos a la patria no me han dejado un soloinstantededescanso…todoshablan,Kilian,todos…peroespecialmenteesoshijosdeperrade rojos…losqueyaosaban,enelfrente,enlosúltimostiempos,hacercorrerbulosparaaumentarla confusiónyhacerqueperdiésemoslapocamoralquenosquedaba. —EsomismodiceHitler…¡esformidable,Konrad!Noesunpapagayo,sinounhombrequesabe lo que se dice… analiza la situación como nunca lo he visto hacer. Desea una Alemania fuerte, poderosa,unida…unReichqueabarquetodoslospueblosgermanos… —Yaveo,unsoñador. —Nolocreas.Drexler,nuestropresidente,noseequivocanunca…esunespecialistamecánicoen aserradoras,unhombrellenodefeydeentusiasmoeneldestinodelReich… —¿Quéotragenteformaelcomité? —Están: Karl Harrer, un periodista que ostenta el cargo de vicepresidente; Muchel Lotter, maquinistadelosferrocarriles,primersecretario;AdolfBikhofer,unestudiantequehacedeprimer secretario;esdecir,detesoreroprimero,yaqueelsegundosecretarioesJohannB.Koebl.Luegoestá ese del que ya te he hablado, Girisch… el que me colocó en el taller y me hizo ingresar en el Partido…y,finalmente,Hitler. —¿YahoraquieresqueingreseyotambiénenlaDAP ,no? —Silodeseas,sí…nuncateobligaríaahaceralgoquenoquisieras… Sleiterencendióuncigarrillo,siguióconreconcentradaatenciónlasvolutasdehumoqueelaire delanochedeshacíavelozmente. —Miidea,unavezvieseamispadres—dijoconvozfirme—,erairmeconalgunodelosFrei Korps,noimportadóndefuera…alucharcontralosrojosrusos…fueradeestepaíscorrompidopor el bolchevismo, atenazado con la cobardía de los socialdemócratas… ¡Mierda! ¿Sabes lo que nos pasóenBerlín? —No. —Desfilamos por Unter den Linden… y nos silbaron, ¡cómo lo oyes! Esos hijos de puta de demócratasnosinsultaban,comosifuésemoslosculpablesdesupropiacobardía… Escupióconrabiaenelsuelo. —Ningunodeesoscerdosvioelfrente,nisiquieradesdelejos…ibanvestidos,aunqueestaban delgados,seguramentedetantofollarenlaretaguardia… »Si en vez de ser un simple Obergefreiter hubiese mandado el batallón, habría ordenado abrir fuegocontraaquelloscabrones… —Yoleíqueosdijeronquenohabíaissidovencidos. —Sí,lospolíticosqueríandarnoscoba…¡claroquenohemossidovencidos!Ningúnsoldadodel frente estaba dispuesto a abandonar su posición… pero detrás de nosotros, en la asquerosa retaguardia,hombrescobardesestabanfirmandoelarmisticio… —No quiero meterme en tus asuntos, Konrad… —dijo Kilian con dulzura—, pero creo que podráshacermáslaboraquí…queconlosCuerposFrancos…tardeotemprano,losAliadosvana exigirsudisolución… Sleiterseechóareír,aunquesurisasonabafalsa. —¡VeremossimeconvenceeseHitler! EstabanllegandoalaHerremstrasse,alacasanúmero48,dondepocotiempoantesentróHitler, porprimeravez,afiliándosepocodespuésalDeutscherArbeiPartei,el DAP ,sindarsecuentadeque aquelsimplegesto,eldetomardelamanodeDexlerelcarnetnúmero555,ibaacambiarlaHistoria delmundo. II —Prosit! Chocaronlasgrandesjarrasdecerveza.Elhumodeloscigarrillosformabaunanubesobrelas cabezasdeloshombresqueocupabanlagransaladelacervecería. TodosellosllevabaneluniformedelaSA. Un poco más viejo, pero sonriente y fuerte, Konrad Ludwig Sleiter bebió, sin descanso, el contenidodesugranjarra,dejándolaluegosobrelamesa,antesdesecarseloslabios,manchadosde espuma,coneldorsodesusólidayvelludamano. Sepusoenpie. —¡Silencio! Todaslascabezassevolvieronhaciaél. —¡Camaradas!—empezódiciendo—:Hemosrecorridounlargoygloriosocamino.Pocosson losrostrosdelosaquípresentesquerecuerdodeaquellosprimerostiempos…perotantoellos,los veteranos,comolosquehanllegadoluego,hanllevadoacabountrabajoexcelente… »Estamoscercadelaselecciones…yestavez,amigosmíos,nadieserácapazdedetenernosenel caminohaciaelPoder… »Quedaaúnmuchoporhacer…yyasabéistodosaloquemerefiero.Hayquelimpiarelpaísde todolosucioqueaúnviveenél… »Los traidores, los que se bajaron los pantalones ante las inaceptables exigencias del Diktat de Versalles,losquedeseabanabrirelpasoalashordasbolcheviques,losjudíosylosplutócratas,los grandescapitalistasquedeseanseguirchupandolasangredelobreroalemán… Diounpuñetazosobrelamesa. —¡VamosalimpiarelReichdetodaesabasura,camaradas!,oslodigoyo,mientrasunosolode esosbastardosvivaentierragermana,correremoselpeligrodevolveracontaminarnos… »Tambiénajustaremoslascuentasaesosprusianosenuniforme…porqueelEjércitoalemánha dedejardeserparasiempreunainstituciónexclusivamentereservadaalosniñosbonitos,aloshijos de papá… para convertirse en un Ejército del pueblo y para el pueblo, tal y como ha afirmado el camaradaRoehm… Seapoderódelajarraqueunadelasrollizassirvientas,cuyasposaderasrecibíanlascariciaso lospellizcosdelospresentes,habíallenadopocoantes. —¡Todosenpie!¡Brindemos! Selevantaroncomounsolohombre. —Brindemosportodoloquenosesquerido—dijoSleiter—.¡PorAlemania! —¡¡¡PORALEMANIA!!! —¡PorelFührer! —¡¡¡PORELFÜHRER!!! —¡PorErnstRoehmylasSeccionesdeAsalto! —¡¡¡PORLASSA!!! —¡Porlavictoria! —SIEG!!! *** ElcristalsuciodelvagónreflejabaelrostropreocupadodeSleiter.Eracomositemieraqueel convoy se detuviese en la pequeña estación de aquel pueblo bávaro donde había nacido hacía ya veintitrésaños… No había vuelto a la localidad desde hacía casi tres años, con motivo de un permiso de una semanadeconvalecenciadespuésdelaherida,lacuarta,recibidaenelfrentedeFlandes. Tresañosesmuchotiempo… Yaentonces,en1916,supadreluchabadesesperadamentepormantenerydefenderlapropiedad que había heredado de sus mayores. La inflación, que comenzaba a hacerse sentir, la escasez de materiasprimas,lafaltademanodeobra,todocontribuíaaconvertirloscamposdeBrunoSleiteren páramosquenadiepodíatrabajar,quenadiedeseabatrabajar,yaquesehabíaperdidodefinitivamente lavisióndelfuturo,ylagentevivíaaldía,puestoquelaseguridadenelmañanasehabíaesfumado definitivamente. Lacertezadeladerrotahabíaabiertoantelamayoríadelosalemanesunpozoinsondable,repleto demiedosydeincertidumbres;seempezabaadesconfiarenelpoderadquisitivodeldinero,aunque todavía no hubiese caído el marco en la desvalorización monstruosa en que se derrumbaría meses mástarde;lagenteseaferrabaasusbienespalpables,ynoeraeloronilasjoyasloúnicoqueseguía valiendo algo, la comida, las cosechas ocultas formaban ya la base canallesca del futuro mercado negro. Aquellos que habían vivido con la esperanza de que las cosas seguirían siendo lo que eran, o incluso los optimistas y utópicos, que creyeron en una victoria de los Imperios centrales, se encontrabanahoraantelaseriaamenazadelamiseria,deldesempleoenmasa,cosasqueconducían fatalmenteporelcaminodelaRevolución. ParaSleiter,conelrostropegadoalcristaldelaventanilla,elfuturoaparecíataninciertocomo sullegadaalpueblo.Habíaescuchado,sinembargo,lasencendidasyvehementespalabrasdeaquel Adolf Hitler, en cuyos ojos brillaba la seguridad de una próxima grandeza jamás alcanzada por la AlemaniadelsigloXX.Unmillardeañosseextendíaantelaprediccióndeaquelhombre:unmilenio de prosperidad y de hegemonía mundial para un pueblo que acababa de ser vencido, pero cuyo destino histórico, unido a la esencia de una raza superior, habrían de abrirle las puertas de una insuperablegrandeza. HastaSleiter,quetodavíavivíabajolapesadumbredeloquehabíavistoyoídoenBerlín,delo quevioyoyóalatravesarAlemania,deregresoaBaviera,inclusoparaél,habíaenlaspalabrasdel políticoaustríacoalgoquelehizovibrar,comocuando,enlostiemposdelaAntigüedad,seoíanlas vocesdelosprofetas,cuyosojosagudosparecíansaltarporencimadelostiempos. Detodosmodos,Konradnosehabíadecididoaafiliarseal DAP ,prometiendoasuamigoKilian quelopensaría,dándoleunarespuestadefinitivacuandoregresasedeverasufamilia. Si algo le había gustado, más que otra cosa, en las palabras del orador, fue aquella fuerza que habíaensusconvicciones,aquellaseguridadmatemáticadequelascosasseríancomoélpensaba… Nuncahabíacreídoenesaclasedehombresque,segúnsedecía,enviabalaProvidenciaconel propósitodecambiarelcursodelaHistoria. Había vivido demasiadas miserias, visto demasiados hombres, importantes o no, ensuciarse en lospantalones,mearsepatasabajo,cogidosenelcepodelmiedo,devisitaenunaposición. Losviollegar,ufanos,petulantes,destilandoorgulloysuperioridadporcadaunodelosporosde sus malditos cuerpos, sin dirigir una sola palabra al soldado comido por los piojos y el hambre, rodeadosporunaasquerosapandilladelameculosquellevabanelmismouniformequeellos,aunque conmenosgalonesyentorchados. Yluego,maravillosamente,elenemigohabíahechohablarcientosdebocasdefuego;milesde proyectilesatravesaronelairey,espectáculoarchiconocidoportodoslospiojososdelatrinchera,la tierrasehabíapuestoahervircomounamarmitadondesecocieseelcaldoespesodelamuerte. Degolpe,todoelorgullodesuscarasbienlavadas,desusbigotesengomadosyperfumados,el brillodesusojosaltivosdetrásdelcristaldesusmonóculos,todosuportedegrandesseñores,de altosjefes,desaparecíacomoporensalmo. Y,cosacuriosa,perdiendotodadecencia,obrabancomoningúnmiserablecomedorderanchose hubieseatrevidoaactuar. Konradnopudoevitarunasonrisa. Nunca pudo olvidar aquellas escenas denigrantes, cuando echaban a correr como conejos, asustados, tirándose de cabeza al primer refugio y, una vez allí, ponerse a temblar como niños asustados… No,nocreíaenloshombres…aunqueahora,alpensarenlasvibrantespalabrasdeaquel,enel brillodesusojos,notabaqueestabaimpresionadoporprimeravezensuvida. *** Lloviznaba ligeramente. El minúsculo andén de la pequeña estación estaba vacío. Y aquello complacióaSleiter,yaqueenelfondonodeseabaveranadiequenofueradesupropiafamilia. «Eresunperfectoidiota—musitómientrasatravesabavelozmenteladesiertasaladeespera—.Es comosituviesesvergüenzadequetevieranenuniforme,comosifueraselresponsabledirectode queelpaíshubieraperdidoestamalditaguerra…». Sabía, no obstante, que aquella sensación no era nada que solo él experimentase. Conocía a decenas de soldados que, como él, habían penetrado en su pueblo con las orejas gachas, avergonzados,procurandoquelesvieseelmenornúmerodepersonasposibles. ¡Cuandohabríadehabersucedidolocontrario! Hubieran debido ser los paisanos los que agachasen la cabeza… porque si alguien había traicionadoalEjército,habíansidolospobladoresdeestaasquerosaretaguardiaquenosupomedir elsacrificiodelosquemurieronpordefenderla. ¡Unasco! Cruzólaplazaenlaquelaestaciónestabaubicada. Todo seguía igual: la tienda de ultramarinos de Herr Müller, la cervecería de la vieja Frau Köbler, cuyo marido, un héroe de la guerra de 1870, había regresado de París con una grave enfermedadvenéreaqueselehabíallevadoalotrobarrioenpocosmeses…elalmacéndegranosde HerrSchöreder,unacaparadoralqueKonradnopudonuncavernienpintura… «Cadapuebloesunmundo—pensó—.Enélsedantodosloscasosyaparecentodaslasclasesde sereshumanos…». Echóunarápidaojeadaalatristefachadadelnúmero9delaHindenburgstrasse,laúnicamujer «decostumbresligeras»delalocalidadvivíaallí. Lotta Lamminsky, rubia, alta, hermosa: una mujerona, cuyos padres habían venido a Alemania desdePolonia,quedándoseenDresdenmientrasquelamuchachaseibaenbuscadeaventura…yde dinero. Los ricos del pueblo, los propietarios de las mejores parcelas, el alcalde, el médico y el farmacéutico, habían visitado con frecuencia la casa tristona de la Fraulein, y ahora, tantos años después,KonradsepreguntabasiBrunoSleiter,supadre,nohabíasido,eventualmente,unodelos clientesdelarubiapolaca. Lociertoeraqueloschicosdesuedad,cuandoKonradLudwigteníadoceotreceaños,habían permanecido largas horas, a partir del atardecer, ante la ventana iluminada del primer piso por la cual,devezencuandoyconunpocodesuerte,veíanlasiluetadeLotta,enropasmenores,comouna sombrachinescadelaquedestacabanlosdosenormesytiesossenos… Muchos se habían masturbado pensando en aquella hembra, y él también lo había hecho, sudoroso, en la cama, con la imaginación llena de cosas apenas sabidas, cosas oídas a los demás, mezcladasconlasimágenesdealgunoslibrosquecorríandemanoenmano. Sleitersonriódenuevo. No,nadateníaqueagradeceraaquelpuebloenloquesereferíaalhechodehaberseconvertido enunhombre.Saliótanvirgencomolehabíaechadosumadrealmundo… UnafurciadeBruselasseencargódeenseñarlelosrudimentosdelamor. Aunque… Justamentepasabaantelafarmacia,ysintióqueelcorazónseleencogíaunpoco,altiempoque los recuerdos, lejanos y borrosos, pero dotados de un profundo y limpio sentido emotivo, le inundaban. —Anna… ¿Cuántas veces había pronunciado aquel nombre en la soledad de las trincheras, cuando, paradójicamente,entremilesdehombres,unoseencuentrasolo? Sí,lohabíapronunciadocientos,milesdeveces,enlasjornadasdesilencioydepaz,dondesolo seoíaeldisparotraidordeunfrancotirador,oenlosdíasdetormentadeaceroydemuerte,enlo hondodeunrefugio,sintiendocaersobresucascodeacerounchorrodetierraqueseescapabade entrelasvigastemblorosasacadaexplosión. Lo había repetido en los amaneceres de ataque, cuando, inclinado, con el fusil en la mano, la relampagueantebayonetaenelextremodelcañón,corríaporunatierracubiertadecráteres,comoun paisajelunar. Lopronunciótambién,convozahogada,bajolamáscaraantigás,cuandoelsuelosecubríadel humoamarillentoodelrocíomortíferodelaiperita. —Anna. Qué estupidez seguir pensando en ella cuando, con toda seguridad, estaría casada y con hijos, quizá con un marido soldado, vivo o muerto, o con un esposo calvo, como Fritz, el hijo del almacenistadegranos… Bienselashabíaarregladoelpadreparaevitarquesuhijofueraalastrincheras.¡Paraqueluego le vengan a uno con el cuento del patriotismo! Solo los desgraciados, los verdaderos patriotas, habíanestadoluchandotodosaquellosaños… AlrecordaraFritzSchöreder,fruncióelceño,ylasonrisaquemomentosantessedibujabaen suslabios,seborrócomoporensalmo. —¡Malditoemboscado! Por culpa de hombres como aquel, de acaparadores y sucios traidores, de judíos y plutócratas, Alemaniaseencontrabaalbordedelamiseriaydelaruina,amerceddeunosAliadosquehubiesen sidoincapacesdevencerlasilaretaguardiahubieramantenidounamoralcomoladelossoldados. VolvióapensarenAnna,ensuspocosencuentros,enelúnicobesoquelehabíadado,momentos antesdedirigirsealaestaciónparatomaruntrenqueibaallevarlealosconfinesdelaMuerte. Moviólacabezadeunladoparaotro,altiempoquellegabaalaesquinadelacalleenquevivía. Yfueentonces,aldoblarla,cuandovioelpobrecarro,unacarretatiradaporuncaballocansino,una simpleplataformademaderadondeunassogassujetabanunféretro,yunamujerdetrás,envueltaen velosnegros,comoúnicocortejo. Konrad se hizo a un lado, esperando el momento de que pasase el muerto para, cuadrándose, hacerleelsaludomilitar. III —Prosit! PaultocóligeramenteelbrazodeSleiter. —Vamos,Konrad… —Sí. Sleiterterminósujarradecerveza,incorporándoseparasalirdelasala,seguidoporPaulyJosef. Alverlos,diezhombreslesimitaron,mientrasqueotrosseguíancantandoybebiendo. Unavezenlacalle,siguieronlaacera,formandodosgrupos,elprimerodelostreshombresyel otro,másdenso,conlosquehabíanabandonadolacerveceríaensupos. DosminutosdespuéspenetrabanenlaCasaPardadeMunich,siendosaludadosporloscentinelas SAqueguardabanlaentrada. Loshombres,todos,sedirigieronalcuartodearmas.Alentrarallí,Sleiterseacercóalamesa, enunodecuyosbordessesentó. —Hashechobienenavisarme,Krimmann—ledijoaPaul—.Debemosempezareltrabajodentro demediahora… PaulKrimmannsonrió. Eraunmuchachoalto,rubio,fuerte,deojosclaros,queavecesparecíanazules,peroqueenotras ocasiones,aloscurecerselevemente,setornabandeunhermosocolorágata. EnsushombrerasllevabalosgalonesdeOberscharführer,ungradoqueenlasSAequivalíaalos deunUnterfeldwebeldelEjército(subsargento). Elhombrequeestabaasulado,pelirrojoyfuertecomountoro,conunacaraprimitiva,perocon ojos azules e ingenuos, era Josef Meister, el guardaespaldas personal de Sleiter, que adornaba sus hombrosconlasinsigniasdeOberstumann(soldadodeprimeraenlaWehrmacht). Losdemás,losdiezhombresqueesperabanenlasaladearmas,eransimplesSAoSturmann. En cuanto a Sleiter, llevaba los galones de Truppführer lo que quería decir que en el Ejército hubiesetenidolacategoríadesargento. Su grupo era un Trupp, una formación en las SA, una especie de sección de combate, perfectamente adiestrada, curtida ya, desde los principios del nacionalsocialismo, en la lucha callejeracontralosenemigosdeHitler. Aunquesuviejoamigoycompañerodearmaslehabíaaconsejadoimitarle,entrandoenlatropa especialcuyamisióneraprotegeralFührer. Fueenabrilde1925,cuandoHitlerrequiriólaformacióndeungrupoqueleprotegiera;ocho hombresloformaronenunprincipio,bajoelnombredeStabswache(GuardiadelCuartelGeneral), nombrequesecambiócasienseguidaporelSchützstaffel(GrupooEscalóndeProtección). «S»… chütz… «S» taffel… cuyas dos «S» iban a ser tristemente célebres en el mundo: las SS habíannacido. Sleiter prefirió entrar en las SA (Secciones de Asalto), ya que allí se respiraba el verdadero espíritu de la revolución nacionalsocialista, donde se pensaba en cambiarlo todo, creando, con las Secciones de Asalto, el ejército nazi que terminaría para siempre con los junkers uniformados y todopoderososquehabíanllevadoaAlemaniaalamásvergonzosadelasderrotas. Por otra parte, desde que había oído hablar de Roehm, Konrad comprendió que aquel hombre deseabahacerunanuevaAlemaniayque,deunavez,ibanaterminarselosprivilegios,losricos,los plutócratasy,evidentemente,losrojosylosjudíos. PortodoaquellosehabíaafiliadoalasSA. *** —Tenemosveinteminutosparaprepararnos—dijoSleiterasugrupo—.Yaconocéisdequése trata…Hacedossemanas,unodenuestroscamaradasfuesorprendidoyapaleadoporesospuercos delRotFront.Nuestrocompañerosigueenelhospital,luchandoentrelavidaylamuerte. »Conoceremosalosautores,lostiposdeunadeesascélulas,laquemandauntalOberfein,un mecánicodeuntallerdelaciudad… »TambiénsabemosqueestanochesereúnenencasadelanoviadeesepuercodeOberfein,enel número48delaMatildestrasse. Esbozóunasonrisacruel. —Vamosadevolverles,concreces,loquehicieronalpobreLamberg… Susojosadquirieronunbrillometálico. —Si no es necesario —agregó con voz firme—, no utilizaremos las pistolas… creo que los garrotes bastarán… pero, Sakrement!, deseo que peguéis fuerte… sin vacilar… hay que dejar marcadosaesoshijosdemalamadre…¿entendido? —Jawolh!—fuelasonorarespuestaunánime. —Bien. Ahora, un consejo… id a la cantina y bebed una buena taza, o mejor dos, de café bien cargado. Quiero reflejos rápidos… y con la cerveza que hemos bebido, estamos, todos, un poco embotados…Traedunatazabiencargada,paranosotros…¡Enmarcha! SalieronlosSturmann,noquedandoenlasaladearmasmásquelostreshombres. —Deberíashabermedejadoelmando,Konrad—dijoPaul—.Almenos,porestanoche… Sleiterseechóareír. —¡Nodigastonterías! —Tecasasmañana,muchacho. —¿Yqué? —Siteocurrieraalgo,nomeloperdonaríanunca,¿verdad,Josef? —SoydelamismaopiniónSleiter…deberíasserprudentelavísperadetuboda. —¡Mehacéisreírlosdos!—secarcajeóKonrad—.Mañanamecaso,escierto…ytodosestáis invitados…pero¿quépuñetastienequevermibodaconelajustedecuentasdeestanoche?¿Desde cuándohevueltolaespaldaaunapeleaconesosrojillosdemierda? —Nadieteestátratandodecobarde—sedefendióKrimmann. —Las mich gehen![2] —protestó Konrad con vehemencia—. Al contrario, amigos… yo veo las cosasdiferentes…nohaynadamejorquelosbrazosdeunamujerparacalmaralsoldadoqueviene delapelea…ysiquedanmarcasdelosgolpesrecibidos…¿quémejorbálsamoquesusbesos? —Amenosqueterompanlacrisma. —Gott verdamm’ mich! ¿Hacerme pupa esos maricas de comunistas? ¿Por quién me habéis tomado?Además,yaconocéismiplan…graciasaunchivato,conoceremoslacontraseña…esuna palabra mágica «Proletariado»… dulce palabra que pronunciará uno de nosotros, al llamar a la puerta…mientrasquelosdemásseescondenenlasombra…ycuandoabran… —Dejarásqueseayoquienllame,¿verdad?—inquirióMeister. Sleitermiróconamistadalcoloso. —Desdeluegoquesí,Josef…—dijoconunasonrisa—.PoralgotellamanPanzer… —Estábien…—concedióPaul—.Yaprocuraremosquenocometasningunabarbaridad… Lestrajeronelcafé,quebebieronapequeñossorbos. Quince minutos más tarde, empuñando los recios garrotes, pero con la pistola en el cinto, el Sturm,contríoalacabeza,avanzabaporlassombríascallesdelaciudad. *** Todo era triste, mísero, deprimente. El jamelgo, viejo, cansado, con ese cabeceo fatalista que tienen los caballos cuando van hacia el matadero. El carro, sin varas, simple plataforma, las sogas usadas,ylanegranotadelféretro. Y la lluvia, fina, poniendo una imprecisión movediza en las imágenes, como la capa gris de ciertastelasimpresionistasquedanaloscuadrosunainfinitamelancolía. Konrad miró al caballo, al carro, al féretro, y le pareció como si todo aquello representase a Alemania,acuyoentierronoibamásqueunamujervieja,encorvadaporelpesodelosañosydel sufrimiento,conojosenrojecidosysecos,detantollorar… Sedispusoacuadrarse,aunque,derepente,sinsaberporqué,sesentíatremendamenteapagado, sombraélmismo,bajolafinalluviaqueparecíadisolverlotodo,borrarlo,difuminarlocomopara quitarletodatrascendencia. —¡¡Hijo!! Lavozdelamujerenlutadalegolpeócomosiunamanoaviesalecruzaselacaraconunafusta. Alzólosojosbajoelgorromilitarquellevaba,yvioalamujerquecorríahaciaél,consuspobres brazos abiertos, mientras que el cochero, pequeña figura gibosa con los pies colgantes, seguía su camino,envueltoenlaterribleindiferenciadetodoslosenterradores. —¡Madre! Ella se había echado el velo hacia atrás, y aunque le fue difícil identificar el rostro amado en aquella masa arrugada, fueron los ojos, los queridos ojos de su madre, que lucían como los recordaba,losquealejarondesualmalamenorsombradeduda. Abrazó el cuerpo menudo, con cuidado, pero con veneración. Nunca supo si lo que mojaba su rostroeranlaslágrimasdelamujer…olalluviaqueseguíacayendosincesar. —¡Oh,KonradLudwig!¡Túaquí!Enestemomento… —Nosabíanada,madre… —Losupongo…llevábamosunaeternidadsinnoticiastuyas…todaslasvecinasmemirabancon tristeza,comositehubieraocurridoalgomalo…peroyosabíaqueseguíasvivo… —Vamos,madre…dameelbrazo…elcarrosehaalejado. —Elcarrodondevatupadre,KonradLudwig. —Losupongo.¿Quéhaocurrido? —Yateexplicaré. Siguieronalcarro,bajolalluvia.Lasruedaschirriabanlúgubrementeacadagiro,yloscascos delfamélicocaballopunteabanelsilencioconuncloc-clocmonótonoyexasperante. —Entiendo. —Tu padre luchó como un loco… yo veía que se estaba matando… no encontrábamos a nadie paraquenosayudaseenloscampos… Moviótristementelacabeza. —Trabajaba día y noche… apenas si comía… su carácter se volvió arisco, irascible… le vi consumirse poco a poco, envejecer diez años cada semana, convertirse en un pobre anciano, que balbuceabaacadainstante,cuyamenteempezabaavacilar… —Locreo. El del carro, era al mismo tiempo, el empleado de las Pompas Fúnebres, el enterrador y el sepulturero,peroKonradleayudóabajarelféretro,colocándolojuntoalafosaqueelhombrehabía cavadodurantelanoche. Laceremoniafuecorta,conesabrevedadquelossepulturerosdanalosentierrospagadosporla Beneficenciamunicipal. Luego, mientras el hombre del carro terminaba su labor, dando consistencia al montículo que sustentabalacruz,lamujerseaferróalbrazodesuhijo,saliendoambosdelreductodelpequeñoy melancólicocementerio. Habíaenelgestodelamadre,esaseguridadquedalapresenciadeunhombreenelnúcleodeuna familiadelaquelamáximapotestadacabadedesaparecer:yalmismotiempo,habíaenElisaSleiter, nacidaenOremburg,esedeseodecontarasuhijotodoloquehabíapadecidoysufridodurantesu ausencia. —Nos fueron robando todo, Konrad —explicó con voz silbante—. Tu padre tuvo que firmar pagarés…yluego,alnopoderabonarlos,seincautarondenuestrastierras… »Tupadreestabaenfermoycansado…nopodíamás…yoveíaqueseibaconsumiendo,luchando desesperadamente…peronohabíanadaquehacer…y,finalmente,tuvimosquevenderlotodo… —¿Quiénfueelcomprador? Loimaginaba,peroquisoquefueseellaquiendiesefuerzaasupremonición. —FritzSchöreder.¿Quiénquieresquefuese?Eselhombremáspoderosodelpueblo…yahora, unprotegidodelosnuevosamosdeBerlín,delosdelaRepúblicadeWeimar… —Hastaqueayer,porlamañana,viendoquenosedespertaba…ya…teníaelalmuerzosobrela mesa…fuiaverle…estabamuerto. —Losiento,madre…hubieradebidoregresarantes,aayudaros,peroyoestabatambiéncogido enuncepo. —Notereprochonada,hijo. —Losé. —Padrepensabasiempreenti…sellenabalabocaconelogios…yseponíafuriosoalverqueel hijodeSchörederestabatranquilamenteaquí,mientrastúpeleabasenelfrente. —Supadrehizoloquepudo. —Elviejomurió. —Debíahaberreventadoeldíaenquenació. Ellaapretóconmásfuerzaelbrazodesuhijo. —Ahora…queestarásaquí,todocambiará. Konrad se estremeció, y ella, a través del brazo de su hijo, que seguía apretando con fuerza, comprendióquesudeseonoeramásqueunailusión. —Yaveo…—dijo—.Tienesquevolverteair… —Aquí no hago nada, madre, compréndelo… ya no tenemos tierras… y yo tengo mis propios proyectos…Alemaniavaaresurgir,tienequehacerlo… —Yonoentiendodeesascosas,Konrad. —Losé,madre…peronotienesquepreocuparte.Voyaocuparmedeti.Notefaltaránada,telo prometo.EncuantoregreseaMunich,teenviarédinerocadasemana. —¿Hasencontradotrabajo? —Sí. Teníaquementirle.Nosoportabaelfatalismodeaquellamujer,quesiemprehabíasidooptimista, yalaquerecordabaconunaperennesonrisaenloslabios. —Yaestamosencasa…perdona,hijo,perofaltanmuchascosas…tuvimosquevendercasitodo parapagarlosprimerospagarés… —¿ASchöreder? —Sí. Sleitersemordióloslabios. Ella abrió la puerta. El interior estaba iluminado. Atravesaron el pequeño vestíbulo, desembocandoenelcomedor. Habíaunamujerallí. Konrad sintió que sus piernas flaqueaban al reconocer a la muchacha que le miraba con sus grandesojosazulesinmensamenteabiertos. EraAnna. IV —Quietos… Los hombres se inmovilizaron. La calle era estrecha y estaba muy oscura. La única farola se encontrabaenelextremo,juntoalaKleineplatzquehabíanatravesadoparallegarhastalacasadela prometidadelcomunistaOberfein. Macizasilueta,elObersturmannseadelantó,acercándosealapuertaalaquellamóconalgunos golpesbreves. Konradsemordióloslabios. Apretabaensudiestraelgarrotehechoconunnerviodeaceroyrodeadoporunaespesacapade caucho.Algoquemástardeseharíatristementefamoso,enlosKonzentrationslager,conelnombre degummi. —Esperemosquenohayancambiadolaconsigna—murmurófrunciendoelceño. —No temas —repuso Paul—. Si algo, entre otras muchas cosas, les falta a los rojos… es imaginación. —Asísea. Justoenaquelmomento,alguienabríalapuertadelacasa.Deunformidableempellón,Meister lanzóhaciaatrásalqueabría. —Vowarts![3]—aullóSleiter. Selanzaronhacialapuertacomounsolohombre. Josef había derribado al que abrió, propinándole una patada en la cabeza que le puso fuera de combate. El gigante estaba ya al pie de la escalera, esperando impaciente la llegada de sus compañeros.Seoía,desdeabajo,elrumoracaloradodeunadiscusión,conalgunasvocesdisonantes yhastaencolerizadas. Konradhizoungestoparamantenerquietosalossuyos,mientrasprestabaunaorejaatentaalo quellegabadesdelaplantasuperior. —Estánenzarzadosenunadesusfamosascharlasdialécticas—murmuró,mientrassonreía. Ytrasuncortosilencio: —Vamosasubirmuydespacioyensilencio,parasorprenderlos…¡seguidme! Iniciaron la ascensión por la escalera, que subieron peldaño a peldaño, andando de puntillas, conteniendocasilarespiración. Lasvocesfueronhaciéndosemásymásfuertes,amedidaquesubían.Oyeronentonces,alllegar alrellanoladeunamujerquetrassoltarunarisabastanteagradable: —¡Venga!Aquítenéislosbocadillosylacerveza…dejaddegritarcomoenergúmenos…mevais alevantarunterribledolordecabeza… —LanoviadeOberfein…—sonrióferozmentePaul—.¡Cómoloscuida,lamuy…! —Deja, deja —sonrió Sleiter, a su vez—. Lo malo para ellos, es que van a hacer una mala digestión… —¿A qué puñetas estamos esperando? —intervino el gigante que apretaba entre sus manos el terriblegummi. —Unpocodepaciencia,Josef—ledijoSleiter—.Hayqueesperaraqueempiecenacomer…si sorprendesaunhombreenplenacomilona,conunajarradecervezaenlamano,tardaeldobleen reaccionarquesiestuvieseconlabocallena… YmirandoconfijezaaMeister. —Óyeme bien, Josef… quiero que lo entiendas… el jefe, ese cabrón de Oberfein, es asunto mío…¿comprendes?—Sí. —Quieroajustarlelascuentaspersonalmente.Porqueéleselresponsabledetodoslosgolpesque hanrecibidolosSAdeestaciudad…voyahacerleverlomaloqueesatacarnos…¿deacuerdo? —Perfectamente. Unarisallegódesdeelfondodelpasillo.ElrostrodeSleiterseendureció,mientrasquesusojos adquiríanunfríobrillometálico. Comidoporlaimpaciencia,Josefpreguntócontonoansioso: —¿Vamos? —¡Vamos! Avanzaronvelozmenteporelpasillo. *** Sequedaronquietos,comocongeladossúbitamente,mirándose,sinsaberquédecirniquéhacer, comosilasorpresaquehabíanexperimentadoleshubiesearrancadoinclusolafacultaddemoverse. Elisa Oremburg miró a su hijo, después a la joven. La mueca que dibujaron sus labios debía intentarserunasonrisa,peroaquelrostroarrugadoerayaincapazdesonreírdeunamaneraabierta. —VoyairacasadeMüllerporunpocodecarne—dijo—.Hoytenemosuninvitado… —Iréyo,señoraSleiter. —No.Voyyo. CogióElisaelcapazoysalióprestamente,nosinecharunaúltimaojeadaalaestampamarcialde suhijo. Sleiter, que había notado sin dificultad el tono precipitado de la oferta de Anna, como si esta hubieraqueridoagarrarsealaoportunidaddesalirdelacasa,sepreguntósirealmentelamuchacha deseabaquedarseasolasconél. Tambiénélestabanervioso,inquieto,envarado.Nohabíanintercambiado,antesdelaguerra,más queunrápidobeso,hechomásdeternuraquedeotracosa,sinelmenorasomodedeseo:unodeesos besosque,sinembargo,dejanunaprofundahuellaenlasalmas. —Tehashechotodaunamujer… Sabía que estaba diciendo tonterías, que se servía de una frase hecha para romper el molesto silencioquereinabaenlaestancia;pero¿quépodíadecir? —Tútambiénhascambiado. —Heenvejecido. —Sí,escierto…hasdebidosufrirmucho. —¿Ytú? ElhermosorostrodeAnnaseensombreció,ylaluzquedabaunairrealluminosidadasusojos azulesperdióalgodebrillo. —No ha sido fácil… —dijo—. Papá murió en 1916… Yo no podía hacerme cargo de la farmacia…además,cosaqueyoignoraba,mipadreteníadeudas,muchas… —¿Vendistelafarmacia? —Losacreedoressehicieroncargodeella.Apenassimequedaronunoscuantosmarcos…Fue entoncescuandoalguiendelpuebloquisobrindarmeayuda… —¿Quién? —Fritz. LosdientesdeSleiterrechinaron,aunqueelruidoseahogóensubocacerrada. —Rechacésuofrecimiento—seapresuróadecirella—.Preferíveniraviviraquí,contuspadres, quetenerqueconvertirme… —¿Estácasado? —Sí, con una mujer muy rica… la hija de Lowestein, el más importante terrateniente de la región… —Lerecuerdo. —Me dijo que me pondría un piso en Munich… Las cosas le han ido muy bien durante la guerra…yhacompradoalgunascasasenlacapital. —Nomeextraña.Paraesaclasedetipos,laguerrahasidountiempodevacasgordas. —Ayudéatuspadresentodoloquepude…peroyasabesqueyosoyunamujerdébil…siempre heestadodelicada…yeltrabajodelcampoeramuyduroparamí… —Nodebistehacerlo. —Tumadreterminóprohibiéndomequefueraalcampo…Ibaella,mientrasqueyomeocupaba delacasa… —Entiendo. —Después, tu padre enfermó… y las cosas fueron de mal en peor… lo malo es que tengo la penosasensacióndequesoylaúnicaculpabledetodoloquehaocurridoenestacasa. —¿Quéestásdiciendo? —Es la verdad, Konrad…, él vino a verme unas cuantas veces, cuando tus padres estaban en el campo… intentó convencerme, una y otra vez, y al ver que yo me negaba, me dijo que terminaría siendosuya…yque,porelmomento,ibaahundiralosSleiter… Konradnodijonada. —Yacomprenderásquetodosehubiesearregladosiyo… —¡Nodigaseso! —Tuspadresfueronlosúnicosquemebrindaroncobijo…losúnicosqueseatrevieron,yaque todoslosdelpuebloconocíanlasintencionesdeSchörederhaciamí… —Tú no tienes la culpa de nada, Anna —dijo él, acercándose a ella—. Ese maldito bastardo ha hundido a muchos más que a mis padres… es la manera que esa gentuza tiene de actuar… en el fondo,nolesimportamásqueenriquecerse… —Asíes… Estabajuntoaella,yseguíanmirándose,perosinatreverseamás. —Anna… —¿Sí? —Tengoqueirme…hedecomenzaruntrabajodelqueahoraprefieronohablar…pero…sitú quisieras… Laluzdelosojosirradiócomosiunfuegoformidableseencendieraenelfondodelaspupilas delamuchacha. —Quiero,Konrad… —¡Oh! —Siempretehequerido…ysideseas,antesdeirte… Lamanodeélseposóblandaperodecididamenteenlostrémuloslabiosdelajoven. —Nodigasnada,pequeña…nodigasnada… *** Al final del pasillo, la puerta de la derecha, ampliamente abierta, daba directamente el gran comedordondeloshombres,sentadosalrededordelamesa;comíanybebían. —BleibenSiesitzen![4]—aullóSleiter,penetrandoenlasala,seguidoporsushombres. Sequedaronlasmanosamediocamino,conelbocadilloyamordido,olajarraanteloslabios quedejabanverensuscomisuraslajabonosahuelladelaespumadelacerveza. —Alprimeroquesemuevaoquehagaungesto—amenazóJosefconsuterriblevozdebajo—, leaplastolacabeza… Palidecieronlamayorpartedelosrostros,seendurecieronotros,enlosquelosojosadquirieron unbrilloderabiadifícilmentecontenida. Oberfeinestabaalacabezadelamesa,sentadoenelúnicosillóny,sobreunodeloscodos,su novia,unahermosamuchacha,queseapoyabaenelhombrodelhombre. Sleiter,rodeandolamesa,seacercóaljefecomunista. —¡Hola,Oberfein!—ledijoconuntonoburlónenlavoz—.Porloqueveo,tecuidas…antesde hacerlaRevolución…¿eh? Oberfeinnodespególoslabios. —Sabrás—siguiódiciendoKonrad—,queunodenuestrosmuchachossigueenelhospital…en pésimoestado…senosfueunpocolamano,¿verdad? Oberfein alzó el rostro hacia Sleiter; no había en los ojos del comunista el menor asomo de miedo. —¿Nohamuerto?—inquirió. —No. —¡Esunalástima! Los dedos de acero de Sleiter apretaron con tal fuerza el gummi que los nudillos se tornaron completamenteblancos,peronoalzólamanoarmada,altiempoqueunasonrisa,másampliaaúnque laanterior,sedibujabaensuboca. —Cometesungraveerrorhaciendoelchulo,Oberfein—ledijoconcalma—.Túestásloco…ya queyo,entulugar…yentuscircunstancias…memostraríamásprecavido. —Séquevaisadarnosunapaliza—repusoelotro—.Sitalcosahadeocurrir,nadapuedohacer, al menos por ahora, para evitarlo… pero no te hagas ilusiones, Sleiter… tarde o temprano, tendremostupielcolgadaenlaCasadePartido…yconlatuyatodaslasdeloscamisaspardasde Munich… —¿Todavíatehacesilusiones? —No son ilusiones, sino marxismo puro… no podéis seguir engañando al pueblo… tarde o temprano,Alemaniaseconvertiráenunpaíssocialista… Sleiterseechóareír. —Por una vez, Schweinehund[5], estoy de acuerdo contigo… Alemania será socialista, no hay dudadeeso,peronacionalsocialista… —Yaveremos… —¡Konrad! LavoztonantedeJosefsonócomountrallazo. —¿Quéquieres? —¿Y me lo preguntas? ¿A qué mierda estamos esperando? Me hormiguean los dedos… y ya deberíamoshaberlesdadosumerecido…mientrastúteentretienesdiciendoestupideces… Konrad conocía lo suficiente al impetuoso Meister como para no tomar en serio sus palabras aunqueconvinoqueelgorilateníatodalarazóndelmundo. —Bien…—dijo—.Yotengoqueseguircharlandoconeste…perovamosasalir,conlaseñorita también…¿quieresacompañarme,Paul? NohacíafaltaquemiraseaKrimmann.Estabaseguro,desdeelmismomomentoenqueentraron enelcomedor,quePaulnohabíadespegadolosojosdelamuchacha,especialmentedeloshermosos senosquealzabanprovocativamenteeltejidodelablusaquellevabapuesta. AKrimmannlevolvíanlocolasfaldas,eraincansableconlasmujeresy,dedíaodenoche,en cualquiermomento,estabasiempredispuestoacomplacerlas…ycomplacerse… —¡Conmuchogusto! —¡Vamos,Oberfein! Eljefedelacélulacomunistasepusoenpiedemalagana;encuadradoporlosdosSAabandonó elcomedor,peroantesdeatravesarelumbral,sevolvióhacialosotros. —Apretadlosdientes,camaradas…nuestrahorallegará…yentonces… —¡Vamos!—seimpacientóSleiterdandounempellónaOberfein. Lapuertadeenfrentedabaaldormitoriodelamuchacha,quevivíasola,yaquesuspadresestaban ausentes,visitandoaunparienteenColonia. Apenashabíaabiertolapuertadelaalcoba,seoyeronlosprimerosgritosdedolorprocedentes delcomedor. Sleitercerrólapuerta. —Sentaosenlacama—dijo. Oberfeinledirigióunamiradaaguda. —Erikanotieneculpadenada—dijomuyserio—.Deberíasdejarquesefuera… —No,Oberfein—repusoSleiter—.Ellaestanculpablecomotodosvosotros…esunaroja…que cuidayalimentaalasratasdevuestraespecie… —Noesdehombrespermitirqueunachicaveagolpearasunovio… Konradlanzóunacarcajada. —¿Yquiéntehadichoquevamosagolpearte,rojillo?Yonotengointencióndehacerteelmenor daño…teloharástúmismo…¡¡átaleaunasilla,Paul!! —Enseguida. —¿Quévaisahacer?—dijoOberfeinconunbrillodeinquietudqueaparecíaporvezprimeraen susojos. —Ahoraloverás…ynoteresistas,sinoquieresquetepartalacabeza… Conungruñido,Oberfeinsedejóatar. Arrastralasillahastalaventana—ordenóSleiter—,yátalaalpostigo. —Bien. Lainquietudcrecíaenlosojosdelcomunista. —Espero que no vayas a hacer algo sucio, Sleiter —dijo Oberfein mirándole con fijeza—. Puedes golpearme… o matarme, si quieres… nuestros asuntos políticos, son cosas de hombres… ¿meentiendes? —Perfectamente…¡Paul! —Sí… —¿Tegustalachica? —Mucho…estácomountren… —Tuyaes… —¡¡NO!!! Oberfeindiounrugido,intentandoechararodarlasilla,perolacuerdaatadaalaventanaselo impedía. Mientras,encontradeloquelosdosSAesperaban,lamuchachahabíaempezadoadesnudarse. —Scheisse!—exclamóKrimmann. —¡No,Erika,no!—rugióOberfein. —Notepreocupes,amormío—repusoella—.Novayasacreerquevoyaentregarme…sinome prometenantesnotocarteniunpelodelaropa… —¡Nolohagas! —Tienes una novia valiente, Oberfein… —y volviéndose a la muchacha, cuya desnudez le conturbóunpoco—:Teentregounbuenmacho,Erika…Paulvaahacertemuchomásfelizquelo hubiesehechoesteidiota… Ellalemiróconfijeza. —¿Meprometesnotocarle? —Sí. EllasevolvióentonceshaciaKrimmann: —Aquímetienes,suciofascista… V —Nopuedodartemás,Konrad… —Lo comprendo, Kilian… los tiempos son duros… pero te prometo que te devolveré hasta el últimopfenning… —Noeseso,Konrad,amigomío…YasabescuálesmisueldoenlaSS…devezencuando,el Führernoshacealgúnregalo;pero,puedescreerme,tampocoélandamuybiendedinero… —Nodigas…¿LefaltapastaaHitler? —Noesquelefalte,perotampocolesobra…porfortuna…yqueestoquedeentrenosotros… pareceserquealgunoscapitostesrenanosydelRuhrvanacascarfuerte… —¿Quéquieresdecir? —Queesosricoshancomprendidoquesinosayudan,podránescaparaldominiodelosrojos… Sleiterfruncióelentrecejo. —Nomegustaeso,Lörzert. —¿Porquénotegusta? —Por que nunca amé a los ricos: al contrario… creí que lo nuestro era una revolución nacionalsocialista…queíbamosaterminarconlospoderosos… Moviólacabezadeunladoparaotro. —¿Cómo has podido olvidar lo que hablábamos en las trincheras? Tú y yo, no sabíamos gran cosadepolítica,enaquellosmomentos…perolosrojosseencargarondeabrirnoslosojos…ellos síquesabíancosas…ylasdemostraban.Soloqueanosotrosnonosgustabalamaneraderesolver losproblemasalemanes…¿deverasquehaspodidoolvidartodoaquello? —No,noloheolvidado. —Inclusosinmetermedemasiadoenpolítica,lossoldadosdelastrincherassepercatarondela clasedecarniceríaquehacíanconelloslosgenerales. »Porquenohayqueserunalumbreraparadarsecuentadeque,muchasveces,demasiadastalvez, murieron miles de hombres por algunos cuadrados de posición, que era abandonada, por motivos “estratégicos”algunashorasmástardedehaberlaconquistado. —Esverdad. —Despuésdepasarmásdetresañosentreelbarro,lamierdaylospiojos,lossoldadosalemanes comprendieron la inutilidad de sus esfuerzos… el simple papel de carne de cañón que estaban representando. —Asíes… —YtúpensabascomoyoKilian…quenosoloeranculpablesesosviejoscabronesdelosEstados Mayores,sinoquelamunición,losproyectilesdeobúsylasgranadasdegasestabanenriqueciendoa unoscuantosquecomerciabanconnuestropellejo. —Tienesrazón. —Poreso,escuchamoslaspalabrasdeloshombresquedeseabanunanuevaAlemania,peronos apartamos de aquellos que intentaban que todos fuésemos iguales, que los judíos siguieran mangoneando por todas partes… aquellos que estaban convencidos de que todos los pueblos son hermanos… Escupiódesdeñosamenteenelsuelo. —PoresoescuchamosaHitler… —Hitlerdicelaverdad. —Losé…estoyconvencidodeello.PoresollevoeluniformedelasSAcomotúllevaseldelas SSpero,sigodiciéndotequenomegustanadaelquelosricosnostiendansuasquerosamano… »No necesitamos su dinero, porque es más nuestro que suyo, porque vamos a arrancárselo a golpes…antesdelanzarlosalotroladodelasfronterasdeunbuenpuntapiéeneltrasero. »Tampocodeseamosalosmilitaresdecarrera,alosjunkers,alosqueestabanbiencalientitosen lospuestosdemandomientraslossoldadostemblabandefríoydemiedo… Suvozsubiódeunaoctava. —¡Hay que hacer tabla rasa, Kilian! Eso es lo que el pueblo espera de nosotros: una Alemania fuerte,unanaciónporencimadelasdemás,yunrégimensocialista,nacionalnaturalmente,peroque nos libere de los chupópteros que se han alimentado, desde hace siglos, con la sangre del pueblo germano. *** Rellenóelimpreso.Luegotendiólospocosbilletesqueenviabaasumadrecadasemana.Élno necesitaba nada. Comía en el Cuartelillo de las SA, dormía, como lo había hecho durante tanto tiempo, en un camastro militar, en el mismo cuartel, y fumaba de lo que le daban y de la exigua raciónqueleentregabanunavezporsemana. Conelrecibodelgiro,fuehaciaelbuzónparaecharlacartaquehabíaescritoaAnna. «…unpocomásdepaciencia,amormío,ytodosearreglará…mitrabajovamuybien,perono quiero que estés a mi lado hasta que consiga proporcionarte una vida tan digna como la que mereces…». Noeramucholoqueenviaba,agregandoasupropiosalarioeldineroquehabíaidopidiendoa Lörzert, su viejo compañero de las trincheras de Flandes, que ahora andaba estirado y orgulloso, comoélmismolohacía… Porque ambos pertenecían a la Nueva Alemania. Porque ambos seguían al hombre que había prometidohacerdelpaísunanaciónfuerteytemida.Porqueambosgritabanconfrecuencia,aquella frasequeestabaenloslabiosdetodoslosbuenospatriotas: Deutschlanderwache![6] *** Cenaron en silencio. Konrad estaba tenso, y dominaba con visible dificultad el estado de sus nervios.Sentíaeseenervamientoqueleproducíaunasensaciónextrañaenlacarne,comosicientos dehormigaslecorrieranbajolapiel. Apenas si alzaba la cabeza del plato, temeroso, sobre todo, de encontrarse con la mirada de su madre,quesuponíanoseseparabadeél. Annaestabasentadaasuderecha,enunodelostresladosocupadosdelamesa.Eraellaquiense levantabaparatraerlacomidadelacocina,yenaquellosinstantes,cuandosoloquedabasumadre, Konradsesentíamástensoquenunca. Lehubiesegustadohablar,peronosabíacómohacerlo.Además,cosacuriosa,leparecíaquela muertedelpadrehabíaacontecidohacíamuchotiempo,yqueaqueltristepaseohastaelcementerio eraya,casi,unacosaolvidada. Enrealidad,elcontenidodelaspocascartasquerecibióenelfrente,todasellasescritasporsu madre,llevabanyaelmensajedeloqueibaaocurrir. Elisa no le ocultó nunca nada, aunque sus últimas líneas, en cada misiva, llevaban aquella esperanza,aquellanotadeoptimismoqueparecíadestinadaaarrancardelabocadesuhijoelsabor amargodellargoydetalladorelatodesuscuitas. Comotantosotrossoldados,comocasitodos,Konradhubiesedeseadoestarjuntoalossuyosen aquellostiemposdifíciles,poderayudarles,evitarlaruinaylamiseria. Al principio, cuando fue movilizado y enviado al frente, la cosa era bien distinta: se iba a la guerra lleno de gozo y de alegría, orgulloso de que la Patria contase con él para aplastar a sus enemigos, lleno de esperanza de que la victoria, de la que no se dudaba un solo instante, le proporcionaralagloriaylaabundanciaparaelrestodesuvida. Luego, lenta e inexorablemente, el contacto con la realidad iba apagando todas aquellas luminosasquimeras,ylaamargurapenetrabaenelcuerpocomounaenfermedadincurable. Hasta que el asco y la desilusión dominaban la mayor parte de los pensamientos del soldado. Hastaqueelodiorebotabaenelenemigoparadirigirsehacialaretaguardia,hacialosmandos,hacia lospoderososqueseveíanenlasfotosdelosperiódicosquecorríanporelfrente,siemprelimpios, lustrosos,sonrientes… Comosilaguerrafueraunsimplejuego. LamanoblancayuntantotrémuladeAnnapusoanteéllatazadecafé. —FrauHollizermehadadounpoco—dijolamadre—.Loguardabaparasuhijo…asícomoesa botelladealcohol…peroHansnohavuelto…murió,elañopasado,enelfrentedelEste… Konradsequedómirandolatazadecaféylabotella,casimedia,queAnnahabíapuestoanteél. Imaginócuántasycuántasvecesdebíanhaberserepetidoaquellasescenas,yleparecióveralos cientosdemadresquehabíanguardadocelosamenteaquellasrarascosasparaelregresodelhijo… Lanzóunsuspiro,sirviéndoseunacopadealcoholquesellevólentamentealoslabios. —Hansyyofuimosjuntosalcolegio—dijo,recordandoalmuchacho. —Eraunbuenhijo—suspiróElisa—.Unmuchachofuerteybondadoso,quecrecióenlaherrería delviejoOtto… —¿Cómosigueelherrero? —Yanoestá.Sefue… —¿Sefue? —Se lo llevaron. Cuando le comunicaron que Hans había muerto destrozó todo lo de la herrería… luego se dio a la bebida, hasta que el alcohol le disolvió los sesos. Se lo tuvieron que llevarparaencerrarloenunmanicomio… —¡Ah! Hubouncortoeintensosilencio,hastaquelaancianamadresepusoenpie. —Quitalamesa,Anna—dijoenvozbaja—.YovoyapasarlanocheconlaseñoraHollizer…no seencuentrabien…yhemosdeayudarnosentrevecinas… SeacercóaKonrad,alquebesóenlafrente. —Buenasnoches,hijo. —Buenasnoches,madre. Tampocoseatrevióamirarla.Noeranecesarioserdemasiadointeligenteparacomprenderque Elisa,aldejarlacasaaquellanoche,pensabaenloquelosdosjóvenesestabandeseandohacer. *** —¿Mepermite? AcababadesalirdelaCasadeCorreos,ysevolvió,sorprendidoaloírquealguienlellamaba,y mássorprendidosequedóalverquelamuchachaquesedirigíaaéleraunahermosamujer,untanto demasiadoacicalada,perorealmenteatractiva. —¿Esamí?—inquirió,creyendoapiesjuntillasquelabellamuchachasehabíaequivocado. —Sí—dijoellaconunaluminosasonrisa—.UstedeselseñorSleiter,¿no? —Sí. —Yo soy Margarethe Müger… alguien desea hablar con usted… y me ha encargado venir a verle… —¿Cómosabíausted…? Lasonrisacobrómásluzenlabocadelajoven. —Leheseguidodesdequesaliódelcuartelillo.Deseabaqueultimaseustedsusrecados,antesde abordarle. —¿Puededecirmequiéndeseaverme? —Alguien muy importante… si viene usted conmigo… está muy cerca de aquí… desea proponerlealgomuyinteresante. —Estábien.Vamos. Caminaron,ensilencio,hastadetenersepocodespuésanteunacasadeaspectorico,enunbarrio cercanoalaAlcaldíadeMunich. —Esaquí—dijoellaoprimiendoeltimbreconsupequeñamanoenguantada. Una vez dentro —les abrió una mujer de cierta edad, rigurosamente vestida de negro—, penetraronenunlujososalón,conmueblesycortinasenterciopeloverde.Volviéndosehaciaél,sin dejardesonreír,Margarethedijo: —Tengalaamabilidaddeesperarunosinstantes.VoyaavisaraHerrZunker…tomeasientosilo desea… —Estoybiendepie,gracias. Examinóelsalón,unavezquesequedósolo,altiempoquehacíaconjeturassobretodoaquello, preguntándosequiénpodíaseraquelimportantepersonaje—debíaserloporelaspectoyriquezade lamansiónenlaquehabitaba—yquépodríadeseardeél… Lareaparicióndelahermosamuchachacortóelhilodesuscogitaciones. —Tengalaamabilidaddeseguirme… Lohizo,hastaqueellaempujóunapuerta,haciéndoseaunladoparadejarleentrar. —Pase,porfavor. —Gracias. Lapuertasecerrótrasél. Se encontraba en un amplio despacho-biblioteca, aún más lujoso que el salón que acababa de abandonar. Las paredes estaban atestadas de libros, colocados en estanterías que llegaban hasta el techo.Frenteaél,unaenormemesadecaoba,pulcramenteordenada;detrásdelamesa,unhombre delgado y elegantemente vestido, de unos cuarenta años de edad. Y detrás del hombre, en un gran marco,unretratodelEmperadorGuillermoII. —Tenga la amabilidad de tomar asiento, señor Sleiter —dijo el hombre—. Me llamo Erich Zunker… Konradestrechólamanoqueelotroletendíaporencimadelamesa,dejándosecaerdespuésen laconfortablebutacaqueZunkerlehabíaofrecido. —¿Uncigarrillo?—ofrecióelhombre. —Sí,gracias. Zunkerlediofuegoconungranencendedordeoromacizo,acercandoluegolallama. —Antesquenada—dijoErichtrashaberlanzadoelhumohaciaeltecho—,deseopedirleperdón porlaforma,untantoinhabitualyextrañadeentrarencontactoconusted. Konradnodijonada. —Hacía tiempo, un cierto tiempo —siguió diciendo el dueño de la mansión— que seguía con interés su carrera dentro de las SA. Tengo amigos en esa formidable organización… y aunque no debieradecirlo,hetenidoelgranhonorderecibirenestacasa…asujefe…elseñorRoehm… Konradsiguióguardandosilencio. —Sédebuenatinta—yestavezesbozóunasonrisa—quevaustedaserascendidomuypronto… algradodeTruppführer,yqueseleconfiaráunaseccióndeasalto,cosaperfectamentemerecida,ya quedesdequeingresóustedenlasSAhademostradounvaloryunpatriotismoatodaprueba… Dejócaerunpocodecenizaenelamplioceniceroqueestabaornadoconeláguilaimperial. —También…perdoneusted,señorSleiter,conozcosusactualesdificultadeseconómicas… Suspiróantesdeseguir. —Poseoamigosportodaspartes—dijo—ynomehasidodifícilsaberlosesfuerzosquehace ustedparaayudarenloposibleasuancianamadre… —Sonasuntosdemiabsolutaincumbencia—nopudopormenosdedecirKonrad,rompiendoel largomutismoenelquesehabíaencerradohastaelmomento. —Poresolehepedidoperdón,amigomío—dijoelotroconvozmelosa—.Aunque,enelfondo, estosdetallescarecendeimportanciapráctica,yqueloquemehaguiadoafijarmeenustedhasido su manera de actuar en las filas de las SA, su entusiasmo y lealtad hacia sus jefes, su buena disposiciónparallevaracabocualquiermisiónqueseleencomiende… Konradmiróconfijezaalelegantecaballero. —¿Puedohacerleunapregunta,señorZunker? —Lasquedesee. —¿Dequéclasedeasuntosseocupausted? Erichsonrióampliamente. —Esmuysencillo—repuso—.Poseoloscuatroburdelesmásimportantesdelaciudad. VI Oyólapuertadelacalle,quesumadrecerraba,perosiguióconlavistabaja,alzandolatazade caféparadegustarlopocoquequedabaenelfondo. Annasaliódelacocina,subiendodespuésalpiso,dondelaoyómoversealolargodelpasillo. Cesaron luego los pasos, y un silencio profundo envolvió la casa, como si un paréntesis extraño acabaradecerrarse. Konradmiróenderredorsuyo. Annahabíaquitadolamesa,nodejandomásquelataza,labotellaylacopa.Elcomedorofrecía el mismo aspecto que Konrad recordaba, con sus viejos muebles baratos, sus policromías que representabanalgunospaisajesalpinos,amarillentosyaporelpasodeltiempo. Yelviejorelojdepéndulo,consuscifrasgóticasy,aunladodelaesferarayada,elorificioque dejaba ver el dorado extremo del tallo metálico donde se introducía la llave, exclusivamente destinadaamantenerdadalacuerdadelcarillón. Todoestabaigual… Y, sin embargo, ninguna cosa era ya la misma, empezando por los habitantes de aquella casa dondeélhabíanacido,dondehabíacrecido…aunqueahoralepareciesequeelniñoprimero,luego elmozalbetequecorreteóporaquelcomedor,noteníanadaqueverconél. Empujólasillaconsuavidad,altiempoqueseponíaenpie.Cogiendolataza,elplato,lacopay labotella,fuealacocinaencuyamesa,cubiertaporunhuleacuadros,depositósucarga. ¿Porquédiablosestabatannervioso? Sabía lo que iba a ocurrir, adivinaba a Anna, esperándole en su habitación del piso de arriba; pero,apesardeque,dentrodeélseibaencendiendolallamadeldeseo,delacuriosidad,intentaba defendersecontralaideaquesuúltimaaventuraamorosahabíadejadoenél. Bruselas… Apenassiconseguíarecordarelrostrodelamujer,unadelasochoodiezqueseamontonabanen aquelsalónmalolientedeunvulgarburdelparasoldados. Habían tenido que beber no poco para decidirse. Y ni siquiera se lavaron. Tenían muy poco tiempo,yaquehabíanllegadoalaciudadconsucompañía,paracargardemuniciónunoscamiones quehabíandeescoltaryprotegerhastaelfrente. —¿Vamos,Konrad? Kilian parecía mucho más embalado que él, pero cuando se ha olvidado cómo está hecha una mujer, cuando se llega directamente del infierno, incluso si en el fondo el deseo no se manifiesta comoalgonecesario,hayquehacerlo,porqueasílodictanlasreglasdelavidamilitar,porquenose puederegresaralastrincherassintenerquecontaralgoescabrosoaloscamaradas… Lamujerlehabíadichosunombre,peroéllohabíaolvidado. En realidad, todo había sido tan rápido, tan fríamente mecánico, que le era sumamente difícil recordarhastalosmásvoluminososdetalles. —Fautsedépecher,monchéri…onaunmondefou,aujourd’hui[7]… No había entendido muy bien las palabras de la mujer, pero ella se había hecho comprender perfectamente,desnudándose,parcialmente,aunavelocidadtremenda. Sehabíaquedadoconunacamisanegra,conpuntillaroja,ysusmuslos,enlosqueelfríohabía dibujadosinuosaslíneasmoradas—¿oeranvarices?—estabancubiertosporlasgruesasmediasde lananegra,sujetasporunasligasconunlazoverde… Bajoél,ellaseencabritóconunaprisaquesemanifestabaencadaunodelosgestosquehacía, consiguiendoqueelplacerllegaraalsoldadoenunospocosminutos. ¿Placer? Se levantó, poniéndose los pantalones mientras que las piernas seguían temblándole, como cuandosehahechoelamordeformainsuficiente…ocomocuandounachicaleenervaaunosin darlesatisfaccióncompleta… Pagóysalió. Lörzert le esperaba en el salón, y salieron juntos, contándose mutuamente las mentiras que se dicensiempre,especialmentecuandounohasalidodelencuentrotremendamentedefraudado. Konradhabíaencendidootrocigarrillo,yloconsumióantesdedecidirseasubiralpisosuperior. ImaginabaqueAnnasealbergabaensuantiguocuarto,perosesorprendióalabrirlapuertayver lacamahecha,aunquecomprendióqueeralamuchachaquienvivíaallí,yaquelosdetallesqueella habíaaportadoalahabitaciónasílodemostraban. Frunciendoelceño,avanzóunospasoshacialapuertadelfondo,laquedabaalahabitaciónde suspadres. Empujólapuerta. La lámpara de la mesilla, con su campana de pergamino, difundía una luz tenue sobre la gran cama en la que estaba Anna, con el embozo de la sábana hasta el cuello, sus grandes ojos azules mirándoleconunaintensafijeza. Duranteunoscortosinstantes,Konradsesintióprofundamenteatemorizadoalencontrarseenel dormitorio de sus padres, junto a la cama donde, hacía mucho tiempo, en una escena que le avergonzabaimaginar,suvidahabíadadocomienzo. Estuvo a punto de dar media vuelta y dirigirse a su propio cuarto, pensando que la muchacha habíacometidounagravefaltaderespetoydeconsideración,peroAnnaparecióestarleyendoensu mente,yaqueincorporándoseunpoco,dijoconvozdulce: —Tumadrelohaqueridoasí. Konradasintióconlacabeza. Cerrandolapuertatrasdesí,empezóadesnudarse,colocandocuidadosamentelaropaenunade lassillas,cercadelpeinadorencuyoespejosereflejabapartedesuimagen. Sedirigióluegoallecho,introduciéndoseenél.Lassábanasestabanfrías,perosemantuvoenun extremo,quedándosequieto,rígido,comoenvarado. —Apagalaluz. Lohizo. Un cuerpo se acercó al suyo. Notó, en seguida, que Anna estaba completamente desnuda, y sus manos, vacilantes, empezaron a recorrer aquella piel suave, cálida, cuyo contacto le produjo escalofríos. Volviéndosehaciaella,pegósucuerpoaldelamujer;lasmanosabarcaronlaredondezmórbida delossenos,ysintióensuspalmasprimero,luegoenlasyemasdesusdedos,larigidezexcitantede lospezones. Descendieronluegosusávidasmanosalolargodelcuerpo,hastaposarseenelalmohadilladode lascaderas. Annalanzóunsuspiro. —Desnúdatedeltodo,Konrad. Lohizo. Entoncesella,consuavidad,hizoqueélsecolocaraencima.Suscuerposmanteníanuníntimoy totalcontacto. Ella separó entonces sus piernas, y tras algunos precipitados y nerviosos tanteos, Konrad la penetró con suavidad, antes de encabritarse, como ella acababa de hacerlo, lanzando un pequeño grito,queahogócasienseguidaelritmoprecipitadodeunarespiraciónqueintentabaacordarsealos sobresaltosdelhombrequeestabasobreella. *** —¿Burdeles? —Sí—dijoelhombreelegante—.¿Leextraña? —Unpoco. —Loimaginaba…pero,comomideseoeseldetranquilizarledesdeelcomienzo,puedodecirle quelassumasquemensualmenteentregoalNSDAP ,anuestroPartido,sonmuyimportantes… —Entiendo. —Esedineroesnecesario,amigoSleiter,ycausasatisfacciónobtenerlo,yaquesuprocedenciaes altamenteinstructiva…porqueviene,engranparte,delosjudíosricosdelaciudad. —¿Dinero judío? —se encabritó Konrad—. No cuente conmigo, señor Zunker… por nada del mundotocaríaesedinero. Elotrosonrió. —Esperabasureacción…laesperaba,deveras.Eselproductonaturaldeeseimpetuosocarácter delajuventudalemana…Aplastóelcigarrilloenelampliocenicero. —Todossabemos—dijobruscamenteserio—eldestinoquevamosadaraesarazainfecta…¿Ha leídoustedLosProtocolosdelosSabiosdeSión? —No. —Deberíahacerlo…asícomprenderíaelnefastopapelquelajuderíainternacionalhajugadoen elmundo…peropasemos…Nopodemos,porelmomento,mijovenamigo,enseñarlosdientes. »LasituaciónpolíticainternacionalylapocafuerzaquenuestroPartidotieneenlaactualidad,nos obliganamostrarnosprudentes,muyprudentes… »Está bien que combatamos con todas nuestras fuerzas a los rojos y a los que han vendido el honor de Alemania a las fuerzas de la reacción, a los politicastros que se han doblegado ante las autoridadesdelasPotenciasvencedoras… »Pero si pusiésemos las cartas sobre la mesa, si mostrásemos nuestro juego al mundo, no nos dejaríandarunsolopasomás. »ElFührer,amigoSleiter,sabeperfectamenteloquesehace.Nadadeloquedicevamásalláde losdeseosdeunpuebloquedeseavolverarecobrarsulibertadyellugarquemereceenelmundo… »Pero… cuidado… los Aliados, que siguen siendo los más fuertes, pueden comprender que el NSDAP sealcecontraVersalles…aunqueloqueaelloslesinteresamás,yporesoenciertomodonos toleran,esquenosalcemos,comounpoderosovalladar,antelainvasióndelasideasbolcheviques… —Lo de los judíos vendrá más tarde, cuando seamos lo suficientemente poderosos como para poderhacerfrenteatodoslosenemigosdeAlemania. —Y…mientrastanto… —Serfuertesignifica,ademásdeotrasmuchascosas,tenerdinero… —¿Dinerojudío? —Eldinerodelosjudíosesdineroalemán…robadoalpueblo… —Esoesverdad. —Nopodemosmostrarnosescrupulosos,Sleiter…necesitamosarmas,vehículos,propaganda… enunapalabra,dinero. —¿Yquépapeljuegoyoentodoesto? —Muy sencillo. Voy a proporcionarle los nombres y direcciones de todos los importantes clientes de mis establecimientos… usted y su grupo habrán de vigilar para que nada malo les ocurra…porelmomento… Konradnopudoevitarqueunarisitaagriaescaparadesuslabios. —¿Cuidardesuciosjudíos?¿Protegeraesosmalditossionistas? —Esoes. —Noloharé. LasonrisaseacentuóenloslabiosdeErich…Abrióunodeloscajonesdeldespacho,sacandoun papelquetendióalSA. —Nodeseabautilizaresteargumento,amigomío…deveras…ahítieneustedlaordenfirmada porelpropioErnstRoehm…sujefesuperiorycomandantegeneraldelasSA. Konradleyóatentamenteeldocumento,viendoquesunombreestabaallí,yquelafirma,como Zunkeracababadedecir,eraladeRoehm. —Estolocambiatodo—suspiró—.Sisetratadeunaorden,laobedeceré. —Perfecto. Además… a partir de ahora, podrá enviar sumas sustanciosas a su madre… ya que tendrá usted un sueldo muy bueno… y espero, amigo mío, que arranque usted de su corazón esa costumbreburguesadeolereldinero…vengadedondevenga,eldinerosiempreesbueno…selo diceunexperto. *** Notóqueellaestabasudorosa;algopegajosoyfríocubríalapieldeAnna. —¿Teencuentrasmal? Ellalesonrió. Laluzdeldíapenetrabayaatravésdelosfinosvisillosquecubríanlasventanas. —No,noesnada,amormío…¿sabesqueeresinsaciable? Tambiénsonrióél. —Nuncahabíasidotanfelizcomoestanoche,cariño… —Nosabíaqueerastanfuerte,Konrad…laverdadesquemehasagotado. —Perdona. Ellaleofreciósuslabios;luego: —No es nada, cariño… yo también me siento inmensamente feliz… ¡Dios mío! Te he estado deseandodesdequeteconocí…yhanpasadoañosyañosantesdequemissueñosseconvirtiesenen realidad. —Ahoranodejarándeserlo,Anna…vamosacasarnos. —Comoquieras. —Sí, lo haremos… en cuanto haya organizado mi trabajo en Munich, vendré a buscarte y nos iremos. —¿Ytumadre? —Siquierevenirconnosotros,quelohaga…aunquenocreoquedeseeabandonarestacasa. La tos brotó, iracunda, de la boca de Anna; todo su cuerpo se estremecía. Incorporándola un poco,Konradlegolpeóenérgicamenteenlaespalda,perolatostardómuchotiempoenceder,yla muchachasedejócaer,visiblementeagotada,sobrelaalmohada,elrostroblancocomoelyeso. —Tienesquecuidarte,cariño—dijoKonradpatentementeasustado—.Esatosnomegustanada. —Mepondrébien…—dijoellaquedamente. —Hasdealimentartemejor…yoteprocurarétodoloquenecesites… —Nosufras,Konrad…estonoesnada… Besólafrenteheladadelamujer,ytuvoquehacerunesfuerzoparaquelacóleranocontrajesede formaaparentehastaelúltimomúsculodesucuerpo.EstabapensandoenFritzSchöreder. Ysejuró,parasí,quealgúndíaleajustaríalascuentas. VII Se habían reunido, después de la ceremonia, en la gran sala de una de las más importantes cervecerías de Munich. La mayor parte de los hombres llevaban la camisa parda de las SA, solo algunosostentabaneluniformenegrodelasSS. Las mujeres iban ataviadas con una cierta elegancia, destacando entre ellas, por su contraste, el blancovestidodelanoviayelnegrodelamadredelnovio. LaviejaElisaOremburgpermanecíasentadaenunrincón,conlasarrugadasmanosenelregazo, los ojos tristes y aún enrojecidos, extraña en aquel ambiente de grito, juramentos, risas y exclamacionesquelaaturdíanunpoco. Konrad iba de un lado para otro, saludando a unos y otros, alzando el brazo ante los jefes que ibanllegando,pendientederecibiralosquelehacíanelhonordeasistiralaceremonia. Paul y Josef se ocupaban del servicio, bebiendo como un cosaco el segundo, mientras que Krimmannnodejabaescaparunsolotraserodecamarerasinpellizcarloastutamente. ElrestodelTruppestabaallí,loshombresrecordandoaún,antelosojosabiertosdelasmujeres, laformidablepalizaquehabíandadoaloscomunistas. YcuandolosquehablabanveíanpasaraPaul,guiñabanelojo,bajandounpocolavozparadecir: —Ese granuja fue el que salió más beneficiado… fue él quien se acostó con la novia del jefe comunista… —¿Noledioasco?—inquirióunarubiaaltaydelgada,cuyoescotemostrabagenerosamentelas esferascarnosasdesussenos. —¿Asco?—dijoelqueestabahablando—.¿Porquéhabríadedarleasco? —Todoelmundodicequelasmujerescomunistassonpocolimpias… ElSArompióareír. —¡Tonterías! Esa chica estaba muy bien… yo la vi desnuda, cuando Paul había terminado con ella…yteaseguroquehubiesetomadosupuestoconmuchísimogusto. —¿Yelnovio? —Yapuedesimaginarteelmalratoquepasó,preciosa.Peroestabamuybienatado,ytuvoque aguantarse… —¡Seguroquehabráenviadoapaseoaesamujer! —Enabsoluto.SiellaseentregóaPaul,fueporlapromesaqueelTruppführerlehizoqueno íbamosamaltratarasunovio… Intervinounamorena,cuyasanchascaderasmostrabanyaunirremediablecaminoqueterminaría convirtiéndolaenunamatronaobesaydeforme: —Hayquequerermuchoaunhombreparasacrificarseporéldeesamanera… —¡Qué dices! —rió la rubia—. Estoy segura de que lo que hizo esa puerca no tuvo nada de sacrificio… ElSAleguiñópicarescamenteelojo: —¿ConocesacasolaformadetrabajarquetienePaul,encanto? —¡Veteapaseo,sucio! *** —¡Hola,Lörzert! —¡Hola,Konrad…! —Te agradezco mucho que hayas venido. Temí, por un momento, que tu trabajo te impidiese venir. —Nuncahubiesefaltadoalabodadeunviejocamaradadelfrente. —Ven…bebamosalgo. Kilianlanzóunaagudamiradaasucompañero. —Recibítudinero,amigo. —Querrásdecireltuyo.Yatedijequetedevolveríahastaelúltimopfenning. —Porlovisto,tevanbienlascosas… —Nopuedoquejarme. Habían llegado ante uno de los buffets, y Sleiter sirvió a Kilian un sándwich y una jarra de cerveza. Lörzertbebióunsorboantesdedecirenvozbaja: —Esperoquenotehayasmetidoenunasuntosucio,camarada. —Enabsoluto.Loquehagoes,simplemente,obedecerlasórdenesdemissuperiores.¿Vesalgo maloenello? —No,enabsoluto… —Gano dinero. Eso es todo. Un poco por aquí… un poco por allá… la verdad es que estoy reuniendolonecesarioparapagarciertospagarés…yrecuperarlacasademispadresylosterrenos queteníamosenelpueblo. —Meparecemuybien. Konradfruncióelceño. —Aunque, en realidad —dijo con un tono hosco—, hubiese preferido dar una paliza al que engañóamispadres… ElrostrodeKilianseensombreció. —Tenemos que tener mucho cuidado, Konrad… nos lo vamos a jugar todo en las próximas elecciones…peronodebemosasustaralagente… UnasonrisacargadadedespreciosepintóenloslabiosdeSleiter. —¿Conqueesastenemos,amigo?¿Sabesunacosa?Todorevolucionariosueñaconasustar…es, alprincipio,supequeñavenganza,laválvuladeescapedetodoloquehasufrido.Asustaralburgués despreciable, al rico y poderoso, a todos aquellos que se cagan en los pantalones en cuanto su preciosoordensocialsetambalea… Lanzóunbrevesuspiro. —Eslaarmadelosdeabajo,Kilian…Porqueelloshansidolosquevivieronasustadosdesdeque nacieron:asustadosporlafuerzaquelosdearribaposeenenexclusiva,aterrorizadosporunasleyes inventadasporlospoderososparapodermanejarlosmejor… —Hablascasicomouncomunista,Konrad. —Teequivocas.Hablocomounrevolucionarionacionalsocialista,unhombrequenopiensamás queenlagrandezadelapatriaalemana,peroentendiendoporalemánalpuebloesclavo,alasfuerzas populares,lasquevanadareltriunfoalFührer. —No lo creas. Claro que el pueblo, o al menos una parte, va a votar por nosotros… pero contamostambiénconelapoyodelapequeñaburguesía,alaqueprecisamente,comotúacabasde decir,asustalarevolucióndelosrojos… —¿Ycontáistambiénconlosmilitares? —¡Naturalmente!SialgotemenlasFuerzasArmadas,eslaposibilidaddelestablecimientodeun EjércitoRojo,comoenRusia…unejércitoformadoporjefespopulareseinexpertos,controlados porcomisariospolíticos…YyasabesquenecesitamosalEjército… —¿Porqué? —Porque ellos son los únicos que pueden servir los deseos de expansión de nuestro pueblo. Porquehanhecholaguerradesdesiempre,porquesonverdaderosespecialistas… —¡Nosotrospodemoshacerunejércitonazimilvecesmáspoderosoyentusiastaqueeldeellos! —Sueñas,Konrad,amigomío…DeacuerdoenquehayquelimpiarlasfilasdelEjércitoalemán, que hay que eliminar a los que siguen soñando con un ejército de tipo imperial, incluso con una restauración…oconeldominiodelpaísdequehagozadohastaahoraelAltoEstadoMayor… —Nopodréishacerlo. —Loharemos. —Incluso si lo lográis, jamás podréis confiar en ellos… son una casta, Kilian… se creen superiores a los demás… y si el Führer comete el grave error de confiarles la conducta de una guerra…¡laperderemosirremisiblemente! —No pienso lo mismo. El Führer es un hombre único, Konrad… una criatura excepcional. Y puedesestarsegurodequejamássedejarádominarporlosmilitares… Sleitermoviónegativamentelacabeza. —SiHitlersedecidieraahacerdelasSAydelasSSlasfuerzasarmadasdelpaís…siseolvidase delosmilitares,delosburguesesydelosricos…¡Alemaniaseconvertiríaenladueñadelmundo! —Loserá. —¡Ojalánoteequivoques…! LamanoderechadeLörzertseposóamistosamenteenelhombrodeSleiter. —Dejemosesoahora,Konrad…tengoquedarteunahermosasorpresa… —¿Deveras? —Sí.Alguienvaallegardentrodepocosminutos. LosojosdeKonradsedilataron. —¿No? —Sí.Mira,meparecequeyaestáaquí… Un grupo de SS, armados hasta los dientes, penetró en tromba en el salón. El oficial que los mandaba,unObersturmführer,seadelantó,abriendopasoentrelosqueocupabanelcentrodellocal. —Achtung!—gritóconvozestentórea—.DerFührer! Sedesplazarontodoshacialasparedes. Acompañado por Josef Dietrich, al que todos llamaban familiarmente Sepp y terminaría convirtiéndose en SS OberstGruppenführer und Panzer Generaloberst der Waffen-SS, Adolf Hitler penetróenlasala. Unformidable«Heil!»estallóentrelospresentes,almismotiempoquelosbrazossealzaban. Doblandoelsuyo,asumanera,Hitlersonrióalosallíreunidos.Entonces,Kilianseacercóaél, cuadrándose,mostrándoleaSleiterquesemanteníarespetuosamenteapartado.LuegoLörzerthizoun gestoasuamigo,queseacercóaHitler,saludándoleconelbrazoenalto. —Heil,meinFührer!Infinitamenteagradecidoporsupresenciaaquí… Hitlerlesonrió,tendiéndolelamanoenguantada,queelSAestrechóconfuerza. —Danke,meinFührer. —EstoycontentodeverquemisfielesSAestándispuestosadarhijosalReich…¡Misfelicidades, TruppenführerSleiter! —Gracias. —¿Ylanovia? PeroyaseacercabaAnna,quienseinclinóanteHitler,elcuallatomóporlamano,obligándolaa incorporarse. —Mi encantadora señora —dijo Hitler—. Al contraer matrimonio con un miembro de las gloriosasSA,daisunpasofundamentalenvuestravida…Alemania,lanuevaAlemaniaqueestamos forjando,necesitademujerescomousted…yelfuturo,deloshijosariosygermanosquedaréisal Reich… —Danke,meinFührer! LamiradadeHitlersevolvióhaciaSleiter. —Nopuedopermanecerpormástiempoaquí,Truppenführer.Meesperaunapesadajornadade discursos… a través de todo el país… De nuevo, mi enhorabuena… y un pequeño regalo que le entregarámiayudantedecampo… Alzóelbrazo,altiempoquegritaba. —Heil! —Sieg!Sieg!Sieg!—lerespondierontodoslospresentes. Dio media vuelta, y seguido por sus fieles guardianes, los miembros de las SS, que un día se transformaríaenlapoderosa1.ªDivisiónPanzerdelasSSAdolfHitler,abandonólasala. VIII —¿Quéteocurre,cariño? Konradsevolvió.Habíaestado,conelrostropegadoalcristaldelaventanilla,siguiendoelpaso velozdelospostestelegráficos,aunqueenrealidadsumentevolabalejosdeltren. —¡Eshorrible,Anna!—exclamóconelceñofruncido. —¿Porquénomelocuentas? —Es algo espantoso… hasta me da miedo pensarlo… pero es así… lo tuve ante mí, hubiera debido estar hinchado como un pavo, al tenerlo a mi lado, hablándome, estrechándome la mano, llamándomeporminombre… —TerefieresalFührer,¿verdad? —Sí. —Estuvomuyamable—sonrióella—,yelregaloquenoshizoeraprecioso… —Másmehubiesegustadoquemeregalaseotracosa. —¿Qué? —Mifeenél… —Noteentiendo,Konrad…deveras… Sleitersevolvióhaciaella;cogiósusmanosentrelassuyas,ymirándolealosojos: —Escúchame bien, cariño, soy un nacionalsocialista convencido… deseo jugarme la piel las vecesquesea,contaldequeAlemaniasedespiertedeunavezparasiempre.Peronosotros,losdelas SA,queremosunpaísenelquelasmasaspopularesdejendeseresclavos…deseamosterminarpara siempreconlosricos,losparásitos,losmilitaresvendidosalpasado… »Queremoshacerlarevoluciónnazi,talycomosenoshaprometido:eselpuebloalemánquien tiene la palabra… y quien ha de limpiar toda la basura que nos ha conducido a la vergonzosa situaciónimpuestaporelDiktatdeVersalles… »Peroheahíque,segúnmevoyenterandopocoapoco,Hitlerapoyaalosmilitares,defiendelos idealesmezquinosdelaburguesía,recibesinvomitarloschequesdelosgrandescapitalistas… Acercóaúnmássurostroaldesuesposa. —¿Te das cuenta, Anna, cariño? Esos ricos son los que fabricaron los cañones, no para que ganásemos la guerra, sino, y eso es cierto como que estoy vivo, para enriquecerse… Ninguno de ellosolvidóunsoloinstantelosbeneficiosqueleproporcionabancadabocadefuego,cadaproyectil deobús. Unarisahirientebrotódesuslabios. —¡Ysellamabanpatriotas!¡Losmuyhijosdeperra!Proporcionabanarmasalpaís,peroselas cobraban con creces… mientras el obrero, el campesino alemán ofrecía lo único que poseía… su vida… Unrictustorciósuboca. —Y ahora… Hitler recibe dinero de esa gentuza… y si se lo dan, ya puedes imaginarte lo que pidenacambio:lacontinuacióndesusprivilegios,elquelascosassiganigual…ellosviajandoen Mercedes,mientrasquelosobrerosvanapieoalosumoenbicicleta… »Huelen la próxima guerra, cariño… son como esos carroñeros que sobrevuelan los restos de unares…estáncalculandoyalosbeneficiosquevaaproporcionarlesunanuevacontienda… »QuierenvolveratraficarconlasangredelpueblodelReich…¡yesoshijosdeputaseatrevena decirsepatriotas…yvanalaiglesia…ysecreenpersonasdecentes! Ella admiró la fuerza de los argumentos de Konrad, el brillo luminoso de sus ojos, la fe que subrayabacadapalabra,alsalirdesuboca. —Tienesrazón,amormío… —¿Cómo quieres que me quedara frío ante el hombre al que he amado y respetado como a un dios?Paramí,desdequeleescuchéporvezprimera,Hitlereraelhombrequenuestropuebloestaba esperando…elsalvador,elconductor,elFührer… Moviótristementelacabeza. —Pero de repente, junto a mí, pareció como si perdiese toda su fuerza… como si no fuera el mismoy,porartedemagia,sehubieraconvertidoenunodeesossuciospolíticosburgueses…que nopiensanmásqueenaprovecharsedelríorevueltoparamedrar… —Yolemirétambién—dijoella—,ynomepareciósercomodices…emanabaalgodeél,algo que me hizo sentir que estaba ante una persona excepcional… y estoy segura de no haberme engañado,Konrad…eracomosimeencontrase,derepente,envueltaporunaaureolamagnética…y enlosojosdeesehombrehabíatantaesperanza,tantafuerza,quemehizopensarqueesdeesaclase depersonasque,sifracasan,muerenporsupropiaidea. SoltandounadelasmanosdeAnna,Sleiterselapasóporlafrente,comosideseaseahuyentarsus pensamientos. —Puedeserquetengasrazón,querida…puedeserqueélseatanpuroynoblecomodices…y que sean los otros, los que le rodean, los que intentan obligarle a escoger otro camino menos limpio… —Yodiríamejor—rectificólajoven—,quesonelloslosqueactúanasuespalda,sinqueélsepa exactamenteloquepasa… »Cuando un hombre se vuelve muy importante, Konrad, no puede controlar todo lo que sus colaboradores hacen, y ha de fiarse en ellos, ya que a pesar de su extraordinaria personalidad, es limitadocomotodacriaturahumana. —Debesereso…—dijoélcadavezmásconvencido—.Peroentonces…¡hayquedesenmascarar aesospuercos,Anna!Hayquedescubrirlesyaplastarleslacabeza,porqueellosseránculpablesde queelnacionalsocialismonosealoquetodosdeseamosquesea… —Elpueblodecidirá,cariño. —Tienesrazón.Elpueblotendrálaúltimapalabra…ylasSA,porqueellasrepresentanalpueblo, aesepuebloquequierequeAlemaniasealomásgrandedelmundo,elejemplovivodequepuede destruirseelcapitalismo,sinnecesidaddecaerenloserroresdelosmarxistas. Ellaacercósurostroaldesumarido,besándolotiernamenteenloslabios. —Cálmate,amormío…descansemosunpoco…prontoestaremoseneselugarmaravillosoque hemosescogidoparapasarlalunademiel. —UnrincóntranquilodelosAlpes—sonrióél—.Esverdad,Anna…olvidemosahoratodasesas porqueríasdelasuciapolítica… *** —¡Aquítenemosalfelizmortal! —¡Saludos,Sleiter! —Vieneunpocomásdelgado,¿lohabéisnotado? —¿Ycómoquieresqueestuviese,idiota? Risas,abrazos,estrechonesdemano,exclamaciones,guiños. Konrad atravesó la alegre barrera de sus hombres, dio un amistoso empujón al gigantesco Meister… y se fijó en el fondo de la sala, en los ojos de Paul Krimmann que le miraban con toda atención. —Gracias,gracias…perdonaduninstante,camaradas… Cruzólasala,altiempoquePaulempujabalapuertadelgimnasio,quedejóentreabierta.Siguióa suamigo,cerrandolapuertatrasél. Krimmannsehabíasubidoalpotro,yestabaencendiendouncigarrillo. —¡Hola,Paul…!—dijoSleiteracercándoseaél. —¡Hola! Konradesperóunosinstantes,mientrasexaminabaelrostrohoscodesucompañero. —¿Puedesaberseloqueteocurre?—lepreguntóluego—.Estábienquenomerecibascomolos otros,peroesacara… Antesdecontestar,Krimmanndiounachupadamásasupitillo,lanzándololuegolejosconuna toba.Elcigarrillodescribióunalargaparábola,antesdecaersobreelcubodearena. —Hanestadoenmicasa,Konrad. —¿Quién? —Ellos…losrojos… —¿Ybien? —Hanpegadoamimadre…tienesetentaaños… —Scheisse! —No es que le hayan pegado muy fuerte… algunos golpes, unas bofetadas… pero la han asustado…ysehaido,muertademiedo,acasadesuhermana… Lanzóunsuspiro. —Mehequedadosolo… —¿Hasidoaverla? —Sí…ymehaescupidoalacara.Esospuercos,ademásdeponerlelamanoencima,ledijeronlo quepasóconlanoviadeOberfein… —¿Estuvoélentucasa? —Nolosé…mimadrenoconocíaanadie,peroalenterarsedeloocurrido,mellamódetodo… y me dijo que ellos le habían anunciado que me matarían como a un perro… y añadió que era lo mejorquepodíaocurrirme… —Entiendo. —Loqueellosdeseaban,lohanconseguido…dejarmesoloencasa…y,almismotiempo,hacer quemimadremeodieymedesprecie… —¿Hasvueltoportucasa? —No. Duermo aquí, en el cuartel… No estoy loco, Konrad… quieren mi pellejo, y no voy a darlesfacilidades. —Estábien…¿cuándoocurriólodetumadre? —Haceochodías… Asuvez,Sleiterencendióuncigarrillo. —No perdonan lo que hicimos a esa chica… ¿qué ocurrió con el camarada al que ellos apalearon? —Murió,alosdosdíasdetuviajedenovios… —Sakrement!HubiésemosdebidodestriparaesebastardodeOberfein… —Noirásacreerquesehaolvidadodeti. —Yolosé…sihanempezadocontigo,esporqueyoestabafuera. —¿Vasahaceralgo? —Desde luego… hablaré primero con el Obersturmführer Wunter… él es nuestro jefe, y no podemoshacernadasinconsultarleantes…perotenemosquepasaralaacción…hayquedevolver golpeporgolpe…yestaveznonoslimitaremosarepartirunoscuantospalos… Paulalzóhaciaélunamiradaamistosa. —Yasabesquenotengomiedo,Konrad…peroteconfiesoqueestoyintranquilo…lasolaidea decaerensusmanos…medaescalofríos… —Tecomprendo. —Ese Oberfein es capaz de todo para vengar lo que le hicimos a su chica… es un mal bicho, Sleiter.Ydebeestarmuriéndosedeimpacienciaportenernosasumerced. —Novamosadarlesesegusto. —Otracosa,Konrad…lachica,lanoviadeeseasquerosorojo,hadesaparecido. —¿Nolahabrámatadoesebestia,no? —No lo creo, pero lo que sí creo es que la ha mandado a paseo… y la chica ha salido de Munich… —Nosimportaunbledotodoeso. —Yalosé…soloquedesearíadecirtealgo,sinpropósitodeasustarte… —¿Asustarme? —Sí…tencuidadoconAnna… Sleiterseenvaró,altiempoquesusojoslanzabanpeligrosaschispas. —Tienesrazón,Paul…mucharazón…soyunestúpido…voyavolverahoramismoacasa…y tomarélasmedidasqueseimponen… —¡Voycontigo! —¡No! —¿Estásloco?Esposiblequeyatehayantendidounatrampa…nosolovoyaacompañarte,sino queiremosatodoslosmiembrosdelTrupp… Sleiterreflexionóunosinstantes. —Tienesrazón,Paul…nodebemoscometerningunaclasedeerror…preparaaloshombres… voyallamarporteléfonoaAnna…quieroestartranquilo. —Bien. MientrasKrimmannseprecipitabafueradelgimnasio,Konradsedirigióalacentralita,pidiendo comunicaciónurgenteconsucasa. Había alquilado un piso del lado del Mercado Central, en un barrio bastante tranquilo. Un apartamentocontreshabitaciones,cocina,bañoyteléfono. Elhombredelacentralita,unsimpleSturmann,alzóhaciaSleiterunrostropreocupado. —Nocontestan,Truppenführer. —¡Insista! Konradencendióuncigarrilloconunamanoquelacólerayelmiedohacíantemblar.Quizáse había mostrado demasiado confiado… olvidando el mundo de lucha áspera que había abandonado durantetressemanas… ¡HabíasidotanfelizjuntoaAnna! Todo lo que su esposa tenía de frágil, era, en la intimidad, una furia inexplicable, un ansia tremendadegozar,deserdichosa,yhabíatantavehemenciaencadagesto,tantaimpacienciaencada ademán,queKonradsepreguntómásdeunavezelmotivodeaquelapresuramiento,deaquellafebril ansiedad,sinencontrarunarespuestaadecuada. Paranocansarla,laobligabaapermanecerlargashorasextendidaenlahamaca,enlaterrazade lahabitacióndelhotelenelquesehospedaban. Yallí,frentealacolosaldimensiónmontañosadelosárboles,enunparajeboscoso,unrincón privilegiado,comounregalodelaNaturaleza,sentadoalladodelahamaca,Konradmirabaelrostro serenodesumujerque,conlosojoscerrados,respirandoprofundamente,leparecíacadavezmás hermosa. DurantelacortaestanciaenlosAlpes,Annasehabíarecuperadobastante,yhastaaparecieronen susmejillasdeunablancuramarfileña,redondosrosados,asícomolaluzdesusojosparecíahaber ganadoenbrillo. —Siguensincontestar… —¡Bien!Continúeinsistiendo…ysimimujercogeelteléfono,dígalequevoyparaallá… —¡Asusórdenes! *** ElcamiónestabayaalapuertadelaCasaParda,conelmotorenmarcha.Loshombres,armados hasta los dientes, estaban agrupados en la caja del vehículo. Desde la cabina, con la puerta entreabierta,PaulhizoungestoaSleiterquesubiódeunsaltoalcoche. —¡Vamos! Josef, que conducía el camión, lo arrancó bruscamente, apretando el acelerador mientras recorríanlaanchacalle. —¿Ybien?—inquirióPaulalcabodeunosinstantes. —Nocontestaalteléfono. Krimmannhizounamueca. —Notepreocupes,Konrad…esposiblequehayasalidoacomprar… —Esposible. —No creo que esos cabrones se atrevan… además, estoy convencido que ignoran que has regresado. —Puedeser. Paulsepercatódequesuamigoapenasleescuchaba.MiródereojoaSleiter,viendoqueelrostro del Truppenführer enarbolaba una expresión feroz, determinada, como si intuyese que podía haber ocurridoalgograveasumujer,ydándoloporsentado,secomplacieseenpensarloqueibaahacera susenemigos. —Porfavor,Konrad…cálmate. Sleitersevolvióhaciaél,mostrándoleunasonrisaqueeramásbienunamueca. —Estoytranquilo,Paul,notepreocupespormí…hesidounidiota,esoestodo.Laverdadesque habíaolvidadolaclasedejodidomundoenelquevivimos…quizámehayapasadoesoporquehe sido,últimamente,unhombrecompletamentefeliz. —Yloseguirássiendo,camarada. —Asíloespero. DesembocóelcamiónenlaplazadelMercado,tomandodespuéslaestrechaCharlottenstrasse,al finaldelacualestabalacasadeSleiter. AlpasodelasSA,lagentealzabalosojos,enlosquesepintabaelmiedoylaintranquilidad.Las luchasentrelosnacionalsocialistasylasorganizacionesrevolucionariasdeizquierdas,especialmente loscomunistasdelRoíFront,eranpandecadadía,aunqueaúnnosehabíallegadoalabatallaquese daríamástarde:elcombatedecisivoyamuerte,enelquetodossabíanqueunodeloscontendientes desapareceríaparasiempredelsueloalemán. Apenashabíafrenadoelcoche,queSleiteryahabíabajado,almismotiempoquelosmiembros desuTruppsaltabanágilmentedesdeloaltodelcamión. SeguidodecercaporPaul,Konradsubiólasescalerasdecuatroencuatrohastaelsegundopiso. Allísedetuvouninstante,introduciendoluegolallaveenlapuerta. Notuvonecesidaddehacergirarlallaveenlacerradura. —¡Estáabierta! Paul empuñaba ya decididamente su Walter, pero Konrad no pensó siquiera en desenfundar la suya;diounempujónalapuerta,penetrandoenelvestíbuloconlafuerzadeuntifón. —¡Anna! Nadiecontestó. Echóacorrerporelcortopasillo,atravesóelminúsculocomedor,penetrandorabiosamenteenel dormitorio. Paullepisabalostalones. El lecho estaba deshecho, mostrando aún la huella del cuerpo de la mujer. El armario estaba abierto,yKonradconstatóquefaltabanalgunascosas. —¡Selahanllevado! —¡Cabrones! Krimmann notó que el cuerpo de Sleiter temblaba como si una poderosa corriente eléctrica lo estuvieseatravesando. FueenaquelmomentocuandolamacizasiluetadeMeisteraparecióenelumbraldelaalcoba. —¡Konrad! —¿Sí? —Laporteraquierehablarcontigo… —¡Vamos! Abandonaronelpisoconlamismaprecipitaciónconquelohabíaninvadido.LosdosSAtuvieron quecorrerparaalcanzaraSleiter,quebajabacomounloco. Laportera,unamujervieja,conuncabellocanosoengreñas,seapoyabafilosóficamenteenla escoba,alapuertadesucubil. —¿Quéhaocurrido?—inquirióSleiterconunavozterrible. —Selahanllevado. —¿Loscomunistas? Lamujerseencogiódehombros. —¿Quécomunistasoquéniñomuerto?Losenfermeros,losdelhospital… —¿Estáherida?¿Lahangolpeado? —Nadie le ha hecho daño, señor Sleiter… Yo estaba barriendo el rellano… y noté que tosía mucho… ya sabe que tengo la llave de su piso… y que usted me dijo que echase una ojeada a su esposa… —Sí,yalosé…siga,porfavor. —Entré… y estaba muy mal…, con una tos desgarradora… yo intenté calmarla, pero no había nadaquehacer…letendíunpañueloy,derepente,vomitósangre… —Siga. —Ellamemostróelteléfono,peronopodíahablar,yaquelatoslaahogaba…Creíquedeseaba que llamase al hospital, pero ella quería llamarle a usted… Creo que hice bien, sin embargo… vinieronconunaambulancia…yselallevaron… —¿Aquéhospital? —AlCentral…allíllamé… —Gracias,muchasgracias…¡Vamos! Salieron, ordenando a los hombres que subiesen al camión, que se puso en marcha inmediatamente. Segundaparte Eltriunfo «A partir de hoy, el Partido se ha convertido en el Estado. Todo el poder reside en las manos del gobierno central. Hay que impedir que el centro de gravedad de la vida alemana se transfiera, de nuevo,aterritoriosperiféricosoagruposparticulares.Elpodernoperteneceyaaningunafracción territorialdelReichnianingunaclasedelanación,sinoalpuebloensutotalidad». AdolfHitler 6dejuliode1933 I —¡Felizañonuevo,amormío! Tuvo que contener las lágrimas. Se mordió los labios, pero consiguió entreabrirlos para que dibujaranlasonrisaquedeseabaqueellarecibieracomoelmásíntimodeloshomenajes. —Igualmente,Konrad,cariño… Dosmetrosmásallá,luchandotambiénconeldolorquelescausabalaescena,PaulKrimmanny JosefMeister,sujetabanensusmanoslascajasconlosregalosquehabíancompradoaAnna. Anna… ¿Quéhabía,enaquellacriaturayacienteenellecho,querecordasealaAnnadecincoañosantes? Loshuesosdelacarasedibujabannetamente,consusfeasaristas,alzandounapielamarillentay enfermizaenlaqueloslabios,blancos,exangües,teníanlaaparienciadeunaherida… Loscabelloshabíanretrocedidoalolargodelafrente,queahoraparecíadescubiertacomolade ciertas viejas; unos cabellos que habían perdido definitivamente el brillo de antaño, la suavidad luminosadeotrora,labellezayfinuraquelesdieron,enotrotiempo,elaspectodeunaluminosay maravillosaaureola. Losojos,profundamentehundidosenlascuencas,parecíandospobresanimalesaprisionadosen la jaula ósea de las órbitas, sin luz, medrosos, apagados, inquietos y asustados como los de una ciervaacosadaporlosmastinesfuriosos… —Prontoestarásbien,cariño.Elinviernopasará…yalllegarlaprimavera,nosiremosdenuevo alamontaña,aaquellugar… ¿Cuántas veces había repetido aquellas mismas palabras a lo largo de los cinco años que ella llevabaenelhospital? Pero la primavera llegaba; subía desde el jardín que rodeaba al hospital el aroma fuerte de las flores,queseibaintensificandoamedidaquelassemanastranscurrían.Yllegabaelverano,conese dulcesopordelascosas.Yvolvíaaasomarelrostroamarillentodelotoño. Ycaíanlashojasdelosárboles,enloquecidaseneltorbellinodelosprimerosvientos. Yllegabaelinvierno;sepintabaelcielodegris,elaguacaíacomorayosminúsculos,azotando lasventanasconunrepiqueteoobsesivo. Ypasabanlosaños. —¿Volveremosaaquelhotel,Konrad? —¡Puesclaroquesí!Ytetenderásenlaterraza,alsol,frentealasmontañas…yyoestarésentado atulado,comoentonces… —Serámuyhermoso. —Pasaremosunasvacacionesallí,tanlargascomoseanecesario…hastaqueterestablezcaspor completo… —Serámaravilloso. La blanca figura de la monja apareció en el umbral. Miró unos instantes, acercándose luego al lecho,juntoalqueSleiterestabasentado. —Deberíadejarladescansarunpoco,señor. —Sí,hermana,yamevoy… Seinclinó,parabesarlafrenteheladadeAnna.Luego,incorporándose: —Dejadlosregalosenlamesa… —Yomismaselosdarédespués—dijolamonja. —Gracias…volverédentrodeunpardedías… —Comoquiera. Sevolviódenuevo,sonriendoalpobreydemacradorostrodesumujer. —Descansa,cariño… —Gracias,Konrad…cuídate… *** El Opel esperaba fuera, con un Rottenführer, cabo de las SA, al volante. Al verles salir, se precipitó para abrir la puerta al Sturmbannführer que era ya Sleiter, cuya vertiginosa carrera, en aquelloscincoaños,lehabíallevadoalgradodemayor. Tambiénhabíanascendidosusdoscamaradas:PauleraunHaupstumführer,capitán,mientrasque MeisterllevabalasinsigniasdeSturmführer,teniente. Ocuparonlosasientosposterioresdelvehículo,mientrasqueelconductorregresabaasupuesto. —Nohaynadaquehacer…—suspiróKonrad. —Nuncahayqueperderlasesperanzas—dijoJosef. Sleiterseencogiódehombros. —Es inútil engañarse, Meister. Cada vez que he hablado con los médicos, me han dicho lo mismo…denoserporlanaturalezafuertedeAnna,hacetiempoquehubiesedejadoderesistir.¡La tisisnoperdona,amigomío! —Esunamujermaravillosa—intervinoPaul. Sleiterasintiótristementeconlacabeza. —Tienesrazón,Krimmann…eslamujermásmaravillosadelmundo…perolavidalehanegado todo.Apenasunoscortosmomentosdefelicidad…unmesalosumo…¡Todoesoporlaculpade…! Joseftorcióelgesto. —Yallegaráelmomentodeajustarlelascuentas,Konrad.Porelmomento,comootrosmuchos puercos,seescudadetrás,deesemalditopartidoDeustch-National…ylasórdenesquetenemosson derespetarlos…almenosporahora… —Sonelloslosculpablesdetodo—dijoSleiter—.Desdequegobiernaladerecha,lascosashan idodemalenpeor…nohaydineroenningunaparte…yelnúmerodeparadoshaalcanzadolacifra deseismillones… —Ylosrojosseorganizanparadarelgolpefinal—dijoJosef—.Todaslascélulascomunistasse preparanparalagranbatalla. Sleiterrechinódedientes. —Latendrán,esagranbatalla…ymásprontodeloqueimaginan…yaeshoradequeajustemos lascuentas,definitivamente,conesosbastardos… —Llevanmuchotiemposinmeterseconnosotros—sonríoJosef. —Estánpreparándose…—dijoSleiter—.Sabenqueelmomentodecisivoseacerca…hastaese cabróndeOberfeinestátranquilito… Torcióelgesto. —Terminaremosconellosenpocosdías—afirmó—.Seráunalimpiezageneral…ynosolode rojos,sinodetodalapandilladetraidoresquehancrecidoalasombradeesaputadeRepúblicade Weimar. —¿Ylosjudíos?—inquirióJosef. —Esosnopierdennadaporesperar…suhorallegarádespués…desdeluego,nohayprisa…son unapandilladecastrados,incapacesdedefendersecomolohacenlosrojos… —Konrad… —¿Sí? —¿Siguessiempreconelasuntodelosburdeles? —¡Qué remedio! Hay que buscar dinero donde sea… Anna me ha costado todo lo que he sacado…peronomepesa:porlomenos,séquenolehafaltadodenada. Meisterhizounosgestos,antesdedecidirseadecir: —¿QueréisdejarmeenlaAlbertplatz? Losotrosdossemiraronvelozmente,ySleiterasintió. —Desdeluegoquésí…¡Rottenführer! Elconductornovolviólacabeza. —Loheoído,HerrSturmbannführer…Pararéallí. —Bien. Momentosdespués,Meisterdescendíadelcoche,alzandoelbrazoparadespediralosotrosdos SA. —Heil! —Sigamos. Konradesperóunosinstantes,antesdevolverseligeramentehaciasuacompañante. —Porlovisto,vaenserio… —Asíparece. —¿Quiénes? —¿Nolosabes? —No,nuncamehepreocupadoporaveriguarlo. —Esunchicomuyjoven…unScharführerdela13.ªTrupp… —Ya. —Llevancasiunañoliados. —DeverasquenoentiendoaMeister. —Jamássesintióatraídoporlasmujeres.Yonosabíanada,peropenséquealgunavezteníaque ocurrir. —Alláél.Despuésdetodo,noeselúnicocaso. —Tienesrazón.Silegustanlosefebos…esasuntosuyo…pero… —Pero…¿qué? —Noquieroserindiscreto,Sleiter…peronosoyciego…¿sabesquellevascincoañossintocar aunamujer? —¿Yqué? —¿Notepareceexcesivo? —No. Y no tocaré a ninguna mientras Anna siga viva. Es una promesa que hice, aquella tarde, cuandofuimosacasa,creyendoquelosrojoshabíanidoporella. —Eresunhombreextraordinario. —Nolocreas.Heestadomuchasvecesapuntodecaer…muycercadedejarmellevarporesa debilidadnatural…peroheconseguidoresistirlo… —Teadmiro. Sleiteresbozóunasonrisa. —Túsíqueeresdeadmirar…nuncatienesbastante,Paul…¿cómodiablostelasarreglasparano pasarunasolanochesolo? UnarisabrevebrotódeloslabiosdeKrimmann. —Se ha convertido en una especie de costumbre, amigo mío… como alguien que tiene que beber…yaséquepuedeparecertecurioso,tambiénamí,telojuro…perolanocheenlaqueestoy solo,cosaquemeocurreenmuyrarasocasiones,nopuedoconciliarelsueño… —¿Tienesquehacerelamorparadormir? —Esoes. —¡Formidable! —Cosasdelavida…perodejaquetecuentealgo…¿sabesaquiénmeencontréenelburdelde MadameSieglinde? —Nuncafrecuentoesoslugares…yalosabes… —Perovivesdeellos,¡granuja! —Noexactamente…perosigue… —Noloadivinaríasnunca. —Nomegustanlasadivinanzas. —EncontréalachicadeOberfein. —¡No! —Sí…yvolvíaacostarmeconella…hacambiadomucho.Eseestúpidodecomunistalaechóde su lado… ella, según me contó, se fue a Colonia… intentó trabajar, pero ya sabes cómo anda el trabajo…finalmente,sepusoahacerloenunadelascasasdeallá. —Muyinteresante. —Luegoleentrómorriña…yvinoaMunich… —¿Noteguardarencorporloocurrido? —¡Quéva!Sehaconvertidoenunafurcialamardeexperta…además,aunqueestémaldecirlo, afirmóqueyoeraelhombrequemásplacerlehabíaproporcionado…yelprimero… —¡Nocuentescamelos! —Eslaverdad,Sleiter.Locreasono,aquellanoche,cuandolatoméensucasa,medicuentade queeravirgen… —Nopuedocreerlo…eseOberfeinnopuedesertanidiota…ytanburgués…justamentecuando ellosafirmanhacerelamorlibre. —Pueseslapuraverdad…yhaymásaún…ellasedecidióaacostarseconmigocuandotúmela ofreciste,porqueestabahartadeinsinuarseasunovio…sinqueestelehicieraelmenorcaso. —¡Es formidable! Aunque, en el fondo, nada me extraña de los comunistas… dicen que Stalin estudióparacura… —Son como curas, Konrad… igual… Stalin es el Papa de todos los comunistas… el cielo que prometen es el comunismo… y los rezos son las consignas que respetan como si fueran nuevos mandamientos… —¡Quécosastienes! —Me dijo también… que le gustaría verte… que te desea, ya que tiene que agradecerte el que perdieralamolestavirginidad…¿porquénovasapasarunratoconella,amigo? ElrostrodeSleiterseensombreció. —Dejemoseso,Paul.Yatelohedicho:mientrasAnnaviva,notocaréaningunamujer. II AKonradleimpresionóeledificioocupadoporlosSS.Noporsuimportancia,yaquelaCasa Parda era mucho más grande, sino por algo que flotaba en él, desde la puerta donde los dos centinelasdelLeibstandart-SSAdolfHitlerparecíanfigurasdeceracuajadasenunainmovilidadcasi mineral… Mostrólaconvocatoriaaunodeloscentinelas,quienledirigióhaciaeloficialdeguardia,elcual leacogióconunaciertafrialdad. —Tenga la amabilidad de seguirme, Sturmbannführer —le dijo—. El Standartenführer le está esperando… ¡Standartenführer! NadamenosqueuncoroneldelasSS. Sleiter no pudo por menos que sonreír al pensar en el Gefreiter (cabo) que era Kilian Lörzert cuandoseconocieronenelfrentedelOeste. Unsimplecabo,inferioraél,queeraObergefreiter,caboprimera… ClaroqueHitlerhabíasidotambiénunsimpleGefreiter… Subió la escalinata en pos del oficial de guardia, quien llamó a una gran puerta, que abrió seguidamente,haciéndoseaunlado,altiempoquedecía: —Puedepasar,porfavor… —Danke! Sleiterpenetróenundespachodedimensionescolosales,perotremendamentesevero.Detrásde lamesa,enpie,enfundadoensuuniformenegrodealadecuervo,estabaKilian,unpocomásviejo quelaúltimavezqueKonradlevio,perotantiesocomosiempre,conaquellamiradafría,naciendo desuspupilasheladas,decolorazulclaro,casicomoeldeesosicebergsqueocultanelpeligrodesu granmasasumergidabajolaaparienciadesimplesmontonesdehielo… —¡Miviejoamigo!¡Pasa! Saliódedetrásdelamesa,yendoalencuentrodeSleiter,cuyamanoestrechóconefusión. —Teconservasbien,Konrad…aunqueveounpocodetristezaentusojos. —Puedeser.Túestásmagnífico… —Gracias…ven,siéntate…¿teapetecesaberalgunacosa? —Saberelmotivodeestaconvocatoria. UnarisabreveescapódeloslabiosdelSS. —¡Siempretandirecto!Nocambiarásnunca,Konrad…miviejoamigodelastrincheras…¿un cigarrillo? —Bueno. Fumaron,ensilencio,algunosinstantes.Ambosseobservaban,midiéndosecomodosgallosde peleaantesdelcombate.Losdospensabanenlaluchaqueibaaentablarsedentrodeunosinstantes, aunqueSleiterestuvieraenfrancainferioridad,yaquenoconocíalosmotivosdeaquellacita. Casi habían pasado tres años desde la última vez en que tuvo ocasión de estar junto a su viejo camaradadelfrente. SiguiendoalFührer,atravésdelpaís,enelqueHitleribasembrando,discursotrasdiscurso,la semilla del nacionalismo. Lörzert apenas si había pasado por Munich, la cuna del nazismo. Ascendiendovelozmentedegrado,era,enlaactualidad,elsegundohombre,despuésdeSepp,enla fuerza,cadavezmáspoderosa,delaunidadencargadadelaseguridaddelfuturoamodelReich. —Sientolodetumujer… Konradenarcólascejas,mostrandoasísusorpresa. —¿Cómolohassabido? Kiliansonriólevemente. —Losétodo,Sleiter…espartedemimisión.Deverasquelosiento…hasdebidosufrirmucho. —Menosqueella. —Losé…notemuestrestanagrio.Comprendotudolor…ylocomparto.Locreasono,sigues siendoparamíelcamaradadelaguerra. —Gracias. —Sihubierasabidoquenecesitabasalgo,mehabríaapresuradoaprocurártelo…peroeldinero noestuproblema… —¿Tambiénsabeseso? —Sí. —Nohicemásqueobedecerórdenes. —Losé. —De todos modos, ¿qué diablos me está ocurriendo? Estoy aquí con aire de pedir excusas, cuandonadateimportaloquehagaodejedehacer… Kilianfruncióelceño. —Teequivocas… —¿Túcrees? —Sí, Konrad… la prueba es que estoy aquí, que te he rogado que vinieras, que deseo hablar contigo…todoesodemuestraquesigoconsiderándotecomosiempre…quedeseotubien… —Eres muy amable, pero ese tono paternalista no te va nada… ¿qué es, concretamente, lo que quieres? Kilianaplastóelcigarrilloenelcenicero. —Lo pones muy difícil, Sleiter… aunque afortunadamente te conozco… y sé que tienes un caráctermuyvivo… Seechóhaciaatrás,apoyandosuestrechaespaldaenelrespaldodelsillónqueocupaba. —QuisieraconvencerteparaqueingresarasenlasSS. —¿Eraeso? —Sí. —Debeexistiralgúnmotivoimportantequetehayahechotomaresadecisión. —Haymásdeunmotivo… —¿Puedosabercuáles? —Megustaríamuchoenumerártelos,peronopuedo,Sleiter…ycréemequelosiento…aunque quizá mi deseo sea simplemente el de tenerte a mi lado. Sé lo que vales y el importante papel que llegaríasajugarentrenosotros… —MeencuentromuybienenlasSA. —Losé,peroesoessecundario… —Hayalgo,más,¿verdad? —Esposible. Konradseechóareír. —Comosiempre,tegustanlosmisterios…eresunhombresibilino,Kilian…siemprelofuiste. ¿Por qué diablo no tiras tus cartas sobre la mesa? Tenemos suficiente confianza como para que llamarlascosasporsunombre… —Haycosasquenopuedocomentarconnadie. —¿Niconmigo? —Nicontigo. —Bien… entiendo… No me tomes por tonto, amigo… huelo a una legua que has venido a salvarme…ymepreguntodequédiablosquieressalvarme… —Denada,detimismo.Obroporpuroegoísmo,Konrad…Conozcoloquevales…yporeso queríaqueformasespartedelasSS. —¿YporquénoseguirenlasSA?¿Hayalgunadiferenciaentreambas?¿Son…porcasualidad… fuerzasantagónicas,rivales,enemigas? —¡Deningunamanera! Sleiterseechóareír. —¡Viejo zorro! Sé que me estás tendiendo una mano generosa… pero también me huelo que ocultasalgodemayorimportancia… —Dejémoslo… si deseas seguir como estás, es asunto tuyo… Hablemos de otra cosa… ¿sabes queseacercaelmomentoenqueHitlerseráinvestidoCanciller? —Lo supongo, aunque me ha extrañado mucho que hiciera las paces con ese granuja de Von Papen… —Purapolítica. —No soy un político, Kilian, sino un revolucionario nacionalsocialista… no entiendo nada de sutilezasnidecomponendas…perositúlodices… —ElviejomariscalnotardarámuchoennombrarCancillerdelReichanuestroFührer. —Mejorquemejor…sobretodoparavosotros…yvuestrosamigoslosmilitares… —¿SiguespensandomaldelEjército? —No del Ejército, sino de sus jefes, de los prusianos, de los Junkers… de los amigos del emperador,delosmonárquicos,delosburgueses,deloscapitalistas. —Yaveolainfluenciaquelosdiscursosdetujefehanhechoenti. —Roehmesunhombrehonesto… —…yunhomosexual. Sleiterseencogiódehombros. —Nuncameatreveríaajuzgaraunhombreporlaclasedecompañíaquebuscaparalacama… La intimidad no tiene nada que ver con los sentimientos, Kilian… yo tengo a un amigo, un nacionalsocialista de los pies a la cabeza, un hombre valiente, generoso y de ideas puras… que prefierelosjovencitosimberbesalasmuchachas… —¿SabesqueelFührervaatomarmedidasdrásticascontralasperversionessexuales? —No lo sé… pero si lo hace, tendrá que matar a muchos de sus colaboradores… Vivimos tiemposturbios,viejocamarada…yloqueimportaessaberquiénvaalucharporelnazismo…y quiénveenéllaposibilidaddeencumbrarse…deacercarsealfuegoquemáscalienta… —¿Lodicespormí? —No,porquesiasífuera,telodiríaalacara.Yameconoces…Noesmenesterrepetirunavez másqueestoycontratodaformadeoportunismopolítico,contratodatergiversacióndelasideasdel NSDAP ,contratodoaquelloqueintenteatentarcontraelpuebloalemán. —Elpueblonoessolomasa… —Sí,yasé…—sonrióKonrad. Yagitandolevementelacabezadeunladoparaotro: —Lamasahamolestadosiempreaciertotipodegobernantes,aunquehayasidograciasaellaque hanaccedidoalpoder.LaHistoria,amigoKilian,estállenadeinjusticiasydetraicionesalamasa,a laqueseleprometiólomejor. ElSSenarcóelceño,mirandoasuamigocomosifueraaquellalaprimeravezqueloveía. —No quiero suponer que estás criticando al Führer… —dijo con una voz que la cólera hacía temblar. Sleiterseencogiódehombros. —¡Nodigastonterías!SitúhasdefendidopersonalmentelavidadelFührer,yoheluchadoporél desdequeingreséenlasSA… Yclavandosumiradaenladelotro: —EsamíaquiennomegustatuactitudKilian…Notoleroquealguien,inclusotú,dudedemi lealtadhaciaelFührer.Además,ahoramehacespensarenesoscomunistasdelRotFrontqueescupen alacaraaquienseatreveacriticaraStalin. —Notienegraciaquemecomparesconesagentuza,conesosbastardos… —Tepicas,¿eh?Puestencuidadocontulengua…asínadietendráquedecirtecosasamargas… Suspiró: —Has cambiado mucho, pero no me extraña… Desde que perteneces a la Leibtandarte has empezado a codearte con gente importante… has acompañado al Führer a todas sus visitas… y el contacto con esa gente de categoría ha terminado por deformar tu óptica… la que poseías en las trincheras…laqueposeíamoslosdos…Yoheseguidojuntoalpueblo,conlagentedeabajo,tanto amigoscomoenemigos,delagentequesientelascosasconpasión,queesincapazdedominarsus propiossentimientos,dedisimularloquedesean,loquequierenoloqueodian… Siguiómirandofijamenteasuamigo. —Esaesladiferenciaentretúyyo,Lörzert…ylomalo,sinquererlonidesearlo,esqueadivino queelabismoquenosseparasevahaciendocadavezmásprofundo… *** —«ElSeñorteacojaensuseno…Fuisteejemplodevirtud…ytodossentimosenlohondode nuestrocorazónlapérdidaquesignificatumuerte,hermanaElisa…». Juntoalatumba,Konrad,consuuniformedeSturmbannführer,mirabafijamenteelnegroataúd, sobreelqueibaaserélquienecharalaprimerapaletadadetierra.Unpocomásatrás,igualmenteen uniformedelasSA,estabanPaulyJosef,quehabíanacompañadoasuamigo. —«Señor… ten piedad de tu sierva, Elisa Oremburg… ella te amó y respetó a lo largo de su vida… y espera que le concedas el premio que ofreces a todos los que sufrieron en este valle de lágrimas…». LehicieronungestoaSleiter,quesebajóparacogerunpuñadodetierraquelanzóalfondodela fosa.Leimitaronlosdemás:susdosamigosylavecinaquehabíavenidoaacompañaraElisaasu últimoviaje.Luego,laspaletadassonaronlúgubremente,ylafosasellenóvelozmente. Quitándoselagorra,conlaquesesecótorpementelasudorosafrente,eljefedelossepultureros seacercóaSleiter. —Comoleheprometido,señor,meocuparépersonalmentedequeseinstalelalápida… —Bien… Konradsacóunosbilletesdelbolsillo,queleentregóalhombre. —Danke,meinHerr! Volviéndose hacia sus amigos, Sleiter les hizo un gesto, se inclinó ante la amiga de su madre, dirigiéndoseluego,conlosotrosdosSA,haciaelcochequelesesperabaalotroladodelaverjadel pequeñocementerio. ElRottenführermantuvolaportezuelaabierta,yendodespuésaocuparsusitiotraselvolante. —Volveremosaestepueblo—dijoSleiterquehabíaencendidouncigarrillo—.Yosaseguroque lapróximavezlopasaremosmejorqueahora… —¿Terefieresaesetipodelquenoshablaste?—inquirióJosef. —Sí.EljovenSchöredertienequepagarmeunacuentaatrasada. Paulsevolvióhaciaél. —Oye, Konrad… aquellos dos tipos que esperaban a la puerta de la casa, ¿eran qué… exactamente? —AgentesdeesecabróndeFritz…lacasalespertenece,yaquemipadretuvoquehipotecarla… ofuemimadre…nolorecuerdobien…Nosepudieronpagarlosplazosdelahipoteca…peroese hijodeperranoseatrevióaponeramimadreenlacalle…Ahoraquehamuerto,haenviadoalos cuervos… —Quevayacontandolopocoquelequeda—dijoPaul—.Deunmomentoaotro,Hindenburgva atenerqueconfiarelpoderalFührer…yentonces… —Esoesprecisamenteloqueestoyesperando…silascosassalencomopienso… —¿Quéquieresdecir? Sleiterseencogiódehombros. —Nolosé,Paul…nolosé…estoyhechounverdaderolío.Yaoshecontadoloquediscutícon Lörzert. No me gusta nada el sesgo que van tomando las cosas… y no me extrañaría mucho que Hitler,unavezenelpoder,seasociaseconlagentuzaalaquehemoscombatidohastaahora… —¿Estásloco? —No, no lo estoy… ¿acaso no ha pactado con los ricos? ¿No ha tendido la mano para recibir dinero de los poderosos industriales alemanes? ¿No sonríe a esos cabritos del Alto Estado Mayor, que desean seguir mangoneando a su gusto en el destino del país… como han hecho desde hace muchotiempo? —Soncosasdelapolítica,Konrad. —¡Una mierda! La política está en cumplir las promesas hechas al pueblo, con el que se ha contado siempre… un pueblo que, en gran parte, y en lo que se refiere a las SA, se ha colocado incondicionalmentealladodelarevoluciónnacionalsocialista… Diounaprecipitadachupadaalpitillo,tirándololuegoporlaventanillaqueJosefhabíadejadoa mediobajar. —Ahoraquellegaelmomentodeajustarcuentas,yaveréisquevanafrenarnosentodaspartes. Hubiera sido el momento, cuando Hitler acceda al poder, de liquidar de una vez toda la basura del país,dehacerenAlemaniaunagrandiosalimpieza… —Laharemos—dijoPaul. —¿Deveras? —Deveras—sonrióKrimmann—.Noqueríadecirtenada,Sleiter,porqueséloapasionadoque eres…pero,comosabes,estuvelasemanapasadaenBerlín… —Sí,yasé…vamosapreparareldesfilecuandoHitlerseaCanciller… —Esoes.AllíestuvehablandoconalgunoscamaradasdelajefaturasuperiordelasSA…gente quehablaconRoehmacadainstante. —¿Y…? —Todoestádispuesto,camarada…somosunbuenmontóndegente…millonesdeSA,dispuestos atodoparaevitarqueelReichvuelvaalasandadas,queloscerdosquehanhundidoalaAlemania vuelvanalevantarlacabeza… —Esomegusta. —Notepreocupes,Sleiter.Lafuerzaestáanuestrolado…Detodosmodos,nocreoqueHitler vaya a cometer el incalificable error de ponerse en contra de las SA, con las que sabe que puede contarhastalaúltimagotadesangre. —¿YlasSS? —Sonmuchomenosfuertesquenosotros.Yaséquesehansubidoalasnubes,querevientande orgullo…especialmentedesdequeeseHimmlersehahechocargodeellas…secreensuperioresa losdemás,superhombres…perosiseponentontos…notendremosmásremedioqueponerlesensu sitio. III —Heil! Kilian alzó el brazo, saludando a los hombres que, impecablemente formados, guardaban las entradasdelOperaKroll,enBerlín. Elcielo,enaquellatardedel21demarzode1933,eradeungrisplomizo,quehacíaresaltarcon mayorfuerzalosnegrosuniformesdelasSS. Momentos después de haber ocupado su sitio en el interior del lujoso edificio, tras haber saludado a los oficiales y jefes de las SS, alzado ligeramente el brazo en dirección de los asientos ocupadosporlasSA,Kilianvioentrar,altiempoquetodosseponíanenpie,aHermannGöering, quienllegabaparaabriroficialmenteelnuevoperiodolegislativo. —Heil!Heil! —Sieg!Sieg! Los estentóreos gritos de los miembros del Partido, de las SA y de las SS ensordecieron el ambiente.Guirnaldasybanderasadornabanelinterioryelexteriordeledificio. La presencia de miembros de otros partidos pasaba verdaderamente desapercibida, y cuando Göeringsubióalaentrada,pudopercatarsedequelafuerzaestabadesulado. Habíallegadoelgranmomento. AlosojosdeLörzertlascosastranscurríantalycomoélhabíaprevistoenlososcurosañosdela luchaenMunich.No,nosehabíaequivocado.Desdeelprincipio,desdequepasóaformarpartedel grupodehombresdecididoscuyamisiónerapreservarlavidadeHitler,comprendióqueelfuturo FührereraelhombrequeAlemanianecesitaba. Le gustó el realismo político de Hitler, su visión del futuro, y especialmente aquella determinaciónquelehacíanosepararjamássuvistadeáguiladelobjetivofinal. La llegada, momentos después, de Adolf Hitler, hizo estallar la sala en una ovación sin precedente.Hitlerfueaocuparsusitio,ytrasunossegundosdesilencio,Göeringsepusoenpie. —Ha llegado el momento —rugió Hermann— de decir las cosas por su nombre. De aquí va a salir,nolodudo,lanuevaAlemania,elcomienzodeunReichpoderoso,deunapatriaquevolveráa serloquesiempremerecióser… »Desdeelfinaldelashostilidades,nuestropaíshaestadoenmanosdegentequenocomprendía enabsolutolosdeseosdelpuebloalemán… »Gente de toda clase: traidores que volvieron la espalda a los deseos del pueblo, incapaces y cobardesquenosupieroncomprendercuálerasudeberentanamargosytristesmomentos. »AlinstaurarladesdichadaRepúblicadeWeimar,llegamosalomásprofundodelabismo,enque laincapacidadporunaparteylacobardíaporotra,hansumidoanuestroamadopaís. »Esposiblequealgunoshablendevictorias,alreferirsealasactividadesdeciertosdiplomáticos. Yhablo,porunlado,delseñorStresemannysusactividadesenLocarnoy,porotro,delseñorVon PapenysustrabajosenLausanne… »EsciertoqueambosseñoreshanconseguidoanularelcriminalimpuestodelasReparacionesde guerraylaevacuaciónanticipadadelaRenania… »Pero…yopregunto,¿esesobastante? —Nein!—gritaronlosnacionalsocialistas. —Alladodeesospequeñoslogros,ysindespreciarlos,estánlastristesrealidadesdeunpaísque seencuentraenelpuntomásbajodesuhistoria. »Los veintitrés gobiernos que nos han precedido, desde el Armisticio, nos dejan el hermoso regalodesuincompetencia…nuestraeconomíasufrehoy,nimásnimenos,quedeundéficitdesiete milmillonesdemarcosoro…ynoquedan,enlascajasdelReichsbankmásquecuatrocientostreinta ynuevemillones…mientrasque,ademásdeldéficit,nuestradeudaexteriorasciendea…diecisiete milmillonesdemarcos… »Tenemosactualmentemásdeseismillonesdeparadosycientosdemilesdefamiliasnotienen nadaquellevarsealaboca… »Lasestadísticasoficialeshablandequeenelperiodoquevadesdejuniode1919hastaenerode esteaño1933,224900personassehansuicidado,desesperadaspornopoderprocurarselonecesario paracomeryseguirviviendo… »¡Esaeslaherencia,señores,quenoshalegadolaincapacidadylatraicióndegentequeosaaún llamarsealemán! Unrugidodecólerasacudiólasala. —Desdehacedosaños—prosiguiódiciendoGöering—,loscancilleresdeestedesdichadopaís nohanconseguidogobernarmásqueaplicandoarajatablaelartículo48,quelesconcedelosplenos poderes…pero,nisiquieraechandomanoaeseremedio,hanconseguidonadapositivo… »Además,elpaísestádivididoenveintidósEstados,sinsentidoalgunodeunidad,luchandolos unoscontralosotros,contribuyendocriminalmenteaquelaHistoriaentierreparasiempreeldeseo detodobuengermano:launidaddelaGranPatriaalemana… Unnuevosilencio;luego: —Ahora,lascosasvanacambiar…elnuevocanciller,AdolfHitler,hapresentadounproyectode ley encaminado a solucionar todas esas tareas que hemos heredado de un periodo político nefasto paralapatria. »Hallegadoelinstantedeponeravotacióneseproyecto…peroantesdeseocederlapalabraal nuevocanciller… Una selva de aplausos hizo vibrar el local. Hitler, que se había puesto en pie, esperó a que el silencioserestableciera. —El número de diputados de los que el gobierno dispone —dijo— podría hacer obvia esta votación.Noobstante,elgobiernodeseaespecialmentequeledeisunaaprobaciónporvuestrovoto claroeinequívoco.ElgobiernoofrecealospartidosdelReichlaposibilidaddeunacolaboración pacífica.Peroestádispuestoahacerfrenteaunanegativayalashostilidadesqueresultaríandeella… Unacortapausa;después,convozfirme: —Estáensusmanos,señoresdiputados,escogerentrelapazylaguerra… Sevioenseguida,yestolopercibióLörzertcontodaclaridad,queelcentroibaainclinarseante Hitler. Yasífue. Apesardelaoposicióndelossocialdemócratas,lanuevaleyfueaprobadapor441votosafavor y94encontra. Una vez realizado el escrutinio, Hitler, visiblemente satisfecho, se volvió hacia los escaños ocupadosporlosquesehabíanopuestoalaley. Ymirandoconfijezaalosdiputadossocialistas,lesdijo: —Ahoraqueyanoosnecesitarémás…¡podéisiros! LaRepúblicadeWeimaracababademorir. Yunhombre,antiguoGefreiterdel XVIRegimientodeInfanteríabávara,acababadecumplirel juramentoquehizoel11denoviembrede1918: AdolfHitler. ElTercerReichacababadenacer. *** —¡Paraunmomento!—exclamóJosef,yvolviéndosehaciaSleiter—.¿Noteimporta,verdad? Konradsonrió. —No… tenemos tiempo… pasaré por el hospital a primera hora de la mañana. No quiero molestarenplenanoche. —¡Gracias! MeistersaltódelOpel,acercándosealgranbraserocuyasllamassereflejabanenlasfachadasde losedificiosdelaplaza. —Hadebidoverle…—dijoPaulconunasonrisa. —¿Aquién?—inquirióSleiterquepensabaenotracosa. —ARupert… —¿Rupert? —Sí,hombre,sí…¡parecestonto!RupertKoppen…suamigo. —¡Ah! —Noloconocías,¿verdad? —No. —Yosí…mira,esaquelaltoyrubio…unchicomuyguapo,¿no? —¡Veteapaseo! —LaverdadesqueRupertpareceunachica…yolovi,hacedossemanas,enelgimnasio…tiene uncuerpoblanco…delicado…conunapielcomoladeunamuchacha… —¡Basta!Yasabesquenomegustainterferirenlavidadelosdemás…perosobranlosdetalles… Estaeslaquintahogueraquevisitamos,¿no? —Exactamente. —Estánquemandomillaresdelibros. —¿Teduele? Sleitersonrió. —¡Nodigastonterías!Loqueocurreesquenuncatuvemuchoslibros…demasiadocarospara comprarlos… y, lo quiera o no, me hace sentir una cosa rara verlos arder por millares… pero comprendo que toda esa basura debe desaparecer, ya que lo que esos libros contienen ha hecho muchodañoalosalemanes… —Asíes…librosescritoporjudíos,pordegeneradosburgueses…porcatólicos…¡Purabazofia! —LoschicosdelasHitlerjugendloestánpasandodemiedo… —Yhaciendoeltonto.Saltansobrelasllamas…ycomohasvisto,yahaymediadocenaquehan tenidoqueserllevadosalhospital… LaúltimapalabrahizoqueelrostrodeSleiterseensombreciera. —Perdona…—seapresuróadecirPaul. —Noimporta…lapobreestámuymal,cadavezpeor.¡Malditasea!Hubiesedadocualquiercosa porqueestuvieseamilado,enestosdíasdevictoria… —Nopiensesmás…yotambiéndaríacualquiercosaporsalvarla… —Gracias. —Esunamujerextraordinaria,Konrad…unacriaturaquesehacequerer…perodejemoseso… ¿SabesquetenemosquesubiraBerlíndentrodeunosdías? —Sí. —Vaasermaravilloso…undesfilecomonuncasehabrávisto…Vamosahacertemblarelsuelo delascallesdelacapital… —LoquemealegraesqueAlemaniasehasalvado. —Y que la limpieza, la seria, la de verdad, va a empezar… ya has oído la radio… Hitler va a quedarse solo en el Reichstag y en cuanto declare fuera de la ley a los demás partidos… ¡la caza empezará! —Novaaquedarniungerifalte…yempezaremosporloscomunistas. —Desdeluego…recuerdoaOberfein…debeestarocultocomounarataasustada… —Déjale…prontollegarásuhora…yladelosdemás… —¿PiensasenSchöreder? —Sí,Aesepájaroleajustarélascuentaspersonalmente…esasuntomío,Paul… —Tecreo…mira,aquívuelveMeister. Josefsubióalcoche;enarbolabaunaexpresióndefelicidadcompleta. —Esunespectáculomaravilloso—dijo. —¿Lasllamas…oRupert?—inquirióPaulconsorna. —¡Vetealinfierno!—rióJosef. —Sigamos —ordenó Sleiter al Rottenführer—. Vamos a visitar de nuevo las otras hogueras… tenemosquehaceruninforme…yevitarqueesoslocosdelasJuventudesHitlerianassequemen… *** Elalbapusoenlanegruradelcielounaaureolagris,triste,suciacomountrapomallavado.En las plazas de Munich, como en el de todas las ciudades alemanas, las pavesas se arremolinaron, levantadas por el viento, volando hacia las fachadas de las casas, y quedando únicamente entre las cenizaslasgruesastapasdeloslibrosqueelfuegonohabíaconseguidoconsumir. Quedaban también, en las tapas medio lamidas por las llamas, nombres de fama universal: directoresdeorquestaycompositorescomoVierteiyLanz;psicólogoscomoWertheimer;pintores como Grosz, escritores como Mann y Zweig; filósofos como Bloch y Goldstein; físicos como Einstein. Dieronunavueltamásalascallesdesiertas;estabancansados,hartosdegritosysaltos.Ahoraque losjóveneshabíanregresadoasuscasas,conlosrostrosylasmanostiznados,losojosaúnbrillantes delreflejorojizodelasllamas,lostresamigossedejabanllevarporelcrecientesopordelashoras develaydetensión. —Sinoosmolesta—dijoJosef—,yoquisieradescansarunpoco…dejadmeencasa,porfavor. —Desdeluego. PaulmiródereojoaMeister;adivinabaqueeljovenRupertdebíaestaresperándole,ymaldijoel haberperdidoaquellanochesinpasarunratojuntoaunahermosamujer,delasquefrecuentabaen losburdeles. —Yotambiénmevoyacasa. Sleitermiróporlaventanillaelgrisysucioaspectodelascallesdesiertas. —Rottenführer… —¿Sí? —Llevemosacasaaestosdosamigos…luegomeconducirásalhospital. —ZuBefehl,herrSturmbanfiihrer! —¿Quieresquemequedecontigo?—propusoKrimmann. —Noesnecesario. —No importa nada que no duerma… en realidad, ya sabes que no conseguiré conciliar el sueño… —Esigual,Paul.Teloagradezcodenuevo…perolaverdadesqueprefieroirsolo…estavez. —Comoquieras. IV Lo leyó en los ojos del médico, pero se negó a admitirlo, y sabiendo perfectamente que su preguntaeratanvanacomoinútil,lahizo: —¿Cómoestá? Eldoctorparpadeó;enelfondodesuspupilas,latristezapusonotasgrises,apagadas,ycuando suslabiossemovieron,habíauntemblorenellosquedabanlajustamedidadesupena: —Hamuerto… UnbrevesuspiroescapódeloslabiosdeKonrad. —¿Cuándohasucedido? —Anoche…alasdoce… Mentalmente,Sleiterpensóenloqueestabahaciendoaaquellahoraprecisa,perosusrecuerdos eran demasiado vagos para proporcionarle una idea concreta. Debía estar recorriendo la ciudad o detenidoanteunadelasnumerosashoguerasquehabíanardidodurantelanoche… —¿Sufrió? Elmédicomoviónegativamentelacabeza. —No…nada…expirócomounpajarito…seextinguiócomolallamadeunavela… —¿Puedo…verla? —Sí.Lahemosdejadoenlahabitación,pensandoqueustedvendríaaverla…Anochellamamosa sucasa…yalcuartel,peronosdijeronqueestabadeservicio. —Escierto. Hubo un corto y denso silencio. El médico se quitó las gafas, limpiando los cristales con un pañueloquesacódeunodelosbolsillosdesubata. —¿Preguntópormí? Eldoctoralzóhaciaélsuspequeñosojosmiopes,conunaluzdistraídaenlaspupilas. —No…esdecir,sí…lohizodurantelasúltimashorasdelatarde…luegoentróenunestadode semiinconsciencia…perdiócontactoconelentorno…era…comosiyaestuviesemuerta… —Entiendo. —Fue una mujer muy valiente, ya que sabía, desde hace mucho tiempo, que no tenía salvación posible. —Permitaquelavea,doctor. —Sígame. *** Alterminardeescribirlanotadeservicio,KilianLörzertalzólacabeza,sonriendoasuayudante decampo,elHauptsturmführerHeinzRademann. —Tendremosquesoportarlosaúnunavezmás.Heinz,amigomío…aquíestánlasinstrucciones paraelviajedelFühreraMunich. —Todavíafaltamuchotiempo… —No importa. El Reichsführer desea que todas las medidas de seguridad se tomen, sin faltar una…aunque,comopodrásverenunodelosanexos,seordenaalasSAqueterminendeunavezcon lapesteroja. —DebieranhaberhecholoquehemosllevadoacaboenPrusia. Kilianseencogiódehombros. —Soy de Baviera, Heinz, pero me siento completamente extraño a aquella región… Aquí, en Berlín,heaprendidomuchascosas… —Yyo,micoronel…sobretodoaquellacélebrenoche…del22defebrero. —¿Cómo olvidarlo? Tuvimos que trabajar como topos, pasando hasta el interior del Reichstag paraprenderlefuego… —… y al acusar a los comunistas de ese incendio, conseguimos lo que deseábamos: ponerles fueradecombate. —Lindos recuerdos, en verdad… pero vayamos a lo nuestro. Hoy se ha cursado la orden de terminar para siempre con lo que queda de la peste roja… y no solo los comunistas, sino los socialistas…HayquelimpiarAlemaniadeesaporqueríalomásrápidamenteposible. —¿SonórdenesexclusivamenteenviadasalasSS,micoronel? —No.VamosadejarqueseanlasSAquienesliquidenelasunto.Despuésdetodo,¿nopresumen deserlavanguardiadelnacionalsocialismo? —Escierto. —Quetrabajen,entonces…mientraspuedan. Rademannmiróinterrogativamenteasusuperior. —Vanmallascosas,¿verdad,Standartenführer? —¿Cómo quieres que vayan, amigo? Roehm no para de vomitar amenazas… en cada discurso, ataca al Führer, más o menos veladamente, aunque la verdad sea dicha… no tiene pelos en la lengua… —¿Lehasoídoalgunavez? —Unasola,señor.Ymedioasco… —Es diabólicamente peligroso… tiene, no hay que olvidarlo, millones de SA, locos fanáticos comoél,asulado… Lanzóunsuspiro. —El Führer tiene mucha, muchísima paciencia… Le apena tener que enfrentarse a uno de los pocoshombresqueletratandetú… —¿Roehm? —Sí.SetuteandesdelostiemposdeMunich… —¿Ycómohapodido? —La ambición, Heinz. He ahí la clave del misterio… y una idea equivocada de lo que es la realidadalemana.Roehmexigeunarevoluciónquenotienenadadenazi…ymuchodesocialista… habladesuprimiralcapital,dedistribuirfábricasytierras… —HubieradebidoirseaMoscú. —No,esono…Ernstnoescomunista,yaqueloquepiensahacernotienemáslímitesquelosdel Reich… es un nacionalista, de eso no hay duda… pero un nacionalista equivocado… y demasiado poderosoparaqueelFührerpuedadormirtranquilo… —Entonces… —Noprecipitemoslascosas.Rademann…porelmomento,esperemosladesaparicióndetodos lospartidospolíticos,excepto,naturalmente,elNSDAP … —¿Tambiénvamosaatacaralosdederechas? —Sí. El Deustch-National y ese estúpido de Hugenberg, su jefe, ya están, virtualmente eliminados…Porotraparte,laformaciónderechistadelosStahlhelm,losCascosdeAcero,hasido incorporadaalasSA. —¿YporquénoalasSS? —¡Deningunamanera…!NosotrosnoqueremosmezclasHeinz…somoslapurezadelaraza,la élitedelnacionalsocialismo,losguardianesdelFührerydelReich. —¿Ylacamarilladegenerales? —No hables como un SA… el Ejército es algo que Alemania necesita… Hitler tiene razón al afirmarquesinél,elReichnopodrállegarnuncaaalcanzarlosobjetivosquehadecubrir. »No se puede formar un grupo de generales, jefes y oficiales, en poco tiempo, Rademann… seríannecesariosaños,muchosaños,ynosotrosnodisponemosdetantotiempo… —Entiendo. —Pero, no obstante, al lado de esa camarilla, como tú la has llamado, estamos nosotros… que pronto formaremos un Ejército SS, cuya misión será demostrar al Alto Estado Mayor que no se puedejugarconlasórdenesemanadasdelFührer.¿Loentiendes? —Perfectamente. Kilianalargólamano,cogióuncigarrillo,inclinándosehaciaadelantepararecibirelfuegoque suayudanteledaba. Soltóunabocanadadehumo. —¡Elpobreidiota! —¿Dequiénhablausted,coronel? —Deunamigomío…untalSleiter…unviejocamaradadelfrente… Esbozóunasonrisa. —ElObergefreiterKonradLudwigSleiter…¡Casinadie!Elmismodíaenqueleconocí,medi cuentadequeeraunhombreexcepcional… »Dos veces me salvó la vida… dos veces, demostrando que era un hombre de verdad. Y no he podido olvidarlo, a pesar de que ese animal es, además de valiente, el peor cabezota que me he echadoalavistaentodamivida. —¿Dóndeestáahora? —EnMunich.EsunSA,unhombreimportante,unSturmbannführer…perotanenvenenadopor laslocasideasdeRoehm,comolosdemásSA. —¿Haintentadoustedquevinieraconnosotros,señor? —¿Que si lo he intentado? ¡Pues claro que sí! Mi error, en los viejos tiempos de lucha, fue no incorporarlealasfuerzasdeproteccióndeFührer…dejandoquefueseaecharseenbrazosdeesas malditasSA. —TendráustedocasióndevolveraverlecuandovayamosaMunich,conelFührer… Lörzertlanzóunsuspiro. —Seráinútil,Heinz…túnoleconoces…estestarudocomounamula…yahoraestáamargado… sumadrehamuerto…ytambiénsuesposa… —¿Estácasado? —Sí,conunamujerverdaderamenteextraordinaria…yofuialaboda…ytambiénelFührer… ¡aquellosviejostiemposenquetodosparecíamoshermanos! Aplastólacolillaenelcenicero,altiempoqueseendurecíasurostro. —Queesosmensajessetransmitaninmediatamente,Haupsturmführer. Heinzsepusorígido,alzóelbrazoderecho,gritandoconfuerza: —ZuBefehl,herrStandartenführer! *** La mujer atravesó la calle oscura. Miró por encima de su hombro. Había dado un gran rodeo, paraevitarquelasiguiesen. No era que temiera nada, ya que estaba lejos de toda sospecha; al contrario, su posición en la ciudaderainmejorable,peroprecisamenteporesonohubierasidobuenoquelaviesenencompañía delhombreconelqueibaareunirse. Había sido hábil, muy hábil, y ahora se alegraba del cambio de personalidad que había hecho posiblequeascendiesevelozmentedesdelaposiciónhumildedesufamilia. Podían considerarla como ambiciosa y carente de escrúpulos, pero había pasado demasiada hambre,viviendoenlamiseria,yestabahartadesufrir.Poresosedeterminóaromperlabarreraque suorigenpobrelevantabaasualrededor. Antesdetomarunadeterminación,hizoqueelhombrealqueibaaversupieradeella.Loconocía losuficientecomoparatemerquenodesearaverla. Perohabíaaccedidoyesoeraloqueimportaba. Avanzó por la calle, con cuidado. No sabía en qué portal podría estar escondido. Por eso disminuyópaulatinamentesuspasos. —¡Eh,aquí! Se quedó inmóvil, volviendo lentamente la cabeza. Apenas distinguía la mancha clara de un rostro,ladelhombreescondidoenelprimerportaldeladerecha. —¡Walter! —¡Klara! Se abrazaron, y ella sintió el cuerpo trémulo de él junto al suyo. Entonces, ahora podía permitírselo,dejóquelaslágrimascorrieranlibrementeporsusmejillas. Loapartódesí,mirándoloalaluzlejanadelasestrellas. —Walter…hermanomío…¡cómohasenvejecido! —Noteextrañe,Klara…pasamosmalostiempos… —Losé. —¿Ytú? —Estoymuybien…nomefaltanada…ymerespetancomonuncalohizonadie.Aunque…sé quetúnoloaprobastenunca… —¿Qué importa lo que yo piense? Ahora, en estos momentos, me alegro que tomaras ese camino…porlomenos,séquevasaseguiraquí…cuandoyoyanoesté… —¡Nodigasbobadas!¿Porquécreesquehevenidoaverte? —Nolosé…deveras…cuandomelodijeron,estuveapuntodedecirqueno… —¿Habríassidotandurocontupropiahermana? —Nolosé…quizá,siviviésemoscomoantes,nohubiesequeridoverte…peroahora,yanada importa. —¿Porquétemuestrastanpesimista? —Porquehedeserlo:másquepesimista,realista…Hanvencido,Klara…sonlosamos…ysolo esperanelmomentoadecuadoparaacabarconnosotros. —Losé. —¿Sabestambiéncuándoserá? —Sí. —¿Cuándo? —Mañanaporlanoche. Élsecalló,perolasmanosqueteníaenloshombrosdesuhermanaletransmitieroneltemblor quelacóleraponíaensucuerpo. —¡Malditosbastardos!Pero…quenocreanquenosdejaremosmatarcomoborregos…tenemos armas… —No,Walter…túereselúltimoOberfeinquequeda.Noquieroquemueras. —Noveootrasolución. —La hay. Yo puedo ayudarte, esconderte en mi propia casa… nadie pensará que te encuentras allí… Oberfeinseseparóbruscamentedelamujer. —No,Klara…nopuedohacerlo…Tengoquequedarmeconmiscamaradas…morirasulado… sinolohiciera,nomeloperdonaríanunca… —¡Noquieroquemueras,Walter! Seacercódenuevoaella,besándoladulcementeenlasmejillas. —Nopiensesmáseneso,Klara… —Quieroayudarte. —¿Deveras? —Sí,hermano…lodeseocontodamialma—dijoellaconelcorazónllenodeesperanza. —No,noesloquepiensas.Mequedaréaquí,Klara,enmisitio.Pero…siesverdadquedeseas hacermeunfavor… —¡Loquequieras! —Entonces…escucha…túnohasvueltoasabernadademí,peroyo…queríaaunamujer… —Esosíquelorecuerdo.Laqueríasdesdequenoerasmásqueunniño…¿Noterefieresa…? —¡No la nombres! Me traicionó, pero la culpa de todo la tuvo un hombre… pero no el que la poseyóantemispropiosojos… —¡Oh!¿Hicieroneso…? —Sí. —Eshorrible. —Dejaeso…siesciertoquedeseashaceralgopormí…¡buscaaesehombreyvéngame! Ellasecallóunosinstantes. —¿Cuálessunombre? —Sleiter,KonradLudwigSleiter. —¿Quées? —UnSA…Sturmbannführer… —Bien. Éllacogióporlosbrazos. —¿Lobuscarás? —Sí,Walter.Teloprometo. Laabrazóconfuerza. —¡Gracias,hermana! —Walter… —Sí. —Venconmigo…podemosbuscarjuntosaesehombre. —No, Klara… me quedo… dame un beso… y gracias… Ahora, ya puedo morir tranquilo. Despuésdetodo,eresunaOberfein…yllevasmisangreenlasvenas… V —¿Dóndeestoy? Intentabaemergerdeaquellaespeciedenieblaque,estabaseguro,nopodíallegarlemásalládela cintura.Enelconfusomundodesuspensamientos,seveíaenunaanchavereda,conaquellabruma atadaalosmuslos,comosiarrastrasetrassílargospañuelosdeuntejidotandébil,peroalmismo tiempotanextraordinario,quesedesgarrabapararehacersecasienseguida. Lasenda…sepreocupabacadavezmásporsaberloquehabíaalfinaldeaquellacalledearena, bordeadaporaltosytiesosárboles. —¿Dóndeestoy? Ahoralasgasassubieronporsucuerpo,dejandounrastrohúmedo,paraterminarapresándolela cara.Yalgoaúnmáshúmedo,omuyparecido,seposóensuboca. —¡Puah! Moviólosbrazos,intentandodesembarazarsedeaquellaextrañacosa,ysusmanosencontraronla carne firme de un cuerpo, la curva ampulosa de unas caderas, las semiesferas turgentes de unos pechos… Pudocomprobarquehastaaquelmomento,habíatenidolosojoscerrados;alabrirlos,comprobó queestabaechadoenunacama. Nadadeveredaarenosa,deárbolestiesosnibrumapegajosa.Lamujerestabaasulado,tendida cuánlargaera,completamentedesnuda,conunosgrandesojosfijosenél. —¡Creíquenoibasareaccionarnunca!Yateibaadejar…porimposible. Poco a poco, las piezas del rompecabezas empezaron a colocarse en el confuso magma de su concienciareciénrecuperada. —¿Dóndeestoy? —Enunburdel. Mirabaalamujer,peroaúnteníadificultadenlavisión,ynopercibíadeellamásquelamancha claradelrostroconlaszonassombreadascorrespondientesalosojos,yotra,ladesuboca,cuando ellamovíasuslabios. —¿Quiénmehatraídoaquí? —Tus amigos… No debí hacerles caso… llevo más de una hora intentando que reacciones… teníaganasdeti,peromeloestáshaciendosudar,Sleiter… —¿Meconoces? —Claro…ytúamí…¿oesquehasperdidotambiénlamemoria? —¿Porquédicestambién? Ellaseechóareír.Surisaeraclaraybastanteagradable,peroleparecióaKonradcomosicada modulaciónseclavaseensudoloridocerebro. —Dejadereír,porfavor…meestallalacabeza… Perdona.Llevabasencimaunamerluzademiedo…unacurdafenomenal…jamáshabíavisto,en mivida,aunhombretanborrachocomotú… Élsellevólasmanosalassienes. —Sí…bebímucho,aunqueapenaslorecuerdo…Loqueséesquenofuecerveza…lacervezano mehahechodañonunca… —Debistebeberalgomásfuerte.Claroqueescomprensible… —¿Porquéloes? Ellaseencogiódehombros,comoquitandoimportanciaaloqueacababadedecir. —¡Bah!,tonteríasmías…anda,tehepreparadotodoparaqueterecuperes…vamosaladucha… luegotomarásunpocodecafé… —Sí. Le ayudó a incorporarse, llevándole al cuarto de baño. Lo puso bajo la ducha, ocupándose personalmente de abrir alternativamente los grifos de agua fría y caliente, enjabonándolo luego, antesdequeacabaselasesióndehidroterapia. Alcabodepocosminutos,Konradseencontrabacomonuevo,aexcepcióndeunpésimosaborde boca. Saliódeladucha,cogiendolatoallaqueellaletendía. —Eresmuybuena,Erika… —Ya veo que me reconoces… ¡Granuja! ¿Sabes que desde aquella famosa noche he pensado muchoenti? —Sientodeverasloqueocurrió… —¡Nodigasmemeces!CreíaquePaultehabíacontadoloqueledije… —Lohizo. —Entonces; ¿a qué vienen esas lamentaciones? Me hiciste un favor, Konrad… eso es todo. Vosotros,loshombres,nopodéisimaginarloquelavirginidadpuedepesaraunamujer…¡yoyano podíamás! —YocreíaqueWalter… —¡Bah! Todo el mundo lo creía… pero Oberfein es un apóstol… un santo del Partido. Un hombrepuro,sintacha,incapazdetomaraunamujersinhaberleentregadoacambiolaseguridadde unanillodecompromiso… —Esomeparecebastanteburgués. —Yloes…comoél,apesardesuspalabrasydesufeenelPartido… Élledevolviólatoalla,yErikasequedómirándole. —¿Sabesqueestásmuybienhecho,Konrad? —Bobadas… —Desde que te vi, supe que eras un hombre de los pies a la cabeza… y yo no me equivoco nunca… por eso he pensado tantas veces en ti… Las circunstancias, cariño… —repuso ella con un tonocínicoenlavoz—.Nomegustapensarenello…anda,vamosalacama…creoque,despuésde loquehehechoporti,merezcounabuenarecompensa… *** —Estássudandootravez,Fritz… Schöredercerrólosojos,sintiendoquetambiénsuspestañasestabancargadasdeaquelpegajoso ydesagradablesudorquecubríasucuerpo. Greta,sumujer,sentadaenellecho,lemirabaconatención.Pordebajodeltejidodelacamisa queellallevabapuesta,lossenos,grandesypesados,caíansobrelosplieguesdelvientre. Lasdosmaternidadesyelabortoquehabíatenidoentrelosdosniños,habíanestropeadoenpoco tiempo el cuerpo de Greta, aunque era posible que los efectos morales hubiesen contribuido tanto comoladeformaciónhabitualenlasmultíparas. Losojosdelamujerestabancargadosdeodio. Ydedesprecio. Así lo decía la sonrisa que entreabría sus labios, en los que aún había la huella del pintalabios rojoqueellaseponíaparaacicalarse.Unasonrisaquemostrabasusatisfaccióndeveralhombreque tantodañolehabíahechopresadeunterrorindecible. Lahabíatratadocomoaunanimal,sirviéndosedesucuerpo,alprincipiodelmatrimonio,como lohacíaconlasfurciasquesellevabaaunadesusnumerosascasasdelpueblooaalgunadeMunich. Nuncaseocultóparaengañarla;muyalcontrario,paseabaasusamantesalairelibre,enpleno día,enalgunodelostresautomóvilesqueposeía,vanagloriándosedesumaneradeser,orgullosode llevarsiempreasuladoajóveneshermosasdelasquedisponíaasucapricho. Ellahabíasufridoensilencio,comprobandocómosuhermosocuerpoibadesmoronándoselenta yfatalmente,hastahacerdeella,alostreintaaños,unamujergorda,arrugada,sinposibilidadalguna devolveraatraeranadie… Ahora, por fin, la fortaleza que había sido su marido se derrumbaba velozmente. Y ella se complacíaenlaobservaciónminuciosadeaquelhombresintiendoungozointensoanteelmiedoque lehacíasudarcomouncerdo. —Estássudando,Fritz… Élabriólosojos,miróeltechopintadodeazul.Sesentíaenfermo,desdichado,enunasoledad queeracomounnegrocaminoqueleconducíahaciaunfinalquenuncapudoconcebir. HabíaformadopartedelpartidodederechasDeustch-National,alqueayudósinmesura,seguro deestarsembrandounaprosperidadfuturaqueengrandeceríasusnegocios. LaaparicióndeHitlerydel NSDAP ,suactitudferozhacialasfuerzasdelaizquierda,lellenóel corazóndealegría,completamenteconvencidodequelosviejostiemposvolverían,aunqueenmodo distinto, acabando de una vez para siempre con el peligro rojo que parecía estar a punto de apoderarsedeAlemania. Yahora… Nopodíacomprenderlo. Estabaseguroqueunavezenelpoder,AdolfHitleragradeceríaeldecididoapoyoqueladerecha lehabíaprestado.Yhabíaocurridoloimprevisible;traslaprohibicióndelpartidosocialdemócrata, delcomunistaydeotrasfraccionesdelaizquierda,elFührerhabíasuprimidoalDeustch-National, incorporandolaotrafracciónderechista,losCascosdeAcero,enlasfilasdelasSA. LasSA. Aquellas siglas no poseían para Fritz más que una sola y terrible significación; una traducción irreversible,quelastransformabaenunnombrequelehabíaperseguido,comounapesadilla,desde hacíaaños: KonradSleiter. —¿Sudasdemiedo,verdad,Fritz? Volvióunosojossuplicanteshaciasuesposa. —¡PorDios,Greta!Tenecesito… Unarisabreve,amarga,escapódeloslabiosmediopintadosdelamujer. —¿Menecesitasamí?¿Estásseguro,Fritz?¿Noseríamejorquellamasesaunadeesaszorras conlasquehasestadofornicandotodosestosaños?Ellastecomprenderían… —Nodigaseso… —Me has tratado como a una perra, Fritz… como a un animal… ¿y quieres que ahora tenga piedaddeti?¿Lahastenidotúalgunavezdemí…odealguien?Milvecesteaconsejéquenohicieras dañoalosquenopodíandefenderse…quenolesrobarasoexplotaras… Susojoslanzaronchispas. —Pero tú eras demasiado fuerte, demasiado poderoso para dejar de tratar a la gente como si fueranhormigasquesepuedenaplastarsinprestarleslamenoratención. —Voyadevolverlotodo. —Noesbastante,Fritz…¿PodríasdevolverlavidadeBrunoSleiter,ladesumujer…oladela jovenAnnaZumwerg? —¡Calla,bruja! —Esoesloquemehasestadollamandotodosestosaños:bruja,sucia,puerca,estropajosa…mi cuerpo,quetúmismohasestropeado,tedabaasco,ypreferíaseldeesasfurciasconlasquesalías… estabastanpagadodetimismo,quellegasteacreerqueerasirresistible.Poreso,cuandolapequeña Annateenvióapaseo…lehicistetodoeldañoquepudiste,arruinastealviejoboticario,supadreque murió de pena, arremetiendo luego con la viuda de Sleiter, porque la buena mujer había tenido la valentíadeacogeraAnnaensucasa. —Mearrepientodeveras. —Esdemasiadotarde,Fritz…Konradnolohabráolvidado…yvendráabuscarte… —¡No! —Sí…vendráytematará…yyo,sipuedo,estarédelante,paravercómosufres…ysifueramás joven,máshermosa…meentregaríaaélantetuspropiasnarices,antesdequetearranquelapiela tiras… *** —Himmelgott! Le echó las manos al cuello, besándole en la boca, en los ojos… Los suyos, los de Erika, chispeabancomounacopadechampán. —Cariño…¡eresformidable!¿Cómohaspodidoocultartodoloquellevasdentro? Élsonrió. Tambiénsesentíainmensamentefeliz.Habíaconocido,enlosbrazosdeErika,unplacerqueno recordabaya. —Hacíamuchotiempoquenoamabasaunamujer,¿verdad? —Sí. —No,noquierohacertedaño,Konrad,cariño…nodeseoremoverentusrecuerdos,perohasde saber que respeto todo lo tuyo… ¿de veras que no tocaste a ninguna mujer desde que la tuya cayó enferma? —Asíes. —¡Eres maravilloso! Y yo que creí que eras como Paul, como todos los que vienen aquí… ¿puedodecirtealgo? —Desdeluego. —Tienesquecreerme…¿meloprometes? —Teloprometo. —Bien… yo no soy más que una pobre prostituta… una mujer que tiene que acostarse con cualquiera…aunque,yesoescierto,enestacasapodemosescoger,loqueyaesunasuerte… —¿Porquéestásintentandohacertedaño? —No,noeseso…loquequierodecirte,aunqueyadebessaberlo,esqueunamujerdemiclase noexperimentanada…apesardequesimulegozar… —Loimagino. —Contigohasidodistinto,Konrad…puedescreerme.Porprimeravezenmivida,mehesentido distinta… ya sé que puede parecerte una tontería, pero así ha sido. Más aún… ni siquiera aquella noche,conPaul,experimentéalgoparecido…aquellafue,másqueotracosa,lasatisfaccióndedar unalecciónaeseestúpidodeWalter… —Comprendo. —¿Mecrees? —Sí. Ellalanzóunsuspiró. —Noestoymuyseguradequemecreas…peronoimporta.Porquevasacreerme…aunqueme tomesporunaloca. —Noteentiendo. —Esmuysencillo:novolveréaacostarmeconningúnhombre…anoserqueseacontigo… —¡Deverasquehasperdidolachaveta! —Tómalo como quieras… Hoy mismo, voy a despedirme de Madame… tengo unos pocos ahorros,cogeréunpisitoenlaciudad…mepondréatrabajar…yteesperaré,Konrad… Sleitermoviólacabezadeunladoparaotro. —Todoestoesunalocura,Erika. —Puedeser.Paramí,eslalocuramáshermosaquehapodidoocurrirme…Yaséquenopuedo esperar que me ames, que me quieras… pero al menos, de vez en cuando, podrá ocurrirte que me desees…yyoestarésiempredispuesta,díaynoche,encualquiermomento… ElrostrodeSleiterseensombreció. —Acabodeenterraramiesposa,Erika… —Losé.Yatehedichoquerespetosumemoriatantocomotú…perotúsiguesvivo,Konrad…y estoy segura de que ella aprobaría lo que pienso hacer: dedicarme exclusivamente a ti… para siempre. —NopuedoprometertenadaErika…estoyconfuso,muyconfuso… —Noimporta…estoyseguradeque,tardeotempranovendrásamí… VI —¡Ya era hora! —exclamó Josef—. La verdad, amigos, es que creía que las SA empezaban a aburguesarse. —¡Nunca! —dijo Paul con los ojos brillantes—. Es ahora cuando vamos a empezar a llevar a cabonuestraqueridarevolución.¿NooísteanocheaRoehm? —Nomeperdíniunasolapalabra.Casiestuvoapuntodellorarderabia…¿Cómoesposibleque quieranhacerbaldíostodoslosesfuerzoshechosporlomejordelpuebloalemán? Krimmannesbozóunasonrisacargadadecinismo. —Siemprequeocurrelomismocamarada…losdearriba,asícomolosemboscadosytraidores, dejanqueseaelpuebloquienlessaquelascastañasdelfuego…luego,cuandolosdeabajo,consu sangre,hanconseguidoeltriunfo,losdesiempre,lospuercosdirigentes,tomanlasriendasdelpoder yobliganalosverdaderostriunfadoresaentregarlasarmas. —¡Pandilladecabrones! —En nuestro caso, Josef, la cosa está clara como el agua… Incluso puedes leerlo en Mein Kampf…Allíestáescrito,quelasfuerzasdelasSAseconvertirían,unavezconseguidoelPoder,en elembrióndelnuevoEjércitoalemán. »Deesaforma,seríaneliminadoslosseñoresdelalistarojaenlospantalones,losgeneralesy toda esa pandilla de mierda… los hijos de esa maldita casta que jamás amó ni se preocupó del pueblo… —Entiendo. —Porotraparte,Meister,estáelgrancapital…esoscerdosquehanengordadoconlasangrede lossoldados,fabricandocañonesparaunaguerraquesoloibaabeneficiarlesaellos… »TambiénsenosprometíaenelMeinKampfunaprofundarevoluciónsocial,socialista,comoel nombre de nuestro Partido, pero dentro de los límites de la nación germana… por eso se llama nacionalsocialista… —Escierto. —Faltaalgoparaexplicarelsentidodelassiglasdenuestropartido…que,nohayquedecírtelo, sellamaexactamenteNationalSozialisteDeustcheArbeitPartei… NSDAP …perolapalabra«Arbeit» parece como si nada significase entre las demás letras… y bien significa «Trabajo», luego trabajadores,luegogentedelpueblo…¿teenteras? —Desdeluego. —Dos palabras de esas siglas: «Sozialiste» y «Arbeit» han sido escamoteadas, al menos ideológicamente… y de ahí que los capitostes capitalistas, los grandes capitanes de empresa, presentanahorasufactura… —«¡Altoahí,Canciller!—ledicenalFührer—.Tehemosayudadoeconómicamente;ahorallega tu turno de cumplir el compromiso… nada de chusma en el poder ni en las fuerzas armadas… queremosunaAlemaniaseria,apoyadaenlaburguesía,conclasessocialesbiendefinidas…laplebe, ¡a su sitio de siempre! A trabajar y a callar… ahora que les hemos dado una nueva Alemania, barriendodelsuelopatrioalosrojosyrevolucionarios,¡nadadehuelgasniprotestas!Lagentuzade abajo tiene que trabajar sin rechistar… y los que no trabajen en nuestras empresas, que entre en la Reichwehr para que sirvan de carne de cañón, ya que ahora vamos a fabricarlos más grandes y gordosquenunca…». Josefsonrió. —¡Tienesunamaneradedecirlascosas,Paul! —¿Acasonoesciertoloquedigo? —Desdeluegoquesí…sigue… —Porotrolado,estánlosmilitares…«¡Oiga,señorCanciller!—ledicenalFührer—.Nosotros hemosmantenidolallamadelafuerzagermanaentodosestosañosturbios…losCuerposFrancos, inclusodespuésdelaguerra,hanseguidoluchandomientraspudieronparamantenerenaltoelhonor delEjércitogermano… »Durante ese desdichado aborto que fue la República de Weimar, continúan diciendo los generales, hemos mantenido el orden, luchando contra la revolución roja, aplastando implacablementetodoslosintentosdeloscomunistas…Ahora,señorCanciller,tieneustedquepagar lacuenta… »Deseamos seguir mandando en las Fuerzas Armadas, gozar de la importancia de ese nuevo EjércitoqueseproponeustedformarapartirdelaReichwehr,yquesellamaráWehrmacht… »Espero,desdeluego,ningúnindividuodelaplebe,delosquevistencamisaparda,tendrácabida, anoserdesoldadoraso,ennuestrasfilas…». Josef,sonriendo,moviólacabezadeunladoparaotro. —¡Nonosquierenadie,Paul!SomoslaCenicientadelReich… —¡Una mierda! Somos los que los tenemos mejor puestos… y vamos a demostrarlo, donde y cuandoquieran…Notenemosmiedo,Meister…hemosestadopartiéndonoslajetatodoestetiempo, y sabemos manejar las armas… Roehm, que tiene mucha vista, nos ha organizado como una gran unidadmilitar,encompañías,batallones,regimientosydivisiones…tenemosunmontóndearmas… yestamosdispuestosaemplearlas… —Comodentrodeunpardehoras,¿verdad? —Esoesdistinto.AplastaralospocosrojosquequedanenMunich,esunasimpleoperaciónde limpieza… —¿CumplistelasórdenesdeSleiter? —Alpiedelaletra.Loscamiones,connuestrosmuchachos,hancercadoelbarriodelosrojos… Nadiesaleyadeallí… —¿Aquéhoravamosairporellos? —A las diez y media… nos llevará poco tiempo… No temas amigo, podrás ir a dormir temprano… —¿Ytú? —Yoyatengounachicaenperspectiva…unamorenahermosa,hijademisastre…unamuchacha tanardiente,quesilemeteslamanodebajodelafalda,tequemaslosdedos… —Lasbuscasdeclaseextra—rióMeister. —Escierto…ynoespormodestia,peromeheconvertidoenunespecialista… —¿DóndetedijoKonradquedebíamosirabuscarle? —EnlaesquinadeSilesiastrasse… —¿Esallídondehacogidoellaelpiso? —Sí. —Sakrement!NuncahubiesepensadoquenuestroqueridoSleiter,elhombrepuroydeprincipios, seacoquinaseconunagolfa. —¡Cuidado,Josef!Noseteocurrahablarasídelantedeél…teharíapedazos…Además,tienes queacostumbrartearespetarloquelosdemáshacen…cuandoseenteródelotuyo… LosojosdeMeisterlanzaronbrevesreflejoscoléricos. —¡NocomparesaRupertconesa…! —¡Cierraelpico,mierda!Noseasidiota…NadiecriticaloquehacenconKoppen…allátú…en las SA, somos hombres sin prejuicios burgueses… si Sleiter se ha encaprichado de una prostituta, recuerda que fue él, directa o indirectamente, quien la lanzó a esa vida… además, ¿qué carajo nos importaloquehagaKonrad? —Estabien… —Vamosabuscarle.Deningunamanera,estoyseguro,quequerríaperderseesamiseamorí. —¿Quéeseso? —Lahoradematar,lahoradelaverdad…esasícomolosespañolesllamanalmomentoenque eltorodebemorir…yesetorotieneunnombre:WalterOberfein… *** —Tequiero,Erika… Ellaseechóareír,altiempoquemirabaalhombre,asuhombre,mientrasestesevestíajuntoal lechodeshecho. —Nodigaseso,cariño…mehacesdaño. —¿Porqué? —Porquecreoqueconfundeselplacerqueteproporciono…conalgomuydistinto,comoesel amor… —¿Mecreesincapazdeamar? —¡Oh,no,nadadeeso!¿Cómopodríayopensaralgoasí?Teconozcolosuficienteparasaber que tienes un corazón maravilloso… pero no me hago ilusiones… es imposible, por el momento, quetesientasatraídohaciaalgoquenoseamicuerpo,estecuerpo… —¿Quétienesquedecirdeesecuerpodediosa? —Porfavor,Konrad…mehacesdaño,sinquererlo…¿creesacasoquepuedoolvidartodaslas suciasmanosquehantocadoestecuerpo? —Debesolvidartedetodoeso. —Nopuedo… Serio,aunqueunaextrañasonrisaflotabaensuslabios,Sleiterseacercóallecho,arrodillándose juntoalamujer. —Voy a demostrarte que yo lo he olvidado… y eso es lo importante… para mí, amor mío, es comosifuerastanlimpiacomolanieve… Pusolasmanosenlasrodillasdeella,obligándolaaabrirsedepiernas. —Eres mía… y solo me has pertenecido a mí… ningún otro te ha tocado jamás… métete esto bienenlacabeza,Erika… —Pero… —¡Calla!Quierodemostrartequeteconsiderolamáspuraymaravillosadelasmujeres…lamás hermosaybuenadetodas… Seinclinósindejardesujetarlasrodillas.Ylabesóenelsexo. *** Acompañado por su inseparable Rademann, Kilian Lörzert salió de la Cancillería, subiendo velozmentealimponenteMercedesqueleesperabajuntoalaescalinata. —¡VolveremosaLichterfelde!—ordenóalchófer. Lichterfelde Barraks era el normal acuartelamiento de las fuerzas SS que formaban la Leibstandarte«AdolfHitler»,laguardiapretorianadelnuevoCancillerdelReich. LoshombresqueutilizabanlaCancillería,losqueacompañabanalFührerentodomomento,los que guardaban celosamente la vida de Hitler, todos ellos pertenecían a la Leibstandarte, fuerza armadadesarrolladaapartirdelosochoSSqueHitlertuvocomoguardaespaldasenlosyalejanos díasdeMunich. —¿Tehasdadocuenta?—inquirióKilianencendiendonerviosamenteuncigarrillo. —Sí—repusoHeinz—.¡Verdaderamentevergonzoso! —El diplomático británico no quiere saber nada… Esos cerdos de las SA están dificultando la políticaexteriordelReich. —Desdeluego. —Tenemos que tranquilizar al extranjero… en estos momentos que tanto necesitamos para procederalrearme,paravolveraserfuertes,paraposeerunEjércitodignodeesenombre…Poreso semultiplicanlasconsultasconotrospaíses…Inglaterra,Polonia,Bulgaria… —ElFührerestabafurioso. —¿Ycómonoibaaestarlo?LosinglesesdeseanunaEuropatranquila,congobiernosestablesy fuertes… y esas malditas SA, que no hacen más que cometer barbaridades por todas partes, dan al paíseltristeaspectodeunanaciónenlaqueunanuevarevoluciónvaaestallardeunmomentoaotro. —Escierto. —¡Maldita sea! También es casualidad que cuando el plenipotenciario británico iba a la Cancillería,tropezaseconunadeesasmanifestacionesmonstruodeloscamisaspardas… —Lashaycasicadadía. —Pero esto tiene que acabar, Heinz… Hemos llegado al poder, y tenemos que dar al mundo el rostro de una país unificado, sin disensiones internas… unido bajo el providencial mandato del Führer. —YonosécómoelFührertienetantapaciencia… —LedueletenerquetomarmedidasdrásticascontralasSA…despuésdetodo,estosidiotashan luchadoanuestroladodesdeelprincipio… —LaculpalatieneRoehm… —¡Esemariquitaconlacarallenadecicatrices!—rugióKilian—.Elmuyidiotasehaempeñado enseguirenMunich,envezdevenir,comoseríasudeber,atrabajarenBerlínalladodeHitler,quien lehabrindadogenerosamenteunpuesto… —Roehmquieremás. —Desdeluego…damiedodecirlo,perolosdeseosdeeseambiciosoestánclaroscomoelagua, almenosparamí:quiereocuparelpuestodelFührer…nimásnimenos. —Losmilitaresestánquearden. —Yalohasvisto…Blomberg,elministrodelaguerra,estabapálidocomounmuerto…perose hamantenidofirmeydecompletoacuerdoconHitler…jamáspermitiráelEjércitoquelasSAentren enélconsuscuadrosactuales… —¡Esunalocura! —Desdeluego.AlgunosdelosgeneralesqueRoehmhanombradonosabennidóndetienenla mano derecha… son gentuza. Como muchos de las SA… en la que han entrado no pocos antiguos miembrosdelRotFront,comunistashastalamédula. —Queesperanquesearmejaleoparaarrimarlasardinaasuascua,¿verdad? —Asíes,Heinz…peroestotienequearreglarse…Tenemosqueestarpreparados…porqueestoy segurodequeelFührervaapedirnos,ysintardarmucho,quesalvemos,unavezmásalReich. —¡Ojalá sea mañana mismo! Oiga, ¿cómo se llama ese ministro inglés que acaba de visitar al Führer? —AnthonyEdén. VII Muchaspuertas,casitodas,seabrieronsindificultad;lasotras,fueronlasculatasdelosfusiles, golpeandosalvajementeenlamadera,quienesobligaronaqueseabrieran,derribándoseaquellasde lascasascuyosocupantestardaronunpocoencontestaralosgolpesdelasarmasdelosSA. Loscamisaspardasseextendieroncomounamanchadeaceiteporlascallesyplazasdelbarrio obreroenelqueaúnvivían,ensilencio,escondidososaliendoapenas,losúltimosmiembrosdelPC deAlemania,loshombresdelRotFront,cuyosjefesnacionales,talescomoRosaLuxemburgyKarl Liebknecht, pensadores y revolucionarios, habían sido asesinados en 1919, en los tiempos de la revoluciónespartaquista. A culatazo limpio, los últimos comunistas fueron conducidos hasta los camiones, que luego se detuvieron,trasatravesarlaciudad,enelpatiodelaCasaParda. AllíesperabaKonradSleiter. Cuandolosprisionerosfueronempujadoshastaunadelastapias,rodeadosporloshombresde lasSA,armaenmano,elSturmbannführerSleiter,alquesehabíanunidoPaulyJosef,seacercóa ellos,deteniéndoseexactamenteanteWalterOberfein. —Tepredijequetellegaríalahora,cerdocomunista—ledijo. Sinpestañear,Waltermirófijamenteasuenemigo. —Tambiéntellegarálatuya,Sleiter…yantesdeloqueteimaginas. —Nuncatemíalamuerte,Walter.Pero,porelmomento,erestúquienvaairsedirectamenteal infierno. —Allíestaréesperándote. Sleitersonrió. —Nocreoquevayamosalmismositio,Oberfein.Losrojossegúntengoentendido,vanaparara unparaísoqueStalinleshapreparado… —Puedesreírte…sicreesquevasaatemorizarme. —Puedo. —¡Pruébalo! Konradapretólosdientes.Nolegustabaenabsolutoaqueltonodefrancoretoenloslabiosdel comunista. Especialmente ante sus hombres, que estaban pendientes de él, molesto al ver que el prisionerodesafiabaabiertamenteasujefe. —Nometientes… Creyó Walter que aquello era una muestra de la debilidad del nazi. Como todo el mundo en Munich,conocíaeltipoderelacionesqueuníanasuantiguanoviaconelcomandantedelasSA. —Lo único que te faltaba, asqueroso nazi… —dijo sin bajar los ojos—, era unirte a una zorra comoErika…unaasquerosaputaqueestáhartadesatisfacerloscaprichosdecientosdeclientes… Sehizounsilenciotremendo. Incluso los compañeros de Walter, que comprendieron que las palabras de su camarada podían torcereldestinodeunascuantasbalas,conelquetodoscontabanenunamuerterápida,mirarona Oberfeinconodioydesprecio. Konrad, que era presa de una cólera terrible, tuvo la suficiente presencia de ánimo como para percatarsedeloqueaquellasmiradasqueríandecir. Ysonrió. SeparandolosojosdeOberfein,sedirigióalosotrosdetenidos. —Sé lo que estáis pensando —les dijo—. Y también sé que esperabais que todo iba a terminar ante un pelotón de ejecución… esa era mi idea… pero este puerco se ha atrevido a pronunciar palabrasquenopuedopermitir… Hizounacortapausa,comprobandoconplacerquelosotroscomunistasleescuchabanconuna granatención. —Lalocuradeestepuercovaacaersobrevosotros,amenosquehagáisloqueosordene…yes esto: si matáis a Walter a palos, os fusilaremos lo más rápidamente posible… si os negáis, mis hombres os matarán a palos a todos… y ya podéis imaginaros lo que se sufre antes de estirar la pata… —¡Nolehagáiscaso,camaradas!—gritóWalter,quehabíapalidecido—.¡Muramoscomodignos comunistas,sinimportarnoscómolohaganestoscerdosfascistas! —Esperovuestrarespuesta. La leía ya en los ojos de los prisioneros, y sonrió antes de que uno de ellos diese un paso al frente. —Queremosmorirfusilados… —Bien…¡Krimmann! —¡Alaorden,herrSturmbannführer! —Hazqueentreguenpalosaestoshombres. —Bien. —Formaduncírculoasualrededor…ysinopeganfuerte,comoesdebido,lesarrancaremoslos palosyloharemosnosotros. Entregaronsendosgarrotesalosdetenidos.Pálidocomounmuerto,Walterretrocedióhastaque latapialedetuvo. —¡No,camaradas!Estáishaciendoeljuegoalosnazis…Noquieromorirdelasmanosdelos quehanluchadoamilado… —¡Calla, idiota! —gruñó uno de ellos—. Todo esto es por tu culpa… si hubieras cerrado el pico… —¡No! Selanzaronhaciaél. Oberfeingritólargotiempo,comounhombrealqueleestuviesenarrancandolapielatiras.Pero lafuerzadesusgritosfuedisminuyendo,pasandoaserlamentos,luegoquejidos,alfinalgruñidos incoherentes…luegosilencio: Sleiteraullóentoncesunaorden: —¡Armen! Sonaronloscerrojosdelasarmas:casienseguida,lavozdeKonradsonócomountrallazo. —Feuer! Vomitaron plomo las armas. Acribillados a balazos, los detenidos se desplomaron, cayendo algunossobreelcuerpodestrozadodeWalterOberfein. *** Apoyadaenelquiciodelaventana,mirandosinverelgrisdelamanecer,lamujerdejabaquelas lágrimascorrieranlibrementeporsusmejillaspálidas. Hacía una hora larga que el teléfono la había sacado de la cama, y que alguien le había comunicadoqueloscomunistashabíansidofusiladosenelpatiodelaCasaParda. Lamujermirabaalacalledesiertaalaquedabanlasventanasdesueleganteapartamento. Sentía rabia de que Walter no hubiese escuchado sus consejos, pero, al mismo tiempo, las imágenesdeunlejanopasadodesfilabanantesusojoshúmedos. Seveía,teniendoapenascuatroaños,delamanodesuhermano,yendoalcolegio,orgullosade sentirse protegida, mirando de reojo al muchacho al que todos temían ya, mucho antes de que se colocaraporprimeravez,enlasolapa,laestrellarojaconelmartilloylahoz. Ellahabíadejadolacasapocodespuésdelaguerra,perotuvoocasióndevolveraveraWalter, conununiformedesoldado. Y dependió de él, en aquellos tiempos de miseria y de hambre, sabiendo que trabajaba catorce horasdiariasparaquenadafaltaseenlacasa. Sehabíanqueridointensamente,aunqueellanocompartieraenabsolutolasideasdeWalter.Klara eraunamujertremendamenterealistaquesabíaloquequería. Había sufrido demasiado para no aspirar a una vida cómoda, en la que nada le faltase, sin importarleunbledolosmediosquehubieradeutilizarparaconseguirsupropósito. Ylohabíalogrado. Mucho mejor de lo que ella misma había imaginado. Poder y riqueza cayeron en sus manos, y ahorapodíavanagloriarse,sinexageraciónalguna,deposeerunaposiciónenvidiable. —Walter… Su hermano estaba muerto, detenido por unas ideas absurdas que ella no comprendió ni compartiójamás;peroelcadáverdelpatiodelaCasaPardaeraeldelhombreporcuyasvenashabía corridosupropiasangre. YtodoporculpadeSleiter. TambiénsabíaqueKonradestabaviviendoconaquellamujeruca,conaquellafurciaenlaquesu hermanocometióelerrordecolocarsuconfianza…ysuamor. Sesecólosojosconrabia. Su proyecto, simple al principio, era ahora doble. Porque doble era el objetivo que se había propuesto. Y la experiencia le decía que antes de desaparecer, Sleiter debía sufrir como ella estaba sufriendo. Seseparódelaventana,encendióuncigarrilloysedirigióhacialaelegantealcoba. Unacruelsonrisasedibujabaensushermososytrémuloslabios. *** —HayqueiraBerlín… Paulsonrió. —¿Conquémotivoestavez? —Eldesiempre. Meisterlanzóunbufido. —¿Otra vez? —se quejó—. ¿Es que no desfilamos bastante en esta jodida ciudad? ¡Ni que fuésemoscoristas! UnasonrisadivertidaaparecióenlabocadeSleiter. —Tecomprendoperfectamente,Josef.Porquesinotecomprendiera,pensaríamaldeti… —¿Quéquieresdecir? —Quemediríaqueestásperdiendolafeenlavictoria. —¡Menudagilipollez! —Losé,losé…noteaprovechesahorademibuenafealconfesarmierror… —Bueno, bueno… —intervino Paul—. Vayamos al grano: por lo visto, quieren que desfilemos unavezmásporBerlín,¿no? —Esoes. —Amímevadeperlas.HayenunacasadeMoabib,unapelirrojaquemetienesorbidoelseso… —Tusasuntosdefaldasnonosimportan—dijoKonrad—.Salimosmañana,enuntrenespecial… Haremoselprimerdesfile,eldomingoporlamañana…yporlatarde,asistiremosaunmitinenel quehablaráeljefe. —Seestáhinchando,nuestroqueridoErnst…hace,porlomenos,dosdiscursosporsemana… —Tiene que hacerlo —dijo Konrad—. Nos estamos preparando, camaradas. En cualquier momento,puedellegarnoslaordendepasaralaacción… Su rostro se había ensombrecido, al tiempo que sus ojos se alimentaban del fuego que, en aquellosmomentos,leestabaconsumiendopordentro. —Tenemosinstruccionesconcretasparaobrarenelmomentooportuno.Nosapoderaremos,en cada ciudad, de los centros vitales, paralizando al mismo tiempo la contrarreacción de nuestros adversarios. »EncuantocontrolemoslossistemasvitalesdelPaís,Roehmsedirigiráalanación,explicándole losmotivosdeestarevoluciónquelosotrosnodeseabanhacer. »LasSAseránlaúnicafuerzaarmadadeAlemania,ydesuscuadrossaldránlosfuturosgenerales quenostraeránlagloriadelasbatallasdelfuturo. —¡Hablascomounpolítico!—semaravillóMeister. —¡Tienesunpicodeoro!—sonrióPaul. —No lo toméis a broma —insistió Sleiter—. Y no olvidéis que en estos momentos cruciales, vamosajugarnoseldestinodeAlemania…acaraocruz. *** —Sonsolodiezdías,amormío… Erikalanzóunsuspiro. —Losé…pero¿quéquieresquehaga?Tengomiedo,Konrad… —¿Dequé? —Lascartas… Seseparódeellabruscamente,despegandosucuerpodesnudodeldelamujer.Unbrillodecólera sehabíaencendidoensusojos. —¡Noquieroquevuelvasalacasadeesabruja,Erika!¡Teloprohíbo!Sakrement! Sé que eres unamujerinteligente…entonces,¿porquédiabloscreesenesastonterías? Ella bajó la cabeza, confusa y desdichada; pero, interiormente, seguía viendo la escena, en el minúsculocomedordeFrauWöller,conlamesacamillaylalámparaquecolgabadeltecho. Las manos sarmentosas de la echadora de cartas habían movido los naipes con una agilidad extraordinaria,ylascuriosasfigurasdelTarotfueronabriéndoseenabanicoantelostemerososojos desucliente. —Elhombrealqueamasvaaemprenderuncaminollenodepeligros… Erikacontuvoelaliento. —Veounanocheterrible…conbrillosdeacero…comoestrellasdemuerte… —¡Oh! —De todos modos, creo que hay aquí una carta con mucha fortuna… un hombre, al que conoceráspronto,puedeserelúnicoquesalvealqueamas… —¿Unhombre?—inquirióErikaenarcandoelceño—.Noveoaninguno,FrauWöller…Ahora no,desdequedejémitrabajo…nosalgodecasa…ysoloveoa… —Esehombrevendráatucasa. —¿Eh? —Lodicenlascartas,niña…Eldestinolellevaráatucasa…élteconoce…ytedesea… —¡No! —Espera…eseeselmontóndetuvoluntad,loquepuedesonohacer…sacacuatrocartas…pero novuelvasmásquelanúmerocuatro…¡espera! LamanotemblorosadeErikasedetuvojuntoalmazodenaipes. —Espera… deseo concentrarme… Vas a colocar la cuarta carta, boca arriba, encima de ese montónquesignificaloqueelfuturopuedehacer,sitúasílodeseas… Laviejalanzóuncortosuspiro. —Piensa, querida, que el sacrificio que se te pide no es grande ya que nadie atentará contra el granamorquesientesporelhombreconelqueahoravives.Seráunrato…ynadiehadesaberlo quepasaentreesehombreytú… —Pero… —el tono de la voz de la joven se había hecho desgarrador—, ¡no puedo hacerlo! ¡Compréndalo,meineFrau!Mehabíajurado,queningúnotrohombremevolveríaatocarjamás… —¿Nohahabidootros…antes? —Sí.Hubomuchos,peroningunodeellosdejóhuellaenmí,niconsiguiómancharme… —¿Acasovaamancharteeste?Piensaquevaaserelinstrumentoqueevitelopeoralhombrepor elquesuspiras… LoslabiosdeErikatemblaban,peronoprofirióningunapalabramás. —Anda…cogelacuartacarta…yverás,pequeña,comonomeequivoco… Erikaobedeció. Dejólastrescartas,unasobreotra,sinvolverlas.Conlacuartaenlamano,alzóunamiradatriste haciaelrostroarrugadodelavieja. —¿Quédiráestacarta? —Ya te lo expliqué antes, niña… será el destino de lo que más amas, si te niegas a seguir los mandatosqueteimponeeldestinoparasalvarlo. —Bien… Giróelnaipe,ylosoltó,comosiquemase. EralacartadelTarotquerepresentalaMuerte. VIII —¿Contenta,mipequeñapelirroja? —¡Desdeluego!Ereselamantemásmaravillosoqueheconocido… —¡Embustera! —Tejuroque… Paul se sentó en la cama, extendiendo el brazo para coger el paquete de cigarrillos que había dejadosobrelamesilla. —¡Puñeterahipócrita!—gruñó,altiempoqueencendíaelpitillo. Ellaabriódesmesuradamentelosojos. —Puedescreerme,Paul…teestoydiciendolaverdad.Desdequevinisteavermeporvezprimera, mehesentidoatraídahaciati…ysitúquisieras… —¡Alto!Yonoquieronada…loúnicoquedigoesquesimeencuentrasextraordinario,¿porqué lechemehacespagarcomoalosdemás? —Noseasasí,cariño…yonotehagopagar…esMadamelaquecobraabajo,antesdequesubas amicuarto…Yonodeseomásquetucariño…ylapruebaesquenuncatehepedidonada… —¿Másaúndeloquemesacaesabrujadeabajo? —Tú sabes muy bien que la mayor parte de los clientes nos dan una propina, si quedan satisfechos… —¡Yonoquedosatisfechonunca! —Nodigaseso…ereselúnicoalquehepermitidohacerelamordosvecesseguidas…conla mismatarifa…¡Quémaloeres! —¡Déjatedetonterías!Megustasunmontón…ymepasaríalanochecontigo…siesaMadame queeldiablosellevefueramásrazonable…¡osestáisvolviendomuycaras,amiguitas! —Yoloharíagratiscontigo,sitúquisieras… Krimmannlelanzóunamiradaaguda. —¿Hablasdeverás? —Sí. —Entonces —dijo Paul colocando el cigarrillo en el cenicero—, ¿a qué mierda estamos esperando?¡Venamisbrazos,Bruhilda! —No —dijo ella retrocediendo al otro extremo de la cama—. Ahora no, cariño… Madame controla el tiempo de cada cliente… y tendría que ser yo quien pagase, si nos quedásemos un rato más… —¿Entonces? —Venluego,amicasa…hoynohagoningunadormida.Madamelosabe.Tresvecesalasemana, procuramosacabarantesdemedianoche…vaporturnos… —Noentiendo…entonces,siyoestuviesedispuestoagastarmemáspasta…¿nopasaríaselresto delanocheconmigo? —No,nopodría…somosdiezchicasenlacasa… —Losé. —Hoy es el turno de cinco de ellas, entre las que me encuentro… Hacia medianoche, me cambio…ymevoyacasa…estenoesunburdelenelquelaschicasvivan…además,yasabesque lasautoridadessehanpuestomuyseriasconnosotras… —Deacuerdo,deacuerdo…nomecuentestuvida…Resumiendo…¿dicesquemerecibiríasen tucasa? —Sí. —Y…¿cuántomecostaríaelhospedaje? Selanzósobreél,conafándeclavarlelasuñasenelrostro. —¡Suciopuerco!¡Erescomotodos!Nopuedeunaentregarsucorazónaningúnhombre…¡todos soniguales! Paulsujetóconfacilidadlasmuñecasdelamujer. —Calma,calma,Bruhilda…estabahablandoenbroma…notepongascomounafiera… Ellabajólacabeza,empezandoasollozarsilenciosamente. —Vamos,vamospequeña—dijoelhombre,atrayéndolahaciaél. Lebesóloscabellosrojos,obligándolaluegoaalzarlacara,parabesardulcementeelhúmedoy brillantecaminoquelaslágrimashabíandibujadoensusmejillas. —Iréaverte,cariño…deverasquelodeseo…ynomehagascaso.Yasabesquesoyunpoco guasón… Ellaasintióconlacabeza,altiempoqueunasonrisasedibujabaensusbienformadoslabios. —Sitúquisieras,Paul…estoyhartadetodoesto… —Ya hablaremos de eso, querida —dijo Krimmann sin comprometerse—. Cálmate ahora, por favor…ydime,antesdequemevaya,dóndepodemosencontrarnos… —Teesperaréenmicasa…vivoenel76delaKolonstrasse,cercadelaestación…eseltercer piso…nohaymásqueunapuertaencadarellano… —Bien. Saltódelacama,empezandoavestirse. —Eresunachicaestupenda—dijomientrasseponíalasaltasbotas—.Voyapensarseriamenteen loquemehasdicho… Ella,desnuda,sentadaaúnenellecho,lelanzóunamiradallenadeagradecimiento. —¿Deveras,Paul? —Deveras. Se volvió hacia el espejo del armario, mientras se abrochaba el cinturón. Y no se sorprendió comprobarqueestabasonriendo. ¿Acoquinarse él con una vulgar furcia? ¡No estaba tan loco como Sleiter! Nunca había sido un romántico…sinounhombreprácticoyrealista. Pero, por ahora, no iba a dejar pasar la oportunidad que la estupidez de aquella pelirroja le brindaba.Todalanocheypartedelamañanaconella,yaquenoteníaqueunirseaKonradyJosef hastalascuatrodelatarde. Unanochedeplacer,enlosbrazosdeunamujerhermosa…¡ycompletamentegratis! ¿Quémáspodíapedir? *** Konradsellevóaloslabioseljarrodecerveza.ComosiestuvieseenMunich.Losotrosbebían aguardiente,yalgunodeellos,losmásrefinados,coñacfrancés. Pero él estaba unido a su tierra, a la cerveza que se bebe en jarras enormes, y lo único que le faltabaeraelambientedeunaqueridacerveceríamuniquesa,yelhablarfuertedelasgentesdelSur, susrisassonoras,susgritosestridentes,sucamaraderíaejemplaryruidosa. Detodosmodos,estabacontento.Mucho.Todoslosoradores,especialmentelosresponsablesde lasSAenlacapital,habíancoincididoenafirmarsudeseodeconvertirenrealidadelviejodeseode unarevolucióndeveras. Drummer,unodelosjefesdelaregióndeHamburgo,sehabíaexpresadoenvibrantestérminos. —Desde hace un montón de años —dijo— hemos sido los únicos que se han partido el pecho luchando contra la peste roja… Todos sabéis, camaradas, que no había entonces un solo SS en la regiónnienHamburgo.Estábamosnosotrosylosdelapolicía,perodeestosnohabíanadaocasi nada… »Nosotrossupimosganarnoslavoluntaddemuchosobrerosdelpuerto,delasindustriasdeKiel, gentesdelaclasemediaquevivíanenAltona…Atodoslesconvencimosquelaépocadelabusoydel hambreibaaterminar. »Y esas gentes, camaradas, nos creyeron. Porque, como nosotros, estaban hartos de vivir explotadosporloscapitalistasylosjudíos,hartosderecibirpalosdeunapolicíaalserviciodelos ricos,hartosdequeelEjércitonoseacordaradeellosmásquecuandoteníanquedarelpechoenel frente. Lesucedióunhombredeestaturagigantesca,llamadoLomerfein. —Yo vengo de Breslau, camaradas… Los de mi región seguimos luchando bastante tiempo, en losCuerposFrancos,contralospolacosylosrusosbolcheviques… »Nosotros,despuésdelarmisticio,vimosenquéestadoseencontrabanlospueblosylasciudades de la patria… Luego oímos hablar de algunos hombres que se esforzaban en levantar al país, en convertiralReichenalgogrande… »Hemos peleado, como muchos de vosotros, como todos, contra la fuerza ascendente de los rojos…yhemosvencido,atravésdelpaís,losconatosderebelión,comolosquenosharelatadoel camaradadeKiel… »Los del Rot Front estaban seguros de imponer la Revolución bolchevique en la hambrienta y desesperadaAlemania…contabanyaconlavictoria,yafuerzadesersincerosqueestuvieronbien cercadeella. »Muchoscamaradasmurieronporimpedirlo. »Peroesosamigos,esoshermanosnuestros,nodieronlavidaúnicamenteporborrardelsuelo patrio la peste bolchevique… murieron porque creían que íbamos a cumplir nuestra palabra, que íbamosaconvertiranuestraqueridaAlemaniaenunpaíssinabusosniprivilegios… »Murieronporqueestabansegurosdequelarevoluciónnacionalsocialistaseríaunhecho… Alzósuspoderososhombros. —Cada vez que pienso en ellos —continuó diciendo—, bajo la cabeza de vergüenza… porque algunosdeellos,camaradas,murieronenmisbrazos…yfueronmásdeunolosquemesonreían, diciéndomequemeenvidiabanporqueibaaconocerunanuevaAlemania… »¿EsestalanuevaAlemaniaqueellosteníanensusojosvidriosos? —¡¡¡NO!!!—gritaronciengargantas. —Esta Alemania nuestra de hoy apenas si se diferencia de la que deseábamos destruir… los TyssenylosKruppsiguenmanejandolasriendasdelaindustriapesada,exigiendomásymásalos obreros,porquehanayudadoalPartidoconsuasquerosodinero. »Muchos judíos han dejado el país, pero quedan muchísimos más. Es cierto que se les ha prohibidociertascosas…perosiguentrabajandoenlasombra…comoantes,enriqueciéndoseconla sangredelosbuenosyconfiadosalemanes. »Estamosbuscando,rogando…queespeor,elapoyodepaísesextranjerosquefueronsiempre nuestrosenemigos…esaeslaAlemania,camaradas,quepodemosofreceranuestrosmuertos… —¡¡¡NO!!! Elgiganteabriólosbrazos. —Noocurriráasí,camaradas…elpoderosoejércitodelasSAsepondráenmarcha…ybarrerá implacablementetodalabasuraqueaúnquedasobrenuestrosagradosuelogermano. Se pusieron en pie, enardecidos, los ojos brillantes como ascuas, los rostros rojos y congestionados.Juntos,convozvibrante,entonaronlaviejacancióndelasSeccionesdeAsalto: DieFalmehoch… Sí,asíhabíandesfiladomilveces,conlasbanderasenalto. SAmarschiertmitruhigfestenSchritt… Con el paso firme, haciendo temblar el asfalto de las calles, el adoquinado de las plazas, marchandoconcalmayserenidad. Karmraden;dieRotfrontundReaktionerschossen… Camaradas: el Frente Rojo y la reacción os amenazan. ¿Acaso no era cierto? Rojos y ricos, poderosos y bolcheviques habían intentado, cada uno por su lado, romper la armonía valiosa del Reich. MarschiernimgeistinunsernReihenmit… Peronoimporta:marchadenmasa,formandounbloque,unidosnosoloenelritmodevuestro pasofirme,sinoconelmismoespírituunaidénticadecisióndevictoriafinal… *** Lasmanosdelhombrerecorríanamorosamenteelcuerpodelamujertendidaasulado.Conlos ojoscerrados,ellasedejabaacariciar,aunqueelhombrenoparecíadespertareldeseoqueélsentía ya,morderlasentrañasdesucarne. Habíanhechoelamorunahoraantes,peroelhombreestabatanhambrientocomocuandoentró enlacasa,porqueaunquehabíaconseguidoloquedurantetantotiempodeseó,laentregadelamujer leparecíaahoraunsimpletentempié,comparadoconloquesuardientedeseoesperaba. —Hilma… Ellaabriólosojos,volviendolacabezaligeramentehaciaelhombre.Élsentadoenellecho,tan desnudocomoella,conlasmanosapoyadasenaquelcuerpodediosayconunaluzdeincontenible deseobrillandoenlohondodesuspupilas. —¿Sí? —Porfavor… UnasombradeirritadaimpacienciaatravesóelrostrodeHilma. —Yoyahecumplido,Erich…ahoratetocaati… —Yatehedichoqueestabapreparandoelasunto… —Esonoesbastante…meprometistehacerlolasemanapasada. —Pero… Ellavolvióacerrarlosojos. Había obrado con la mayor malicia del mundo, entregándose de manera torpe, rápida, dejando queelhombrealcanzaseelorgasmoporsímismo,sincontribuirenlomásmínimoaaumentarsu placer. ComosiErichleyeseloqueellaestabapensando,aunqueincapazdeinterpretarlocorrectamente: —Tehascomportadocomounaestatua,querida… —Puedeser. —Sinembargo,adivinotodoloqueerescapazdehacer…cuandoquieres… —Noteequivocas. —Entonces… Lasmanosdelhombresetornaronimpacientes,traduciendoeldeseocrecienteencariciascada vezmásíntimas. —Pierdes el tiempo, Erich… nosotras, las mujeres, tenemos una voluntad de hierro… no conseguirásniconmovermeniexcitarme. —Pero… —Como antes te dije, yo ya he cumplido… me prometiste buscar al hombre, y cuando lo conseguiste, me he entregado a ti… pero esto no es más que la primera parte de la promesa… el hombredeberíahabersepresentadoencasadeesamujer… —Ylohará. —Cuandolohaga,regresa,yconocerásloqueesunamujerardiente… Saltóéldellecho.Furioso,conelrostroenrojecido. —Sakrement! Eraunhombrealto,cercanoalatreintena,sólidamenteconstruido,conunrostroagradableenel queunacicatriz,queatravesabasumejillaizquierda,poníaunciertoacentosiniestro. —Mevasavolverloco… —Esoesjustamenteloquedeseo,Erich…volvertelocodeplacer…hacerdetielhombremás dichosodelmundo…cuandocumplastupromesa… —¡Será hoy mismo! ¡Ahora mismo! Voy a solucionar de una vez para siempre este jodido asunto…¡Verássicumploonomispromesas…!Perotú… —Tevolveréloco…—sonrióella—.Encuantomellamendiciéndomequeesehombreestáenla casadelamujer…vuelve…ymeverásconvertidaenunvolcándepasión… Él la miró intensamente. Había empezado a vestirse, poniéndose el uniforme negro de las SS, cuyaguerrerallevabalasinsigniasdeHauptsturmführer. —¿Esciertoquenohasvueltoahacerelamordesdequeenviudaste,Hilma? —Esverdad. —Entonces…noloentiendo…deberíasestaransiosa,locadedeseo…yenvezdeeso… Ellaseencogiódehombros. —Yatehedichoquelasmujeresposeemosunavoluntadmuyfuerte…además,cuandocumplas tupromesa,teconvertirás,amisojos,enelhombrequelomerecetodo…ypodrédesahogareste deseoquemequemapordentrodesdequeHansmurió… —Hacetresañosya,¿no? —Sí.Lomataronloscomunistas,enBremen…despuésdeundesfile… Erichsesentóparaponerselasbotas. —Leconocípersonalmente…eraunvaliente…yteníaunahermosacarrerapordelante…alos 26años,yaeraSturmbannführer. —Dejemoseso—dijoellaconunmohíndedisgusto—.Noquieropensarmásenello… Erichsepusoenpie. —Mevoy…—dijo—,perovolveré. —¿Cuándo? —Estamismanoche.Preparatupasión,Hilma… —Sabesquenopuedesengañarme…mellamaránporteléfonocuandoesehombre… —¡Ya lo sé! —Cortó él con una cierta irritación en la voz—. No temas nada, querida… te llamarán,porquevoyaobligarleair… —¿Noestabadispuestoahacerlo? Éllelanzóunamiradaagria. —Nadieestánuncadefinitivamentedispuestoamorir.¡Hastaluego! Abandonólaestancia,yoyó,instantesmástarde,elruidodelapuertadelacallealcerrarse. Encendióuncigarrillo,marcandoluegounnúmeroenelteléfonoquehabíasobrelamesillade noche. —¿Sí?—inquirióunavozlejana. —¿FrauWöller? —Sí…¿quiénesusted? —FrauWeistäter.Quisierapreguntarlealgunascosas… —Diga. —¿Havueltoavisitarla? —Sí, vino ayer… está extrañada de no haber recibido la visita… No quisiera que me malinterpretara,FrauWeistäter…peromeestáusteddejandomuymal…yoprometí… —Hoyiráesehombre. —Menosmal…todohabíasalidomuybien,talycomoustedquería…ellacreeapiejuntillaslo quelascartasdecían… —Descuide.Elhombrelavisitaráhoy…¿recibiómidinero? —Sí,esustedmuygenerosa,meineFrau… —Notieneimportancia.Llámemesiocurrieraalgo…¿entendido? —Jawolh! IX —¡Ah,erestú! Paulsonrió. —Tedijequevendría. —Teesperabaantes… —Estuvedandounavuelta,Bruhilda…además,mecostóunpocoencontrartucalle…¡diablos!, vivesenunlugarapartadodelaluz…nohayunpuñeterofarolenunkilómetroalaredonda… —Estánarreglandolacalle… Seechósobreella,cogiéndolaporlacinturaparaalzarlaenelaire. —Esonotieneimportancia,cariño…¡vamosalacama!Conesaluzquetienesenlosojos,¡ni puñeterafaltaquemehacenlosfaroles! Momentosdespués,enellecho,Krimmanndabariendasueltaasuardoramoroso.Lasolaideade queaquellaespléndidamujernoleestabacostandonadaaumentabasuplacer… Bajosucuerpo,eldeBruhildaondulabacomounmaragitado. —¡Bájatedelajaca,cerdo! Lavoz,altiempoqueseencendíalaluzdelcuarto,cortóelalientodePaul,quiensedejócaer haciaunlado,jurandoenvozbaja,convencidodequeaquellamujersehabíaolvidadodedecirleque suchuloteníaunallavedelcuarto. Peroenelfondo,sinvolverseaún,sonrióparasusadentros,segurodequeelchuloibaapasarlo muchopeordeloqueimaginaba. Cambiódeopiniónalveralostreshombresquehabíanpenetradoenlahabitación. Los tres vestían el uniforme negro de las SS, y el que estaba delante de ellos, dos simples Sturmann, llevaba los galones de Unterscharführer… y una pistola en la mano, mientras que sus acólitosempuñabansendasParabellum. —¿Qué broma es está? —inquirió Paul saltando del lecho, pero mucho menos tranquilo que momentosantes. UnasonrisacruelsepintóenloslabiosdelUnterscharführer: —Hascaídoenlatrampa,pedazodeidiota…situviesesdosdedosdefrentesabríasquenohay peorcepoqueelcoñodeunamujer. Paul se volvió hacia Bruhilda que había saltado de la cama por el lado opuesto, empezando a vestirseconciertaprecipitación. —¿Hashechoesto?—inquiriómirándolaconfijeza. Ellanodijonadaniseatrevióamirarle,continuandoabrochándoseelvestidoconunamanoque temblabaunpoco. —¡Zorra! —Cuidado con lo que dices, imbécil —le advirtió el SS—. Date prisa, Bruhilda… vuelve tranquilamenteatucasa…ynotemasnada…esteidiotanotevolveráamolestarnuncamás… Paulenarcólascejas: —¿Cómo?¿Noeraestatucasa? ElSSlanzóunacarcajada. —Estepisoesnuestro,cretino…aBruhildalaapreciamosdemasiadocomoparaponerleelsuyo hechounasco… Lamujersalió.Krimmann,creyendoquehabíallegadolahoradeacompañaralosSS,seacercó alasilladondehabíadejadosuropa. —¡Notoquesnadadeeso!—bramóelSSalzandoamenazadoramentelapistola—.Tepreferimos así,precioso…encueros…conesepingajoquetecuelgaentrelaspiernas… Alzandolosojos,Paulmiródirectayfijamentealhombre. —Acabemosdeunavez…¿quéqueréisdemí? —Notengastantaprisa,hermoso…ynonostomesportontos.DesdequehabéisllegadoaBerlín, pasancosasmuycuriosas… —Porejemplo,estamismatardealguienhaametralladoelcochedeGöering… —Yonosénada. —Lo supongo, encanto… ninguno de vosotros sabéis nada… solo que ya os atrevéis a atentar contra la vida de los hombres del gobierno… como lo haríais, si pudieses, contra el mismísimo Führer… —¡Estásloco!¿Nohemoscombatidojuntostodosestosaños? —¡Menoscuento!NadieignoraloqueesemaricóndeRoehmestábuscando…ponersealfrente delReich…¡menudajuerga!Siasíocurriera,todaslasmujeresalemanasseiríandelpaís… —Yosoytanhombrecomotú…omás… —Esoesloquevamosaver…despuésdetodo,noquisiéramoshacertemuchapupa…asíqueya sabes…siéntateenlacamaycuéntanostodoloquesepasdelaorganización… —Nosédequéhablas. —Noseastontito,encanto…paraqueveasquevenimospreparados…¡Schmeister! UnnuevoSSpenetróenlaestancia.Llevabaunpequeñosoldadordelosquesealimentancongas deciudad.Lagoma,quependíadelaparato,debíaestarenganchadaenelgrifodelgasdelacercana cocina. —Empezaremos por quemarte la planta de los pies —sonrió el Unterscharführer—. Luego subiremosporlaspiernas…hastachamuscarteunpocoloshuevos…unpoconadamás,yaqueestoy segurodequehablarásentoncescomounacotorra… Paulsemordióloslabios. —…amenos—dijoelSStrasunacortapausa—queempiecesahablarahoramismo… —¡Vetealinfierno! —Deacuerdo…yalehasoído,Schmeister.Enciendeelcacharro… Sonó el chasquido de un fósforo y, casi al mismo tiempo, el rugido de la llama que brotaba furiosamentedelabocadelsoldador. *** —Buenastardes… Erika miró al hombre. No era muy joven, debía frisar la cuarentena, pero su aspecto era agradable,sumiradaeradulce,aunquehabíaensurostrounnoséquéqueimpresionóoscuramentea lamujer. Ellasehizoaunlado,comprendiendoqueaquelhombreeraelqueellaesperaba,elquehabían anunciado los naipes de Frau Wöller, el hombre que el destino le enviaba para salvar la vida de Konrad. —Pase,porfavor… —Gracias. Penetraron en el saloncito, y ella le invitó a que se sentara en uno de los sillones confortables, ocupandoellaelbordedelsofá,loqueindicabaclaramentelatensiónquelaembargaba. Tampoco el hombre parecía tranquilo, y sus manos, de largos dedos, cuidados, se agitaban sin cesar,asícomolospárpados,coronadosporlargasynegraspestañas. —MellamoKlaus… —YosoyErika. —Yalosé… De nuevo el silencio. Erika deseaba formular una sola pregunta, para luego actuar en consonancia. Estaba deseando terminar de una vez para siempre, pagar el precio que el destino le imponíaparagarantizarlavidadelhombrealqueamaba. —Solodeseosaberunacosa… —Sí. —¿NadaleocurriráaSleiter? —Puedoprometérselo. Ellasepusoenpie,altiempoqueunasonrisafatalistaseencendíaensuslabios. —Vamos,entonces…hagaelfavordeseguirme… Bien. Pasaronalaalcoba.Ellanollevabaencimasmásqueunbatínquesequitóconungestodecidido, dejandoveralhombresuhermosocuerpo. —Desnúdese… —Pero… —¡Desnúdese!Cuantoantesterminemos,mejor… —Bien. Había algo extraño en aquella mansedumbre que el hombre manifestaba. Ella se tendió en el lecho,procurandonomirarasuvisitante,queseibadesnudandoconunadesesperanteparsimonia. Finalmente, desnudo ya, con las manos cubriéndose la intimidad de la entrepierna, el hombre ofrecíaunaspectolastimoso,muylejosdeloqueErikahabíasupuesto. —Vengaalacama… Sesentóenelborde,siguiendoofreciendounaspectodetremendatimidez.Aquelloexasperóala mujer,quesevolvióhaciaél,tendiéndolelosbrazos. —¡Venga, hombre! Si hay alguien a quien repugna lo que vamos a hacer, es a mí… démonos prisa…porfavor… Élretrocedió,abriendodesmesuradamentelosojos. —¡Nopuedo!Nopuedotocarla…nolodeseo… —¿Eh?—inquirióErikaabriendodesmesuradamentelosojos. —No puedo… de veras… diremos que lo hemos hecho… yo no le deseo mal alguno, señora, tampocoquieropecar.Nodeseodejarestemundoconelpesodeunhorriblepecado… —Pero¿quédiablosestádiciendo?Yocreíquemedeseaba… —¿Yo?¡Diosmeperdone!Tengounaesposaydoshijosalosqueadoro… Ellasepercatóenaquelprecisoinstantedelsignificadoexactodeloque,alverlopocoantes,le habíallamadolaatenciónenlaconfiguracióndesurostro. —¡Ustedesjudío! —Sí. —¡Mierda! ¿Qué significa todo este lío…? ¿Cómo es posible que un judío tenga poderes para librardelmalamiKonrad? —Yo no tengo poder alguno… vinieron a buscarme… y me dijeron que si no obedecía, mi familiamoriría…aunquetambiénmedijeronqueyodebíamorir…peroquenadamaloocurriríaa losmíos… Ellasellevólasmanosalaboca. —Himmelgott! —exclamó pálida como un muerto—. Ahora comprendo… todo ha sido una trampa…esabrujaadivinayechadoradecartasdebíaestarencombinacióncon…pero¿conquién? —Nolosé…perdóneme… —Nosepreocupe—dijoellaechandomanoalaparatotelefónicoquehabíaenlamesilla—.Voya llamaralasSA,todoestotienequeaclararse… Golpeólabasedelaparato. —Quéextraño…diríaquenohaylínea…¡Aprisa!Vistámonos…noseríabueno,niparaustedni paramí,quenosencontrasenaquíjuntos… Hizoademándelevantarse,perojustoenaquelmomentoseabriólapuertadegolpe. —¡Demasiadotarde,zorra! CuatroSSpenetraronentrombaenlaestancia. —No nos habían engañado —dijo el que parecía llevar la voz cantante, y cuyas hombreras se adornabanconlosgalonesdeRottenführer—.Eraverdadladenuncia:unaputayunjudío…juntos… —Lafurciaserátumadre…—empezóadecirairadamenteErika. DospasosbastaronalRottenführerparaacercarsealamujer;torcióelbrazohaciaelcuerpo,yla enguantada mano salió disparada chocando brutalmente con los labios de Erika, que se abrieron comofrutosmaduros. —Deténlalengua,ramera… Lasangrebrotabaabundantementedelabocadelamujer. —Mihombretematará…tendrásqueponertederodillasanteél…esunSturmbannführerdelas SA. —Tu hombre, como todos los SA, nos chupan el culo… Anda vístete, zorra… nos vamos… la Gestapotienequepreguntarteporquérecibesentucasaaunsuciojudío…cuandounariocienpor cientotedadecomer… —¡Esunatrampa!Yonotengoquevernadaconesehombre. ElSSseechóareír. —¿Osdaiscuenta,compañeros?Somoscuatrohombressintacha;cuatroSSquehanjuradodecir laverdad…y,porfavor,decidme:¿quéestabanhaciendoestosdospuercoscuandohemosentradoen lahabitación? —Fornicando—dijouno. —Follando—dijoelotro. —Haciendoelamor—resumióeltercero,unjovendedelicadosrasgoscasifemeninos. ElSSsevolvióhacialamujer,sindejardesonreír. —¿Te das cuenta? Todos afirmaremos que os hemos sorprendido jodiendo… eso está claro comoelagua… —¡Mihombrenolocreerácuandoselodiga! —¡Ilusa!Túnoledirásnada…porquenovolverásaverlenuncamás…¡Andando!Ytú,puerco judío…otevistesaprisaotellevamosdesnudoporlacalle… X Losdoshombres,agentesdelaKripo,policíacriminal,saludaronlevementealosdosSA.Ambos estabanrecogiendosuscosas,yaqueelregresoaMunichsehabíafijadoparalascincodeaquella tarde…yyahabíandadolastres. —¿EsustedelSturmbannführerSleiter?—preguntóunodelospolicías. —Sí—repusoKonrad—.¿Quédesean? —¿Esquenohanotadolafaltadeunodesushombres…porazar? Josef, que acababa de cerrar la maleta, colocando una rodilla encima, ya que había comprado algunosregalosparasuamigo,sevolvió,echándoseareír. —¡Pues claro que nos hemos dado cuenta, agente! Aunque, para decir la verdad, cada vez nos ocurrelomismo…nuestroamigoPaulllegaenelúltimoinstante. —Es cierto —dijo Konrad—. Por eso no nos hemos preocupado demasiado… aunque su presenciaaquímehacepensarquehacometidoalgunabarbaridad… LosdosdelaKripoguardaronsilencio,conexpresionesserias,comogenteacostumbradamása escucharqueahablar. —¿Sehametidoenalgúnjaleo?—insistióSleiter. —Sí—fuelalacónicarespuesta. —¿Grave? —Sí. Konradlanzóunsuspiro. —Deverasquelolamentamos…enelfondo,noesunhombremaloniperverso,aunqueaveces seponecomociego…Naturalmente,estamosdispuestosapedirexcusas…oapagarlosgastos… El policía que llevaba la voz cantante se pasó la mano por el mentón, acariciándoselo como si buscasehuellasdeunabarbaquehubiesesidounmilagroensurostrolampiño. —Lomejoresquevenganconnosotros. —Deacuerdo—dijoSleiterechandomanoasugorraqueestabacolgadadelapercha. —¿Voycontigo? —Sí,Josef…nosdaremostodalaprisaposible…ysiesemalditoKrimmannnoshaceperderel tren… Salieron,subiendoalcochedelospolicías.NingunodelosdelaKripodespególoslabiosdurante elcamino,loqueobligó,enciertomodo,alosdosamigos,aguardarigualmentesilencio. Peropocodespués,alverquesealejabanhacialosextrarradiosdelaciudadKonrad,frunciendo elceño,sedirigióalospolicíasqueibansentadosenlapartedelanteradelcoche. —¿EsquevamosasalirdeBerlín?—preguntó. —Nomucho,apenasdoskilómetros…vamosallegardeunmomentoaotro. Novolvieronadecirnada.Diezminutosmástarde,elautosedeteníajuntoaunosterrenosenlos queibaaempezarseaconstruir,mostrandoyalastrincherasparacolocarloscimientos. —Bajen,porfavor… Tomaron un camino estrecho, una especie de pasillo entre dos altas tapias. Pasaron junto a dos vehículos policiales, antes de desembocar en una explanada. Allí había media docena de hombres, tresdeellosconuniformedelaKripo. —Pero…—dijoJosefponiéndosepálido. —Vengan… Elcorodeloshombresseabrió,permitiendoquelosreciénllegadospudieranverloqueellos habíanestadocontemplando. El cuerpo de Paul Krimmann estaba allí, desnudo, ennegrecido. Su rostro expresaba el dolor indeciblequeelsufrimientohabíadejadoinscritoensusrasgos;laboca,torcidaenunafeamueca, teníatodoelaspectodeiralanzarunarisasardónica. —Himmelgott!—exclamóMeisteraterrado. Sleiternodijonada. Se quedó mirando el cadáver de su camarada, con los dientes apretados, el ceño fruncido, intentandosaber,comprender… Sevolvióluegohacialospolicías. —¿Cómohanconseguidoidentificarle?—preguntó. Unodelosqueestabanallí,congalonesdeinspector,fuequienrespondió: —Dejaron su uniforme tirado junto a él… con la documentación en el interior… así comprendimosquepertenecíaalaunidaddeSAqueustedmanda… —¿Sospechandealguien? Elpolicíaseencogiódehombros. —Denadie,porelmomento…vamosainiciarinmediatamentelasinvestigacionespertinentes… peronoquieroquesehagailusiones,Sturmbannführer…enestostiemposturbiosocurrencosasque mejoresnocomprender… —¿Cómomurió? Fueotrohombre,depaisano,quienalzólacabezahaciaKonrad. —Soyelmédicoforense—explicó—.Nopuedodecirnadaconcretohastaquenohayahechola autopsia, pero el examen del cuerpo me ha demostrado que fue cruelmente quemado, en las extremidadesyenlosgenitales…quemadurasmuygraves,muchasdeellasdetercergrado… —¿Producidasconqué? —Contodaseguridad,conunsoldadordegas. —Entiendo. —Es muy probable que perdiese el conocimiento, ya que los dolores que padeció debieron ser espantosos. Sleitercerrólospuños. —No se tortura así a un hombre por el mero placer de hacerlo… —dijo con voz sorda—. Debieroninterrogarle… —Esposible—concedióelinspectordelaKripo. Se adelantó Meister, cuyas mejillas llevaban las huellas húmedas de las lágrimas que no había podidocontener. —HerrDoktor… —¿Sí? —¿Esnecesarioqueselehagalaautopsia? Elmédicohizoungestodeasentimiento. —Absolutamentenecesario,Sturmführer…eslaleyquienloexige…compréndalo… Elinspectorintervinoentonces: —Quisierasaber,unavezhechalaautopsia,quiénvaahacersecargodelcuerpo… —¡Nosotros! —dijo Sleiter sin la menor vacilación—. Nos quedaremos en Berlín hasta que el cuerpohayasidoembalsamado…luegolollevaremosaMunich. —Comoustedquiera. *** Alencenderelcigarrillo,Sleiterentornólosojosparaimpedirqueelhumoleirritase.Frentea él,Josefintentabaconciliarelsueño.Elruidodelasruedassobrelosrieleshacíavibrarelvagón,y Konrad,conuncortosuspiro,pensóquetambiéndebíatemblarelféretrodeKrimmannqueibaenel furgóndecola. HabíapensadomuchoenaquellostresdíasmásquelosdosamigospasaronenBerlín,esperando quelasdisposicioneslegaleslespermitieranhacersecargodelosrestosdePaul. —Hantenidoqueserellos…—repitióenvozalta. Josefabriólosojos,mirandoconfijezaasuamigo. —Dejadetorturarte,Konrad… —Eso quisiera yo, pero no puedo. Hemos sido demasiado confiados, Josef… una pareja de idiotasalhaberdejadoquePaulsalierasolo. —¿Cómopodíamospensar…? —Deberíamoshaberlohecho.Nonosqueremosdarcuentadequé,apesardelasapariencias,la guerrahaempezado…sonlasprimerasescaramuzas,deacuerdo,perohayguerra… —¿Siguespensandoquehansidoellos? —Daría mi mano derecha a cortar… Quieren saber, ¿te das cuenta? Desean conocer nuestros planes,sabercómonosestamospreparandoparaelgolpefinal… —¿CreesquePaulhabló? —¿Krimmann?¿Cómopuedesdecireso?Losteníamuybienpuestos…yestoysegurodequeno hapronunciadoniunasolapalabra… —¡Losmuycobardes! —Lodelsoldadorlosdelata…escomosihubiesendejadosufirma…SSyGestapoutilizanesas manerasdetortura… —Escierto. —Estánempezandoaponersenerviosos…tendremosquetenermuchocuidado… —Yalesajustaremoslascuentas…yhablandodeajustarcuentas…¿aquémierdaestásesperando parahacerunavisitaaFritzSchöreder? UnachispasaltódelosojosdeSleiter. —Pensaba hacerlo ahora, al regresar… pero primero hemos de rendir las honras fúnebres a Paul…Donnerwetter!Cuantomáslopienso,menosverdadmeparece… —¿Elqué? —La muerte de Krimmann… me parece imposible… un hombre como él, lleno de vida… un luchadornato…ylohanmatadocomoaunperro. —Oye,Konrad…¿dóndecreesquelopescaron? —¡Vayapregunta!Enunburdel… —Esomismoestabayopensando…últimamente,lasdosvecesquevinimosaBerlínnoshablóde unapelirroja… —Escierto. —Ydime,miqueridoSleiter…sialguiensabíaqueestabaconesafurcia…¿quiénpodíaser? —Lafurcia. —¿Tedascuenta?AlguiendebióinformaraesoscabronesdelasSS…ynopudosermásqueesa ramera. —Tienesrazón. —NoshemoscegadoconlamuertedePaul,Konrad…debimospensarlascosasmásfríamente… hacernuestraspropiasinvestigaciones…encontraraesamujer… —Loharemos. —No,estavezloharéyo,granhombre…Justamente,silacosafueraposible,deseabapedirteun permisoparaBerlín… —¡Perosiacabamosdesalirdeél! —Sí,peroRupertnoloconoce…nuncatuvolaoportunidaddesalirdeBaviera. —Podríashaberloinscritoenlasunidadesquehanidoadesfilar…simelohubiesesdicho… Meistersonrió,bajandolosojos. —Prefierohacerelviajesolo…conél. —Deacuerdo…unaespeciedeviajedenovios,¿eh? —Meimportaunbledoqueteburlesdemí.Además,séquenolohacesdecorazón. —Esverdad.Cuentaconelpermiso,Josef. —Iréaveraesaputa… —Desdeluego,peroveconmuchocuidado…Noesellalaquenosinteresa,sinolapersonaque estádetrás… Sepasólamanoporlafrente. —También he pensado yo, Josef… y me he preguntado cómo es posible que de los dos mil hombresdelasSAquehemossubidoaBerlín,hayasidoprecisamenteKrimmannelquehacaídoen latrampa. —Deverdadqueescurioso. —ParaquealguienescogieraaPaul,esnecesarioqueese«alguien»nosconozca. —Tienesrazón. —Yqueyosepa,solohayunhombrequehavividoconnosotros,conmigo,enlosviejostiempos delucha,enMunich… Meistermiróintensamenteasuamigo. —Creosaberaquiénterefieres…hablasdetuviejocamaradadelfrente,¿no? —Sí. —¿Lecreescapazdeeso? —Sí…éramosamigos,másaún,comohermanos…perolascosashancambiadomucho…Hoy viveencontactopermanenteconloshombresquerodeanalFührer…conGöering,conGoebbels… yconSepp,eljefedeesaunidaddelasSSqueestáalserviciodeHitler. —Comprendo. —Laamistad,queridoJosef,escomounfrutodelicado,conunaflorexternaquehayqueguardar celosamente, sin dejar que ninguna cosa externa la altere y estropee. Yo estaba convencido de que Lörzert pensaba exactamente lo que yo, ya que hablamos horas y horas en la soledad de las trincheras… »Y mierda, ¿qué puede desear un hombre como nosotros? Han procurado jodernos desde que nacimos, nos trataron siempre como si fuésemos montones de estiércol… no fuimos nunca nada, pasamoshambreymiseria:antesdelaguerra,durantelaguerraydespuésdelaguerra… »Loshombrescomonosotrossabíamosperfectamentequenuestrosmayoresenemigoseranlos ricosylosmilitares,yaqueeranelloslosdueñosdelcotarroenAlemania. —Estoydeacuerdocontigo. —También lo estaba Kilian… como yo, comprendía que había que liquidar de una vez para siempreatodoslosparásitosquenoshabíanchupadolasangre. »De todos modos, nosotros, los alemanes, no queríamos complicarnos la vida en revoluciones internacionales.Puestoquenuestracasaestabaenruinas,debíamosprocurarlevantarla,fueracomo fuera,impidiendoqueotrasnacionesmetieranlamanoennuestrosasuntos. »AsícomprendílaspalabrasdeHitler,cuandoleescuchéhablarporprimeravezenMunich.Era elhombrequeestábamosesperando. »Peroloquenoentendíentoncesfuequelosricos,losgrandesindustrialesalemanes,sefijaban también en Hitler, no como promotor de una revolución social profunda, con cambios definitivos, sinocomoescudoparasalvarlesdelaotrarevolución,laquelosrojosestabantramando. —Escierto. —Ademásdelosricachos,losmilitarestambiénsefijaronenél…Hacíatiempoquelaacciónde losagitadorescomunistasestabamirandoladisciplinadelaspocasfuerzasarmadasquecomponían laReichwahr.Yestolespicabaelculoalosdelosgalones. Lanzóunsuspiro. —¿Locomprendes,Josef?Porunlado,Hitlerseestabametiendoenelbolsilloalpueblo,alos obreros, prometiéndoles trabajo y pan, sin necesidad de que se lanzaran a una revolución roja… y ellosleescucharon,haciendolasdeliciasdelosricosqueestabancagándosedemiedoantelaacción delosrojos… »Por otra parte, los militares vieron el cielo abierto, ya que Hitler, además de manifestar su respeto al Ejército, daba el ejemplo, con sus formaciones paramilitares, las SS y nosotros, las SA, despertandoenlagenteelviejocariñoaladisciplinaquelosgermanostenemos. »Ricachosymilitronchossefrotabanlasmanosdecontentos…todoibaaserestupendo…yaque HitleribaaconstruirunReichordenado,disciplinado,orgullosodesímismo… »Por eso, mi querido Meister, ni ricos ni militares se opusieron al nacionalsocialismo; al contrario, los primeros dieron el dinero necesario para el triunfo, mientras que los segundos prestabanunfuerteydecididoapoyomoral. Asíes. —ClaroqueloqueHitlerolvidó,unavezencaramadoalpoder,fuequesuspromesasalpueblose habíanconcentradoenelespíriturevolucionariodelasSA…yquenosotrosesperábamoslafasede limpiezadelaqueéltantohabíahablado. Moviólacabezadeunladoparaotro. —Ahora,unavezenlacúspide,HitlersehadejadollevarporlosviejosenemigosdeAlemania. ¿Yporqué?Porquesiguenecesitándolos…ellosnofueronnuncatontos…yahoraestándispuestosa pasarfactura… »Losricosquierenunabuenaindustria,sinhuelgasnihistoriasdeconflictosobreros…ylohan conseguido… »Los militares van a tener su ejército, la Wehrmacht, para poder satisfacer por completo su espíritu de casta. Por eso, Josef, se echaron las manos a la cabeza cuando el camarada Roehm les hablódeincorporarloscuadrosdelasSAalasFuerzasArmadasdelanación. —¿Creenacasoesoscabritosquenuestrosjefesnosoncapaces? —Eso mismo… afirman que no tienen preparación militar, que no sabrían hacer una guerra… comosielloslahubiesenhecho…¡Hijosdeputa!Nosmetieronenlastrincherasparamorircomo topos… »¡Malditoscabritos!Aveces,paraconseguirunanuevamedallamandaronalmataderoacientos demilesdehombres,cuyoobjetivo“estratégico”eraconseguiravanzarmediocentenardemetros… »Poresotienenmiedodeunejércitopopular,decodearseconunosjefesyoficialesdelasSAque llevanlarevoluciónnacionalsocialistaenlasvenas… —¿Yquévaapasar? —Algomuygordo,Josef…siconseguimosapoderarnosdelpoder,Alemaniaseráunpaísnuevo en el que cada ciudadano se sentirá orgulloso de que hayamos terminado con las lacras que nos devorancomolapeordelaslepras… —¿Ysiperdemos? —Entonces…elReichseconvertiráenunpaísmilitaristayfabricantedecañones…yotravez más,amigomío,seremosderrotados…ypuedeserquedeunaformadefinitiva… Terceraparte 30dejuniode1934 «…estánlosviejoscuchillos tiritandobajoelpolvo…». F.GarcíaLorca I —¡No!¡Estaveznoaguantomás!Voyairaveraesosjueces…ylespisarélacara,unoauno,les sacarélosojos…les… ArremetiódenuevocontraMeister,peroJosefvolvióadescargarsupuñodehierroenelrostro deSleiter,quellevabayamarcaspatentesdelosgolpesrecibidos. —¡Déjamepasar,Josef! Sin contestar, Meister se frotó los nudillos doloridos, algunos de los cuales se habían despellejado. —¡Eresunsuciopuerco,Josef!Sivuelvesallamarmeamigotemato… Sehabíadejadocaer,sentándose,enelbordedelacamadesucuartoenlaCasaParda.Colocólos codosensusrodillas,cogiéndoselacabezaconambasmanos. —No hay derecho, no hay derecho… ¿por qué no me atacan directamente? ¿Por qué no han venidopormí?Envezdeeso…¡hijosdeputa! —Noacusesanadiehastaquenosepasdedóndehanvenidolostiros… —¡Vetealamierda,Josef,malamigo!¡Nomehables!¿Esquenotedascuentadequetengoque vengarla? —Yaloharás,asudebidotiempo,cuandoestésfríocomoelhielo…ahora,pedazodeidiota,te cazaríanantesdequedieseselprimerpaso… Sleitermoviótristementelacabeza. —¡Acostarseconunjudío!¿Tedascuenta?Nopodíanhaberinventadonadamásabsurdo… —Esunatrampa,yalosé…NadamásllegaraMunich,yafortunadamenteantesdequefuerasa verla, te informaron los camaradas, te enseñaron los periódicos… y así hemos podido evitar que hicierasunabarbaridad. —Laharé… —Nomientrasnopasesporencimademí…Mellamasmalamigo,peroséquetodoesoesde boquilla… porque ser amigo, de los buenos, es impedirte, ahora, que te lances a la calle como un torofurioso… —Lahanmatado,Josef… —Esprobable,aunquesecuentaquesesuicidóenlacelda…alquecolgaronfuealjudío… —Pero…¿quéjudíooquéniñomuerto?Erikanosehubieseacercadoaunjudíoportodoeloro delmundo…niaunjudío,nianadie… —Losé,losé…¿oacasocreesquenolaconocía?Eraunamujerestupenda…deesonohayla menorduda. —Nuncahizodañoanadie,nisiquieraalimbécildesunovio,aquellanoche…cuandoseentregó a Paul para evitar que rompiésemos la crisma a Oberfein… Porque, lo creas o no, lo que contó despuéseraunamentira,unaformadeevitarquelacreyésemosdemasiadosensible,comoloeraen realidad. —Siempreheimaginadoque,apesardeloquedijoluego,sesacrificósencillamenteporWalter. —Asífue. Meister estaba contento de que Konrad hablara, era precisamente lo que Sleiter necesitaba: desahogarse,yyaqueeraincapazdellorar,quehablasecuantoquisiera… —Éramosfelices,Josef… —Losé. —Nosésivasareírte,peropensábamoscasarnosdentrodeuntiempo…cuandotodosehubiese normalizado… —Eslógico. —Estremendo…¿quémeocurre,Josef? —¡Aquéterefieres! —Amidestino,conlasmujeres…Tengounasuerteestupendaconellas,amigomío…primero conAnna…unamaravilladechica,alguienúnico,excepcional…divino…unadeesasmujerespor las que cualquier hombre normal entrega sin vacilar la vida entera… una mujer para hacer de ella unamadre… Lanzóunsuspiro. —Y la perdí, Meister, la perdí cuando aún no había conseguido hacerla feliz del todo, cuando empezábamosapenasaconstruirunmundoanuestramedida… Sepasólamanoporloslabios,perosinconseguirborrardeelloslaintensamuecadeamargura quelosornaba. —Ahora, Erika… un ejemplo de mujer, tan formidable como para haber salido limpia de un lupanar… tan capaz de amar de veras como para borrar de su piel el recuerdo de todas las sucias cariciasquelefueronimpuestas…¿Quémeocurre,Josef? —Eslavida,Konrad…eldestinodecadauno… —Sí,yasé…peroenamboscasos…enAnnayenErika,lamuertehasidofabricadaporotros… impuestasalvajemente…yenamboscasos,amigo,yoeraelobjetivo,lejanoopróximo… —¿Estássegurodeloqueafirmas? —Por completo… en el caso de Anna, era mi familia. Por tanto, yo como parte de ella, el objetivodelamaldad,deldeseoinsatisfecho,truncado… »EnelcasodeErika,elobjetivosigosiendoyo…aunquelosejecutores,losverdugos,nosean losmismos. —Nopiensesdenuevoeneso. —¿Crees que puedo evitarlo? Ya sé, por lo que he leído, que ha sido la Gestapo la que ha intervenido,mercedaunadenuncia,enelcasodeErika…peronohacefaltaseradivinoparasaber dedóndellegóesadenuncia… —¿LasSS? —¿Lodudastú? —Nosé…noquieroaventurarningunaopinión,almenosporahora… Unarisacortante,cargadadevibracionessalvajes,partiódelabocadeSleiter. —No te hagas el tonto, Meister… ya sé que intentas calmarme… pero no quieras, además, hacermecomulgarconruedasdemolino… Rechinódedientes. —Tengoquematar,Josef. —Loentiendo. —Tengoquematar,hacersufrir,gozarconeldolordealguien…¿mecomprendes? —Sí. —Lohepensadobien.Mehedadocuentadequetienesrazón…enelcasodeErika:notenemos pruebassuficientesparapoderactuar… —Menosmalquecomprendes… —Perotengoquematar…mequemanlasmanos,Josef. —Losé. —Mequemanlasmanos,comonosardíanatodoscadavezqueunodelosnuestroscaíabajolas balasdeloscomunistas…Tengoquematar,Josef. —Mata.Tienesalgopendiente…veyacabaconél.Asítequedarástranquilo… —Voyahacerlo,iréestanochealpueblo…yloliquidaré… —Irécontigo. Konradtardóunossegundosencontestar. —Deacuerdo,peroconunacondición. —Habla. —Notemeterásennada…Fritzesasuntomío,solomío… —Achso! *** Lamiróconarrobo,mientrasella,queacababadesaltardellecho,seponíaunabatadeintenso colorazul. —Eresunvolcán,Hilma,unterremoto…meestasvolviendoloco… Ellasevolvió,clavandoenelrostrodelhombre,aúndesnudosobreellechodesordenado,una miradafríacomoelhielo. —Procuraolvidarme,Erich… —¿Eh? —No te hagas el tonto… lo nuestro ha sido un rato… y tú lo sabías perfectamente bien. Te prometídossemanasdedicha…ytelashedado… —¡Las dos semanas más hermosas de mi vida! De veras que no podía imaginar que existiesen mujerescomotú… —Yalohascomprobado.¿Noestáscontento? —Sí…peroestonopuedeterminardeesamanera…tedeseo. —Losiento. —¡Nopuedessertandura!—exclamóélsaltandoencuerosdelacama. Seacercóaella,comiéndoselaconlosojos. —Nopuedesdespedirmeasí,comouncriado… —Nolohago.Quieroquenosdespidamoscomoamigos,Erich… Unamuecairónica,peromalignaalmismotiempo,sedibujóenelrostrodelSS. —Teequivocas,Hilma…túhastratadohastaahoraconhombresdébiles…conmuñecos…yyo nosoydeesaclase…Quieroseguirteniéndote,ytetendré…hastaahoratehetratadocontodaclase de delicadezas, pero puesto que te pones así, te obligaré a obedecerme… en cualquier momento, a cualquierhora,cuandomeplazca… —¿Estásseguro? —Porcompleto… Erich no supo dar el justo valor al brillo de desafío que brillaba en los hermosos ojos de la mujer. —¿Y…quévasahacerparaobligarme? —Losabesmuybien…Tengopruebasdeloquehasurdidocontraesamujer…sé,sinconocerel motivo,queelobjetivodetodoestoesSleiter,delasSA. —Esposible. —Lodemásesmuysencillo…essuficientehacerunavisitaalaCasaParda,hablarconSleiter, contarlealgunascosasquepuedeninteresarle… —¿Chantaje? —Mataríaporti… —Es muy halagador… por tu parte, pero nada convincente… cuando tomo una determinación, jamásmevuelvoatrás…ynovasasertúquienmedémiedo… —Lotendrás.Todoelmundo,enMunich,conoceaSleiter… —Perotúnomeconocesamí. —¿Quéquieresdecir? —Que deberías haberte dado cuenta de la clase de mujer que soy, idiota… he sido capaz de volvertelocoendossemanas…nuncahesidoinmodesta,peroconozcomipoder,ysécómomanejar aloshombres…aotroshombresquemehanprobado… ElrostrodelSSenrojeció. —¡Zorra!Medijistequesolohabíassidodetumarido… —Y no mentía… para una mujer, «ser de un hombre» significa algo que tú no puedes comprender…Elqueamase,amimanera,aHans…noquieredecirquenomehayaacostadocon otros… —¡Eresunaramera!Dijistequenolohabíashecho… —¡Bah!Unapequeñamentirapiadosa,algoquelasmujerestenemosquehacerpararevalorizar vuestroestúpidoorgullodemachos. —Noimporta…nadaimportayadeloquedigas…quierotenerteamidisposición…ytetendréa menosquedeseesqueSleitertearranquelapiel… Ellasoltóunacarcajada. —¡Pobreimbécil!Todohubierasidotansencillo…perono,teníasqueecharfueratuasqueroso afándemandodemachohambriento… Erichfruncióelceño,dandounpasohaciaella. —Voy a empezar por donde hubiera debido comenzar desde que te vi, sucia puta… voy a enseñarteatratarmecomoesdebido…rompiéndotetuslindosmorros…asíaprenderás… Alzóelbrazo. —¡Quieto! Lavoz,trasél,juntoalapuertaqueacababadeabrirse,inmovilizóelgestodelHaupsturmführer. Se volvió, poniéndose firmes al ver al Obergruppenführer Tremunger, su jefe supremo, que le fulminabaconlamirada. —¡Alaorden! ElcoronelSSlelanzóunamiradacargadadedesprecio. —Laseñoratienerazón…eresunestúpido…yyodeberíamatarteaquímismoporhaberosado insultar…ycasipegaralaviudadeunodenuestroshéroes… —Yo… —¡Silencio!Vasavestirteytepresentarásenelcuartel,aloficialdeguardia,diciéndolequeestás bajo arresto… luego, por idiota, te enviaremos lejos de Munich… a algún sitio donde puedas reflexionarsobrelamaneradenovolverahacerelidiotaentuasquerosavida. II —¿Quéeseso,Greta? —Sigue,Fritz…porfavor…estoyllegando…sigue,sigue… Elhombresedejócaeralladodesuesposa.Teníalosojosinmensamenteabiertos,peroconfiaba, como tantas y tantas veces, en que sus sentidos le habían engañado y que el timbre de la puerta no habíasonado. ¡Cuántasycuántasveces,enmediodelanoche,habíadespertadoconlaabsolutaseguridaddeque llamabanalapuerta! —Fritz,amormío… Ella estaba encantada del brusco cambio que su esposo había dado. Desde que Fritz no salía de casa,atadoalcepodelmiedo,ellahabíaconseguidoloquejamássoñó:volverainteresarle,serpara él,otravez,lamujerylaamantequeelladeseósersiempre. Aunque,enelfondo,siguieradespreciándole,ahoraleteníaasulado,disponiendodesuvirilidad que,cosacuriosa,eltemorparecíahaberexacerbado. Cadanochehacíanelamor,naturalmentearequerimientosdeella,queparecíadispuestaaganar losañosperdidos,cuandoélseausentabadelacasaparallevaralacamaasusinnumerablesamantes. —Nohasidonada,Fritz…ven,cariño… Schörederestuvoapuntodehacerlecaso,perocuandosevolvía,paravolveracolocarsesobreel obesocuerpodeGreta,eltimbredelapuertavolvióasonar,estavezconunainsistenciapatente. Fritz dio un salto, se quedó sentado en el lecho con una flaca desnudez ridícula, al lado del grasientocuerpodesumujer,conlosojosdesorbitados,loslabiostemblorosos. —Hanllamado… —Sí,yasé—concedióellaquetambiénhabíaoídoeltimbre—,peronotemas,puedequesetrate deunvecino,deunamigo… —¿Aestashorasdelanoche? —Puesclaro…¿quétienedeextraordinario?¿Porquétienestantomiedo? Lahubieramatado,cortadoatrozos,aplastadolacabeza,abiertoelcuerpodeformadohastahacer salirlagrasa,aborbotones,dedebajodesupielrepugnante. ¡Preguntarlesiteníamiedo! Nohabíadejadodetenerlo.Estabaenél,comoalgoqueformasepartedesupropianaturaleza, comocualquierotroórganodesucuerpo…deestecuerpoquesecubríaahoradeunsudorheladoy pegajoso… —Voyaabrir… —Nein! Ellalemiró,conextrañafijeza. —¿Quédices?—inquirióGretaagriamente—.¿Hasperdidolarazón?Sinoabrimos… Eltimbrevolvióaresonar,másinsistentementequeantes,enelpisodeabajo.Unruidodepasos sedejóoír.Fritzahogóunjuramento. —¡EsaimbécildeFrida!¿Quiénlehamandadoabrir? —Pero…esnatural…yaqueningunodenosotroshemosbajado… Unaluzsuplicanteseencendióenlasmedrosaspupilasdelhombre. —Veaverquiénes,querida…ysisetratadeunavecinaodeunamigo… —¿Amigos? —inquirió ella saltando de la cama. Y mientras se ponía la bata—: Ya no tenemos amigos,amormío…yanoescomoantes,cuandoerasunapersonaimportante… —¡Ve,porfavor! —No temas… volveré en seguida… y continuaremos donde lo hemos dejado… esta noche, el cuerpomepidejuerga… Estuvoapuntodemaldecirla,perosecontuvo,enúltimainstancia,mordiéndoserabiosamentelos labios.¡Lamuypuerca!Ella,lamujerdecente,lehabíademostradosermilvecesmásviciosaquela peordelasfurciasconlasquesolíairantes. Sehabíaaprovechadodesutemor,dequenoseatrevieraasalirdecasa,paralanzarsesobreél comounaperraencelo.Lodeseabasiempre,acualquierhora,encualquiermomento,sinrespetar siquiera la presencia de la vieja Frida, la única criada que había conservado. Llevaba vestidos con escotestremendososepaseabaencombinación,dejandoverlasgrasasquerebosabanportodoslos lados de su cuerpo. Se pegaba a él como una lapa, o le metía la mano en la bragueta en cualquier ocasión. Sentía náuseas al verse acosado por aquella foca a la que hacía tanto tiempo que había despreciado,yteníaquehacerverdaderosesfuerzosparanopensarenella,especialmentecuandola teníadebajo;entonces,cerrandolosojos,pensabaenalgunadelasinnumerablesqueridasquehabía tenido, las mejores mujeres de Baviera, hermosas y jóvenes, con carnes tersas y duras, que se plegabanasuscaprichos,yaquetododependíaenúltimainstanciadelgrosordelfajodebilletescon elquelesobsequiaba. Peroahora,arrodilladoenlacama,nopensabaensuspasadashazañasamorosas,ensusnoches de orgía, en su época de poder casi ilimitado, cuando el dinero faltaba o la inflación le había arrancadotodovalor. Todos sus sentidos estaban concentrados en el de su oído, y estaba tenso, con la cabeza ligeramenteinclinadahaciaadelante,pendientedelmenorsonidoquellegasealaalcoba,procedente delaplantabaja. Nooyónada. Sentía los acelerados latidos de su corazón que le golpeaban en las venas del cuello, produciéndole una sensación de angustia; además, el sudor seguía pegado a su piel, como una espumahelada,ylabocalesabíaarayos. —¡Yasubo,amormío!Sehanido… LavozdeGretalecolmódedicha.Sonriendo,sedejócaerenellecho,comprobandoconplacer cómolatensióndecadaunoydetodossusmúsculosdesaparecía.Eraunasensacióndeliciosa,como cuandodespiertaunodelcogollodeunapesadillaterrible… Nadaleimportabatenerquevolveramontaralavacadesumujer;alcontrario,estabadispuesto acomplacerla,cosaqueconsentíamuypocasveces,haciendoelamor«alafrancesa»,comoaellale gustaba: Entornólosojos,antesdecerrarlos,dejándosearrastrarporaquelladulzuraquehabíasucedidoa lagrantensióndelosmomentosprecedentes. —¡Hola,puerco! Sequedóhelado. Nisiquieratuvofuerzasparaabrirlosojos,agarrándosedesesperadamentealaúnicaexplicación válida, a que sus sentidos le engañasen, a que aquella voz no existiese más que en su calenturienta imaginación. —Soyyo,asquerosobastardo… Era inútil ya querer engañarse. Tampoco valía la pena mantener los ojos cerrados. En aquellos momentos,comosuelesucederalostimoratosycobardes,Fritznecesitabaentrarencontactoconla realidad,comosideseaseinteriormentedarsecuentadequetodoestabadefinitivamenteperdido. A fuerza de haber imaginado este instante, de mil maneras distintas, era ahora, en aquellos precisos instantes, como si quisiera comprobar que las cosas iban a pasar tal y como él las había concebidoytemidoenaquellosúltimosmeses. Abriólosojos. Elhombreestabaanteél,altocomounatorre,consuuniformedelasSA,elrostrodurocomoel delaJusticia,losojosfríoscomolosdelaMuerte. —Hola… Eraun«¡Hola!»pronunciadoconunavozpequeña,apenasunsusurro,productodelpocoaireque teníaenlospulmones. —Vístete. —Sí,enseguida. ¿Paraquédefenderse?¿Porquénoobedecer? Para un hombre como Schöreder, que había visto su muerte un millar de veces, lo que estaba sucediendo era completamente lógico. Mucho antes, al principio de aquel irreversible proceso, se habríadefendido,habríagritado… Ahora…no. Sevistióconciertapremura,comosituvierabruscamenteprisadequetodoaquelloterminará, comosi,trasunainterminableyangustiosaespera,sintieraahoraunaespeciedeíntimasatisfacción alimaginarquenuncamásviviríalosmomentosdepavorporlosquehabíaatravesado. —Vamos… Bajaronensilencio.Enlaplanta,juntoalapuerta,Greta,envueltaensubatínazul,lemirósinla menor luz de compasión en sus ojos. Al contrario, su mirada decía, al mismo tiempo, todo el desprecio,todalasatisfacciónquesentía. Separólamiradadeél,clavandounalujuriosaenelrostrovirildeSleiter. —Ya era hora que viniera por él… lo estaba deseando… tengo un amigo, en la vecindad, un verdaderomacho,queestáesperandoquemequedesolaparaveniravivirconmigo… SusojosquenodejabandemiraraKonrad,secargarondeluceslúbricas. —Siustedquisiera,estanoche…silodesea… —Gracias,meineFrau…seríaunverdaderoplacer…perotengomuchaprisa… —Bien…—suspiróGreta—.Yotambiénlosiento…¡quélevamosahacer!Despuésdetodo,lo importanteesquemelibrenustedesdeestepuerco… —¿Vamos?—inquirióJosef,queestabaimpaciente. —Sí. Diounpasohacialapuerta,inmediatamentedespuésdeFritz,queavanzabaconlacabezagacha. Yentoncessedetuvo,volviéndosehacialamujer,cuyosojosseagrandaron,llenándosedeunaluzde incredulidad. —¡Espere,Meister!—dijoSleiter,yalamujer—:Usted… Elladebióequivocarseentodo,yaquesonriendodeformaprovocativa: —¿Vaustedahacerelamorconmigo,bravomozo? —No,noeseso… Ellalanzóunlargosuspiro. —Esigual…unallegaaunpuntoenquesolosehaceilusiones.¿Quédeseausteddemí?¿Porqué noselargandeunavez? KonradcomprendiólairritacióndeGreta;quizáporesodejóquesuslabiosdibujasenunatenue sonrisa. —Perdone…yaledijeantes…peroahoradesearíapreguntarleunacosa. —Hable. —Deseo,igualmente,quemedigalaverdad. —Nomegustamentir. —Asíestámejor…¿deverdadqueodiaustedasumarido? —¿Aesehombre?¿Porquémelopregunta?¿Creequedejaríatranquilamentequeselollevasen, sileamase…aunquenofueramásqueasí? Juntóelíndiceyelpulgarcomomostrandoalgodiminuto. —Leodio—prosiguiódiciendoconvozsorda—yledesprecio.Loqueestepuercomehahecho pasar, no es para contarlo… mil veces, Sturmbannführer, mil veces… y quizá me quedo corta, he soñado con el placer que experimentaría cortándole el cuello como hacemos con los cerdos en el pueblo… HacíatiempoquelasonrisasehabíaborradodeloslabiosdeSleiter,ymirabaalamujercomosi setrataradeunacriaturadeotroplaneta. —Está bien —dijo cuando Greta hubo volcado su odio con aquella voz vibrante y cargada de violencia—.Estábien,voyaproporcionarlelaocasióndevengarse…levoyaentregaraFritz,para quehagaloquequieraconél… —¡Oh! —exclamó ella juntando las manos—. ¡Es el mejor regalo que puede hacerme, señor! Pero…noquieroiralacárcel… —Noirá…Miamigoesperaráaquí…vístaseyvayaconél…cuandohayahecholoquetieneque hacer,Joseflatraeráacasa… —De acuerdo… gracias de nuevo… pero ¿y usted? Yo creía que… usted no pensaba más que en… —¿Vengarme? —Sí.Esecerdolehizomuchodaño…primeroasuspadres,luego… —Deje… son cosas mías… Ande, vaya a vestirse… yo me voy… le deseo mucha suerte, Frau Schöreder… —Danke! Esperóhastaquelamujerhubosubidolaescalera;luego,volviéndosehaciaMeister: —Iréandandohastalaestación.Teesperaréallí,enlacantina,tomandoalgo… —Pero…¿quéteocurre,Konrad?Hasesperadoestaocasiónduranteaños…yahora… —Nomepasanada…¡Hastaluego,Josef! *** Cuandolosotrostreshubieronrecibidoinstrucciones—ibansaliendoamedidaqueHimmlerles despedía—, solo quedó en el despacho del Reichführer Kilian Lörzert, que seguía tieso como un palo, en absoluta posición de firmes, esperando escuchar de los labios del poderoso señor de la GestapoydelasSS,loquedebíahacer. Aunqueloesperaba,sehabíasorprendido,almismotiempoquelosqueyahabíansalido,dela decisióntomadaporHitler. AhorayanocabíalamenordudadequelapacienciadeAdolfHitlersehabíaagotado,yquetras detolerartodaslasbarbaridadesqueRoehmysusSAhabíancometidoatravésdetodoelpaís,había juzgado oportuno terminar de una vez para siempre con aquel peligro creciente que significaba la ambicióndeunodeloshombresalosquemejorhabíatratado. Ernst Roehm deseaba el poder, estaba claro como el agua. Y había inculcado a las SA el odio haciaunrégimenque,comoélafirmaba,habíatraicionadoporcompletolosidealesyobjetivosdela revoluciónnacionalsocialista. —Standartenführer… Kilianalejódesumentelasideasquegirabancomopeonzas,esforzandotodasuatenciónenla personadesusuperior. —¿Sí,meinReichführer? —Yahavistoustedquehemosllegadoalafataldecisiónqueseimponía…Comoacabadeoír,se hafijadolafechadel30dejunio;esdecir,dentrodequincedías,paraterminarparasiempreconesta dolorosapesadilla. Himmlerhizounacortapausa. —Mañana, Hitler ordenará a Roehm que dé un largo permiso a las SA… estamos en pleno verano,ynadiepodrápensarquesetratadeunamaniobra… »Detodosmodos,Roehmnoesningúnimbécil…ynocreoquevayaatragarsetranquilamentela píldora… aunque, por el momento y aunque sea por última vez, no se atreverá a desobedecer al Führer… Unnuevosilencio. —CiertosinformesparecendemostrarqueelgolpequelasSAseproponendaralpaís…está,en principio,fijadoparaeldíaunodejulio. —¿Puedohacerunapregunta,Reichführer? —Sí. —Silafechadelarebeliónesesa…¿porquénoadelantarseparacontrarrestarelgolpe,envez dedejarlasoluciónparaúltimahora? —Es cierto, amigo mío… pero los hechos lo imponen. En realidad, como le he dicho antes, Roehmesmuyhábil,aunquenosospechaenabsolutoqueconocemoscontodoslosdetallessuplan. —Entiendo. —Hitler, al que acompañaremos unos cuantos, simulará ir a visitar algunos centros de las Hitlerjugend, asistirá a una boda… pero tanto él como nosotros, estaremos atentos… esperando el momentodeintervenir. —¿YelEjército,señor? —LaReichwehrhasidoalertada,ypermaneceráenesteestadohastaquetodohayapasado,pero sinintervenir…elproblemaesdeordenpolítico,ynomilitar. —Yaveo. —Hitler desea encargarse personalmente del asunto de Bad Wiessee… en el que también intervendremossusallegados… »Comoacabausteddeoír,losjefesSSqueacabandesalirapoyaránlaoperaciónbloqueandolas carreterasyencargándosedeciertoscentrosdelasSAenBaviera. —Comprendo,señor. Atravésdeloscristalesdelasgafas,losojosdeHimmlerseclavaronenlosdeLörzert. —Si le he dejado a usted para el último, es porque la misión que voy a encomendarle es… digamosquemuydelicada. —Leescucho,señor. —Elgolpe,enBerlín,seráyuguladoporGöering…todoestádispuesto.Despuésdetodo,lasSA notienenmuchafuerzaenlacapital… »NoocurrelomismoenBaviera. »MunichhasidosiempreelfeudodeRoehm,ytodaslasciudadesdelSurestánprácticamenteen manosdelasSA. —Losé,señor.Soybávaro. —Sí,escierto…Puesbien,hayunaunidadespecialalaqueRoehmhaencomendadoeltrabajode adueñarsedeMunich,extendiendoluegosupoderhaciatodoelsurdeAlemania. »Setratadeunaunidadformadaporverdaderosfanáticos,gentequepreferiríadejarsepartiren pedazosantesquedesobedecerasujefe… —Yaveo. —Esa unidad… estará preparada en los alrededores de Munich, dividida en seis partes, cuyos lugaresdeesperaconocemosgraciasaciertasinformacionesquenosproporcionóunSAcapturado enunburdel… Hizounapausa. —Suunidaddecombate,amigoLörzert,deberáencargarsedeesegrupodeasaltodelasSA… Unodemisayudantesleproporcionarátodoslosdetallesnecesarios. —Bien. —Tengoqueadvertirleque…nodeseamostestigosvivosdeesaoperación.ElFührerhallegado alaconclusióndequelosmiembrosdelasSApertenecenadosgruposperfectamentediferenciados: »Deunlado,losrecuperables,queterminaráningresandoenelEjércitooinclusoenlasSS… »Ydeotrolado,losirrecuperables,quehandedesaparecer,Roehmentreellos,naturalmente,así como otros… y, lógicamente, todos… todos los miembros de esa unidad a la que vengo refiriéndome. —Entiendo. —MientrassushombresseencargandelosgruposdeesaunidadSA,usted,Standartenführer,con elgrupoqueustedmismodetermine,seencargarápersonalmentedeljefedeesaunidad… Himmlerhizounapausa,ysusojos,traslasgafasconmonturadeacero,setornaronfríoscomo elhielo. —…queeselSturmbannführerSleiter. Kiliansepusotenso,rígido:unapalidezcerúleacubriósurostro,altiempoquesusojosperdían súbitamentesubrillohabitual. Himmler registró mentalmente cada uno de aquellos cambios, y una sonrisa cínica empezó a dibujarseensusdelgadoslabios. —Conoceustedaesehombre…nichwahr? —Sí.Fuemicompañerodearmas. —Losé. —Yo le hice ingresar en el Partido… y aunque deseaba que perteneciera a la primitiva SS, él prefiriólasSA. —Tambiénlosé. —Nosquisimoscomohermanos…enrealidad,ledebolavida. —Tambiénlosé. Kilian se sentía incómodo. Aunque seguía mirando al Reichführer, sentía la totalidad de sus músculos en estado de dolorosa tensión, como si su cuerpo estuviera atravesado por una fuerte corrienteeléctrica. Lanzóunsuspiroantesdedecir: —Tengo,porlovisto,que… —¿Matarlo? —Sí. —Sí. Kiliantragósalivaconvisibledificultad. —Nunca he pedido nada, Reichführer… usted conoce, mejor que nadie, mi hoja de servicios… jamásheretrocedidoanteningunamisión…nuncaheesquivadoelpeligro… —Escierto. —Peroahora…tenerquehacereso…¿puedohacerleotrapregunta,señor? —Desdeluego. —¿Porquésemehaelegidoprecisamenteamí? —Porque nadie puede hacerlo mejor… Sleiter es un hombre extraordinariamente listo… va y vienedeunladoparaotro…protegidoporesaespeciedegorilallamadoMeister. —Loconozco. —¿SabequeestuvieronlasemanapasadaenBerlín? —¿Aquí?No,nolosabía… —La Gestapo no les pierde jamás de vista… Vinieron hace dos semanas… y a pesar de la vigilancia de nuestros agentes, consiguieron escabullirse, aunque después supimos lo que habían hecho… Moviólacabezadeunladoparaotro. —Son dos hombres extremadamente peligrosos, amigo mío… buscaron a una prostituta… y la degollaronensucasa… —¿Porqué? —Esamujerhabíatrabajadoparanosotros,permitiéndonosquecazásemosaunodeloshombres deSleiter…alquenuestrosserviciosespecialeshicieronhablar. —Comprendo. —Ustedconoceaesehombre…yleconsiderocomolaúnicapersonacapazdesuprimirloenel momentooportuno… —Señor… —¿Sí? —¿NohabríamedioderecuperaraSleiter? LosojosdeHimmlerllamearon. —No.EstáenlistapersonaldelFührer…hademorir,Lörzert…esaeslaorden… —Bien. *** —¿Nohasleídoesto,Konrad? Sleiter, que junto a la ventana abierta, contemplaba los ejercicios de su grupo en el patio del cuartelSA,nosévolvió,peropreguntó: —¿Dequésetrata? —Esunainvitación. —¿Unaqué? —Unainvitación…Tehasconvertidoenunhombreimportante,Konrad…todoelmundosabe queeresunodeloslugartenientesdeRoehm… —Nodigastonterías. —Eslaverdad…lapruebalatengoenlamano… —Tírala…oléelaenvozalta. —Comoquieras.Escucha:«Conmotivodelacelebracióndesuonomástico,Frau Hilma, viuda deWeistäter,tieneelhonordeinvitarausted,SturmbannführerKonradLudwigSleiter,alarecepción quetendrálugarensudomicilio,Bennenstrassenúmero9,elpróximodía20dejunio,alasoncede lanoche…».¿Quéteparece? —Notengoganasdefiestas. —TienesqueirKonrad…Scheisse!Llevasunavidademonje…yaeshoradequetediviertasun poco.Además,porloqueheoído…esaviudita… —Nomehablesdemujeres. —¡Bah!Telovoyadecir,detodosmodos…EnMunichsedicequeesunadelasmujeresmás hermosasdelpaís…y…segúnotroscomentarios,unaespeciedevolcánconfaldas… —Tehedichoquenomeimporta. Sleitersevolvió,dandolaespaldaalaventana.Lasvocesdemandollegabandesdeelpatio,duras yásperascomotrallazos. —Eresunhombremuyfrío,amigomío…—dijoMeister. —¿Túcrees? —Sí.Medasmiedo…desdelamuertedeErika,nohasvueltoatocaraunamujer. —¿Ybien…? —Igualteocurrióantes.Desdequetuesposasepusoenferma,noteacercasteaotrahembra. —No soy un animal, Josef. Siempre he pensado que no debe de hacerse el amor a menos que existanciertosrequisitos,unamutuaatracción,simpatía,ternura… —Cuandolacarnetienehambredecarne,todoesoimportapoco. —Noparamí…Siemprefuiasí,Meister…Recuerdo,enelfrente,quesemeocurriómuypocas vecesaprovecharmedeloscortospermisosquenosdabanparaecharunpolvo… —Perolohiciste. —Sí.Aunqueluegomeibaconunpésimosabordeboca…sintiendoascodemímismo…Igual leocurríaaKilian…eneso…tambiénnosparecíamos… —¿Hablasdetuviejoamigo? —Sí.Pensábamoscasideidénticamanera…éramosdosrevolucionariosnatos,Josef,delosde verdad…nosoloenlasideaspolíticas…tambiénenelamorpensábamosquelascosasnopodíanser sucias… —¡Bobadas! —Todoloquehemosconocidodesdequenacimos,amigomío,nosempujaacreerquelamujer noesmásquealgodeloquepuedeobtenerseplacer… —Yasabesquenomegustanlasmujeres. —Sí,losé…perodejaquesiga:Kilianyyodecíamosconfrecuenciaqueunmomentodeamor es demasiado importante como para confundirlo con un simple apetito. No se posee a una mujer comosecomeunpedazodecarneosebebeuntarrodecerveza… —Todosonpuntosdevista… —Yoheamadodeverdad,Josef…ytúlosabes…Dosveces,nadamás…heamadocontodaslas fuerzasdemiser…hequerido,porquemeparecíahabercomprendidolaesenciamismadelamor, hechadesacrificioydeternura… —¡Eresunacriaturaextraordinaria!Bueno,dejemoseso…¿vasairalarecepción? —Nolosé.Yaveremos. *** Había mujeres hermosas. Y hombres ataviados con los más variados uniformes; caquis del Partido,pardos,decamisa,delasSA,negrosdelasSS. No existía la menor animosidad en los presentes. Aunque el aire estuviese cargado de negros presagios,SAySScharlabananimadamente,comoenlosviejostiemposdecamaradería. Despuésdehaberpaseadounamiradasobrelaanimadareunión,Sleitersefuehaciaunadelas mesasbuffet,tomandouncanapéyunvasodevinodeMosela. Ahora se arrepentía de haber venido. ¿Qué diablos estaba haciendo allí? Hubiese estado mejor, comohacíacadanoche,repasandolosplanesqueRoehmlehabíaconfiado… «Himmelgott!—exclamóparasusadentros—.¡Quélleguelaaccióncuantoantes!Tengoganasde haceralgoimportante…demoverme…deluchar…». Yaqueelamoraloconcretohabíasidounfracasoparaél,concentrabaahoratodasupasiónenla luchaqueseavecinaba,estandocompletamenteconvencidoquelapeleacercanaibaadaralpueblo alemánloquetantodeseaba. UnadelasmisionesqueRoehmhabíaconfiadoasuunidad,traslaconquistadeMunich,erael hacersecargo,porlafuerzadelasgrandesinstalacionesfabrilesdelsurdelpaís. Pensabaenlacaraquepondríanaquelloscapitalistasdeindustria,aquellosasquerososricachos, cuandolasSApenetrasenensuslujososdespachos. ¡Habíaquebarrertodaaquellabasura! Y, al mismo tiempo, cerrar el dogal alrededor del cuello de los militares, de todos aquellos generales que seguían creyéndose lo más importante del país, pero que soñaban siempre con un emperadorquetornaraaconcederleslosprivilegiosdecastaqueleserantannecesarioscomoelaire querespiraban… —¡Hola! Sevolvió,conlacopaenlamano.Ypudopormenosquesorprenderse. Lamujerquelesonreíaera,sindudaalguna,lomáshermosoquehabíavistojamás.Ellallevaba unvestidonegro,unodeesosvestidosdenochequeseceñíanasubellocuerpocomounguante… LoshombrosdesnudosestabanconstruidoscomoporlamanodeunFidias,yelescote,cuadrado, dejabavergenerosamenteunossenosquenonecesitabansujeciónalgunaparademostrarsuabsoluto ytriunfaldesafíoalaleydelagravedad. —¡Hola…!—repusoél. —Usted…es… —KonradSleiter. —¡Ah!Sí…recuerdohaberleinvitado. —¿Porquélohizo? —¿Y me lo pregunta? Todo el mundo habla de usted… el más activo de los lugartenientes de Roehm…y,¿porquénodecirlo?,elmásapuesto… —Esunelogioquenomerezco,meineFrau… —Soyyo,comomujer,quienpuedehablardeello…ynomellameasí…minombreesHilda… —Estábien,siemprequeustedmellameKonrad. —Perfectamentedeacuerdo. Ellalesonrió. Pero,enelfondo,lamujerestabaprofundamenteturbada.HabíavistoaSleiterenlasfotosquede élpublicaronlosperiódicos,peroeralaprimeravezqueloteníaanteella. «MeinGott!—exclamóparasí—.¿Quédiablosmeestáocurriendo?Hayalgoenestehombreque nollegoacomprender…yaunquenopiensomásqueenloqueprometí…mesientorara…». Teníaquelucharcontraaquellasensaciónextrañaqueseestabaapoderandodeella. Ladominó,momentosmástarde,volviendoaplantearseelproblemadelamisiónquesehabía encomendado,sabiendoqueteníaqueobrarconciertaceleridad,aunqueconprudencia. —Sé que voy a parecerle un poco rara, Konrad —dijo, acompañando sus palabras con una sonrisaencantadora—,peroprométamequenomejuzgaráustedcondemasiadaseveridad. —Nolosé…aún… —Soy la anfitriona, pero todo esto me cansa… me aburre… ¿qué le parecería si le invitase a tomaralgo…enmicuarto? —Mepareceríamuyextraño. —Todoesextrañoahora,Konrad…lavidaesextraña,nosotrossomosextraños…ytambiénes extraño, lo comprendo, que una mujer a la que acaba usted de conocer le haga ese tipo de invitación… —Enefecto,loes. —¿Tieneustedprejuicios? —No,peronoconciboquealgosemeofrezca…pornada. —Touchée! —rió ella—. Sin embargo, yo misma no sé por qué le he hecho esa invitación… aunquesientoquedebohacerlo… —Siesasí… —¿Acepta? —¿Porquéno? *** Mientras, conversaba de cosas insulsas con aquella rubia sosa y linfática, el Haupsturmführer HeinzRademann,elayudanteyhombredeconfianzadeKilianLörzert,observólasalidadeKonrad ydelahermosaviuda. HeinzllevabadossemanasenMunich,adondehabíasidoenviadoporsusuperioryamigo,para quevigilaraestrechamenteaSleiter. —No debes perderle de vista —le había dicho Kilian—. A medida que se acerca el día uno de julio,Sleiter,alqueconozcomuybien,procuraráhacerseinvisible,desaparecer,paraorganizarenla sombraelgolpequelasSAlehanconfiado. —Nosemeescapará. —Tenmuchocuidado.Esmuylisto,másdeloquecrees… Sin escuchar las estupideces que estaba diciendo la rubia, Rademann se dijo que aquel sinvergüenzateníamuchasuerte,yaqueerafáciladivinarloquelaviudayélibanahaceralpisode arriba. Unhombrequesedejaengatusarporunamujernoestanlistocomoparece… YaquellotranquilizóaHeinz,quiensevolvióconlaclaraintencióndemetermanoalarubia, queerajustamenteloqueellaestabaesperando. Acompañóalarubiaalampliojardínquerodeabalacasa. Momentosmástarde,bajounseto,habiendodesnudadoalahermosarubia,Heinzsedisponíaa cumplir como un hombre, pensando que su misión, además de ser mucho más sencilla que lo que Lörzerthabíasupuesto,leproporcionabadeliciososmomentosdeplacer. III —Siéntate,Konrad…voyaservirtealgo… Noleextrañóqueletuteara;seacomodóenelgransofáqueellalehabíaseñalado.Elsalónera grande,yfrenteaél,unadoblepuertaentreabiertadejabaverlaalcoba,conunlechoinmensoque cubríaunacolchaazulmarino. —¿Tegustaelcoñacfrancés? —Sí. Lesirvióunacopa,sindejardemirarle. —Creesquedeberíaponermecómoda,¿verdad? —Comoquieras. —Vuelvoenseguida… Tomóélunsorbodelexcelentecoñac,encendiendoluegouncigarrillo. Nosentíadeseoalgunohaciaaquellamujer,apesardequesurarabellezalehabíaimpresionado. Nisiquierapensabaenlaposibilidad,máscertezaqueduda,dequeellaacabaríaofreciéndoseaél. Nosentíaganaalgunadehacerelamor. Ellaestabaequivocada,sipensabaexcitarleconesasarguciasquecasitodaslasmujeresemplean. Ningún vestido ni ropa semitransparente conseguiría arrancarle de aquel mundo frío en el que se sentíatanagusto. —¡Hola…! Alzó los ojos, y se puso tenso como la cuerda de un arco. No lo esperaba, de veras que no. Porquelamujerestabaallí,anteél,completamentedesnuda,conelcuerpohúmedoaúndeladucha queacababadetomar,lapielmatesalpicadadegotasdeaguaconaparienciadeperlasdesgranadas… Éllemiraba,intensa,detenidamente,comosisusojosfuesencapacesdepenetrarenlamentedel hombre. —Deseo que me tomes, Konrad… pero solo si me deseas, si lo quieres… Un gesto tuyo, y volveréavestirme…comoantes. Algoestabaocurriendoenél. Noerapurodeseo,sinomásbiennecesidaddeteneralguienallado,devolverasentirsejuntoa uncuerpovibrante… Después de todo, ¿qué importaba que aquella mujer, como tantas otras, viciosas y lúbricas, ofrecierasuhermosocuerpo? Noibaaposeerla,porquepensaríaenAnnayenErika,yseríacomosiestuvieseconunaocon otra… Sepusoenpie,dirigiéndosehaciaeldormitorio. *** Lasmanosdelhombrerecorríanlentamenteelcuerpodelamujer. Eranmanostrémulas,dulces,lentas,parsimoniosas,comosirozasenlosdelicadospétalosdeuna flor… Loslabiosdelhombreentraronseguidamenteenliza;labiostansuavescomodedos,dotadosde unasensibilidadespecial,quemásquebesarponíanenlacarnedeHilmaundespertardesensaciones inéditas,queluegocorríanvertiginosamentealolargodesucuerpo. Cerrólosojos. ¿Quéleestabaocurriendo? Nunca, en su vida, había sido tratada de aquel modo, con aquella exquisita delicadeza, como si fueraunacriaturafrágil,quebradiza,yalmismotiempollenaderesonancias… Todoloquehastaentonceshabíasidodeseobrutal,cariciasalvaje,presióninclusodolorosa,era ahoraternura…ylamujernoestabaacostumbradaasertratadadeaquelmodosingular. Entrebesoybeso,cortaspalabrasescapabandeloslabiosdelhombre. —Cariño… Yotravez: —Anna,amormío… EllacomprendióentoncesqueKonradnoestabaasulado,yquesucuerpo,elqueelladeseaba ofrecerlecomoelmássegurodeloscepos,lamásarteradelastrampas,nosignificabanadaparaél, sinolamerapresenciaquelepermitíaregresaraunpasadosinretornoposible. Entonces,comprendiendoloquealhombreleocurría,Hilmasintiócelosdeaquellamisteriosa mujerquevivíadenuevoenloslabiosdelhombre,ycuando,otravez,pronuncióélelnombrede Erika,tambiénHildasesintiófuriosaantelanuevarival,cuyofantasmainvisibleseconcretabaensu propiocuerpo. Estaba descubriendo, con verdadero asombro, la inmensa capacidad de amor que escondía el corazóndeaquelhombrealquesehabíapropuestoodiaryperder. Peroalmismotiempo,sucuerpoleestabatraicionando. Hasta la última fibra vibraba bajo las caricias de Konrad. Como nunca lo había hecho, mostrándole por vez primera una dulzura amorosa que ni siquiera había conocido con su difunto esposo. Además,¿nosehabíacasadoconHansparaescaparalamiseriadesufamilia? Nunca le amó, como jamás había querido a ninguno de sus circunstanciales amantes. Y ahora, como si acabase de alzarse el telón que hasta entonces le había ocultado un mundo desconocido, descubría algo inédito… aunque era primero su carne trémula quien tomaba conciencia de la indescriptibledimensiónenlaquehabíapenetrado. —Amormío… Nofueél,sinoellaquienacababadepronunciaraquellaspalabras;dichasconverdaderapasión, eneseestadodemaravillosoencantamientoqueconocíaporprimeravezensuvida. Se pegó a él, intentando que sus cuerpos se fundiesen en uno solo. Deseaba ser ardientemente suya, pero sin aquel querer ser dominada por la violencia de un macho ansioso de placer, sino poseídaconesadulzuraqueellamisma,incomprensiblemente,estabadispuestaadar. Eranlentoslosgestos,larguísimos,comosicadaunofueraundulceyprolongadocaminoque ambosdeseasenrecorrerlomásdespacioposible. Ni siquiera se percató de que el hombre la había penetrado; fue, en realidad, como la continuaciónlógicaydeliciosadeaquellargocombateamorosoquesehabíadesarrolladodesdeque setendieronenelancholecho. Ellasintió,muchoantesdequeelorgasmollegara,unafelicidadmilvecessuperioralplacerque sucarneibaabrindarle. Yentonces,conterror,comprendióquealgoinesperadolehabíaacontecido. *** Inclinándose sobre Rupert, que conducía el Opel, Josef le besó tiernamente en el lóbulo de la oreja. —¡Cuidado!—leadvirtióKoppen—.Puedenvernos,tonto… —Semehaceeltiempolargo. —Hayquetenerpaciencia.Cuandoseestácumpliendoundeber,nohayquepensarenotracosa. —Nopuedo. —¿Quieresquemeenfade,Josef? —No,esono… —Entonces,estatequieto…YpiensaenesetipoyenloquehavenidohahaceraMunich… —¿Estássegurodeconocerle? —Puesclaroquesí…Lehevistovariasveces…juntoaeseamigodeSleiter. —¿Lörzert? —Sí. —HavenidosiguiendoaKonrad. —Deesonohayduda. —¡Hijos de perra! Desde que Roehm ha puesto su confianza en Sleiter, los cabrones de las SS estánmásquemosqueados. —Esnatural…Noolvides,cariño,queSleiterconoceatodoslosSSdeMunich,yquellegadoel momentodelimpiarlaciudad,seráélquienlosdescubra,aunquesemetanbajotierra. —Escierto. Rupertlanzóunsuspiro. —Yocreíaque,comomeprometiste,íbamosapasarestepermisojuntos,lejosdelaciudad… —Nosabescuántololamento.Perocompréndelo,pequeñín…Konradeselúnicoamigoqueme queda…ytrasloquelepasóaPaul… —¡Nomelorecuerdes! —Tenemosquevigilarle,Rupert…Sleitersuelesermuydescuidado… —¿CuándonosvamosdeMunich? —Dentrodeunosdías.Sleiterhaescogidounlugar,nomuylejosdelaciudad,dondepasaremos losúltimosdías…antesdelgrandía… —¿Iremosconél? —Sí,Estaremoslostres…peronotemas,Konradnonosmolestará.Yaleconoces…esunlobo solitario. Koppenlanzóunsuspiro. —¡Lástimaquenosea…! —Nodigasburradas,cariño…ynoteatrevasainsinuarteconél… VolviendolacabezahaciaJosef,Rupertlelanzóunamiradaburlona. —¿Celoso…ograzomío? —Noeseso,idiota…Konradesdeotrapasta…nisiquieraescomolosotroshombres…esun tiporaro,unjefenato…unhombrequevaagolpearconunafuerzaterrible… —Meestáshaciendolabocaagua… —¡Calla! —Noteenfades,Josef…yasabesqueparamínohaynadiecomotú… —Dejaeso.MeestoypreguntandosiKonradhabráconseguidoalgoenesafiesta. —¿Unamujer? —Sí. —¡Puah!¡Quéasco! —Megustaríaquesedivirtieraunpoco.Estásiempretriste,pensandoenlomismo…enlasdos mujeresalasquehaconocido…Scheisse!Nohatenidomuchasuerte,quedigamos… —Conlasmujeres,unhombredeverdadnopuedetenernuncasuerte. —Veremos…detodosmodos,cuandohayamostriunfado,megustaríaqueSleiterllegaraaser verdaderamentefeliz… LamanodeljovenzueloSAseposóenelmuslodeJosef. —Dejaatuamigo,cariño…ypiensaencómovamosapasarlocuandovayamosalcampo…y estemossolitos… IV HeinzRademannadoptóunaposturauntantotensa,yaquehastaentonces,nilaamabilidadnila cortesíalehabíanproporcionadolosresultadosqueesperaba. La actitud de la mujer le había ido enfureciendo progresivamente, y ya hacía unos cuantos minutosqueintentabadominarse,luchandodesesperadamentecontraaquellasganasdegritarlequele quemabanlagarganta. «¡Lamuyzorra!—pensó—.DebetodoalasSS,desdequesumaridomurió…ningunaotramujer hasidotratada,mimadacomoella…». Sepasólalenguaporloslabios,comosiestuviesensúbitamenteresecos.Ydijo: —Bitte,meineFrau…Porfavor,señora…nuncalenegamoselapoyoquesolicitódenosotros… Hilma Weistäter no despegó los labios. Hacía un par de minutos que parecía absorta en la contemplación de la circulación que había en Kanalstrasse, a donde daban las vidrieras de los ampliosbalconesdesucasa. —Leconcedimostodo…—insistióelSS. Sinvolversehaciaél,lamujermostrólatensiónenqueseencontraba.Susdedosretorcieronel visilloquehabíaestadoacariciandomomentosantes. ¡Puercos!Ciertoque,dealgunamanera,nolehabíafaltadoelapoyodelasSS,especialmenteel de los más importantes de sus hombres locales… pero ¿a cuántos había tenido que admitir en su cama…? ¡Favores! Unamujersabequelosfavoressolosepaganenlavida,mientrasseesjovenyhermosa,deuna solamanera.Yaunqueellasehabíaresistido…aunqueprocurónomostrarsedemasiado«abierta»… Sevolvióhaciaél,máspararomperelinsufriblesilencioquedominabaenlaestancia,quepor responderalasinsistentesdemandasdeHeinz. —Yalehedichoquenosénada. La misma respuesta había despertado en el hombre una sonrisa irónica, todas las veces que la habíaescuchado.Peroahora,no. —¿Porquéinsiste?—inquirióconunairritaciónqueyanopodíadominar—.Ustedlerecibióen sucasa,selollevóalacama,yolovi. Ellalefulminóconlamirada. —¿Usted?¡Nomeextrañanada…! Habíatantoasco,tantarepugnanciaenlosencolerizadosojosdelamujer,queRademannsintióel placerquelehubieracausadoencontrarselomáslejosposibledeaquellugar. Maldijo,unavezmás,elhabersidoelegidoporelStandartenführerLörzertparaaquellamisión queseibahaciendomásymáscomplicadapormomentos. —Paraesohaquedado,¡estúpido!—ledijoellaconaqueldesagradablebrillodedesprecioenlas pupilas—.Paravigilarlacamadelosdemás…puestoquehadefaltarlealgoparaestarencimade ellas… —¡Señora! —¿Porquénomedejaenpaz?PuedollamaralaKommandanturdelasSS,inclusoaBerlín… —¿Porquénolohaceusted?Terminaríamosmuchoantes… Hilmasabíaqueeraverdad,queaquelmonigotenihubieseosadojamásmolestarlacomoestaba haciéndolo,denohaberestadoapoyadodesdearriba… Cambiódetono,altiempoqueseseparabalacoléricamiradadelrostrodelSS. —Lo lamento mucho. No tengo más que decirle… ya le he dicho que no sé nada respecto al paraderodelSturmbannführerSleiter… —Pero… —Yahora,porfavor…déjeme…estoyfrancamentecansada… Sepusorígido. —Comoustedquiera… Diountaconazo,inclinándoselevementeanteella. —¡Buenosdías,señora! —¡Adiós! *** —Konrad… —¿Sí? —Deberíashabértelatraídoaquí. —¿Dequéestáshablando? —De esa mujer… Te hubiese dado un poco de ánimo… Te encuentro apagado desde que llegamosaquí… —¡Nodigastonterías!Escogíunsitioestupendo,todolotranquiloyreposadoquenecesitábamos, después de los años de lucha que llevamos sobre la espalda… Y especialmente ante las horas decisivasquenosesperan. —Entonces,¿creesqueestavezirádeveras? —Sí,Josef…seacercaelmomentocrucial…ytodoslosaben:ellosynosotros…nohaysitioen Alemaniaparadosfuerzascontrarias…yunadeellashadeceder…odesaparecer… Meisterfruncióelceño. —Nonostocarábailarconlamásfea,¿verdad,amigo? Konradsonrió. —Nolocreo.Estamosenmayoría,conelapoyodelpuebloalemánquesesienteengañadopor los que tantas cosas buenas le prometieron… cuando necesitaban sus votos… «Históricamente, dialécticamente»,comodicenlosmarxistas,lavictoriahadeserdelasSA…Yoestoycompletamente convencidodequeasídebeser,amenosque… —¿Dequé…?—inquirióJosefconunanubededudasobrelosojos. —Que alguien nos traicione… Un Judas cualquiera… porque, desdichadamente, siempre los hay… —Sileconociera,lecortaríaelcuello… LasonrisaseamplióenloslabiosdeSleiter. —Estástomandovagassuposicionesporideasreales,camarada.LodelJudasesunaposibilidad, remotaperonodespreciable…Detodosmodos,inclusosialguienintentaseimpedirquelasSAse pusieranenmarchaenelmomentopreciso,nuestraunidadespecialcumpliríaconsumisión…queya sabes que es ocupar los puestos clave de Munich, de toda Baviera, e inmediatamente después, nos ocuparemosdetodoelsurdelpaís,dandounbuensustoaesoshijosdemalamadredecapitalistas: losTyssen,losKrupp… —Pornadadelmundomeperderíaeso—sonrióMeisterconlosojosbrillantes. —Sí,tienenrazón…seráalgodignodeservisto.Esoscerdosbiencebadosestántansegurosde teneralEstadonacionalsocialistaensubolsillo,quevanaabrirlosojoscomoplatoscuandovean entraraloscamisaspardasensusfábricas… —¿YenBerlín? —Hay otros camaradas de las SA que se harán cargo de la capital… al igual que en las demás ciudadesdelReich… —¿Porquénolahacesvenir,Konrad? DivertidoporlainsistenciadelastutoJosef,quehabíacambiadodeconversaciónenelmomento oportuno,perobruscamenteserio,Sleiterdijo: —Dejaquemeocupeyodemispropiosasuntos,camarada…¿quieres? —Perdona. Sepusoenpie,despidiéndosedeSleiterconunvagogesto. Unavezsolo,Konradencendióunnuevocigarrillo,ymirandolamanchaverdedelosbosques vecinos,queascendíanporlasladerasdelascercanascolinas,lanzóunprofundosuspiro. Tiempotendríadeverla. Lasdosdesdichadasexperienciasamorosasquehabíatenidoensuvidaleponíanenguardia.En lasdosocasiones,invariablemente,lamujerhabíadejadolavida… ¿Porsuculpa? Nolosabíanileinteresabadespuésdetodo.Lociertoeraquebastabaqueamaradeverdadauna mujer,paraqueextrañascircunstanciasdelaexistenciaseencargasendeliquidarlotodo,comosiel destinotuvieraprisaporsaldarsuscuentas… Estaveznoocurriríaasí… Por eso había rogado a Hilma que le dejase marchar solo, prometiéndole que, en cuanto terminaratodo,sereuniríaconella,paranovolverseasepararnuncamás. Ellaconocíaellugardelescondite,peroKonradconfiabaplenamenteenaquellamujerquehabía sido capaz, desde el primer momento, de hacerle olvidar el dolor de sus dos anteriores tragedias amorosas… No, ella no vendría allí… se lo había jurado, y al hacerlo, sus labios estaban tan cerca de los suyos,quelamitaddeljuramentoseconvirtióenbeso. *** —Verdammteidiot![8]¿Esquenotehasdadocuentadequetehaestadotomandoelpelo?Ninguna mujer,almenosdelatalladeesa,puedeignorarenquélugarsehallasuamante… —Nopudehacernada,Standartenführer;ypuedecreerquelointenté… Kiliandejócaerelpuñosobrelamesa. —¡Hemos sido demasiado amables con esa furcia! Hemos olvidado todo… echado tierra a los que,alcontrario,hubiésemosdebidomanteneralaluzdeldía,paraquetodoelmundosupieraquién esverdaderamenteHilmaWeistäter… Heinzlelanzóunamiradaaguda. —¿Quéquiereusteddecir,micoronel?—inquirió,mordidoporlacuriosidad. Lörzertseencogiódehombros. —Son cosas que ya no importan, Rademann… cosas pasadas, sobre las que voluntariamente echamostierraencima,particularmenteporrespetarlamemoriadeHansWeistäter…unsímbolode lasSS,unmártirdelReich… —Yohicecuantopude,señor. —Déjalo… Está visto que tendré que jugar personalmente la última baza… lo que no podemos estaressinsaberdóndeseocultaesaunidad…ysujefe. Ytrasuncortosilencio,almismotiempoquesuvozcambiabadetono,haciéndosemásprofunda, comosilasideasqueexpresaballegarandesdezonasmáshondasdesupersonalidad: —Eslaúnicapiezadelrompecabezasquenoposeemos,Heinz…y,aunqueparezcamentira,es paramílamásimportante… —¿InclusomásqueelmismísimoamodelasSA? —Sí.ConocemosellugarexactoenelqueseencuentraRoehmysuasquerosoestadomayorde homosexuales…peroinclusosilosneutralizásemos,deteniéndolos,lamáquinainfernalsepondría enmarcha…yesamáquinaeslaunidadespecialquemandaKonradLudwigSleiter. —Ya. —Unamáquinadignadetaljefe…puedescreerme.Tanfríacomounmecanismoquesemueve con carencia absoluta de cualquier clase de sentimientos o de pasiones… fría y exacta como un cálculo matemático… y capaz de dar el golpe rápida y certeramente. Si esos hombres se ponen en marcha,nadielesdetendrá… —¿Nilamuerte? Kilianlanzóunarápidamiradaasuayudante. —¿Quémuerte?Sonellos…lamuerte. V Estabaseguradequevolverían.Losconocíademasiadobienparanotemerlo.Eraninsistentes,y noibanaabandonarlapresa,unavezhabíanclavadosussuciasgarrasenella. Konradlehabíadichomuypocascosas. No era un hombre hablador. Y a ella le gustaba que no lo fuese. Como todos los hombres qué sientenintensamente,Sleiterpreferíaactuarahablar…yparaunamujertanardientedeunamorque no había conocido hasta entonces, al menos de aquella manera, era mucho más importante que los labiosdesuamantebesaran…envezdemoverseparaarticularpalabras. ¡Santocielo!¡Ycómoseguíasintiendoaquellaansiosanecesidaddelapresenciadeél!¡Cómolo deseaba! Era, y esto la hacía temblar de placer, como si cada milímetro cuadrado de su piel lo deseara, comosicadaparceladelexteriordesucuerposintieraenvidia,launadelaotra,ytodasellasjuntas loestuviesenllamandoagritos… Sin embargo… ¡qué diablos!… ella había conocido a otros hombres; entonces, ¿qué clase de misteriosofiltrolehabíaproporcionadoeste?Porque,derepente,sinsabercómoniporqué,todosu cuerpo,todasualma…lereclamabansincesar. ¿Noseestaríahaciendovieja? Se encogió de hombros, mientras seguía peinándose ante el espejo del elegante tocador. Si se puede ser vieja a los veintiséis años, entonces sí que lo era… aunque le parecía exactamente lo contrario:eracomosiunanuevapubertadsehubieseencendidoensucarne…yparaencontraruna ciertasimilitudentreloqueahorasentíayloqueexperimentóotrora,teníaquepensarenelprimer beso que recibió, en la primera vez que la torpe y tímida mano de un chico del barrio envolvió la morbidezdelsenoqueapenassedibujabaenlaplaniciedeunpechonúbil. Sí,aquelloleparecíaunaexplicaciónbastantelógica…eracomosituvieraotravezdoceotrece años, pero con la indudable ventaja, ahora, de saber que poseía todo lo que podía complacer a su hombre…yquenotenía,comoporaquelentonces,quemetersetraposbajoelvestido,parasimular tenerloqueaúnnotenía…oalmenosenlacantidadyvolumencapacesdeatraerlasmiradasdelos chicos… Sonrió. Legustabapensarenaquellascosas,pensarenloquefuese,menosexactamenteunapartedesu concienciacontralaquehabíaestadopeleando,duramente,desdequedescubrióenSleiteralhombre quehabíaestadobuscandodesdesiempre… El timbre de la puerta la sobresaltó, pero no excesivamente. Los estaba esperando. Sabía perfectamente que volverían. Y que no cejarían hasta obtener lo que deseaban; aunque ella estaba seguradenodecirlesniunasolapalabra. La criada, una muchacha del campo que seguía tan estúpida como cuando había llegado, seis mesesantes,oliendotodavíaavaca,abriólapuertadelsaloncito. —Unseñor,señora… —Tehabrádichounnombre…¿verdad? Lasgruesasmejillasdelacampesinaenrojecieronunpocomásdeloquenaturalmenteestaban. —Ha debido decírmelo, pero con algo muy largo y raro, como dicen todos… terminado en «führer». —Bien.¿Dóndelohasdejado? —Enelsalón,señora. —Voyparaallá…preparaunpocodecafé…o,mejordicho,deté… —Bien,señora. *** —¿Dequédemoniostehasvestido? VolviéndosehaciaJosef,Sleitersonrió. —Noseasanimal,Meister.Voyvestidodepaisano…¿oesquenotehasdadocuentadeello? —Sakrement!Creoquenoterecuerdovestidodeesamanera…¿otehevistoalgunavezsinel uniformedelasSA? —Tienesrazón.Creoquenunca. —Poresomehascausadounaimpresióntremenda…peroaúnnomehasdichoporquétehas vestidoasí…depaisano. —VoyaMunich. Josefparpadeó;luego,comosolíahacercuandoalgolesorprendía,jugóconlasarticulaciones desusdedos,tirandodecadaunodeellos,hastahacersonarlasjunturas. —Nolodirásenserio… —Enseriolodigo. —Perolasórdenes… Sleiteresbozóunasonrisa. —Yameconoces,Josef…nuncahefaltadoaunaorden.Acabodehablarconeljefe…todoha quedadopospuestocuarentayochohoras…irreversiblemente. —¿Irreversiblemente? —Sí. Eso quiere decir que no habrá contraorden y que, por lo tanto, puedo disponer de doce horas,sintemoracometerunafaltacontramideber. —Entiendo. —HitlerandaporBaviera…haidoacasaranoséquién…yestávisitandoalgunoscampamentos juveniles… Moviólacabezadeunladoparaotro,sindejardesonreír. —¿Te das cuenta si tuviésemos que detenerlo nosotros mismos? El plan había previsto que él, juntoconsuscolaboradores,fuerandetenidospornuestroscamaradasdeBerlín,perosiseempeña enseguirpaseándoseporBaviera… Meistersepasólalenguaporloslabios.Estabavisiblementenervioso. —¿Hayordendeatentarcontra…suvida? —No.Nadiemataráanadie,exceptosialgunodeesosjefazosdelasSSseponechulo…Porel momento, hay que detenerlos… luego veremos. Pero no creo que, pase lo que pase, Roehm desee hacermalalFührerque,apesardetodo,esunviejocompañerodelucha. —Yo tampoco creo que Ernst fuera capaz de una felonía así… Claro que, si ocurriera lo contrario… —¿Quéquieresdecir? —Esunasimpleidea…peroimaginaquefueranellosquienesganasenlapartida…losSS…ya sabes…¿creesqueHitlerharíadañoaRoehm? —No,nopudocreerlo. *** —Señora… MiróHilmaalhombre,buscandoensusrecuerdosalgoqueledijerasilehabíavistoantes,pero llegóalaconclusióndequeaquellaeralaprimeravezqueleveía. —¿Conquiéntengoelgusto…? —Standartenführer Kilian Lörzert, señora… Weistäter… porque usted es la viuda de Hans Weistäter,¿noesasí? —Biensabeustedquesí. —Perdone.Eslaprimeravezquenosvemos,señora…Weistäter… —¿Hilma,verdad? —Sí. —¿OacasoprefierequelallameKlara? Ellapestañeó,perorecuperóenseguidalacompostura. —Noentiendo. —Esmuysencillo.UstedesKlaraOberfein…escomprensibleque,alcasarse,cambiaraustedde apellido,tomandoeldesuesposo…perolosorprendenteesquecambiaratambiéndenombre…que deKlarapasaseustedaserHilma… —Fueunaideademiesposo. —Esposible…¿onofueelapellidodesuhermanoelquelemolestabamás? Ellalelanzóunamiradaaguda. —Tieneustedunaextrañaaficiónanodejartranquilosalosmuertos. —Perdone, meine Frau… aunque hay muertos y muertos: su esposo cayó asesinado por los comunistas…ysuhermanoeraunodeesoscomunistas… —¡Mienteusted!MihermanonotuvoquevernadaconlamuertedeHans… —Esoyalosé.NoestoyculpandoaWalter…¿sellamabaasísuhermano,noescierto? —Asísellamaba. —¡Quévidatancuriosalasuya,señora!Seescapausteddesucírculofamiliar,cambiadenombre y de apellido, se casa usted con un futuro héroe del nacionalsocialismo, tiene un hermano del Rot Front…que…amenosdelhombrealqueustedamaahora… Ellasemordióloslabios. —Porque…leama…nitchwahr? —¿Y si le amase? No tengo que dar cuentas a nadie. Ni usted… ni el mismísimo Reichführer tienen nada contra mí… poseo amigos influyentes, y usted lo sabe, en el seno de las SS… y sigo siendolaviudadeunodesushéroes… —Todoesoescierto…perodígame,¿leama? Lemirófijamente,alosojos,ysinquesuvoztraicionaseelmenortemor: —Sí,leamo—afirmórotundamente. —Esoestámuybien…¡Lástimaqueél,enciertomodocomousted,poseaunavidaespecialmente turbadora…!Éltambiénamó,dosveces…laprimeraaunamujerquesufriómucho…peroélyala vengó,asumanera…lasegunda… Notóquelamujersemordíanerviosamenteloslabios,altiempoquepalidecíauntanto. —¿Lehadichoustedquefuesumanolaqueterminóconlavidadelaqueestuvoapuntodeserla esposadesuhermano? —¡Curiosa familia! El hermano muere a manos del amante de hoy… y ese amante pierde a la mujerquefuelanoviadeesehermano…ycayóenlatrampaquesuamanteactualletendió…sila vidanofuera,comoloes,tanextraordinaria,diríamosqueestoesunincreíblefolletín… Lanzóuncortosuspiro. —La existencia es una cadena de hechos que marchan unidos los unos a los otros… aunque a vecesloseslabonesseaninvisiblesparanosotros… »Nosotrosleayudamosaustedparaquedestruyeselavidadeunamujer…ehicierasufriraun hombre…delquetambiéndeseabavengarse… »Loes…yustedlosabe.AlinvitaraSleiteraaquellafiesta,usteddeseabadestruirle,almenos moralmente… —¿Cómopuedeustedsaber…? Kiliansonrió. —TodosloshombresdelasSSquehancolaboradoconustedlohanhechoporqueyoselohe ordenado,aunqueaveces…usted…para«convencerlos»… —¡Calle! —Estábien…No,nocreaqueyoobrabacondesinterés…tambiénperseguíaunobjetivo…por uncaminolargoyllenoderodeos,loconfieso. —Noentiendo. —YotambiéndeseabalapérdidadeSleiter,perolapérdidamoral,emocional,losuficientemente fuertecomoparaquedejaradeserunpeligro…paraélmismo. —¿Serefiereustedasulaborpolítica? —Esoes. Lemirólamujer,conextrañafijeza,conunanuevacuriosidad,comosifueralaprimeravezque loteníadelante. —Sideseabaaniquilarle…existenotrosmedios… —¿Matarle? —Sí.Yotambiénhubierapodidohacerlo,aunquehubiesesidoarriesgarsedemasiado.Loqueyo queríaeraverleretorcersededolor…primeroantelamuertedelasegundamujeralaqueamó… luegoamispies…cuandolehubieravueltolocodedeseo… —Nohaocurridoasí. —No.Hesidoyoquienhacaídoenelcepoquelehabíapreparado…aél… —Comprendo. —¿Cómo puede entenderlo? Yo tampoco lo comprendía… hasta que le conocí, como solo una mujerpuedeconoceraunhombre…ydescubrirentoncesqueeslacriaturamásextraordinariaque haexistidojamás…¡unhombredeoro! —Piensocomousted. —¿Acasoleconocecomoyo? SonrióLörzert. —Noeslomismo…peroleconocíantesqueusted…muchoantes…cuandolosdoséramosdos jóvenes…soldadosenelfrentedelOeste… Lanzóuncortosuspiro,antesdeagregar: —…mesalvólavida.Dosveces. —¿Ycómopuedeodiarle? Alzólacabeza,ysuexpresiónfuecomoladeunhombrequeacabaderecibirunabofetadaque noesperaba. —¿Cómopuededecireso?NuncaheodiadoaKonrad…alcontrario… —Nomehagareír…esustedunhombremuyhábil…laprueba…hasidoelúltimoenvenir,tras laseriedeidiotasquehaenviadoaverme,aconvencerme…yahora,inclusocuandosabequeamoa Konradmásqueamipropiavida,quiereconvencermededecirledóndeestá…porquelequiere… comoaunhermano… —Yasílequiero,mecreaustedono… —Pierde usted el tiempo, Standartenführer… lo pierde usted lamentablemente… incluso si se atrevieseatorturarme,noconseguiríanada… —Nipuedotorturarlanilodeseo…Yalosabía,antesdeveniraverla,loqueocurría…ASleiter noselepuedeodiar…perteneceaesaclasedehombresquesoloodianlosidiotasylosignorantes… aKonradhayqueamarle… —¡Enternecedor! —Déjeme hablar… ¿cree acaso que si no me importase Konrad… estaría aquí, perdiendo el tiempo? Sleiter ignora que los suyos han perdido la partida… esta noche, mi querida señora, los amigosdeKonradvanarecibirunaterriblelección…laúltima… »Sleiterestáescondido…yyoséqueaunquedesaparezcansusjefes,élobrarácomosiestuviesen vivos.Selanzará,comounloco,aunabatallaquetieneperdidaporadelantado… »Si, al menos, muriese en el empeño… pero incluso si tuviese esa suerte, su nombre será maldecidoparasiempre… »Ysilocogenvivo…leahorcarán…aélnoselepuedecazarcomoseharáalosotros…porque Sleiteresunhombredelospiesalacabeza… Ellalemirabaprofundamenteinteresada. —NopuedocreerquehayavenidoustedparasalvaraKonrad… UnatristesonrisasedibujóenloslabiosdelSS. —No,nohevenidoasalvarle,porqueséqueesoesimposible.Nadaseríamássencilloparamí quedisponerdeuncoche…yhacerlepasarlafrontera…peroesoesnoconoceraKonrad… —Esverdad.Noesdelosquehuyen. —Losé…poreso,elmotivodemivisitaessolouno:elúnicoposible… —¿Cuál?—inquirióella.Ysuvoztemblaba. —Tienequemorir. —¡No! —Tienequemorir…decentemente.Noenlahorca,rodeadoporsuscamaradas,oyendosonarlos tambores…mientrasquelearrancanlasinsignias…ylasmedallasqueganóenFrancia… Hilmahabíabajadolacabeza. —Lo entiende ahora, ¿verdad? Los dos le amamos… yo como un hermano, usted como una mujer…ylosdos,sinuestroamoresverdadero,hemosdeprocurarquemuera…comodeseamos quelohaga. Sepusoenpie. —Yo no puedo hacer más, amiga mía… Si me hubiera dicho el sitio donde se esconde, habría procuradoobraramimanera…peroséquenomelodiránunca… Ellanoabrióloslabios: —Hecumplidoconmideber…ahora,esustedysuconcienciaquientienequeactuar…Sievitaa Konradladeshonradeunamuerterepugnante…habrádemostradoquesuamorvalíalapena…sino lohace…¡malditasea! Cuandoellaalzólosojos,elhombrehabíadesaparecido. VI Loscamiones,atiborradosdeSS,avanzabanenlanoche.Anteellos,losvehículosdeturismo,un Mercedes y dos Opel, llevaban en sus asientos a los hombres llegados desde Berlín, y que acompañabanaotrohombre…quedeCanciller,ibaaconvertirseenVerdugo. AquelhombreeraAdolfHitler. Ibanervioso.Estabafurioso.Llevabatresdíasconteniendoapenaslacóleraquelehabitaba. Desde que abandonó la capital del Reich, con el banal y falso propósito de visitar centros juvenilesdelsurdelpaísyasistiralabodadeunSS,sabíaqueeldestinodeAlemania,talycomoél lodeseaba,estabaensusmanos. AmenosquelodejaseenlasmanosdelasSA. Hitlersabíamuchascosas. LedolíaquesuviejoamigoRoehmleatacasepúblicamente,aunquenolesnombrasedeforma específica, demostrando a los que le oían que se había traicionado el espíritu de la revolución NacionalSocialista,prometidaalpueblo…oporlaqueelpueblohabíavotado. Hitlersabíaquelosvotosdesuspoderososamigos,losindustriales,asícomolosdelapequeña burguesíaqueleeracompletamentefiel,nolehubiesenhechoganarlaselecciones. Fue el pueblo, gente de las capas inferiores de la sociedad alemana, obreros y campesinos, muchosdeellosexcombatientesenlasfilasdelasorganizacionesdeizquierda,quienhabíaconfiado ensuspalabrasqueesperabaque,naturalmente,lascumpliera. Hitlersabíaquenopodíacumplirningunaclasedepalabra. Porque,apesardequesumandoeraindiscutible,estabatraséllaindustriapesada,lospoderosos señores del acero y del carbón, a los que necesitaba para dar alimento al gran ejército que soñaba poseersintardarmuchotiempo. Hitlersabía… PoresoestabaapuntodeconvertirseenVerdugo. *** Sedetuvo,alllegaralaesquina,mordiéndoseloslabioshastacasihacerlossangrar. —Sakrement!—exclamóluegoconvozronca. Lasiluetadelhombrequeacababadesalirdelacasa,justoenelmomentoenqueélsedisponíaa doblarlaesquinaparapenetrarenella,leeratanconocidaquesusolavistalepusotantensocomola cuerdadeunarco. ¿QuédiablosestabahaciendoKilianallí? Duranteunosinstantes,sedijoquehabíacometidounaestupidezalveniraMunich. Josefteníatodalarazóndelmundo. No era por su propia persona, sino por lo que significaba, ya que lo quisiera o no, él era la cabeza,elmotoryelcorazóndelaunidadespecialdelaquetantoesperabaelAltoMandodelasSA. VioaLörzertsubiralcochequeleestabaesperando,ynosemovióhastaqueelvehículotorció porunacalle,cienmetrosmásallá. Corrióentonceshaciaelportal,almismotiempoquesumanoderechabuscabaenlacinturala Lügerquehabíapasadoentreelpantalónyelcuerpo,alvestirsedepaisano. Con el arma en la mano, subió al segundo rellano, deteniéndose entonces ante la puerta, escuchando con reconcentrada atención, hasta que convencido de que era muy probable que no hubiesenadieenelinterior,extendióelbrazoparaoprimirelbotóndeltimbre. Leabriólapuertalamozacampesina,quienabrióunosojosenormesalveraaquelhombre,al quetantoconocía,vestidodeaquellaguisa…yconlapistolaenlamano. —¡Oh! —No temas, pequeña —le dijo él con una sonrisa—. Anda, ve a la cocina… quiero dar una sorpresaalaseñora… —Bien. Cerró la puerta Sleiter, atravesando luego el salón para dirigirse directamente al dormitorio al quehabíaregresadoHilda,volviéndoseasentaranteeltocador. Fue en el espejo de la peinadora donde la mujer vio la silueta del hombre vestido con traje de calle…ylapistolaenlamano. Parpadeóuninstante,diciendoluegoconunavozquetemblabaunpoco: —Yaveoquesabeslaverdad…yquehasvenidoamatarme… *** LoscochesyloscamionesnaveganporelnegroocéanodelaNoche. LaNochedelosCuchillosLargos. El convoy se acerca velozmente al lugar donde se han reunido, aparentemente para pasar el permisodeverano,loshombresqueformanelEstadoMayordelasSA. LoshombresquedeseanapoderarsedelPoder. Hitler se muerde nerviosamente el labio superior, mordisqueando al mismo tiempo el curioso bigotilloquesehahechofamosoenelmundoentero. Necesita un Ejército, pero no de aficionados como los SA. Lo desea profesional, con los generales que no hicieron otra cosa en su vida, gente de la que espera la gloria que la Nueva Alemanianecesita. Poreso,precisamenteporeso,estádispuestoaconvertirseenVerdugo. *** —¿Eh? Konradseacercóalamujer.Estabaprofundamentesorprendidoporloqueacababadeescuchar, perosusextosentidoleprevinoatiempo,ynodemostrósorpresaalgunanisedesprendiódelarma queempuñaba. Deseabasaber. Por su parte, la mujer se percató en seguida de que acababa de cometer un gravísimo error, comprendiendo al mismo tiempo de que él estaba esperando… y que no era el momento ni muchísimomenosdeocultarlenada. No,noeraelmomento. Girósobreelasientoaterciopeladoenelqueestabasentada. —Teníasquesaberlo…erafatalquetardeotempranoteenterases… Élselimitóaasentirconlacabeza,sincomprometerse. —SoylahermanadeOberfein…deWalterOberfein…elnoviodeErika… —Losabía. —Hacepoco… —No.Desdeantesdequemeinvitarasaaquellafiesta… Ahorafueellaquiensesorprendió. —Noesposible… —Sí.Yotambiénposeomiserviciodeinformación…Despuésdetodo,Munichnoesmásqueun pueblograndeenelquenosconocemostodos… —Peroentonces…tambiénsabrás… —Losétodo,Hilma… —MellamoKlara. —No,paramíeresyseguirássiendoHilma.Ydejemoseso…—dijoposandolapistolasobreun sillón—.¿QuieresdecirmeahoraquéestabahaciendoLörzertaquí? —¿Tambiénsabeseso? —Levialllegar…porpoconostopamosenelportal. —Vinoaverme… —¿Porqué? —Vinieronotrostres…deseabanquelesdijeradóndeteescondes…estáninteresados… —Esnatural,peroyosabíaquenodiríasnada…¿omeequivoco? —¿Cómopuedesdecireso? Seacercómásaella,posandosusfuertesmanosenlascurvassuavesdelascaderasdelamujer. —Esunabroma,amor…¿quétedijoKilian? —Deseabasalvarte…queríaquetefuerasdelpaís. —Entiendo.Sipuedo,tambiénharéalgoporél…noquieroqueleocurranadamalo… —¿Puedodecirtealgo? —Loquequieras,cariño. —Kilianteaprecia,tequiere…deveras. —Yalosé.Peroesonovaacambiarenabsolutolamarchafataldelosacontecimientos. Lanzóunsuspiro. —Haymomentosenlavida,Hilma,enlosquelossentimientoshandecederelpasoacosasque seconvertiránenHistoria. —Así es… Él quisiera facilitarte los medios para que te fueras… para que nos fuésemos, si deseasquevayacontigo… Éllamirabaconfijeza,yellasonrió,aunquesushermososlabiosdibujaronúnicamentelamueca dolorosaqueleretorcía,almismotiempo,elalma. —Sí,yaséquenoesposible…soyunatontaalhacermeilusiones… —Luegotendremosmuchotiempoparavivirjuntos… —Comotúquieras. Seapretóconvulsivamentecontraél. —Tedeseo,Konrad…quierosertuya…ahoramismo…durantetodalanoche…siesquetienes tiempoparamí… Sleiterlebesóenlaoreja. —Tonta…¿porquécreesquehevenidoaMunich?Tengotodalanocheparati,paranosotros… —Ven. Lecogiódelamano,llevándolohaciaellechoinmenso. —Prométemeunacosa,amormío. —Loquequieras,Hilma. —No vamos a hablar de nada… esta noche… hablaremos solo de nosotros mismos… solo de nosotros… —Teloprometo. Leechólosbrazosalcuello. —Dejaquetedesnudeyo,Konrad…¡estástancuriosovestidoasí! Fuequitándolelaropa,sindejardeacariciarleybesarle. —Ahoratetocaati…desnúdame… LohizoSleiter,conunaimpacienciaquesetraducíaenlaagitacióndesusmanos. —Ven… Hilma cerró los ojos, como hacía cada vez, mordiéndose los labios, con ansiedad, deliciosa ansiedadcadavez,hastaquesentíaelhombreenella. Entonces,dejabaescaparunbrevegemidodeplacer. *** LosSSabríanlaspuertas,penetrandoluegoenlashabitaciones,conlossubfusilesenlamano.En lascamas,loshombresgeneralmenteformandopareja,sealzaban,abriendodesmesuradamentelos ojos. —ElFührerhaordenado… MirabanalosSS,sincomprender,procurandoocultarsuscuerposdesnudos,queavecesseguían aúnentrelazados. —…queseáisejecutadosportraiciónalReich. Niunapalabramás. Lossubfusilesladrabanásperamente. Yloscuerposqueunamorconfusohabíaunidoenlalarganoche,sebañabanahoraenlasangre mezcladadelosdosamantes. —ElFührerhaordenado… Otrashabitaciones.Aveces,hombressolos.Enlassillas,chaquetasconinsigniasdealtosgrados delasSA.RostrosdegentequehabíacombatidojuntoaHitlerdesdeloslejanosaños1920… —…queseasejecutadoportraiciónalReich… Otrasveces,elhombrehechoyderecho,lacincuentena,juntoalSAimberbe,concuerponúbilde efebo. Jovencitos que sentían ganas de gritar y que, al ver los cañones amenazadores de las Schmeisser,seocultaban—comolohubierahechounamuchacha—detrásdelpechodelhombre,de unampliopechocubiertoporunapelambregeneralmentegris. —EnnombredelFührer…—decíaotradelasfórmulas. Eralomismo,ymientrassealzabanlasarmas. —…osejecutamosportraidoresalReich. Lasbalasseclavabanarteramenteenlacarne. *** Sonriendo,dichosa,Hilmasefueseparandolentaycuidadosamentedelcuerpodesuamante.Se deshizo del brazo que Konrad tenía aún sobre su hombro, haciendo rodar su cuerpo hacia el otro extremodelacama. Estabadeliciosamentecansada,maravillosamenteagotada… ¿Cuántasveceshabíahechoelamor? Nolosabía.Yhubierasidoincapazdeprecisarunnúmero.Además,¿paraqué?¿Quéimportaban los datos concretos? ¿Qué importaba lo demás? Se habían amado sin interrupción, pasando de la pasión salvaje y tormentosa a la entrega dulce y acompasada, para volver a enredarse en una junta amorosa,máscasicomoenemigosrabiososquecomodulcesamantes… Bajó lentamente de la cama. Sin dejar de mirarle. Sin separar los ojos de aquel cuerpo que consideraba tan suyo como el suyo propio. De aquel cuerpo al que tantas veces se había fundido aquellanoche,enaquellashoras,comosiunafuerzamisteriosaleempujaraanohacer,delosdos cuerpos,másqueunosolo… Fue dando paso tras paso, con lentitud tremenda, hasta llegar junto al sillón en el que él había dejadolaLüger. Empuñóelarma,sintiendoqueelfríodelacerolepenetrabacomosialguienacabaradeabrirla ventanaaunvientohelado… Fueacercándosedenuevoallecho,mirandoelcuerpo,pensandoenlohorriblequeseríaverle colgadodeunposte,conunafinacuerdaalcuello. —¡Jamás!—dijoenvozbaja,echándosedenuevojuntoasuamante. *** —¡Tú! HitlerpenetróenlahabitacióndeRoehm.EljefesupremodelasSAestabasoloenlacama.Sin ningunaclasedecompañía…apesardesusconocidasaficiones… —Eresuntraidor,Ernst… —¿Cómopuedesdecireso…tú?¿Quiénhatraicionado,Adolf?VasaentregaraAlemaniaasus enemigos de siempre… a los poderosos y a los militares… quieres aplastar la revolución que tú mismoprometistealpueblodelReich… —Teníaconfianzaenti… —Yyoenti…peroeslaconfianzadelpueblolaqueimporta… SalióHitler,furioso,delcuarto,ordenandoquepasasenaRoehmunapistola.PeroErnstsenegó amatarse. LosojosdeHitlerbrillaroncomoascuas. —Hacedlo…ordenóalosSSdelossubfusiles. Secerrólapuerta. —EnnombredelFührer…portraiciónalReich… Ylasarmasladrarondenuevo. *** AcercóelcañóndelaLügeralasiendeKonrad,quedormíaprofundamente. —Novoyaconsentirquetehagandaño,amormío…niquieroquetunombreseensucieenla bocadeesopuercos… Lasdosprimeraslágrimassedesprendierondelosojosdelamujer,deslizándose,comogotasde mercurio,porlacurvafinadelasmejillas. —¡Cómohepodidoquererte,amormío! Porque había que querer de aquella sublime manera que poder alcanzar el poder suficiente de cortar el hilo de la vida del hombre por el que graciosamente hubiese dado mil vidas, de haberlas poseído. Túvasamorirconelperfumedemicarneenlatuya,conmiimagenentumente…yohedeser ahoraquienpaguetodolomaloqueheintentadohacerte…yquetehehecho…porquemoriréconla amarguradenohaberrecibidolamuertedetumano… Apretóelgatillo. Se quedó luego mirando el cuerpo sin vida del hombre, que apenas si se había movido, que seguíamostrandoensuslabioslasonrisaquelamuerte¡nohabíapodidoarrancar! SellevóelcañóndelaLügeralaboca…yvolvióaapretarelgatillo… *** ElconvoyregresabaaMunich.IgualqueenBaviera,enBerlínhabíansonadolosdisparosdelos pelotonesdeejecución. —EnnombredelFührer… HitleribaenelMercedes,silencioso,conlosojosentornados.Lavictoriaerasuya,elfuturode Alemaniatambién. PoresohabíaacometidosusuciotrabajodeVerdugo. La noche terminaba en una palidez de fría alba: La Noche de los Cuchillos Largos tocaba a su fin… Apéndice1 LacuriosaderrotadeAlemaniaenlaPrimeraGuerraMundial Si rememoramos rápidamente la situación de Alemania a principios de 1945, comprobaremos enseguidaquesereuníanenellalatotalidaddecircunstanciasquehabíandeabocarfatalmenteauna derrotasinprecedentes. Losejércitosaliadoshabíanpenetradoprofundamenteenterritoriogermano,latotalidaddelos paísesquelucharondelladodelEjeestabanenpoderdesusenemigos.Lanaciónalemana,sometida a un castigo aéreo sin precedentes en la Historia, no era más que un montón de ruinas, con sus ciudadesarrasadassuindustriaaniquiladaysusvíasdecomunicaciónrotaspordoquier.Lamoralde los habitantes había llegado a ese punto en el que se desea el final, sea cual fuere. Un cansancio acumulado a lo largo de años de duras pruebas, la escasez y la dureza de los ataques por el aire, habíanconseguidodesmoronarlapocafequeenlavictoriateníanlosalemanes.Porotraparte,las Fuerzasarmadashabíanvistocambiardesignosupotenciadeotrora,luchandodesdehacíatiempo enfrancainferioridadconunadversariocadavezmáspoderosoybiendotado. Desde el punto de vista político, a pesar de la aparente sumisión de los altos responsables, se notabanseriasfisurasenelbloquedirigente,loquedaríacomoinmediatoresultadolas«traiciones» deHimmlerydeGöering,consusintentosdepactarconlosaliadosoccidentales,deseososdesalvar el pellejo y volver a hallarse al mando de una Alemania, sin Hitler, que luchara junto a Francia, Inglaterra y los Estados Unidos contra el viejo enemigo de la civilización occidental, la Unión Soviética. Algúndíahablaremosdelobienbasadasqueestabanlaspretensionesdelpoderososeñordelas SS,Himmler,ydelfindelrégimen,aquelobesocaballero,decorterenacentista,quefueeldueñode lamalparadaLuftwaffe,HermannGöering. No constituye ningún misterio que «ciertos medios» afiliados, encabezados y dirigidos por Churchill, soñaron más de una vez en aliarse con una Alemania democrática, para alzarse, definitivamente contra el molesto vecino del Este de Europa. Basta leer la aleccionadora correspondencia entre el premier británico y Josef Stalin, para percatarse de que solo la potencia alemana y el peligro que esta representaba, hizo que el astuto hombre del cigarro puro «tragase quina»,sabiendoperfectamentequeelapoyodelosEstadosUnidosnoera,enaquellosmomentos, suficienteparaaplastaralosejércitosgermanos. Peroregresemosanuestrolejanoaño1918. LaderrotadeAlemaniasevacristalizando,perolascondicionesdifierenenabsolutoconlasde 1945.Son,respectoaestas,profundamenteextrañas…yhastacuriosas. El 11 de noviembre va a firmarse el armisticio —algo muy distinto a la «capitulación sin condiciones» exigida por los Aliados en 1945—. Pues bien, en marzo de este dichoso 1918, exactamente el 21, el comandante en jefe de las fuerzas imperiales, Ludendorff, desencadena nada menos que cinco ofensivas al Oeste. Al resultar fallidos estos sangrientos intentos, las cosas empeoranenelmomentoenquelosAliadosasuvezatacan. El 13 de septiembre, la llamada Línea Hindenburg se rompe. El 21 de octubre, Guillermo II prescindedelosserviciosdeLudendorff.El3denoviembre,inspiradosporloquehaocurridoenla Rusia de los zares el año anterior, los marinos alemanes de la base de Kiel, se sublevan. El 30 de noviembre,elemperadorhacesusmaletasyabandonaelpaís,rumboaHolanda.Yfinalmente,como yadijimosantes,el11deesemismomes,sefirmaelarmisticioenRethondes. ¿HaperdidoAlemanialaguerra?Esodicentodos.Pero,yesoeslocurioso,millonesdesoldados alemanessiguenocupandovastosterritoriosenFrancia.Ynohayunsolosoldadoaliadoenterreno alemán. ElEjércitovaaregresar,abandonandolosterritoriosconquistados,peroloharásinconsiderarse como vencido. Su moral, incluso después del armisticio, sigue siendo alta. No se consideran derrotados. Y muchos de ellos no pueden explicarse lo ocurrido. Igual ocurrirá con muchos oficiales,suboficialesyjefes.Ningunodeellosaceptaráladerrota.Porquenohahabidoderrota.Y esto, recordémoslo, es muy importante. Lo va a ser, junto a otros hechos que citaremos a continuación,alolargodelosañosqueseguiránalfatídico1918. Nadiecreeenladerrota.Ymenosquenadie,unGefreiter—cabo—llamadoAdolfHitler. Acumulando cosas curiosas, podemos agregar que mientras las tropas alemanas del Oeste se disponenaabandonarlastrincheraspararegresarasuPatria,otroshermanossuyosluchanyvencen alEste.Alemaniaocupalospaísesbálticos,ydespuésdelafirmadelTratadodeBrestLitovsk,ente los bolcheviques y los alemanes, estos avanzaron ocupando las tierras obtenidas con la firma del tratado,apoderándosedeunaregiónverdaderamenteenormedelajovenRepúblicarusa:unabuena zonadelaRusiaBlanca,conlaciudaddeMinsk,lacasitotalidaddeUcrania,hastalaorilladerecha delDonetzyCrimea.NoeranestosterritorioslosqueRusiacedíaalosalemanes,queseconcretaban aLetonia,LituaniayPolonia,perohabíansidoocupadosporgermanos,austríacosyrumanos,loque se traducía a una ocupación permanente, esencialmente germana, cuando austríacos y rumanos se retiraronacapitularantelosAliados. Tenemos, pues, resumiendo, un Ejército alemán que va a retirarse del Oeste, y otro que sigue ocupandoampliaszonasalEstedeEuropa. Noderrotadoelprimero,victoriosoelsegundo. ¿Quévaasucederenestegalimatías? Wilson, el Presidente de los Estados Unidos al que se puede considerar como el responsable directodelsurgimientodelnacionalsocialismo,quiere«aplastar»aAlemania.Naturalmente,esconde susverdaderospropósitosbajoeleleganteeufemismoquelehacedecirqueloquedeseaesdestruir el«militarismogermanooprusiano»,másconcretamente. Detrás de esas palabras se esconde el deseo de «participar» en el gigantesco negocio que se ofrecerá a los vencedores cuando la poderosa industria alemana deje virtualmente de existir. Los EstadosUnidosdeAméricanoson,en1918,unpaíssinproblemas.FranciaeInglaterra,sobretodo la segunda, son dos peligrosos competidores en el mercado mundial. Se perfila ya, en los Estados Unidos,lacrisiseconómicaqueestallaráenelcomienzodeladécadadelosaños1930.Laderrota «industrial»ycompetitivadelImperiogermanoesunaoportunidadqueWilsonnopuededejarpasar. Ademáslapolíticanoesunacosasencilla. MientrasquelosojosdeWilsonestánfijosenpodergozardeunagranpartedelahegemoníade expansiónenEuropa,FranciaeInglaterra,especialmenteesta,venconmuymalosojoslaturbulencia que las ideas bolcheviques están produciendo en algunos países balcánicos, extendiéndose velozmentehaciaesaAlemaniaconlaqueacabandefirmarunarmisticio. QueriendoimitaralashuestesdeLenin,quehandirigidounaRevoluciónprofunda,sinapenas verter sangre, apoderándose del poder pro-aliado de Kerensky, firmando un hábil tratado con el poderosovecinogermano,sacrificandopartedelpaísparagozardeltiempoylapaznecesariospara construir el socialismo, los soldados vencidos, hartos de guerra, desean imitar a los rusos, y los levantamientosseproducenpordoquier,apareciendoenlaconfusaAlemanialosprimerosconatos revolucionarios,lacreacióndecomitésdesoldadosymarinos. Ante los astutos ojos de los políticos británicos, que son los que van a llevar el ritmo de los acontecimientos,sepresentaunterribledilema: a)Lascláusulasdelarmisticioespecificanclaramentequeelnuevoejércitoalemánnopodrá rebasardeningúnmodolos100000hombres. b)EscondiciónsinequanonqueelAltoEstadoMayorgermanosedisuelva,siendosustituido pordoscomandantessupremos. Esoes,entreotrasmuchascosas,loqueimponeelarmisticio.Pero: a)Lainquietudsocialyelansiarevolucionariaseextiendenpordoquier.Lastropasgermanas tienen que intervenir contra los espartaquista (de los que luego saldrá el Kommunistische ParteiDeutschlandoKPD,fundadoel30dediciembrede1918).LosCuerposFrancos,tropas procedentes del Este, han de combatir diversos focos rojos y separatistas en el seno de la comunidadalemana. b)AlEste,sigueexistiendounPoderquesehaburladodelosconsejosaliados,quedeseaban quelaRusiarepublicanaluchaseasulado.Ylomásimportante,esqueesepodersoviéticoes el foco de infección que extiende sus ideas, desarrollándolas en el terreno propicio de los paísesquehansalidoderrotadosdelacontienda. Ni a Francia, ni a Inglaterra, ni a los Estados Unidos les interesa una Europa frenéticamente agitada «desde abajo». Para que los buenos negocios se lleven a cabo, se necesitan poderosas inversiones,ynohaymásremedioqueimponerelorden,paragarantizarplenamentealosfuturos inversoreselcobrodesuscuponessinningunaclasedeanomalía. Por eso, sencillamente por eso, tapándose los ojos a la realidad de un positivo desarrollo militarista en Alemania, los Aliados consentirán que el «desarme» no sea más que palabras, permitiendolaexistenciadefuerzasespeciales,rabiosamentenacionalistas,comolosfamososFrei Korps, los cuerpos francos, semilla que germinará hasta concretarse en la aparición del NSDAP , el National-SozialistischeDeustcheArbeiterPartei,sencillamente,elPartidoNazi. Creemoshaberbosquejadounsomerocuadrodelasituaciónparaqueellector,trashaberleído lapartenoveladadellibro,puedaempezaracomprendercómosellegóaaquellatrágicanochedel 30dejuniode1934:LaNochedelosCuchillosLargos. Paraaclararideasdeesteapartado,concretamente: a)AlOeste,lastropasalemanasnotienenconcienciadehabersidoderrotadas.Regresanala Patriaconlaclaraideaquehansidotraicionadas. b)AlEste,losgermanos,especialmentelosCuerposFrancos,siguenimponiéndose.Cuando la«oleadaroja»amenazaalpaís,regresanenparteasuPatria,aniquilandoalosinsurgentes. c)LosAliadosdeseandesmembraralpoderosoEstadoMayorgermano,perosabenquesin unafuerzaenAlemania,lasideasbolcheviquesterminaránextendiéndoseporella. d)Porotraparte,elCapitalismomundialveconmuymalosojosel«ensayosocialista»delos rusos.Ydeseadestruirlo,vaaintentarlo,aunquetengaquecontarconlossoldadosalemanes. El escenario como vemos es harto confuso. Y es entonces cuando los pequeños personajes de aquellaturbulentaépocavanaaparecer,sinquenadiesospechequeseconvertirán,enpocotiempo, en los protagonistas de uno de los más sangrientos dramas que ha conocido la Historia de la Humanidad. Apéndice2 Roehm Cuandosehaescritotantosobreunpersonajehistóricoy,sobretodo,cuandosehamentalizado al mundo con una serie de clichés que han ido incorporándose al personaje hasta formar materia indisolubleconsuimagenes,másquedifícil,casiimposibleverlodeotraforma. Desde hace muchos siglos cuando a un hombre se le coloca la etiqueta de «homosexual», es indefectiblemente que junto a ella aparezcan virtudes o defectos, influidos, yo diría mejor «capitalizados», por ese activo fermento que es el desprecio que los hombres experimentan o han experimentado en su totalidad hasta hace muy poco tiempo, sienten y sintieron hacia alguien que, sexualmentehablando,escapabaalanorma,alanormalidaddealgunos. HablardeRoehmodelasSA,eshablardehomosexuales,ynadadebeextrañarnosqueincluso alguien con la «fama» de un Fellini, haya resumido sus «conocimientos» sobre las Secciones de Asalto,alasescenasgeneralizadasyabsolutamentefalsas,ensumayorparte,desufilmLacaídade losdioses. La homosexualidad no hay que buscarla únicamente en las SA, sino en todas partes y lugares donde los hombres viven juntos sin presencia femenina. La homosexualidad se encuentra ya como «conducta tipo» en las huestes de Esparta, en las legiones romanas, en las hordas bárbaras, en los ejércitosnapoleónicos,entodaslasprisionesdelmundo,enloscamposdeconcentracióndetodos los países del globo, y en altas, medianas y bajas esferas de todas las sociedades existentes o por existir. La homosexualidad estaba «de moda» en el ejército prusiano, y allí seguramente la adquirió Roehm.Peroesavertientesexualnoalteralafacultadintelectiva,nimodificalasideaspolíticas,nila sensibilidad estética ni, mucho menos, aminora el valor personal, la ambición o el coraje ante el mundo de los hombres que son de ese modo. Hablar hoy, después de Freud, de Master y de tantos otros, de normalidad sexual, es como pretender afirmar que los genes de todos los seres humanos sonidénticos. TodoestovieneacoletoparaprecisarquenodeseamosarrancardelapersonalidaddeRoehm sus«defectos»,dejandoúnicamentebrillarsus«virtudes».Ycomoprevemosqueloquesiguepuede erizarelvelloamásdeunlector,especialmentedelosquehanconsultadolibrossobrelaHistoria del nacionalsocialismo, pensamos que solo un análisis profundo de la personalidad de nuestro personajeencuestión,podráaclararnosmuchospuntosdentrodeloinmensamentecomplicadaque sueleserlanaturalezahumana. ErnstRoehmnaceen1887,yloencontramosenescenael21deenerode1919,siendooficialdel 2.º Batallón de Infantería, en Munich, en plena crisis bávara. Durante la guerra, combatió a las órdenesdeLudendorff. Comotantosotrosoficiales,Roehm,alregresoasuPatria,ydespuésdehaberechadounaojeada al conjunto de acontecimientos que ocurren o están por ocurrir, primeras fuerzas armadas cuyo objetivoprimordiales«mantenerelorden»contralaoleadaprogresivadeansiarevolucionariaque hallegadodesdeelEste. Todos los oficiales alemanes de aquella época, saben perfectamente que los «agentes rojos» se han infiltrado en las filas de las tropas que acaban de regresar del frente, vertiendo en ellas la «ponzoñabolchevique»,materializadaprimeroporlasenseñanzasdelosespartaquistasymástarde porelPartidoComunistaalemán. ¿Cómopuedeexplicarseestefenómeno? Sonnumerososloshistoriadoresquelojustificanporelarchisabido«espíritudecasta».Entrela propagandaaliadadurantelaGranGuerra,nofaltanlascaricaturasenlasquesevealosoficiales prusianos,consumonóculoysufusta,susaltasbotas,relucientes,bebiendoenalegrecompañía.Es muy sencillo olvidar que detrás de esa máscara que intenta ponerse al ejército alemán están los hombresquelomueven,ynonosreferimosalosaltoscargosmilitares,sinoalosquesesirvende lastropasparallevaracabosuspropósitospolíticos. Escurioso,opuedeparecerlo,peroelEjércitoalemánnuncaintentóhacerseconelpoder,jamás ningúngeneral—comoentantosytantospaíseslatinos—quisoapoderarsedelasriendasdelpaís. UnFrancoounPinochetnosonconcebiblesenAlemania.Nilofueronnunca,enelestrictosentido quelosdosgeneralestuvieronensusrespectivospaíses.NisiquieraunDeGaulle. El Ejército alemán, se tomó siempre por el defensor del orden interno y para respaldar con su fuerza y su eficacia la política exterior del país. Ni más ni menos. Lo que no podemos esperar del Ejércitoalemánesquefuerademocrático.Ningunafuerzaarmadaloes.Puededefenderprincipios democráticos,perolosejércitosverdaderamentepopulares:elfrancésrevolucionario,elcreadopor Trosky, el español de la Guerra Civil, y tantos otros, tuvieron que dejar de ser populares y democráticosparavolverseejércitosdeverdad. Loquesíescierto,porlomenosenAlemania,esqueelEjércitonose«tiñe»delcolordelavida política del país, se sitúa al lado de las instituciones y, terriblemente conservador como todos los ejércitos, digiere con dificultad profundos cambios políticos, los asimila muy despacio: sencillamente,porqueelmarcodesupropiaesenciarespondealaarquitecturadelasociedadalaque sirve. Noesnadanuevo.Desdesiempre,jefesyoficialeshansurgidodelmanantialdelasclasesaltaso delaburguesíamedia.Yestorevelaunagranimportancia,yaqueasícomolatropavayviene,en unaininterrumpidasucesióndereemplazos,loscuadrospermanecen,destinadosaladefensadeun ordensocialqueleshadadovida. Ante el inevitable fenómeno de la República de Weimar, el Alto Estado alemán y la Reichwehr provisional sudaron lo lindo para identificarse con una forma política de gobierno que les era completamentenueva.AcostumbradosaserviralEmperadoryalosgobiernosquedeéldependían, conobjetivosperfectamenteseñalados,sincomplicacionesnisutilezasdemocráticas,sincambiosen larígidaestructuradelestado,acostumbradosalequilibrioyalafuerzadeunasinstitucionesdeuna solidez a toda prueba, vacilaron al verse al servicio de gobiernos débiles, suplicantes ante los enemigosdeayer,compuestosporhombrescautosypusilánimes,queseechabanatemblaraltener quedecidirelempleodelafuerzaqueelEjército,aunquepequeñoydesmembrado,representaba. Otradelascosasquenohayqueolvidar,metiéndoseenlapieldelosoficialesgermanos,essu costumbreaserrespetados,queridosyadmiradosporelpuebloalemán.Enlasretinasdetodosellos quedaban aún las imágenes de las aclamaciones que el gentío había lanzado a su paso, cuando se dirigíanaloscamposdebatalla,delasfloresquesembraronlascalles,delasjóvenesquesalíandel públicoparaabrazarybesaralos«héroes». Y, de repente, al regreso, cuando se tiene plena conciencia de haber cumplido con su deber y, especialmente,cuandoseestásegurodenohabersidovencido,lagentelesinsulta,lesincrepa,les atacayhastalesarrancamedallasycondecoraciones.Yporsifuerapoco,lossoldadosempiezana dar muestras de rebeldía, y cuando se sublevan, hacen prisioneros, hieren o hasta matan a la oficialidad,imitandoalosbolcheviques. La terrible diferencia entre un oficial zarista y un oficial germano estriba en eso: el oficial alemánnohatenidojamásconcienciadecontribuiralaexplotacióndelpueblo.Esmás,loamaylo respeta,ylehiereserofendidoporél.Mientrasqueeloficialzaristahadesenvainadomásdeunavez el sable, desde que no era más que un cadete, para atacar a los campesinos o a los obreros de las grandesciudades. YesovaaocurrirenAlemania. Pero, para poder «asimilar» esta dolorosa experiencia, para que el oficial alemán se decida a dispararcontraelpueblo,hadeestarconvencido,yloestá,queesapartedelpuebloque,demanera incomprensible, se alza contra algo tan sagrado como el Ejército, no es el pueblo alemán, sino marionetas en manos de agentes extranjeros, porque, a los ojos de un oficial prusiano, un bolchevique deja de ser un ciudadano alemán para convertirse en un «soldado» de un país al que siempreconsiderócomoenemigodeAlemania. Todo lo expuesto está destinado a comprender un poco la urdimbre psicológica del oficial alemán,yasípodremosllegaraimaginarloque«pasaba»porlacabezadeunodeaquellosoficiales, comoentodosellos,refiriéndonosaErnstRoehm. Élmismoafirmarotundamente:«Desdeminiñez,notuvemásqueundeseo:sersoldado». Siyatenemos,enciertomodo,«definida»lapersonalidaddeloficialgermanoengeneralylade Roehm en particular, podemos acometer su papel dentro de las fuerzas que iba a mandar, las Sturmabteilun,SA,oSeccionesdeAsalto. ¿CómonacieronlasSA? Sipensamosenlacrecienteactividad,dentrodeAlemania,delosagentesaliados,encargadosdel controlenelcumplimientodelascláusulasdelTratadodeVersalles,elDiktat,comprenderemosque todos aquellos que intentaban salvaguardar la estructura militar del disuelto Ejército alemán, camuflabansusformacionesparamilitaresdemilmodosdistintos. LaactividadpolíticacrecientedelPartidoNazi,reciénestrenado,chocaba,inevitablemente,con lasfuerzasqueseoponían,especialmenteconlashuestescomunistas,muchomásnumerosasymejor organizadas. Cada mitin ofrecía problemas y peligros. Por eso, camufladas convenientemente, se formaronpequeñasunidadesdeprotecciónalosoradoresnazis,particularmenteaHitlerqueerael mejor y el más activo de todos ellos. Estos grupos de protección se extendieron por diversas ciudadesgermanas,amparándosebajoelhipócritanombrede«seccionesgimnásticasydedeporte», que se colocaron bajo el mando de un antiguo insignia de la Marina, llamado Johann Ulrich Klintzsch. Todoslosmiembrosdeaquellaorganizacióndeportivaadoptaroneluniformequeibaaserluego el símbolo de la gigantesca fuerza armada con la que contaría Roehm. Camisa parda, gorro característico,pantalóndemontary,cuandopodían,botasaltas. La adopción del nombre definitivo tuvo efecto en unas circunstancias históricas, curiosas e importantes. LaCasadelPartidoacababadeinstalarse,ennoviembrede1921,enunampliopiso,dotadode numerosos despachos, en la Corneliusstrasse. Poco después, Hitler debía hablar, como ya lo había hechovariasveces,enlacerveceríamuniquesadeHoffbräukeller.Elambientedelasalaestabamuy tenso, ya que los comunistas habían enviado a 800 de sus miembros para impedir el acto, para abuchearalosoradores;enunapalabra,aarmarelmayorescándaloposible. Yasílohicieron,justamentecuandoAdolfHitlersedisponíaaintervenir. Lasvoces,losgritosylasimprecacionesdegeneraronmuyprontoenunaverdaderabatalla,enla queademásdelascachiporrasylospalos,intervinieronlasarmasdefuego. LavictoriasecolocódelladodelasfuerzasqueprotegíanaHitleryalosdemásoradores.Las seccionesgimnásticasydeportivas,quenocontabanmásquecon80miembrospresentesenelacto, derrotaronalos800contrarios. YfueentoncescuandoHitlerlesdioelnombrequeseharíafamoso,llamándolasSturm-Abteilung SeccionesdeAsaltoo,mássencillamente,SA. ¿QuéhacemientrastantoErnstRoehm? Vadeunladoparaotro,agobiadoporsuobsesióndecrearunafuerzaarmadacapazdedetenerla amenazadoracrecidadela«olaroja». LevemosllegaralalocalidaddeOhrdurt,enTuringia,dondeseponealasórdenesdelcoronel VonEpp,yasujefedeEstadoMayor,elcomandanteVonHörauf.Losdoshombres,siguiendolas instruccionesdeNoske,estabanformandounaCuerpoFrancobávaro. Hallegadolahora,paraevitarqueellectorsepierdaenunaexposicióndefechasyhechos,de aclararelpapeldeNoskeylosmotivosquelellevaronaBerlín. Digamos antes que nada que Noske era un «socialista». Hombre duro, de decisiones rápidas y golpes firmes, al ser llamado para hacerse cargo del puesto de gobernador de Berlín, justo en el momento en que los espartaquistas se habían adueñado de media ciudad, impone sus métodos, aplastando la rebelión, no sin dificultad, pero consiguiendo imponerse por la fuerza. Los dos personajes importantes, espartaquistas ambos, que dirigieron la rebelión roja, Liebknecht y Rosa Luxemburgsondetenidosyasesinados.Lasrebelionesrojasprosiguen,yotrasciudadesconocenla luchasangrientaentreespartaquistasytropasdelasquevansurgiendolosfamososCuerposFrancos. Munichesunadelasciudadesquesufrenloscombatesmáscruentos,solosemejantesalosdeBerlín. De tal modo que se instala en la ciudad una verdadera República soviética. Y las tropas tienen que intervenir,solicitadasporNoske,hastaquelosllamados«Rusos»huyendelaciudad. Tenemosenresumen,comoyahemosapuntadoconanterioridad,unasituacióncaóticaque,poco apoco,consiguedominarlaReichwehr,apoyadaporlosCuerposFrancos. Cuando Hitler llama a Roehm para que se haga cargo de las SA, nadie puede imaginar la importanciaqueadquiriránlasSeccionesdeAsalto.HitlerapreciasinceramenteaErnst,yaunade laspocaspersonas,muchoshistoriadoresdicenquefueelúnico,alquienelFührertratadetú. DejemosqueAdolfHitlerprosigaahorasuvertiginosacarrerapolíticaqueleconducirá,en1933, al poder. Y quedémonos junto a Roehm quien va organizando más y más intensamente las SA, otorgándolesampliamentelamisiónparalaquehansidocreadas:másqueparaprotegeraHitler,que yatienesuguardiapersonalquehabrádeconvertirseenlastristementefamosasSS,Ernstlanzasus huestes a la lucha callejera, a esas calles y plazas de todas las ciudades alemanas que dominan los rojos. Hitler ha hablado mucho, ha dicho infinidad de cosas. En los primeros tiempos de su actividad política, siguió la corriente, complaciendo a los que se sentían heridos por una guerra que había terminadodeformaverdaderamenteabsurda. Enaqueltristeañode1918yenelsiguiente,cuandolastropasdelOesteregresaron,sinhaber sido derrotadas militarmente, hubo de buscarse una fórmula que justificase lo ocurrido. La necesitaban, en primer lugar, las tropas y sus mandos. Pensemos un poco que el pueblo estaba acostumbradoaverregresaralossoldadosvictoriosos,yqueeltriunfode1870seguíaentodaslas almas.TampocoestabaacostumbradoelEjércitoatenerquejustificarunaderrota. Nacióentoncesloquealgunoscalificandeleyenda,especialmenteloshistoriadoresfranceses,y quetomóeltétrico,elterribleybrutalnombredeDolchstoss,elgolpedepuñalomásclaramente«la puñaladaporlaespalda». ¿QuiénhabíadadoaquellapuñaladaporlaespaldaalEjército?Sindudaalguna,laretaguardia, pero sin englobar a todo el pueblo germano: «los traidores de Noviembre», sobre cuyas espaldas caerían todas las culpas, eran los políticos inclinados hacia la izquierda, los socialdemócratas, los católicosdelZentrumy,lógicamente,lossocialistasradicalesyloscomunistas,inspiradosypagados porlosrevolucionariosbolcheviquesquehabíanderrotadoalzarismoenRusia. Ylosjudíos. NohaylugarenestelibroparaestudiarafondoelproblemadelantisemitismoenAlemania,cosa quedejaremosparaotrasobras.Detodasformas,eljudíosehizorápidamenteimpopular,yaquea losojosdelosnacionalistas,noeranverdaderosalemanesyestabaníntimamenteligados,comercial eideológicamente,conlaspotenciasenemigasdelReich.Ytodoestoseproducíamuchoantesque losteóricosdelnazismodiesenjustificación«científica»alapurezadelarazaaria. Inmediatamente después de su campaña contra la puñalada, Hitler, convencido de que la mayor partedelpuebloalemáncreeenlatraicióndegentesinhonorygobernantescobardesquehanhecho posiblelafalsaderrotadelEjército,atacalaesenciapolítico-socialdelpaís. Supartido,enelquenotardaráenostentarelcargodejefesupremo—Führer—,contieneuna palabraquehayqueanalizarconcuidado,parallegaracomprenderlaposicióndeRoehmydelas SA,queestabandispuestosaseguirle. ElNSDAP ,primitivamenteDAP ,es: 1.º Nacional. Lo que quiere decir que va a limitarse a la geografía del pueblo alemán, luego al conceptodegermanidaddeHitler,conlaanexióndeAustriaydelpaísdelossudetes. 2.º Socialista. Con amplias visiones en profundos cambios socioeconómicos. Y aquí está ya lo grave: puesto que Hitler ataca implacablemente, para justificar el «socialismo» de su partido a los estamentossuperioresdelasociedadgermana,grandescapitalistasypoderososterratenientes. 3.ºDelTrabajo.Arbeit,odelostrabajadores,dandounamayorfuerzaaladefensadelasclases populares, adquiriendo la importancia primaria y definitiva del esfuerzo cotidiano de los de abajo. Una de las primeras promesas de Hitler, en este sentido, es acabar con el paro. Y la cumplió. A su modo. 4.ºPartido.Loquesignificaquetiendeaserel«único»partido,representandoatodaslasfuerzas germanas.Estatendenciahaciaelmonopartidismoseclasificadesdeelprincipioporlossímbolos, especialmentelacruzgamada,ylaausenciadeimportantesasociacionesycomponendasconotros elementospolíticosdelpaís. El NSDAP es pues, en traducción correcta: El Partido nacional-socialista alemán de los trabajadores. AsíhablabaHitler…yasílocreyóRoehm. Vamos a pasar por alto los enfados entre los dos camaradas, y la marcha de Roehm a Bolivia, dondeejercióuncargodeconsejeromilitar.Preferimosvolveraencontrarle,asuregreso,denuevo jefesupremodelaspoderosasSA. ¿QuésonlasSAparaErnstRoehm? En su primera fase, el elemento de asalto contra los enemigos del Reich, los comunistas en primer lugar. Pero después de 1933, con Hitler como Canciller, tras la desaparición de las demás formacionespolíticasylasolapresenciadelPartidoNazienAlemania,¿quévanaserlasSecciones deAsalto? ParaRoehmlascosasestánmuyclaras. Las SA son el Ejército del pueblo, la fuerza revolucionaria que va a hacer posible alcanzar los objetivosqueelFührermarcócomolíneasmaestrasdelfuturoGranReichAlemán.Yestosobjetivos estánmuynítidamentedibujadosenlamentedelamodelasSeccionesdeAsalto: A)imponerelsocialismoenAlemania.Unsocialismonacional,esencialmentegermano,pero socialismoalfinyalcabo.Yparaconseguirlo,hayqueprocederaladestruccióno,almenos, alaneutralizacióndelosestamentosqueseoponenauntaltipodeconcepciónideológica,a saber: a)elcapitalismodominante,losgrandescapitanesdelaindustria,quehansidolosúnicosen enriquecerseconlasguerrasylospadecimientosdelpuebloalemán. b) los grandes latifundistas, cuyas inmensas propiedades, muchas de ellas improductivas, debendistribuirse,poniendoenmarchaunaLeyAgrariaqueterminedefinitivamenteconlos latifundios. c)hayqueprocederala«descapitalización»delEjército;esdecir,alarenovacióncompleta de sus cuadros, ya que empezando por su Estado Mayor, el Ejército ha sido siempre el defensor de las grandes injusticias sociales, ha cultivado un insoportable espíritu de casta, creandounaaristocraciaquesehadesentendidodeformaabsolutadelosinteresesdelpueblo alemán. A pesar de que los equívocos sigan hoy día, de que al pensar en el Tercer Reich veamos los clichés astutamente generalizados por la propaganda aliada de la posguerra, no podemos dudar un soloinstantequelagranmasahumanadelpuebloalemányespecíficamentelosmiembrosdelasSA, enaquellostiempos,estabanalladodel«socialismo»delPartido,ansiandoprofundoscambiosenla estructurasocio-económicadelpaísy,aunqueparezcaparadójico,imbuidosporunsentidogeneral marxista y una línea de acción leninista, se mostraban dispuestos, sabiendo que era el único medio factibleparaconseguirsuspropósitos,dehacerlarevolución. NoesextrañoqueHitler,cuandoempezóaenfadarsedeverasconRoehm,lotachasedemarxista. Apéndice3 Enbuscadelajustificaciónhistóricadelanochedeloscuchillos largos «Jevouspriederemarquer,Messieur, quejeneblameniapprouve:jeraconte». TALLEYRAND InformadodeunamanerasuigénerisporHimmleryGöering,losenemigosjuradosdeljefedelas SA,Hitlersepercatadequesuviejocamarada,elAlterKampfter—viejoluchador,miembrodelos primeros grupos que lucharon a su lado en los inicios del movimiento nazi— Ernst Roehm, «ha descubiertosuturbiojuego». Puede ser que haya muchos más que se extrañen de ese cambio en la dirección política que el Führer señaló en los comienzos de la lucha. Pero se callan, obedecen, se pliegan a las nuevas directrices:losmás,pormiedo;laeliteporquedeseamedraralladodeHitler,serpoderososyricos. Poderoso,Himmler,laarañanegraquevaatejersobreAlemaniaypartedeEuropalavibrantetela delTerror.Rico,inmensamenterico,HermannGöering,elpersonajequeseequivocódeépoca,ya quehubieraencajadomuchomejorenplenoRenacimiento. Detrás de ellos, el elegante espadachín, excelente jinete, antiguo oficial de la Marina imperial, mujeriego, conquistador y cien veces más cruel que Himmler, Heydrich, el amo del Servicio de Seguridad, el Sicherheitsdienst, el criminal nato que sería eliminado con una bomba, en 1942, en Checoslovaquia,yporcuyamuertepagaronmilesdeinocentes,vilmenteasesinadosenlatristemente célebrelocalidaddeLidize. Todos ellos influyen en Hitler, advirtiéndole del peligro que significa la agresiva conducta del jefedelasSA. Pero¿quéesloqueRoehmechaencaraalFührer? 1.º Haber traicionado el espíritu de la primera revolución, la que llevó al Partido al Poder. Haber olvidado las promesas hechas al pueblo alemán y los principios socializantes del NSDAP . 2.ºHaberhechopromesasdeseguridadydenegocioconlosgrandescapitalistasalemanes,a cambioderecibirdeestosfuertessumasdedineroylapromesadeproducirparaelNuevo Reich, siempre que el dogal impuesto a los obreros fuera mantenido: nada de subidas de salariosnidehuelgas. 3.ºHaberseasociadoconelEstadoMayoralemán,permitiendolaformacióndeunEjércitode clase,conlasmismasprerrogativasdesiempre. ¿QuéproponeRoehm? 1.º Una segunda revolución, apoyada en los millones de miembros de las SA, con los objetivosqueelmismoHitlerhabíaprometidoalprincipio,asaber: a)socializacióndelaeconomíaydelosmediosdeproducción. b)eliminacióndelgrancapitaldelaindustria. c)desaparicióndeloslatifundios. d)disolucióndelEstadoMayor. e)creación,abasedelasSA,deunEjércitopopular,semejanteentodoelEjércitoRojode Trosky. ¿PodíaaceptarelFührerestaspremisas? Era evidente que no. Hitler era un político astuto y sin escrúpulos. Y tremendamente realista, ademásdeosadoyvisionario.Traslaprimerafase,profundamenterevolucionariayradical,seechó atrás,deseandojugaralmismotiempoconmuchasbarajasdistintas. AhoraquesabemosquesupolíticalellevóaladerrotamásgrandequeAlemaniahayasufrido jamás,podemoscalificardeerroreslaspremisasdesuactuación. Hitlerdeseaba: 1.ºEstablecerunaformademandoabsolutista.LaimposicióndelFührerprinzipfuelaprueba patentedeestemododepensar.TodoemanabadelFührer,ylasórdenesporélimpuestasno podíanserdiscutidas,sinoobedecidasciegamente. 2.º Contar con el apoyo económico y la tremenda fuerza de producción de la industria germana, sin la que no era posible dotar al país de la fuerza agresiva que necesitaba para llevaracabosusambiciososplanes. 3.ºGanarselaconfianzadelEstadoMayoralemán,entregándole,solodeformaaparente,el mandodelEjército,laWehrmacht,paralograrlosobjetivosdeconquistapropuestos. 4.ºAunarelmandopolíticoconunsoloPartido,remozandoelideario.Deesoseencargaría eldoctorGoebbels,eljefedelaPropagandadelReich,creandolasconsignasquehabríande regirenelpaís:amoralaPatria,espíritudesacrificio,orgullodeperteneceralarazaaria, odioalosjudíosyminoríasnogermanasydesprecioalacivilizacióndecadentedelospaíses occidentales.PromesadeunReichcuyahegemoníaduraríaunmilenio. 5.ºConseguir,enunaprimerafase,labasesuficienteparaproceder;enunasegunda,alograr el«espaciovital»queAlemanianecesitabaparavolveraconvertirseenunagrannación.Para ello,traslajugadadedadosdelaocupacióndelSarre,anexionarseAustriayocuparlazona delosSudetesdeChecoslovaquia. 6.º Posteriormente, arreglar la suerte de Polonia, eliminando la vergüenza de Danzig, preparandoasíelterrenoparapasarelobjetivonúmerounodelapolíticaagresivadelReich: lamarchanachOst,laconquistadeRusiacomobaseeconómicadelfuturoTercerReich. Poreso,sencillamenteporeso,HitlernopodíaadmitirlaoposicióndeRoehm.Yporesoenla nochedel30dejuniode1934,seafilaronloscuchillosdelasSS,precediéndoseala«limpieza»de losadversariosinternos. Poreso,precisamenteporeso,seprodujolaLargaNochedelosCuchillosLargos. KARLVONVEREITER(Madrid,España,1918-SantPeredeRibes,España,11demarzode1996). FueunseudónimousadoporelescritorespañolEnriqueSánchezPascualenlamayoríadesusobras bélicassobrelaSegundaGuerraMundial.Otrosseudónimosqueutilizóson:AlanStar,AlanComety LawSpace. Escribióprácticamentedetodo:novelas,guiones,poesías,artículos,obrasdeteatro,traducciones… y por supuesto, abordando prácticamente todos los géneros. Según su hijo escribía una novela por semana,sinomás.Publicóbajodiversosnombres.Elmásconocidodetodosesprobablementeelde AlexSimmonsyyadentrodelacienciaficción,recurrióatodaunabateríadelosmismos.Karlvon Vereiterloreservóparafirmarlibrosdetemáticabélica. FormópartedelosllamadosEscritoresdenovelasdeaduro. Notas [1]Lahistorianoesmásqueunaexposicióndecrímenesydolores.<< [2]¡Dejadmeenpaz!<< [3]¡Adelante!<< [4]¡Seguidsentados!<< [5]Sucio,puerco.<< [6]¡Despierta,Alemania!<< [7]Hayquedarseprisa,querido.Haymuchagentehoy.<< [8]¡Condenadoidiota!<<