8 La Plata, lunes 3 de enero de 2000 Justicia, Seguridad y Policía Recrudece la ola de violencia Secuestro. El Renault 9 de la víctima frente a la comisaría de Ranchos La escena. Los peritos buscan rastros sobre el puente LA MUERTE POR SOLO 15 PESOS Tomaron como rehén a un taxista, lo asaltaron y lo ejecutaron a sangre fría Dos sujetos se hicieron pasar por pasajeros. Abordaron el taxi en la terminal de ómnibus. Pidieron un viaje a Ranchos. Antes de llegar, asaltaron al conductor y lo mataron de dos balazos. Luego abandonaron el auto La fría ejecución y robo a un joven taxista de 27 años, en manos de delincuentes que se hicieron pasar por pasajeros y lo llevaron secuestrado hasta la vecina localidad de Ranchos, desencadenó la indignación de cientos de compañeros y amigos que anoche se movilizaron por la calles de la ciudad, en reclamo de justicia. El joven Jorge Rodolfo Barreneche llevaba puesta su camiseta de chacarita cuando dos sujetos lo abordaron en la Terminal de Omnibus, de 42 entre 3 y 4. En ese momento, Barreneche se comunicó con el taxi que maneja su padre y le pidió presupuesto para un viaje a Ranchos. Fue la última noticia que se tuvo de él, hasta ayer a las 18.30 cuando su cuerpo apareció entre unos matorrales, acribillado de dos disparos a quemarropa. Uno en el corazón, y el otro en la cabeza. El padre de la víctima se encontraba anoche en el lugar del hecho. Ambos vivían juntos en nuestra ciudad. Jorge tenía dos pasiones. Una, el club chacarita, y la otra su novia, que vive en el barrio aeropuerto. El fatal destino ya se presentía desde las primeras horas de ayer. La empresa Radio Taxi para la cual se desempeñaba el joven Barreneche no había vuelto a tener novedades de aquel viaje a Ranchos. Precisamente en esa localidad, y a las 14 de ayer, la policía encontró el taxi. El estado en que se encontraba el Renault 9, disco 2068, adelantaba el trágico desenlace. Habían abundantes manchas de sangre en los asientos delanteros y en el piso del rodado, fueron encontradas dos vainas servidas (el resto que queda de los proyectiles que fueron disparados) calibre 22. El hallazgo del taxi llevó a la Policía a inten- sificar la búsqueda de su conductor. A las 18.30 apareció el cadáver bajo el puente del río Salado ubicado a 15 kilómetros de Ranchos. A los pocos segundos, la terrible noticia circulaba en La Plata, de taxi en taxi. Con todo el dolor y la bronca, eligieron las puertas del diario Hoy para concentrarse. Fue sólo el inicio de una protesta por mayor seguridad: “Les pedimos a los medios que nos ayuden. Mañana nos puede tocar a cualquiera de nosotros”. La movilización continuó con una quema de neumáticos frente a la Casa de Gobierno y con una charla cara a cara -sobre el filo de la medianoche- con las autoridades de la Jefatura Departamental La Plata. Al cierre de esta edición los peritos de la Policía Científica aún trabajaban en el lugar donde apareció el taxista asesinado. El cuerpo estaba boca arriba. Lo habían arrojado desde un puente, desde una altura de cinco metros. El lugar es conocido como Paraje La Caída. Sobre el puente, la policía encontró dos vainas servidas. Se sospecha que además de los dos balazos mortales, los delincuentes dispararon en otras oportunidades con el fin de someter aún más a su víctima. La hipótesis más firme que manejan los investigadores es la del robo. El joven taxista tenía los bolsillos vaciados. Sin embargo, aún conservaba el reloj, un anillo y una cadenita. Los delincuentes tampoco se llevaron el estéreo del vehículo, ni la radio. Esos hallazgo hicieron suponer a la Policía la posibilidad de un ajuste de cuentas. Según se informó, el taxista podía llegar a conocer a sus “seudo” pasajeros. Esta versión surgió a raíz de que el viaje a Ranchos fue solicitado por Barreneche con varias horas de anticipación, cuando le pidió a su padre el “presupuesto”. Toda la bronca contenida Al tomar conocimiento del crimen de su compañero de trabajo, cientos de taxistas se movilizaron por las calles de la ciudad, reclamando justicia y seguridad. Primero se concentraron frente al diario Hoy y la 92.1. “Tiene que pasar una desgracia para que la policía haga algo. Acaso tenían que matar como a un perro a este pobre chico para que las autoridades se den cuenta” exclamaron los taxistas. “Los robos ocurren todos los días. Nos secuestran, nos encañonan en la cabeza, nos roban la recaudación. Cuando salimos de casa saludamos a nuestras esposas e hijos sin saber si vamos a volver (...) Ahora, seguro que la policía va a custodiar a los taxis durante cinco días, hasta que se olviden de este asesinato. Decían que iban a vigilar a todos los taxis que salían de la ciudad. Pero se puede ver a los patrulleros cómo toman mate y no hacen nada. Encima nos paran y controlan cuando vamos vacíos, sin pasajeros. Eso lo hacen para cumplir las estadísticas. Denunciar no sirve para nada. Pasamos más tiempo nosotros en la comisaría haciendo la denuncia que los chorros, que los largan y se van delante de nuestras narices y encima nos amenazan, diciendo que nos tienen marcados...”. La extensa caravana de taxis marchó luego frente a la Casa de Gobierno en 6 y 51. Allí, manifestaron contra el ministro de Seguridad Aldo Rico.