8.4. Economía y sociedad en la España del siglo XVI. En el plano económico. Frente al siglo XV, caracterizado por la crisis, el siglo XVI fue positivo para España, pues creció tanto la población como la economía. La población aumentó cerca de un 40% alcanzando a fines de siglo algo más de 7 millones de habitantes. Hubo también una expansión agrícola debido a la demanda de las colonias. Además continúa la importancia de la ganadería y de la Mesta. Las actividades industriales eran escasas, aunque destaca la producción pañera (textil), la siderurgia vasca y la fabricación de armas. La industria artesanal estuvo orientada al consumo interior y Sevilla fue el centro del comercio entre España y América. El problema es que al no transformarse la estructura agrícola ni artesanal, la producción fue incapaz de abastecer la demanda de productos. Ante esta situación, la Monarquía permitió la importación de todo tipo de productos del extranjero, tanto para España como para reenviar a América. España desaprovechó la buena coyuntura económica y empezó a quedar relegada mientras que otros países como Francia, Inglaterra y Holanda iniciaban su despegue económico. Lo más destacado fue el alza de precios propiciado por la llegada de las riquezas americanas (inflación). Castilla apenas se benefició de los metales preciosos ya que se emplearon en costear gastos y no en buscar un desarrollo económico. Debido a esto en 1575 y 1597 se produjeron dos bancarrotas de la Hacienda Pública y el hundimiento de la economía en todos los sectores. Las malas cosechas, la subida de impuestos y los gastos de las guerras agotaron los recursos de la Corona, que a la muerte de Felipe II en 1598, dependía del oro y la plata de las colonias. El gran error de Felipe II fue no realizar una política proteccionista para favorecer e impulsar la propia producción artesanal, lo que evitaría la salida de la plata americana y desarrollaría la producción industrial artesanal y el comercio. En el plano social. La sociedad del siglo XVI responde a las pautas del Antiguo Régimen con la sociedad estamental en donde destacan nobleza y del clero como grupos privilegiados pero muy heterogéneos (Bajo y Alto). Esta diversidad se mantiene entre los no privilegiados ya que entre ellos existían grandes diferencias económicas, aunque todos ellos estaban sujetos al dominio nobiliario y pagaban impuestos. En las ciudades hay que destacar el crecimiento de la burguesía, cuyo objetivo era pasar a pertenecer a esa masa de la baja nobleza Por último, existían en la Península moriscos y judíos conversos, que fueron objeto de marginación. Existía otro tipo de división dentro de la sociedad: la sangre. Esta marcaba la diferencia entre los cristianos viejos y los nuevos, aquellos que se habían convertido del judaísmo o del islamismo. Esta sociedad impedía a los cristianos nuevos acceder a los cargos públicos. Era la limpieza de sangre. En este momento se produce la persecución de cualquier disidencia religiosa o ideológica por lo que muchos de ellos intentan ocultar sus orígenes