La oración en el budismo

Anuncio
http://www.sergiospinelli.com.ar
Arte Digital - Diseño Gráfico - Cuentos - Material de Budismo
La Oración en el Budismo
La oración es medular en la práctica del Budismo de Nichiren. Los miembros de la SGI narran a
menudo experiencias acerca de "ofrecer una oración seria", o estar "orando desde el fondo del
corazón". Ellos suelen decir también que sus oraciones han sido "contestadas". ¿Qué significan tales
afirmaciones?
En el Diccionario Internacional Webster se define a la oración como "un acercamiento solemne y
humilde a la divinidad en palabra o pensamiento el cual normalmente involucra alguna petición,
solicitud, confesión, alabanza o acción de gratitud". ¿En qué forma la noción budista concuerda con
esta definición y en qué difiere de ella?
La oración parece ser una actividad humana universal. Existe evidencia que sugiere que los
humanos se han dedicado a alguna forma de "oración" desde los días más tempranos de nuestra
especie. En cuanto los humanos desarrollaron una conciencia de su relativa impotencia ante las
fuerzas de la naturaleza, la precariedad de su existencia y su propia mortalidad, sin duda
comenzaron a dar expresividad a sus intensos sentimientos de ruego, alabanza o muestras de
gratitud.
El presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, ha escrito que la religión se desarrolló a partir de la oración;
que el sentimiento y el acto de orar anteceden a las formas que las diferentes tradiciones religiosas
han dado subsecuentemente a esta conducta humana primordial. Asimismo, la oración budista
puede concebirse como una expresión de estos mismos sentimientos de anhelo, compromiso y
agradecimiento; sin embargo, se caracteriza por el hecho de que el budismo ubica lo divino dentro de
la vida del individuo practicante. El propósito de la oración budista es despertar las aptitudes innatas
de fortaleza, valor y sabiduría que llevamos dentro, en lugar de implorar a fuerzas externas.
Como en muchas otras prácticas espirituales de oriente, en el budismo también se enfatiza una
forma específica de oración. Para los practicantes del budismo de Nichiren, la oración consiste en la
recitación de algunas partes del Sutra del Loto y la invocación repetida de la frase Nam miojo rengue
kio, el nombre de la Ley Mística que yace dentro de toda vida, derivado por Nichiren del título del
Sutra del Loto. El hecho de que el canto o invocación sea entonado en voz alta se debe a que la
oración en el dudismo de Nichiren no es meramente una meditación volcada hacia el interior, sino
más bien, una acción para manifestar las cualidades internas, llevándolas a la realidad del mundo.
Los miembros de SGI dirigen su oración al Gohonzon u objeto de devoción. Éste es un mandala, una
representación simbólica del estado ideal de budeidad, o iluminación, en que todas las tendencias e
impulsos de la vida -desde los más bajos hasta los más nobles- funcionan en armonía y se canalizan
hacia la felicidad y la creatividad. El Gohonzon no es un "ídolo" o un "dios" a quien se deba implorar
o con quien haya que congraciarse; es un medio para la reflexión y un catalizador para la
transformación interior.
A los miembros de SGI se les exhorta a que sus oraciones sean específicas, concretas y enfocadas
en los problemas que confrontan en la vida real, así como en sus aspiraciones y preocupaciones. El
budismo de Nichiren enfatiza la inseparabilidad de "los deseos mundanos" y la iluminación. Nichiren
estableció que al hacer arder la "leña" de nuestros deseos -a través de la acción de la oraciónsomos capaces de extraer la flama de una energía renovada y la luz de nuestra sabiduría interior. La
oración budista es el proceso mediante el cual nuestros sufrimientos e intensos deseos son
transformados en compasión y sabiduría. Este proceso implica inevitablemente una autoreflexión e
incluso, en ocasiones la confrontación dolorosa con nuestras propias tendencias destructivas
profundamente arraigadas. Nichiren dijo: "Su dominio de las enseñanzas budistas no lo salvará en lo
más mínimo de los sufrimientos mortales, a menos que usted perciba la naturaleza de su propia
vida".
También se exhorta a los miembros de la SGI a que consideren la oración como parte integral de las
acciones y el comportamiento en la vida diaria. La oración genuina es la que se acompaña de la
acción y logra afectar nuestra vida. Para tener éxito en la vida necesitamos determinación y oración,
esfuerzo e ingenio.
Fundamentalmente, la oración es el proceso de hacer que surja el estado supremo de vida al que
nos referimos como nuestra "naturaleza de Buda". La naturaleza de Buda es el potencial que poseen
por igual todas las personas, es la fuerza de vida fundamental y compasiva inherente al cosmos. La
oración es el proceso de reintegrar la vida individual (el ego inferior, con todos sus impulsos y
deseos) al ritmo del cosmos viviente (el ego superior). Al hacer esto, liberamos el manantial original
de nuestra vida el cual está dotado de autoconocimiento, sabiduría, vitalidad y perseverancia. Como
en la filosofía budista no existe separación entre el mundo interno de los seres humanos y su medio
ambiente, los cambios que ocurren en nuestra vida interior se reflejan en nuestras circunstancias
externas. La experiencia de tener "contestadas" nuestras oraciones es el resultado manifiesto de
este proceso.
Daisaku Ikeda ha escrito que el epítome de la oración es de hecho, un voto: un voto para contribuir a
la felicidad de los demás y al desarrollo de la sociedad humana.
Es este voto y el compromiso para actuar en consecuencia, armoniza nuestras vidas con la extensa
vida del universo y pone de manifiesto nuestro "ego" más noble y elevado.
Descargar