sueltos, es peculiar á esta monta las sangrientas quimeras que su * tan los zelos entre los caballos y las yeguas que no están acosti brados á vivir juntos, hasta que cada uno forma su manada. 3. Cuando estando las yeguas en zelo se junta en un parage número determinado, y se deja con ellas á un solo caballo en líber tad de elegir por sí mismo las que le necesitan, y de satisfacerlas 1 su arbitrio. Este método es mejor; pero tiene los inconvenientes qu también tienen los dos precedentes, de que por embestir el caballo á las yeguas que no están en sazón, lo acozean y dañan muchoy de que se amadrina ó amanceba, como dicen los yegüeros, y se estenúa. Hartmann refiere haber observado que uno de estos en el espacio de diez y seis horas cubrió á su favorita veinte vezes. 4. Cuando se dejan libres en un sitio cercado un caballo y una yegua. Esta manera es preferible, con tal que la yegua esté bien deseosa , pues si no el caballo se irrita mucho en perjuicio de su salud y sale acoceado, y ella estropeada cuando no violada. Y o he tenido proporción de ponerlo en práctica algunas vezes, y el resultado fue completo. Para lo cual procuré asegurarme del calor de la yegua, acercándola á la caballeriza donde estaba el caballo, y al verla dirigirse á este, después de las demás señales se la dejó suelta con el caballo ; la yegua huye alguna vez; pero no con intención de que no la alcance el caballo. ^ Estos son los principales inconvenientes de la monta en libertad, que en muchas ocasiones, por no decir siempre, debe ser mas ventajosa que la que se hace á mano. Convengo que la domesticídad puede haber alterado al caballo; ¿ pero será hasta el estremo de tener que dirigirle con la mano en el acto de la generación ? Cuando una imperiosa necesidad arrebata á todos los vivientes á juntarse para perpetuar su especie, ; se ha de amarrar á la yegua entre dos pilares , como suele hacerse, y sacar al caballo atado y sujeto por dos hombres para que la fecunde ? Si la hembra no quiere admitir al macho, ¿para qué forzarla? ¿Se espera del estrupo una concepción mas perfecta que de la libre concurrencia de los dos sexos? No por cierto; ningún escritor niega, ni ningún criador duda que la monta en libertad es mas segura que la otra, y que las yeguas producen mas: con esta rara es la yegua que no queda llena, con aquella es mucha fortuna si de doce no quedan mas que cuatro vacías. Todos, repito, convienen en esto, y el no ser la práctica común consiste en que el caballo, dicen, se enerva mas y se arruina antes. Asi será la verdad; pero qué importa esto, si se halla muy sobrada la indemnización en el mayor número de sus engendros. En hora buena que se procure por la conservación de un caballo traido del Asia ú otro pais remoto para crear ó mejorar una raza; ¿ pero para qué esta considecion con los caballos indígenos que se obtienen fácilmente ? Ademas a 11 e a