AMBIENTAL Partiendo del hecho real de que el dinero no es un fin sino un medio para alcanzar el fin único del ser humano que es la felicidad podemos llegar a las siguientes conclusiones. Los economías emergentes es solo un arandelado y bonito nombre para seguir menospreciando a los países subdesarrollados, término mal empleado que se usa para nombrar a los países que no sobreexplotan las riquezas naturales con las que cuentan. Colombia con su gran biodiversidad y con su privilegiada posición geográfica no ha logrado un crecimiento significativo por falta de inversión social del estado manteniendo por años una educación para empleados y no para empresarios, sumado al nulo apoyo a la investigación científica. EL TLC no es más que una nueva forma de colonización que causará un atraso económico y social ampliando la brecha entre ricos y pobres, con la firma de este tratado se perderá la biodiversidad y los recursos naturales debido a la llegada de los transnacionales y paquetes tecnológicos que a su vez reducirán la producción agrícola, convirtiendo a Colombia en un consumidor de los desechos de Estados Unidos aunque se crea vanamente en que el TLC es una oportunidad de desarrollo es a su vez una competencia desigual de tecnologías y subsidios con los que no contamos convirtiéndonos en unos consumidores en bruto, debido a la falta de recursos y apoyo del gobierno los países en vía de desarrollo se verán siempre un paso atrás en la implementación de tecnologías de impacto. En el contexto del mercadeo global las universidades juegan un papel determinante ya que su responsabilidad es la formación del factor humano con una visión integral de ser en búsqueda del desarrollo sustentable y la creación de cadenas productivas. El hecho de compara en similitud las políticas planteadas y el desarrollo del TLC Colombia – Estados Unidos con los demás TLC conocidos es simplemente insólito debido a la marcada diferencia de factores geográficos, económicos, políticos y sociales de los diferentes países.