PALABRA QUE DA VIDA -Reflexionemos- OVEJAS Y LOBOS… CÓMO DISTINGUIRLOS… SER SANTOS… SER FELICES… COMO SAN MARTÍN DE PORRES MARTÍN EL CRITERIO SON LAS OBRAS… TODO EL QUE DICE Y NO HACE, ESTÁ FUERA DE LA COMUNIDAD CRISTIANA, AÚN PERMANECIENDO EN ELLA. LOS MALOS PROFETAS GENERAN MUERTE Y DISPERSIÓN, COMO EL LOBO CON LOS REBAÑOS. MIÉRCOLES 25 DE JUNIO DE 2014 Del Evangelio según san Mateo 7, 15-20 Dijo Jesús a sus discípulos: -«Cuidado con los falsos profetas; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los car- dos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conocerán. LECTURAS COMPLEMENTARIAS: 2REYES 22, 8-13; 23, 1-3 - EL REY LEYÓ AL PUEBLO EL LIBRO ENCONTRADO EN EL TEMPLO Y SELLÓ ANTE EL SEÑOR LA ALIANZA. SALMO 118 - MUÉSTRAME, SEÑOR, EL CAMINO DE TUS LEYES DE LA ALIANZA CONTEXTO - En la experiencia religiosa de los pueblos no faltan los falsos profetas que buscan sacar provecho de su mensaje, como tampoco falta la gente que cree fácilmente cualquier enseñanza. Jesús advierte sobre su presencia, desnudando sus prácticas y sus intereses. Con imágenes y comparaciones de animales y plantas, tomadas de la vida del campo (ovejas y lobos, uvas e higos, espinos y cardos, árbol sano y árbol enfermo, frutos buenos y frutos malos), el mensaje central del evangelio se resume en reconocer los frutos buenos. La denuncia de Jesús es frontal contra quienes se disfrazan de apariencias engañosas y declara que para este tipo de actuación no puede haber lugar en la comunidad. PARA REFLEXIONAR QUIÉN ES QUIÉN… Jesús insiste de nuevo en la limpieza de corazón, en la ausencia de doblez y previene contra los falsos profetas, aquellos que utilizan a Dios para hablar en nombre propio; que aparentan ser por fuera mansos, como ovejas, pero por dentro son lobos rapaces que destruyen la comunidad. ¿Cómo distinguir un falso de un verdadero profeta? El criterio son las obras. Cada uno irradia fuera lo que lleva por dentro. Quien con su conducta edifica la comunidad, es bueno; quien la desmembra o dispersa, es malo. Quien da vida, es bueno; quien quita vida, malo. Todo aquél que oprime, reprime o suprime la vida de la comunidad es un falso profeta, está en pecado, alejado del Dios de la vida. Los malos profetas generan muerte y dispersión, como el lobo con los rebaños. Dentro de la comunidad son falsos profetas los que se eximen de poner en práctica los mandamientos mínimos, esto es, las bienaventuranzas, ese camino que lleva a la dicha por el amor y entrega a los demás y por la renuncia voluntaria al dinero. Por eso, en la comunidad todo árbol que no da fruto sano se corta y se echa al fuego. El árbol que da frutos dañinos se parece a quien no da señales de enmienda y conversión. Quien no esté dispuesto a convertirse, a cambiar su mente, a dar su adhesión al mensaje de Jesús, condensado en el sermón del monte, ha comenzado ya un camino que lleva a la nada, a la propia destrucción: se corta y se echa al fuego. Todo el que dice y no hace está fuera de la comunidad cristiana; aún permaneciendo en ella, pues se identifica con los fariseos de los que Jesús dijo: “Todo lo que less digan, háganlo y cúmplanlo..., pero no imiten sus obras, porque ellos dicen, pero no hacen” (Mt 23,3). Y es que la vida del profeta tiene que estar acompañada de obras antes que de palabras o, mejor, de palabras respaldadas por la vida. PARA ORAR Dios y Padre nuestro: Todo lo que te pedimos, Señor, es: que tu Hijo sea el vínculo vivo entre ti y nosotros y entre nosotros y los demás hermanos. Entonces será fácil responder a tu amor y dar sabroso y delicioso fruto, en Cristo Jesús, nuestro Señor. Amén. PARA ACTUAR – Que los frutos se manifiesten en beneficio de toda la comunidad y no en provecho de nuestros propios intereses. Y mantengamos los ojos bien abiertos ante quienes buscan aprovecharse. EL PECADO DEL MUNDO Juzgaste certeramente las mentiras sociales y las injusticias del mundo. Tomaste partido, empeñaste tu palabra y vida, y diste un veredicto inapelable que hirió a los más grandes, a los ricos de siempre, a todos los pudientes. Y a nosotros nos hiciste caer en cuenta de lo implicados que estamos en esta situación colectiva de pecado. Todo un entramado social que no respeta los derechos humanos, que no hace hijos, ni hermanos, ni ciudadanos, y es contrario a la voluntad del Padre. Justificamos nuestro estatus porque hemos hecho del lujo necesidad, y de la abundante dignidad, aún a sabiendas de que no es sostenible nuestro bienestar sin expolio, sin desigualdad, sin defensas, sin mentiras. Y nosotros, cómplices -conscientes o inconscientesde este pecado colectivo, en momentos de lucidez, nos reconocemos corresponsables. Con nuestra connivencia y nuestra omisión con nuestras normas y murallas fomentamos y perpetuamos el pecado del mundo. Tú, que viniste a quitar el pecado del mundo y te sumergiste hasta el fondo en nuestra historia, bautízanos con agua y, sobre todo, con tu Espíritu, para que, contigo, podamos hacernos cargo de la realidad, cargar humildemente con ella, y encargarnos de que sea lo que Dios quiere y sueña, y no lo que a nosotros nos interesa. «Por sus frutos los conocerán» No creas eso de que en poco tiempo das amor. Es una estupidez pensar que se puede amar una hora por día y basta con eso. Carl Honoré