Integración Sensório-motora y plasticidad sináptica en la corteza

Anuncio
doi:10.3900/fpj.2.2.91.s
EISSN 1676-5133
Integración Sensório-motora y plasticidad
sináptica en la corteza cerebelar
Artículo Original
Marlo Cunha
Setor de Neuroimagem Funcional, Instituto de Psiquiatria (IPUB) – UFRJ
marlo.marques@bol.com.br
Heloisa Veiga
Setor de Neuroimagem Funcional, Instituto de Psiquiatria (IPUB) – UFRJ
heloisaveiga@hotmail.com
Victor Hugo Bastos
Programa de Pós-Graduação Stricto Sensu em Ciência da Motricidade Humana da
UCB - RJ
victorhvbastos@bol.com.br
Roberto Piedade
Setor de Neuroimagem Funcional, Instituto de Psiquiatria (IPUB) – UFRJ
rpiedade@ig.com.br
Alair Pedro Ribeiro
Programa de Pós-Graduação Stricto Sensu em Ciência da Motricidade Humana da
UCB - RJ
Departamento de Biociências – Escola de Educação Física e Desportos (EEFD) - UFRJ
Setor de Neuro imagem Funcional
Avenilda Silva
Programa de Pós-Graduação Stricto Sensu em Ciência da Motricidade Humana da
UCB - RJ
cacalegarape@ig.com.br
Vernon Furtado
Programa de Pós-Graduação Stricto Sensu em Ciência da Motricidade Humana da
UCB - RJ
fabianaalmeida@uol.com.br
CUNHA, M.; BASTOS, V.H.; SILVA, A.; FURTADO, V.; VEIGA, H.; PIEDADE, R.; RIBEIRO, A.P. Integración Sensório-motora y plasticidad
sináptica en la corteza cerebelar. Fitness & Performance Journal, v.2, n.2, p. 91-96, 2003.
RESUMEN: Lo presente artículo revisa el fenómeno de plasticidad sináptica en el cerebelo estimulada por el proceso de aprendizaje de habilidades motoras complejas (acrobáticas). Inicia con una descripción anatómica y fisiológica del cerebelo que incluye,
su división en lobos, relación con otras áreas del sistema nervioso central y un análisis más refinada de sus circuitos internos. La
seguir es hecha un abordaje sobre diferentes modelos que intentan explicar como el cerebelo actúa al incorporar nuevos patrones
motores al sistema. Por último son reunidos los resultados de diferentes estudios experimentales que investigaron la remodelaje
sináptica cerebelar en ratones entrenados con actividades acrobáticas exigiendo alto grado de coordinación y balance. Ellos fueron
entonces comparados con otros grupos sometidos la ejercicios de naturaleza simple y el un grupo inactivo, que igualmente a los
primeros, habían sido sacrificados y estudiados al microscopio electrónico.
Palabras clave: Cerebelo, Integración Sensorio-Motora, Aprendizaje Motora, Plasticidad Sináptica
Dirección para correspondencia:
Rua Antonio Carlos, 97 – Porto Velho – São Gonçalo – RJ
Fecha de Recibimiento: enero / 2003
Fecha de Aprobación: febrero / 2003
Copyright© 2003 por Colégio Brasileiro de Atividade Física, Saúde e Esporte
Fit Perf J
Rio de Janeiro
2
2
91-96
mar/abr 2003
RESUMO
ABSTRACT
Integração sensório-motora e plasticidade sináptica no córtex cerebelar
Sensory-motor integration and synaptic plasticity in the cerebelar
cortex
O presente artigo revisa o fenômeno de plasticidade sináptica no cerebelo
estimulada pelo processo de aprendizagem de habilidades motoras complexas
(acrobáticas). Inicia com uma descrição anatômica e fisiológica do cerebelo
que inclui, sua divisão em lobos, relação com outras áreas do sistema nervoso
central e uma análise mais refinada dos seus circuitos internos. A seguir é feita
uma abordagem sobre diferentes modelos que tentam explicar como o cerebelo
atua ao incorporar novos padrões motores ao sistema. Por último são reunidos
os resultados de diferentes estudos experimentais que investigaram a remodelagem sináptica cerebelar em ratos treinados com atividades acrobáticas exigindo
elevado grau de coordenação e balanço. Eles foram então comparados com
outros grupos submetidos a exercícios de natureza simples e a um grupo inativo,
que igualmente aos primeiros, foram sacrificados e estudados ao microscópio
eletrônico.
Palavras-chave: Cerebelo, Integração Sensório-Motora, Aprendizagem
Motora, Plasticidade Sináptica
The present study aims to investigate the synaptic plasticity in the cerebellum as
a result of the learning process of complex (acrobatic) motor skills. It begins with
an anatomical and physiological description of the cerebellum, which includes
its division into lobes, the relationship with other areas of the Central Nervous
System, and a detailed analysis of its internal circuits. Next, an approach regarding disitnct models which attempt to explain how the cerebellum functions as it
incorporates new motor patterns to the system is made. Finally, results of different
experimental studies which investigated the cerebellar synaptic remodelling in
acrobatic trained rats are assembled. The acrobatic training consisted of activities demanding a high level of coordination and balance. The trainned rats were
compared to others submitted to simple exercises and to inactive groups. The
three groups of rats were sacrificed and studied with an electronic microscope.
Keywords: Cerebellum, Sensory-Motor Integration, Motor Learning, Sinaptic
Plasticity
INTRODUCCIÓN
Estudiosos del área de aprendizaje motora encuentran en el
cerebelo un objeto de investigación de gran relevo. Hay relatos
de que ya en el siglo XIX estudios de lesiones demostraban que el
cerebelo es importante para la coordinación de los movimientos
(Houk et al., 1996). Otro estudio cita que lesiones en el cerebelo
son responsables por romper con la coordinación de los movimientos de los miembros y de los ojos, impedimento del balance
y disminución de los tonos muscular (Kandel et al., 1995). Más
recientemente se descubrió que el cerebelo no actuaría solamente
en el control de los movimientos, pero participaría todavía de
funciones mentales del individuo durante tareas motoras de naturaleza superior: lenguaje, aprendizaje de movimientos complejos,
ejecución de movimientos con contenido emocional etc. (Lent,
2001). Las consideraciones sobre esa estructura nerviosa no para
por ahí, un número de estudios experimentales está demostrando una especie de plasticidad sináptica cerebelar inducida por
aprendizaje de habilidades motoras complejas entre modelos
animales (Anderson et al., 1996 & Kleim et al., 1998b). Gran
atención está siendo atribuida a los mecanismos neurofisiológicos
que rigen la referida capacidad plástica que será incorporada
como tema principal del regalo trabajo.
REPASO DE LA LITERATURA
Descripción anatómica del cerebelo
El cerebelo consiste en una estructura globosa localizada en la fosa
craneal posterior. Él ocupa cerca de una habitación del volumen
craneal en el hombre (Lent, 2001). Esa estructura presenta gran
analogía con el cerebro: dividido en dos hemisferios, su parte
externa es constituida de sustancia ceniza (corteza cerebelar) y la
parte interna por sustancia blanca donde son encontrados núcleos
nerviosos (los núcleos profundos del cerebelo). La analogía no para
por ahí, la corteza cerebelar también está dividida en lobos. Son
ellos: el lobo anterior, el lobo posterior y lo lobo floculo-nodular
(Kandel et al., 1995). De cada hemisferio del cerebelo hay cuatro
núcleos profundos, el núcleo fastigial, los interpuestos (globoso y
emboliforme) y el núcleo dentado. Esos núcleos reciben aferen92
cias de partes diferentes de la corteza cerebelar y constituyen las
principales vías eferentes del mismo (Kandel, 1995).
Análisis de las relaciones conectivas entre los núcleos profundos y
la corteza cerebelar relatan que la corteza del lobo floculo-nodular
se conecta con los núcleos selectividades localizados en el tronco
cerebral. Así, a pesar de esa localización, desde el punto de vista
conectivo los núcleos selectividades pueden también ser considerados como núcleos profundos del cerebelo (Lent, 2001). El núcleo
fastigial recibe aferencia de la región mediana del cerebelo llamada
gusano (debido a su aspecto alargado y segmentado). La región
verminal divide el cerebelo en hemisferios derecho e izquierdo
y es más prominente en la superficie inferior del lobo posterior
(Kandel et al., 1995). Los núcleos interpuestos reciben aferencias
de la zona intermediaria situada entre el gusano y la porción más
lateral de los hemisferios. En su vez, el núcleo dentado recibe suyas
aferencias de las regiones más lateralizadas de los hemisferios
(Lent, 2001). De esos análisis resultó la propuesta de uno nueva
división en zonas del cerebelo dividiéndolo en cuatro regiones de
cada lado: gusano, zona intermediaria, hemisferio lateral y lo lobo
floculo-nodular (Lent, 2001).
Informaciones variadas del SNC son reunidas
en el cerebelo
El cerebelo presenta tres circuitos distribuidos que promueven su
contacto con todas las partes del sistema nervioso central (corteza cerebral, tronco encefálico y médula espinal). El vestíbulocerebelo consiste en una vía donde es establecida una conexión
recíproca entre los núcleos selectividades localizados en el tronco
encefálico y lo lobo floculo-nodular (Kandel et al., 1995; Daz &
Puelles, 2003). Es atribuida a esa vía la función de controlar el
movimiento de los ojos y el mantenimiento de la postura y del
equilibrio durante la marcha. El espinocerebelo es otra vía, sus
principales inputs se originan de la médula espinal trayendo
informaciones sensoriales de la periferia (Krutki & Mrowczynski,
2002). Tales informaciones llegan al cerebelo en las regiones del
gusano y zona intermediaria siendo transmitidas a los núcleos
fastigial e interpuestos. Estos, prorrogándose al tronco encefálico y
Fit Perf J, Rio de Janeiro, 2, 2, 92, mar/abr 2003
al mesencéfalo irán inervar respectivamente los núcleos del sistema
descendiente medial (núcleos selectividades, formación reticular y
colícuelo superior) y lateral (núcleo rubro). El sistema lateral tiene
la importante función de controlar la ejecución de los movimientos
de los miembros en tiempo real (Kandel et al., 1995). Por último
hay el cerebro-cerebelo que empieza en las áreas frontal, parietal y occipital de la corteza cerebral, se proyectando todas para
los núcleos en la base del puente, y dieses, para los hemisferios
laterales del cerebelo (Serapide et al., 2001). El núcleo dentado,
entonces, recibe y transmite la información a los núcleos ventralanterior y ventral-lateral del tálamo de donde es repasada a las
áreas motora y pre-motora de la corteza cerebral (Lent, 2001). Esa
vía participa de la planificación y coordinación de movimientos
más complejos, integrando las informaciones sensoriales con los
comandos de origen mental (cognitiva y emocional).
Anatomía refinada y circuitos intrínsecos del
cerebelo
La corteza cerebelar se encuentra organizado en tres capas que
partiendo de la periferia para el interior son: la camada molecular, la camada de Purkinje y la camada granular. De cada
una están localizados tipos específicos de células neurales cuyas
propiedades funcionales habían sido reveladas a partir de análisis
microscópicas más refinadas (Lent, 2001). Son observadas dos
vías de entrada para el cerebelo que ocurren a partir de fibras
conocidas como musgosas (FM) y trepaderas (FT), las primeras
se originan en neuronas en el cuerno medular formando el trato
espino-cerebelar y en diversos núcleos del tronco encefálico. Ellas
constituyen el principal sistema de input del circuito cerebelar
en virtud de la gran diversidad de informaciones que conducen
(Takacs & Metzger, 2002). A su vez, las fibras trepaderas se
originan en el núcleo olivar inferior (Huesa, 2003; Houk et al.,
1996; Lang, 2001). La oliva inferior también emite una proyección
colateral para los núcleos cerebelares (Ruigrok & Voogd, 2000).
FM y FT secretan el neurotransmisor glutamato ejerciendo, así,
influencia excitatória sobre las áreas de contacto inmediato en
el cerebelo (Garthwaite & Brobelt, 1990). Fibras musgosas y
trepaderas alcanzan el cerebelo en locales distintos y recorren
caminos distintos, una en relación a la otra, lo que les confiere
propiedades funcionales diferenciadas (Thach, 1998).
Las fibras musgosas alcanzan inicialmente la camada granular
de la corteza cerebelar pero emiten ramos colaterales para los
núcleos profundos (Ito, 2000). En la camada granular ellas se
contactan con células granules a partir de zonas especializadas
llamadas glomérulos, que propicia alta eficiencia de transmisión
eléctrica. El glomérulo es aquí formado por el terminal asonado
de las fibras musgosas, terminales inhibitorios de células de
Golgi y dendritas de la célula granular. Tal arreglo se presenta
circundado por células gliales que promueven el aislamiento de
la señal eléctrico y, consecuentemente, una fuerte activación de
la célula granular. Esa extenderá suyo axón hasta la camada
molecular (más externa) donde irá a formar un sistema de fibras
paralelas (FP) que tiene como destino el árbol dendrítica de otro
tipo celular, la célula de Purkinje cuyo cuerpo está en la camada
rápido abajo (Ito, 2000). Aunque reciba activación excitatória,
la célula de Purkinje ejerce actividad de inhibición a partir del
neurotransmisor GABA, teniendo como blanco los núcleos profundos del cerebelo (Ito, 2000).
Cuánto a las fibras trepaderas, ellas se dirigen para la corteza
cerebelar se conectando directamente con las células de Purkinje
Fit Perf J, Rio de Janeiro, 2, 2, 93, mar/abr 2003
(Thach, 1998). Cada célula de Purkinje recibe sólo una fibra trepadera que se devana en su cuerpo y en las porciones proximales
de las dendritas estableciendo varias sinapsis excitatórias. Una
fibra trepadeira puede conectarse con 1-10 células de Purkinge
transmitiendo uno fuerte potencial eléctrico y esas emiten suyos
axones con actividad inhibitoria para los núcleos profundos. Hay
indicación de que análogamente a las fibras musgosas, las fibras
trepaderas emitan colaterales excitatórios directamente a los núcleos profundos del cerebelo (Kandel et al., 1995). Según relatos, los
inputs de las fibras trepaderas para las células de Purkinje pueden
ejercer modulación sobre el efecto de las fibras musgosas, lo que
se procesa de una entre dos formas: enfatizando transcientemiente
el efecto de los inputs de las fibras musgosas para las células de
Purkinje (Marr, 1969) o produciendo una depresión de larga duración de la eficacia de inputs seleccionados de fibras musgosas
(Albus, 1971). Ese último aspecto ocurriría mediante una acción
heterosináptica, es decir, una alteración en la actividad de una vía
debido a la actividad de otra vía (Kandel et al., 1995).
Análisis funcional de la corteza cerebelar
Surge aquí una cuestión fundamental: ¿Como la corteza cerebelar
organiza suyas computaciones internas a fin de regular la vía premotora responsable por los movimientos finos de los miembros?
Para responder tal pregunta algunos autores habían adoptado la
idea de haber una vía excitatória circulante entre la corteza motor
y los núcleos profundos del cerebelo (Tsukahara et al., 1968). Postularon entonces que la corteza motor iniciaba los movimientos de
los miembros activando un gran grupo de neuronas corticales que
emitían mucho más comandos que los realmente necesarios. La
permanencia de esos comandos dependía de la retroalimentación
circulante a través de los núcleos profundos. Entonces, cuando
las células de Purkinge disparaban, los comandos innecesarios
eran eliminados a través de una inhibición de las descargas de
los núcleos profundos (Blomfield & Mar, 1970).
Ya que los outputs provenientes de la corteza cerebelar son exclusivamente inhibitorios, los núcleos profundos (incluyendo la
selectividad), los cuales son inhibidos por las células de Purkinje
deben ser regulados también por alguna acción desinhibidota. Podría ser una acción que compita con la activación de la célula de
Purkinje o una influencia excitatória provenida de una otra fuente
(Houk et al., 1996). En este particular parece importante resaltar
que las células de Purkinje reciben inputs inhibitorios a partir de
células en cesto y células estrelladas esparcidas por el cerebro.
Además, fue relatado que las fibras musgosas y trepaderas que
llevan influencia excitatória para las células de Purkinje durante el
trayecto emiten ramos colaterales directamente para los núcleos
profundos del cerebelo (Kandel et al., 1995). Ambas las propuestas necesitan, todavía, sean analizadas experimentalmente.
La participación del cerebelo en el proceso de
aprendizaje motora
El cerebelo es visado como una estructura del sistema nervioso
central, que asociado a otras (oliva inferior, sistema pre-motor,
ganglios basales y corteza cerebral), ayuda a crear un ambiente
ventajoso para varias formas de aprendizaje motora (Houk,
1996; Hikosaka et al., 2002). La experiencia de los movimientos
es capaz de promover alteraciones en los circuitos cerebelares,
formando la base del aprendizaje (Kandel et al., 1995). Tales
alteraciones motivaron investigadores como Marr (1969) y Albus
(1971) la postulen modelos que definen estrategias de aprendizaje
93
motora. El primer autor sugirió un mecanismo de potenciación de
larga-duración (PLD) que ocurriría cuando una célula de Purkinje
disparase a la vez en que las fibras paralelas fuesen activadas. Eso
causaría un aumento de la fuerza sináptica entre fibras paralelas
y las respectivas células de Purkinje. La función atribuida a la fibra
trepadera fue de activar incondicionalmente la célula de Purkinje
favoreciendo el proceso (Houk et al., 1996).
Albus propuso el opuesto, que la fuerza sináptica sería disminuida
mediante un mecanismo llamado depresión de larga-duración
(DLD) que dependería de tres eventos ocurriendo simultáneamente: uno input de la fibra trepadera (señal de entrenamiento),
disparo de la célula de Purkinje y la actividad sináptica de las
fibras paralelas. Reforzando tal estrategia hallazgos adicionales
demostraron que la actividad de fibras trepaderas es modulada
durante las fases de aprendizaje, y que esa modulación, mediante
inhibición heterosináptica, reduce la fuerza de los inputs de las
fibras musgosas para la célula de Purkinje (Kandel et al., 1995).
La actividad de la célula de Purkinje cuando reducida permite
una desinhibición de los núcleos profundos del cerebelo (vía
de salida del circuito), lo que en última instancia, influenciará
la ejecución de los patrones de movimiento. Sumariando esas
observaciones, parece ser más probable que la actividad de las
fibras trepaderas, cuando asociada a otros factores, produzca
una DLD a contrapelo de PLD (Ito, 1989).
Algunos experimentos están examinando la función de fibras
musgosas y trepaderas durante aprendizaje motora. La actividad
de esas fibras fue captada en diferentes fases del entrenamiento
expresando aspectos particulares de cada una de estas (Striedter,
1998; Thach, 1998). En condición constante y previsible el movimiento fue acompañado por flotaciones estereotipada de picos
simples a partir de inputs de fibras musgosas con picos complejos,
a partir de las fibras trepaderas, ocurriendo ocasionalmente y de
forma intercalada (Thach, 1998). Cuando la condición fue alterada inesperadamente (evocando aprendizaje), la frecuencia de los
picos complejos aumentó drásticamente al mismo paso en que la
de picos simples disminuyó gradualmente. Tras varios intentos de
entrenamiento, con los sujetos (monos) se ajustando a la nueva
condición, la frecuencia de los picos complejos retornó a los
niveles de control. Sin embargo, los picos simples permanecieron
abajo de la línea de base (Kandel et al., 1995). Eso sugiere que
la modulación de la actividad de las fibras trepaderas, durante
el aprendizaje, reduce por inhibición heterosináptica la fuerza
de los inputs de las fibras musgosas para las células de Purkinje,
ajustándolas a la nueva condición de movimiento (ver: Barmack
& Yakhnitsa, 2002; Ebner, 1998).
La señal de entrenamiento de las fibras trepaderas
Como descrito anteriormente, las FT surgen de núcleos de oliva
inferior y llegan a la corteza cerebelar donde establecen contacto
directo con células de Purkinje (Houk et al., 1996). Muchas teorías
del cerebelo asumen que esas fibras transmitan informaciones de
entrenamiento que guían el proceso de aprendizaje motora (Houk
et al., 1996; Striedter, 1998). Sin embargo, hay divergencias entre
los modelos teóricos con respecto a la naturaleza específica de esas
informaciones. Marr (1969) asumió que, a través de las FT, la oliva
inferior transmite instrucciones específicas de la corteza motor, designando cuáles los movimientos elementales necesitan ser ejecutados.
Pero tal propuesta no esclarece como la corteza motor adquiere tal
conocimiento elaborado sobre un vasto conjunto de movimientos
94
requeridos (Houk et al., 1996). Albus (1971) adoptó que oliva inferior
compara retroalimentaciones sensoriales con trayectorias deseadas
de movimiento, a fin de señalizar errores en la actuación. Ambas las
teorías son cuestionables por no abordar como los patrones internos
pueden ser adquiridos (Houk et al., 1996).
Más adelante, análisis electrofisiológicas a partir de neuronas
de oliva inferior o de suyas FT (axones) posibilitaron informaciones útiles sobre el tipo de información de entrenamiento
aquí discutida. En las diferentes regiones de oliva inferior llegan
varias combinaciones de fibras sensoriales y ramos colaterales
de fibras motoras los cuales traen una especie de copia de las
informaciones eferentes que se traducen en respuestas motoras
(Bloedel & Courville, 1981). Tal hallado, sumado a otros factores,
llevó a la hipótesis de que oliva inferior calcula señales de error
oriundos a la copia de la eferencia (Oscarsson, 1980). Sin embargo, tal modelo se presenta limitado cuanto sus posibilidades
de demostración. Otra hipótesis atribuye a la corteza motor la
función de control de retroalimentaciones simples, recibiendo
él mismo las señales de la trayectoria objetivada (a partir de la
corteza de asociación) y comparando con informaciones de la
trayectoria actual suministradas por retroalimentación sensorial.
La diferencia entre trayectorias permite a la corteza motor generar una referencia de error que será propagada a través de
oliva inferior, providenciando señal de entrenamiento para el
cerebelo (Kawato & Gomi, 1992). Este modelo es cuestionado
por desconsiderar la naturaleza sensorial de oliva inferior como
sugerido por los análisis electrofisiológicas (Houk et al., 1996).
En su modelo generador de patrones ajustabais, Houk y Barto
(1992) habían asumido la naturaleza sensorial de oliva inferior
señalizando como una base para la generación de información de
entrenamiento. Consideraron tal señal de entrenamiento derivado
de propiedades somato sensoriales simple, lo que favorece una
explicación de como los patrones internos son generados (Houk et
al., 1996). Células táctiles responden al contacto sobre un campo
receptivo en la superficie del miembro y células propioceptivas
responden al movimiento del miembro en una dirección particular.
Tais respuestas son reprimidas durante ciertas fases del movimiento, y la represión es atribuida a un mecanismo de refinamiento,
por acción inhibitoria, que es controlado por la señal de la copia
eferente. Respuestas táctiles son inhibidas justamente tras un mando motor cesar, eliminando respuestas de contacto que, de otra
forma, permanecerían hasta el final de uno movimiento necesito.
Así, las respuestas pueden ser inhibidas cuando el miembro chocar
sin deseo con algún objeto durante el movimiento, constituyendo
un simple índice de error motor (Houk et al., 1996). Cuánto a las
respuestas táctiles, estas son inhibidas durante el movimiento, lo que
es dicho a acontecer solamente en fase primaria del movimiento,
quedando la HOLA responsable durante los movimientos correctivos
secundarios. Como las neuronas propioceptivos están vueltos para
diferentes direcciones de movimiento, diferentes unidades en el sistema detectan diferentes direcciones de movimientos correctivos. Eso
posibilita una forma de supervisar la información de entrenamiento
en el respectivo modelo (Houk et al., 1996).
Aprendizaje motora induciendo plasticidad cerebelar
Uno considerable número de experimentos está demostrando
el aspecto de plasticidad sináptica en poblaciones adultas de
ratones sometidos la tareas motoras complejas que exigen coordinación y balance. La aprendizaje de tareas de esa naturaleza
Fit Perf J, Rio de Janeiro, 2, 2, 94, mar/abr 2003
(acrobáticas) es tenida como capaz de producir una profunda
remodelaje en la red interconectiva intrínseca a la corteza cerebelar (Kleim et al., 1998). Tal aspecto fue investigado en un
área de la corteza cerebelar que recibe inputs somato sensorial y
proproceptivo de los miembros anterior y posterior del animal: el
lóbulo paramedio (Anderson et al., 1996; Krutki & Mrowczynski,
2002; Klintsova et al., 2002). Hay entre los experimentos aquel
que también investigó se alteraciones similares ocurrirían en uno
de los blancos primarios de los outputs de ese área, el núcleo
dentado, sin embargo, no habían sido encontradas modificación
estructurales en el mismo (Kleim et al., 1998a). Tal resultado
sugiere, entonces, que las alteraciones sinápticas estructurales
relacionadas al cerebelo son selectivas a las regiones corticales
y que la participación del núcleo dentado sería la de retransmitir
los comandos resultantes de esa posible reorganización cortical.
Aplicación de las tareas experimentales
En los diversos experimentos los modelos animales son generalmente sometidos la una entre cuatro condiciones de entrenamiento con duración variando entre 15 y 30 días (Anderson
et al., 1996 & Kleim et al., 1998). En la condición acrobática
(CA) las tareas consisten en atravesar trillas de obstáculos que
requieren considerable grado de coordinación y balance como:
puentes planas que progresivamente se estrechan, cuerdas en
la vertical (escaleras de mano), puente móvil utilizando una corriente (extendida de una punta a la otra), caminos con barreras
en suspensión etc. Los obstáculos aumentan en número y grado
de dificultad a lo largo del entrenamiento, en un modo que el
primer día empieza por una tarea simple y progresa para un total
de aproximadamente siete tareas complejas hasta el último día
(Anderson et al., 1996). La condición de ejercicio intenso (EH)
envolvía una caminada rápida (10m/min.) sobre una esterilla
rodante motorizada, iniciando con una duración de 5min. en el
primer día y aumentando gradualmente para 60min. en el transcurrir de los días. Otra fue la condición de ejercicio voluntario (EV)
con los ratones permaneciendo en jaulas que los posibilitaban
se ejerciten en ruedas de corrida. Ellos estuvieron libres para
correr durante cualquier momento que quisiesen (Anderson et
al., 1996). Finalmente es empleada una condición inactiva (CI)
en que los ratones no tenían la oportunidad de aprendizaje o
de otros ejercicios además de los posibles dentro de sus jaulas.
Variables dependientes comportamentales
Una de las variables aquí analizadas se refiere a la cantidad de
errores de los animales durante el proceso de aprendizaje de las
tareas acrobáticas. Fue constatado un considerable efecto del día
de entrenamiento sobre la actuación de los ratones (Jones et al.,
1999 & Kleim et al., 1998b). Uno de los estudios relata una media
de 20 errores/intento en el primer día de la tarea y menos que 1
error/intento para los períodos finales del entrenamiento (Kleim et
al., 1998a). Eso indica una pronunciada cantidad de aprendizaje
durante todo el periodo de entrenamiento. Otra variable a ser
discutida es el tiempo requerido para completar la tarea (latencia)
que análogamente a la primera, sufre una reducción en el transcurrir del entrenamiento (Kleim et al., 1998la; Kleim et al., 1998b
& Jones et al., 1999). Registros del primer día de entrenamiento
citan una latencia media de 45s para conclusión de la tarea por el
grupo de la CA, disminuyendo para menos de 20s al trigésimo día
(Kleim et al., 1998b). Otro estudio comparó un grupo de ratones
con lesiones producidas en áreas de la corteza sensorio-motora
representativas de los miembros anteriores, con el respectivo grupo
Fit Perf J, Rio de Janeiro, 2, 2, 95, mar/abr 2003
control. Las reducciones en número de errores y latencia resultantes
del entrenamiento de habilidades acrobáticas fueron también a
partir de esas observadas (Jones et al., 1999).
Variables dependientes celulares
Finalizada la fase de entrenamiento el procedimiento subsiguiente
pasa a ser la remoción de los lóbulos paramedios izquierdo y derecho en el modelo animal y preparación para análisis al microscopio
electrónico. Con el auxilio de una cámara lúcida fue retirada una
franja de camada molecular comprendida entre la piamáter y la
camada de Purkinje a partir de la cual fue hecha la colecta de
dados (Anderson et al., 1996). Variables como: el número total
de sinapsis, el número de sinapsis de fibras paralelas y lo número
de sinapsis de fibras trepaderas, todas estas estando basadas en el
volumen referente a una célula de Purkinje, se habían presentado
como las variables más conclusivas para esta parte del estudio.
La clasificación de los diferentes tipos sinápticos del cerebelo tiene
se realizado por medio de las características morfológicas de los
diferentes componentes pre-sinápticos y polvos-sinápticos. Las
fuentes primarias más utilizadas son: Palay & Chan-Palay (1974),
Larramendi & Victor (1967) y Ecles, Ito & Szengothai (1967).
Se relacionando a la clasificación de los componentes presinápticos, surgen los terminales de fibras paralelas que son
identificados por su citoplasma claro, 2-3 microtúbulos cortados
transversalmente y pequeñas mitocondrias. Tais terminales son de
pequeños la medianos en el tamaño y tienen pequeñas vesículas
redondas (Anderson et al., 1996). Los terminales de fibras trepaderas tienen grandes vesículas redondas que están densamente
agrupadas. Son terminales que frecuentemente contactan varias
espinas en un plano de sección. En la categoría inhibitoria hay
los terminales de células en cesto que son anchos y presentan
muchos neurofilamentos, sus vesículas redondas y elipsoidales
están largamente agregadas y la rendija sináptica tiene como
máximo el tamaño del espacio intersticial. Por vez, los terminales
de células estrelladas poseyendo también vesículas redondas y
elipsoidales se diferencian de las últimas con respecto al tamaño
de las rendijas, que en este caso, son mayores que los espacios
intersticiales usuales. Por último, los terminales de las células de
Purkinje contienen vesículas achatadas y redondas a través de
anchos terminales (Anderson et al., 1996).
Cuánto a la clasificación de los componentes polvos-sinápticos,
esto dice respeto a las dendritas de las células de Purkinje y a
las dendritas provenientes de interneuronas inhibitorios (Kleim et
al., 1998b). Los primeros son intensamente circundados por glías
formando un dobladillo y presentan una cisterna submembrana
extensiva. A todo esto, las dendritas de los interneuronas son
circundados por una pequeña cantidad de glías y suyas cisternas
submembranas son intercaladas (Kleim et al., 1998b). Es todavía
mencionado que las dendritas a partir de los interneuronas tienen
un citoplasma oscuro con una mayor densidad de microtúbulos
que las dendritas de las células de Purkinje (Anderson et al.,
1996). Los perfiles que no se encajaron en ninguna de las categorías mencionadas tiene como salida sean clasificados como
procesos pre o polvos-sinápticos desconocidos.
Remodelaje en la corteza cerebelar asociada a
la naturaleza de la tarea
En consenso, estudios evidenciaron un aumento sustancial en el
número de sinapsis de fibras paralelas/células de Purkinje, en el
grupo de la CA en relación a los de las condiciones de EH, EV y
95
CI (Anderson et al., 1996 & Kleim et al., 1998b). Cuánto a las
sinapsis de fibras trepaderas/células de Purkinje, los estudios presentaron resultados diferenciados. Anderson (1996) observó en su
trabajo un considerable aumento en el número de esas sinapsis
entre el grupo de la CA, comparado a los de más. Por otro lado,
Kleim (1998b) relata no tener observado alteraciones en otro tipo
sináptico sin ser el de las fibras paralelas. Una posible explicación
para tal discrepancia es que solamente en el trabajo de la primera
autora la camada molecular fue observada desde la periferia hasta
sus áreas más profundas. Por cuenta de eso, ella puede haber
encontrado regiones más ricas en sinapsis de fibras trepaderas,
las cuales no pudieron ser observadas a través de las estrategias
del segundo experimento (Kleim et al., 1998b). El número total de
sinapsis en el volumen de tejido referente a una célula de Purkinje
tuvo considerable aumento, sobre todo por cuenta de las sinapsis
de fibras paralelas. Ellas representan el tipo más abundante de la
corteza cerebelar y su distribución original dentro de la referencia
de volumen utilizada representaba 78% de las sinapsis (Anderson
et al., 1996). Sinapsis de fibras trepaderas pueden tener contribuido mucho modestamente, ellas que representaban, inicialmente,
sólo 2% del total. Aumento en otros tipos sinápticos no habían
sido evidenciados (Kleim et al., 1998b & Anderson et al., 1996).
CONCLUSIÓN
Según los creídos, el cerebelo consiste en una estructura importantemente relacionada con la adquisición de nuevos patrones de
movimientos. Sus propiedades integran los aspectos sensoriales
y motores en pro de ejecuciones motoras eficaces hacen de él
una estructura esencial a las tareas diarias. Además de eso, sus
funciones demuestran ser retroalimentadas por la propia ejecución de movimientos con naturaleza particular. Trabajos variados
apuntan la posibilidad a través del aprendizaje de habilidades
motoras complejas (acrobáticas exigiendo balance y coordinación), pero no las simples, de promover adaptaciones localizadas
en la corteza cerebelar. Tales adaptaciones son responsables por
perfeccionar el ambiente que conduce las coordinadas sobre los
patrones motores sean ejecutados en respuesta a la demanda de
las tareas aprendidas. Cuánto a los mecanismos neurofisiológicos
de ese aspecto plástico los resultados experimentales indican el
aumento del número de contactos sinápticos de fibras paralelas con
la célula de Purkinje como el factor responsable. La confirmación
de esa hipótesis invalida la idea del aprendizaje motora deberse al
aumento en la eficacia de sinapsis individuales como propuesto por
Mar y Albus. Finalmente, el aumento del número de sinapsis entre
las fibras trepaderas y las células de Purkinje observado en uno de
los experimentos es algo a ser mejor investigado. Se confirmado,
tal aspecto podría representar un aumento en la velocidad con
que nuevos patrones motores son incorporados por el sistema.
REFERENCIAS
Albus, J. (1971). A theory of cerebellar function. Biosci, 10: 25-61.
Anderson, B., Alcântara, A. & Greenough, T. (1996). Motor-skill learning: changes in
synaptic organization of the rat cerebellar cortex. Neurobiology of learning and memory,
66: 221-229.
Baker, M., Javid, M. & Edgley, S. (2001). Activation of cerebellar climbing fibres to rat
cerebellar posterior lobe from motor cortical output pathways. J physiol, 536 (3): 825-839.
Barmack, N. & Yakhnitsa, V. (2002). Vestibularly evoked climbing-fiber responses modulate simple spikes in rabbit cerebellar Purkinje neurons. Ann NY acad sci, 978: 237-254.
Bloedel, J. & Courville, J (1981). Cerebellar afferent systems. In: J. Brookhart., V. Mountcastle., V. Brooks. & S. Geiger (eds) Handbook of physiology, V. 2. American physiological
society, pp 735-829.
96
Blomfield, S. & Marr, D. (1970). How the cerebellum may be used. Nature, 227: 1224-1228.
Daz, C. & Puelles, L. (2003). Plurisegmental vestibulocerebellar projections and other
hindbrain cerebellar afferents in midterm chick embryos: biotinylated dextranamine
experiments in vitro. Neuroscience, 117 (1): 71-82.
Ebner, T. (1998). A role for the cerebellum in the control of limb movement velocity. Curr
opin neurobiol, 8 (6): 762-769.
Eccles, J., Ito, M. & Szengothai, J. (1967). The cerebellum as a neuronal machine. New York:
Springer-Verlag.
Gartwaite, J. & Brodbelt, A (1990). Glutamate as the principal mossy fibre transmitter in
rat cerebellum: pharmacological evidence. Eur j neirosci, 2 (2): 177-180.
Houk, J. & Barto, A. (1992). Distributed sensorimotor learning. In: G. Stelmach & J. Requin
(eds). Tutorials in motor behavior II. Amsterdam, Elsevier, pp 71-100.
Houk, J., Buckingham, J. & Barto, A. (1996). Models of the cerebellum and motor learning.
Behavioral and brain sciences, 19 (3): 368-383.
Huesa, G., Anadon, R. & Yanez, J. (2003). Afferent and efferent conections of the cerebellum of the chondrostean acipenser baeri: a carbocyanine dye (Dil) tracing study. J.
comp neurol, 460 (3): 327-344.
Ito, M. (1970). Neurophysiological aspects of the cerebellar motor control system. Int j
neurology, 7: 162-176.
Ito, M. (1989). Long-term depression. Ann rev neurosc, 12: 85-102.
Ito, M. (2000). Mechanisms of motor learning in the cerebellum. Brain research, 886:
237-245.
Jones, T., Chu,C., Grande, L. & Gregory, A. (1999). Motor skills training enhances lesioninduced strutural plasticity in the motor cortex of adult rats. The journal of neuroscience,
19 (22): 10153-10163.
Kandel, E., Scwartz, J. & Jessell, T. (1995). Essential of neural science and behavior. Rio de
Janeiro: Prentice Hall.
Kawato, M. & Gomi, H. (1992). A computational model of four regions of the cerebellum
based on feedback-errorlearning. Biological cibernetics, 68: 95-103.
Kleim, J., Pipitone, M., Czerlanis, C. & Greenough, T. (1998 a). Strutural stability within
the lateral cerebellar núcleos of the rat following complex motor learning. Neurobiology
of learning and memory, 68: 290-306.
Kleim, J., Swain, R., Armstrong, K., Napper, R., Jones, T. & Greenough, W. (1998b). Selective sinaptic plasticity within the cerebellar cortex following complex motor skill learning.
Neurobiology of learning and memory, 69: 274-289.
Klintsova, A., Scamra, C., Hoffman, M., Napper, R., Goodlett, C. and Greenough, W.
(2002). Therapeutic effects of complex motor training on motor performance deficits
induced by neonatal binge-like alcohol exposure in rats: II. A quantitative stereological
study of synaptic plasticity in female rat cerebellum. Brain research, 937: 83-93.
Krutki, P. & Mrowczynski, W. (2002). Afferent input from distal forelimb nerves to branching
spinoreticular-spinocerebellar neurones in the cat. Acta neurobiol exp, 62 (4): 271-276.
Lang, E. (2001). Organization of olivocerebellar activity in the absence of excitatory
glutamatergic input. J neurosci, 21 (5): 1663-1675.
Larramendi, L. & Victor, T. (1967). Sinapses on the Purkinje cell spines in the mouse: a
electron microscopic study. Brain research, 5: 15-30.
Lent, R. (2001). Cem bilhões de neurônios: conceitos fundamentais da neurociência. São
Paulo: Atheneu.
Marr, D. (1969). A theory of cerebellar cortex. J physiology London, 202: 437-470.
Oscarsson, O. (1980). Functional organization of olivary projection to cerebellar anterior
lobe. In: J. Courville., C. de Montigney., Y. Lamarre (eds). The inferior olivary nucleus: anatomy
and physiology. New York: Raven press, pp 279-289.
Palay, S. & Chan- Palay, V. (1974). Cerebellar cortex: citology and organization. New York:
Springer-Verlag.
Ruigrok, T. & Vood, J. (2000). Organization of projection from the inferior olive to the
cerebellar nuclei in the rat. J comp neurol, 426 (2): 209-228.
Serapide, M., Panto, M., Parenti, R., Zappala, A. & Cicirata, F. (2001). Multiple zonal
projections of the basilar pontine nuclei to the cerebellar cortex of the rat. J comp neurol,
430 (4): 471-484.
Striedter, G. (1998). A comparative perspective on motor learning. Neurobiology of learning
and memory, 70: 189-196.
Takacs, J. & Metzger, F. (2002). Morphological study of organotypic cerebellar cultures.
Acta biol hung, 53 (1-2): 187-204.
Thach, W. (1998). A role for the cerebellum in learning movement coordination. Neurobiology of learning and memory, 70: 177-188.
Tsukahara, N., Korn, H. & Stone, J. (1968). Pontine relay from cerebral cortex to cerebellar
cortex and nucleus interpositus. Brain res, 10: 448-453.
Ungerleider, L., Doyon, J. and Karni, A. (2002). Imaging brain plasticiy during motor skill
learning. Neurobiology of learning and memory, 78: 553-564.
Fit Perf J, Rio de Janeiro, 2, 2, 96, mar/abr 2003
Descargar