Estudio del American College of Sports Medicine Realizar actividad física provoca una mayor tolerancia al dolor. El American College of Sposts Medicine ha realizado una investigación sobre los beneficios de la actividad física frente a las lesiones. Los resultados indican que quienes practican ejercicio regularmente obtienen una mayor tolerancia al dolor. Para llevar a cabo este trabajo se escogieron 24 participantes. Un grupo de ellos llevaron a cabo un entrenamiento aeróbico estructurado, mientras que el resto no realizó ninguna actividad física. Todos fueron analizados seis semanas antes y después. Se evaluaron tres factores: Umbral de dolor a la presión, la tolerancia al dolor isquémico y los índices de dolor. Las conclusiones demostraron que quienes habían realizado el entrenamiento aumentaron su tolerancia al dolor en un 20%, aunque su umbral de dolor no sufrió cambios. Esto significa que este grupo notaba el dolor en el mismo momento que el resto, pero podían aguantarlo durante mucho más tiempo. En cuanto al grupo sedentario, no se apreciaron cambios sobre sus datos previos al estudio. El entrenamiento realizado fue de 30 minutos de bicicleta estática a una intensidad media tres veces por semana. La prueba de dolor se realizó en los brazos, mediante un torniquete, ya que si se hubiera hecho en las piernas habría suscitado controversias, ya que la musculatura se habría podido acostumbrar al dolor. Según los investigadores, "el resultado evidencia que hay un sistema central que regula la tolerancia al dolor y que existe una adaptación psicológica al entrenamiento. El entrenamiento físico puede facilitar el desarrollo de la función cerebral que aumenta la tolerancia de estas señales y las sensaciones asociadas, y este aumento puede contribuir a mejorar el rendimiento de resistencia”. Éste no es el primer estudio enfocado a este tema, ya que un trabajo realizado por la Universidad de Heidelberg (Alemania) demostró que el umbral del dolor es igual para todas las personas, pero los atletas logran tolerar niveles mayores de padecimiento. Su autor, Jonas Tesarz, revisó 15 estudios enfocados en el tema, que compararon de distintas maneras la percepción del dolor que tienen los atletas y los no atletas. En total, las investigaciones trabajaron con 899 voluntarios de Estados Unidos, Canadá, Australia y Europa. Los atletas que participaron practicaban distintas disciplinas deportivas. Las investigaciones encontraron que el umbral del dolor, es decir, la fuerza que necesita un estímulo para ser considerado doloroso, es igual en todas las personas. Sin embargo, los atletas logran una mayor resistencia. Tesarz consideró que estos hallazgos pueden tener diversas aplicaciones clínicas: ″Muchos estudios muestran el efecto de la actividad física en la calidad de vida de los pacientes que experimentan dolor. Creemos que es importante que los tratamientos de ejercicios destinados a las personas que sufren dolencias se enfoquen hacia el desarrollo de la tolerancia, más que a tratar de modificar el umbral del dolor″. El experto consideró que se deben realizar más investigaciones para identificar los factores psicológicos y los procesos neurobiológicos que asocian la actividad física y la resistencia al dolor. Tesarz afirmó que esto permitirá diseñar métodos no-invasivos y sin efectos secundarios para las personas con dolor crónico. Fuente: Munideporte.com