Abstract Título: Transferencia de recursos del sector agrícola al sector industrial en la economía ecuatoriana. 1970-1994 Autoría: Alegría Sandoval Año: 1995 Problema de investigación El estudio se centra en la determinación del nivel de transferencia de recursos del sector agrícola al industrial, la evaluación del papel de los intermediarios en la retención del excedente agrícola y la comparación de las políticas estatales dirigidas a los sectores primario y secundario. Marco teórico La transferencia de recursos del sector primario al secundario se enmarca en el proceso de acumulación de capital y en las explicaciones de la situación agraria resultante de dicho proceso. Al respecto existen las teorías dualista (convivencia de formas de producción tradicionales y modernas en la agricultura y acumulación en el sector industrial) y de integración del sector rural con el resto de la economía. Existe además una base teórica respecto de los mecanismos a través de los cuales se transfieren recursos entre sectores. Las mencionadas teorías respaldaron el análisis para el caso ecuatoriano. El estudio de las políticas sectoriales aplicadas durante el período 1970 - 1994 requirió del análisis de las implicaciones de la implementación del modelo de desarrollo neoliberal en la agricultura e industria, el mismo que se incorporó al marco teórico. La metodología utilizada en la medición de la transferencia de recursos es interesante, aunque la no desagregación del consumo de hogares por ramas en las cuentas nacionales originó ciertos problemas. Síntesis de la investigación Incidencia de las políticas estatales en los sectores agrícola e industrial Los mecanismos tradicionales de transferencia de recursos estatales en el Ecuador son: Gasto público. La participación de la agricultura en el gasto público ha sido mayor que la del sector industrial, aunque ninguno de los dos sectores es prioritario. Política crediticia. Luego del comercio, el sector industrial es el que se beneficia en mayor medida del crédito otorgado por el sistema financiero. La agricultura se ubica en el último lugar. Política cambiaria y arancelaria. El tipo de cambio ha permanecido sobrevaluado en todos los años del período considerado (excepto en el lapso 1990 - 1992), derivando en beneficios para los importadores (industria). Por otra parte, el apoyo arancelario a los industriales se ha dado en dos sentidos: Vía protección a los productos manufacturados destinados al consumo interno, que compiten con la producción nacional; y, mediante niveles arancelarios bajos para las materias primas y bienes de capital. Entretanto, la agricultura se ha visto perjudicada por la escasa importación de productos para su desarrollo y los reducidos aranceles de importación de productos agrícolas (trigo). Leyes de fomento industrial y de fomento y desarrollo agropecuario. La Ley de Fomento Industrial tiene un campo de acción más específico y contempla exoneraciones y abonos tributarios y la creación de zonas de promoción regional. La Ley de Fomento y Desarrollo Agropecuario enfatiza en las garantías a las propiedades rurales y establece exenciones de impuestos menores que la Ley de Fomento Industrial. 1 Medición de la transferencia de recursos del sector agrícola al industrial a través de los diferentes métodos planteados Existe una transferencia de recursos del sector agrícola al industrial, cuantificada de diversas maneras: Términos de intercambio desfavorables para la agricultura respecto de la industria; costos de producción agrícolas superiores a los precios, lo que implica insumos baratos y menores costos de mano de obra en la manufactura; y, una balanza comercial agrícola positiva, que refleja excedentes que son utilizados por otros sectores. Papel del sector comercial en el intercambio entre el sector agrícola y el sector industrial El comercio asegura el ciclo producción - consumo de alimentos. Sin embargo, existen heterogeneidades (diferencias físicas de los productos, acceso a almacenamiento, destino y políticas económicas sesgadas) que impiden a los productores ubicar el producto en el mercado en iguales condiciones. A ello se suman la falta de infraestructura de transporte, la inestabilidad de precios al consumidor y productor, la atomización en la oferta agrícola y la presencia de oligopsonios de comerciantes en unos casos y de un gran número de intermediarios en otros. Las dificultades de movilización de los campesinos incrementan la cantidad de intermediarios, generando elevaciones significativas de precios al consumidor y menores posibilidades de que los productores retengan el excedente. Resultados 1. Se comprueba en su totalidad la hipótesis de que existe una transferencia de recursos del sector agrícola al industrial. Lo anterior se deduce del análisis de los términos de intercambio entre los sectores de la economía, que dan cuenta de un deterioro de las relaciones en contra del sector primario. La imposibilidad de cubrir la subsistencia familiar con la ganancia generada implica la transferencia del valor creado por los agricultores al sector que lo compra (industria). La agricultura ha generado divisas (balanza comercial positiva) que han financiado las importaciones del resto de la economía, incluyendo el sector secundario (balanza comercial negativa). Se ha determinado una transferencia de recursos humanos del sector agrícola al industrial a través de los procesos migratorios de tres maneras: los campesinos llegan a las ciudades y pasan a trabajar directamente en la manufactura; el deterioro de salarios generado en el exceso de oferta laboral en la industria; y, las migraciones temporales que cubren parte del costo de la mano de obra. 2. Se demuestra ampliamente que parte del excedente agrícola es retenido por el sector comercial en vista del costo de los márgenes, que recae casi siempre en el productor, y de las ineficiencias en la comercialización de productos agrícolas. 3. Aunque el gasto público refleje una mayor transferencia de recursos hacia el sector primario que hacia el industrial, se concluye que la agricultura ha sido el menor beneficiario de la concesión de créditos; se ha favorecido más a la Ley de Fomento Industrial que a la de Fomento y Desarrollo Agropecuario; y, el tipo de cambio se ha mantenido sobrevaluado en casi todo el período de estudio, beneficiando a los importadores y por ende a la manufactura. 2