RECURSO DE CASACIÓN: Impugnabilidad objetiva. Resolución equiparable a sentencia definitiva. Auto que rechaza el cese de un lanzamiento dispuesto en el curso de un proceso por usurpación cuando el imputado luego fue sobreseído. DESALOJOS PREVENTIVOS DISPUESTOS EN PROCESOS POR DELITOS DE USURPACION (art. 302 C.P.P.): Naturaleza, duración, caracteres. JURISDICCION: Agotamiento de los poderes de acción. Excepción. I. A los efectos de definir el alcance de la expresión "sentencia definitiva" (art. 469 CPP), hay que prestar atención a los lineamientos trazados por el Máximo Tribunal de la República, tal como se exige a partir del precedente "Di Mascio". En ese contexto, cuadra apuntar que la Corte Suprema establece que existen pronunciamientos que pueden y deben ser equiparados a sentencias definitivas. A este respecto se ha expuesto que una resolución jurisdiccional es equiparable a sentencia definitiva, si ocasiona un agravio de imposible, insuficiente, muy dificultosa o tardía reparación ulterior, precisamente porque no habría oportunidad en adelante para volver sobre lo resuelto. II. Como principio general, las medidas de restitución dispuestas en el curso del proceso por usurpación y sujetas a la resultas de la causa, no constituyen sentencia definitiva, salvo supuestos en que aquéllas causen un agravio que, por su magnitud y las circunstancias de hecho, pueda ser de tardía, insuficiente o imposible reparación ulterior. No obstante, cuando la negativa a restituir el inmueble es resuelta con posterioridad al sobreseimiento por prescripción de la acción penal por el delito de usurpación, ninguna duda cabe que el imputado, en adelante no tendrá otra oportunidad para volver sobre lo resuelto (más aún cuando lo decidido obliga al mismo a iniciar una acción en otra sede, a raíz de un decisorio recaído en el fuero penal) y por ello resulta ser un supuesto de sentencia definitiva por equiparación. III. Extinguido lo principal (la acción penal), en una causa por usurpación, es decir, operado el sobreseimiento del imputado la cautelar dispuesta debe cesar y la alteración fáctica operada en este fuero debe dejarse sin efecto, retornando la situación a su estado anterior y reintegrando a quien fuera imputado en la posesión que detentaba hasta el momento en que se lo desalojara preventivamente. Lo anterior, por resultar de aplicación al caso lo dispuesto en los arts. 411 y 503 del C.P.P. Es que se encuentra fuera de discusión que la decisión oportunamente dispuesta por la cual se desaloja al imputado del inmueble objeto del litigio, es una medida cautelar cuyo encuadre jurídico se ubica en el art. 302 del C.P.P. 1 IV. Entre las características esenciales de las medidas cautelares contamos con que las mismas son provisorias y accesorias. El lanzamiento preventivo ordenado en el curso de un proceso penal no constituye una sentencia de desalojo ni una sentencia que resuelva una litis posesoria, como cautelar que es queda sujeta en su duración a los resultados de la acción penal que ha sido incoada y a la sentencia que se dicte. Así, sólo una sentencia condenatoria puede darle a la restitución efectuada carácter definitivo, lo que no obsta al ejercicio de las acciones posesorias o reivindicatorias que pudieran intentar. V. No resulta correcto entender que operada la extinción de la acción penal por el transcurso del tiempo, el órgano jurisdiccional se encuentre impedido de ejercer los poderes de acción y jurisdicción sobre todas las cuestiones que conforman el objeto del proceso. Cierto es que tal impedimento se presenta en relación a los extremos de la imputación jurídico-delictiva, pero no así sobre un remanente sobre el que debió obligatoriamente expedirse al momento del dictado de la sentencia de sobreseimiento y no lo hizo. TSJ, Sala Penal, S. N° 133, 18/05/10, "Videla, Mirta Lilia, p.s.a. usurpación Recurso de Casación-". Vocales: Tarditti, Cafure de Battistelli y Blanc G. de Arabel. 2 SENTENCIA NUMERO: CIENTO TREINTA Y TRES En la Ciudad de Córdoba, a los dieciocho días del mes de mayo de dos mil diez, siendo las diez horas, se constituyó en audiencia pública la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia, presidida por la señora Vocal doctora Aída Tarditti, con asistencia de las señoras Vocales doctoras Mar mía Esther Cafure de Battistelli y María de las Mercedes Blanc G. de Arabel, a los fines de dictar sentencia en los autos "VIDELA, Mirta Lilia, p.s.a. usurpación -Recurso de Casación-" (Expte. "V", 16/09), con motivo del recurso de casación interpuesto por la imputada Mirta Lilia Videla, con el patrocinio del Dr. Marcelo J. Mundet en contra del Auto Interlocutorio Número sesenta y ocho del catorce de agosto de dos mil nueve, dictado por el Juzgado Correccional de Cuarta Nominación de esta ciudad. Abierto el acto por la señora Presidenta se informa que las cuestiones a resolver son las siguientes: 1º) ¿Resulta nulo el fallo impugnado por falta de fundamentación? 2°) ¿Qué resolución corresponde dictar? Las señoras Vocales emitirán sus votos en el siguiente orden: Dras. Aída Tarditti, María Esther Cafure de Battistelli y María de las Mercedes Blanc G. de Arabel. 3 A LA PRIMERA CUESTION: La señora Vocal doctora Aída Tarditti, dijo: I. a. Por sentencia n° 124, del cuatro de septiembre de dos mil ocho, el Juzgado Correccional de Cuarta Nominación de esta ciudad resolvió sobreseer totalmente a la encartada Mirta Lilia Videla por el hecho atribuido y calificado legalmente como usurpación (art. 181 inc. 1° del C.P.), en virtud de haber operado la prescripción de la acción penal (art. 350 inc. 4° del C.P.P.) (fs. 187 vta.). b. Frente a lo resuelto, la encartada Videla se presentó ante la señora Juez Correccional y solicitó la restitución del inmueble (ubicado en calle Antonio del Viso n° 174, B° Alta Córdoba, ciudad de Córdoba) del cual había sido oportunamente desalojada en el presente proceso (fs. 195/199 y 200), solicitud que, a través del Auto n° 68 del 14/8/09, fue rechazada por la Sra. Juez Correccional (fs. 213). II. Contra dicha resolución, comparece la imputada Mirta Lilia Videla, patrocinada legalmente por el Dr. Marcelo J. Mundet e interpone recurso de casación, el cual canaliza a través de los dos motivos posibles (C.P.P., art. 468 incs. 1° y 2°). 4 Comienza su presentación denunciando que el a quo se limita a efectuar una mención genérica del art. 544 del C.P.P. y que era la encartada la que debía recurrir a la vía civil para reclamar la devolución del inmueble. De tal forma, agrega, está omitiendo la aplicación de los arts. 411 y 503 del C.P.P. y desconoce la naturaleza jurídica y los efectos de una medida cautelar. De los referidos artículos, agrega, surge claro que absuelto el imputado el Tribunal dispondrá de inmediato la libertad del mismo "y la cesación de las restricciones cautelares impuestas". Refiere que el sobreseimiento tiene los mismos efectos. Considera que la naturaleza jurídica de la medida dispuesta por el Fiscal al disponer el desalojo del inmueble, es el de una cautelar, es decir, una medida provisoria que no causa estado y que tiende a garantizar el resultado de un pronunciamiento. Como medida cautelar que es, enfatiza, reúne los caracteres de accesoria y provisoria y una vez extinguido lo principal -en el caso por sobreseimiento-, lo accesorio (la medida) debe cesar. Refiere que en el fallo se realizó una errónea aplicación del art. 544 del C.P.P. mandándola a ocurrir a la jurisdicción civil. En primer lugar, agrega, dicha norma se refiere a cosas secuestradas y los inmuebles no se secuestran por lo que, por esa sola razón, ya la norma en cuestión resulta inaplicable a la 5 presente. Si por una ficción, dice, se pudiera interpretar que resultaba viable tal secuestro, el art. 503 del C.P.P. establece que "las cosas secuestradas que no estuvieran sujetas a confiscación, restitución o embargo, serán devueltas a quien se le secuestraron". Considera que el caso regulado por el art. 544 de la ley de rito es aquél en que se ha secuestrado una cosa, no se tiene constancia de quien la tenía y al menos dos personas ajenas a la causa pretenden esgrimir un derecho sobre la cosa. Allí sí la cosa debe ser retenida por el tribunal y los interesados recurrir a la vía civil en la que se resuelva la cuestión. Es claro así, refiere, que si la cosa le fue secuestrada, extinguida la acción penal debe disponerse la cancelación de la medida cautelar dispuesta para el caso de que recayera una condena que reconociera la propiedad de otro y restituírsela de inmediato. Agrega que aún cuando por vía de hipótesis se considerara de aplicación el art. 544 del C.P.P, la decisión debió ser exactamente la inversa a la tomada por el Tribunal por cuanto el fallo no dispone que los interesados ocurran a la jurisdicción civil, sino que sea ella quien recurra a tal fuero, con lo que ha resuelto la controversia posesoria a favor de la otra parte sin un juicio previo, en violación al régimen jurídico sustantivo. 6 Es que según nuestro sistema de fondo, agrega, cuando se suscita una controversia entre dos personas sobre quien tiene derecho a la posesión, hasta que esa situación se resuelva por vía de la acción de reivindicación, la cosa debe continuar en poder de quien tenía la posesión. Adita que el poseedor no tiene necesidad de esgrimir título alguno para ser mantenido en la posesión mientras otro no demuestre en juicio contradictorio tener ese derecho; "el posee porque posee" reza el art. 2363 del C.C. Afirma que en su caso serán los denunciantes quienes deberán iniciar la correspondiente acción de reivindicación y allí probar todos los extremos necesarios para la procedencia de la misma. Entiende que para ser privada con carácter definitivo de la posesión, se requiere un juicio en el que haya sido parte, en el que la litis quede fijada en la discusión sobre el derecho de poseer y se le permita cuestionar los pretendidos títulos y eventualmente su subsistencia o alegar la prescripción adquisitiva. Mientras ello no ocurra y recaiga una sentencia que admita el derecho real de la contraria sobre el inmueble poseído, el poseedor no puede ser privado de la posesión. 7 Remata afirmando que la resolución embatida vulnera lo prescripto en los arts. 2363, 2468, 2469 del C.C. y todo el régimen jurídico posesorio establecido en nuestro sistema. Por su parte, denuncia que en el interlocutorio recurrido se han inobservado las formas procesales, por los defectos de motivación y omisión de consideración de argumentos importantes de la defensa. Ello por cuanto el pronunciamiento atacado pretende cumplir con la exigencia de motivación con una mera y genérica remisión al art. 544 del C.P.P., una cita doctrinaria sacada de contexto y una remisión a argumentos del fiscal. Lo señalado, dice, no alcanza para constituirse en una motivación válida. Pero aún cuando se lo pudiera admitir, agrega, el fallo seguirá siendo nulo por defectos de motivación ya que no asume ni rechaza todas las defensas interpuestas ni descalifica la postura sostenida sobre la naturaleza cautelar de la medida tomada por el Fiscal. Dice que los planteos son serios, fundados en argumentos con sustento legal que hacen al punto fundamental de la cuestión: la naturaleza cautelar de las medidas dispuestas por el Fiscal. Sobre tales consideraciones, agrega, nada dice el pronunciamiento para desestimarlas, lo que lo vicia de nulidad. 8 Luego, bajo otro título, la recurrente plantea una cuestión constitucional. Dice que como no fue resuelta en instancias anteriores, la reitera en esta oportunidad. Allí advierte que una interpretación que pudiera admitir como definitiva a la entrega del inmueble dispuesta en la investigación penal preparatoria resultaría contraria a diversas cláusulas, derechos y garantías constitucionales. Considera aquí que tanto un Fiscal como un Juez carecen de la facultad de disponer lanzamientos en la etapa instructoria, a no ser que se lo haga como medida cautelar y por ello provisoria. Tal potestad, afirma, no se encuentra consagrada legislativamente. Afirma que resulta inconstitucional una norma que confíe la potestad a un Fiscal o un Juez de disponer en la etapa instructora el desalojo del presunto usurpador y la entrega de la posesión al denunciante o la presunta víctima, no en carácter provisorio de una cautelar, sino en carácter definitivo. Ello por cuanto vulnera el art. 75 inc. 12 de la C.N.; el principio de jerarquía normativa (art. 31 C.N.) -por cuanto por el art. 302 del C.P.P. se entregaría el bien con carácter definitivo durante la etapa instructoria desplazando los principios del Código Civil y la C.N.- y también porque se 9 vulnerarían los principios de inocencia, defensa en juicio (art. 18 C.N.) y el derecho de propiedad (art. 17 C.N.). Por todo lo anterior, solicita se haga lugar al recurso articulado (fs. 215/224). III. Mediante dictamen N° P-889 que corre a fs. 232/234 se expidió la Sra. Fiscal Adjunta de la Pcia., Dra. María Marta Cáceres de Bollati. En la oportunidad, la Representante del Ministerio Público consideró erróneo el planteo formulado ya que sostiene que la medida adoptada era de carácter definitivo, siendo que la Juzgadora dejó expresamente sentado que el lanzamiento dispuesto constituye una medida cautelar. Además de lo anterior, advierte la Titular de la Acción Penal que lo que se pretende tachar de inconstitucional no es la norma en sí misma sino su interpretación por lo que su planteo debe ser encausado a través del recurso de casación, siendo inconstitucionalidad improcedente que fue la resuelto reiteración de implícitamente un planteo de por el Juzgado Correccional. IV. a. De la reseña efectuada precedentemente, se advierte que lo que la recurrente pretende revertir es aquél decisorio del Juzgado Correccional de Cuarta Nominación de esta ciudad que en definitiva mantiene el desalojo o 10 lanzamiento preventivo dispuesto oportunamente por el Fiscal de Instrucción interviniente de la propia encartada del inmueble que la misma ocupaba, ubicado en calle Antonio del Viso n° 174, B° Alta Córdoba de esta ciudad. El mencionado Tribunal, para resolver en tal sentido brindó los siguientes argumentos: * Que si bien el desalojo oportunamente dispuesto por el Fiscal de Instrucción constituye una medida cautelar sujeta al pronunciamiento sobre el fondo de la cuestión en la sentencia a dictarse, no podía hacerse lugar a la restitución del inmueble solicitada. Ello por cuanto la sentencia de sobreseimiento por prescripción constituye un impedimento para continuar ejerciendo los poderes de acción y jurisdicción en procura de un pronunciamiento sobre el fondo. * Que la solicitud que ahora realiza la imputada sobreseída, controvierte el derecho invocado por la Cámara Juguetera de Córdoba a la que, a través de su Presidente -denunciante en autos-, el Sr. Fiscal restituyera el inmueble en cuestión, por lo que no le correspondía a ese Juzgado Correccional hacer lugar a lo solicitado sino que dicha controversia, conforme a lo prescripto en el art. 544 del C.P.P., debía dirimirse en la jurisdicción civil, donde la peticionante Videla debía ocurrir. 11 b. Como primer cuestión, corresponde señalar, tal como lo apunta la Sra. Fiscal Adjunta en su dictamen que, conforme surge de la relación de causa antes hecha y de lo que se examinará a continuación, al estar atado el planteo de inconstitucionalidad a un supuesto fáctico que no se corresponde con el de autos (ya que la presentante plantea la irregularidad constitucional del art. 302 del C.P.P. solo para el supuesto en que se entendiera que el desalojo dispuesto no fuera preventivo sino definitivo), dicho planteo deviene abstracto. c. En orden a la impugnabilidad objetiva del decisorio puesto en crisis, es sabido que el art. 469 del C.P.P. establece como recurribles en casación, además de aquellos casos especialmente previstos por la ley, a “las sentencias definitivas o los autos que pongan fin a la pena, o hagan imposible que continúen, o que denieguen la extinción, conmutación o suspensión de la pena”. Dicho lo anterior, debe recordarse que a los efectos de definir el alcance de la expresión "sentencia definitiva" (art. 469 CPP), hay que prestar atención a los lineamientos trazados por el Máximo Tribunal de la República, tal como se exige a partir del precedente "Di Mascio" (cfr. Alejandro D. Carrió, “Garantías constitucionales en el proceso penal”, Hammurabi, Bs. As., 2000., p. 77). 12 En ese contexto, cuadra apuntar que la Corte Suprema establece que existen pronunciamientos que pueden y deben ser equiparados a sentencias definitivas. A este respecto se ha expuesto que una resolución jurisdiccional es equiparable a sentencia definitiva, si ocasiona un agravio de imposible, insuficiente, muy dificultosa o tardía reparación ulterior, precisamente porque no habría oportunidad en adelante para volver sobre lo resuelto (T.S.J. "Sala Penal", A. nº 178 del 3/5/01, "Acción de Amparo presentada por Jorge Castiñeira"; A. nº 242 del 4/8/03, “Castro”; A. nº 186 del 14/6/04, “Deaquino”, entre muchos otros). Tal doctrina fue seguida por el Alto Tribunal Federal, y receptada por esta Sala en “Callegher” (A.I. n° 112, del 30/5/06), al sostener que las resoluciones que decretan, levantan, modifican o deniegan medidas cautelares, en principio, no son equiparables a "sentencia definitiva" salvo cuando se demuestra que el perjuicio que pueden ocasionar es irreparable (Fallos 218:180; 313:279; 315:1039; 317:363, citados por Alberto Bianchi, "La Sentencia definitiva ante el recurso extraordinario", Abaco, Buenos Aires, 1998, nota 187, págs. 86/87; T.S.J. Sala Penal A. nº 52 del 10/3/03, “Cesaretti”). En ese marco de entendimiento, se ha dicho que las medidas de restitución dispuestas en el curso del proceso por usurpación y sujetas a la 13 resultas de la causa, no constituyen sentencia definitiva (cfr. CSJN, "Angel Magio", Fallos: 286:240; "Ulises Silkovich", Fallos: 293:463; "Fiscal c/ Gallo", Fallos: 307:1132; "Fiscal C. Vila", L.L., 1998-D, 878", TSJ, Sala Penal, “Callegher”, antes cit.). Sin embargo, tal estándar cede en los supuestos en que aquéllas causen un agravio que, por su magnitud y las circunstancias de hecho, pueda ser de tardía, insuficiente o imposible reparación ulterior (Fallos: 308:90; "Fiscal c. Vila", citado supra, entre otros). El caso de autos, al igual que lo que ocurriera en el precedente "Giacossa" (S. n° 48 del 19/03/08), encuadra en este supuesto excepcional (por lo que resulta objetivamente impugnable en casación) y difiere en sus circunstancias del precedente “Callegher”, si se tiene presente que aquí la negativa a restituir el inmueble se resolvió con posterioridad al sobreseimiento por prescripción de la acción penal de la encartada por el delito de usurpación que, sobre el inmueble en cuestión, se le atribuía, motivo por el cual ninguna duda cabe que la misma, en adelante no tendrá otra oportunidad para volver sobre lo resuelto. Más aún cuando lo decidido obliga a la encartada a iniciar una acción en otra sede, a raíz de un decisorio recaído en el fuero penal. d. Preliminarmente, corresponde señalar que si bien la recurrente afirma que sus planteos participan de la naturaleza de ambos motivos del recurso de 14 casación, atento que los mismos -mayormente- están dirigidos a poner en crisis la fundamentación del interlocutorio atacado, será a través del motivo formal de dicha vía impugnativa (art. 468 inc. 2° del C.P.P.) que se considerará a los mismos. Efectuadas las aclaraciones anteriores, postularé el acogimiento del presente recurso y en consecuencia la revocación de la resolución puesta en crisis. Ello por cuanto se encuentra fuera de discusión (ya que la recurrente lo alega y el a quo lo reconoce) que la decisión oportunamente dispuesta por el Sr. Fiscal de Instrucción por la cual fuera desalojada la imputada Videla del inmueble objeto del litigio, es una medida cautelar cuyo encuadre jurídico se ubica en el art. 302 del C.P.P., por lo que lo aquí resuelto no puede diferir en su solución de lo que se sostuviera en el precedente "Giacossa" de esta Sala (antes cit.). Es que sabido es que entre las características esenciales de las medidas cautelares contamos con que las mismas son provisorias y accesorias. Relacionado a lo anterior, esta Sala tiene dicho que la medida en cuestión no constituye una sentencia de desalojo ni una sentencia que resuelva una litis 15 posesoria, como cautelar que es queda sujeta en su duración a los resultados de la acción penal que ha sido incoada y a la sentencia que se dicte. Así, sólo una sentencia condenatoria puede darle a la restitución efectuada carácter definitivo, lo que no obsta al ejercicio de las acciones posesorias o reivindicatorias que pudieran intentar (T.S.J., Sala Penal, "Callegher", A. n° 112 del 30/5/06; "Sánchez", A. n° 228 del 03/12/07). De tal manera es dable afirmar que extinguido lo principal (la acción penal), en una causa como la presente en la que el/los supuesto/s ofendido/s optaron por no solicitar el ingreso al proceso como querellante/s particulare/s a fin de impulsar el trámite hacia las etapas correspondientes, operado el sobreseimiento de la imputada -en el caso por prescripción de la acción penalla cautelar dispuesta debe cesar y la alteración fáctica operada en este fuero debe dejarse sin efecto, retornando la situación a su estado anterior y reintegrando a quien fuera imputada en la posesión que detentaba hasta el momento en que el Fiscal la desalojara preventivamente (fs. 50). Lo anterior, por resultar de aplicación al caso lo dispuesto en los arts. 411 y 503 del C.P.P. Por último, merece destacarse que contrariamente a lo que considera el a quo, en opinión concordante con el Sr. Fiscal Correccional, no resulta correcto entender que operada la extinción de la acción penal por el transcurso del 16 tiempo, el órgano jurisdiccional se encuentre impedido de ejercer los poderes de acción y jurisdicción sobre todas las cuestiones que conforman el objeto del proceso. Cierto es que tal impedimento se presente en relación a los extremos de la imputación jurídico-delictiva, pero no así sobre un remanente sobre el que debió obligatoriamente expedirse al momento del dictado de la sentencia de sobreseimiento y no lo hizo (en similar sentido, aunque en relación al decomiso de bienes secuestrados dispuesto luego de la sentencia condenatoria, véase, T.S.J., Sala Penal, "Farías", S. n° 41 del 17/3/08). Por todo lo anterior, voto en sentido positivo a la presente cuestión. La señora Vocal doctora María Esther Cafure de Battistelli, dijo: La señora Vocal preopinante, da, a mi juicio, las razones necesarias que deciden correctamente la presente cuestión. Por ello adhiero a su voto, expidiéndome en igual sentido. La señora Vocal doctora María de las Mercedes Blanc G. de Arabel, dijo: Estimo correcta la solución que da la señora Vocal Dra. Aída Tarditti, por lo que adhiero a la misma en un todo, votando, en consecuencia, de igual forma. A LA SEGUNDA CUESTION: La señora Vocal doctora Aída Tarditti, dijo: 17 I) Atento al resultado de la votación que antecede, corresponde declarar abstracto el planteo de inconstitucionalidad del art. 302 del C.P.P. formulado, hacer lugar al recurso de casación deducido por la imputada Mirta L. Videla patrocinada legalmente por el Dr. Marcelo J. Mundet- y, en consecuencia, dejar sin efecto el decisorio recurrido, debiendo remitirse los presentes al tribunal de origen a fin de que dicte una resolución conforme a derecho. II) Sin costas en la alzada atento al éxito obtenido. Así voto. La señora Vocal doctora María Esther Cafure de Battistelli, dijo: La señora Vocal preopinante, da, a mi juicio, las razones necesarias que deciden correctamente la presente cuestión. Por ello adhiero a su voto, expidiéndome en igual sentido. La señora Vocal doctora María de las Mercedes Blanc G. de Arabel, dijo: Estimo correcta la solución que da la señora Vocal Dra. Aída Tarditti, por lo que adhiero a la misma en un todo, votando, en consecuencia, de igual forma. En este estado, el Tribunal Superior de Justicia, por intermedio de la Sala Penal; 18 RESUELVE: I) Declarar abstracto el planteo de inconstitucionalidad del art. 302 del C.P.P. formulado. II) Hacer lugar al recurso de casación deducido en autos, y en consecuencia dejar sin efecto el auto interlocutorio n° 68 de fecha 14 de agosto de dos mil nueve, dictado por el Juzgado Correccional de Cuarta Nominación de esta ciudad, reenviando los presentes al tribunal de origen a fin de que dicte una resolución conforme a derecho. III)Sin costas por lo actuado en esta sede, debido al éxito obtenido (arts. 550, 551 C.P.P.) Con lo que terminó el acto que, previa lectura y ratificación que se dio por la señora Presidente en la Sala de Audiencias, firman ésta y las señoras Vocales de la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia, todo por ante mí, el Secretario, de lo que doy fe. Dra. Aída TARDITTI Presidenta de la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia Dra. María Esther CAFURE DE BATTISTELLI Vocal del Tribunal Superior de Justicia Dra. M. de las Mercedes BLANC G. DE ARABEL Vocal del Tribunal Superior de Justicia Dr. Luis María SOSA LANZA CASTELLI Secretario del Tribunal Superior de Justicia 19 20