40 Neumonía nosocomial F.J. Álvarez Gutiérrez INTRODUCCIÓN Se define como Neumonía Nosocomial (NN) aquella que se presenta en las 48-72 horas tras el ingreso hospitalario, siempre que se haya excluido un proceso infeccioso pulmonar presente o en periodo de incubación en el momento del ingreso, o aquella neumonía que se presenta en los 7 días tras el alta hospitalaria1. Globalmente es la segunda causa de infección hospitalaria tras la infección urinaria y la primera causa de infección en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). La incidencia es variable dependiendo del grupo de edad, siendo de 5 casos/1000 hospitalizados con edad inferior a 35 años y elevándose a más de 15 casos/1000 en mayores de 65 años. Esta incidencia se multiplica por 20 en pacientes conectados a Ventilación Mecánica Invasiva (VMI), en los que la mortalidad puede llegar hasta el 50%. El retraso en la instauración de un tratamiento antibiótico adecuado para la Neumonía Nosocomial Grave se acompaña de un peor pronóstico2. La vía de entrada de gérmenes al tracto respiratorio inferior es la aspiración de secreciones orofaríngeas en la mayoría de los casos, por lo que la etiología de la NN dependerá de los microorganismos colonizadores. Los patógenos más frecuentes son los bacilos gramnegativos (BGN) entéricos (no Pseudomona), Haemophilus influenzae, Staphy- lococcus aureus meticilín sensibles y Streptococcus pneumoniae. Pueden ser polimicrobianas, sobre todo las NN asociadas a ventilación. Si la NN se presenta precozmente, el espectro microbiano es semejante a las Neumonías adquiridas en la comunidad (NAC), mientras que si aumenta el tiempo de estancia hospitalaria la flora colonizante de la orofaringe cambia, por lo que predomina la etiología por BGN. El diagnóstico de Neumonía en general es sindrómico en presencia de una clínica sugestiva y un infiltrado radiológico, pero la especificidad de estos datos en las NN es baja, sobre todo en las neumonías asociadas a ventilación mecánica (NAVM), en las que pueden ser necesarios métodos microbiológicos y anatomopatológicos para llegar a su diagnóstico1. Además en estas NAVM, la modificación de una terapia antibiótica inadecuada una vez se ha aislado el microorganismo causante de la infección, no mejora significativamente la mala evolución inicial3, por lo que la elección de una antibioterapia empírica adecuada es uno de los factores de las NN que pueden ser modificados2. Otro factor que se ha relacionado con el pronóstico de la NN es la propia etiología, siendo mayor la mortalidad cuando la infección es causada por Pseudomona aeruginosa, y menor cuando el germen aislado es H. Influenzae o cocos grampositivos4. 457 458 DIAGNÓSTICO Diagnóstico sindrómico De forma tradicional el diagnóstico sindrómico de Neumonía se basa en la combinación de signos clínicos y radiológicos. Así, los criterios de NN comúnmente aceptados son: presencia de un infiltrado de nueva aparición en la radiografía de tórax, junto con fiebre y secreciones traqueobronquiales purulentas o leucocitosis5. Estos criterios, en los pacientes que requieren ventilación mecánica son poco específicos, ya que otras entidades de origen no infeccioso pueden simular el mismo cuadro clínico, motivo por lo que se aconseja diferenciar entre neumonía “definitiva” y neumonía “probable”, según los criterios siguientes5: Neumonía definitiva Infiltrado radiológico nuevo (progresivo) o persistente, secreciones traqueobronquiales purulentas y uno de los siguientes criterios: a) evidencia radiológica, preferentemente por tomografía computarizada, de abceso pulmonar con cultivo positivo del abceso mediante punción transtorácica aspirativa; b) estudio anatomopatológico de pulmón, obtenido por biopsia y/o necropsia compatible con neumonía, entendiendo por tal la presencia de un abceso o área de consolidación con acumulación intensa de leucocitos polimorfonucleares, junto con cultivo cuantitativo positivo del parénquima pulmonar (>104 microorganismos por gramo de tejido pulmonar). Neumonía probable Existencia de infiltrado nuevo (progresivo) o persistente, y secreciones traqueobronquiales purulentas junto con alguno de los siguientes criterios: a. Cultivo cuantitativo positivo de una muestra de secreciones del tracto respiratorio inferior, obtenida mediante una técnica que evite la contaminación por la flora del tracto respiratorio superior: cepillado bronquial con catéter telescopado (CBCT), lavado broncoalveolar (LBA) y LBA protegido. b. Hemocultivo positivo sin relación con otro foco F.J. Alvarez Gutierrez y obtenido dentro de las 48 horas (antes o después) de la obtención de muestras respiratorias. Los microorganismos obtenidos deben ser idénticos a los aislados mediante cultivo de secreciones del tracto respiratorio inferior. c. Cultivo del líquido pleural positivo en ausencia de instrumentalización pleural previa. Los microorganismos obtenidos deben ser también idénticos a los aislados mediante cultivo de secreciones del tracto respiratorio inferior. d. Histopatología compatible con neumonía definitiva y cultivo cuantitativo del parénquima pulmonar <104 microorganismos /g de tejido pulmonar. Así, la presencia de una clínica infecciosa aguda más un infiltrado radiológico tiene una alta sensibilidad y especificidad, pero como se puede observar por los criterios mencionados, no es posible hacer un diagnóstico fiable de neumonía nosocomial sin una confirmación microbiológica o histológica. En la práctica habitual, la confirmación histológica es casi imposible y por lo tanto la mayoría de veces nos basaremos en la confirmación microbiológica5. Aun más, el diagnóstico microbiológico no sólo es importante para confirmar el diagnóstico, sino también para conocer el germen y sus posibles resistencias a antibióticos. En la tabla I se recogen los criterios clínicos y microbiológicos para el diagnóstico de NN. En el caso de NAVM se puede establecer un diagnóstico de sospecha si se combinan una serie de criterios clínicos, radiológicos y de laboratorio, recogidos en la tabla II6. Los datos de sospecha de NAVM basados en la radiología fueron definidos por los Centers for Disease Control (CDC) con la presencia de nuevos y permanentes infiltrados radiológicos o progresión de infiltrados previos7. Sin embargo, en paciente críticos los infiltrados radiológicos pueden estar originados por otras causas no infecciosas como atelectasias, edema de pulmón, derrame pleural, síndrome de distress respiratorio del adulto, hemorragia alveolar o infartos pulmonares8. En otros casos existen signos clínicos de neumonía y no hay evidencia de infiltrados pulmonares. Esto es posible por la presencia de bronquiolitis purulenta (que se acompaña de recuen- 459 Neumonía nosocomial Tabla I. Criterios clínicos y microbiológicos en el diagnóstico de Neumonía Nosocomial (NN)*. Clínicos Fiebre (P) Secreciones Purulentas (P) Leucocitosis (P) Cavitación (S) Infiltrados pulmonares persistentes (MP) Microbiológicos e histológicos CBCT>103 UFC/ml (MP) LBA>104 UFC/ ml (MP) GIC> 2-5% (S) Hemocultivo o cultivo de líquido pleural (MP) + Histología compatible con neumonía (S) CBCT: cepillado bronquial con catéter telescopado; LBA: lavado broncoalveolar; GIC: gérmenes intracelulares. P: Probable, MP: muy probable, S: seguro. *Modificada de referencia5. tos elevados de colonias de bacterias y que precede a la aparición de la neumonía radiológica9) o por la baja calidad de las radiografías realizadas con aparatos portátiles (se ha demostrado que un 26% de las opacidades alveolares identificadas en los campos inferiores mediante tomografía computarizada, no se apreciaban en las radiografías de tórax10). Diagnóstico Microbiológico Para el diagnóstico microbiológico podemos utilizar técnicas no invasivas o invasivas. En la tabla III se resumen estas técnicas. Dentro de las técnicas no invasivas la más importante es el hemocultivo que tiene un valor pronóstico independiente y alta especificidad, aunque la bacteriemia sólo aparece en aproximadamente el 10-15% de las NN1. Se recomienda siempre la práctica de dos hemocultivos seriados extraídos en lugares diferentes y cultivo del líquido pleural si se objetiva su presencia5. El estudio de esputo es poco rentable, aunque puede ser útil en la NN no ingresados en la UCI. Por otro lado la detección de antígenos de Legionella en orina para el serotipo I es sensible, específico y no se influencia por el tratamiento antibiótico1. Igualmente puede ser útil la detección de antígeno de S. Pneumoniae en orina. En pacientes intubados los cultivos cualitativos del aspirado traqueal (AT) tienen una alta sensibilidad, ya que suelen identificar los organismos que se recuperan mediante técnicas invasivas, pero tienen un moderado valor predictivo positivo6. Los cultivos cuantitativos tienen unos márgenes de sensibilidad y especificidad muy amplios, oscilan- Tabla II. Criterios de sospecha de Neumonía Asociada a Ventilación Mecánica (NAVM)*. 1. Presencia de dos de tres de los siguientes criterios mayores - Fiebre (>38,2ºC) - Secreciones purulentas - Infiltrado pulmonar (radiografía de tórax, TAC torácica) 2. Presencia de uno o más de los criterios menores - Leucocitosis (>12.000/ml) - Leucopenia (<4.000/ml) - Presencia de formas inmaduras (>10%) - Hipoxemia (PO2/FiO2< 250, en un paciente agudo) - Aumento de >10% de FiO2 respecto a la previa - Inestabilidad Hemodinámica * Modificada de referencia 6. do entre un 38 y un 100%, y un 14-100% respectivamente6. La especificidad aumenta con el procesado semicuantitativo de los cultivos, con un punto de corte de 106 UFC/mL1. En cuanto a la punción transtorácica, si no hay tratamiento antibiótico previo tienen una sensibilidad del 40-80% y especificidad muy alta. Está indicada en aquéllos casos que se presentan con patología periférica (abcesos, infiltrados...). En los pacientes con respiración espontánea y en los que no exista alguno de los criterios de neumonía grave que expondremos posteriormente, no 460 Tabla III. Técnicas para el diagnóstico de la Neumonía Nosocomial. Técnicas no Invasivas 1. Hemocultivo 2. Cultivo de esputo 3. Antígeno en orina de Legionella (serotipo I) y S. Pneumoniae 4. Pacientes intubados: Aspirado Traqueal (AT) Técnicas Invasivas 1. Punción transtorácica 2. Técnicas broncoscópicas: - Cepillado bronquial mediante catéter telescopado (CBCT) - Lavado Broncoalveolar (LBA) 3. Técnicas ciegas o no broncoscópicas (pacientes intubados) - Aspirado bronquial ciego - Minilavado broncoalveolar - Catéter telescopado no broncoscópico será recomendable la práctica de técnicas invasivas. Si existen criterios de gravedad debemos obtener muestras de las secreciones respiratorias para su análisis microbiológico y también en aquéllos casos en que el proceso neumónico, a pesar del tratamiento empírico iniciado, evolucione mal. La elección de una u otra técnica dependerá, en cada caso, de la situación clínica del paciente y de la experiencia personal en la utilización de las diferentes técnicas5. En los pacientes ventilados mecánicamente siempre es aconsejable obtener muestras mediante aspirado endotraqueal (análisis cuantitativo) o fibrobroncoscopia (CBCT, LBA). El análisis microbiológico requerirá, en todos estos casos, cultivos cuantitativos, lo cual permitirá distinguir entre aquellos microorganismos potencialmente patógenos que estén colonizando o que estén causando infección . Se acepta como patógeno causal o infectase aquel microorganismo que se encuentre en concentraciones >103 unidades formadoras de colonias (UFC)/ml para el CBCT, >104 para el LBA y >106 para el aspirado endotraqueal. Además, la presencia de más de 2-5% de gérmenes intrace- F.J. Alvarez Gutierrez lulares en los macrófagos o polimorfonucleares del líquido recuperado del LBA parece ser específico de neumonía, aunque esta especificidad disminuye si existe un tratamiento antibiótico previo. Por otra parte deberán excluirse aquellas muestras de LBA con un porcentaje de células epiteliales escamosas superior al 1%, lo que sería indicativo de contaminación por la flora del tracto respiratorio superior. Si el resultado del cultivo del primer CBCT realizado ante la sospecha de NN aporta recuentos >102, se aconseja repetir la Fibrobroncoscopia si la sospecha clínica de neumonía persiste, pues al menos 1 de cada 3 pacientes con los gérmenes en las concentraciones antes descritas tendrán cultivos positivos significativos y deben tratarse5 . En la figura 1 tenemos un algoritmo de actuación para Neumonía Nosocomial. En cuanto al diagnóstico diferencial de las NN, otras etiología que pueden cursar con fiebre o infiltrados radiológicos serían: insuficiencia cardíaca congestiva, atelectasia, tromboembolismo pulmonar, hemorragia alveolar, síndrome del distrés respiratorio del adulto, neumonitis química tras aspiración, contusión pulmonar y derrame pleural. TRATAMIENTO En la mayor parte de los casos el tratamiento antibiótico deberá administrarse inicialmente de forma empírica. Es fundamental que se instaure lo más precoz posible, dada la elevada mortalidad que puede comportar la neumonía, especialmente si la antibioterapía no es la adecuada5. Para una correcta elección del tratamiento deben tenerse en cuenta diferentes factores, como la flora bacteriana propia del hospital, las resistencias a los antibióticos, tratamientos previos y factores inherentes al huésped que puede predisponer a uno u otro microorganismo. Además si la infección se adquirió en la UCI hay dos probables dificultades añadidas: el posible alto grado de resistencia de los gérmenes, sobre todo en pacientes que han recibido antibióticos, y por otro lado, la etiología polimicrobiana presente en muchas de estas neumonías5. Finalmente cualquier tratamiento empírico deberá ajustarse a los resultados microbiológicos cuando se disponga de los mismos. - Antibióticos previos - Enfermedad de base - Tiempo de evolución Mala evolución clínica Ajustar el tratamiento aumentando la cobertura a otros patógenos NN pacientes con respiración espontánea y sin criterios de neumonía grave TC toracoabdominal TC de senos Reevaluación diagnóstica - Variabilidad de la técnica - Errores de muestreo - retrasos del procedimiento Evolución favorable Técnicas no invasivas: - Hemocultivos (2) - Cultivos esputo - Ag Urinario Legionella, S Pneumoniae Plantear punción transtorácica si: - Abceso - Infiltrado periférico Evolución No favorable - Cepillado Bronquial mediante FB (catéter telescopado, LBA) - Aspirado traqueal - Broncoaspirado - Cepillado Bronquial ciego o mini-LBA Repetir muestras técnicas invasivas Repetir toma de muestras Probable contaminación 1% de células > escamosas Interpretación individualizada del recuento exacto Cultivo cuantitativo Iniciar antimicrobianos en función del Gram < 1% de células escamosas Valoración de la calidad de las muestras Obtención de muestras NAVM Figura 1. Algoritmo de actuación ante la sospecha de Neumonía nosocomial. NAVM: Neumonia asociada a ventilación mécánica. Ajustar el tratamiento empírico a los hallazgos microbiológicos Buena evolución clínica Evaluación a las 72 horas Buscar otros diagnósticos < 10% PMN Técnicas no invasivas: - Hemocultivos (2) - Cultivos esputo - Ag Urinario Legionella, S Pneumoniae Plantear Punción Transtorácica si: - Abceso - infiltrados periféricos NN pacientes con respiración espontánea y con criterios de neumonía grave Criterios clínicos y/o radiológicos de sospecha de Neumonia nosocomial (Tablas I y II) Neumonía nosocomial 461 462 Desde la publicación de la normativa de la American Thoracic Society en el año 199611, y un año más tarde la normativa de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR)5, se han estratificado a los pacientes de acuerdo con las principales variables que condicionan la etiología de la NN y, consecuentemente, su tratamiento. Así, para la elección del tratamiento empírico es aconsejable clasificar diferentes grupos de pacientes, según tres criterios clínicos: 1. Gravedad de la Neumonía (en dos categorías: no grave y grave). Se entiende por neumonía grave cuando están presente alguno de los criterios indicados en la tabla IV. 2. Presencia o ausencia de factores de riesgo específico para determinados microorganismos, según se expresan en la tabla V. 3. Duración de la hospitalización o periodo de tiempo transcurrido desde el ingreso hasta el inicio de la neumonía. El punto de corte escogido ha sido de 5 días para clasificar las neumonías en precoces (<5 días) o tardías (>5 días), ya que se ha demostrado que la colonización anómala por flora intrahospitalaria de la orofaringe se inicia a partir de los 5 días de ingreso. Con estas 3 variables puede establecerse una clasificación de los pacientes en 3 grupos, a efecto de los microorganismos causales y, en consecuencia, del tratamiento empírico a aplicar: - Grupo I: pacientes con NN no grave y sin factores de riesgo, independientemente del periodo de inicio, o bien pacientes con NN de inicio temprano. - Grupo II: pacientes con NN no grave con factores de riesgo, independientemente del periodo de inicio. - Grupo III: pacientes con NN grave con factores de riesgo e inicio temprano o bien con NN grave de inicio tardío. En la figura 2 se detallan las características de esta clasificación . En el primer grupo los patógenos causales los denominaremos como principales. En los demás grupos además de considerarse estos microorganismos habrá riesgo para adquirir otros patógenos adicionales. F.J. Alvarez Gutierrez Tabla IV. Criterios de Gravedad de las Neumonías Nosocomiales*. - Necesidad de ingreso en UCI - Fallo respiratorio (necesidad de ventilación mecanica o la necesidad de una fracción inspiratoria de oxígeno superior al 35% de oxígeno para mantener una saturación arterial de oxígeno superior al 90%) - Progresión radiográfica rápida - Neumonía multilobar - Cavitación de un infiltrado pulmonar - Evidencia de sepsis severa con hipotensión y/o disfunción de algún órgano: Shock (presión arterial sistólica<90 mm Hg, presión arterial diastólica<60 mmHg) Necesidad de Fármacos vasopresores durante más de 4 horas Diuresis<20 ml/h, o diuresis<80 ml/4 h (excepto si existe otra causa que lo justifique) Insuficiencia Renal Aguda que requiera diálisis * modificada de referencia5. En las tablas VI, VII y VIII se indican los tratamientos más apropiados para cada grupo de neumonía1,2,5. El primer grupo (Tabla VI) podrá ser tratado en monoterapia con una cefalosporina de tercera generación no antipseudomónica, o bien con un betalactámico con inhibidor de betalactamasas (amoxicilina-ácido clavulánico). La utilización de fluorquinolonas de tercera generación debe contemplarse por el momento como un tratamiento alternativo hasta la aparición de más ensayos que valoren su eficacia2. La asociación de glucopépticos y aztreonam es también recomendada como tratamiento alternativo en caso de reacciones adversas a betalactámicos2. Los pacientes del grupo II (Tabla VII) podrán infectarse por otros gérmenes, además de por los microorganismos principales, dependiendo de determinados factores de riesgo, lo que implicará la elección de uno u otro antibiótico, además de cubrir a los primeros microorganismos. Finalmente los pacientes del grupo III (Tabla VIII) recibirán inicialmente una terapia combinada con aminoglucósido y betalactámico antip- 463 Neumonía nosocomial Tabla V. Patógenos causales de Neumonía Nosocomial, según factores de riesgo. Microorganismos a. Anaerobios Factores de Riesgo Cirugía abdominal reciente Aspiración masiva Coma Traumatismo craneal Diabetes Mellitus Fracaso Renal Infección gripal reciente Dosis altas de glucocorticoides Hospitalizaciones prolongadas Estancia en UCI prolongada Utilización de glucocorticoides, antibióticos de amplio espectro Enfermedad pulmonar estructural b. Staphylococcus aureus c. Legionella spp. d. Pseudomona aeruginosa, Acinetobacter spp No grave Grave Factores de Riesgo Factores de Riesgo NO SI NO SI INICIO Precoz o tardío Grupo I Grupo II Precoz Grupo I Tardía Precoz o tardío Grupo III Figura 2. Clasificación de Neumonia nosocomial. seudomónico, o bien una fluorquinolona, y después de 2 ó 3 días, según la respuesta clínica y los resultados microbiológicos, se decidirá si se continúa con la terapia combinada o se pasa a la mono- terapia sin aminoglucósido. Esta última opción sólo será factible si no se identifican P. aeruginosa, o S. aureus meticilín-resistente y, además, el paciente presenta una buena evolución clínica5. 464 F.J. Alvarez Gutierrez Tabla VI. Pacientes sin factores de riesgo para patógenos específicos con Neumonía no grave ó con Neumonía grave precoz (Grupo I). Organismos principales BGN entéricas (no pseudomonas) Enterobacter spp* E. coli Klebsiella spp Proteus spp S. marcescens H. Influenzae S. aureus meticilin sensible S. pneumoniae Antibióticos centrales Monoterapia con cefalosporinas de tercera generación no antipseudomónica: Cefotaxima 2g/8h, Ceftriaxona 1g/12 h ó Betalactámicos con inhibidor de betalactamasas Amoxicilina-clavulánico 2g/8 h, Ticarcilina-clavulánico 75 mg/kg/6h, Piperacilina-tazobactam 4,5 g/8 h Alternativas Fluorquinolona de tercera generación (levofloxacino, moxifloxacino) ó Clindamicina + Aztreonam *Si se sospecha Enterobacter spp, la cefalosporina de tercera generación deberá combinarse con otro antibiótico, por la posibilidad de inducción de betalactamasas in vivo. La vancomicina (o teicoplanina) debe formar parte del tratamiento empírico en aquellos hospitales en los que S. Aureus meticilín-resistente es endémico5. En el caso de neumonías por P. aeruginosa es necesario indicar que suponen un alto porcentaje de las NAVM. Así, en el estudio ENVIN de 2001, su incidencia fue del 15,9% de estas neumonías de la UCI12. Su evolución es a menudo tórpida, con frecuentes recidivas, persistencia de la colonización e infecciones recurrentes debido al daño provocado en el parénquima pulmonar13. Asimismo es destacado su capacidad para desarrollar resistencias, inclusive en el curso de una antibioterapia apropiada. Por lo tanto para su tratamiento se recomienda la utilización de antibióticos con efecto sinérgico, preferentemente un betalactámico antipseudomonas de amplio espectro con un aminoglucósido, o en su defecto con ciprofloxacino. La combinación de 2 betalactámicos no es recomendable, por la potenciación de la inducción de betalactamasas y de efectos secundarios14. En cualquier caso el tratamiento de la neumonía por P. aeruginosa sigue siendo controvertido por la gran capacidad de adquisición de resistencias del microorganismo y por su elevada mortalidad relacionada. Diferentes combinaciones se han mostrado activas in vivo, sin embargo el fracaso terapéutico en casi todas las series se sitúa en torno al 20%. El ensayo de otras opciones, como la perfusión continua de betalactámicos o la administración de aminoglucósidos en aerosoles, no se han acompañado hasta la actualidad de mejorías significativas en el pronóstico2. En la tabla IX se indican las dosis de antibióticos en NAVM por P. aeruginosa. Duración del Tratamiento La duración debe individualizarse en función de la gravedad, la rapidez de la respuesta clínica y el microorganismo causal. Si el patógeno causal es S. aureus meticilín-sensible o H. Influenzae, una duración de 7-10 días puede ser suficiente5. En los casos en que la neumonía sea multilobar, exista malnutrición, mal estado general o neumonía necrosante por BGN o cavitación radioló- 465 Neumonía nosocomial Tabla VII. Pacientes con Neumonía no grave y factores de riesgo para patógenos específicos (Grupo II). Organismos principales más... Anaerobios S. aureus Legionella Antibióticos centrales Betalactámicos con inhibidor de betalactamasas ó antibióticos centrales + clindamicina 600 mg/8h Antibióticos centrales + Vancomicina* 1g/12 h ó teicoplanina* 6 mg/kg/12 h 3 dosis, luego 3-6 mg/kg/24 h Antibióticos centrales + claritromicina 500 mg/12 h + rifampicina 10 mg/kg/24 h Pseudomona aeruginosa, Acinetobacter spp (ver tabla IX) *Hasta exclusión de S. aureus meticilín resistente. Tabla VIII. Pacientes con Neumonía grave (tardía) y sin factores de riesgo o aquellos con Neumonía grave (precoz o tardía ) y con factores de riesgo (Grupo III). Organismos principales más... Antibióticos centrales Terapia combinada: Cefepime o piperacilina-tazobactam (favorecer si hay cirugía digestiva o aspiración) o carbapenem + Aminoglucósidos (tobramicina o amikacina, según sensibilidad del hospital) P.aeruginosa Acinetobacter spp** Terapia combinada con aminoglucósidos* + Betalactámico antipseudomona S. aureus meticilín resistente Terapia combinada con aminoglucósidos + betalactámicos antipseudomona + Vancomicina o teicoplanina Considerar linezolid. *Sustituir los aminoglucósidos por ciprofloxacino en caso de Insuficiencia Renal ** Usar inicialmente carbapénicos si Acinetobacter spp es multiresistente. Tabla IX. Dosificación de antibióticos en Neumonía asociada a ventilación mecánica por P. aeruginosa. Betalactámicos anti-Pseudomonas. Piperacilina/tazobactam Ceftazidima Cefepime Imipenem Meropenem Aminoglucósicos Amikacina Tobramicina Gentamicina Fluorquinolonas Ciprofloxacino 4/0,5 g. iv/ 6-8 h 2 g. iv/ 6-8 h 2 g. iv/ 6-8 h 1 g. iv/ 6-8 h 1-2 g. iv/8 h 15 mg/kg/día iv una vez al día 5-7 mg/kg/día iv una vez al día 5-7 mg/kg/día iv una vez al día 400 mg iv. / 8 h Toracocentesis aspecto, análisis bioquímico, microbiológico Estudiotratamiento específico Seguir el mismo tratamiento, pero buscar microorganismos no habituales, foco extrapulmonar Estéril o CTT y/o LBA < 100UFC/ml Figura 3. Algoritmo de actuación en Neumonía nosocomialcon mala evolución. Drenaje Empiema Derrame pleural Masa Abceso TAC Torácico Hacer diagnóstico diferencial con otras patologías: - Gammagrafía pulmonar - Arteriografía pulmonar - FB LBA (descartar hemorragía alveolar) Paciente estable: continuar y repetir en 48 h si no hay otros focos Paciente inestable: añadir o cambiar antibioticos LBA con 100-1000 UFC/ml CTT con 100 UFC/ml Realizar broncoscopia, catéter telescopado y/o LBA Neumonía nosocomial con mala respuesta al tratamiento antibiótico (> 72 horas) Añadir o cambiar antibióticos LBA ≥ 10.000 UFC/ml CTT ≥ 100 UFC/ml 466 F.J. Alvarez Gutierrez Neumonía nosocomial gica y también en los casos en que el germen causal sea P. aeruginosa o Acinetobacter spp, se aconseja un mínimo de 14-21 días de tratamiento5. En general, la eficacia del tratamiento antibiótico no puede evaluarse hasta pasadas las primeras 48-72 horas, por lo que no es necesario modificarlo si inicialmente estaba bien planteado; puede estar justificado el cambio de antibiótico si el deterioro es muy marcado, si el paciente entra en otro grupo de riesgo por gravedad o por nueva información clínica o si hay información bacteriológica orientativa hacia un germen no cubierto1. El cambio de la vía iv a oral puede ser apropiado en aquellos casos en que el organismo sea susceptible in vitro al antibiótico que debe administrarse por vía oral, la mejoría clínica sea evidente, y pueda asegurarse una absorción oral adecuada. En este contexto, las fluorquinolonas orales ofrecen una cobertura de amplio espectro, alcanzan niveles altos en las secreciones broncopulmonares, pudiendo ser utilizadas. El tratamiento de la NN comprende, además de la antibioterapia, las medidas de soporte cardiocirculatorio y el control de las posibles complicaciones sistémicas, tales como déficits nutricionales, la inestabilidad hemodinámica, la insuficiencia renal y la coagulación intravascular diseminada5. Neumonía nosocomial con mala respuesta al tratamiento La respuesta clínica al tratamiento depende de factores del propio huésped, tales como la edad y enfermedades concomitantes. Además, deben considerarse factores relacionados con el microorganismo, como virulencia y la resistencia antibiótica. Ante una NN con mala evolución (persistencia o progresión de las manifestaciones clínicas, radiológicas o biológicas secundarias a la neumonía) habrá que realizar un diagnóstico diferencial meticuloso, incluyendo la sospecha de una etiología no cubierta o el empleo de un antibiótico inadecuado. Así, si a partir de las 72 horas del inicio de la antibioterapia no se objetiva mejoría clínica, con la persistencia de fiebre o deterioro del estado general, es necesario plantearse varias posibilidades que justificarían esta falta de respuesta. 467 La primera es que se trate de un proceso no infeccioso que asemeje una neumonía como, por ejemplo, una embolia pulmonar con infarto subsiguiente, neumonitis química secundaria a aspiración, insuficiencia cardiaca congestiva, atelectasia y hemorragia pulmonar, entre los más frecuentes. Para confirmar o descartar estas posibilidades puede realizarse una gammagrafía pulmonar o una arteriografía pulmonar, un cateterismo de la arteria pulmonar y una fibrobroncoscopia con LBA para descartar hemorragia a este nivel5. Otra posibilidad puede deberse a que el propio germen causante de la neumonía sea resistente al antibiótico, o bien que se haya hecho resistente en el curso del tratamiento. Antes de cambiar el tratamiento es necesario obtener nuevas muestras respiratorias. La mala respuesta también puede ser debida a que el germen causal sea un virus u hongo. Por último otro hecho a tener en cuenta es que el antibiótico no cubra el germen causante de la neumonía. Por otra parte, si existe derrame pleural habrá que descartar la existencia de empiema, mediante la práctica de toracocentesis para valorar el aspecto del líquido y efectuar el estudio bioquímico y microbiológico. De confirmarse el empiema, la colocación del tubo de drenaje pleural es indispensable. La tomografía axial computerizada (TAC) de tórax puede ayudar a evidenciar la presencia de un derrame pleural, abceso o bien la existencia de una masa pulmonar. LA TAC extratorácica también podría ser de ayuda para identificar otros focos de infección. Si el paciente está intubado por via nasotraqueal o es portador de una sonda nasogástrica, la TAC craneal podría objetivar una sinusitis que puede ser el origen de la fiebre. Otras causas de fracaso terapéutico que no deben olvidarse en ambiente hospitalario son la existencia de un foco infeccioso extrapulmonar (flebitis, meningitis, infección urinaria, etc). Finalmente en otras ocasiones la persistencia o reaparición de la fiebre puede ser debido al propio antibiótico 5. En la figura 3 se propone un algoritmo de actuación ante una NN con mala evolución. 468 F.J. Alvarez Gutierrez BIBLIOGRAFÍA 1. Pérez Rojo R, Moreno Zabaleta R, Alvarez González CJ. Neumonía Nosocomial. En Patología Respiratoria. Manual de Actuación. Madrid 2004.Capítulo 27. Pags 189-199. 2. Jordá Marcos R, Torres Martí A, Ariza Carcenal FJ et al. Recomendaciones para el tratamiento de la neumonía intrahospitalaria grave. Arch Bronconeumol 2004; 40 (11): 518-33. 3. 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