Con la dinámica de articulación pro­ puesta desde el Área, planteamos el dictado de un seminario que se deno­ minó «Intervención social con familia desde una perspectiva multidiscipli­ nar». Allí trabajamos conjuntamente con la Maestría en Trabajo Social, con el Colegio de Asistentes Sociales de la provincia, con los círculos de asis­ tentes sociales de Gualeguaychú y de Concordia. Esto signicó la posibili­ dad de trabajar con equipos referen­ tes en la problemática de la familia como institución, en una propuesta de seminario que articuló varios mó­ dulos y que nos permitió hacer una apuesta de conjunto a nivel institu­ cional: madurada, evaluada, con bi­ bliografía adecuada y recuperando la diversidad. En relación a la capa­ citación, rmamos un convenio con la Secretaría de Gobierno de la Muni­ cipalidad de Paraná para trabajar la prevención del abuso sexual infantil en todos los Jardines Maternales de­ pendientes del Municipio. Para esta tarea convocamos a distintos do­ centes de la fts con trayectoria en el abordaje de la problemática del abu­ so sexual infantil. En esa instancia se capacitó en distintos módulos, a todo el personal de los jardines materna­ les —más de trescientas personas. En 2010, organizamos, conjuntamente con el equipo del Programa Disca­ pacidad de la fts , un Seminario de Posgrado sobre lingüística de la len­ gua de señas, el cual estuvo a cargo de la doctora María Ignacia Massone. Esta actividad convocó a profesores, docentes y profesionales de toda la región y permitió reexionar sobre la lengua de señas y el español, las gra­ máticas comparadas y la enseñanza de segundas lenguas. Después, esta­ blecimos un convenio con la escue­ la secundaria «Paracao» de nuestra ciudad para desarrollar talleres sobre el tema de la violencia escolar, dirigi­ dos al personal docente y a alumnas de octavo y noveno año. Allí también convocamos a docentes de la Facultad para que llevaran a cabo esta activi­ dad. La idea fue intentar reexionar en torno a la violencia, pero no sólo en términos de fenómeno social, que es un poco lo que aparecía como de­ manda de la institución, sino también la violencia vinculada a la condición femenina de las alumnas. Este último tópico tuvo una muy buena recepción pudiéndolo trabajar muy bien con el equipo. —¿Los talleres posibilitan un mejor abordaje de estas temáticas que, de por sí, son complejas? —El taller permite una dinámica hori­ zontal. Nosotros trabajamos sobre los emergentes y desde allí hacemos una práctica reexiva, en la idea de ir to­ mando conciencia de esta situación de subordinación en la que estamos las mujeres. En la escuela «Paracao», lo hicimos a partir de letras de canciones que escuchaban las adolescentes, es decir, tomamos diferentes herramien­ tas para desnaturalizar, poder ver lo que está escondido en las prácticas co­ tidianas de nuestra cultura, en donde la mujer tiene un lugar determinado. —En todos estos años de trayectoria has transitado diferentes espacios de la vida académica: la extensión, la investigación, la docencia, pero también has estado en espacios de gestión, incluso has sido decana de la Facultad: ¿cuál es tu mayor graticación en este recorrido y cuáles son los desafíos para adelante? —Ocupé distintos lugares en la vida institucional y de eso estoy muy agra­ decida. Una vez, me decía un amigo «debe ser el máximo reconocimiento que te pueden dar, el ser la decana de la institución donde te has formado». Es, de alguna manera, culminar el proceso de formación con el máximo reconocimiento académico. Aquella fue una apuesta interesante. Desde lo personal lo valoro mucho, creo que las apuestas por las cuales me deba­ tí en términos políticos y académicos respecto de la gestión (1998 al 2002), quedaron plasmadas básicamente en la modicación del plan de estudios de la Licenciatura en Trabajo Social, que me parece de los mayores logros que puedo reconocer respecto de mí misma. Pero más que nada, lo que a mí me marca es el trabajo de la inves­ tigación, esto es lo que me apasiona porque es poder escudriñar en lo más mínimo cuestiones que son aparen­ temente no valorizadas, no reconoci­ das, invisibilizadas por el común de la gente. La mayor apuesta para mí es la investigación. Mi carrera académica terminará con el doctorado, que en algún momento obtendré y me des­ pediré orgullosa de haber hecho lo que hice, habiendo disfrutado mucho. La verdad, disfruto mucho lo que es el trabajo con los alumnos y lo que es el trabajo investigativo sobre todo. Producción: Área de Comunicación Institucional FTS - UNER comunicacion@fts.uner.edu.ar N.º 4 - diciembre de 2011 La docencia, la investigación y la extensión desde la mirada de género «Todas las experiencias me sirvieron para perfilar el interés de trabajar con mujeres en situaciones de vulnerabilidad» Entrevista a Nora Das Biaggio N ora Das Biaggio egresó de la fts - uner como licenciada en Trabajo Social. Sus inquietudes aca­ démicas la llevaron además hacia la Psicología Social y la formación especíca en estudios de género; lo que nalmente marcará su trayecto­ ria profesional. Actualmente es do­ cente, investigadora y realiza tareas de extensión universitaria. Compar­ timos a continuación una entrevista con quién se ha constituido en una referente a nivel nacional sobre la te­ mática de género. —¿Cómo fue tu acercamiento a la temática de género que ha atravesado gran parte de tu trayectoria en la universidad? —En realidad se dio por una conjun­ ción de cuestiones. Por un lado las académicas, y por otro las personales. En el año 1991 trabajé en España por un convenio que estableció nuestra Facultad con la Universidad de Ali­ cante. A partir de allí, tomé contacto con una visión de lo social más vin­ culada al tema de los derechos de las mujeres y me pongo en contacto con ciertas lecturas como la de la lósofa feminista Celia Amoros, hechos que me abrieron la posibilidad de pro­ fundizar sobre la subordinación de las mujeres en este sistema social. Más aún, accedo a la tesis doctoral de Marcela Lagarde de la unam que se llama El cautiverio de las mujeres: madresposas, monjas, presas, putas y locas donde trabaja cómo es la si­ tuación de subordinación, la depen­ dencia vital de las mujeres en torno al género masculino y cómo se cons­ tituye el cautiverio de las mujeres en las diferentes situaciones en don­ de tienen inserción. En el año 1992, tengo una situación personal muy dolorosa: la pérdida de mi hermana en España. El hecho de haber perdi­ do una hermana, siete años menor, casi una hija para mí, la profunda tristeza en la que me siento en ese momento, hace que me replantee mi vida y también mi condición de mu­ jer. Después de toda esta experiencia tan intensa, decido continuar con mi formación, y es así que en el año 1996 obtengo una Beca Internacional de Investigación en Murcia, España. Todo este camino lo transité durante los años 1990, que sin duda fueron años muy signicativos en la vida po­ lítica de nuestro país. En ese tiempo en Argentina atravesábamos el um­ bral más doloroso del neoliberalismo. Sin embargo, en ese mismo período …la Facultad marca una tendencia en la producción escrita que es muy importante para todo el campo comenzamos a visualizar otros mo­ dos organizativos de los sectores po­ pulares —vinculados a situaciones de extrema marginalidad y pobreza— como lo fueron las ollas populares. Estas tenían una alta participación de mujeres. Por eso quizá, este he­ cho también refuerza mi vinculación con la perspectiva de género. Por otra parte, desde la Facultad empeza­ mos a ver que allí había un germen potenciador, básicamente desde lo organizativo, que podía llegar a ser importante si lo analizábamos en profundidad. Es así que presentamos un proyecto de investigación con Ali­ cia Genolet, Carmen Lera y Cristina Gelsi, en el cual intentábamos anali­ zar las prácticas profesionales de las trabajadoras sociales vinculadas a los sectores de pobreza y mirar cómo se construía la identidad de las mujeres de los sectores populares. En n, el hecho de haber entrado en contacto con la realidad social es­ pañola, con ciertas lecturas, más la muerte de mi hermana que me su­ mió en una pena muy profunda, y la posibilidad de encontrar un núcleo de trabajo intensivo, potente, demo­ crático, enriquecedor, como fue ese primer equipo de investigación, des­ pertó en mí el profundo interés sobre la temática. —Estudiaste en esta facultad y has desarrollado aquí tu carrera profesional. —Fui estudiante en un momento complejo: antes del periodo dictato­ rial. Retomé mis actividades con el re­ torno democrático. Allí me proponen una secretaría técnica en la Facultad, en un momento especial: el proce­ so de normalización. Me pareció un desafío interesante y lo asumí con gran compromiso. Desde esa función fui acercándome a la docencia. Por eso digo que para mí la Facultad es mi lugar de trabajo, el lugar donde despliego mi mayor capacidad do­ cente, en el sentido de que para mí la docencia es una apuesta política. Lo que hago, lo hago convencida de que estoy llevando adelante una tarea que conlleva un compromiso ineludi­ ble con la sociedad en la que vivo. Es mi lugar de trabajo y es la institución que elegí para desarrollar mi vida la­ boral y académica. —¿Por qué decís que la docencia es una apuesta política? —Porque tenemos la posibilidad de formar trabajadoras y trabajadores sociales —en un sentido amplio de la formación— que incluye los princi­ pios de equidad, libertad, diversidad, no discriminación. Nuestro compro­ miso con la docencia tiene que ver con el hacer de la transmisión, de la reexión teórica de los problemas so­ ciales sobre los cuales intervenimos. En la apuesta política de la transfor­ mación social de la realidad, está el dispositivo de la docencia como un instrumento que la vehiculiza. —Has abordado la temática de género desde la investigación, pero también desde la extensión… —Sí, conjuntamente con los equipos en los que he trabajado abordamos los dos caminos. Todas las experien­ cias me sirvieron para perlar, cada vez más, el interés de trabajar con mujeres en situaciones de vulnera­ bilidad extrema, como lo es la situa­ ción de las mujeres en situación de prostitución. A esto lo trabajamos primero a través de un proyecto de investigación, donde abordamos las relaciones de género en la prostitu­ ción, la relación entre la prostitución y la construcción social de nuevas subjetividades. Esta investigación su­ puso reexionar en torno a la proble­ mática de la prostitución y, por otro lado, abordar desde la extensión la si­ tuación de vulnerabilidad de las mu­ jeres en situación de prostitución. Por ejemplo, cuando eran sometidas a las razias que la policía de la provincia de Entre Ríos ejercía sobre las mujeres que trabajaban en la vía pública. Desde allí iniciamos un proceso de trabajo con ellas, para modicar la situación y elaboramos un proyec­ to de ley para la legislatura de Entre Ríos, donde planteamos la no inter­ vención de la Policía de Entre Ríos en la situación de las mujeres en la vía pública. Esta experiencia fue muy importante. Desde lo especíco de la extensión trabajamos a la par con las mujeres en situación de prostitución: primero, en un importante proceso de sindicalización, para que pudieran ser parte de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (ammar) que pertenece a la cta, y pudieran reexionar sobre la dimensión po­ lítica de su lugar en la sociedad. Así también, y de acuerdo a problemáti­ cas puntuales, nos vamos vinculan­ do con organizaciones, asociaciones, colectivos de mujeres en demandas especícas; esto también podemos de­ nominarlo extensión universitaria. Así pasó con el tema de la despenalización del aborto, lo de violencia contra las mujeres, la salud sexual y reproduc­ tiva. De las organizaciones, aparte de ammar, nos vinculamos con el Club de Abuelas de Barrio Belgrano, con escue­ las secundarias. Somos muy activas, siempre estamos en relación, forman­ do parte de redes, asociaciones. —Partiendo de los comienzos y pensando en tu tránsito por la temática: ¿cómo ves hoy la situación de la mujer en cuanto a la reivindicación de sus derechos y a su espacio en la sociedad? —Si comparamos los orígenes de nuestro trabajo con la situación ac­ tual de las mujeres, considero que hay muchas conquistas. Principalmente, aquellas que tienen que ver con legis­ del Trabajo Social. laciones que favorecen la situación de las mujeres. Existe una ley de vio­ lencia que es de vanguardia; es más, la considero superior inclusive a la española de 2004. La nuestra tiene mucho de la orientación de la ley es­ pañola, pero la supera. Tenemos Ley de Cupo, tenemos leyes que favore­ cen la patria potestad compartida. También hay cuestiones referidas a políticas sociales que son muy positi­ vas. Hoy podemos acceder a métodos anticonceptivos en todos los servicios hospitalarios. Igualmente, surgen pro­ blemáticas graves y acuciantes como el tema del femicidio. En relación a esto hoy nos debatimos en el mo­ vimiento de mujeres respecto de la posibilidad de introducir un proyecto de ley que modique el código penal para que incorpore la gura del femi­ cidio; una gura que vendría a poner en su justo término el tratamiento de una situación como es la muer­ te de las mujeres por su condición de ser mujeres. A su vez, continúan ocurriendo cuestiones complejas que implican a las mujeres como lo es el tema del incesto. Sobre esto hemos investigado mucho. —Recordame el nombre del proyecto de investigación al respecto… —El proyecto actual se llama «Las prácticas profesionales en situacio­ nes de incesto. Género, generación y poder en la construcción de subjeti­ vidades». Trabajamos con Isela rpo, Zulma Lenarduzi, Cristela Ramírez, Rubén Sabinsky y Eugenia García. Una de las hipótesis de nuestro equi­ po de trabajo es que el incesto es una problemática que surge como un es­ fuerzo de redoblamiento que hace el patriarcado para poner a las mujeres en una situación de subordinación. La mayor afrenta que puede ofrecer el sistema patriarcal a una mujer es ser iniciada sexualmente por su pro­ pio padre, lo que transgrede todos los órdenes de la cultura. Consideramos entonces, que el modo de iniciación sexual de las niñas incestuadas se puede leer en términos de la reacción que el patriarcado tiene en términos de la condición femenina. —Pero toda esta experiencia excede el espacio áulico. —Desde ya. En primer lugar, porque todas las investigaciones han tenido su publicación, las cuales retoman la producción teórica respecto de estos temas. El tema de la publicación no es una cuestión menor porque impli­ ca el desafío de la escritura y a nivel institucional hemos logrado crecer muchísimo en este aspecto. Trabajo Social siempre tuvo una tradición de compromiso con la realidad social y una cierta dicultad con la escritura. Entonces, me parece que esta ten­ dencia se contrarrestó en términos de que la dicultad por la escritura no siguió siendo eso, sino que ac­ tualmente lo que podemos ver en la intensa producción en la cual mucha gente reexiona sobre sus prácticas. En este sentido la Facultad marca una tendencia en la producción escrita que es muy importante para todo el campo del Trabajo Social. En segundo lugar, porque como trabajo también en el Área de Capacitación y Posgrado de la fts , algunas de estas búsquedas han sido canalizadas en Seminarios propuestos para la post formación o la capacitación en servicio de profe­ sionales de las ciencias sociales. —Mencionaste al Área de Capacitación y Posgrado. ¿Cómo ha sido gestionar un área con estas características? —Trabajo en el Área desde el año 2005 junto a Mercedes Di Giusto. La matriz de trabajo con Mercedes era la preocupación por las prácticas profesionales y, concretamente, la in­ tervención. Diseñamos entonces un dispositivo de trabajo con egresados de nuestra casa, de nuestra carrera y con el colegio profesional. Lo hicimos por medio de tres propuestas de for­ mación: «Intervención profesional: la entrevista»; «Intervención profesio­ nal: el registro»; «Intervención profe­ sional: el informe».