La Ordenación de Aarón y sus Hijos [CB43]

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Iglesias Cristianas de Dios
[CB43]
La Ordenación de Aarón y
sus Hijos
(Edición 1.0 08012005-25112006)
Moisés tomó el aceite de la unción y sangre del altar y los roció sobre Aarón y sus hijos y
sus vestiduras y así los consagró. Este papel ha sido adaptado de los capítulos 32-34 de The
Bible Story Volume II por Basil Wolverton, publicado por Ambassador College Press, y
cubre desde el capítulo 8 de Levítico hasta el capítulo 25 en la Biblia.
Christian Churches of God
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(tr. 2010)
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La Ordenación de Aarón y sus Hijos
La Ordenación de Aarón y sus Hijos
Continuamos aquí del papel de estudio
Rebelión Contra las Leyes de Dios (No.
CB41).
Aarón y sus hijos consagrados
Después de que Moisés había establecido el
tabernáculo en el desierto, el Señor le dijo a
Moisés, “Toma a Aarón y sus hijos, sus
vestiduras, el aceite de la unción, el becerro
de la expiación, los dos carneros y la canasta
con pan hecho sin levadura, y reúne a toda la
asamblea en la Tienda del Encuentro (Lev.
8:1-3 NIV).
Moisés hizo como le fue dicho. Puso delante
a Aarón y a sus hijos y los lavó con agua.
Puso la túnica sobre Aarón, lo ciño con el
cinto, lo vistió con la túnica y puso el efod
sobre él. Luego le puso el pectoral y metió a
Urim y Tumim en el pectoral. Luego colocó
la mitra en la cabeza de Aarón y colocó la
lámina de oro, la diadema santa, en frente de
ella como el Señor le había ordenado a
Moisés. (V. 4-9 NIV).
Luego Moisés tomó el aceite de la unción y
ungió el tabernáculo y todo en él, y así
también lo consagró. Roció aceite en el altar
siete veces, ungiendo el altar y todos sus
utensilios para consagrarlos. Vertió una parte
del aceite en la cabeza de Aarón para
consagrarlo. Luego puso delante a los hijos
de Aarón, les puso las túnicas, los ciño con
cintos y les coloco tiaras, como el Señor le
ordenó a Moisés (v. 10-13 NIV).
El servicio de consagración incluía una
ofrenda por el pecado para la expiación, un
holocausto para la adoración (v.18) y un
“carnero para la ordenación” (v. 22) cuya
sangre fue aplicada al sumo sacerdote
(Aarón) en su oreja derecha, pulgar de la
mano derecha y pulgar del pie derecho (v.
23). Después de que esto fue hecho Aarón
ofreció sacrificios por el pueblo (Lev. 9:1521). Luego bendijo al pueblo en su capacidad
como sacerdote, y el Señor tomó su
ministerio con la señal del fuego milagroso
(v. 23-24). Vea las notas en Levítico 8:14
Biblia de Estudio NIV.
“Dios les permitirá entrar completamente en
Su servicio del tabernáculo sólo hasta
después que hayan pasado siete días y siete
noches en sus deberes en la puerta,” Moisés
le dijo a Aarón y a sus hijos. “Hagan como
les ha sido informado, o tendrán que pagar
con sus vidas” (Lev. 8:31-36).
En el octavo día (después de los siete días de
ordenación) Moisés les dijo a Aarón, sus
hijos y los ancianos sobre Israel que trajeran
ofrendas para los primeros servicios en el uso
del altar. Toda la gente también recibió
instrucciones de estar presentes. Después de
que las primeras reses muertas fueron
colocadas en el altar, Moisés, Aarón y sus
hijos salieron delante del pueblo mientras
Moisés le informaba a la multitud que Dios
estaba satisfecho con las ofrendas.
Un fuego del Dios de Israel
El primer fuego que encendió el altar fue
suministrado sobrenaturalmente por fuego
del cielo (Lev. 9:24; 1Rey. 18:38,39; 2Cro.
7:1-3). La ofrenda fue consumida
rápidamente por una energía más similar a un
relámpago que a las llamas comunes. Este
despliegue cercano de poder de Dios
sobresaltó tanto a las personas que se
postraron con temor (Lev. 9:22-24).
“Este es el fuego santo de Dios,” Moisés le
dijo a Aarón. “Tus hijos nunca deben dejar
que se apague” (Lev. 6:12-13). “Dos veces al
día las brasas deben ser tomadas del altar y
llevadas en un incensario al lugar santo
donde quemaras incienso en el altar de oro”
(Ex. 30:1-9). Por consiguiente, era el trabajo
del sacerdote asegurar que el fuego no se
apagara.
El fuego es una representación del Espíritu
Santo que necesitamos mantener ardiendo, o
aumentando en nosotros. Tal como el fuego
puede apagarse, el Espíritu Santo puede ser
La Ordenación de Aarón y sus Hijos
extinguido (1Tes. 5:19), o atribulado (Efe.
4:30), lo que puede resultar en el Espíritu
Santo siendo removido de un individuo. Es el
trabajo del sacerdote enseñarle a las personas
cómo obedecer las Leyes de Dios, y por lo
tanto conservar el Espíritu Santo de Dios.
Desde entonces el tabernáculo estaba en
constante uso. Temprano cada mañana los
hijos de Aarón venían a cumplir con sus
deberes de preparación. Luego los animales
eran matados, preparados y ofrecidos por
todo Israel. Esto era hecho nuevamente por
la tarde, de modo que una ofrenda estaba
todo el tiempo sobre el altar (Lev. 6:9,1213). Los animales sin defecto usados para las
ofrendas encendidas caracterizaban al
Mesías que más tarde vendría a morir por los
pecados del mundo.
¿Por qué el sacrificio de animales?
Aarón y sus hijos tenían que cumplir con sus
deberes correctamente. Había varias clases
de ofrendas planificadas por Dios para
recordarles claramente a los Israelitas sus
pecados, y darles una oportunidad de
adorarle con un sentimiento de contacto
cercano. Estas ofrendas enseñaban a Israel el
hábito de obedecerle a su Dios (Gal. 3:24).
También enseñaban la necesidad de que un
Salvador debía venir para pagar por los
pecados del mundo. Las ofrendas no eran
para pagar por el pecado. La salvación nunca
vino a través de sacrificios de animales.
Fueron dados a Israel hasta la llegada del
Salvador (Gal. 3:19), y le recordaba a las
personas que vendría uno a despojarse de su
sangre por sus pecados (Heb. 10:3, 4,18).
Había ofrendas encendidas, ofrendas de
comida, ofrendas de paz, ofrendas de
traspaso, ofrendas por pecados de ignorancia
y otros. Para cada tipo había una ceremonia
especial trazada por Dios (Lev. 1-5). Por
ejemplo, si un hombre tenía el deseo de hacer
un holocausto personal como un regalo para
Dios, debía traer una de tres cosas. Tenia que
ser un macho saludable, sin defecto de su
ganado, oveja, cabras, tórtolas o palomas.
Había una ceremonia para cada clase de
criatura. Algunas ceremonias eran más
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complejas que otras, pero cada una terminaba
con la carne del animal siendo quemada.
La mayoría de las personas no
comprendieron que sus sacrificios señalaban
un tiempo cuando el Ser en la nube (el ángel
de Yahovah) más tarde vendría en forma
humana como Jesús el Cristo, y sería
martirizados por los pecados de los
habitantes de todo el mundo.
Las ceremonias sacrificatorias incluían más
que animales. El aceite de oliva, la harina de
granos, el vino y el incienso también eran
usados.
Algunos
eran
usados
en
combinaciones, como panes sin levadura no
endulzados por miel. Cual fuese el ritual o
sus necesidades, todo tenia que hacerse
exactamente según cómo Dios le había dicho
a Moisés. Nada debía cambiar, ser añadido u
omitido.
Ya no hay necesidad de sacrificios
Los sacrificios de animales ya no eran
necesarios después que Jesucristo fuese
sacrificado muchos siglos más tarde, como el
Cordero de Dios a morir por los pecados de
este mundo (Heb. 10:4, 10-12,18). Cuando
Jesucristo se sacrificó allí ceso cualquier
necesidad de sacrificar animales como un
recordatorio del pecado (Heb. 10:3).
Dos sacerdotes rebeldes
Dos de los hijos de Aarón, Nadab y Abiu,
tomaron sus incensarios, pusieron fuego e
incienso en ellos; y ofrecieron fuego
desautorizado delante del Señor, en contra de
Su orden. Así que salió fuego de la Presencia
del Señor y los consumió, y murieron delante
del Señor (Lev. 10:1-2).
Moisés luego dijo para Aarón, esto es lo que
hablo Jehová, diciendo:
"En los que a mi se acercan
Me santificare,
Y en presencia de todo el pueblo
Seré glorificado." (v. 3)
Los hijos de Aarón murieron porque
desobedecieron a Dios ofreciendo fuego
extraño delante de él cuando recibieron
órdenes de no hacerlo.
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Lección en la obediencia
Aarón estaba sufriendo silenciosamente,
contemplando los cuerpos ennegrecidos de
sus hijos. Finalmente se marchó dando media
vuelta, comprendiendo que la desobediencia
había traído castigo. A pesar de la sacudida
de las muertes de sus sobrinos, Moisés no
perdió el tiempo en hacer los preparativos
para los entierros, y para reemplazos con
Eleazar e Itamar, otros dos hijos de Aarón.
“No tengan luto por Nadab y Abiu,” Moisés
les advirtió a Aarón y sus dos hijos. “Si lo
hacen, demostrarían que sienten que Dios ha
tratado injustamente con ellos” (v. 6-7). Sin
embargo, sus parientes podían llevar luto por
los dos hombres que el Señor había destruido
por fuego.
Las personas se calmaron cuando oyeron que
Nadab y Abiu habían muerto por la mano de
Dios. Incluso un entierro no debía interferir
con las ceremonias del tabernáculo. Aarón
tenía que cumplir con sus deberes, y Eleazar
e Itamar tenían que comenzar con los de
ellos.
Los sacerdotes deben ser santos en el
ejercicio de sus deberes. Para este efecto, es
también una regla que los sacerdotes en
servicio deban abstenerse de tomar vino y
bebidas alcohólicas hasta después de que
hayan terminado los deberes sacrificatorios
del día. El único vino usado en las
ceremonias era la ofrenda de la bebida donde
el vino era vertido como un ofrecimiento a
Dios.
Los acontecimientos serios no debían
tomarse a la ligera. En un caso una cabra
debió ser utilizada como una ofrenda de
pecado por las personas. Cuando Moisés se
entero de la cabra ofrecida y encontró que
había sido quemada se enojo con Eleazar e
Itamar, los hijos restantes de Aarón.
¿Porqué dejaron quemar la ofrenda?
preguntó coléricamente. ¿Por qué no la
comieron en lugar santo, como carne santa
por llevar los pecados de la gente? (V. 16-
La Ordenación de Aarón y sus Hijos
18). “Ya que su sangre no paso al lugar
santo, ustedes deberían haberla comido en el
área del santuario, como yo les dije”, Moisés
dijo.
Aarón le contestó a Moisés, “Hoy
sacrificaron su expiación y su holocausto
delante del Señor, pero estas cosas a mi me
han ocurrido. ¿El Señor estaría contento si
hubiera comido el pecado ofrecido hoy?”
(Lev. 10:19).
Cuando Moisés escucho esto se dio por
satisfecho.
El Sacerdocio entonces y ahora
Dios nos dio Leyes y un sacerdocio para
proteger el entendimiento de esas Leyes y
transmitir la adoración cotidiana de la nación
de Israel.
Este sacerdocio era los hijos de Levi, una
tribu de Israel. Esta tribu misma estaba
subordinada al orden mayor de Melquisedec.
Se estimaba que Levi había diezmado a
Melquisedec cuando estaba en los lomos de
su bisabuelo Abraham. Este orden de
Melquisedec
representaba
al
nuevo
sacerdocio de la Iglesia, el cual estaba abierto
a todas las naciones, o los gentiles
(significando las personas de las naciones), a
través de la muerte de su Sumo Sacerdote
Jesús Cristo.
Levi debía dar paso y convertirse en parte de
este orden y muchos serían añadidos a Levi y
las tribus, quiénes proveerían a los sacerdotes
en el sistema nuevo.
Levi debía convertirse en un sacerdocio que
fuese santo y dedicado a Dios, como Israel
era una nación santa y dedicada a Dios. Para
ser santos y limpios como siervos de Dios
había reglas dadas a ellos para mantener
limpios y saludables sus mentes y cuerpos.
Esto se aplica a los siervos de Dios como en
el antiguo Israel, los sacerdotes de Levi y las
naciones traídas y sirviendo bajo los
sacerdotes del Orden de Melquisedec, de
quién Jesucristo es Sumo Sacerdote. Estos
La Ordenación de Aarón y sus Hijos
aspectos son cubiertos en el Libro de
Hebreos. Vea también el papel Melquisedec
(No. 128)
Leyes de salud
Todo el mundo debería ser saludable. Dios
intentó que su pueblo no solo debiera saber la
verdad acerca de los alimentos sino también
tener vidas radiantes y saludables.
El alimento que está limpio no siempre
significa que este libre de toda clase de
suciedad. Puede ser puro en cuanto a eso,
pero al mismo tiempo puede ser inadecuado
para comer. Dios hizo a los animales, las
aves y peces en una clase buena para la
alimentación humana, y en otra para clase
inadecuada para la alimentación humana. La
Biblia llama a una clase “limpia” y a la otra
clase “impura.”
Esto era conocido desde antes del diluvio.
Noé sabia qué hacer cuando recibió
instrucciones de llevar siete parejas de cada
clase de aves y animales limpios al Arca
junto con una pareja de cada clase inmunda
(Gen. 7:2-3). El conocimiento detallado de
tales cosas había sido comprometido a través
de los siglos ya que los Israelitas se habían
mezclado con los egipcios paganos, quienes
no tenían interés de obedecerle a Dios. Las
leyes necesitaban ser dichas con otras
palabras.
Lo mismo ocurrió con los Diez
Mandamientos. Adán sabía lo que eran. Así
hicieron Noé, Abraham y muchos otros. En
el Monte Sinaí fueron dados a los Israelitas
para que pudieran saber, o confirmar, cuál
era la voluntad de Dios. (Vea el papel Los
Diez Mandamientos (No.CB17).) A Israel
fue dada la responsabilidad de guardar las
Leyes escribiéndolas y cuidando que no se
mezclaran con reglas y creencias paganas.
Dios dio reglas simples por las cuales los
animales limpios podrían ser distinguidos de
los inmundos. Vea el papel Las Leyes
Bíblicas de Alimentación (No.CB19)
Dios siempre tiene buenas razones
Pagina 5
El Creador nunca hace ninguna cosa sin una
buena razón. Su mente es superior que la del
ser humano, que raramente puede entender
acciones y decisiones divinas. No obstante, el
hombre intenta resolver por qué Dios le dice
que haga ciertas cosas. Y cuando no puede
descubrir las razones de Dios, generalmente
decide que la obediencia es innecesaria.
El hombre debería obedecer por su propio
bien, a pesar de lo poco que entienda. Sólo
entonces es bendecido. Infelizmente,
millones han decidido que los animales
inmundos son buenos para comer,
especialmente si Dios es agradecido por
ellos.
La razón principal de que un animal sea
inmundo es que Dios no pretendía que el
hombre lo comiera. Dios hizo algunos
animales para la alimentación humana. Otros
eran para trabajo, para mascotas, para
consumir desperdicios y para controlar los
números de otras criaturas. Si el hombre
pudiera haber percibido cuáles animales
fueron inmundos, no habría habido necesidad
que la Biblia lo dijese.
El cuerpo humano se ha degenerado desde
Adán. El hombre no debería sorprenderse de
saber que mucho de esa degeneración ha sido
merecido por siglos de consumir alimentos
inmundos.
“No te profanes a ti mismo con estas
criaturas inmundas,” Dios advirtió.
“Manténganse limpios y santos, para que
sean más aceptables a su Dios santo” (Lev.
11:44-47).
A pesar de lo que Dios dijo, millones que
reclaman ser fieles, cristianos obedientes
consideran que cualquier cosa con alto
contenido de vitaminas debe ser buena para
ellos. Discuten equivocadamente que las
leyes de alimentos limpios e impuros,
inspiradas por Dios para todas las personas
para siempre, eran solamente “antiguas leyes
judías” que habían sido “clavadas en la cruz”
en la muerte de Cristo.
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Algunas
personas
alimentos prohibidos
La Ordenación de Aarón y sus Hijos
codician
Para justificar su consumo de alimentos
inmundos muchas personas voltean a 1
Timoteo 4:4-5, y señalan con entusiasmo lo
que dijo Pablo:
“Porque todo lo que Dios creo es bueno, y
nada es de desecharse, si se toma con acción
de gracias; porque por la palabra de Dios y
por la oración es santificado” (RSV).
Tomado fuera de su contexto, esta
declaración probablemente causaría que el
lector concluya que Pablo no estaba de
acuerdo con Dios o que Dios había cambiado
de idea y los humanos podían comer
cualquier cosa con tal de que la bendición de
Dios sea pedida. Pero Pablo no estaba en
desacuerdo con Dios, quien jamás cambia
(Mal. 3:6; Heb. 13:8). Ni Sus Leyes cambian
(Mat. 5:17-18).
En 1 Timoteo 4:4-5, el Espíritu Santo le dice
a Pablo que en los Últimos Días dos
doctrinas de demonios serían populares en el
planeta Tierra. Los demonios introdujeron
estas doctrinas para engañar a las personas.
Algunas personas tienen ideas incorrectas
sobre no casarse y no comer ciertos
alimentos.
La primera doctrina de demonios es la
enseñanza que las personas no deberían
casarse. Los demonios quieren destruir la
unidad familiar que Dios usa para enseñar su
sistema y su Plan de Salvación. La unidad
familiar es la fundación de nuestra sociedad
en la cual las naciones se construyen.
Muchas personas viven juntas sin casarse y
esto no es correcto. Esto peca contra las
Leyes de Dios y sólo puede conducir al
castigo de las naciones.
La siguiente doctrina es no comer las carnes
que Dios específicamente creó para que
nosotros comiéramos. Esta doctrina es
llamada “vegetarianismo”. Si no comemos
carne careceremos de nutrientes esenciales
que necesitamos para tener un cerebro sano.
Ese no es el sistema que Dios estableció
desde el principio cuando creó a Adán. Caín
era un agricultor y Abel era un pastor. La
ofrenda de Abel fue más aceptable para Dios
que la ofrenda de Caín. Esa es la razón de la
cólera de Caín y la razón por la que mató a su
hermano Abel (Gen. 4:1-16). Vea el papel
Caín y Abel: Hijos de Adam (No.CB7) y Las
Doctrinas de Demonios de los Últimos Días
(No. 48)
Escoger ciertas palabras y oraciones de la
Biblia y añadirlas para tratar de probar
mentiras es un truco antiguo. Tal engaño
generalmente
puede
ser
revelado
comparando las Sagradas Escrituras y leer
cuidadosamente los capítulos completos para
encontrar los significados exactos de ciertas
palabras, locuciones y frases.
Dios no limpió a las criaturas
inmundas
Otro ejemplo de mala comprensión se basa
en Hechos 10:9-16. Si uno lee sólo esos
versos, uno tiene la impresión que a Pedro le
fue dicho que Dios había limpiado las
criaturas inmundas, y que Pedro no debería
vacilar en comerlas. Pero el verso 17 muestra
que Pedro supo que Dios no quería decir que
comiera carne inmunda. Pedro comprendió
que no había cambiado la naturaleza de
ningún animal; ¡Todavía eran inmundos! Así
que comenzó a preguntarse que significaba
la visión. Él no tomó una conclusión
precipitada.
Los versos 28 y 29 muestran que la visión
era para señalar que Pedro no debería estimar
a ningún hombre, independientemente de su
nacionalidad, como un común o un inmundo
si trataba de vivir correctamente. No tenía
nada que ver con los alimentos limpios e
inmundos.
No importa lo que se crea sobre las criaturas
limpias e inmundas, las dos clases todavía
existen. La naturaleza de los animales sucios
no ha cambiado. Es la misma hoy como era
antes del diluvio, en los días de Moisés y en
el tiempo de Pedro. Los que le obedecen al
La Ordenación de Aarón y sus Hijos
Creador en estos asuntos reciben bendiciones
definitivas.
El Plan de Salvación
El gran plan de Dios para el futuro del
hombre tiene que ver con la salvación –
siendo escatimado del pecado y la muerte y
recibiendo el don de vida eterna. Moisés
quiso saber de esto. Dios se lo explicó para
que él pudiera pasar la vital información a
los Israelitas. Vea el papel El Plan de
Salvación de Dios (No.CB30).
Por qué
salvación
el
hombre
necesita
Si no existiera el pecado, el hombre no
tendría que ser salvado de él. Las personas
que dicen que no necesitan salvación no
saben que es el pecado o que significa la
vida eterna. El hombre debería saber que es
mortal, sujeto a la muerte, y necesita que el
Espíritu de Dios como un don haga posible
que viva por siempre. Dios le aclaro esto a
Moisés en la época en que el tabernáculo fue
erigido. La mayor parte del Libro de Levítico
(escrito por Moisés) tiene que ver con las
reglas significadas para conservar a Israel la
nación más sabia y más limpia sobre la
Tierra. Dios también dio a conocer los
rituales requeridos para enseñarles a los
Israelitas la necesidad de un Salvador y el
hábito de la obediencia.
El Libro de Levítico hace obvio que las
Leyes de Dios, que explican el bien del mal,
son de ayuda para hacer a todas las personas
muy felices. Pero a través del tiempo han
surgido muchas religiones que ignoran esas
reglas etiquetándolas de “leyes judías,” y en
lo referente a Levítico como un conteo de las
antiguas “leyes de Moisés.”
Muchas personas se refieren a las palabras
ley, judío, Moisés e Israelita con desprecio.
Sus líderes religiosos sin darse cuenta han
dejado de enseñarles la verdad, o
deliberadamente han refrenado la verdad de
ellos. Los que han traído la verdad
(incluyendo a Jesucristo) han sido asesinados
o ridiculizados porque la verdad que
anunciaban estaba en conflicto con las
Pagina 7
creencias de muchas sectas religiosas. Los
hombres siempre han odiado a los que tienen
la verdad absoluta (Mat. 23:29-35). Los que
desdeñan con sarcasmo los mandamientos
dados a Israel se invitan ellos mismos a los
resultados más miserables del pecado.
¿Qué hay de malo con las Leyes de
Dios?
No hay nada de malo con las Leyes dadas a
los Israelitas a través de Moisés, pero porque
fueron quebrantadas, Jesús tuvo que morir.
Cuando Moisés les dijo a las personas las
leyes civiles que Dios le dio, los Israelitas
recordaron con vergüenza como se habían
ido tras el Becerro De Oro. Vea el papel
Rebelión Contra las Leyes de Dios (No.
CB41).
Siete pasos
Salvación
para
el
Plan
de
El Dios de Israel le dijo a Moisés que el Plan
de Salvación para la humanidad era tan
importante que requeriría que las personas
observaran ciertos Días Santos anuales como
recordatorios. En resumen, los siete pasos en
el Plan de Dios son figurados por siete
especiales y santos periodos de tiempo. Estos
días especiales son: La Pascua, Los Días de
Panes sin Levadura, Pentecostés, Fiesta de
Trompetas, Día de Expiación, Fiesta de la
Recolecta o los Tabernáculos, y el Ultimo
Gran Día. Vea el papel Días Santos de Dios
(No. CB22).
Todo iba bien en la conservación de estas
cosas. A pesar de sus debilidades, los
Israelitas se dieron cuenta de que eran las
únicas personas a quienes Dios revelaba Su
Plan (en aquel entonces), el cual era descrito
por los Días Santos. Al escogerlos para
guardar Su verdad, él estaba compasivamente
dispuesto a condonar sus pecados aunque no
les prometió vida eterna en aquel entonces.
Las personas que han olvidado estos días han
olvidado el verdadero Plan de Salvación, que
estos días figuran. ¡Han venido a creer en un
plan falso!
Vea el papel El Plan de
Salvación de Dios (No. CB30).
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Hoy la mayoría de personas no observan los
Días Santos de Dios. Pero cada ser humano
que alguna vez vivió o alguna vez vivirá
debe tener la oportunidad de aprender del
gran Plan de Dios. (2Pe. 3:9; 1Tim. 2:4).
Dios tratara justamente con todo el mundo.
Cada persona (Rom. 2:11) tendrá un
entendimiento completo de la manera
correcta y deberá hacer su propia decisión en
lo referente a que si el o ella le obedecerá a
Dios (Heb. 8:11).
De esta manera las personas del mundo son
llamado a salir y ser preparadas para unirse al
cuerpo de Cristo, que es la Iglesia de Dios.
Ser preparados para convertirse en
sacerdotes, como fueron los Levitas antes de
ellos. Se convierten en sacerdotes tras el
Orden de Melquisedec, y siervos del Dios
Altísimo, trayendo a los elegidos al
entendimiento y al bautismo en el Espíritu
La Ordenación de Aarón y sus Hijos
Santo para que también puedan convertirse
en sacerdotes del Dios Altísimo.
(La Nueva Biblia de Estudio Internacional
fue utilizada como fuente de referencia en
varias partes en este papel)

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