PRESERVATIVO MASCULINO Y MUJER Autor: Dr. César Gimeno RESÚMEN: La promesa, desde estamentos gubernamentales superiores, de la provisión gratuita de preservativos en las Unidades Sanitarias de Bahía Blanca, nos movilizó para hacer una estudio que nos diera una aproximación de la demanda necesaria y aprovechamos la implementación de esa encuesta para averiguar algunos datos más al respecto de la mujer (persona encuestada) y su actitud frente al uso del preservativo masculino en la pareja. En este trabajo se encuestan más de 100 mujeres con pareja estable, que asisten a Unidades Sanitarias de Bahía Blanca, sobre sus conocimientos respecto a las precauciones y cuidados a tomar en cuenta para hacer un buen uso del preservativo masculino. Se pone también énfasis en considerar varios datos claves para el resultado efectivo del uso del preservativo, en cuanto a su utilidad en la prevención de embarazo no programado y de contagio de Enfermedades de Transmisión Sexual. Además se pregunta sobre la demanda mensual del número de preservativos supuesta por la mujer y la que ella supone sería requerida por su pareja. Los resultados obtenidos muestran conocimiento variable de los parámetros abordados además de servirnos para obtener un número aproximado de las necesidades (número de preservativos mensuales necesarios) promedio de las parejas encuestadas. INTRODUCCIÓN: Los preservativos masculinos, cuando se usan en forma correcta y sistemática, son un medio eficaz para prevenir el embarazo no programado y el contagio de Enfermedades de Transmisión Sexual, en las personas que tienen una vida sexual activa (4). Está visto que el factor más importante que influye en el fracaso del preservativo no es la rotura ni el deslizamiento del mismo durante las relaciones sexuales sino la falta de uso (4). El uso del preservativo masculino en nuestra sociedad está cada día más a cargo de la mujer(3): hoy la mujer tiene fácil acceso a su compra, continúa asumiendo la importancia también a su cargo del cuidado y prevención del contagio de ETS, muchas han aprendido a colocárselo a su pareja , ambos son partícipes de la erotización del mismo, en fin, se va avanzando sobre la idea de que el preservativo sirve, que es bueno que no sea un escollo en la relación sexual y también sobre la concientización de ambos en cuanto a la responsabilidad de su uso. Para poder obtener mejores resultados de su uso, se necesitan ciertos conocimientos. No es bueno aprenderlos mediante el método de “ensayo-error” ya que a más de una pareja esto le ha costado un embarazo no programado y-o el contagio de alguna ETS. Mediante el asesoramiento de la Educación Sexual, se pueden brindar los conocimientos referidos, en un clima más apropiado (sin la tensión, ni urgencia, que se puedan desarrollar en una relación sexual), lo cual favorece una mejor incorporación de los mismos. MATERIAL, MÉTODO Y RESULTADOS: La llegada a la Subsecretaría de Salud de la Municipalidad de Bahía Blanca, de una donación de 5000 preservativos para distribuir en las Unidades Sanitarias, Página 1 nos movilizó para evaluar la posible demanda personal mensual de los mismos y aprovechamos la implementación de esa encuesta para averiguar también algunos datos respecto de la mujer (persona encuestada) y su actitud frente al uso del preservativo masculino en la pareja. Se realizó una encuesta-asesoramiento cara a cara, a 150 mujeres sobre actitudes, preconceptos y conocimientos respecto del uso del preservativo masculino (2). El grupo estuvo integrado por mujeres asistidas en el consultorio de Ginecología y Obstetricia de 6 Unidades Sanitarias de la Municipalidad de Bahía Blanca a las que se les ofrecía la posibilidad de recibir preservativos gratuitos, además de poder optar también gratuitamente por anticonceptivos orales, inyectables o colocación de DIU, con fines de planificación familiar. Las encuestas tomadas en este trabajo, fueron solo de las que optaron por el preservativo. Las edades oscilaron de entre 15 y 42 años, ocupando el 75% de las mismas el intervalo comprendido entre 20 y 34 años. El 32% del grupo encuestado presentó estado civil soltera, el 46% casada y un 22% unión estable. El 90% había tenido experiencia previa en el uso de preservativos. El estudio comprendió la investigación de conocimientos, actitudes, preconceptos y prácticas referentes al uso del preservativo masculino (2), conocidas por la mujer y que ella considera conocidas y asumidas por su pareja masculina. El nivel socio cultural de las encuestadas fue el de clase media-baja, de la periferia de la ciudad, con niveles de estudio primario completo en su mayoría. Casi la totalidad de ellas (95%) tenía pareja estable al momento de la encuesta. En estas mujeres la importancia del uso del preservativo se centra en su función para la planificación familiar, ya que la pareja estable o confiable desecha casi totalmente para ellas la posibilidad del contagio. Sólo el 8%, del 32% encuestado de las solteras, mencionó esta última posibilidad. Otros trabajos mencionan que el uso del preservativo en este país es mayoritariamente con fines anticonceptivos y no tanto como prevención del contagio de ETS (1). Interrogadas sobre si consideraban que las sensaciones locales vivenciadas en sus relaciones coitales con preservativo eran iguales, mejores o peores, el 44% expresó que eran iguales, el 8% mejores y el 48% restante dijo sentir menos. En estos grupos hubo justificaciones tales como que las que sentían mejor lo atribuían a la tranquilidad que la seguridad del método les proporciona, y dentro de las que comentaron sentir menos influía mucho la opinión negativa de sus parejas masculinas en ese sentido. Para el 44% la seguridad del preservativo respecto de otros métodos en cuanto a la planificación familiar es la misma, para otro 44% es más seguro que otros métodos y para el 12% restante es menos seguro. Al ser encuestadas sobre motivos por los cuales en algún momento dudaron de usar preservativos, el 38% teme que falle, el 18% por temer sentir menos usándolo, el 24% por el costo monetario y el 20% por usar otro método en su lugar. En cuanto a la evaluación de los conocimientos existentes respecto del uso del preservativo, se dispusieron siete parámetros para analizar puntualmente. Estos fueron los siguientes: Control de la fecha de vencimiento Control de la existencia del sello de Normas IRAM Página 2 Forma de apertura del envase para no dañar el preservativo Momento de la colocación del mismo Forma de desenrollar y colocar el preservativo para que no moleste su presencia Manera de evitar que el preservativo quede en vagina o se deslice, luego del orgasmo masculino Conocimientos a cerca de la píldora del día después (PDD). En la encuesta también se le preguntó a la mujer qué cree ella sobre los conocimientos de su pareja al respecto. En cuanto a los siete parámetros mencionados puntualmente arriba, se observó que el 80% de las encuestadas conoce que una vez producida la eyaculación se debe retirar el pene para evitar le deslizamiento del preservativo. El 74% conoce las maniobras de colocación perfectamente, el 72% sabe que debe prestar atención a la fecha de vencimiento, el 66% conoce cómo abrir su envoltorio para no dañarlo al extraerlo del mismo, el 62% conoce que debe exigirse las normas IRAM en los envases. Sólo el 34% conoce sobre la píldora del día después, y nada más que el 26% realiza el control de indemnidad antes de desecharlo luego de su uso, a pesar de que el 56% sabe que debe hacerlo para esperar buenos resultados. Los porcentajes respecto de lo que ellas creen que sus parejas conocen, son parecidos ya que consideran que ambos están al tanto de lo mismo a pesar de que en algunos casos (pocos) algunos varones los usan por imposición de la mujer (preservativo o nada…), e inclusive son ellas las que asumen los cuidados respectivos (control de indemnidad, momento de la colocación, etc.) (grandes multíparas). En cuanto al número de preservativos solicitados por mes el valor varió entre 1 a 20 siendo el mayor porcentaje de 5 a 14 mensuales con mayor incidencia alrededor de 8 a 12 preservativos en el 64% de las encuestadas. En cuanto a lo que ellas consideran que sus parejas masculinas solicitarían, el 20% de las encuestadas consideraron que sus parejas solicitarían más preservativos mensuales que ellas (entre un 20 y un 30% más de preservativos por mes). CONCLUSIONES: Con esta encuesta se reafirma que el manejo de los preservativos masculinos ya no es exclusivo del varón. La mujer comparte responsabilidades en todas las etapas de su uso, desde la decisión de usarlos hasta las medidas a tomar ante la rotura u otra causa posible de falla del método. Si bien los porcentajes observados sobre el conocimiento de diversos parámetros podrían ser mejores, la mujer está asumiendo un rol equitativo ante este método “masculino” pero que importa al buen vivir de ambos. Seguramente que si esta encuesta la hubiésemos realizado hace nada más que 15-20 años atrás, los resultados hubiesen tenido menores porcentajes respecto de los obtenidos hoy. Aún existen ideas machistas circulando pero los varones estamos empezando a entender y aceptar más la idea de igualdad de derechos y obligaciones con la mujer, inclusive en el disfrute de la sexualidad. Considero muy importante este “avance” en cuanto al compromiso de la mujer en el uso del preservativo masculino, no solo para prevenir embarazos no deseados o el contagio de ETS, sino sobre todo por que esto indica una mejora en Página 3 la revalorización de la figura de la mujer, lo cual, sin duda, nos ayudará a ser mejores seres humanos con el tiempo. Las charlas y encuentros en las que difundimos temas referidos a la sexualidad humana, por lo general tienen más asistentes femeninos que masculinos… creo que en este trabajo estamos recogiendo lo sembrado… la mujer capitaliza y hace, en beneficio de ambos. La reafirmación de los conocimientos al respecto, da más tranquilidad a las parejas de que están haciendo las cosas bien, además favorece el diálogo sobre temas de funcionamiento sexual que de otra manera no se hablarían en el consultorio. Es importante tener presente que la educación sexual y el asesoramiento de temas relacionados con al sexualidad, se puede realizar en todos los medios factibles, no solo en charlas o talleres armados para ciertos grupos de personas (por lo general adolescentes de escuelas, a partir del mes de septiembre, con el inicio de la “primavera aguda” que nos ataca a todos), de todas la edades, durante todo el año, en los consultorios de todas las especialidades ya que sexuales somos todos durante toda la vida y la sexualidad impregna todas nuestras actitudes y formas de vivirla. BIBLIOGRAFIA 1 “Los argentinos frente al uso del preservativo: actitudes y prácticas” Desidamos sobre nuestra sexualidad y reproducción. Revista de FEIM, Año XI, Número 1, pág. 25-30, Julio 2003, Argentina. 2 “Estudio Momento “0” Conocimientos, Actitudes y prácticas respecto al uso del preservativo” Proyecto LUSIDA, Ogilvy y Mori, Argentina, Informe 2001. 3 “Mujer y SIDA: erótica y perjuicios”, Giberti Eva. Desidamos, Revista de FEIM año I, Número 2, pág. 9-10, enero-marzo 1993. 4 “La estrategia “De ABC a Z”, Willard Cates, Jr., Revista NETWORD en español Vol. 22, Número 4, pág. 3-4, 2003. Página 4