DÍA MUNDIAL DE LA ARQUITECTURA 2012 Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Arquitectura el pasado lunes 1 de octubre, se colocó una placa en el Bloque de viviendas del Taray, cuyos autores son José Joaquín Aracil Bellod, Luis Miquel Suárez-Inclán y Antonio Viloria García. Adjuntamos algunas fotografías del acto de inauguración así como el escrito remitido por el arquitecto Luis Miquel Suárez-Inclán y las reseñas en prensa: 1 DE OCTUBRE 2012 DÍA MUNDIAL DE LA ARQUITECTURA COLOCACIÓN DE UNA PLACA CONMEMORATIVA EN LOS EDIFICIOS DE LA UNIDAD VECINAL DE “EL TARAY” (SEGOVIA) Texto que escribo en Madrid para que sea leído en el “acto” de colocación de la placa, ante la imposibilidad de asistir personalmente. CRONOLOGÍA DE URGENCIA En 1950, Joaquín (Ximo) Aracil y yo ingresamos en la Escuela de Arquitectura e iniciamos una amistad que ha durado hasta su muerte. Viloria que era algo mayor que nosotros terminó un par de años más tarde. En 1951 yo estuve, durante el verano, trabajando como delineante en Paris, en el estudio del arquitecto Alain Pati y empecé a conocer algo sobre el movimiento moderno (para nosotros RACIONALISMO). Descubrí a Wrigth, Alvar Aalto, Le Corbusier, Mies van del Rohe,… y muchas otras cosas que poco o nada tienen que ver con la arquitectura. Una arquitectura que, de hecho, estaba “prohibida” en la siniestra Escuela de Madrid. Con un par de excepciones (Torres Balbás, Aníbal Álvarez, Pérez Mínguez,…) una “pandilla” de mediocres profesionales, cuyo principal mérito era la afección al régimen de la sanguinaria dictadura que nos gobernaba, procuraba deformarnos sistemáticamente. Estos “paniaguados” fascistoides habían sustituido a los “republicanos” maestros que impartían las cátedras “antes de la guerra civil”, y que, o bien estaban perseguidos y represaliados por “rojos”, o bien se habían exiliado voluntariamente ante amenazas de cárcel o muerte. En 1952 volví a Francia y, esta vez, además de trabajar nuevamente como delineante, emprendí, con Aracil y nuestro común amigo el poeta Alfonso Carreño, en compañía de unas mozas francesas, un viaje rocambolesco por la Costa Azul. Este viaje nos dio ocasión de visitar en Marsella la Unidad de Habitación de Le Corbusier que nos deslumbró. (se amontonan los recuerdos). Terminamos la carrera en 1957. Ese mismo año yo hice un largo viaje a Tailandia y a la India que rematé visitando las obras de la nueva ciudad de Chandigarh, proyecto de Le Corbusier que dirigía “in situ” Jeanneret. Al volver, Aracil y yo trabajamos, bajo la dirección de José Luis Romany, en el Poblado Dirigido de Fuencarral y en el planeamiento del sector noroeste de Madrid (hoy el horrendo barrio de La Vaguada y aledaños) En 1961, una beca de la Fundación March me permitió, en compañía de otros dos compañeros, Fernando Ramón y Antonio Vallejo, hacer un viaje de estudio sobre las New Towns inglesas: En esta estancia de tres meses descubrí la Unidad de Habitación “Park Hill” en Shefield que también me impactó. Al volver a Madrid, Aracil nos ofreció a Viloria y a mí colaborar en el proyecto de la cooperativa “Pío XII” (nosotros siempre lo llamamos “UNIDAD VECINAL DEL TARAY” o simplemente “EL TARAY”) desarrollando el anteproyecto que ya había formulado muy claramente Aracil. Aracil dirigió el trabajo y diseñó los bloques de tipología de semiduplex básica. El de mayor altura, que contiene variantes tipológicas de semidúplex, lo diseñamos Viloria y yo. Yo me ocupé, también, de trabar todos los bloques estableciendo los recorridos de los corredores como verdaderas calles peatonales y su relación con la topogtafía del lugar. Viloria, además, definió la carpintería y la cerrajeríaFue una formidable experiencia que terminó mal, con la disolución del equipo tras una fuerte pelea entre Aracil y Viloria. Aracil dirigió las obras. un trabajo arduo y complejo que le exigió una dedicación casi plena, porque la cooperativa era inicialmente de “producción y consumo” y las reuniones y asambleas eran frecuentes. Es decir, los obreros que construyeron los edificios eran propietarios y fueron los primeros ocupantes de las viviendas. Yo le acompañé tres o cuatro veces Podría contar un montón de historias, aburrir con miles de ideas y explicar lo jóvenes que éramos y las ganas que teníamos de cambiar el mundo, pero no tengo tiempo. Un saludo agradecido a todos, especialmente a Isabel, la hija de mi compañero (del alma) el inolvidable Ximo Aracil. 1 de octubre de 2012 Luis Miquel