LA PROD UCCIÓN CRÍTICA DE JORGE GUILLÉN EN 1924 BAJO LOS SEUDÓNIMOS DE FÉLIX DE LA BARCA Y PEDRO VILLA K.M . SIBBALD En el mom ento culminante de la carrera artística de Jorge G uillén, cuando se le otorgan los premios Bennet y Cer­ vantes, resulta oportuna la revisión de su producción más poráneas en las que abogó por la integración de los valores temprana. Su debut literario se produjo como crítico y no com o poeta. Es m ás, desde 1918, fecha de su primera publi­ sentim iento que sólo se logra a través de la disciplina y del cación,1 hasta mediados de los años veinte hace más crítica pecto al hecho de que toda tradición literaria nacional entra que poesía. Esta doble función de poeta y crítico de su pri­ m era producción ha sido ignorada por los estudiosos de su poesía.2 dentro de'la tradición europea, y de que la tarea del crítico y del poeta es la de mantenerla viva. Estas ideas tienen Este trabajo tiene por objeto estudiar esa obra crítica temprana en la que Jorge Guillén formuló sus conceptos estéticos concretados en Cántico y en toda su poesía poste­ m entario que caracterizó gran parte de la sociedad y el arte europeos de los años veinte. Guillén reconoció el peligro latente de una anarquía cultural que amparara el arte en rior. La hipótesis de este trabajo es que esos artículos crí­ cánones de desorden e incoherencia y afirmó que la ruptura ticos, que van de 1918 a 1 9 2 9 ,3 merecen suma atención porque ayudan a comprender m ejor la obra del escritor. parcial o total con el pasado constituía un suicidio artístico. El culto exagerado a la originalidad personal que no incor­ En este primer período la relación entre creación poética y crítica literaria es inversamente opuesta (por ejemplo, el porara los parámetros artísticos de occidente, llevaría, índice de publicaciones es en 1921: 38 artículos críticos, 4 poemas, 1 poema en prosa; en 1922: 19 artículos, _9 poe­ m as; en 1 924: 31 artículos, 12 poemas, 6 poemas en pro­ tradicionales a las letras modernas, luchando para que el sentim entalism o vigente fuera sustituido por el verdadero estudio.8 En general, los artículos muestran sus ideas res­ por objetivo el enfrentarse al culto de lo dislocado y frag­ según G uillén, a una prosa y poesía infantil, vacía. En suma, bajo el seudónimo de Félix de la Barca, Jorge Guillén propuso como parámetros literarios las normas s a ;4 entre 192 5 -2 8 : 4 artículos, 45 poemas y 1 poema en prosa). Desde 1929 hasta 1936 no produjo ningún artículo clásicas del arte y la retórica; y como poeta, se adhirió a tales normas al componer el Cántico (1919-1928) por el cual se integra a la tradición que comienza en Aristóteles.9 o reseña. A partir de esta fecha, su producción crítica se Quede bien claro, sin embargo, que esta actitud hacia lo hizo más rara, si bien que al mismo tiempo más académica clásico no representó un estancamiento o una excusa para aferrarse a un conservadurismo reaccionario en el arte. Al e interesante. Pero es m uy importante notar que durante todo ese primer período del veinte su crítica revela clara­ m ente sus conceptos estéticos, a pesar de las restricciones (por ejemplo, extensión, contenido) impuestas por los editores. contrario, la postura de Guillén es de lucha contra los "e s ­ n o b s," los "cam aleones de la popularidad," los "dos vul­ g o s " —es decir, los universitarios y el público que admi­ raban la pomposidad más que el conocimiento.10 Es posible agrupar estos artículos (1) por su forma y El otro seudónimo utilizado por Guillén tenía el mismo objetivo en: (a) crónicas de hechos contemporáneos, y (b) reseñas de libros recientes; o (2) por su contenido en: objetivo de anonimidad, pero representaba también el re­ (a) normas y modelos de la cultura y vida contemporáneas, verso complementario de Félix de la Barca. Pedro Villa es un personaje "hu m ildito" que escribe sobre temas gene­ y (b) la posición de la literatura en tal cultura. Si bien los rales y que, sin dogmatismo alguno, hace resaltar la obra artículos de Guillén se publicaron durante toda la década del de los artistas contemporáneos españoles: Diego, Basterra, veinte, su "annus m irabilis" es definitivamente 1924;5 de allí que este trabajo se limitará sólo a los publicados ese año. T orre13 y So lan a.14 Los criterios de juicio siguieron siendo En 1924, la primera versión de gran parte de los poemas de Cántico (1919-1928) ya había sido escrita6 y el escritor concebía un libro de poesía "com o una entidad orgánica, como un edificio" y no como una "serie de textos mez­ clados caprichosam ente."7 El mismo Guillén, en corres­ pondencia personal de noviembre 1976, afirma que sus primeros artículos críticos fueron "una tentativa—nada más esbozada.'.' Sin embargo, mediante esa tentativa lle­ varía a cabo una re-educación del gusto seudo-erudito y esnobista de los lectores de su tiempo preparándolo de este Espina, M adariaga,11 Gómez de la Sern a,12 Claudio de la los m ism os—es decir, la necesaria continuidad de la tra­ dición en lo auténticamente moderno del mundo contem­ poráneo. A sí, Guillén subraya "la tradición clásica" en la moderna combinación que Madariaga hace en su obra de la poesía calderoniana y épica; a Diego lo sitúa en "la pauta tradicional del siempre vivo linaje de los poetas monta­ ñ e se s"; señala el desarrollo de la sátira quevedesca en la poesía de vanguardia de Espina ; y, finalmente, encuentra en Basterra al poeta clásico moderno en su concepción del "verso como 'm ateria' y como materia en orden ." La serie modo a recibir su obra poética. A sí, en 1924, Guillén publica bajo dos seudónimos : Félix de la Barca (en 10 artículos de El Norte de Castilla ) y Pedro de artículos publicados bajo el seudónimo Pedro Villa apa­ reció con pocos días de diferencia de la serie formada por Villa (en 19 artículos de La Libertad). Los de Félix de la tante defensa de la tradición literaria. Guillén abogaba de este modo entonces por la implementación de orden, disci­ Barca fueron críticas sencillas sobre poesía y prosa contem­ Félix de la Barca, complementándose ambas en la impor­ plina y form a en poesía. Juan Ramón Jim énez, Valie-Inclán y A ntonio Machado15 le sirvieron al crítico como ejemplos Guillén llegó a creer que la poesía era el medio adecuado para expresar una visión ordenada del mundo cambiante: modernos de sus teorías. En este período el crítico y el poeta coincidían tanto en la teoría como en la práctica. Bajo sus seudónimos llevó a cabo por eso la considera "u n anhelo que vuelve cada vez a plan­ tearse su problema con creciente fatalidad, con creciente m aestría, cercándolo, ciñéndolo, poseyéndolo, dominán­ un sutil pero subversivo ataque contra la crítica oficial, pedante y pedestre, y contra ese "respetable" público que d o lo ."18 En su Cántico trata de expresar con serenidad clásica su modernidad, haciendo su poesía "precisa en los juntam ente con los críticos aprobaban, incitándolo, el térm inos, ilimitada por d en tro." Su paradójico clasicismo consistía en la convicción de que la poesía, habiendo alcan­ zado sus límites en todas sus direcciones, no podía ni debía estancamiento de la poesía. Dicho estancamiento podía verse en los "insípidos" versos de Núñez de Arce, la esté­ tica periodística de Ramón de Campoamor16 y la degene­ ración del vital m odernism o de Darío en poemas ahogados de "o b jeto s poéticos." La re-educación del gusto del público implicaba, como se ha dicho, una preparación para la poesía del Cántico en 1 928. Guillén se convirtió entonces en crítico de su propia poesía. Su experiencia anterior le permitió hablar con inne­ gable autoridad sobre "la profesión de poeta" y desarrollar su concepto de "poesía cen tral." A sí, declara abiertamente sus propios ideales: El trabajo del arte requiere técnica y , por lo tanto, es­ fuerzo, y esfuerzo mantenido en la constancia. Más aun: la técnica, el esfuerzo, la constancia con un punto de arranque: la vocación. Poesía, música, pintura, que lleguen a serlo habrán necesitado la reserva esencial de un esp íritu .17 permanecer estática, convertida en objeto de veneración por un sacerdocio elitista. El concepto de "poesía central," redefinido treinta años más tarde como "poesía integral" se establecía de manera siguiente: fórm ula tan incluyente que ni siquiera es fórmula, incompatible nada más con las teorías por definición excluyentes, de tan extremas. Lo central no puede ser lo extrem o, lo puro. El descubrimiento de los escritos juveniles de Guillén permite comprobar esa coherencia existente entre sus teorías estéticas y su práctica. Estos artículos que pasaron tantos años ignorados son fundamentales para comprender esa lealtad a su vocación poética que le ha ganado a Guillén un m uy merecido respeto.19 M cGill University 1 Jorge Guillen, ''Apología de Abel," en El Norte de Castilla (Va­ lladolid), 120 (julio 7, 1918), p. 3. Se trata de una crítica de Abel Sánchez. 2 El libro La obra poética de Jorge Guillén de Oreste Macrí (Barcelona: Ariel, 1976) es una excepción; cf, pp. 55-75, Sin embargo, Macrí no hace referencia a escritos posteriores a 1922. K.M. Sibbald tiene en preparación una colección de ensayos, poemas en prosa y los poemas no publicados en Cántico (1919-1928). 3 Además del ya mencionado, publicó en 1920 "La ignorancia de los símbolos" en La Libertad, diario del que fue corresponsal extranjero en 1921 y para el que escribió una crónica semanal, Desde París, hasta 1922; en 1924 retomó su puesto en la columna Correo literario. Pero ya en 1923 había renovado su asociación con El Norte de Castilla (cf. columna Letras francesas y, a partir de 1924, la sección semanal Los Libros). Seis artículos en El Norte de Castilla y dos en La Libertad fueron publicados entre 1927 y 1929. Por otra parte, entre 1921 y 1924, publicó irregular­ mente para Hispania (París), España, Indice y La Pluma. 4 Una excepción es 1923: 6 artículos, 34 poemas, 12 poemas en prosa. 5 De acuerdo con Macrí, esta expresión se aplica a 1924, en lugar de 1918, que diera el escritor. K.M. Sibbald trata de probar que los artículos de Desde París forman parte esencial del movimiento culturalista europeo en el que otros poetas críticos como Paul Valéry y T.S. Eliot participaron. Cf. su "Jorge Guillén: Portrait of an Artist as a Young M an," en Home­ naje a Jorge Guillén, a publicarse en 1977 bajo el patrocinio de Wellesley College. 6 En esta fecha se publicaron variaciones de poemas estéticamente claves, como "Advenimiento"; "Elevación a la claridad"; "Los nom­ b re s ,"; "Tránsito" y "El prólogo." Cf. Jorge Guillén, Cántico (1936), edición, prólogo y notas de José Manuel Blecua (Barcelona: Editorial Labor, 1970), y K.M . Sibbald, "Cántico (1936)," Bulletin o f Hispànic Studies, 50 (1972), 101-4. 7 Claude Couffon, Dos encuentros con Jorge Guillén (París: Centre de Recherches de l'Institut d'Etudes Hispaniques, 1963), p. 13. 8 Cf. (Félix de la Barca) en El Norte de Castilla: "Oráculo de Europa" (marzo 9, 1924), donde critica una traducción de Gracián al francés; "Poemas de adolescencia" (marzo 2,1924), en el que incita a los editores a publicar textos sin errores de obras como la de Darío, por ejemplo; "E l centenario de Ronsard" (marzo 23,1924), donde afirma que Ronsard, Góngora y Valéry pertenecen a una misma corriente de la tradición lite­ raria europea. 9 Cf. L, J. Close, "Guillen and the Aristotelian Tradition," en Studies in Modern Spanish Literature and Art Presented to Helen F. Grant, ed. Nigel Glendinning (London: Támesis, 1972), pp. 45-64. 10 Cf. respectivamente: (Félix de la Barca) en El Norte de Castilla: "El segundo Juan Ramón Jiménez" (enero 16, 1924); "Oráculo de Europa" (marzo 9,1924) ; y "El centenario de Ronsard" (marzo 23,1924), 11 (Pedro Villa), "Poetas jóvenes," en La Libertad, 1196 (enero 25, 1924), p. 4. 12 (Pedro Villa), "O tro esquivel," La Libertad, 1291 (mayo 15, 1924), p. 5. 13 (Pedro Villa), "E n la v i d a ...," La Libertad, 1328 (junio 27, 1924), p. 5. 14 (Pedro Villa), "Madrid callejero," La Libertad, 1282 (mayo 4, 1924), p. 5. 15 Cf. respectivamente: (Pedro Villa) en La Libertad: "Juan Ramón en antología," 1179 (enero 5, 1924), p. 5; "Cara de plata," 1201 (enero 31, 1924), p. 5 ; "Nuevas canciones," 1304 (mayo 30, 1924), p. 4; "Todavía," 1305 (mayo 3 1 ,1 9 2 4 ), p. 5. 16 Federico Garda Lorca utiliza estos términos en su conferencia sobre Góngora. Cf., Obras completas, 18a. ed., 2 tomos (Madrid: Aguilar, 1973), I, p. 1001. 17 Jorge Guillén, "L a profesión del poeta," en La Libertad (agosto 29, 1928). 18J[orge] Gjuillén], "Poesía francesa," en El Norte de Castilla (marzo 19, 1929). Guillén publicó nuevamente este artículo, aunque con modificaciones insignificantes y utilizando su nombre completo (no sus iniciales), bajo un título más significativo, "Poesía central" en La Gaceta Literaria, 87 (1930), p. 1. Las citas utilizadas aquí son de la primera versión del artículo. 19 Se agradece profundamente a don Jorge Guillén su valiosa ayuda en la preparadón de este artículo al permitir utilizar su correspondenda personal y facilitar su colección de recortes periodísticos y manuscritos. Esto último resultó muy valioso para el estudio de los artículos firmados por Félix de la Barca. Lamentablemente, las referencias existentes sobre ellos poseen sólo la fecha y lugar de publicación pero carecen del número de volumen y de página.