COORDINACIÓN DE PROYECTO Equipo de la Dirección General de Planificación y Ordenación Educativa COORDINADOR DIDÁCTICO José Manuel González González LIBRO IV COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS Herminio Álvarez Regueras Mª Victoria Sánchez Conde COLABORADORES José Manuel González González Marta Prieto Sarro Ángel Martín Martín Celia Fernández Corral Mª del Mar Ballesteros Presa Mª Teresa García de Juan DISEÑO GRÁFICO Disenovo S.L. Alicia Ruano Santos Virginia Alonso Miguel Eduardo Ruano Santos Luis Miller Méndez Eduardo Sutil Fernández IMPRENTA Gráficas Santamaría S.A. Depósito Legal: ISBN: Los materiales didácticos que se recogen bajo el título de “La pervivencia del mundo romano en Castilla y León” pretenden ser una reflexión sobre nuestros orígenes. O, más exactamente, sobre una parte de ellos. Concretamente aquellos que se remontan a la romanización, el proceso por el cual nuestros antepasados asumieron la cultura del pueblo romano en todas sus dimensiones. La romanización como punto de partida y elemento de cohesión entre todas las provincias que conforman la Comunidad Autónoma no es sino un pretexto para que nuestros alumnos tengan la posibilidad de encontrarse con sus raíces, tanto lingüísticas como culturales, así como de desarrollar la capacidad de situarlas en un tiempo y un espacio concretos. Mediante estos pequeños materiales intentamos también fomentar en ellos la búsqueda e identificación de aquellos aspectos de las culturas antiguas que conservamos con mayores o menores transformaciones. La lengua con que nos expresamos día a día, costumbres cotidianas de la vida privada que hemos heredado sin que tengamos conciencia de dicha herencia o aspectos de la vida pública que sentimos erróneamente como novedosos son algunos de los descubrimientos que ofrece este sencillo viaje al pasado. Un viaje que nos permite desarrollar la capacidad imaginativa de nuestros jóvenes –nuestro futuro- que han de aprender no solamente a apreciar el inmenso patrimonio artístico que poseen sino también a valorarlo desde un punto de vista estético y creativo. Y a identificar la influencia inevitable de unas civilizaciones sobre otras porque, tal y como escribía Cicerón, “Nihil enim semper floret, aetas succedit aetati”: Nada hay que florezca siempre, a una edad le sucede otra. Los materiales que aquí se presentan abordan diferentes aspectos de la romanización. Creemos que, a pesar de estar centrados en un lugar determinado (Astorga, Clunia, Las Médulas...), desde ellos se puede trascender el ámbito puramente local para alcanzar un enfoque general sobre la vida urbana, la actividad agraria, las infraestructuras, la economía. Desde este punto de vista no son, pues, más que puntos de partida que esperamos puedan ser útiles para que quienes los utilicen puedan encontrar alguna idea que pueda ser plasmada en alguna actividad académica o lúdica. Y, sobre todo, que sirvan para rastrear la gran cantidad de elementos del mundo romano que han pervivido en nuestra sociedad hasta bien avanzado el siglo XX y el modo en que han conformado hasta la actualidad nuestros modos de ser y de vivir. Vale. IV Comunicación y comercio Vías Romanas Dentro del ingente patrimonio artístico y cultural que hemos heredado de Roma, las calzadas son probablemente los elementos menos valorados. Por su condición de obras de ingeniería y arquitectura utilitaria. A pesar de que, sin embargo, muchos estudiosos modernos coincidan en referirse a ellas como el principal monumento de la romanización. Roma desarrolló su red viaria paralelamente a su expansión militar y a través de ella extendió su cultura uniformando hábitos políticos, militares, administrativos o sociales. Las calzadas romanas fueron de esta manera torrente colosal de ideas, como más tarde lo serían en época medieval otros grandes caminos europeos. Uno de los ejemplos más ilustrativos que conservamos en nuestro territorio es la Vía de la Plata, ejemplo paradigmático de calzada romana llamada a pervivir hasta la actualidad por su importancia en los siglos posteriores como vía de peregrinación a Santiago o cañada real. ÍNDICE I.II.2.1) 2.2) 2.3) 2.4) III.3.1) 3.2) 3.3) 3.4) IV.- VÍAS ANTES DE LOS ROMANOS Pág 8 LAS VÍAS Y LA CONQUISTA Pág 9 ROMANOS CONTRA CARTAGINESES ROMANOS CONTRA HISPANOS ROMANOS CONTRA ROMANOS ...VIAE MILITARES Pág 11 Pág 12 Pág 14 SOBRE TÉCNICAS DE CONSTRUCCIÓN, FINANCIACIÓN, ETC. Pág 15 TIPOLOGÍA DE LAS CALZADAS Pág 18 LA CONSTRUCCIÓN DE LAS CALZADAS Pág 19 ASPECTOS JURÍDICOS Y ADMINISTRATIVOS Pág 20 LÉXICO LATINO RELACIONADO CON EL SISTEMA VIARIO LAS VÍAS SE MODERNIZAN: ÉPOCA IMPERIAL. MILIARIOS Y PUENTES Pág 24 4.1) 4.2) V.5.1) 5.2) 5.3) VI.VII.- MILIARIOS PUENTES Pág 26 Pág 30 DESCRIPCIÓN DE LA RED VIARIA: SUS MANSIONES Pág 34 ESTABLECIMIENTOS DE SERVICIO FUENTES ANTIGUAS RED VIARIA Pág 35 Pág 37 BIBLIOGRAFÍA Pág 43 DIRECCIONES DE INTERNET Pág 46 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS I1 “Vías” antes de los romanos Las rudimentarias vías que los romanos encuentran a su llegada a Hispania son el resultado de la acción del hombre desde los remotos tiempos del Paleolítico hasta la Edad de los Metales. Y, aunque tal vez el término de “vías” resulte excesivo, se puede intuir el proceso de apertura de caminos a partir de algunos fenómenos característicos de la Prehistoria. En el albor de los tiempos, la actividad cazadora nos permite imaginar a nuestros antepasados al acecho de los animales y persiguiéndolos por sus rutas naturales. Quizás así aprenderían a cruzar los ríos por los vados, donde con el andar del tiempo se construirían los hermosos y sólidos puentes romanos, maravilla de nuestras ciudades y ríos. Más tarde, a medida que gana terreno la actividad ganadera, jugarán un papel importante la trashumancia y las migraciones, conceptos íntimamente relacionados, que responden a impulsos similares (más concretos para el primero, más amplios para el segundo). Nuestra península, gracias a su situación geográfica como puente entre dos continentes, se vio afectada desde siempre por las oleadas migratorias. Y muchos historiadores se refieren a los antecedentes ganaderos de estas sendas, que desde muy antiguo constituyeron lugar de paso natural, por donde se moverían las tribus de pastores, nómadas o trashumantes. La fase de mayor impulso se relaciona con la actividad comercial, a cuyos circuitos se incorpora desde el principo la península. En efecto, el señuelo de las riquezas minerales de nuestro subsuelo atrajo hacia nuestras costas un flujo de navegantes, que iban a ser factor decisivo en el desarrollo del comercio, tanto exterior como interior. De hecho, numerosos hallazgos arqueológicos de objetos con características comunes, en puntos bastante alejados entre sí, revelan que por esos caminos tuvo lugar un transporte comercial y cultural al menos desde los remotos tiempos de la Edad del Bronce. Estas relaciones comerciales alcanzan su punto culminante con el esplendor de Tartessos -siglo VIII A.C.- y con la llegada de los colonizadores fenicios y griegos. El hecho de que la mayor parte de los bronces tartésicos hallados hasta el momento proceda de yacimientos vetones muestra el importante papel que desempeñó en nuestra región esta civilización: La Conquista de Hispania. Museos de Castilla y León Lexis 22. Atlas Histórico Cronología 8 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS - propagando los bienes de su propia cultura, metalurgia, orfebrería, marfiles, cerámica... - y actuando como intermediarios entre las viejas culturas de Oriente y el Occidente productor de materias primas. Sería ingenuo, desde luego, pretender establecer un mapa de las comunicaciones y de su evolución a lo largo de las diversas épocas de la prehistoria, y nada sabemos tampoco de su estructura hasta la llegada de los romanos. Pero la certidumbre sobre la utilización por parte de éstos de los viejos caminos para la conquista, hace posible adivinar a grandes rasgos el entramado de la red: La Ruta Tartésica, germen inequívoco de la futura Calzada de la Plata, a cuya vera surgieron y florecieron poblados que, con el correr de los siglos, llegarían a ser importantes ciudades, como es el caso de Salamanca. La idea, defendida ya por el gran arqueólogo Maluquer, viene a ser confirmada por numerosos objetos e indicios culturales y religiosos de los yacimientos hallados a lo largo del camino, que demuestran su existencia al menos desde la Edad del Bronce. Otra ruta comunicaba Castilla y León con Extremadura por el puerto de Tornavacas. Y tal vez un ramal alternativo podría llevar hacia la Meseta Sur, a través del Puerto del Pico. Se puede conjeturar, asimismo, dada la importancia de los asentamientos en la cornisa cantábrica, la existencia de “corredores naturales, perpendiculares al valle del Duero”, que se irían consolidando lentamente hasta llegar a ser utilizados más tarde por los romanos como vías de conquista. Finalmente, otros caminos secundarios podían facilitar las relaciones de tipo comercial entre tribus vecinas o entre diferentes poblados... II2 Las vías y la conquista 2.1) ROMANOS CONTRA CARTAGINESES Cuando en el siglo III A.C. irrumpen en nuestra península los romanos, Hispania es un mosaico de pueblos asentados en distintos territorios, cuyas fronteras no siempre están definidas. Su feroz ansia de independencia y su sentido de tribu condicionan un modus vivendi caracterizado, en gran medida, por el aislamiento, la desconfianza y la hostilidad (los castros eran refugios). Por destacar algún rasgo general, podríamos hablar: CASTRELÍN, San Juan de Paluezas (León). (por cortesía de MIGUEL SÁNCHEZ Y PURI LOZANO). de su economía basada en la agricultura o en la ganadería, del atractivo de su gran riqueza minera, tan mentada por los autores antiguos, y de la existencia de viejos caminos, hasta cierto punto consolidados por la larga tradición de las relaciones comerciales. 9 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS Sobre estos pueblos, ejercían su dominio militar, desde sus factorías del Mediterráneo (Gades y Carthago Nova), los cartagineses. No estamos en condiciones de apreciar modificaciones o mejoras técnicas debidas a ellos. Pero una cierta idea de solidez de los viejos caminos podría sugerirnos el ver la facilidad con la que sus generales y ejércitos circulan por ellos en busca de recursos humanos y económicos. Parece lógico que utilizaran con frecuencia la vía Heraklea para moverse por la costa del Mediterráneo, y que llegaran a frecuentar uno o más itinerarios en su prolongación hasta Gades. Pero además, los relatos de Polibio y de Tito Livio nos han transmitido la expedición de Aníbal hasta las tierras de los vacceos para someter las ciudades de Helmantica y Arbucale. LA 2ª GUERRA PÚNICA Causas: Tras la derrota en la 1ª guerra, los cartagineses buscan en Hispania la solución a sus ansias expansionistas. Ello despierta los recelos de Roma y el temor a su recuperación. Hechos: · En 219 A. C.: Aníbal ataca a la ciudad de Sagunto, aliada de los romanos, y éstos le declaran la guerra. · Aníbal marcha hacia Italia desde Hispania. Cruza los Pirineos y los Alpes, y derrota a los romanos en Trebia, Ticino, Trasimeno y Cannas, llegando hasta las puertas de Roma. · Los romanos se rehacen y envían a Hispania (210 A. C.) al joven general P. Cornelio Escipión. Con una hábil estrategia consigue expulsar a los cartagineses (206 A. C.) y luego pasa a África donde derrota definitivamente a Aníbal en la batalla de Zama en 202 A. C. Consecuencias: · Hegemonía total de Roma en el Mediterráneo occidental. · Manos libres para emprender la conquista de Hispania. “Roma contra Cartago”, en Cuadernos de HISTORIA 16, nº 12, p.19, Madrid 1985. 10 Después de la primera guerra púnica, el equilibrio de fuerzas había obligado a romanos y cartagineses a firmar, en 226 A.C., el tratado del Ebro, en esencia, un pacto de no agresión. Pero la frágil paz no tarda en romperse y, tras los duros enfrentamientos de la segunda, serán los romanos quienes salgan victoriosos, arrebatando a su rival el dominio del Este y del Sur de la Península. El resultado de esta primera fase de la conquista nos ayudará a comprender dos ideas: COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS 1. El más temprano desarrollo de las vías de comunicación en esta zona, en comparación con las de Occidente. 2. La utilización de los dos valles fluviales, el del Ebro y el del Guadalquivir, como plataformas de lanzamiento de sus legiones a la conquista de toda la Península. Desde el Ebro, en sentido Este-Oeste, hasta alcanzar la prolongación del valle del Duero. Desde el Guadalquivir, en un sentido Sudeste-Noroeste, para, una vez cruzadas las cuencas del Guadiana y del Tajo, enderezarse en sentido Sur-Norte, aprovechando tramos de la vieja ruta tartéssica. 2.2) ROMANOS CONTRA HISPANOS. Un segundo momento de la conquista será el que alcance definitivamente a nuestra región. Las idas y venidas de las legiones romanas (y de algunos indígenas resistentes como Viriato) irán dando forma a una red viaria basada en los antiguos caminos, aunque con trazados no necesariamente coincidentes. Pero sigamos los pasos a algunos eminentes generales y podremos comprobar el sentido direccional de las rutas de conquista esbozado en el párrafo anterior. En 179 A.C.. Lucio Postumio Albino, en su expedición hasta el territorio de los vacceos –campaña contra los lusitanos-, debió de utilizar el mismo camino natural que Aníbal y que constituía el eje norte-sur de Lusitania oriental (futuro Camino de la Plata). Tras un periodo de estabilidad, en 154 A.C. estalla la rebelión. Los romanos se ven obligados a luchar en dos frentes distintos: contra los celtíberos, cuyo espírtu indomable encontró su símbolo en la resistencia de Numancia, y contra los lusitanos, capitaneados por Viriato. Muerte de Viriato. Jose de Madrazo y Agudo (1781-1859). Desde la Hispania Citerior, continuando el impulso Este-Oeste, vemos: a Q. Fulvio Nobilior estableciendo su sede de aprovisionamiento en Ocilis (Medinaceli) para asediar infructuosamente las ciudades de Numantia y Uxama; a C. Marcelo devastando la comarca de los arévacos; a L. Licinio Lúculo a las puertas de Cauca, Intercatia y Pallantia, en el marco de una expedición de saqueo contra los vacceos, que sus sucesores convertirán en una constante. En la Hispania Ulterior, y tras la matanza de lusitanos a cargo de Galba, Viriato escapa de tan infamante baño de sangre y, durante años, mantiene en jaque a las legiones romanas. Sus movimientos cubren una amplia zona, desde el territorio de los arévacos, con quienes estableció alianzas, hasta las regiones meridionales controladas por los romanos, que fueron objetivo de sus temibles razzias. Lexis 22. Atlas Histórico Cronología 11 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS Resulta poco menos que imposible establecer los itinerarios con precisión y detalle. Pero la densidad de movimientos podría sugerir la existencia de: - una ruta en sentido Este-Oeste por el valle del Duero, que desde Calagurris o Numantia, y a través de Uxama, Cauca, Pallantia e Intercatia, enlazaría con Albocela, para después alcanzar, en Salmantica, la vieja ruta que había sido utilizada ya por Aníbal desde el Sur. - y de una intrincada red de caminos secundarios, a los que parece hacer referencia el texto de Apiano en que se refiere que Viriato alcanzó durante la noche la ciudad de Tribola por caminos desconocidos para los romanos. Será Q. Servilio Cepión (139 A.C.) quien, valiéndose de la traición, acabe con la vida de Viriato, dentro de una campaña de gran interés para nuestras vías. En efecto, este general llegó a tierras de los vetones y de los galaicos, siguiendo el mismo itinerario que Aníbal y L. Postumio Albino. En el camino fundó el campamento de Castra Servilia, cuya importancia capital como base de las operaciones hacia el Noroeste, constituye el principal argumento que le hace pasar por ser el primero que construyó un tramo de calzada entre el Guadiana y el Tajo. En cuanto a Numancia, fue P. Escipión Emiliano quien consiguió su rendición definitiva, en el 133 A.C., no sin antes haberse dirigido de nuevo contra los vacceos (Pallantia y Cauca), por caminos que ya se habrían convertido en familiares. Los restos de los siete campamentos del asedio, y esas mismas expediciones de castigo contra arévacos y vacceos significan en realidad un intento de controlar las comunicaciones para cortar la llegada de ayuda a los numantinos. Al término de tales guerras, se puede decir que los romanos han incluido en su zona de influencia a los arévacos, pero no tanto a los vacceos o a los lusitanos, donde la paz se ve alterada por frecuentes revueltas y por el peligro del bandolerismo. No obstante, la ausencia de hechos militares de relevancia en la historiografía romana durante los años siguientes parece indicar que se entra en una etapa en la que la actividad organizadora y administrativa (introducción del sistema de impuestos) resulta preponderante. Es en esta época, cuando los miliarios de Sergio y de Labeón nos hablan de la actividad constructora de calzadas en la zona al Norte del Ebro. 2.3) ROMANOS CONTRA ROMANOS Durante el siglo I A.C., y a consecuencia de la rivalidad entre los generales más ambiciosos - Mario y Sila primero, Pompeyo y César después-, dos sangrientas guerras civiles enfrentan a los romanos. El hecho de que parte de sus operaciones se desarrollen en Hispania va a terminar por incorporar definitivamente a todas estas regiones dentro de la dinámica y la evolución del mundo romano. César. Pompeyo. 12 José Pijoan. Summa Artis. Historia General del Arte COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS 2.3.1 - En la primera, Sertorio, partidario de Mario, se hará con el control de gran parte de la Península, aunque finalmente será derrotado por Pompeyo y Q. Cecilio Metelo Pío. Muchas ciudades de la cuenca del Duero se vieron afectadas por el conflicto: Clunia, Termantia, Uxama, Pallantia... Y las campañas de tantos generales nos indican: una comunicación, cada vez más normalizada, entre el Nordeste peninsular, muy romanizado, y la cuenca del Duero: Tito Livio nos habla de la construcción de algún puente, por orden de Sertorio, y ya debía de estar en uso la calzada entre Caesaraugusta y Virovesca, que más tarde sería importante en las guerras cántabras. la campaña de Cecilio Metelo en Lusitania (79-78 A.C.), resulta de capital importancia para la historia de nuestra Vía de la Plata (se le suele relacionar con la mansio de Caelionicco o Vicus Caecilius), aunque tal vez, más que en algún tipo de mejora del firme o de consolidación de los pasos difíciles, debamos pensar en el establecimiento de turres o puestos de vigilancia, al estilo de los que menciona Cicerón para una via militaris de Macedonia, atestada de bandidos. 2.3.2 - Cuando César llegó a Hispania por primera vez como procónsul de la Citerior, en el año 61 A.C., sólo pequeños focos en la cuenca del Duero y en la Lusitania alteraban una situación que prácticamente estaba bajo control. Con el pretexto de sofocarlos, César aprovechó para prolongar sus incursiones hasta tierras galaicas. Su segunda estancia en la Península se encuadra dentro de la guerra civil que le enfrentó a Pompeyo a partir del año 49 A.C. Y su éxito final iba a confirmar el dominio absoluto de los romanos sobre toda la península, exceptuadas las regiones norteñas del Cantábrico y la zona de los galaicos. En el relato autobiográfico de sus campañas, sorprendentemente, se advierte casi el mismo silencio que en otros historiadores posteriores: las mismas expresiones desnudas, los mismos verbos de movimiento (ex Lusitania... proficiscitur, per Vettones ad Afranium pervenit...), los mismos vocablos (siempre via e iter, nunca tramitem, ni limitem, ni callem y una sola vez semitam). Casi nada sobre las vías existentes, aunque en algún episodio se intuye la presencia del futuro Camino de la Plata. Algún detalle un poco más explícito por lo que se refiere a la campaña cerca de Ilerda, esporádicas alusiones a las difficultates viarum, y algunas referencias más numerosas a puentes y vados. Todo lo cual pone de manifiesto tres cosas: La existencia de puentes en nuestra península, anteriores a su llegada. La baja calidad de muchos de ellos, frecuentemente derruidos por las fuerzas desatadas de la naturaleza: subito ui uentorum et aquae magnitudine pons est interruptus. (CAES., Civ., 1, 40, 3) “de repente con la fuerza del viento y con la crecida del agua el puente quedó inutilizado.” Y la gran pericia de César en construirlos, repararlos o simplemente acondicionarlos (facere, perficere, reficere), la misma que había dejado sorprendidos más de una vez a los Helvecios. La neutralidad de las expresiones, la naturalidad con que se emplean los términos iter y via, y el relativo silencio sobre su estado, así como la rapidez de movimientos por la zona, quizá sean una prueba de la estabilidad de sus trazados. Podemos, pues, considerar que, en este momento, la red viaria de Hispania está a punto de terminar su período de formación y de superar su reválida. El paso de las legiones romanas, auténtica prueba de fuego por todo lo que implica el desplazamiento de su imponente maquinaria de guerra, el transporte de víveres y equipaje o el apoyo logístico, ha servido de acicate para la construcción de calzadas (con nuevo trazado o sobre las sendas y caminos de siempre). El ritmo viene marcado por las vicisitudes de la conquista en cada región, y por la posterior necesidad de comunicar los principales núcleos urbanos y de garantizar el control sobre las zonas conquistadas. 13 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS 2.4) ... VIAE MILITARES La coincidencia entre conquista militar y desarrollo viario hace que frecuentemente se hable de VÍAS MILITARES romanas. La expresión se refiere a vías utilizadas por las legiones para abrirse camino y en cuya construcción participaron, desde luego, los soldados, aunque quizá no deban ser considerados éstos como únicos artífices. Barco de guerra romano. Dr. J.F. DRINKWATE Y Dr. ANDREW DRUMMOND, El mundo de los romanos. Organización del ejército. D. MACAULAY, Nacimiento de una ciudad, Barcelona1978. VÍAS Y ESTRATEGIA · Primero sería la penetración militar, tal vez aprovechando las rutas existentes, con algunas obras de retoque, readaptaciones, puentes..., en fin, todo lo imprescindible para facilitar el movimiento de la maquinaria de guerra. · Tras la conquista, habría un período de inestabilidad, en el que las obras de mejora, necesarias desde el punto de vista estratégico para garantizar la comunicación entre las guarniciones, el avituallamiento, etc, les darían ya un aire de calzadas romanas, al menos en algunos tramos; · Alcanzadas la paz y la estabilidad, a impulsos de las necesidades administrativas, comerciales o políticas, los responsables romanos acometen la planificación y construcción de las vías necesarias (con trazado totalmente nuevo o completando y acondicionando los tramos ya en uso), hasta dotarlas de todos los elementos necesarios para hacer más rápidos y cómodos los “viajes”, fueran éstos del tipo que fueran. En este momento, perdido en muchas de ellas el carácter exclusivamente militar, podríamos hablar ya de vías administrativas o comerciales. Armas romanas. 1) legión 2) cohorte 3) centuria 4) contubernio 5) legionario 6) centurión 7) tribunos 8) legado 14 Así quizá se explique la vacilación, en algún texto clásico, entre via militaris y via publica. Éste último término iría suplantando a aquél, paralelamente al proceso de desmilitarización, que acabaría convirtiendo las vías militares en vías públicas del Estado, frente a las vicinales, aquéllas otras que los grandes terratenientes construyeron para su uso particular. Si la suplantación no llegó a ser total, se debió, en parte, al carácter militar que muchas de ellas conservaron, bien por su sintuación fronteriza, bien para hacer frente al fenómeno del bandidaje, muy extendido en distintas épocas del Imperio. COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS III 3 Sobre técnicas de construcción, financiación, etc. Hay que hacer honor a los romanos como autores de una auténtica revolución tecnológica en lo que se refiere a la construcción de calzadas (en general, a todos los campos incluidos bajo el moderno concepto de la “construcción”). Puede que no hayan sido ellos los inventores de esa técnica de enlosado que ha pasado a la historia como de “estilo romano”. Suele atribuirse, total o parcialmente, a los persas, a los egipcios, a los micénicos, a los griegos, a los cartagineses, a los etruscos... De todos ellos, efectivamente, pudieron aprender algo los romanos. Pero fueron éstos - el descubrimiento del “hormigón” debió de jugar un papel decisivo-, quienes elevaron tales técnicas a la categoría de adelantos, llevándolas a la práctica con profusión y maestría. Construyeron todo tipo de puentes, horadaron montañas (la famosa petra pertusa que sobrevive en más de un topónimo) y rellenaron ciénagas y pantanos... Y, por supuesto, patentaron el prototipo de calzada, que ha pasado a la historia como una de las obras más genuinamente romanas. Calle pavimentada. T. CORNELL y J. MATTHEW, Roma, Legado de un Imperio, pp. 116-117. VITRUBIO Plinio. 3.1) TIPOLOGÍA DE LAS CALZADAS Ingeniero militar romano, cuya biografía no podemos recomponer por los escasos datos que de él se nos han transmitido. Sabemos que vivió en el siglo I a. C. y que fue contemporáneo de César y de Augusto. Escribió un tratado sobre la ingeniería y la construcción, De Architectura. Sus diez libros constituyen un verdadero manual para la formación del buen arquitecto. Y en ellos se abordan todos los campos: - De la construcción (templos, foro, basílicas, teatros, casas privadas, acueductos, trazado de las ciudades...). - De la mecánica (máquinas de todo tipo para la ingeniería civil y militar, relojes de sol y de agua (clepsidras). Tal vez por eso mismo, por la lógica habitual que tiende a ensalzar un procedimiento avanzado como ejemplo y modelo para las generaciones futuras, es por lo que el prototipo fue ganando la adhesión devota de todos los estudiosos hasta convertirse en dogma unánimemente admitido y a resguardo de cualquier atisbo de discusión, a pesar de las evidentes faltas de rigor contra la investigación histórica. Fue el francés Bergier quien, en el siglo XVII (Histoire des grands chemins de l’Empire Romain, Paris, 1622), basándose en los textos clásicos de Vitrubio y de Plinio sobre los muros de construcciones urbanas, popularizó el modelo que desde entonces ha permanecido inmutable y que se compone de las siguientes capas: 15 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS - statumen: piedras grandes e irregulares, que constituyen los cimientos; - rudus: piedras más pequeñas, mezcladas con cal y arena; - nucleus: una especie de grava apisonada, o de arena y cal, en la que debían incrustarse las losas de la superficie; D. MACAULAY, Nacimiento de una ciudad, Barcelona 1978. VIA DE LA PLATA, Castilla y León, Cons. Culture (Castilla y León) 1994. - summum dorsum o summa crusta: pavimento propiamente dicho, de losas o empedrado. A partir de él se hizo clásica también la división en tres tipos de calzadas, atendiendo a los materiales empleados para su capa de rodamiento: viae lapide vel silice stratae, identificadas tradicionalmente con el prototipo que arriba hemos descrito, y que, como parece cada vez más admitido, estaba reservado a las principales calles urbanas. viae glarea stratae, en las que las losas del pavimento se sustituían por una capa sólida formada por el apisonamiento de grava y guijarros (las únicas que, en opinión del ingeniero Isaac Moreno Gallo, pueden ser consideradas “carreteras”): viae terrenae, en las que la capa de rodadura consistía simplemente en tierra apisonada, semejantes a nuestras “pistas” actuales. De este tipo serían, según Isaac Moreno Gallo, las privatae y las vicinales. 16 Este sería el aspecto de una vía romana cuando estaba nueva, (por cortesía de ISAAC MORENO GALLO). COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS Desde siempre, pues, se ha reconocido que no todas las carreteras del Imperio seguían el mismo modelo. En parte porque había que adaptarse a los materiales y condiciones naturales de la zona, y en parte también por las dificultades de financiación o porque la naturaleza hacía más fáciles y menos costosos otros procedimientos. Incluso, en algunos estudios latía la idea de que el modelo era sólo válido para un grupo selecto y reducido de carreteras, las de mayor importancia estratégica y comercial para el Imperio. Pero hemos de llegar hasta épocas muy recientes para que investigaciones serias, llevadas a cabo por arqueólogos franceses e ingleses y basadas en el análisis riguroso de los restos de calzadas conservados, hayan mostrado, con frecuencia, resultados que nada o muy poco se parecen al modelo y que han abierto nuevos horizontes para comprender y valorar el verdadero alcance de la tecnología de los romanos en materia de construcción. En nuestro país, ha sido Isaac Moreno Gallo (Vías romanas. Ingeniería y técnica constructiva, Ministerio de Fomento CEDEX-CEHOPU, 2004) quien ha sabido ponderar con justicia los avances de los romanos en este campo y quien más rigor ha mostrado en el análisis de las infraestructuras viarias. Niega que se pueda extrapolar la descripción de Vitrubio a la estructura modelo de las calzadas romanas1 y, tras un análisis exhaustivo de los restos conservados, llega a las siguientes conclusiones: “Calzada del Puerto del Pico”, (Ávila) (por cortesía de MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ GARCÍA). La relación entre los tres tipos de calzadas de los que se habla a partir de Bergier viene a coincidir, en términos generales, con la que existe entre los conceptos actuales de caminos, carreteras y vías urbanas. Las principales de éstas últimas podrían ser las lapide vel silice stratae, mientras que las viae terrenae serían simples caminos de tierra compactada. Sólo las glarea stratae se pueden entender como auténticas carreteras. Su estructura respondía a un estudio serio por parte de los ingenieros, que debían considerar un sinfín de condicionantes: características del terreno, disponibilidad de materiales, capacidad portante que se exigía, adaptación a los animales de carga, inclinación de las pendientes, obras de fábrica, etc. El pavimentado de piedras o losas (lapide vel silice stratae), por su parte, no sería sino un lujo reservado a los tramos coincidentes con los accesos a las ciudades y con el cardo maximus que las atravesaba, como se deja ver en las descripciones de ilustres viajeros de siglos pasados (siempre del tipo de las glarea stratae) y en los pocos textos clásicos que nos hablan de la construcción de calzadas. Entre otros, éste de Tito Livio (Ab urbe condita, XLI, 27), referido a los cónsules del año 174 a.C., Q. Fulvio Flaco y A. Postumio Albino: Tito Livio. “Censores vias sternendas silice in urbe, glarea extra urbem substruendas marginandas que primi omnium locaverunt, pontesque multis locis faciendos...” “(Estos) censores fueron los primeros en adjudicar contratos para pavimentar con losas las vías urbanas, “afirmar” con grava las de fuera y protegerlas con bordillos, y también para construir puentes en muchos lugares”. 1El único texto que nos puede servir de guía es el del Poeta ESTACIO, Silvae, IV, 3, 40. 17 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS 3.2) LA CONSTRUCCIÓN DE CALZADAS La teoría de Moreno Gallo no significa una rebaja en los méritos de los romanos. Antes al contrario, lo que, en opinión de este autor, hizo de ellos consumados maestros fue el hecho de que supieron responder a las grandes exigencias militares, administrativas o económicas del Imperio, dotando a sus carreteras de una enorme “capacidad portante”, no superada hasta nuestros días. Y todo ello, gracias a la minuciosidad con que llevaban a cabo la planificación y construcción de las mismas y a la aplicación de los tres principios fundamentales que, según Vitrubio precisamente, deben presidir la construcción: firmitas, utilitas y venustas (“solidez, utilidad, belleza”). SECCIÓN DE UNA CALZADA Según Moreno Gallo, el tipo de calzada descrito y aceptado tradicionalmente no está avalado por los restos arqueológicos. A lo sumo, podremos hablar de: · Capa de cimentación, a base de piedras gruesas, cuya densidad estaba en función de la mayor o menor resistencia del terreno de asiento. · Capa de transición, a base de rocas duras fragmentadas o cantos rodados, variables en grosor y de tamaño más pequeño cuanto más se acercan a la superficie. · Capa de rodadura, compuesta por materiales granulados o grava natural de pequeños tamaños (zahorra natural o jabre, para nuestra región). He aquí un resumen del proceso que, con bastantes pormenores e ilustraciones, nos describe el autor en su obra ya citada: 3.2.1 - Planificación técnica del TRAZADO, para lo cual se contemplaban todos los condicionantes posibles: corredores más adecuados, perfiles, alineaciones, pendientes, etc. A veces, incluso, la proximidad de alguna ciudad importante podía ocasionar el desvío de un trazado más racional. 3.2.2 - EXPLANACIÓN o preparación del terreno. Para ello, además de la deforestación o de los desbroces necesarios realizaban: cunetas de delimitación (que pueden corresponder a los sulcos de los que habla Estacio); desmontes en tierra o en roca, para suavizar el perfil longitudinal, formando taludes de verticalidad adecuada, entalles a doble escalón, trincheras, muros de acompañamiento en las laderas de montañas, puertas, arcos... Todo ello con una ejecución muy cuidada; drenajes, mediante la excavación de zanjas y relleno posterior con grava o piedra gruesa, cunetas de desagüe, tajeas, túneles, puentes... terraplenes (aggeres), levantamientos del terreno mediante sucesivas capas convenientemente apisonadas y encajonadas entre bordillos, que vienen a constituir la cimentación. Era la técnica preferida, sobre todo en las zonas llanas, pero también en terrenos altos si no exageraban la pendiente. Producen un “alomamiento” característico, del que derivan topónimos con el elemento “Lomos / Lombos / Llombos”. Trinchera en la vía de Clvnia, Palencia, (por cortesía de ISAAC MORENO GALLO). 18 Prius enim est, ut manu terra vertatur, deinde solidetur glarea, postremo aequetur cylindro, id est lapide tereti in modum columnae, qui a volubilitate nomen accipit. (Texto de Servio, G, 1, 178, 3). “Lo primero es, pues, remover la tierra a mano, después compactarla con grava, y por último nivelarla con el rodillo, esto es con una piedra lisa similar a una columna, que recibe el nombre por su movimiento giratorio”. Terraplén de la Vía de la Plata en Salamanca, (por cortesía de ISAAC MORENO GALLO). COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS 3.2.3 - AFIRMADO: distintas capas de materiales sueltos, sin conglomerantes, cuya composición y grosor estaba condicionada por las características del terreno y del terraplenado previo. Si a ello se une la gran diversidad de materiales empleados en función de las disponibilidades de la zona -traídos alguna vez de lejos, pero sacados habitualmente de canteras a pie de vía-, se hace difícil pensar en una sección tipo, al modo tradicionalmente descrito. Corte transversal de una calzada, (por cortesía de ISAAC MORENO GALLO). 3.3) ASPECTOS JURÍDICOS Y ADMINISTRATIVOS Por lo que se refiere a su FINANCIACIÓN, los costes podían correr a cargo del Tesoro Público del Estado, pero las más de las veces salían del bolsillo personal de los magistrados, generales o emperadores, como un medio más de ganarse el prestigio. De hecho, muchas vías llevan el nombre de los grandes hombres que fueron sus promotores. Y entre las competencias de los censores, como hemos visto más arriba en el texto de Tito Livio, estaba la de atender las obras públicas: censores fueron, por ejemplo, Appio Claudio y M. Valerio Máximo que dieron nombre a dos de las más famosas y antiguas vías del Imperio, la Via Appia, (307 A.C.) y la Via Valeria (154 A.C.). A veces, sin embargo, había que recurrir a fuentes de ingresos más atípicas: multas, (en la Via Appia participan durante algunos días unos pastores, por haber cometido algún delito), impuestos especiales, donaciones particulares... Un texto de Cicerón (Font. 17-19), en el que nos cuenta que la Via Domitia era sufragada por los propietarios de la región, parece sugerir: José Pijoan. Summa Artis. Historia General del Arte Cicerón de joven y anciano. - la normal competencia del Estado (y de sus gobernantes) en la financiación de la construcción de carreteras; - la legalidad de adjudicar tales obras a contratistas particulares; - las irregularidades que frecuentemente acompañaban tales procedimientos. Otros textos legislativos, la mayoría recopilados en el CODEX THEODOSIANUS y en los DIGESTA de Justiniano, nos hablan de impuestos y contribuciones para el mantenimiento, que recaían sobre los propietarios cuyas fincas particulares fueran atravesadas por calzadas, o recuerdan la obligación de contribuir a la construcción y reconstrucción de caminos y puentes. D. MACAULAY, Nacimiento de una ciudad, Barcelona 1978. 19 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS Evidentemente, tanto la financiación de los gastos que conllevaba la construcción de una carretera como la obligación de contribuir a su mantenimiento o mejoras, son los dos criterios que nos permiten hablar de viae publicae y viae privatae. La mayoría de los textos atienden también a sus diferentes posibilidades de uso, a su distinta anchura o a la propiedad del suelo. Veamos algunos: texto de Sex. Pompeius Festus (Verb. 371) Viae sunt et publicae, per [. . .] ire omnibus licet, et privatae, quibus neminem uti . . . praeter eorum quorum sunt. “Las vías son públicas, a través de las cuales se puede pasar, y privadas, de las que nadie puede hacer uso, salvo sus dueños”. texto de Hygyno (Const., 134, 1), referido a los limites actuarii, calles de una colonia con derecho de paso para los vehículos (actus): per hos iter populo sicut per viam publicam debetur. “a través de éstas se permite el paso al pueblo igual que por una vía pública”. texto de DIGESTA (43, 8, 2, 21, 3): Viam publicam eam dicimus, cuius etiam solum publicum est. “Llamamos vía pública a aquélla, cuyo suelo es también público”. Viae publicae son, en definitiva, aquéllas cuya construcción y mantenimiento estaría a cargo del Estado, y viae privatae las construidas en suelo de los particulares, que serían, asimismo, los responsables del mantenimiento. Si unían pequeñas poblaciones o vici con las publicae o vici entre sí se llamaban vicinales y su mantenimiento sería exigido por magistrados locales al propietario o propietarios afectados. Y si afectaban al territorio de más de un propietario (communes), los gastos recaerían a partes proporcionales sobre cada uno de ellos. Ya hemos dicho que las viae militares no parecen distintas de las publicae. De hecho, a éstas se les aplican también otros nombres que pueden tener que ver con su origen militar como regales, praetoriae o consulares. O bien se trata simplemente de un estadio de su evolución, en el que, por su importancia estratégica, caen bajo la órbita de las legiones, que tienen que atender a su construcción o a sus reparaciones, o bien, como opinan muchos estudiosos, se trata de unas pocas viae publicae, cuya importancia estratégica o interés público las hace objeto de atención preferente por parte del Estado. 3.4) LÉXICO LATINO RELACIONADO CON EL SISTEMA VIARIO Nos parece interesante resaltar la amplia variedad de términos con que el léxico latino se refería a vías urbanas, calzadas y caminos, la mayoría de los cuales han dejado sus huellas en nuestras lenguas románicas (también en otras no románicas): 3.4.1 - Los más generales son viam e iter, claramente diferentes en su primitiva acepción etimológica: viam, relacionado con el verbo vehere, “llevar, transportar en carro”, designaba las estructuras físicas que nosotros conocemos como caminos, calles o carreteras, mientras que iter, de la misma raíz que ire, “ir”, significaba simplemente “marcha”, “viaje” o “trayecto”. 20 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS Por extensión, ambos términos llegaron a incluir las dos acepciones, que, por cierto, aparecen también reunidas en nuestro vocablo castellano “camino”, de forma que en muchos de sus usos, resultan intercambiables. No obstante, en razón de la legitimidad etimológica, es mucho más común, para referirse a las carreteras en sentido estricto, el término viam, mientras que iter puede ser considerado como el término no marcado, el más general, por tanto, y apto para acoger cualquier sentido de nuestra palabra “camino”. Esta frase de Cicerón (Verr. 2, 3, 219), aunque en un contexto moral y con sentido figurado, pone de manifiesto la supremacía de una viam inlustrem atque latam frente a los angustis itineribus: “[...] id prouidete, ne auaritiae, quae antehac occultis itineribus atque angustis uti solebat, auctoritate uestra uiam patefaciatis inlustrem atque latam”. “tened cuidado no vaya a ser que, con vuestra autorización, abráis una vía amplia y clara a la avaricia, que hasta ahora solía ir por caminos ocultos y estrechos.” También se manifiesta esta supremacía en el ámbito jurídico, en el que iter es un derecho de paso reservado exclusivamente a las personas, mientras que el ius viae es un derecho de paso completo, que, además de permitir el paso de las personas, incluye el actus o derecho de llevar jumento o vehículo. Y, desde luego, es el único vocablo que, calificado por el nombre del promotor o del constructor de la vía, por el adjetivo de la región que atraviesa o indicativo de alguna otra circunstancia relacionada con su recorrido o función, da nombre propio a cada una de las vías principales del Imperio: via Appia, via Latina, via Praenestina, via Ostiensis, etc. En diversos autores poetizantes y en otros de época tardía, son muy frecuentes usos poéticos para referirse, de una u otra manera, a las carreteras. Así por ejemplo, con el significado de “camino corto” o “atajo”, encontramos varios términos o expresiones: compendium, compendia viarum, compendiarium y compendiarias. Ninguna de ellas ha tenido éxito en el paso del latín a las lenguas romances. En cambio, sí lo tuvieron stratam y ruptam, que, en diversas zonas del Imperio, terminaron rivalizando con via y disputándole su significado de “carretera”. Ambos términos surgen del uso sustantivado de primitivos participios que en el latín clásico calificaban a aquel sustantivo, el primero de viam stratam (“vía pavimentada”, de saxo, lapide o glarea), el segundo de viam ruptam, “camino, ruta abierta” (la expresión viam rumpere significaba “abrir una ruta / un camino”). Por similar procedimiento, pero en época más tardía, se formó calciatam. Y, también en el bajo latín, encontraremos veredam, relacionado con el sustantivo veredus, “caballo de posta”. 3.4.2 - Un rasgo común, la diferencia de calidad en la construcción y en los materiales empleados, separa de éstos a los demás vocablos que se emplean para hablar de sendas y caminos: callem, semitam, limitem, tramitem. Dentro de ellos, a su vez, una línea divisoria aísla claramente a callem, que, en realidad no es más que una senda natural que se ha ido formando por el continuo pisoteo de los rebaños desde tiempos remotos, sin que haya intervenido la mano del hombre, tal como nos dice Servio (Aen., 4, 405, 1): “callis est semita tenuior, callo pecorum praedurata” “calle es una senda más borrosa, endurecida por la pisada de los ganados” Los adjetivos que suelen acompañar a este término en los textos clásicos, frecuentemente referidos a terrenos silvestres y montañosos, nos dan idea de las malas condiciones de accesibilidad y de las dificultades para transitar por ellas. 3.4.3 - En cuanto a semitam, su inequívoco significado de “senda” marca diferencias de calidad con otros términos: a su favor, frente a callem, a la que supera en claridad de trazado y en su mejor disposición para el tránsito de personas, rasgo éste último que destaca en las de“intellegimus inter calles pecorum raram fuisse semitam, hoc est hominum uiam.” “entendemos que entre senderos de ganados era rara una senda, es decir, un camino de personas” finiciones de Mauro Servio Honorato (Aen., 9, 381, 4): 21 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS frente a viam, en cambio, su inferioridad era tan manifiesta que llegó a utilizarse, con frecuencia, para marcar un fuerte contraste, tal y como aparece en un viejo proverbio recogido por Ennio (Ann., 1, 42) y en Cicerón (De Div., 1, 132, 10): “qui sibi semitam non sapiunt alteri monstrant uiam” “quienes no conocen su propio sendero, quieren mostrar a otro la vía” Refiriéndose a “calles urbanas”, lo emplea Tito Livio, en algún pasaje, pero de su lectura se desprende claramente que se trata de simples callejuelas de alguna de las cuales, incluso nos da noticias sobre su pavimentación (Ab urbe condita, X, 23, 12): “semitamque saxo quadrato a Capena porta ad Martis strauerunt” “y pavimentaron con piedras talladas la calle que va de la Puerta Capena a la de Marte” Semitae son también los deverticula. Y no muy diferentes debían de ser los limites, cuando Columela y Plinio, en sus trabajos sobre el cuidado de los huertos y de las viñas, aconsejan seguir un modelo similar a la “centuriación” de las colonias romanas, enmarcando áreas de terreno, cada cierto número de líneos, con surcos de mayor anchura (decumanus, cardo, limites y semitae) -lo que nuestros agricultores llaman “calles”-. 3.4.4 - El significado central del término limitem parece ser el de “línea -más o menos ancha- que se traza para delimitar un espacio”. A partir de ahí se explican acepciones como “trayecto recorrido por los astros” (o “estela” dejada por los mismos), “surco”, “reguero” (de sangre, por ejemplo), o “sendero de tierra”. Esta última es la que más lo distingue frente a los demás términos. Y, según el campo donde se aplique, se concreta en distintos significados: “calle” para delimitar los lotes de tierra en que se dividía una colonia, dentro del proceso empleado para su fundación, llamado centuriación, que nos describen con profusión escritores latinos de literatura técnica como Sículo Flaco o Hygino. Según esto, el cardo y el decumanus no son más que los limites principales de César. El mundo de los romanos, Dr. J.F. DRINKWATE Y Dr. ANDREW DRUMMOND 22 Acueducto de Segovia. Roma, legado de un imperio, TIM CORNELL y JOHN MATTHEWS. COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS la colonia. Los demás se llaman linearii o subruncivi (y cada cinco calles actuarii). También, según su orientación, se habla de limites prorsi, de orientación norte-sur, y transversi, de orientación este-oeste. “calle” que delimita un número determinado de líneos o surcos de las viñas (similar a semitam), siguiendo el modelo de la centuriación. con esa misma idea de límite, servirá, a partir de Augusto, para referirse al limes o frontera del Imperio Romano, precisado, si es necesario, con el adjetivo de la región para identificar los diferentes limites del Imperio. Su uso no queda reducido, sin embargo, a esos ámbitos, sino que, por extensión y al igual que los demás términos de este campo, puede designar cualquier “sendero” o “camino” extraurbano, si bien no se ve acompañado tan frecuentemente como aquéllos, por adjetivos alusivos a las dificultades del terreno o a la sinuosidad del trazado. Se emplea, incluso, con el significado de “tramo de una via principal”. Y no faltan usos poéticos, en los que llega a sustituir a via o iter. 3.4.5 - El vocablo tramitem no es usado por César, pero sí por autores de todas las épocas de la literatura latina, desde Plauto hasta Amiano Marcelino. El sentido primero de “travesía”, “paso”, se desprende de su inequívoca relación con el verbo trameare, “cruzar”, “atravesar”, etimología que, a su modo, ya había intuido Varrón (De lingua..., 7, 62, 2): Muy cercano, en el uso, a semitam y a limitem, quizá quepa apuntar como rasgo Calle romana. “trames a transverso dictus” “llamado trames por transversal” distintivo frente a ellos el que nunca pierde ese sentido primero de “travesía”, asociándose, la mayoría de las veces, a la superación de obstáculos como desfiladeros, montañas o bosques, y viéndose, así, constantemente precisado por adjetivos como adversus, devius, incultus, obliquus, declivis, angustus, densus, obscurus o similares. Cicerón y Tito Livio se refieren a los Appennini tramites. Y Servio (Georg., 1, 108, 3) equipara el término con saltus: 3.4.6 - El vocablo deverticulum conserva su sentido etimológico de “desvío” “tramites autem sunt conualles, quae de lateribus utrimque peruiae limitant montes, quae solent etiam saltus nuncupari” “tramites son los valles que, descendiendo desde ambas laderas, bordean las montañas por lugares transitables, que suelen llamarse también saltus” en todos los usos de los diversos autores y épocas. En su acepción más propia, viene a significar “desvío de una calzada principal” (por tanto, “cruce”, “empalme”): - para acceder al lugar de captación de las aguas de un acueducto (caput aquae); - para acceder a un territorio o villa particular; - incluso para acceder a un rincón de dudosa reputación, dentro de las ciudades. En este caso, adquiere el significado de “taberna”, cercano a nuestro coloquial “antro”, “tugurio”. 23 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS Como un tipo especial de semita, “que se desvía de la calzada principal”, aparece en algún autor. Y el propio Servio, que las entiende como “desvíos transversales de una vía militar”, da cabida a este término en su definición (Georg., 377, 3): “diverticula autem sunt semitae transuersae, quae sunt a latere uiae militaris“ “los diverticula son sendas transversales, que se desvían de una vía militar” 3.4.7- Aunque no se refieran a las calzadas propiamente dichas, citaremos algún otro término del campo urbanístico: ambulatio, vocablo que designa tanto el acto de pasear como la calle o paseo por donde la gente puede hacerlo. Nada extraña, pues, que, con la primera acepción, lo encontremos en escritos o autores de medicina como Celso. Y que Vitrubio, al tiempo que nos describe sus diferentes tipos y características (porticados, entre columnas, entre árboles), nos hable de la conveniencia de que se rodeen de ellos tanto los edificios nobles (templos) como los dedicados al esparcimiento (los teatros, detrás de la scaena, y las palestras). También Suetonio (Vita..., 100, 4, 7): “id opus inter Flaminiam uiam ripamque Tiberis sexto suo consulatu extruxerat circumiectasque siluas et ambulationes in usum populi iam tum publicarat” “esta obra entre la via Flaminia y la ribera del Tíber la había realizado en su sexto consulado y ya entonces había expropiado los bosques de los alrededores y los paseos para uso del pueblo” José Pijoan. Summa Artis. Historia General del Arte plateam, “vía amplia”, “espacio abierto”, es vocablo común en todas las épocas de la latinidad. Al igual que en el caso de las ambulationes, Vitrubio nos da recomendaciones sobre su conveniencia, su situación, su orientación, etc. Los textos nos hablan frecuentemente de su belleza, y de alguna de ellas conocemos el nombre propio: “Dictum est in dissuasione legis agrariae apud populum plateam esse Capuae quae Seplasia appellatur, in qua unguentarii negotiari sint soliti”. (ASC. PEDIANO, Pis., 9, 10) “Se dijo en la discusión de la ley agraria ante el pueblo que en Capua hay una plaza que se llama Seplasia, en la cual suelen comerciar los perfumistas” IV 4 24 Las vías se modernizan: época imperial. Miliarios y puentes Tras la muerte de César, Augusto pone fin al largo período de guerras civiles derrotando a su rival M. Antonio, y se instala en el poder con el firme propósito de asegurar la paz y la estabilidad en el vasto imperio romano. Con la conquista de los territorios de nuestra región se inicia el último paso para su completa incorporación al mundo romano, proceso en el que la modernización de las vías habrá de tener decisiva importancia. COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS AUGUSTO (63 A.C.-14 D.C.) A la muerte de César (44 a.C), por quien había sido nombrado hijo adoptivo y heredero, llegó a un acuerdo con Marco Antonio y Lépido para perseguir a sus asesinos. Vencidos éstos, supo apoyarse en el Senado para derrotar a Marco Antonio en la batalla de Actium (31 A. C). A partir de aquí, recibe el título de princeps, que le permite acaparar los poderes de las magistraturas más importantes. Se instaura así el régimen del principado: el príncipe controla todos los resortes del poder, aunque se mantiene la fachada de las instituciones republicanas. Su política exterior se dirige a: - liquidar las guerras pendientes (entre ellas, la conquista del noroeste de nuestra península) y - a fortalecer el limes (fronteras) del Imperio. Se inicia, así, un período de prosperidad y estabilidad (pax augustea). - Intentó restaurar los valores de la moral tradicional romana (mos maiorum). - Protegió las artes y las letras y se rodeó de los artistas más valiosos (Círculo de Mecenas). - Reformó la administración, dotándola de mejores medios y de mayor eficacia. - Emprendió grandes obras de infraestructura por todas las tierras del Imperio y embelleció Roma..Fue el gran impulsor de la red de calzadas. En su ofensiva militar hacia el Norte y Occidente establecerá sucesivas cabeceras de apoyo, afianzando asentamientos ya existentes o fundando incluso nuevas ciudades: Segesamone (en Sasamón, Burgos), desde donde, a través del valle del Pisuerga, se llegará hasta Portus Blendium (Suances, en Santander). Asturica, desde donde se llegará hasta Portus Victoriae (que algunos identifican con la actual Santander). Y, ya en el Atlántico, Bracara (Braga, Portugal), como centro de las operaciones dirigidas contra los galaicos. La red viaria se verá notablemente reforzada, llegando a unirse los tres vértices del triángulo (Caesaraugusta, Asturica, Emerita) y facilitando salidas al Cantábrico y al Atlántico: te. Augusto. El mundo de los romanos, Dr. J.F. DRINKWATE Y Dr. ANDREW DRUMMOND Se consolidan diversos ramales hacia el Nor- Se prolonga la vía que desde Segesamone conduce hasta Asturica, e incluso hasta Bracara. Se mejora la comunicación entre Asturica principal centro estratégico de la zona, con el camino que venía del Sur (por Brigeco y Ocelo Duri). Ahora es verdaderamente cuando las vías de nuestra región alcanzan la categoría de calzadas romanas, gracias a la especial atención que les prestan los emperadores. Prueba de ello serían las constantes reparaciones y obras de acondicionamiento tendentes a dotarlas de la señalización necesaria y de otras comodidades. Astorga (Asturica). 25 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS 4.1) MILIARIOS La historia de las calzadas en Hispania durante el Imperio empieza a ser la historia de sus obras de fábrica, especialmente la historia de sus MILIARIOS: piedras cilíndricas, de 2 a 3 metros de altura y más de medio metro de diámetro, situadas a una milla de distancia unas de otras. Su función consistía en orientar al viajero sobre la dirección y las distancias, aunque parece que pudieron ser utilizados también como instrumentos de propaganda política o de reconocimiento honorífico hacia los emperadores. La dificultad de interpretar su abundancia o su escasez en los distintos tramos de la calzada, las diversas circunstancias de su hallazgo (algunos in situ, pero la mayoría desplazados de su lugar o incluso reutilizados en muros de iglesias o de construcciones particulares) y, por supuesto, el estado de conservación –no siempre en condiciones óptimas para su lectura-, obligan a los investigadores a moverse con cautela a la hora de extraer conclusiones. Con todo, no dejan de tener interés para la historia de las calzadas, pudiéndose deducir a partir de su estudio: Si se trata de la construcción de la calzada o de una restauración, a partir de los términos “REFECIT” / “RESTITUIT” / “FECIT”... La fecha, por el nombre del emperador y por el número de su consulado o de su tribunicia potestas. La distancia y la vía a la que pertenecen, punto de partida y lugar de destino. 4.1.1 - Por lo que se refiere a nuestra más famosa calzada, la de la Plata, y teniendo en cuenta la época de los miliarios hallados, podemos establecer tres momentos: Piedra miliaria. Roma, legado de un imperio, TIM CORNELL y JOHN MATTHEWS. Nerón. El mundo de los romanos, Dr. J.F. DRINKWATE Y Dr. ANDREW DRUMMOND 26 1.- De la dinastía julio-claudia (siglo I) se conservan unos pocos miliarios, en su mayoría correspondientes a los tramos que atraviesan Extremadura. En ellos aparecen los emperadores Augusto, Tiberio y Nerón (uno de éstos se halló en Siete Carreras, ya en la provincia de Salamanca), lo cual viene a confirmar la atribución a esta dinastía de la terminación de la calzada, en el marco de un proyecto de planificación de la red viaria, promovido por Agripa para asegurar el acceso de las legiones romanas hasta las ricas regiones mineras del noroeste peninsular. Augusto no sólo fundó la ciudad de Asturica Augusta, y la colonia Emerita Augusta (25 A.C.), sino que comprendió inmediatamente la necesidad de unir ambas ciudades para constituir un eje que facilitara el control de toda la franja noroccidental de la Península, hasta entonces muy reacia a incorporarse al mundo romano. Se trataba simplemente de unir los dos tramos existentes: el del Sur que llegaba hasta Ocelo Duri, y el del Norte que llegaba hasta Brigeco, siendo este núcleo, a partir de ahora el punto de desviación hacia el Este (Caesaraugusta), en perjuicio de la tradicional por Albocela. De esta forma, las dos ciudades se constituyen en los dos polos de ese eje: Asturica como centro más militar y estratégico, dentro de una región todavía no estabilizada, Emerita como centro más administrativo, para profundizar la romanización de una región ya plenamente identificada con la idea. 2.-, Con Trajano y Adriano (siglo II) veremos a nuestra calzada adquirir su más esplendoroso aspecto. Además de los famosos puentes de Alconétar y de Salamanca, encontraremos gran abundancia de miliarios (14 del primero, 13 del segundo), que nos hablan de una febril actividad reparadora, dirigida siempre a modernizar el tramo Sur, entre Emerita y Salmantica. COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS TRAJANO (53 -117) Nacido en Itálica (Hispania), fue adoptado por el emperador Nerva en 97, sucediéndole en el trono un año después. En el exterior, sostuvo numerosas guerras con éxito y ensanchó las fronteras del Imperio, convirtiendo a los territorios vencidos en provincias romanas: Dacia (actual Rumania), Armenia, Mesopotamia y Asiria. Se ganó el sobrenombre de Optimus principum (“Príncipe de Príncipes”). gracias a : - Las excelentes dotes que mostró al reorganizar la justicia y otros aspectos de la administración interna. - A la gran cantidad de obras públicas que llevó a cabo en Roma: termas, bibliotecas, templos (conservan el Foro y la Columna que llevan su nombre). - Y al impulso que dio a la construcción y reparación de calzadas en las provincias del Imperio. 3.- Después de ellos, disminuye el número de miliarios, pero los existentes, al menos, nos permiten imaginar varias reparaciones, dos a principios del siglo III, bajo el mandato del emperador Septimio Severo, (tres miliarios del trayecto entre Alconétar a Cáparra, y otros tres entre Baños de Montemayor y Calzada de Béjar), y otra más en torno a Cáparra, en época de Alejandro Severo (dos miliarios). El de San Médel (Salamanca), de mediados del siglo III, puede encuadrarse en una época de cierta actividad constructora, correspondiente a los emperadores Trajano Decio, Valeriano y Caro. Arco de Trajano. F. RAMOS - E. GUTIÉRREZ, Mérida. Sus monumentos, Mérida 1991. Miliario, Puente de la Magdalena, Salamanca. VÍA DE LA PLATA . Castilla y León. Cons. (almanaque). 4.- Desde Salmantice hasta Asturica sólo se ha encontrado un miliario de Nerón en Milles de la Polvorosa (Zamora). El de Villalazán (Zamora), ya del siglo IV (Constancio II), pertenece propiamente a la desviación que desde Ocelo Duri, pasando por Albocela, Cauca, etc, se dirigía a Caesaraugusta. La ausencia de miliarios en esta zona la relacionaba Roldán con la escasa atención de los emperadores y sus delegados provinciales a este tramo por tratarse de una zona fronteriza entre las provincias de Lusitania y la Citerior. La tesis resulta verosímil, aunque ya antes de la aparición de ese único miliario, cabía preguntarse si el hecho de no hallar miliarios en una determinada zona implica por fuerza la ausencia de ellos en época romana. Y tampoco se explicaba muy bien la presencia, en las proximidades de su trazado, de topónimos como Milles de la Polvorosa o La Milla de Tera. Por otra parte, si realmente no hubo nunca miliarios en esta zona, ¿habría que revisar la importancia que tradicionalmente se ha atribuido al eje Emerita-Asturica? ¿no habrían tenido más peso los otros dos, que, partiendo de ambas ciudades, confluían en Bracara? ¿terminaría esta ciudad convirtiéndose en el principal polo de atracción de las inversiones gubernamentales? Desde luego, son muy numerosos los miliarios en las vías que desde Asturica y Emerita -desde ésta, pasando por Olissipose dirigen a Bracara. Y está fuera de toda duda su gran importancia minera, comercial y estratégica. Si a ello se añade que la naturaleza del terreno exigiría obras de elevado coste, no resultará nada extraño el consiguiente perjuicio para otras zonas, donde las necesidades fueran menos evidentes (por las facilidades del terreno o por la menor densidad comercial). De Mérida a Salamanca había 180 piedras miliares. El Mundo. Castilla y León. 6 de octubre de 1997. 27 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS 4.1.2 - Las cuatro vías que, según el Itinerario de Antonino, unían Asturica con el Este peninsular, quedan, por la coincidencia de muchos de sus tramos, reducidas a dos: La más septentrional, por Palantia, Lacobrigam, Segesamone y el importante nudo de Virovesca. La que sigue el curso del río Duero, por Brigeco, Intercatia, Clunia, Uxama, Numantia y Augustobriga. Una ojeada a sus miliarios nos dará una idea aproximada de la actividad constructora de los emperadores en esta zona: Itinerario de Antonino. 1.- Los miliarios de Augusto y Tiberio pueden encuadrarse en la etapa de consolidación, en la que se empieza a tejer una red viaria de cierta densidad a partir de las cabeceras que el avance militar ha ido estableciendo sucesivamente: - Virovesca y Augustobriga, ciudad ésta a la que hacen referencia numerosos miliarios. En el caso de Virovesca, no disponemos de miliarios (el más cercano, del emperador Nerón, se encontró en Villanueva de Argaño), pero sabemos que fue importante nudo de comunicaciones, donde confluían las calzadas desde Pompaelo y desde Caesaraugusta. - Segesamone en torno a la cual se han hallado miliarios de Augusto y de Tiberio, pertenecientes a una vía no mencionada en los Itinerarios, que, desde muy pronto y por evidentes motivos militares, partía hacia el Norte, en dirección a Portus Blendium (Suances, en Santander). - El último arranque parece lógico situarlo en Asturica, pero la escasez de miliarios nos sorprende (el más antiguo es del año 97, Nerva). Más tarde, razones de índole política o administrativa elevan la categoría de otros núcleos, como Clunia, y la necesidad de comunicar esta capital de conuentus facilitará el desarrollo viario en torno a ella, con calzadas que no se mencionan en los Itinerarios (un miliario de Trajano, otro de Adriano y otro de Caracalla en la vía que se desvía de la XXVII hacia el Norte, los tres conteniendo “REFECIT”) 2.- Abundantes miliarios de la época de Trajano nos dan testimonio de las reparaciones llevadas a cabo por este emperador (miliarios que hablan de Augustobriga, aunque hallados en distintos puntos de la provincia de Soria). 3.- Otras reparaciones pudieron tener lugar en el siglo IV de nuestra era (miliarios de Renieblas y de Tardesillas, en la provincia de Soria). Miliario de Caracalla (por cortesía de MIGUEL SÁNCHEZ Y PURI LOZANO). 28 4.1.3 - El intento de controlar a las tribus del Norte, cuyo primer impulso había arrancado de Segesamone, tuvo su segunda base de operaciones en Pisoraca (Herrera de Pisuerga, Palencia), desde donde partía una importante vía hacia Flaviobriga (Castro Urdiales, Santander). No aparece mencionada en los Itinerarios, pero la abundancia de miliarios (13 ó 15, según se consideren los tres del emperador Maximino), permite hacernos una idea bastante aproximada de su historia: 1.- Parece obvio que la calzada tuvo que ser construida en época de Augusto, en el marco de las guerras cántabras, y definitivamente acondicionada en el siglo I (dos miliarios de Tiberio y tres de Nerón). 2.- Uno de Domiciano (con “REFECIT”), cinco o seis del siglo III (dos de Maximino, con “RESTITUIT”), y tres del siglo IV (dos de Maximino Daia y uno de Flavio Severo) aluden a posteriores reparaciones en esos siglos. COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS 4.1.4 - La llegada de las vías orientales hasta Asturica hacen de esta ciudad el principal foco de irradiación del proceso romanizador en el Noroeste peninsular. De inmediato, se acomete una política viaria, cuyo objetivo fundamental consiste en garantizar la conexión entre los distintos puestos militares, para un efectivo control de las poblaciones indígenas y la explotación de los grandes recursos mineros de la región. El punto de mira se dirige a Bracara, con la que llegará a estar conectada por cuatro vías -XVII, XVIII, XIX y XX del Itinerario de Antonino-, que garantizan una fluida comunicación entre las capitales de los conuentus Bracarensis, Lucensis y Asturicensis. De ellas las que más presencia tienen en nuestra región son las dos primeras. De la gran cantidad de miliarios conservados (mucho más numerosos, por cierto, en las cercanías de Bracara) podríamos extraer algunas conclusiones: Vista aérea de Asturica. Dos miliarios de la época de Augusto permiten datar en esta época la construcción de la via XVII. Para la Via Nova o XVIII el miliario más antiguo pertenece a la época de Tito y Domiciano, lo cual pone de manifiesto su singularidad: es la vía menos militar de la península, y su construcción parece responder más a intereses de tipo administrativo y comercial. Por el sentido de la numeración, unos partiendo de Bracara y otros de Asturica, podríamos hablar de dos capita viae como puntos desde los que arranca la construcción de la calzada hasta unirse en los límites de ambos conuentus jurídicos. En ninguno se menciona el punto de destino. No hay miliarios de la época de Trajano (tan numerosos en otras vías), pero también podemos hablar de reparaciones en los siglos II, III y IV, si bien las fórmulas empleadas en muchos de ellos presentan un marcado carácter honorífico. 4.1.5 - La existencia de miliarios no se reduce a las vías principales. Con frecuencia se encuentran en otras de carácter secundario. Ya hemos hablado del desarrollo viario a partir de Segesamone y Pisoraca, con vías que, en realidad, son principales por su importancia militar y estratégica. Nido de miliarios, Via Nova. Orense. (Por cortesía de ISAAC MORENO GALLO). Desde Cluniam (convertida pronto en capital de conuentus) partía una vía hacia el Norte, probablemente hasta Segesamone o Dessobriga, jalonada por miliarios de Trajano, de Adriano (con expresión “A CLUNIA”) y de Caracalla. Y el de San Pedro de Arlanza (Burgos), del siglo IV, lo relacionan Mañanes y Solana con un ramal, llamado por ellos “Vía del Arlanza”, que probablemente desde Cluniam llegaría hasta Tritium. Los miliarios hallados en San Esteban de Gormaz (Soria), de los siglos III-IV parecen pertenecer a un ramal que unía las ciudades de Rauda y Uxama. En cuanto al Noroeste peninsular, varios miliarios hallados en Portugal, cerca de Aquae Flaviae, permiten a algunos investigadores hablar de tres calzadas que, saliendo de la vía XVII, trataban de conectar zonas mineras en torno a la cuenca del Duero. Nada seguro hay sobre su trazado, e incluso sobre su número, pero se suele atribuir a la época de Augusto la que unía las mansiones de Reboretum y Pallantia (o Septimanca), mientras que la que partía de Compleutica se data en el siglo III. Además, A. Cepas sugiere la posible relación de un miliario de Numeriano, hallado cerca de Lucus Asturum, Lugo de Llanera (Asturias) con la vía que unía este importante nudo de comunicaciones con Asturica y Legio VII. 29 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS 4.2) PUENTES D. MACAULAY, Nacimiento de una ciudad, Barcelona 1978. El estudio de los PUENTES presenta dificultades metodológicas, a veces insalvables, y plantea serias dudas a la hora de identificarlos como romanos. Las reconstrucciones han sido frecuentes a lo largo de su historia, y no siempre fáciles de datar, puesto que las técnicas constructivas impuestas por los romanos se mantuvieron, ligeramente modificadas, hasta casi el siglo XX. Debe tenerse en cuenta, además, que no hay un solo modelo de puente romano. Existe gran variedad de ellos en su estructura y en los materiales empleados, que responden a las necesidades del momento, a las características propias del río o a las posibilidades que ofrezca el lugar. No sólo construyeron puentes de pilares y arcos, sino que urgencias militares o de otro tipo obligaron a recurrir a los puentes de barcas o de troncos (Tácito los llama pontes longi, y nos describe el que construyó Domicio Ahenobarbo en el año 5 A.C. para cruzar una zona pantanosa) o a los puentes sobre puntales y estructura de madera rematando pilas de fábrica. Aunque falta un estudio serio que reúna en un Corpus el catálogo completo de puentes considerados romanos, se han hecho clásicas las excelentes monografías de P. Gazzola, de D. Tudor o, en nuestro país, de C. Fernández Casado. A la luz de estos estudios, resume Abásolo algunas pautas para su reconocimiento: pilas rectangulares: - arrancan, por lo general, desde los cimientos; - están perforadas por aliviaderos, arquillos que sirven para aligerar la presión del agua en las riadas. Tajamares semicirculares (más antiguos) o triangulares, que no alcanzan la línea de los pretiles (en los medievales, sin embargo suelen llegar hasta la parte superior). Aguas abajo el paramento se prolonga en el plano de los tímpanos. Las dovelas, bastante macizas y con un trasdós acusado, presenta un engarce muy cuidado con las hiladas de sillares, rasgo éste muy importante para advertir posibles reformas posteriores. Alomamiento de la rasante. 30 Puente de Alcántara. COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS Más recientemente, en nuestro país, M. Durán Fuentes2 ha investigado la naturaleza y características de los puentes considerados tradicionalmente romanos. Frente a los 141 que son recogidos hasta por un autor tan prestigioso como V. Galiazzo, concluye él que tan sólo 36 pueden garantizar su romanidad. Y, tras el análisis de más de 140 puentes de España, Francia e Italia, nos ofrece unas constantes constructivas que pueden ayudar a identificarlos: Anchura: el 95% superan los 4 m y el 81% los 5 m. Fábricas bien trabadas (el 67% de los de España, por ejemplo, presenta aparejo de hiladas alternas de piezas dispuestas a soga y a tizón, y con grapas emplomadas, metálicas y de madera. Puente. F. RAMOS - E. GUTIÉRREZ. Mérida. Sus monumentos, Mérida 1991. Escasez de signos lapidarios (sólo en el puente de Bibei y en el del Diablo de Martorell) Plataforma horizontal o con ligero lomo de asno (pendiente no mayor del 3%). Sillería almohadillada (los 32 de Hispania). Dovelas: gran uniformidad de altura, con abundantes agujeros para uso de los ferrei forcipes empleados para la elevación y puesta en obra, con las juntas de sillares muy cuidadas y finas. Arcos de medio punto (alguno con directriz rebajada, como el de Alconétar). Pilas con tajamares en su frente, triangulares o, en menor medida, semicirculares (más antiguos) y, en general, sin espolones. Puente de Alconétar, Cáceres. S.J. KEAY, Hispania Romana, Barcelona 1988. Puente Freixo, Orense. Tipo de arco, tajamares, sillería y arranque de pilas representan un punto de partida para distinguir a grandes rasgos las obras romanas de obras posteriores, pero dejan de ser elementos decisorios cuando un paso fluvial ha tenido una vida tan intensa que ha llegado a provocar sustanciales alteraciones de la obra primitiva. Por todo ello, no es mucho lo que nos dicen sobre la historia de las calzadas los monumentales puentes de nuestra región. Tan sólo la confirmación de su paso por algún punto, el posible trazado de la misma, y algún otro detalle sobre técnicas de construcción, mano de obra, financiación o época, gracias a las inscripciones. 2 M. DURÁN FUENTES, “Iidentificación de puentes romanos en Hispania”, publicado en Revista Obra Pública. Ingeniería y Territorio nº 57. Monográfico Ingeniería e Historia III. Colegio de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos. Diciembre de 2001 (tomado de http://traianus.rediris.es/, Traianus 2002). 31 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS Para la calzada de la Plata, antes de entrar en nuestra región, J. M. Roldán, en su conocida obra Iter ab Emerita Asturicam, anota la existencia de once puentes, entre los que destacan el de Mérida, sobre el río Albarregas y el de Alconétar sobre el río Tajo. Ya en la provincia de Salamanca, y antes de llegar a esta mansio, anota estos tres: Puente de la Magdalena, sobre el río Cuerpodehombre, al norte de la mansio Caelionicco en un trayecto de la calzada bien conservado, y cerca del miliario CXXXIIII, hallado in situ. Puente de la Magdalena. VIA DE LA PLATA. Castilla Y León, Cons. Cultura (Castilla y León) 1994. Puente sobre el río Sangusín, tres kilómetros antes de llegar a la mansio Ad Lippos, del que nada prácticamente se conserva. En sus cercanías se encontró el miliario CXLII in situ. Puente romano sobre el arroyo Sangusín. Puente sobre el río Albarregas, (Mérida). F. RAMOS-E. GUTIÉRREZ, Mérida. Sus monumentos, Mérida 1991. 32 Puente sobre el arroyo Zurguén, muy cerca ya de Salamanca, cuya existencia confirma Roldán por alguna noticia de autores del siglo XIX y por un grabado de David Roberts de 1837. Puente sobre el río Tormes, en Salamanca, magníficamente conservado, aunque su factura actual no sea plenamente romana. Su datación tradicional en la época de Trajano nadie se atreve a discutirla, ante las claras similitudes con otros monumentos de la época, como el puente de Alcántara o el mismo acueducto de Segovia. COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS Desde Salmantica hasta Asturica, aumentan las dudas sobre existencia de puentes romanos, de acuerdo con la conocida tesis de Roldán sobre la falta de obras de fábrica en esta zona debido a la reestructuración administrativa de las provincias, llevada a cabo por Augusto: la presencia en Zamora de dos puentes medievales sobre el río Duero, el todavía hoy llamado “romano”, de clara inspiración romana (como el de Toro), y el Puente Viejo, del que se conservan unos pocos restos, le hacen pensar en la existencia de otro anterior romano, al que vendrían a sustituir. En Castrogonzalo, antes de llegar a Brigeco, punto de confluencia del tramo Norte y del tramo Sur y de la desviación hacia el Este, se halla el puente que cruzaba el Esla, pero tan sólo los restos de unos estribos y la importancia del paso en todas las épocas permiten conjeturar su ascendencia romana. El Puente de la Vizana sobre el río Órbigo nos recuerda el nombre de la cañada que descendía hacia Extremadura. Es también medieval, pero la coincidencia del trazado de la calzada con el de la cañada hacen incuestionable la existencia de otro anterior romano. Puente Valimbre (río Turienzo), León. Puente romano de Salamanca. Ni siquiera del Puente sobre el río Turienzo, muy cercano ya a Asturica, podemos afirmar con evidencia su romanidad, a pesar de su aire general. Numerosos son también en las otras vías de nuestra región los puentes que tradicionalmente han sido considerados como romanos. La mayoría, sin embargo, no resisten el análisis de M. Durán Fuentes, que acepta los dos de Cerezo de Riotirón (Burgos), pero desecha la romanidad de otros como el de Tordomar o el de Coruña del Conde, en la misma provincia, o el de Néstar en la provincia de Palencia (cerca de Aguilar de Campoo). Puente de Cerezo de Ríotirón, Burgos. 33 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS V 5 D. MACAULAY, Nacimiento de una ciudad, Barcelona 1978. 34 Descripción de la red viaria: sus mansiones 5.1) Además de puentes y miliarios, otras construcciones se hacían necesarias tanto para la protección y conservación de las calzadas como para facilitar su recorrido y atender las necesidades del viajero. Las fuentes escritas y epigráficas, en efecto, nos dan testimonio de una serie de edificaciones que jalonaban su recorrido: mansiones, mutationes, stationes y turres. El término más antiguo para referirse a puestos de este tipo, de claro origen militar, es statio. De su primitivo significado de “puesto de guardia” o “destacamento” hasta la acepción de “posada de un camino” hay el mismo trecho que va de la guerra a la paz, de la resistencia e inestabilidad militar al sometimiento y a la aceptación de las formas de vida romanas. A medida que se consolidara la paz y el proceso de incorporación al mundo romano, las funciones militares de aquellos destacamentos se irían sustituyendo por otras “más civiles”: preparar la estancia y alojamiento de los altos funcionarios del Imperio en viaje oficial, servir de posta a los correos del cursus publicus, etc. Por su parte, el término mansio, casi desconocido para la mayoría de autores de época clásica, no aparecerá hasta el siglo I de nuestra era (Plinio, Apuleyo y Scriptores Historiae Augustae) con el significado pleno de “posada” o establecimiento para un alto en el camino, y en algún caso también asociado a los desplazamientos militares. En realidad, no está nada clara la diferencia entre statio y mansio. Tal vez no se trate más que de dos términos en competencia para referirse al mismo objeto, que, a lo sumo, habrían sufrido una inversión en la relación de fuerzas, respecto del punto de partida: mansio vendría a ser el término neutro, válido para todos los establecimientos relacionados con las vías, mientras que statio habría ido restringiendo su campo semántico, con tendencia a referirse a aquéllos que siguieran teniendo un marcado carácter militar o incluso recaudatorio. La escasez de restos arqueológicos no nos permite hacernos una idea precisa de su estructura y dimensiones, pero, además de las dependencias necesarias para el alojamiento de las personas (cubicula) y de los animales (stabula), parece que algunas -las que no estaban dentro de un núcleo urbano- llegaron a ser lugares habitados, similares en cierto modo a las villae, con amplios servicios y comodidades, capaces de satisfacer al viajero más exigente: tiendas (tabernae), bares (cauponae), e incluso lugares para el culto o pequeñas termas para el relajamiento y el ocio. D. MACAULAY, Nacimiento de una ciudad, Barcelona 1978. COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS Las mutationes, por su parte, serían simLOS NOMBRES DE LAS MANSIONES ples cambios de postas, que fueron añadiéndoEs muy aceptada la clasificación propuesta por Roldán, para quien la distinta naturaleza se posteriormente, para mejorar la capacidad morfológica del nombre de las mansiones responde a diferencias en su ubicación o en de transporte y la velocidad. C. Morán las su categoría. Así: llamó “mansiones de segundo orden” y, en · Las que llevan la preposición ad más acusativo eran auténticas posadas, independiengeneral, son muy pocas las apuntadas por los tes de cualquier núcleo de población, aunque con el tiempo pudieran dar lugar a alguno nuevo. estudiosos (en Salamanca, Siete Carreras, CalEj.: Ad Lippos. zada de Valdunciel...). Recuérdese que el uso · Las que utilizan el caso ablativo sin preposición son mansiones establecidas en algún núcleo de población más o menos importante. de este término, con este sentido, es bastante Ej.: Salmantice. tardío (Amiano Marcelino, 21, 9, 4). La dis· Las que van en acusativo sin preposición corresponden a establecimientos de menor categoría, con los servicios mínimos para los viajeros, y localizados no necesariamente tancia entre ellas oscilaba entre los 7.000 y los junto a la vía. 12.000 pasos. Ej.: Sabariam. Funciones semejantes a las de las stationes tendrían también las turres, aisladas o integradas en aquéllas, y de cuyo carácter militar en relación con los caminos nos habla un texto de Cicerón. Y los castella, término cuya frecuente aparición en los textos clásicos junto a castra, turres o stationes, por un lado, y junto a oppida, vici o urbes, por otro, nos habla claramente de su carácter militar (recintos fortificados), así como de su función protectora en relación con los núcleos de poblamiento de su zona, hasta el punto de que algunos autores sugieren que muchos de estos establecimientos, durante la época del Bajo Imperio, vienen a ser una especie de villae fortificadas. 5.2) Aparte de los restos físicos de las calzadas, han llegado hasta nosotros algunos documentos antiguos, de tan inestimable valor que han terminado por convertirse en las fuentes de referencia para el reconocimiento y descripción de su recorrido: El Itinerario de Antonino (Itinerarium provinciarum Antonini Augusti), extensa recopilación de las vías del Imperio, con expresión de sus mansiones y de las distancias entre ellas. De datación no del todo segura, parece haber sido realizado en tiempos de Diocleciano (284-305), aunque, según algunos, los datos que contiene se refieren a la época de Caracalla (211-217), llamado Marcus Aurelius Antoninus. VIAE ROMANAE MANSIONES CASTELLAE LEGIONISQUE Mapa general de calzadas y mansiones. 35 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS El Anónimo de Rávena (Cosmographia Anonymi Ravennatis), de mediados del siglo VII. En lo que se refiere a Hispania, muchas de sus ciudades coinciden con las del Itinerario de Antonino, aunque aquí no se señala la distancia entre ellas. Los Vasos de Vicarello, cuatro vasos de plata hallados en 1852 en los Baños de Vicarello (antiguas termas de Aquae Apollinares), cerca de Roma. En la superficie exterior está grabado, a cuatro columnas, el itinerario de Roma a Gades (Cádiz), con todas las mansiones que se han de recorrer y las distancias entre ellas. Anónimo de Rávena. El Itinerario de Burdeos (Itinerarium Burdigalense o Hierosolymitanum), documento relacionado con las peregrinaciones a Tierra Santa, probablemente de finales del siglo IV. Recoge las mansiones entre Burdeos (Burdigala) y Jerusalén (Hierosolyma), coincidiendo, en su mayor parte, con el de Antonino. El llamado “Itinerario de Barro”, cuatro tablillas del siglo I o principios del II. Fueron encontradas en Astorga, pero se consideran falsas, especialmente la I que describe la vía que iba desde Legio VII Gemina (León) hasta Portus Blendium (Suances o Puerto Calderón), en Cantabria. Tabula Peutingeriana, carta geográfica (itinerarium pictum) del Imperio Romano. Se trata de una copia medieval (c. 1200), hallada en 1507 y conservada actualmente en la Biblioteca Nacional de Viena. Reproduce un mapa romano antiguo, cuyo original se remonta al siglo IV (para algunos, incluso éste no sería sino una reelaboración de otro más antiguo, datable en los siglos II-III). Falta el segmento que correspondía a la parte occidental del Imperio (Britannia, Hispania y la Mauretania romana que ocupaba el territorio de Marruecos). Se puede consultar en la red una versión electrónica en el sitio de la Bibliotheca Augustana. Mapa Peutinger. Roma, legado de un imperio, TIM CORNELL y JOHN MATTHEWS. 36 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS Resultan también muy valiosos los estudios y trabajos de los siglos anteriores al nuestro, época en la que, a pesar del paso del tiempo, las viejas calzadas apenas habían cambiado su apariencia original: - Descripciones de las vías romanas realizadas por ilustres viajeros, muy apreciadas y justamente valoradas por Isaac Moreno Gallo en su reciente obra sobre las vías romanas, en cuyas páginas aparecen eruditos del siglo XVI, como el portugués Barreiros, ilustrados o militares de los siglos XVIII y XIX, como L. Prestamero, F. De Paula Mellado y Fernando Rodríguez, y sobre todo, ingenieros de caminos como F. Saavedra y sus discípulos, Cipriano Martínez y Enrique Gadea (siglo XIX). Estos trabajos, muchos de los cuales no tuvieron la suerte de ser impresos, ofrecen una alta fiabilidad, a pesar de haber sido frecuentemente menospreciados. - Cartografía de los siglos XVII y XVIII: mapas de Tomás López y de Francisco Coello, los de éste utilizados por Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico-Histórico-Estadístico de España y sus posesiones de Ultramar, 1845-1850. 5.3) La red viaria romana de nuestra región seguía dos ejes principales, uno en sentido Sur-Norte y otro en sentido Este-Oeste, que, desde Emerita el primero y desde Caesaraugusta el segundo, confluían en el Noroeste de la Península Ibérica, uniendo estos dos importantes enclaves urbanos con Asturica. Augusto consolidó la comunicación entre estas tres ciudades, en su intento de garantizar la salida del oro del Noroeste hacia Tarraco y hacia Hispalis y Gades, prolongaciones naturales de ambos ejes, y convirtió a Asturica en el principal foco administrativo y comercial de la zona. 5.3.1 - El eje sur-norte viene a coincidir con lo que hoy llamamos “Calzada de la Plata”. Desde Emerita y, por tierras de Extremadura, recorre las mansiones Ad Sorores, Turmulos, Castra Caecilia, Rusticiana y Capera, cuya localización, así como el trazado de la calzada, ofrece pocos problemas, por la abundancia de miliarios y puentes u otro material arqueológico. CALZADA DE LA PLATA: EL NOMBRE A pesar de que éste es el nombre más extendido, no es el único que se ha utilizado para nombrarla: · Calzada Columbriana (el fuero de Salamanca, Tít. CCXCII, tal vez confundida, con otra vía que iba a Coimbra) · “Lindón”, porque en muchos tramos hacía de linde entre distintas demarcaciones municipales, comarcales etc.... · “Calzada de Guinea”, que se ha explicado a partir del latín “equinea”, ya que se aplicaba a la cañada ganadera; · Vizana: así se llamaba la Cañada que coincidía con su trazado. Las hipótesis sobre su origen son varias: · de nuestra palabra plata: se piensa en el sentido literal de “argéntea” por su solidez y hermosura o simplemente por el color del cascajo que la recubría. Incluso se ha afirmado que por ella se realizaba en tiempos antiguos el comercio de la plata; · del griego plateia, vía ancha; · del latín platea, vía pública; · o de via delapidata, “vía empedrada” Con todo, la hipótesis más comúnmente aceptada sigue explicando su origen a partir del árabe: balata “camino enlosado”, ya que al parecer en árabe suena parecido a “plata”. Caesaraugusta, (Zaragoza). Emerita, (Mérida). Fuente: T.CORNELL y J. MATTHEW, Roma. Legado de un Imperio, pp. 116-117. 37 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS Entra en la provincia de Salamanca, ascendiendo el Puerto de Béjar desde Baños de Montemayor, en cuya ladera aparece un tramo en buen estado de conservación, pero sobre el que últimamente se han puesto serias objeciones a su romanidad (al menos en el estado de conservación actual). Cruza nuestra Comunidad hasta llegar a Asturica, pasando por las siguientes mansiones: Caelionicco. Ad Lippos, Sentice, Salmantice, Sabariam, Ocelo Duri, Vico Aquario, Brigeco, y Bedunia. EL Fortín de Béjar, al paso de la Vía de la Plata. RED VIARIA: EJE SUR - NORTE No se corresponde exactamente con ninguna de las vías del Itinerario de Antonino. En realidad se forma por la unión: · del tramo Emerita - Ocelo Duri (de la vía XXIV, Ab Emerita Caesraugusta con · el tramo Asturica - Ocelo Duri, común a las vías XXVI (ab Emerita Caesaraugustam) y a la XXVII, ab Asturica per Cantabria Caesaraugusta). De esta forma, se enlazan los importantes enclaves de Asturica y Emerita. La correspondencia de Salmantice con Salamanca y la de Asturica con Astorga jamás se ha puesto en duda. Y, tras los trabajos de Roldán y otros estudiosos, parece haber acuerdo casi unánime en aceptar las siguientes localizaciones, aunque la confirmación arqueológica no sea del todo rotunda: - Caelionicco: en la finca de La Vega, sobre un castro, límite entre los términos de Peñacaballera y Puerto de Béjar (Salamanca). - Ad Lippos: loma al oeste de Valverde de Valdelacasa (Salamanca). - Sentice: finca de La Dueña de Abajo, en Pedrosillo de los Aires (Salamanca). - Sabariam: Torre del Sabre, (entre los pueblos zamoranos de El Cubo y Mayalde). Aunque se han planteado algunas dudas, es muy probable la localización de: Ruinas de Castrotorafe. San Cebrián de Castro, Zamora. VÍA DE LA PLATA. Castilla y León, Cons. Cultura (Castilla y León) 1994, almanaque. - Ocelo Duri: Zamora. Algunos han propuesto también el Cerro del Castillo, en el cercano pueblo de Almaraz de Duero. - Brigeco: Villabrázaro ha terminado por imponerse a otras localidades también zamoranas (Benavente, Fuentes de Ropel) o leonesas (Valderas). - Bedunia: San Martín de Torres (León), a pesar de las tradicionales opiniones que la situaban en Benavente (Zamora) o en La Bañeza (León). Y quedan serias dudas a la hora de localizar: - Vico Aquario: Roldán piensa que pudo estar a 23 kms y medio de Zamora, pero otros, siempre dentro de esta provincia, la sitúan en “una zona abundante en aguas”, en torno a Montamarta, cerca de las ruinas de Castrotorafe o incluso en Castronuevo de los Arcos. Hay otras dos mansiones de esta vía, que sólo son citadas en el Anónimo del Ravennate: - Comeniaca: al norte de Cabañas de Sayago (Zamora), para Roldán, en un pago de Villanueva de Campeán (Zamora), para Mañanes y Solana, lugares ambos intermedios entre las mansiones de Sabariam y Ocelo Duri. - Preterion: Mañanes y Solana la sitúan en Bretó o en Bretocino (Zamora), a medio camino entre Vico Aquario y Brigeco, modificando el recorrido que propuso Roldán para este trayecto. 38 Una vez llegados a Asturica, tenemos que poner de relieve su importancia administrativa y como nudo de comunicaciones. Su unión con Bracara empezó a fraguarse desde muy temprano, y no dejó en ningún momento de reclamar la atención de los emperadores y del gobierno provincial. De tal forma que el Itinerario de Antonino incluye cuatro vías entre tan importantes ciudades, las mencionadas con los números XVII, XVIII, XIX y XX. Nos detendremos brevemente en las mansiones que se encuentran en nuestra Comunidad. COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS VÍA DE LA PLATA VÍAS DOCUMENTADAS VÍAS POSIBLES 1. En la vía XVII se encuentran: - Argentiolum, en Priaranza de la Valduerna. Algunos la sitúan también en Miñambres (pago de San Miguel) o en Castrocalbón, localidades todas de la provincia de León - Petavonium, cerca de Rosinos de Vidriales (Zamora) - Veniatia, para cuyo emplazamiento, muy dudoso, se han propuesto algunas localidades zamoranas: Villadeciervos, Figueruelas de Arriba, Villanueva de Valrojo... El trazado se completa por territorio portugués, a través de las siguientes mansiones: Roboretum, Pinetum, ad Aquas, Caladuno, Praesidio, Salacia, y Bracara. 2. La vía XVIII, o Via Nova, salía de Asturica en dirección noroeste, describiendo un arco que se adentraba en tierras de Galicia hasta llegar a Bracara. En la provincia de León, se hallan estas mansiones: - Interamnium Flavium: en el término de San Román de Bembibre . - Bergido: Castro Ventosa, muy cerca de Cacabelos (zona de La Edrada). - Gemestario: San Miguel de Dulego, para Roldán, Gestoso, por la similitud del topónimo, para Rabanal. También se ha propuesto Portela de Aguiar. Ruinas romanas das carvalheiras, Bracara. 39 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS RED VIARIA: ESTE - OESTE La vía Asturica - Segesamunclo tampoco se corresponde exactamente con ninguna de las mencionadas en el Itinerario de Antonino. Se compone de: · Un primer tramo hasta Lacobrigam, común a las vías XXXII (ab Asturica Terracone) y XXXIV (de Hispania in Aquitaniam. ab Asturica Burdigalam). · Un segundo entre Lacobrigam y Virovesca, que se puede considerar común a las vías anteriores y a la I (De Italia in Hispanias). · Y el pequeño trayecto de Virovesca a Segesamunclo, exclusivo de esta vía I, La vía I continuaba hacia el Nordeste (Pompaelo, Summo Pyrineo). Las otras dos, que, aparte de la omisión de alguna mansio, tienen un trazado común, seguían desde Virovesca rumbo a Caesaraugusta por Calagurris. 5.3.2 - En el eje este-oeste, describiremos tres grandes vías que, saliendo todas ellas de Asturica, buscaban la salida hacia el Nordeste peninsular. Por razones metodológicas, las designaremos con los nombres de la mansio de partida y con el de la mansio de llegada, siempre dentro de los límites de nuestra Comunidad: - Asturica – Segesamunclo. - Asturica – Augustobriga. - Asturica – Segovia. Vía Asturica – Segesamunclo. En un principio, parten de Asturica las vías XXXII y XXXIV, y recorren estas mansiones: - Vallata: La Milla del Páramo, pero para algunos Villar de Mazarife, o Villadangos. - Interamnio: zona entre los ríos Porma y Bernesga, al sur de Villaturiel (León): ¿Villarroañe?, ¿Ardón?, ¿Villavidel?. - Palantia: localización discutida a causa del topónimo. Hoy parece claro que hay que situarla ya en la provincia de León, cerca de Reliegos (para Mañanes y Solana, pago de El Quintanal, en Santas Martas). - Viminacio: todo apunta a la localidad palentina de Calzadilla de la Cueza (Castro Muza). - Lacobrigam, identificada mayoritariamente con Carrión de los Condes (Palencia). Entre Viminacio y Lacobrigam (o entre Interamnio y Viminacio) las vías XXXII y XXXIV se encontraban con la I, que desde un poco más al norte, desde Legio VII Gemina (León), había pasado, a su vez, por Lance, en “El Castro” de Villasabariego (León) y por Camala, en Sahagún (León). En general, seguirán ya el mismo trayecto hasta Virovesca: Puente considerado romano en Sasamón. - Dessobriga: altozano “Las Cuestas”, entre Osorno (Palencia) y Melgar de Fernamental (Burgos). - Segesamone: localidad burgalesa de Sasamón. - Deobrigula: castro de Tardajos (Burgos). - Tritium: “Alto de Rodilla”, cerca del Monasterio de Rodilla (Burgos). - Virovesca: “Cerro de San Juan”, cerca de Briviesca (Burgos). - Segesamunclo: mansio que pertenece sólo a la vía I de Italia in Hispanias y que se localiza en Cerezo de Ríotirón (Burgos). Vía Asturica – Augustobriga RED VIARIA: ESTE - OESTE La vía Asturica - Augustobriga no aparece como tal en el Itinerario de Antonino, pero es la parte de la XXVII (ab Asturica Caesaraugusta) que recorre nuestra región. El primer tramo hasta Brigeco es común con la vía XXVII (ab Asturica Caesaraugusta). 40 Se desviaba en Brigeco, para, siguiendo el valle del Duero (“per Cantabria”), dirigírse a Caesaraugusta. Es muy discutido el trayecto entre Brigeco y Rauda, por las enormes discrepancias que existen a la hora de localizar el emplazamiento de las mansiones, especialmente el de Intercatia. Para unos, desde Brigeco (en torno a Benavente) bajaría en dirección sudeste hasta encontrar el Duero en Tudela (Tela), siguiendo, después, por Peñafiel o Pesquera (Pintiam). Para otros, el trazado, con menor inclinación hacia el sur, llevaría a Villalba de los Alcores (Tela) y atravesaría el Pisuerga por Cabezón de Pisuerga (Pintiam). La teoría más aceptada hoy día, dando por imposible la localización de Intercatia, parece acercarse más a este trazado, aunque identificando Pintiam con Padilla de Duero, entre Peñafiel y Pesquera. Sea como fuere, éstas son las mansiones que recorría: - Intercatia: se han propuesto localidades de Palencia (Paredes de Nava), de Valladolid (Aguilar de Campos, Valverde de Campos, Montealegre de Campos) o de Zamora (Villalpando) - Tela: Villalba de los Alcores (despoblado de Fuenteungrillo), Montealegre, zona de San Martín de Valvení o Tudela, siempre en la provincia de Valladolid. COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS - Pintiam: las investigaciones actuales se centran en el poblado vacceo de “Las Quintanas”, en Padilla de Duero (Valladolid), aunque se han propuesto otros lugares, de la misma zona: Cabezón de Pisuerga, Piñel de Abajo, pago “Las Pinzas” (entre Curiel y Pesquera de Duero)... - Rauda: sin ninguna duda, Roa (Burgos), aunque algunos piensan que la mansio estaba alejada de la calzada y se llegaba a ella por un camino secundario. - Cluniam: Alto del Castro, en Peñalba de Castro (Burgos). - Uxama: “Alto del Castro”, cerca de Osma (Soria). - Voluce: Cerro de los Castejones, en Calatañazor, o despoblado de Veluca en Blacos, ambos de la provincia de Soria. - Numantia: “Cerro de la Muela”, en Garray (Soria). - Augustobriga: Muro de Ágreda (Soria), última mansio antes de salir de nuestra Comunidad en dirección a Turiassone. Muro de Ágreda, Soria. Archivo Carrascosa. Vía Asturica – Segovia. Se desvíaba en Ocelo Duri, para seguir, en dirección Sureste hacia Caesaraugusta. Pasaba por las siguientes mansiones de nuestra región: - Albocela: tradicionalmente Toro, pero que, para algunos, debe situarse en la dehesa de El Alba de Villalazán (Zamora). O incluso en otra localidad zamorana, más al norte del Duero, Castronuevo de los Arcos (Gonzalo Arias). - Amallobriga: Tiedra o Torrelobatón, en la provincia de Valladolid. - Septimanca: sin discusión, Simancas (Valladolid). - Nivaria: en Portillo (Valladolid) o en el pago de Sieteiglesias, cercano a Matapozuelos (Valladolid). - Cauca: Coca (Segovia). - Segovia: Segovia. 5.3.3 - Además de éstas, existía un complejo entramado de vías secundarias de las que, aunque no aparecen en los Itinerarios clásicos, tenemos constancia por el hallazgo de algún miliario, por las descripciones de viajeros de siglos pasados, o por los mapas y repertorios de caminos antiguos. Sin embargo, hay serias discrepancias entre los estudiosos a la hora de la identificación de su trazado y de sus restos. Moreno Gallo denuncia los excesos producidos en este campo que han llevado a catalogar como romanos algunos tramos de calzadas que, en su opinión, pertenecen a los siglos XVI o XVIII, y se queja amargamente de que los intereses turísticos del mundo moderno no permitan la más mínima rectificación, por muy razonada y documentada que ésta sea. Entre ellos cita algunos de los mejor conservados (gracias a reconstrucciones en muchos casos), como es el caso de la famosa Calzada del Puerto del Pico que recorre las tierras de Ávila, de la que niega, no su existencia en tiempos de los romanos, sino la romanidad de los restos conservados. RED VIARIA: ESTE - OESTE La vía Asturica - Segovia tampoco se corresponde exactamente con ninguna de las mencionadas en el Itinerario de Antonino: se compone de: · Un primer tramo hasta Ocelo Duri, perteneciente a la vía XXVII (ab Asturica Caesaraugusta). · Más el tramo Ocelo Duri - Segovia, que es parte de la vía XXIV (Ab Emerita Caesaraugusta). Desde Segovia sale de nuestra Comunidad, en dirección a la mansio Miaccum, siguiendo por Titulciam y Complutum, hasta enlazar con la otra calzada (alio itinere) que desde Emerita conducía a Caesaraugusta. “Calzada del Puerto del Pico”, (Ávila) (por cortesía de MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ GARCÍA). Nos limitaremos, pues, sin entrar en detalles, a mencionar algunas de las más importantes: Del gran eje Norte-Sur, se desgajan numerosos ramales de carácter secundario. Antes de entrar en nuestra región, uno posible partía de la mansio Rusticiana en dirección a Barco de Ávila, a través del puerto de Tornavacas (llamada “Calzada del Valle del Jerte”). Hasta Mirobriga (Ciudad Rodrigo) llegaba la calzada Dalmacia desde el puente de Alconétar, pasando por Caurium (Coria) y la sierra de Gata. Y Roldán, siguiendo al Padre Morán, para la zona de Salamanca, o a Wattenberg, para la zona de Zamora, nos describe muchas otras. 41 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS En el eje Este-Oeste, perpendiculares a las grandes arterias transversales, fueron surgiendo muchas en torno a los núcleos importantes de población: Numantia, Segesamone, Clunia, Uxama, Cauca, etc, que terminaron tejiendo una red bastante densa y completa. Algunas de ellas se deducen a partir de mansiones aparecidas exclusivamente en el Anónimo de Rávena o en las Tablas de Barro de Astorga, por lo que las hipótesis sobre sus trazados han de ser contempladas con suma cautela. De forma resumida, señalamos aquí algunas de las que, con diferente grado de aceptación, se han propuesto4 : - Numantia se unía, al Norte, con Calagurris, más al Noroeste con la zona burgalesa de Lara, y, al Sur, con la vía ab Emerita Caesaraugusta. - El antiguo oppidum arévaco de Tiermes no aparece como mansio de ninguna de las vías señaladas en los Itinerarios, pero el testimonio de los miliarios y restos de calzadas pavimentadas, nos demuestran la existencia de vías que la unían con Uxama, Segontia y Segovia. De la propia Uxama partían otras dos vías secundarias, una hacia Medinaceli (Soria), y otra, por Hontoria del Pinar y Quintanar de la Sierra (ambas localidades de Burgos), hacia el occidente de esta provincia. - Desde Cluniam hacia el Norte, partían dos ramales que enlazaban esta capital de conventus con la vía ab Asturica Terracone. De uno de ellos, conservamos un miliario de San Pedro de Arlanza, pero no tenemos noticias de las mansiones. Del otro, además de los dos miliarios de Tordomar (Burgos), los investigadores creen reconocer dos mansiones que aparecen en el Anónimo de Rávena, dentro de la vía que se suele identificar con la XXVII del Itinerario, entre Cluniam y Rauda. Se trata de Turbes, identificada con el castro de “San Pedro”, en Pinilla de Trasmonte (Burgos), y de Mancellus, en Lerma (Burgos). Calzada de Clunia, (por cortesía de ISAAC MORENO GALLO). - A Cauca llegaba desde Complutum una vía, después de recorrer las mansiones Pirascon y Albeceia. Desde Cauca, continuaba hacia Asturica, por Nivaria, Abulobrica, Intercatia, Palantia (algunas mansiones coinciden con otras de la vía XXVII del Itineraro de Antonino), Equosera, Cougion y Belisarium. Se puede adivinar el sentido de la vía, Sureste-Noroeste. Pero la concreción del trazado y la identificación de las mansiones que sólo aparecen en el Anónimo de Rávena resulta poco menos que imposible. - Desde Brigeco partía otro ramal, en dirección nordeste, a empalmar con la vía ab Asturica Terracone en Bimmatium (¿Viminacio?), por las mansiones Comeniaca (castro de “La Muela”, en Valencia de Don Juan), Antia (que unos asimilan a Palantia y otros a Pintiam) y Gela (topónimo relacionado con el río Cea, según Mañanes y Solana). - Y Legio VII estaba unida con Asturica por una vía que ha sido estudiada por Loewinsohn, apoyándose precisamente en un manuscrito inédito de Cipriano Martínez González (1874). 42 4 En la página web http://traianus.rediris.es/, dentro de una sección llamada “red de de diverticula”, MORENO GALLO nos ofrece una amplia relación de calzadas secundarias que conectaban divesas ciudades de este eje. COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS 6 Bibliografía VI N.B. No hemos intentado que esta selección sea exhaustiva, sino que refleje el carácter general de este estudio. De forma que en ella figuran: - obras generales sobre Prehistoria, sobre la Hispania Romana y sobre sus vías de comunicación; - algunas obras, más especificas, sobre las calzadas, que han tenido decisiva importancia en la investigación de las mismas en nuestra región. Faltan, pues, muchas otras obras de indudable mérito, tanto generales como de ámbito más local, las cuales podrán encontrarse en la bibliografía de cualquiera de las aquí citadas. ABÁSOLO, J. A., - Comunicaciones de la época romana en la provincia de Burgos, Burgos 1975. - Las vías romanas de Clunia, Excavaciones de Cluniam I, 1978. ALBERICH, J. ET ALII, Griegos y romanos, Madrid 1988. ALVARADO, S., La Via Nova del Limia al Sil, Traianus 2002 (tomado de http//traianus.rediris.es/). ARIAS BONET, G. (ed.), Repertorio de caminos de la Hispania romana, 1987. BALDSON, J.P.V.D. (ed.), Los romanos, Madrid 1974. 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DURÁN FUENTES, M.: - La Via Nova en la Serra do Xurés (Orense)..., TRAIANUS 2002 (tomado de http//traianus.rediris.es/). -Identificación de puentes romanos en Hispania, TRAIANUS 2002. Publicado en la Revista Obra Pública Ingeniería y territorio nº 57. Monográfico Ingeniería e Historia III, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, diciembre de 2001 (tomado de http//traianus.rediris.es/). - Análisis constructivo de los puentes romanos, TRAIANUS 2003. Ponencia presentada y publicada con motivo del I Congreso sobre las Obras Públicas Romanas celebrado en Mérida el 15 de noviembre de 2002 (tomado de http//traianus.rediris.es/). FASOLO, M., Le strade nel mondo romano, en “La Via Egnatia, vol. 1: Da Apollonia e Dyrrachium ad Herakleia Lynkestidos”, Cap. 10, Istituto Grafico Editoriale Romano - Roma, 2003 (Redazione Archaeogate, 19-01-2005 ). Tomado del sitio http://www.archeogate.it/classica/. 43 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS GIL MONTES, J., rediris.es/) - VIA DELAPIDATA. “Identificación de una carretera romana por la procedencia de los materiales”, publicado en Elementos de ingeniería romana (Libro de ponencias), Congreso Europeo “Las obras públicas romanas”, Tarragona, noviembre de 2004 (tomado de http//traianus. - La Vía de la Plata entre Mérida y Cáceres, Cáceres, 3 de julio de 2001 (tomado del sitio web http:// personales.ya.com/juangilmontes/). GÓMEZ SANTACRUZ, J., La meseta superior hispana durante la época antonina, Valladolid 1993 GRIMAL, P., La civilization romaine, París 1965. HAMEY, L.A. Y J.A., Los ingenieros romanos, Madrid 1990. HERNÁNDEZ, L. / SAGREDO, L., La romanización del territorio de la actual provincia de Palencia, Valladolid 1998. HEURGON, J., Roma y el Mediterráneo occidental hasta las guerras púnicas, Barcelona 1971. KEAY, S. J., Hispania Romana, Barcelona 1988. 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M., “La calzada del Puerto del Pico: problemática de su trazado en la provincia de Ávila”. - FLORIÁ PONS, A., “La mansión Tolous como agente de romanización en el Cinca Medio”. - HABA, S. / RODRIGO, V., “La vía de la Plata entre las mansiones Rusticiana y Caecilius Vicus: la calzada en relación con el asentamiento”. - MANERA, E. / PALANQUÉS, M. L., “La marca C.OPPI.RES a través de “La Ruta de la Plata”. - MARINÉ, M., “Fuentes y no fuentes de las vías romanas: los ejemplos de la Fuenfría (Madrid) y los del Puerto del Pico (Ávila)”. SOLANA SÁINZ, J. M. (ed.), Las entidades étnicas de la Meseta Norte en época prerromana, Valladolid 1991. SOLANA, J. M-SAGREDO, L., La política viaria en Hispania. Siglo IV D. C., Valladolid 1998. SCHULTEN, A., Los cántabros y astures y sus guerras con Roma, Madrid 1943. VON HAGEN, V. W., Los caminos que conducían a Roma, Barcelona 1973. WATENBERG, F., “La región vaccea”, Bibliotheca Praehistorica Hispanica, vol. II, Madrid 1959. Portada de uno de los manuscritos del Itinerario de Antonino. 45 COMUNICACIÓN Y COMERCIO. VÍAS ROMANAS 7 Direcciones de Internet VII Nos parecen también muy recomendables las páginas web dedicadas al tema de la arqueología y las calzadas romanas, con interesantes artículos, mapas y abundante material fotográfico. Sin pretender ser exhaustivos, destacamos aquéllas que más útiles nos han sido para la confección del presente trabajo: http://traianus.rediris.es/ http://www.guiarte.com/viadelaplata/cronicas/ http://www.archeogate.it/classica/ http://www.viaflaminia.org/tecnicadicostruzione.htm http://www.celtiberia.net/ y www.celtiberia.net/carraquinea http://mimosa.pntic.mec.es/~jcalvo10/temas.htm http://www.cervantesvirtual.com/portal/Antigua/ 46