Antibioticoterapia inhalada 3.5 María Dolores Mena Ruiz Centro de Salud Francia II. Fuenlabrada. Madrid Sara Núñez Palomo Centro de Salud Universitario de Pozuelo de Alarcón. Madrid El objetivo cuando se usa la vía inhalatoria para administrar antibióticos es conseguir que las concentraciones endobronquiales del fármaco sean mayores que las que normalmente se logran cuando se utiliza la vía oral o la intravenosa, así como reducir los posibles efectos secundarios. Esto es fundamental en las enfermedades que cursan con un aumento de las secreciones bronquiales (por ejemplo, la fibrosis quítica o las bronquiectasias), ya que en estas situaciones suelen ser necesarias dosis altas de antibióticos, por vía oral o intravenosa, para conseguir concentraciones adecuadas en el foco de infección. Las principales indicaciones de la antibioticoterapia inhalada se resumen en la tabla I. Conviene recordar que, en general, esta forma de tratamiento no está indicada en las infecciones respiratorias agudas ni en los enfermos en los que la vía oral es eficaz y se tolera bien1. La elección del antibiótico a administrar por vía inhalatoria debe basarse en el cultivo del esputo y en el antibiograma. Los antibióticos más frecuentemente empleados, así como las dosis recomendadas en cada caso, se detallan en la tabla II y más ampliamente en el vademécum de este volumen2. Los efectos secundarios de la antibioticoterapia inhalada detectados con mayor frecuencia son la broncoconstricción, el “rash” facial y la candidiasis oral. Para evitar la broncoconstricción reactiva se aconseja que la solución que va a aplicarse sea lo más isotónica posible. Esto puede conseguirse diluyendo la preparación intravenosa del fármaco con agua destilada o suero fisiológico, completando la solución hasta alcanzar un volumen total de 4 ó 5 ml. Para prevenir la candidiasis oral se recomienda realizar enjuagues orales con agua o suero fisiológico tras la administración del antibiótico inhalado. La técnica inhalatoria es muy importante. Es recomendable aplicar un tratamiento broncodilatador y hacer fisioterapia respiratoria antes de administrar un antibiótico por vía inhalatoria. El nebulizador más aconsejado es el de tipo “jet”, que utiliza oxígeno a alto flujo y un compresor eléctrico, con lo que consigue nebulizar partículas de diferentes tamaños (idealmente entre 3 y 5 micras). Es necesario realizar una limpieza cuidadosa del sistema de inhalación cada vez que se utliza, así como esterilizar las partes del nebulizador que entran en contacto directo con el paciente, al objeto de prevenir posibles contaminaciones bacterianas. No se ha demostrado que, tras la aplicación de antibióticos por vía inhalatoria, aparezcan efectos sistémicos. Los principales inconvenientes de esta forma de administración son el elevado coste de la pauta terapéutica (por la necesidad de recurrir a un sistema de nebulización y de prolongar el tratamiento en el tiempo) y la dificultad del cumplimiento por parte de los enfermos, ya que se requiere más de una hora al día para completar correctamente la administración de un antibiótico por esta vía. 106 TABLA I. PRINCIPALES INDICACIONES DE LA ANTIBIOTICOTERAPIA INHALADA Fibrosis quística • Tratamiento de la infección crónica por Pseudomonas aeruginosa • Tratamiento de la colonización intermitente por Pseudomonas aeruginosa Bronquiectasias no secundarias a una fibrosis quística • Cuando aparecen: – Efectos secundarios con los antibióticos sistémicos – Resistencias antibióticas – Ineficacia del tratamiento sistémico Profilaxis de las infecciones por hongos • En enfermos inmunodeprimidos (anfotericina B) Profilaxis de la infección por Pneumocystis carinii • En enfermos VIH positivos (pentamidina en aerosol) Modificada de Vendrell Relat y De Gracia Roldán1 TABLA II. ANTIBIÓTICOS INHALADOS MÁS FRECUENTEMENTE UTILIZADOS Fármacos Dosis habitual Gentamicina (aminoglucósido) 80 mg/12 horas Tobramicina (aminoglucósido) 100-200 mg/12 horas Amicacina (aminoglucósido) 100 mg/12 horas Colistina 1-2 millones unidades/12 horas Ticarcilina 1.000 mg/12 horas Amoxicilina 500 mg/12 horas Ceftazidima 500-1.000 mg/12 horas Cefotaxima 500-1.000 mg/12 horas Anfotericina B Distintas pautas: desde 5 mg/12 horas a 6 mg/8 horas Pentamidina 300 mg/4 semanas BIBLIOGRAFÍA 1. Vendrell Relat M, De Gracia Roldán J. Antibioterapia inhalada. Arch Bronconeumol 1997; 33: 41-48. 2. Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Catálogo de especialidades farmacéuticas. Madrid; 2000. p. 1911-1916 y 1948-1949. 107