La Biblia y el espíritu de Asís El 27 de octubre de 1986, Juan Pablo II convocó a los líderes de varias religiones paganas y nocatólicas para la reunión en Asís. Entregó las iglesias católicas a disposición de los paganos para que pudieran adorar a los demonios allí. Por último, él mismo realizaba junto con ellos las así llamadas oraciones por la paz y cerró este culto a los demonios con la oración “Padre Nuestro”. Con este acto Juan Pablo II degradó el Cuerpo de Cristo - la Iglesia - al nivel del paganismo demoníaco (culto vudú, chamanismo, satanismo). Las palabras de Jesús son plenamente aplicables a la reunión de Asís: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo.” (Jn 8:44). Este gesto se hizo un precedente, así que cada año se repiten las reuniones similares en varios países. 25 años después de este crimen espiritual, que está dirigido contra la esencia misma de la Biblia, Benedicto XVI declaró beato a Juan Pablo II. Así, a partir del 1 de mayo de 2011, llevó a cabo la apostasía masiva y oficialmente recibió el espíritu de Asís – el espíritu del anticristo – en la Iglesia. El espíritu de Asís promueve el modo de pensar herético: “Cristo no es el único Salvador. La conversión y el arrepentimiento no tienen sentido. El culto a los demonios es el camino a la salvación.” En cambio, Jesús da una orden clara para el apóstol Pablo: “Te envío (a los gentiles), para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, remisión de pecados” (Hech 26,18) Toda la Sagrada Escritura en el Antiguo y el Nuevo Testamento señalan claramente el gran mal asociado con el paganismo, es decir, con el respeto por los otros dioses (demonios). En el primer mandamiento, Dios prohíbe categóricamente: "No tendrás otros dioses ... Yo soy el Señor tu Dios. " (Dt 5,6-10), Dios advierte de todas las formas del ocultismo (Dt. 18,9), que al mismo tiempo forman parte del paganismo. A través de ellos obra el poder demoníaco que afecta a las almas humanas. Se trata de la adivinación, la magia y el espiritismo. “El que hace estas cosas es una abominación al Señor.” (v.12) En la Palabra de Dios los reyes de Judá e Israel fueron apreciados por un solo criterio y esa es su relación al primer mandamiento. El rey que adoraba a Dios y se distanció del paganismo, traía la bendición y la paz a toda la nación. Reyes, que hacían culto a baales y astartes paganos y toleraban diversas formas del ocultismo, traían a toda la nación la maldición, el sufrimiento, las guerras, y finalmente el exilio babilónico. Todos los profetas lucharon contra el espíritu del paganismo, así como contra la traición cometida por el pueblo de Dios. Inclinación al paganismo fue considerada como el adulterio espiritual. Un ejemplo de la lucha por la purificación de la fe es el profeta Elías (1 Rey 18). En la cautividad babilónica tres jóvenes prefirieron ser echados en el horno ardiente en lugar de adorar al ídolo. Daniel fue arrojado al foso de los leones por su fidelidad a Dios. Los hermanos macabeos junto con su madre, todos fueron martirizados en el mismo día. Para salvar sus vidas sería suficiente gustar un pedazo de la carne prohibida. Cientos de miles de primeros cristianos murieron mártires. También habrían salvado su vida si hubieran hecho un pequeño gesto de apostasía. Sin embargo, se mantuvieron fieles a Cristo y fueron martirizados. Cuando el apóstol Pablo hacía una verdadera misión, como fruto de la conversión los locales se separaron de manera radical radical del espíritu del paganismo. En Éfeso (Hech 19) fue quemada la literatura oculta, que tenía un precio de 50.000 monedas de plata. En la isla de Chipre (Hech 13) Pablo llamó a un brujo judío el hijo del diablo. En Filipos (Hech 16) echó fuera el espíritu de adivinación de una esclava pagana. La Palabra de Dios subraya: “Lo que los paganos sacrifican, a los demonios lo sacrifican y no a Dios. No quiero que vosotros seáis partícipes de los demonios (Asís).” (1 Cor 10,20). El espíritu de Asís es el espíritu del anticristo y la Palabra de Dios dice: 2 Tes 2,10 “... y con todo engaño de iniquidad obrando en los que perecen; por cuanto no recibieron la caridad de la verdad para ser salvos”. Castigo eterno está preparado para los idólatras, Ap 21,8: “... En cuanto a los idólatras, su parte será en el lago que arde con fuego y azufre.” Hoy en día, la idolatría se difunde masivamente, a través de las prácticas que son asociadas con la magia y la adivinación demoníaca: la homeopatía, la acupuntura, el Reiki, el método Silva, la hipnosis, la astrología, los horóscopos, la adivinación, las supersticiones, la radioesthesis (péndulo, varilla), la psicotrónica, las artes marciales orientales relacionadas con las meditaciones, yoga asociada con guruismo, la meditación trascendental, las psicologías modernas asociadas con el ocultismo ... El gesto de Asís fue preparado por la teología histórica-crítica y por el documento “Nostra aetate” (1965) sobre la reverencia por los demonios paganos. En Asís, la verdad cristiana más importante fue traicionada – la unicidad de la salvación en Cristo (Hech 4,12). Si alguno de los Papas hubiese hecho tal gesto antes del Concilio Vaticano II, habría sido condenado por una traición manifiesta. Después de la beatificación del espíritu de Asís, el 1 de mayo de 2011, el espíritu del anticristo tomó el poder oficial. Cada obispo y sacerdote debe separarse radicalmente de este espíritu de la traición, el 12 de junio de 2011 debe dejarse de mencionar el nombre del ex-Papa Benedicto XVI en el Canon de la Santa Misa. ¡Los creyentes deben advertir al sacerdote traicionero, y si éste no obedece, ya no pueden asistir a sus Misas invalidas! En nombre del Patriarcado Católico Bizantino + Metodio OSBMr + Timoteo OSBMr Secretarios del Patriarcado Leopolis, 30 de mayo 2011