EN EL 20º ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE LAWRENCE DURRELL (1912-1990) Una idea es como un pájaro que no se puede ver. Lo que uno ve es el temblor de la rama que acaba de abandonar. Lawrence Durrell LA VOZ DE UN GRAN NARRADOR Lawrence Durrell, gran amigo de Henry Miller, antes que novelista fue poeta. Su obra cumbre, con la que ha afirmado su fama universal de gran narrador y poeta, es El cuarteto de Alejandría, compuesto por: Justine (1957), Balthazar (1958), Mountolive (1959) y Clea (1960). En El cuarteto de Alejandría aprovecha la experiencia de su estancia en Egipto durante la segunda guerra mundial. Darley, el narrador, de hecho el mismo Durrell, recordando a sus amigos Justine y Nessin, Balthazar, Melisa, Leila, Capodistria, Pusewarden y Clea, se recrea en mostrarnos a “La bien amada Alejandría” y el argumento que anima la novela desde los más distintos ángulos de vista, nos conduce a concluir, como Ortega y Gasset, que las distintas verdades sobre una misma cuestión, persona o historia, no se oponen, sino que se complementan. A través de esta obra impresionante, Durrell plantea la posibilidad de una nueva técnica de narrar, que es también una nueva y poética visión del mundo y el hombre. Lawrence George Durrell nació en Julundur, India, el 27 de febrero de 1912 y falleció en Sommières, Francia, 8 de noviembre de 1990. Hijo de unos colonos británicos, su padre trabajaba de ingeniero en la India. Hermano de Gerard Durrell, defensor del equilibrio de especies en el planeta y autor de libros de aventuras y de historias de animales. Lawrence Durrell estudió en el colegio de los jesuitas en Darjeeling y posteriormente fue enviado a la escuela de Saint Edmund de Canterbury. Miembro de la Real Sociedad de Literatura (1954), fue agregado de prensa en Chipre, Atenas, El Cairo, Alejandría y Belgrado, director de relaciones públicas en el Dodecaneso y director de los institutos británicos de Kalamata (Grecia) y Córdoba (Argentina). Inició su carrera de escritor a partir de la lectura de Henry Miller, con quien mantuvo una correspondencia de más de un cuarto de siglo, editada en 1963, resultando un denso diario de cada uno de los escritores. El gusto por los ambientes mediterráneos prevalece en gran parte de su obra. Tanto la estructura como el estilo de la prosa llamaron la atención rápidamente por su evocación y su lirismo impresionista. Sus intenciones son renovadoras y experimentales, formalistas, siguiendo los pasos de Joyce. El tema explícito es el análisis del amor moderno en sus diversos aspectos que, como D. H. Lawrence, trata de liberar la novela inglesa, apuntando que el amor sexual es una forma de conocimiento. La magia de su lenguaje, evocador, sensual e impresionista, patente en su célebre tetralogía El cuarteto de Alejandría, se hace aún más notoria en el Quinteto de Aviñón (“quincunx”, en la denominación de Durrell ), formado por las novelas Monsieur o el principio de las tinieblas (1974), Livia o enterrado en vida (1978), Constance o las prácticas solitarias (1982), Sebastián o el dominio de las pasiones (1983) y Quinx o el relato del asesino (1985), en el que un grupo de amigos se reúne en una casa de Aviñón. En ambos ciclos novelísticos Durrel demuestra sus grandes dotes de penetración psicológica en la descripción del entramado de situaciones en que los personajes se ven envueltos. Es autor asimismo de las colecciones de poemas Ciudades, llanos y gentes (1946) y Deus loci (1950), y de la pieza teatral Safo. Sus últimos libros fueron El vasto fantasma de César (1984) y Antrobus completo (1985). Y como dijo el novelista y poeta que nunca tuvo la ciudadanía británica: “La ciencia es la poesía del intelecto y la poesía es la ciencia del corazón”. Francisco Arias Solís Portal de Internautas por la Paz y la Libertad y de Foro Libre http://www.internautasporlapaz.org