Descubierta una sexta ‘letra genética’ en células de animales y plantas http://elpais.com/elpais/2015/04/30/ciencia/1430412115_320870.html Resumen Des de que cursé la asignatura de experimentales en 3ero de la ESO, se nos ha explicado que los nucleótidos Adenina, Guanina, Citosina, timina, uracilo y las modificaciones de estos eran las bases que escribían nuestro genoma y mensajeros. Un reciente hallazgo, según explican Holger Heyb y Nabeks Esteller del Idibell, podría añadir una nueva base a la composición de nuestro genoma. Adenina Metil adenina Los dos nuevos nucleótidos son la metil-citosina y la metil-adenina, se han hallado en Drosophila Melanogaster, algas y el nematodo Caenorhabditis elegans, aunque todavía no se ha encontrado en mamíferos. La metilación de bases es un proceso ya conocido en la biología molecular, y es de vital importancia en la activación e inactivación de genes. Pero según Esteller, los nucleótidos que él ha encontrado, no serían fruto de una metilación transitoria de una adenina o una citosina. Acorde a Esteller, la metil- citosina (descubierta en los ochenta) sería un nucleótido estable que se transmitiría a la descendencia y estaría relacionada con la diferenciación sexual y la configuración del cerebro, además de intervenir en la diferenciación celular. Ya des de los noventa, la metil-citosina es considerada un importante mecanismo epigenético, que es capaz de apagar o activar los genes en función de las necesidades fisiológicas de cada tejido. En los últimos años, el interés por esta quinta base ha ido aumentando, al demostrarse que alteraciones en la metil-citosina contribuyen al desarrollo de muchas enfermedades humanas, entre ellas el cáncer. La recientemente descubierta metil- adenina supondría añadir una sexta base. Des de hace años se sabe que las bacterias tenían metil adenina en su genoma con una función protectora frente a la inserción de material genético des de otros organismos. Pero se creía que este era un fenómeno de células primitivas y que era muy estático, como una armadura fija que las protegía. El estudio de Esteller, muestra que células eucariotas también manifestarían este nucleótido, constituyendo una nueva marca epigenética que actuaría regulando la expresión de ciertos genes. Esteller añade que parece ser que la metil- adenina tendría un papel específico en las células madre y en etapas tempranas del desarrollo. Acorde a Esteller, el hecho de que se trate de bases estables y transmisibles, es un criterio suficiente para considerarlas como nucleótidos aparte, y no como variantes de los ya conocidos. El reto a partir de ahora, consistiría en hallar la metil- adenina en mamíferos y determinar las funciones que realiza. Opinión personal: más allá de la nueva línea de investigación en la epigenética que puede abrir este descubrimiento, y la importancia que supondría encontrar estos marcadores exigenticos en mamíferos, no sólo de cara a conocer mejor el funcionamiento y la expresión de nuestro genoma sino también de las terapias que se pueden derivar de esta. Ahora bien, des de mi insignificante perspectiva de estudiante de 1ero, el título del artículo me parece engañoso y con los limitados conocimientos de los que dispongo, no compartiría la idea del quinto y sexto nucleótido que plantea el artículo. Ignoro si el Dr. Esteller comparte el hecho de que las formas metiladas de adenina y citosina sean nuevas forma nucleotidos independientes, o tan sólo se trata de un recurso para hacer el artículo más atractivo y entendedor al público. Pero des de mi humilde perspectiva, creo que el estatus de estos dos nucleótidos, deben ser considerado des de su estructura química. Pues lo cierto es que tanto metil adenina, como metil citosina, son una adenina y una citosina metiladas que se unirán a una timina y a una guanina respectivamente y que en el código genético serán interpretadas como adenina y citosina. Por mucho que sean estables y transmitibles, y esto las lleve a desarrollar funciones concretas, des de mi punto de vista son modificaciones de “nucleotidos base” que se ha mantenido estable y perpetuado porqué su función se han visto favorecida por la selección natural. Del mismo modo pero entendiendo que se tratan de cosas y contextos distintos, podríamos hacer un símil con las modificaciones que sufren muchas proteínas (algunas de ellas irreversibles) y que afectan a la función de esta, lo que implicaría considerar a las distintas formas de una misma proteína, derivadas de la presencia de pequeñas modificaciones a una estructura base, como proteínas distintas. Aplicando este criterio, las dos formas de la proteína prionica deberían considerar-se proteínas distintas, pues tienen estructura, funciones y propiedades diferentes, además de que una de ellas se podría transmitir como partícula infecciosa. Reitero que esta se trata de una opinión hecha con los conocimientos y perspectiva de la que dispongo, y que distan muchísimo de los que pueda disponer un cualquier graduado y mucho más de los que dispone el Dr. Esteller. Por lo tanto, los argumentos que aquí expongo pueden resultar erróneos y fruto de una carencia de formación y falta de perspectiva por mi parte. Un mando a distancia para el genoma http://elpais.com/elpais/2015/04/06/ciencia/1428331034_205363.html Una de las cosas que considero más sorprendente del genoma humano, es el hecho de que solo una pequeña parte de este codifique por proteínas. Actualmente, la ciencia ha alcanzado los conocimientos necesarios como para corregir y substituir estos genes. Sin embargo, no se tenían métodos para manipular la gran mayoría de ADN restante, una capacidad de alta importancia, teniendo en cuenta que esta parte del ADN se encargaría de la regulación de los genes. Los grandes proyectos genómicos internacionales, como”ENCODE” o “Roadmap Epigenomics” Project, han identificado millones de marcas epigenéticas, segmentos de ADN que regulan la actividad de los genes en las células y a los sucesivos tiempos de desarrollo. Curiosamente, muchas alteraciones genéticas que se han asociado a enfermedades, corresponderían a marcas epigenéticas, de ahí la importancia de aprender a manipularlas. Controlar estos reguladores, implica controlar el cuándo y el dónde de la actividad de los genes Charles Gersbach y su equipo de la Universidad de Duke, han usado una técnica llamada crispr, usado para alterar o sustituir genes, y que ha sido adaptada a los marcadores epigenéticos. La técnica crispr, actúa localizando una secuencia de ADN específica en el genoma, la corta y la sustituye por otra. El método de Gersbach consiste en dejar intacta la parte de encontrar una secuencia exacta de ADN, pero ha sustituido la enzima que corta el ADN por otra que modifica las histonas, dejando intacta la secuencia de nucleótidos, pero modificando la epigenética El primer objetivo científico es utilizar su nueva técnica para aclarar la función de las marcas epigenómicas, concretamente aquellos segmentos de secuencia que los grandes estudios genómicos de población han asociado a la propensión a las enfermedades. Aunque aún sería muy pronto para hablar de terapia epigenética, esta técnica podría ser utilizada para la conversión de células madre en cualquier tipo celularPar concluir, expongo la siguiente reflexión de Gersbach: “El epigenoma es todo lo asociado al genoma que no sea la propia secuencia genética, y es tan importante como nuestro ADN para determinar la función celular en la salud y la enfermedad” “Esto resulta obvio si se considera que tenemos más de 200 tipos celulares, pese a que el ADN es virtualmente el mismo en todos ellos; el epigenoma determina qué genes se activan en cada célula, y a qué nivel”. Opinión personal: a pesar de ser sólo una técnica, en mi opinión abre un gran abanico de posibilidades: puede ayudar a entender el transcriptoma, la diferenciación celular, así como a relacionar multitud de procesos bioquímicos, fisiológicos y de desarrollo de los organismos con la información codificada en nuestro genoma y así entender mejor su expresión, permitiendo dar una mayor precisión a la relación genotipo- fenotipo. A nivel práctico, considero interesante el hecho de como la epitgenética, podría en un futuro jugar un papel importante en la conversión de células madre (o incluso células no especializadas) en otro tipo de líneas celulares, permitiendo reparar lesiones y disfunciones en los distintos tejidos del cuerpo.