Julio 2009 PO Box 1093, Jerusalén, Israel E-mail: bfp@isla.net #770709S Sitio Web: www.puentesparalapaz.org UNA NUEVA MIRADA A LA BENDICIÓN SACERDOTAL “Habla a Aarón y a sus hijos, y diles: ‘Así bendecirán a los Israelitas. Les dirán: “El SEÑOR te bendiga y te guarde; El SEÑOR haga resplandecer Su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; El SEÑOR alce sobre ti Su rostro, y te dé paz”’” (Núm. 6:23-26). No puedo contar las veces que he escuchado dichas palabras. Según mi estimado muy conservador, habré escuchado esa recitación sobre 1,000 veces, conocida en algunas iglesias como “La Benedicción.” Comencé a asistir a la Iglesia Luterana cuando tenía como nueve años, y en poco tiempo había memorizado casi toda la liturgia, incluyendo esas palabras que se recitan al final de cada servicio. Aunque las palabras me eran familiares, nunca realmente me impactaron. Incluso, tengo que admitir que sonaban como una vana repetición: bla-bla-bla…“y ya, ¡vamos a comer!” ¡Entonces algo me ocurrió! Descubrí las raíces judías del cristianismo, y esas raíces me revelaron nuevas formas de comprender a nuestro Señor y Su Palabra. La comprensión de mis raíces judías ha sido literalmente una bendición de Dios. Cuando comencé a conocer el pensamiento hebraico, las frases rabínicas y las prácticas culturales judías, la Biblia se me abrió de tal forma que mis horizontes espirituales fueron expandidos. Actualmente, suelo compartir este nuevo conocimiento con mis propios estudiantes. Con una comprensión adecuada de las raíces judías del cristianismo, podemos todos alcanzar una mejor interpretación bíblica que de otra manera no sería posible. Por lo tanto, en este Estudio de Israel, deseo re-enfocar la Bendición Aarónica o Sacerdotal a la luz de las maravillosas enseñanzas judías que he encontrado referente a tan maravillosa porción de las Escrituras. Después de todo, el pueblo judío ha estudiado y vivido según esas palabras por mucho más tiempo que cualquier teólogo cristiano. ¿No tendrán algo que compartir con nosotros? Primeramente, vamos a considerar algunos pensamientos en torno a lo que significa una “bendición.” Luego, voy a analizar cada línea de la Bendición Sacerdotal para afirmar y esclarecer su significado. Finalmente, voy a darle mi versión personal de la bendición, esperando que le sea de continua fortaleza espiritual. ¿Qué es una Bendición? Pronunciar una bendición es el acto de declarar el favor y la bondad de Dios sobre alguien. En la Biblia, vemos que la bendición no es una mera pronunciación de palabras, sino que también posee el poder de hacerlas cumplir. No digo que cada bendición que pronunciemos tendrá su cumplimiento, como si fuese una fórmula mágica. Eso depende de Dios. Sin embargo, ¡tampoco limitemos el poder de una bendición! El apóstol Juan dijo que cuando oramos según Su voluntad, y una bendición es un tipo de oración, podemos tener la seguridad de que el Señor nos escuchará y nos dará lo que le pidamos (1 Juan 5:14-15). Por esa razón, Dios responde a las palabras en nuestras oraciones de bendición. También podemos visualizar una bendición como si Dios arropara a Su pueblo bajo Su amor y cuidado protector. Le pedimos al Señor que intervenga positivamente en la vida de quienes bendecimos. Vemos eso reflejado en los Salmos: “Porque Tú, oh SEÑOR, bendices al justo, como con un escudo lo rodeas de Tu favor” (5:12). “Salva a Tu pueblo y bendice a Tu heredad, pastoréalos y llévalos en Tus brazos para siempre” (28:9). La bendición es opuesta a la maldición. El diccionario bíblico de Eerdmans [traducido al español por esta traductora] define una maldición como: “la invocación para ocasionar daño o perjuicio a una persona (o personas), fuese de manera directa o dependiente de ciertas circunstancias particulares.” De la misma manera, por medio de una bendición, pedimos a Dios que extienda una amplia gama de cosas buenas a la persona que queremos bendecir. Shalom (paz) es una palabra abarcadora que refleja “el estado de plenitud y seguridad, tanto en la dimensión física como espiritual” (definición de Eerdmans). Por lo tanto, la mejor bendición que podamos dar a alguien sería el saludo de shalom. ¿Me permite ofender la teología de algunos? ¿Por qué será más fácil creer que una maldición nos pueda afectar adversamente que aceptar que una bendición produzca igual o mayor efecto, especialmente cuando es cónsona con la Palabra de Dios? Quizás esto le anime, querido lector, para que se acostumbre a pronunciar más bendiciones sobre aquellos cercanos a usted. La bendición del Señor descansa sobre los que le son fiel: "Miren, hoy pongo delante de ustedes una bendición y una maldición: la bendición, si escuchan los mandamientos del SEÑOR su Dios que les ordeno hoy” (Deut. 11:26-27). Algunos de los resultados de Su bendición son: Justicia—“Ese recibirá bendición del SEÑOR, y justicia del Dios de su salvación” (Sal. 24:5). Vida—“[La armonía entre hermanos] es como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí mandó el SEÑOR la bendición, la vida para siempre” (Sal. 133:3). Prosperidad—"Y ahora, ten a bien bendecir la casa de Tu siervo, a fin de que permanezca para siempre delante de ti. Porque Tú, oh Señor DIOS, has hablado y con Tu bendición será bendita para siempre la casa de Tu siervo" (2 Sam. 7:29). Salvación—“La salvación es del SEÑOR. ¡Sea sobre Tu pueblo Tu bendición!” (Sal. 3:8). Perdón de Pecados—“¡Cuán bienaventurado es aquél cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado es cubierto! ¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el SEÑOR no culpa de iniquidad…!” (Sal. 32:1-2a). Paz (Shalom)—“El SEÑOR dará fuerza a Su pueblo; El SEÑOR bendecirá a Su pueblo con paz” (Sal. 29:11). En la Biblia, personas importantes bendijeron a los de menor poder o influencia. Los patriarcas pronunciaron beneficios sobre sus hijos, frecuentemente cerca de la hora de su muerte, como lo hizo Jacob sobre sus 12 hijos (Gén. 49:1-28). Aún si una bendición fuese expresada por error, una vez pronunciada, no se podía retraer, como cuando Jacob y Rebeca engañaron a Isaac, y éste bendijo a Jacob en vez de Esaú (Gén. 27). Líderes a menudo bendicen a su pueblo, especialmente cuando se preparan para su partida. Eso incluye a Moisés (Deut. 33), Josué (22:6-7) y Yeshúa (Jesús) (Luke 24:50). ¿Podrá usted comenzar a comprender el impacto de una bendición? Bíblicamente hablando, ¡esa bendición es algo poderoso! (Para leer más sobre la bendición, procure el Estudio de Israel titulado ‘La Bendición’ en http://www.bridgesforpeace.com/national/pr/PRTL73.html .) 2 ¿Cómo Quiso el Señor Bendecir a Su Pueblo? Ahora consideremos lo siguiente. Las palabras específicas de la Bendición Aarónica o Sacerdotal vinieron de Dios mismo, y se debían pronunciar sobre Su pueblo Israel. De esa manera, Su nombre reposaría sobre ellos. El efecto de Su bendición revelaría Su carácter, Su naturaleza y Su esencia en medio y a través de Su pueblo. Por lo tanto, miremos esas palabras y veamos cómo Dios quería bendecir a Israel y a quien deseara unirse a Su pueblo del Pacto. Según el comentario judío Sifre (de los libros Números y Deuteronomio) y la mayoría de los comentarios rabínicos, la primera bendición se refiere a la prosperidad material, la segunda a las bendiciones de conocimiento e inspiración en torno a la Torá, y la última bendición a la inmerecida compasión de Dios, como reflejado en el perdón de pecados y la dádiva de paz. Primera Bendición: Prosperidad Material La primera porción del texto de la Bendición, “El Señor te bendiga…,” es una invocación para que Dios bendiga a Su congregación con prosperidad material. ¿Por qué se interpreta esto como prosperidad material? El rabino Hirsch del siglo 19 escribió: “Como ese verso de la Bendición concluye con una oración de que Dios nos proteja, es claro que hablamos de beneficios que incluyen la protección, aún después de que [los beneficios materiales] fuesen otorgados. Las bendiciones espirituales son protegidas por el mérito personal (la fidelidad) de los recipientes, pero las bendiciones materiales siempre están sujetas a peligros externos” (énfasis añadido). ¿De qué nos valen las bendiciones materiales si no las podemos guardar o disfrutar? ¿Y de qué cantidad y tipo de bendición hablamos? Aunque las bendiciones puedan ser materiales, eso no descarta otras clases de necesidades. Los judíos eruditos dicen que, como ese es un término general, la cantidad y el tipo de bendición depende de la necesidad individual. Por ejemplo, un comerciante necesita clientes y suficiente mercancía para satisfacer las demandas. Un estudiante necesita la bendición de un creciente intelecto y una mejor memoria para sus estudios. Un padre necesita paciencia y sabiduría para criar a sus hijos en el amor y temor a Dios. Los ancianos tienen necesidades de salud y atención. La bendición del Señor es tan variada como las necesidades individuales a nivel práctico, y no es una mística efímera. “…Y te guarde.” Ese término también puede ser expresado como “dar seguridad” y “cuidar.” Como hemos dicho antes, las palabras utilizadas implican que las bendiciones son principalmente materiales, y que el Señor no sólo las otorga, sino que Él también es quien único las puede garantizar, ya que ni la persona más poderosa del mundo podría garantizar su regalo a otro. Las bendiciones físicas son frágiles y tienden a desintegrarse. Procuramos la protección de Dios para que, una vez otorgadas, no desaparezcan. Por lo tanto, necesitamos Su protección. ¡En serio! Durante los actuales tiempos difíciles, un amigo me dijo que sus miles de dólares en ahorros y planes de retiro se han convertido en meros centavos. Millones de personas alrededor del mundo están anonadadas al ver cómo sus inversiones y el resultado de su trabajo y sudor, supuestamente seguros, se han ido colapsando. Unos por causa de fraude descarado, pero la mayoría a consecuencia de una tormenta financiera de proporciones gigantescas. Verdaderamente, éste es un tiempo en que necesitamos Su protección, además de Su bendición, para guardar los regalos que nos ha dado. Aquí hay un detalle interesante desde la perspectiva judía. La Biblia dice: “Dios te bendiga,” implicando que Dios bendecirá a la persona con riqueza, pero protegerá a la persona, no a la riqueza, para que pueda usarla en beneficio de otros. Según la enseñanza judía, la mejor manera de 3 preservar la riqueza es darla hacia obras de caridad. Esa es la máxima protección del Señor, cuando convierte la riqueza en algo más duradero, asegurando así la continuada bendición del fiel administrador. También hemos escuchado eso por medio de un conocido rabino del primer siglo. Yeshúa nos enseñó: "No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban; sino acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban” (Mat. 6:19-20). ¿Por qué no considera en estos momentos ayudar a los israelíes por medio de Puentes para la Paz? Este estudio debe ser seguido por acción, ¿cierto, discípulos? Segunda Bendición: Conocimiento e Inspiración Espiritual “El Señor haga resplandecer Su rostro sobre ti…” Esta bendición capacita al pueblo del Señor para que estudie la Biblia y aplique su aprendizaje a la vida diaria. En las Escrituras, la luz a menudo simboliza la Palabra de Dios. Por ejemplo: “Porque el mandamiento [mitzvot] es lámpara, y la enseñanza [Torá] luz, y camino de vida las reprensiones de la instrucción” (Prov. 6:23). “Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino” (Sal. 119:105). “La exposición de tus palabras imparte luz; da entendimiento a los sencillos” (Sal. 119:130). Pues cuando los eruditos o sabios judíos leen la palabra “luz” en esta Bendición, una de sus conclusiones en que dicha bendición se refiere a la Palabra, específicamente la Torá. El rabino italiano Obadiah ben Yacov Sforno (1475-1550) ofrece el siguiente midrash (o interpretación): “Que Dios te ilumine para que puedas percibir la maravillosa sabiduría de la Torá y la minuciosa creación de Dios. Luego de haber recibido las bendiciones de prosperidad, tenemos paz mental que sobrepasa los requerimientos elementales de la sobrevivencia.” Por tal razón, esa segunda bendición es una extensión de la primera. ¡Pero aún hay más! Este verso habla acerca de ver el rostro del Señor. Obviamente, eso es figurativo porque en este momento no podemos ver el rostro del Señor…¿o sí podemos? El rostro de una persona refleja su carácter personal. Expresa toda la gama de pensamientos, sentimientos y actitudes. Los ojos son llamados “la ventana del alma.” Si pudiéramos ver el rostro de Dios, podríamos comprender más sobre Su persona. Pero, ¿dónde podemos ver el rostro del Señor? ¡Alrededor nuestro! Romanos 1:20 dice: “Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa” (énfasis añadido). Podemos ver a Dios y conocer Su plan por medio de lo que nos rodea, y también podemos ver a Dios a través de la enseñanza en Su Palabra. Ambos nos ayudan a comprender mejor la grandeza y el poder de nuestro Creador. Cuando eso ocurre, vemos que toda bendición material proviene de Su mano, y no viene por casualidad ni por causas naturales. “…Y tenga de ti misericordia.” Eso es sencillo. Luego de haber recibido la bendición material y física, luego de haber visto Su gloria y Su grandeza, necesitamos hallar gracia ante nuestros semejantes y ante Dios. La gracia es favor inmerecido, algo esencial para que nos podamos acercar al Señor. No hay nada que podamos hacer para merecer Su amor y bendición. Sólo nos acercamos con asombro y le damos gracias por todo lo que nos da sin reproche. ¡Selah! Tercera Bendición: La Compasión de Dios “El Señor alce sobre ti Su rostro…” Podría describirse de esta manera: “Que el Señor torne Su mirada hacia ti.” El rabino Shlomo Ytzhaki, o Rashi (1040-1105), escribió que cuando Dios suprime 4 Su ira, podría interpretarse como una bendición. Aunque seamos pecadores, el Señor evidencia Su especial consideración. No nos castigará, sino que nos perdonará. Esto es continuación de la anterior bendición de misericordia, pero refleja algo mucho más profundo. Yo podré hallar gracia ante alguien, pero podría aún tener algún resentimiento hacia mí. No soy castigado, pero mi relación con la otra persona ha sido afectada, y necesita un poco de tikun olam (o reparación del mundo). Si yo me encontrara con esa persona en la calle, ¿cómo yo podría saber que las cosas entre nosotros no andan bien? ¡Correcto! La persona bajaría su rostro al pasarme de largo. ¡Pero un amigo cercano levantaría su rostro y se sonreiría conmigo! De eso se trata esta bendición, de que nuestro misericordioso y amoroso Señor nos mirará no tan sólo con gracia, sino con favor y alegría. No tendrá una pizca de resentimiento. Cuando veamos el rostro del Señor en dirección nuestra, pondremos tornar nuestro rostro hacia Él. ¡Sabríamos que estamos bien con Él, y que nos ama! Esta tercera bendición se interpreta como la compasión inmerecida de Dios, como cuando nos perdona y nos da Su paz. ¿Merecemos estar separados de Dios debido a nuestro pecado? Absolutamente. ¿Hay algo que podamos hacer personalmente para remover nuestro pecado y librarnos del castigo que nos separa de Él? Cualquier cristiano sabe que no, pero según Efesios 2:410, y el resto de las Escrituras del Nuevo Pacto, el Señor se encargó de abrir el camino para que obtengamos el perdón y la bendición de ver el rostro de Dios. Y eso nos trae a la última bendición. “…Y te dé paz.” Alguien podría experimentar prosperidad material, salud y todo lo demás, pero si no tiene paz, está difícil que lo disfrute. Hasta ahora, hemos andado el camino de la Bendición Sacerdotal, pero finalmente llegamos a la piedra angular. El Señor lo quiere cubrir todo bajo la paz, Su shalom. Este shalom no es simplemente la ausencia de guerra. Es armonía entre fuerzas conflictivas. Debido al pecado, ese conflicto nos distancia del Señor, nos distancia de otros, y aún de nosotros mismos. Shalom es el descanso que resulta cuando se cae toda barrera y cesa toda hostilidad. Esa abarcadora paz sobrepasa la comprensión humana. ¡Es una paz que desafía las circunstancias contrarias que nos hacen gritar de ansiedad! En tiempos buenos y en tiempos malos, esta paz infunde nuestro cuerpo, alma y espíritu. “Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús [Yeshúa el Mesías]” (Fil. 4:6-7). La paz comienza con el Señor (Romanos 5:1-2) y se extiende en todas las áreas de nuestra vida. ¡Esa bendición sobrepasa todas las demás bendiciones que nos ha dado! En Resumen Cuando Yeshúa estaba a punto de despedirse de Sus discípulos diez días antes de Shavuot (Pentecostés), las Escrituras narran que levantó Sus manos y los bendijo (Lucas 24:50). Eso es significativo porque la Bendición Sacerdotal también se hace con las manos levantadas. Yeshúa bendijo a Sus discípulos con la misma bendición que Su Padre ordenó a Aarón que hiciera sobre la casa de Israel, y de esa manera cubrirlos con Su nombre. Imagínese la escena. Cuando Yeshúa pronuncia esas palabras, se eleva ante ellos para comenzar Su ministerio de intercesión. Declara las mismas palabras que Su pueblo ha escuchado por miles de años. 5 A continuación le ofrezco una paráfrasis de esa Bendición, según hemos visto en este estudio: Que el Señor le bendiga con la prosperidad material que necesita, que le proteja para que la use en obras de caridad, y que especialmente tenga el tiempo para estudiar Su Palabra. Que el Señor le dé entendimiento de Su Palabra para que pueda ver la maravilla de Quién Es, de ver cómo hace que todas las cosas trabajen según Su plan, y que le otorgue favor para con Dios y los hombres. Que el Señor colme esa bendición con todo lo que usted no merece, pero desesperadamente necesita, todo lo que desea darle a causa de Su pacto de amor y afecto, ¡y que le sature de Su paz! Mi oración para usted es que experimente esta bendición cada vez que escuche la Bendición Sacerdotal. Pastor Jay Christianson, Comunidad Isacar en Minnesota, EE.UU. Amigo por largo tiempo de Puentes para la Paz 6