RECURSOS NATURALES El pasto es nuestro petróleo Ing. Agr. Ariel Asuaga Ejercicio liberal La Banda Oriental no servía de mucho para los españoles. Montevideo se fundó 234 años después de la llegada de Colón a América y fue fundada perezosamente sobre este río de sueñera como dice Borges, para que los portugueses no llegaran al Río de la Plata. La llamaban tierra de Foto: Plan Agropecuario 62 ningún provecho porque carecía de oro y plata. Luego de haber vivido y prosperado criando vacas, difícilmente la consideremos de ningún provecho y menos aún ahora, cuando tener tierra capaz de producir comida de alta calidad, es de gran provecho y vale mucho más que un Potosí. La producción ganadera no tiene demasiados hitos en su historia. Podemos señalar la introducción del ganado, la mestización con razas británicas, el alambrado de los campos, el frigorífico, el manejo en categorías separadas y algunas pocas cosas más. Al igual que hace 150 años producimos con una fuerte base de campo natural al que manejamos con cargas altas bajo pastoreo continuo. Barrán y Nahum en Historia Rural del Uruguay Moderno señalan que la inversión en el alambrado significó un 25% del valor del ganado, el cual valía mucho. Pienso que se hizo fundamentalmente porque delimitaba a la propiedad. Nos introdujo de lleno en el capitalismo donde la propiedad privada es uno de los pilares del sistema. A su vez expulsó a los ganaderos intrusos sin tierra y redujo la necesidad de mano de obra para apacentar los rodeos. Tanto la redujo que muchos de los desocupados engrosaron los ejércitos de las últimas patriadas. Arriesgaban la vida en las cuchillas, pero comían. El valor del ganado como hace 150 años continuó rigiendo el modo extensivo de producción. El ganado vale mucho, la tierra ganadera no puede usarse fácilmente en otra cosa y el pasto es gratis. Todo esto lleva inexorablemente al manejo extensivo con carga alta. El aumento de productividad, como se lo ha 63 planteado hasta ahora, agrega riesgo a un negocio que solamente ha requerido tener mucho capital arriba de la tierra. Considérese que la palabra capital suele usarse como sinónimo de ganado en la jerga de los paisanos. Uruguay es el lugar mejor conservado de campo natural de la región. En lenguaje ecológico nos ubicamos en el bioma Campos, que incluye partes de Argentina, Brasil y Paraguay. Nuestras pasturas nativas siguen siendo la principal fuente de forraje de la ganadería uruguaya. En ellas se producen todos los terneros y de ahí salen las vacas que componen alrededor de la mitad de la faena. Mucho se ha intentado para “mejorar” y la realidad tozudamente frena los impulsos tecnológicos. Hasta hace muy poco el ganado se valorizaba a tasas muy altas y para capturar ese aumento de valor solamente se necesitaba tenerlo. Para darle de comer se dispone de una descomunal fuente gratuita de alimento: el campo natural. El único riesgo asumido por este sistema es la carga alta. An- Foto: Plan Agropecuario tes las crisis forrajeras se resolvían cuereando; ahora se liquida stock o se lo suplementa, pero el principio es parecido. Es interesante ver un trabajo de Elbio Berretta sobre basalto donde se observa que con 0,6 UG se pasa cualquier crisis. Es muy ingrata la tarea de extensión cuando se intenta proponer cosas nuevas y uno se topa con que si se tienen 0,6 UG el riesgo es cero y ese capital sube su valor sin hacer casi nada. Es muy decepcionante cuando se sabe cómo producir más terneros, pero los productores prefieren producir menos y engordar vacas falladas. Lo que enseña esta realidad es que quienes viven de la ganadería y han sobrevivido a muchos problemas, privilegian por encima de todo la reducción del riesgo y el bajo costo. No será posible incidir desde la investigación, la educación y la extensión si no se entiende el manejo del riesgo que hacen los productores y no se entiende su percepción de las prioridades. Tenemos un recurso forrajero formidable de inestimable valor. Para nosotros equivale al petróleo, con la brutal diferencia de que si lo cuidamos no se agota. Aunque no lo 64 Foto: Plan Agropecuario hemos cuidado ha mantenido su potencial, lo cual habla de su resiliencia y de su resistencia. La carga de un sistema ganadero como el nuestro supone una multiplicación por 10 de la carga original del sistema prístino. Esta alteración descomunal de la carga no parece sostenible indefinidamente sin hacer nada. Debemos intervenir con medidas pastoriles y algunas no pastoriles. Dentro de las pastoriles se encuentran el ajuste de carga, el manejo del pastoreo, las subdivisiones, las fechas de entore, los momentos de venta, etc. Dentro de las no pastoriles podemos citar la introducción de especies, la fertilización, el riego, los suplementos. Las medidas pastoriles se basan en potenciar la captación de la energía del sol; las no pastoriles, en el fondo también, pero necesitan petróleo. Ambas se complementan. No sé si el momento es ahora; el ganado paró de valorizarse a tasas altas desde 2011 y la tierra vale mucho. Parece que estamos en un momento de toma de decisiones. La expresión es dura pero muy clara: los productores hasta ahora rentabilizan el atraso y que nadie se ofenda. Mantienen cargas altas, degradan el campo natural y obtienen baja productividad. No son malos, ni perezosos, ni ignorantes; son racionales y por eso les va bien. Tal vez ahora haya oídos atentos para potenciar productivamente a las pasturas nativas que continúan siendo un recurso dormido esperando su oportunidad. Además nuestro campo natural es uno de los pilares de la naturalidad de los sistemas. Funciona con energía solar y nuevamente se arregla con alambre como lo hizo hace alrededor de 150 años atrás. Si de verdad queremos tener un Uruguay Natural, el buen manejo del campo natural es ineludible. Es un tesoro a la espera y podemos transformarlo en un seguro para el futuro. El Plan Agropecuario es un gran ejemplo de cambio. Es una institución resistente y resiliente. Su origen fue el intento de introducir el modelo neozelandés de fósforo y fijación biológica de nitrógeno. Este modelo, en esencia fracasó, aunque dejó mucha enseñanza. Ahora el Plan Agropecuario es un instituto que sabe mucho de campo natural y también conoce a la gente que en él trabaja. Si estoy en lo cierto en cuanto a que existe la oportunidad de revalorar a las pasturas nativas, hoy veo con entusiasmo que existe apoyo político y que instituciones como INIA y la Facultad de Ciencias también están trabajando fuerte, mientras la de Agronomía sigue enseñando sobre la base sólida dejada por el maestro, Bernardo Rosengurtt. Él fue quien dijo: “Conservemos con cuidados infinitos nuestro patrimonio pratense, simultáneamente nacional y privado, para transmitirlo íntegro a las generaciones venideras”