Mezcla racial en la población chilena

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CIENCIA-CULTURA
Mezcla racial
en la población chilena
CARLOS VALENZUELA Y.
Este artículo explora el problema de la
heterogeneidad racial de la población chilena.
Después de un esbozo histórico sobre las
razas que han habitado este territorio, se explica el modo de colonización española, una
de cuyas características (la asimetría: inmigrante varón, mujer aborigen) parece haber
dado cierta peculiaridad al tipo de habitante
chileno actual.
El autor es profesor asociado de la Facultad de Medicina Norte de la U. de Chile.
Raza y población
La concepción de raza varía enormemente de
acuerdo a las especialidades de los investigadores
que estudian este tema, pero también es diferente en las personas no especializadas. Celebrar un
día de la raza parecerá insólito en algunos ambientes académicos europeos o norteamericanos,
aunque en Iberoamérica es habitual hacerlo. Por
eso es necesario precisar el concepto de raza y
de población, antes de entrar en el tema que nos
interesa.
En este artículo nos referimos a raza como al
resultado de aquel proceso evolutivo de la especie humana por el cual se han formado grupos
de individuos que poseen una historia de ancestros distintos y que han estado geográfica o reproductivamente aislados entre sí, por un período
de tiempo suficiente como para encontrar diFerencias físicas, genéticas o culturales entre ellos.
El énfasis está dado aquí en que raza no es la
instantánea que marca a un grupo, sino que es
una forma estática de ver un proceso evolutivo y
se puede decir que es más propio hablar de proceso de raciación y de derraciación de la raza. Así,
en la dispersión primitiva de los pueblos se produjo la raciación que luego al aumentar la población, especialmente en la época contemporánea,
ha llevado a un proceso de derraciación. Es más
importante la parte histórica ancestral y el aislamiento reproductivo relativo que existe entre los
grupos que las características físicas o culturales
que los separan. Hay una interrelación entre ambos componentes, puesto que son las caracterísMENSAJE N? 285 DICIEMBRE 1979
ticas físicas o culturales las que intervienen en la
mantención y, posiblemente, en el origen de los
grupos. Se comprende i entonces, la dificultad de
delimitar los grupos, puesto que el antecedente
histórico se desconoce en la mayor parte de los
casos y, dado que existe un aislamiento relativo y
los híbridos de grupos diferentes pueden producirse haciendo poco nítidos los límites entre ellos;
pero estas son características típicas de un proceso biológico y no de una abstracción matemática.
El investigador debe contentarse, en la mayor parte de los casos, con comparar caracteres o rasgos
e intentar así, indirectamente, delimitar a los
grupos.
La población es un conjunto de individuos que
comparten una o más características definidas
por la persona interesada en delimitar un compartimiento de la humanidad para su descripción o
estudio. Es, en sí misma, una abstracción estadístico-matemática. Baste preguntarse por la población chilena y se comprenderá que los límites quedan bien definidos por lo que la ley acepta como ciudadano chileno. Entonces, es relativamente
fácil describir la población chilena mediante un
censo.
Es evidente que la población no corresponde a
un proceso biológico, aunque es una herramienta
intelectual poderosa para su estudio.
Composición étnica de la población chilena
¿Es la población chilena étnicamente (racialmente) homogénea? Con las aclaraciones que se
han presentado, y con un conocimiento mínimo
de la población chilena actual, podemos contestar categóricamente que no. La sola existencia de
colonias extranjeras y de reducciones indígenas
formadas por chilenos es una prueba inmediata.
Sin embargo, no es esto lo que se quiere preguntar en la generalidad de los casos, sino que si
existe una subpoblación dentro de la población actual chilena, en cuya formación podamos discernir componentes radicales distintos. Si se descarta el grupo descendiente de extranjeros que forman colonias y los aborígenes que permanecen en
reducciones, queda aproximadamente un 939^ de
la población cuyos componentes étnicos pueden
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¿Población chilena racialmente homogénea?
demostrarse mediante los métodos etnohistóricos
y genéticos.
En la formación de esa parte mayoritaria de
la población chilena han contribuido los tres grupos de razas mayores, como a veces se les denomina, a saber: la caucasoide, la mongoloide y la
negroide. Es esta mezcla un ejemplo típico del
fenómeno de derraciación que ha sido ya mencionado. Es, por lo tanto, impropio hablar de raza chilena en la actualidad puesto que, además,
la miscegenación continúa.
Antiguos habitantes de Chile
Los antiguos habitantes de Chile pertenecen a
un grupo humano derivado del grupo mongoloide
que se extendió por el Asia oriental y que llegó
a América por el estrecho de Behring, hace aproximadamente 40.000 años. De allí migró al sur
hasta alcanzar nuestro territorio. Los restos humanos más antiguos que se han encontrado en
Chile datan de 11.000 a 12.000 años a.C. El objeto
de la migración fue, al parecer, la caza mayor del
mastodonte y paleo-auquénidos (llamas, alpacas y
vicuñas antiguas), caballos y otros hervíboros hoy
extinguidos; animales que migraron debido a las
modificaciones de la vegetación producidas por
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las glaciaciones. A medida que la fauna fue haciéndose escasa, desarrollaron otras técnicas alimentarias, como ser ia pesca y la agricultura, y se
hicieron más sedentarios (aproximadamente entre
5.000 a 2.000 años a.C). También descubrieron
posteriormente la metalurgia. Llama la atención
este desarrollo independiente del realizado por los
grupos caucasoides en Asia occidental y Europa,
tanto en la agricultura y la alfarería, como en la
metalurgia.
En estos milenios y con el cambio sustancial
en la cultura, se produjeron grandes divergencias
entre los grupos que habitaban América, Si bien
es cierto que se puede distinguir en todos el origen mongoloide, existen marcadas diferencias lingüísticas, culturales y físicas como para considerarlos pertenecientes a una población homogénea.
Por ejemplo, los cráneos encontrados hacia la costa del norte chileno se revelan más bien dolicoides (alargados en sentido anteroposterior) y los
encontrados al interior son braquioides (cortos).
En Chile recordaremos sólo algunos nombres de
estos grupos que fueron originados por el establecimiento de los pueblos primitivos, más las invasiones de otros vecinos que se produjeron incluso hasta un poco antes de la conquista española. En el norte grande existen numerosos pueblos que fueron colonizados por el imperio de
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Tiahuanaco, del que derivaron los aymaraes parlantes (hacia 800 d. C.) y por los Incas, de los que
derivaron los quechuas parlantes (1300-1400 d.
C). En el interior de la provincia de Antofagasta
se encuentran numerosos pueblos denominados
antiguamente atácamenos (nomenclatura hoy
abandonada en espera de un mejor conocimiento) que posteriormente fueron colonizados por los
de Tiahuanaco y por los Incas. En el Norte chico
los más representativos eran los Diaguitas. En el
norte, hacia la costa, se encontraban los Changos
que eran preferentemente pescadores. Hacia la zona central y sur se encontraban los pueblos agrupados como araucanos, entre los cuales de norte a
sur estaban los picunches, los mapuches y los
huilliches, dejando hacia la cordillera a los pehuenches. Más al sur se encontraban los Chonos
(Chiloé-Ayscn) y Finalmente los fueguinos: Onas,
Alacalufes y Yaganes. Hacia el lado argentino se
encontraba un grupo importante: los Tehuelches.
La colonización Inca llegó hasta el Maule, pero
fue rechazada por los Mapuches; de allí que a la
llegada de los españoles los pueblos del centro y
Norte chico estaban mezclados en proporción no
despreciable.
La conquista y colonización
La conquista y colonización española tuvo características distintas de la colonización anglosajona y francesa. El indígena americano planteó un
problema teológico y filosófico a la corona española. Los indios ¿tienen alma? La respuesta fue
afirmativa. Tanto el espíritu distinto del español,
manifestado al plantear este problema, como la respuesta, hicieron posible la mezcla racial reconociendo a muchos de los hijos surgidos de esa unión.
Además, al ser evangelizados se incorporaban a
un pueblo que compartía una misma religión, lo
"Los restos humanos más antiguos que
se han encontrado en Chile datan de 11.000
a 12.000 años a. C."
que hacía disminuir más las barreras matrimoniales (se habla aquí de matrimonio biológico, que
no necesariamente coincide con el legal o religioso). Pero no fueron solamente éstas las características diferenciales que introdujo la cultura religiosa hispánica; el sistema de registros parroquiales con la consignación de dos apellidos en los bautizos y el origen étnico de las personas, ha permitido al investigador remontarse incluso hasta el siglo XVI en sus estudios genealógicos. No se pretende aquí negar la depredación y pillaje que impusieron los conquistadores a los indígenas ni,
sobre todo, la gran mortandad que implicó la inMENSAJE N° 335 DICIEMBRE 1979
troducción de nuevas enfermedades, para las cuales los grupos aborígenes americanos no poseían
sistemas de inmunidad. Este último hecho da testimonio de la gran diferencia en los sistemas
inmunológicos que existía entre dos grupos étnicos separados de un tronco común (si alguna vez
lo hubo), por más de 50.000 años. Si esta diferencia se produjo por una historia de enfermedades
sufridas, distinta o por azar, en la variación de las
frecuencias genéticas de los sistemas inmunitarios, es motivo de investigación.
La población ibérica era, a su vez, en el momento de la conquista de América, un conglomerado de grupos étnicos de preferencia caucasoide,
aunque con no poca mezcla negroide, traída por
las invasiones árabes. Sabemos que a ella contribuyeron íberos, celtas, romanos, fenicios, griegos,
vascos, germanos, semitas —tanto árabes como judíos— y otros grupos de menor importancia. Es,
por lo tanto, una población heterogénea y lo es
también el continente que llegó a la conquista y
a la colonización americana.
Durante la conquista y primera parte de la colonización, llegaron a Chile españoles de preferencia varones. Es así que hacia 1580 había en
Chile cerca de 1.100 varones y sólo 50 mujeres españolas. El matrimonio que dio origen al mestizo
fue asimétrico; en la mayor parte de los casos se
trató de un varón español y una mujer indígena.
El establecimiento del español en Santiago, hacia
el sur hasta el Maule y al norte hasta La Serena, permitió una mezcla con indígenas posiblemente picunches y diaguitas, con mezcla Inca, cuyo porcentaje es difícil valorar. Desafortunadamente no hay reducciones indígenas contemporáneas de tales pueblos y la posibilidad de saber
la genética de ellos, aún indirectamente, no está
a nuestro alcance. Suponer que los primeros eran
étnica y genéticamente iguales a los actuales mapuches, es sólo1 una aproximación muy primitiva.
La gran diferencia en la capacidad bélica hace
sospechar que al menos culturalmente diferían en
forma sustancial.
Durante la colonia continúa la llegada de españoles, pero cada vez más como matrimonios; por
otra parte, la población mestiza continuó aumentando y se agregó a la población española inmigrante, algunos casos esporádicos de europeos no
españoles. En el siglo XVII y XVIII, ocurre la
llegada de esclavos negros, en pequeña proporción respecto de la población general. Estos inmigrantes se radicaron preferentemente en los alrededores de Santiago, Valparaíso y Norte chico, llegando hacia el sur hasta el río Maule.
Hacia fines del siglo XVTIT y el XIX continúa
la llegada de españoles, detenida en los momentos de la Independencia. Esta inmigración reaparece en la segunda mitad del siglo XIX para continuar hasta nuestros días. En el siglo pasado llegan los colonizadores alemanes que se radican en
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Heterogeneidad relacionada con el estrato
socio-económico
las provincias del sur y, desde fines del siglo pasado hasta hoy, se produce la inmigración de árabes, yugoslavos (norte y región austral), europeos
no españoles, judíos, asiáticos y otros inmigrantes movidos especialmente, por las crisis producidas pur las guerras europeas y las dos guerras
mundiales.
En general, la inmigración tiene como característica que es preferentemente de varones y, en
todo caso, es el varón inmigrante que elige una
mujer aborigen o, más tardíamente, una mujer
chilena. Las mujeres inmigrantes o vienen acompañadas de sus esposos o se casan entre los colonos de sus mismos países o continentes.
De los últimos censos puede aproximarse que
el contingente de extranjeros en Chile es de 200.000
y los mapuches que viven en nuestro país (todos
con algo de mezcla) son aproximadamente, 500.000.
Los otros indígenas son de número muy reducido. De allí la aproximación al 93W de la población
chilena supuestamente mixta español-aborigen.
cuando al grado de mezcla y esta heterogeneidad
está relacionada con el estrato socioeconómico al
cual pertenecen. A medida que el nivel socioeconómico aumenta, disminuye el componente aborigen de la mezcla. Es necesario referirse al modo
como es calculado el porcentaje de mezcla: en casos particulares y donde el número poblacional
es pequeño, este cálculo se ha realizado por estudios históricos, pero no puede realizarse en esta
forma en grandes poblaciones. Tanto en pequeñas
o grandes poblaciones se ha estimado la mezcla
por el método de las frecuencias génicas calculadas de las frecuencias de ciertos marcadores genú icos. También se ha calculado esta mezcla por
las frecuencias de un carácter cuya determinación
genética es alta. Lo que se busca en la práctica,
es un carácter que sea determinado casi exclusivamente por la genética del individuo en forma no
ambigua y cuya frecuencia sea muy distinta en
las poblaciones ancestrales; en este caso, en la población española y aborigen que se me7xlaron pata constituir la población chilena.
Como marcador genético se ha usado, preferentemente, los grupos sanguíneos y, entre ellos, el
grupo clásico ABO, el Rh, el MN, el Duffy, el Kell
y otros. Al parecer, la población aborigen chilena
era de grupo O, Rh positivo en su totalidad. Recientemente ha surgido la duda, puesto que algunas momias incas han sido clasificadas en los
grupos A, B y AB, pero en todo caso, la frecuencia de los genes para A y B sería muy baja en la
población aborigen. Es decir, la frecuencia del gen
O en los aborígenes puede tomarse como de un
100% (1), en cambio, en algunas poblaciones actuales españolas, esta frecuencia es de 60%
(0.6). Conociendo la frecuencia del gen O en
una población chilena actual, puede calcularse el
porcentaje de mezcla. El porcentaje de mezcla
calculado en esta forma, varia según el nivel socioeconómico, el tipo de cultura, el origen étnico
y según otras variables de menor importancia. Es
así que los estudiantes de Medicina presentan frecuencias para el grupo ABO iguales a las europeas.
En cambio, en bancos de sangre de los hospitales del SNS se encuentra que el porcentaje de
Grado de mezcla
Los estudios genéticos e históricos de esta población mixta han revelado que es heterogénea en
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mezcla aborigen varía de un 30 a un 50%. En los
lugares aislados donde habitan actualmente aborígenes (mapuches y de lengua aymará), se han
encontrado porcentajes de mezcla hispánica entre un 5 a un 10%. La población beneficiaría del
SNS presenta un porcentaje de mezcla aborigen
cercano al 40%.
Si se utilizan otros marcadores, como ser el
grupo Rh, se encuentra una fuerte coincidencia
al estudiar los porcentajes de mezcla. El grupo
"La población beneficiaría del SNS
presenta un porcentaje de mezcla aborigen
cercano al 4O°/o".
Rh (—) fue introducido por los españoles, puesto
que no existía en la población aborigen. Se han
utilizado otros caracteres, como ser mancha mongólica, diente en pala, mesiogiroversión de los incisivos, degustación del PTC (sustancia que algunas personas gustan y otras no). Y aunque estos
caracteres no tienen una relación tan clara con el
genotipo (genes que los determinan), arrojan cifras cercanas a las calculadas utilizando los grupos sanguíneos.
tamaño de diente de tipo aborigen, una gran incompatibilidad podría producirse; esta hipótesis está en investigación. Hay muchas evidencias que
indican que la estatura del chileno está influida
marcadamente por los ancestros aborígenes. Parece claro, en la actualidad, que no sólo el medio
ambiente nutricional esté actuando en producir
las diferencias antropométricas entre la población
chilena y las europeas. Otra relación interesante es
la semejanza encontrada en la patología del cáncer entre la población chilena y la japonesa; esta
semejanza aumenta al considerar provincias con
mayor frecuencia de población aborigen. Se ha
mencionado también la resistencia diferente de
ambas poblaciones a ciertos fármacos; por ejemplo, el cloramfenicol ha causado graves complica
ciones en Europa y Estados Unidos y, sin embargo, esas complicaciones han sido raras veces vistas
en Chile, donde esta droga se usa en grandes cantidades. Finalmente, y a un nivel más hipotético, se
ha mencionado ta influencia cultural del pueblo
aborigen transmitida preferencialmente por la madre, que daría un sentido distinto a la afectividad
de los individuos; la base de este pensamiento es
el cruzamiento asimétrico ya mencionado y la comprobación de la gran influencia materna en los
primeros años de vida.
Consecuencias de importancia médica
de la mezcla racial
Hay consecuencias bien fundamentadas y otras
sobre las cuales existen muchas evidencias, aunque no se ha llegado a una demostración definitiva. Ya hemos mencionado que la susceptibilidad
de los aborígenes a las enfermedades era diferente de aquella de los españoles sometidos por siglos a epidemias que diezmaban a la población.
La introducción de grupos sanguíneos desconocidos, trajo consigo la aparición de la incompatibilidad materno fetal. Tanto la introducción de
los grupos A y B como del Rh (—) son responsables de un sinnúmero de fallecimientos in útero
o recién nacidos y de no pocos casos de alteraciones neurológicas producidas por las complicaciones de la hemolisis. Afortunadamente, el problema del Rh está hoy en día casi totalmente resuelto.
Otros problemas producidos por la mezcla racial, que pueden mencionarse, son: la Colestasis
del embarazo (prurito o ictericia) que parece ser
más frecuente en los pueblos aborígenes; se ha
mencionado que algunos casos de malposición
dentaria pudieran originarse porque tanto la arcada dentaria como el tamaño del diente son distintos y genéticamente controlados en la población aborigen y española; en el caso que un individuo haya recibido información genética para arcada de tipo europeo e información genética para
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