16 revista ConCIENCIA a actualidad científica Después de la pasteurización, Exactamente 126 años después de que Louis Pasteur le mostrara al mundo que la leche podía eliminar agentes patógenos con un proceso llamado pasteurización, la industria láctea está frente a otro nuevo proceso tecnológico superador, la homogeneización por alta presión. El beneficio que aporta: como no funciona por calor –como la pasteurización– evita que los alimentos pierdan sus vitaminas, a la vez que extiende su vida útil. Bioq. Patricia Burns Becaria Doctoral CONICET pburns@fbcb.unl.edu.ar Dra. María Luján Capra Becaria Posdoctoral CONICET (FIQ UNL) mcapra@fbcb.unl.edu.ar Dr. Gabriel Vinderola Investigador Adjunto CONICET Profesor Adjunto (FIQ UNL) gvinde@fiqus.unl.edu.ar La homogeneización de alta presión (HPH, por sus siglas en inglés) es una tecnología continua o semi-continua basada en la aplicación, a fluidos o sustancias fluidificables (alimentos, productos de cosmética) y durante unos pocos milisegundos, con múltiples fines. En la HPH, el fluido a tratar es impulsado bajo presión a través de un estrecho orificio donde está sujeto, primero, a una rápida aceleración, y luego a un brusco descenso de presión. Durante esta secuencia se forman burbujas de vapor de agua y otros solventes en la masa del fluido. El fenómeno que tiene lugar se denomina cavitación. Las burbujas generadas colapsan y ejercen un efecto explosivo sobre las partículas en suspensión e incluso sobre las células microbianas, destruyéndolas o alterándoles ciertas actividades metabólicas o propiedades superficiales, según la magnitud de la presión aplicada. De ese modo, a través de la HPH es posible eliminar microorganismos, como las bacterias patógenas, de un fluido destinado a la alimentación humana (leche, por ejemplo) utilizando un tratamiento que no usa altas temperaturas. Esto sitúa a la HPH en una posición ventajosa respecto de la pasteurización o la esterilización, ya que permite mantener muchas propiedades benéficas de los alimentos (ciertas vitaminas por ejemplo) que resultan afectadas por aplicación de calor. Esta novedosa tecnología representa, al momento, una de las herramientas más estudiadas debido a su potencialidad aplicativa a nivel industrial para una amplia gama de fluidos con objetivos muy diversos. En las industrias farmacéutica, cosmética, química y alimentaria, la alta presión de homogeneización se utiliza para la preparación o estabilización de emulsiones y suspensiones, o bien para generar cambios físicos en los productos, como por ejemplo cambios en la viscosidad. Particularmente en la industria láctea, el homogeneizador de alta presión es, en realidad, un equipo ya conocido debido a que se utiliza para romper los glóbulos de grasa en la producción de leche homogeneizada, pero en este proceso se utilizan presiones mucho menores que aquéllas necesarias para lograr la destrucción de células microbianas. Si bien el tratamiento térmico es uno de los procesos más efectivos y económicos para lograr la inactivación de microorganismos, no puede ser utilizado para componentes o dispersiones termolábiles. Por lo tanto, existe un interés cada vez mayor en la utilización de procesos suaves en frío, los cuales combinan una reducción eficiente de la carga microbiana con una máxima retención de las propiedades químicas y fisicoquímicas del producto. Numerosos trabajos sugieren que la HPH aplicada a la leche podría resultar una herramienta útil para la elaboración de productos lácteos fermentados con características sensoriales y estructurales modificadas, pero sin efectos adversos en su seguridad y vida útil. Así, la HPH resulta una de las alternativas más prometedoras a los tratamientos térmicos tradicionales para la diversificación y preservación de alimentos. Esto es importante si se tiene en cuenta que, en años recientes, se ha incrementado el interés de los consumidores por aquellos productos naturales o mínimamente procesados, pero con propiedades sensoriales atractivas. Un trabajo novedoso Un grupo pionero en el estudio del potencial aplicativo de la HPH es el equipo liderado por la Dra. Maria Elisabetta Guerzoni del Dipartimento di Scienze degli Alimenti, Università di Bologna, en Italia. Este grupo demostró la efectividad de la HPH en la inactivación de diversos microorganismos patógenos y contaminantes, tanto en alimentos como en sistemas modelos. No obstante, los microorganismos presentan distinta sensibilidad dependiendo de la especie, la severidad del tratamiento y la composición del medio, por lo que debe estudiarse cuidadosa- mente cada caso en particular. Además de su efecto sobre la carga microbiana del fluido en cuestión, la HPH produce ciertas modificaciones fisicoquímicas en la matriz alimentaria, especialmente en las proteínas, lípidos y polisacáridos, generando cambios tanto en sus propiedades funcionales y susceptibilidad al ataque enzimático como en la microestructura del alimento, dependiendo siempre el grado de modificación logrado de la presión aplicada. Es de particular interés el potencial de la HPH en la elaboración de quesos: varios trabajos reportan que el tratamiento HPH mejoraría las características de coagulación de la leche, incrementando la retención de agua en quesos frescos y, por lo tanto, el rendimiento quesero. La mayor retención de agua se podría deber tanto a una modificación en la capacidad de ligar agua de las proteínas como a una mayor retención de proteínas de suero en la cuajada. Se observa, además, un incremento de la actividad proteolítica y lipolítica en etapas tempranas de la maduración de quesos, lo que podría deberse a una mayor exposición de las macromoléculas al ataque enzimático. Es de interés también la utilidad de la HPH en la elaboración de otros productos lácteos como los yogures. Diversos trabajos demostraron que yogures elaborados a partir de leche tratada por HPH presentan mayor contenido de aminoácidos, mayor viscosidad y mejores características de cuerpo y textura. Así, la aplicación de alta presión ha sido propuesta como una alternativa al uso de aditivos que podrían afectar las propiedades sensoriales del producto. Esta tecnología podría, además, resultar una alternativa a los tratamientos térmicos para reducir la antigenicidad de las proteínas de la leche. La -lactoglobulina es considerada uno de los principales alergenos del suero bovino. Algunos trabajos sugieren que la combinación de digestión enzimática y alta presión podría revista ConCIENCIA 17 la homogeneización (a) Equipo de laboratorio empleado para realizar la homogeneización de alta presión (HPH) de la leche. Tratamiento de la leche en laboratorio con un equipo de homogeneización de alta presión (HPH). incrementar la hidrólisis de dichas proteínas, dependiendo del tipo de enzima. Esta reducción en la antigenicidad de los hidrolizados podría resultar una alternativa interesante en la elaboración de formulaciones destinadas a infantes, utilizadas como suplementos o sustitutos de la leche materna. boración de yogur y queso Crescenza no fue útil como única barrera a implementar para controlar la presencia de fagos en la materia prima. Sería entonces interesante, por un lado considerar otros tratamientos posibles de combinar con HPH y, por otra parte, estudiar las modificaciones fisicoquímicas que ocurren en la leche tratada a estas presiones por un número de pasajes elevado, a fin de evaluar la factibilidad de su empleo como materia prima para la elaboración de productos lácteos particulares. Otro de los objetivos del trabajo realizado en el marco del proyecto de colaboración conjunta entre INLAIN y Universidad de Bologna fue evaluar el potencial de la leche tratada por HPH para la elaboración de un queso fresco y un yogur como vehículos de bacterias probióticas, como Lactobacillus acidophilus y L. casei. Los resultados obtenidos fueron muy satisfactorios tanto para quesos como para yogures. El tratamiento HPH no afectó la viabilidad de las bacterias probióticas utilizadas e incluso se observó una mayor viabilidad de L. acidophilus en el queso HPH respecto al queso tradicional elaborado con leche pasteurizada. Estos resultados fueron también confirmados mediante técnicas de biología molecular. Tanto el perfil de ácidos grasos libres como el análisis de componentes volátiles mediante cromatografía gaseosa demostraron mayor actividad lipolítica en los quesos HPH que en los quesos tradicionales. Mediante el análisis de textura se observó que los quesos HPH presentaron mayor firmeza, consistencia, cohesividad e índice de viscosidad. En cuanto a los yogures HPH, éstos resultaron también buenos vehículos para bacterias probióticas. Al igual que en el caso del queso, las características de textura resultaron favorecidas por el tratamiento HPH ya que los yogures presentaron un coágulo más firme que los yogures hechos con leche pasteurizada. Además, el análisis organoléptico resul- Probióticos Las bacterias probióticas son microorganismos que producen diversos efectos benéficos sobre la salud del consumidor, uno de los más difundidos es la capacidad de “aumentar las defensas naturales del organismo”. Debido a que existe escasa información sobre las características microbiológicas y sensoriales tanto de quesos como yogures adicionados de bacterias probióticas y elaborados a partir de leche tratada por HPH, investigadores del Instituto de Lactología Industrial (INLAIN) –dependiente de la Facultad de Ingeniería Química (UNL) y el CONICETjunto a investigadores del Dipartimento di Scienze degli Alimenti, Università di Bologna (Italia) realizaron un trabajo de colaboración en el marco de un Proyecto de Cooperación Científica y Tecnológica entre Italia y nuestro país. Uno de los aspectos abordados al estudiar los efectos del tratamiento de HPH a leche fluida fue la potencialidad de su aplicación en la inactivación de bacteriofagos. Las infecciones fágicas se consideran todavía la principal causa de fermentaciones anómalas y pérdidas económicas en la industria láctea fermentativa y un problema de reciente aparición en los procesos que usan bacterias probióticas. Hasta el momento, el estudio de la aplicación de altas presiones dinámicas sobre la viabilidad de fagos de bacterias lácticas es muy escaso. Nuestra experiencia en el tema nos permitió concluir que los bacteriofagos son muy resistentes al tratamiento HPH. Por tal razón, esta metodología aplicada en las condiciones evaluadas para la ela- (b) Aspecto de un queso tradicional italiano (Crescenza), adicionado de bacterias probióticas, elaborado con leche tratada por HPH (a) y leche pasteurizada (b). Se observa una mayor firmeza y retención de agua en el producto elaborado con esta nueva tecnología. Qué es la pasteurización La pasteurización, a veces denominada pasterización, es el proceso térmico realizado a líquidos (generalmente alimentos) con el objeto de reducir los agentes patógenos que puedan contener, tales como bacterias, protozoos, mohos y levaduras. El proceso de calentamiento recibe el nombre de su descubridor, el científico-químico francés Louis Pasteur (1822-1895). La primera pasteurización fue realizada el 20 de abril de 1882 por el mismo Pasteur y su colega Claude Bernard. El avance científico de Pasteur mejoró la calidad de vida al permitir que ciertos productos alimenticios básicos, como la leche, se pudieran transportar largas distancias sin que la descomposición los afectara.[] En la pasteurización, el objetivo primordial no es la eliminación completa de los agentes patógenos sino la disminución sensible de sus poblaciones, alcanzando niveles que no causen intoxicaciones alimentarias a los humanos. En la actualidad, la pasteurización es objeto de cada vez más polémicas en ciertas agrupaciones de consumidores a lo ancho del mundo, debido a las dudas existentes sobre la destrucción de vitaminas y alteración de las propiedades organolépticas (sabor y calidad) de los productos alimenticios tratados. tó satisfactorio tanto para quesos como para yogures. Este trabajo fue merecedor del primer premio en el XI Congreso de Ciencia y Tecnología de Alimentos, organizado en setiembre de 2007 en Buenos Aires por la asociación Argentina de Tecnólogos Alimentarios (AATA). Los resultados obtenidos sugieren que la HPH de la leche podría resultar una herramienta útil para la elaboración de nuevos productos lácteos fermentados probióticos con características sensoriales y estructurales modificadas respecto a los tradicionales permitiendo expandir la gama de alimentos funcionales en el mercado y satisfacer la heterogénea demanda de los consumidores. Equipo de Investigación Dr. Jorge Reinheimer (Director) Dr. Gabriel Vinderola Dra. Maria Luján Capra Bioqca. Patrícia Burns