SHAVUOT, PENTECOSTÉS ¡3000 AÑOS DE FIESTA! 1. ¿Tres mil años de fiesta? Es una buena pregunta para una celebración que ha logrado mantenerse vigente tanto tiempo. En principio es una fiesta judía. La tradición cristiana hunde en ella sus raíces y celebra también la irrupción del Espíritu. Entonces se hace necesario preguntarse: ¿Cuál es su origen? ¿Qué acontecimientos conmemora? ¿Con cuáles nombres se le conoce? ¿Quiénes participan? ¿Qué significa para nosotros? ¿Cómo debemos celebrarla hoy? ¿Con cuáles signos?... En realidad no sabemos si celebramos una festividad aún más antigua, pues las fuentes que tenemos para conocerla corresponden con las tradiciones hebreas antiguas, sobre todo en la Biblia hebrea. Esta festividad judía, probablemente, en su origen era compartida también por otros pueblos, y se le conoce con el nombre de SHAVUOT, en idioma hebreo. Los cristianos la hemos heredado bajo el nombre griego de PENTECOSTÉS (cincuenta días) 2 ¿CUÁNDO SE CELEBRA PENTECOSTÉS? El pueblo de Israel celebra esta festividad siete semanas después del día de Pascua, en el día siete del mes de Siván que corresponde al período entre la segunda mitad de mayo y la primera mitad de junio según nuestro calendario occidental. Para comprender mejor nuestra herencia de SHAVUOT, es necesario que hagamos una caminata por su historia. Vamos a detenernos en tres momentos significativos. No necesariamente son evolutivos, pero es necesario aclarar que sí son diferentes, y celebran acontecimientos muy especiales para la vida del pueblo, judío o cristiano. Por esta razón no es conveniente considerar a una mejor que la otra. 3 ALEGRÍA POR LA COSECHA Para el pueblo judío, el pueblo de Biblia, la tierra es un elemento fundamental (ver Gén 12,1-3). Significa vida, trabajo, esperanza, estabilidad, paz. Por estas razones, la alegría de ver florecer la tierra con el fruto de su trabajo, especialmente en la cosecha de granos, se convierte en una gran fiesta. Este acontecimiento nos hace observar cómo el ser humano busca la celebración como expresión de sus sentimientos de júbilo y gratitud. En la Escritura Hebrea encontramos la Fiesta de SHAVUOT mencionada bajo tres nombres distintos: FIESTA DE LA SIEGA O DE LA COSECHA. Se trataba de la celebración del final de la cosecha, la última del año (Éx 23,16). Es una celebración ecológica, de gratitud a la naturaleza por la abundancia de su fruto. Es la manifestación de confianza hacia la tierra, de la que se espera fertilidad y sustento. Más adelante, dentro de un contexto religioso, esta celebración está marcada por la ofrenda de dos panes en el servicio litúrgico del Templo (Lev 23,15-17). FIESTA DE LAS SEMANAS. Con el paso de las épocas, el pueblo de la Biblia fue reconociendo la acción de Dios en su favor, a través del fruto de su trabajo. Con motivo de la Fiesta de la Siega (cosechas) se introducirá el elemento religioso formal, con ritos y ofrendas, alrededor del Templo. A esta celebración religiosa se le llamará Fiesta de las Semanas, porque tiene lugar siete semanas después del día de la Pascua. La comunidad entera se alegra y celebra (Lev 23,15-22). FIESTA DE LAS PRIMICIAS. Es una consideración especial del fruto del trabajo. Antes de cualquier ofrenda, los panes mencionados en Lev 23,17 debían ser entregados, pues eran la primicia de las cosechas. (Dt 26, 1-11). Como casi todas las fiestas judías, desde su origen pastorilecológico, SHAVUOT es una experiencia comunitaria (Núm 28,26). Según la tradición posterior de la religión judía, en el libro de la Misná, se profundiza el sentido agrícola y ecológico de SHAVUOT, diciendo que el mundo es juzgado a partir del “fruto de los árboles”, pues en esta fecha se puede determinar la suerte de escasez o de abundancia. Tan significativa es esta fiesta para el pueblo judío que se une en importancia a la de la Pascua y a la de los Tabernáculos. La fiesta de SHAVUOT es una prolongación de la Pascua, que colabora a una mayor comprensión de la experiencia del Éxodo. De hecho es considerada el final de la celebración de Pésaj (Pascua). Una de las razones por las que se considera SHAVUOT como Fiesta de las Semanas, es por la importancia que tiene el tiempo para el pueblo de Israel; para ellos estas siete semanas, constituyen una ocasión propicia para madurar y profundizar el sentido de la Pascua 4 ALEGRÍA POR LA ENSEÑANZA DE DIOS. Para el pueblo de Israel, la TORA o LEY es mucho más que listas de mandamientos. La TORÁ es en realidad toda la Escritura. El significado de TORA es enseñanza, instrucción, en cuanto orientación al ser humano hacia la vida. La Torá o Ley enseña a vivir. Para ellos, la TORÁ es un don de Dios. Los mandamientos no significan una pesada carga, sino un espacio que Dios les ha dado para desarrollar la capacidad de servicio; espacio para respetar la dignidad de todo ser humano; espacio para amar a Dios. Es la posibilidad de vivir en la Alianza. En PENTECOSTÉS, los judíos celebran el don de la Torá. Dios entrega la Torá al pueblo de Israel. Todo el pueblo escuchó la gran voz: "Yo soy el Señor tu Dios..." (Ex 20,1), desde entonces son propiedad de Dios, elegidos por Dios; pero a la vez, ellos han elegido a Dios y agradecen su enseñanza para la vida. Dios y el pueblo hacen Alianza. El propósito de la Torá es lograr la santidad de la humanidad. Esta santidad la entiende el pueblo judío como una búsqueda constante de la justicia. La justicia es consecuencia inmediata del amor al prójimo, pues en cada ser humano podemos encontrar la imagen de Dios. ALEGRÍA POR EL ESPÍRITU: tanto la fiesta agrícola de la cosecha como la alegría por el don de la Torá son parte de las festividades que celebraron José, María, Jesús, sus discípulos. Es muy probable, como lo dicen los Hechos de los Apóstoles, que los discípulos, María y los demás estuvieran celebrando Shavout cuando tuvo lugar la irrupción del Espíritu Santo (Hech 1, 12-14; 2, 1-13). Ahora, los cristianos observan cómo Dios sigue interviniendo en la historia. En esta visita del Espíritu Santo, los cristianos reconocen la presencia y la fuerza de Jesucristo, el Resucitado que les sigue proponiendo un proyecto para la vida, una nueva alianza. 5. ¿CÓMO DEBEMOS CELEBRAR PENTECOSTÉS? Cuando el pueblo judío agradecía a la vida por el don de las cosechas, a Dios por el don de la Torá o de la Ley, tenía presente que ese agradecimiento debía hacerlo involucrando a la comunidad. La dignidad de las personas estuvo presente en estas celebraciones. Por eso vemos en distintas narraciones bíblicas cómo en esta festividad se tiene especial atención a las necesidades de los pobres, las viudas, los huérfanos, los extranjeros. Veamos Dt 16,9-12; Lv 23,1522). Es decir, la fiesta compromete con los pobres. Tiene un fuerte contenido social. En el Evangelio hemos leído como Jesús influenciado por las enseñanzas de estas celebraciones, siempre tiene especial atención a éstos pobres, viudas, extranjeros. Por eso, el Pentecostés cristiano ha de ser un espacio para la celebración de la solidaridad con los pobres. Debemos decir con nuestras actitudes que el proyecto de Jesús sigue vivo (Mt 25, 31-46). El Espíritu Santo es la garantía de que Cristo está viviendo. Esta fiesta de Pentecostés es una invitación para que vivamos en el Espíritu del Resucitado, como resucitados. Aquí es cuando debemos sentir el compromiso de prolongar el proyecto de Jesús: el amor, la justicia, la paz, la solidaridad. Pero también celebrar la presencia permanente del Espíritu Santo en la Iglesia, es celebrar la plenitud y madurez de la Pascua, el mejor don del Resucitado es su Espíritu, donado a todos y todas. En aquel día de Pentecostés, quedó llena de vida la primera comunidad cristiana y empezó su trabajo misionero, animada por el Espíritu, saliendo a predicar la Buena Nueva a todas las naciones. Material del Centro de Estudios Judeocristianos de las Religiosas de SiónMoravia