12 Lunes San Pancracio Mayo Semana IV de Pascua +FK6OJn 10,11-18 En aquel tiempo, dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.» &RODERUDGRUHV +RVSLWDODULRV \ UHOLJLRVDV YLYLPRV GH nXHVtro trabajo y recibimos por ello nuestro salario. Los laicos a tttulo personal-Iamiliar, la YiGa consaJraGa GesGe un perÀl comunitario. Es necesario y digno ganarnos el pan, pero en ello no puede reducirse nuestro compromiso. El EYangelio nos conIronta con las motiYaciones desde las cuales estamos implicados en el proyecto. El Iruto Iundamental de la YiYencia Yocacionada de la +ospitalidad es la gratuidad en la entrega, aspecto que no podrá jamás sustentarse en salario alguno y esta llamada es Yálida tanto para religiosas como para seglares. Mayo Semana IV de Pascua Martes Nuestra Señora de Fátima 13 +FK6OJn 10,22-30 Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: «¿Hasta cuando nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente.» Jesús les respondió: «Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.» ¤&uán diItcil es romper con los paradigmas preYios Lo Iue para los coetáneos de Jesús, lo es para nosotros. ¢1o será la reYitali]aciyn y reestructuraciyn una oportunidad para concebir y YiYir nueYas Iormas de +ospitalidad" Que no nos ocurra como a aquellos judíos que recibieron el peor de los reproches: “No creéis porque no sois ovejas mías.” ¢Estamos dispuestos a recrear la +ospitalidad para los nueYos tiempos: misiyn compartida, identidad eYangeli]adora, ir a las Ironteras, Yisiyn inclusiYa, opciyn radical por los desposeídos¬" ¢+asta dynde estamos dispuestos a llegar" 6in acciones innoYadoras no habrá recreaciyn posible. 14 Miércoles San Matías (F) Mayo Semana IV de Pascua +FK6OJn 15,9-17 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.» La alegría de la que nos hablan los eYangelios es proIunda, serena, con manifestaciones acordes con esa profundidad que nace de la certeza de sentirnos acompañados por un 'ios YiYo, cercano y compañero infatigable de camino. Las circunstancias socio-econymicas que atraYesamos pueden golpearnos de modo que esa alegría e[pansiYa que se traduce en dinamismo y creatiYidad, en apuesta cierta por un futuro mejor, se Yaya difuminando en nuestra Yida. Jesús y el 3adre están a nuestro lado. Es motiYo suÀciente para hacer de la alegría un antídoto ante la desesperanza /o el desánimo. Mayo Semana IV de Pascua JueYes San Isidro (M) 15 +FK6OJn 13,16-20 Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo: «Os aseguro, el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: “El que compartía mi pan me ha traicionado.” Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy. Os lo aseguro: El que recibe a mi enviado me recibe a mí; y el que a mí me recibe, recibe al que me ha enviado.» Jesús anuncia que uno de los suyos, uno que compartía su pan, lo entregaría. La traición, aún al interno de quienes nos proclamamos seguidores de Jesús, está presente hoy como lo estuYo en la primera hora. Jesús nos inYita a ´laYar los piesµ para quitar y quitarnos las impurezas del camino. 1o se trata de hacer polYareda sino de implicarnos en la limpieza. La crítica fácil, el dedo acusador, la falta de comprensión no pueden ganarnos la partida¬ ¡Todo un reto cargado de simbolismo y aplicable a nuestra realidad personal y comunitaria! 16 Viernes Santa Gema Galgani Mayo Semana IV de Pascua +FK6OJn 14,1-6 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.» Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.» Jesús es el camino, la Yerdad y la Yida. Lo hemos leído y reÁe[ionado cientos de Yeces, pero en cada recodo de nuestra Yida la llamada tiene un color, una insistencia, una luz particular. 6ocial y comunitariamente YiYimos tiempos marcados por la incertidumbre y, en ocasiones, por la angustia que de ella se deriYa. También en esas situaciones, Jesús continúa presentándose como camino, Yerdad y Yida. 'e nosotros depende buscarlo e integrarlo en el diario YiYir, o perderemos el rumbo. 8n cristiano no puede jamás aÀrmar que no sabe qué hacer ni hacia dónde ir. Mayo Semana IV de Pascua Sábado Ssan Pascual Bailón 17 +FK6OJn 14,7-14 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.» Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.» De pequeños nos enseñaron que si pedimos algo en la oración y no se cumple es porque Dios sabe que, en realidad, no nos conYiene. ¡Vaya faena! ¢&ómo Ya a conYenir tanta desolación, tantas injusticias, tanto dolor¬" $lgo no encaja¬ o sí¬ porque dice Jesús: ´El que cree en mí, también hará las obras que yo hago”. O sea que Jesús sigue actuando en sus seguidores. Entonces la pregunta y el desconcierto se transforman en inYitación al compromiso. ¿Cómo hacer posible el milagro del bien y la Yerdad a nuestro alrededor" 18 Domingo San Juan I, papa Mayo Semana V de Pascua +FK6O3HJn 14,1-12 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.» Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.» Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre.» DOMINGO V DE PASCUA Frase: “El Padre permanece en mí.” Meditación: Nuevamente la Palabra nos presenta a Jesús como camino, verdad y vida. Tanta insistencia tiene una intencionalidad pedagógica y pastoral. Jesús es el referente de nuestras vidas. No lo es el Fundador, ni ningún líder ocasional: es Jesús. Y lo es porque permanece en el Padre. En Jesús, la permanencia con el Padre se convierte en criterio de identidad. De la misma manera, mi identidad como cristiano necesita nutrirse de esta actitud de permanecer en Jesús. Las intermitencias sólo dan lugar a identidades débiles. Oración: Señor, son muchas las realidades que me distraen y en ocasiones PHVRUSUHQGRIXHUDGHHVHFtUFXORGHSHUWHQHQFLDTXHPHFRQÀUPD como tu seguidor. Quiero estar y permanecer contigo. Acción: ¿Qué puedo hacer para que la “presencia de/en Dios” sea una realidad en mi vida? Pienso y tomo una pequeña resolución.