ELOGIO FUNEBRE DEL .- 1\1. R. P. Fr. FRANCISCO CASTANEDA, LI:CTOR JUBILADO DEL ORDEN DE SAN FRANCISCO QUE En las solemnes exequias, que en sufragio de su alma, y para honrar su buena memoria se celebraron por disposicion del superior gobierno" y con su asistencia en la Iglesia del Seráfico Patriarca de Buen"s A!Jres, el día 22 de Diciembre de 1832. DIJO FR. NICOLAS ALDAZOR DEL lUISMO ORDEN. J.O DA A LUZ UN APASIONADO DEL DIFUNTO. BUENOS AIRES;~ lfJlprenta RepublicanCl, calle de 1833 Supucta núm. 19, . TEMA. Rllp,.it., lJuoniom non rtlih .oli laboi-{wi, •• 4 .",,,ibu. cZ'Iuirtntibu. disciplina,,,. &CCLUIAiTICI. CAP. 33. 'J. 18. Ved, que no solamente be trabajado para mi, ,illo tambiell por lilllr útil a. 1011 que pretenden la saludable doctrina. EXlIO. SEÑOR: No podemos negar sin injusticia este último tri .. bulo de nuestros re~petos el. la memoria Vt>llera ble de aqueilos hombres grandes que nos han precedido y que de!o'pues de uno~ dias llenos de obras de hOllor, y de probidad, 110 han dejado otros vestigios de su flaqueza, que las trias cenizas de su mortalidad. Por qué; católicos, eque asunto mas intere~ ~ante, ni mas digno de los esfuerzos de la elocuencia, que el preservar ~us nombres del estrago de las edades, y procurar que los modelos de la virtud, y de la gloria perseveren inmóviles en medio del tumultuoso flujo de las cosas humanas? Que especta~ culo mas hermoso que el de tantos brillantes ra~gos de prudencia, de moderacion, de equidad ..•• que han dejado al la posteridad", para que sean otros tantos t:iemplares, que sirvan oe guia á las generaciones, que se han de seguir á nosotros? . ¿ y que objetos mas acreedores a nuestra atencion, que aquellas sendas l\lmino~a~, por don dé marcharon sin tropezar en el error, ni en tantos vicios de~ ( 2 ) trstablc!II, que degradan nuestra tioagil humanidad? La cazon inspira estos deseos, la gratitud los contil"· lllH, y la ley los aprueba y los recomienda: lallde'IIl08 viros gloriosos. l} ) Sí: sin duda a1guna son dignos de una alaban .. 2a perdurable, porque lnientras g'ozaron del tiempo HerellO de su existencia tomaron las mejores medidas contra la sorpresa de la tempestad, y de los viento,", y habiendo caminado sielnpre con rectitud, fueron zelosos del bien, y se compadecieron entrailablemente de las púbHcas calamidades. La luz de sus merecimientos se prop8go con rapidez con nuevos grados de hermosurh; y el terrible momento en que todo desaparece, fué para ellos como el zenit de sus rayos, y el punto feliz, en qGe ascendieron á sentarse con el a~tro de la mailana para lucilo cteruamenté: sicut sol1'n 1"~gno Pail"'is e(JI"lnn. (2) ¿ Que dicha hay 19ual la suya? ¿ Ni quien podrá negarles el derecho de Que sus nombres se 11ro .. lluncien con júbilo, y emulaciun en las regiones mas distantes ¡, La verdadera inmortalidad es para ellos su l11as seguro patrimonio, y :lin tener necesidad de cahalas, ni de preocupaciones, la etel"na verdad a quien unicamente dirigieron todos sus afanes gravara para SiCIRP1"C su memoria en el corazon de los hombres. No asi aquellos héroes. profanos, que toman la tierra por el cielo, y fijan en lo sensible su felicidad, y sus esperanzas; porque despucs de haber pasado el suello de la vida, segun la e~presion del Profeta, des- a. ."" . (1) Ecleliastici cap. 44••. 1. (2) Math. cal'. 13, ~. 43. ( :3 ) pertal'ian con las !na,no~ yacias, seráil s~pn.ttado.;¡ en el 01 vido, y exita.rall a penas algunos sentImIClltos de lastima. Aqni se ve claramente el dedo del . ~terno, qu.c !IIolo el inmutable en el centro de su fehcldad drp ...." me la elacion de los e~plritus sobervios entregandolos á un tiempo déstrllctor, que arruina sus personas, y sus proyectos; cuando por el contrario eleva á los sábios del evangelio, los coloca enlrelos Principes de sn pueblo, y hace que la memoria de sus obra~ se (·,,~le como un perfume edificante, que atravesando ~i;·ro.; sirva de e~tlmulo sus elogios. En \'i~ta pues de este contraste de homhres de~­ ventnra.do~, y felices ¿ 110 contarémos en~re estos se· guncJos al ceichre Religioso, cuyos tristes restos son actualmente el o4ieto de nuestra pena, y de nuestro dolor? i Ah ! ¿ Qué infelicidad seria igual á la mia, si halliuulome encargado de formar el tejido de sus alabanzas no tllbiese h suerte de encontrar una vida pura, loable, esclarecida, y ejemplar sobre que fun" darlas? ¿ Que hechos ó que virtudes habia de anunciaro~ entonces,;' que habia de proferir, que fuesedigno de vuestraatencion, y del lugar terrible en don· de no~ hallamos? Me atreveria acaso a suspender con un discurso profano la alencion devota de los sagrados ministros, que rodean ese altar, y á interrupir los lamentos de Sion con los cánticos de Babilonia? ¿ O me empeñaria en dar valor á. las costumbres de Egipto al mismo tiempo, que se celebra. el iacl'ificio del Cordero? a. ( 4 ) Aun cuando yo, señores, tubie;-;c la temeraria osadia de prufanar las obligaciones de mi alto millis~ teriu, y 01 vidase los derechos de la verdad, mis propiu~ pensamientos Ine abandonarian, y las palabras nu pudrian articularse entre mis labios; porque faltando la virtud, faltal'ia por consiguiente la materia de los aplausos, y naqa vale la elocuencia cuando tie ~ui:~e hacer real, y v~rdadera una reputacioq qUllllcr~ca. Pero gracias al Cielo, que estoy libre de este fatal escollo, en donde tropieza tantas veces la debilidad del esplritu humano. El ohjeto de oli oracion C{)Ino vo~utros lo sabeis, subministra abundante materia, para que !!sin el auxilio qe los hiperboles, pueda desempeñarme en obsequio de la verdad; y para que cuando os hable de su literatura, de su amor á. la' virtud, y de su zelo por la patria no me j uzgueis poseido de alglln entusiasmo arrogante, sino del firme convencimiento de lo que helnos visto, de lo que hemos oido, y de lo que hemos observado con una dilatada esperiencia: quod audivimu8, quod vidimus, et lnanu, nostrce contrectaverunt. (1) Yo no io-noro que segun el dialecto de los ne· cios amadore~ de la vanidad nada hay digno de ad. lniracion, sino los nuevos espectaculos, las empresas brillantes, los vastos proyectos, las conquistas ruidosas, y aquellos grandes, vicios, ,a quienes el mundo llama nobles; y que la InocenCIa de las costumbres, la buena fe, la alabilidad, la clemencia, y las demas obrafoi, que ontena el evangelio se llürau como unos (1) Ep.lt. 1. Juan cap. 1 Y. 1. ( 5 ) hecho!; obscuros propios solamente de almas vulgares. ¿ Pero hablo yo a caso a esos secuaces de la disolucion, y del error ¿ No estoy con vosotros, que os conturbareis con el ~aynr asombro si me vieseis repre8entar con arte la pintura de un mundo profano, teniendo a la vista esos yertos despojos de la muerte? ¿ No sois vQsotros los mejores testigos de que la hü¡loria de nuestro compatriota solamente estuvo mezclada con las funciones de su ministerio ?Vayan pues lejos de aquí las pompas de Faraon, ya que 1l0~ hemos congregado a honrar en esta tierra santa las cenizas de un nuevo Jacob. Saquemos del santuario los adornos, que sirvan de apar~to en las solemnes exequias de un ministro suyo; y no pretendamos que el siglo iluso, que no tuvo parte en SUi acciones, se empeñe aQora en tomal~d. el~ sus al~~ banzas. . El éco sonoro de su voz, que aun re¡;;uena en "uestros espíritu~, os causará la impreslon, á que no_ puede aspirar la flaqueza de mis alientos; y sin atreverme á derramar sobre su féretro una porcion de aplau~os entretejidos con artificio, os repetiré solamente las expresione!;, que PU¡;P por tema, y que me parece las oigo de su boca: mil'ad, que no he trabajado solamente para mi, sino tambien para vosotros: Respicite, quoniam non m'ihi soli laboravi, ,ed omnibu. e:rquirentiblU disciplinam. ¿ Qué os 'Parecen? Son a caso erupciones de un animo inflado, y orgulloso? ¿ Son reconveciones de un espiritu interpsado? ¡Ah! Ellos son el idioma de la religion, y de la ve rdad; son proferidos por un r ( 6 ) bombre inspirüdo; y son las mismas, que O~ repetirá. sin intermision cll\l. n.. P. L. Jubilado Fr. FU.,pireligioso pjcllIplar del Orden Será-o fico, y digno hijo de esta ciudad ilustre y valerosa. Porque ¿ que importa que la muerte le robase la voz mdterial, y sensible, si le pro\'cyo de otra mas elocuente, y penetrante, cual C~ la de su cádaver, y de su sepulcro? Voz rapida y sonora, que atravesando los tiempos, y las .distalleia~ hClra manifi(!~tas ~us buenas obras, sin que la maledicencia la detenga: ah auditione mala non timebit (1) voz de virtud, y de vigor, que combatiendo los de~urdenes con la lnanifeslacion de su do,~trina y de sus escritos, atel'rará á los delincuentes, y cubrinl. de ignominia á los injustos detractores de su buen nombre, que CISCO CASTAñEDA aun le sobreviven: condemnat justus mortuus vivos impios. (2) Voz sienlpre iñruutable, y altizonante para presentar ante el trono de la verdad la pureza de sus intenciones, y para pedir el competente castigo contra la obstinacion de sus crueles perseguidores: 'Usque qua domine 'Jionjudicas el non vindicas? (3 ) Tal es, católicos, la voz enérgica que resuena $Obre ese túmulo, y la que reducida pO l· uo incolDodaros, á. una significacion limitada, condena los vicio's, anuncia las virtudes, y exorta al lnayor sacrificio par los intereses de la patria, presentandoos por testimonio irrefragable de su ingenuidad su propia conducta corno religioso, y como ciudadano. . Esta es la division de Ini discurso, y tengo la (1) (~) P. 111. Y. 7. Ar9cal. cap. (2.) SlI,p. cap. 4. JO. Q. T. 1'. Ji. ( 7 ) !nti~faccion de que autes de estais con'\"(~ncidos de que el oir 10 que me resta, Il. CASTAñEDA tanto con la observancia de su rdigioso instituto, como roon el asiduo trabajo de sus escritos, fue un ejemplar religioso, y un zeloso patriota, e~lple~do sin cesar en SH provecho, y en el ageno. El mIsmo os )0 repit~, y no podeis dejar de creerle en este lan~e : Res-pirite qU01iiam non milzi soli lahoravi, sed omnibus e:rqllirelltilJlls disciplillam. : Gran Dju~, que pesais las justicias, y vos solo roonoccis el cornzon del homure, inspiradme aque"7 Has pulahras persuasivas dcniestra sabiduria, para (¡ue ~eparándume de todo lo prC,fi:lnO, sostenga a\ln ell este asunto mi ministerio, y 'no levante este Iú"p;ubre monuml~nto á la religion, sino'· sobre" las ruiHas del idoJo del mundo. Ayudadine" fieles a itn. plorar" esta gr-acia, mientras yo respiro ·pa-rn dar principio á la- PRI1\IERA PARTE. Lo que el mumlo llama felicidad es la única dIcha, á que aspira lluesU'O coraZOIl: 10 que al mun~ do pare~e gratule, lo es tamlJien en nuestro concepto: y .ro 'Iue el lllllll(lo aprecia, y pondera, es la ún~c~ gloria, 'Ju~ 1I0S lflU€\'C; pero esta triste y rehglOsa ccremollla confunde la ,'anidad de :n.uestr'os juicios, y nos COH\'ence de que uada valen ios'gra~­ d~s talentos, sino eslan acompañados de gru(l4es vIrtudes. . .Po~quc .¿ qué lugar ocupan en la m~ral .del cn!:)tiallJ~llln esas prendas excclentes, que se admiran ., .. ( 8 ) en ciertas almas, y que las elevan soure los dema~ hombres, si la fé no arregla su usu, dispone su!J fines, corrige sus distracciones, señala sus caminos; y santifica sus escollos? No son mas que unos donés'; que nos apartan de su Magestad: unas distincioiies de la naturaleza, que nos confunden con la Dlultitud de los pecadores; unas semillas de verdad, que ahogamos con los cuidados del sig'lo; UIIOS entretenimientos brillantes, que nos hacen perder de vista nuestros debere!; y unas sombras y fantasmas, que desaparecen cuando las tenemos por verdaderas. Tales son sin duda los mas vasto. lalentos, si la gracia de Jesu-Cristo no los refiere al seno de Dios, de donde salieron. Pero olvidemos por ahora e~tas tristes ideas, y busquemos en la historia de nuestro finado compatriota sólidos motivos de un cristiano consuelo. En ella los hallamos sin tener que puner un velo a. los primeros tiempos de su infancia, y su juventud; por que desde entoncei se descubrian ya en él grandes reflexiones, y hasta las mismas diversiones de la niñez eran como ensayos, que anunciaban el futuro incremento, con que habia de hacerse espectable en el teatro del mundo. Yo no ignoro, qtie la virtud es un don del Espiritu Santo, que inspira en donde quiere, y no fruto de la carne, que de nada sirve; pero sé tambien que el orden de nuestro nacitniento da el primer impulso al de nue.tro destino, y que en el prillci pio de vida, que recibimos de nuestros padres halIalnos unas secretas inclinaciones, que nos hacen ( 8 ) semejantes a ello~. Cnando la raíz es !!anta, dice t'l aposto), tambien lo son las ramas, y es dificil que de una masa pura se estraigan solamente porciones yiles. (1) ¿Qué mucho pue~ que eh el objeto de mi oracion se notasen primicias tan felices, si a. mas de habel" recibido del cielo una alma buena, tuvo la dicha de ser hijo de unos padres piadosos? ¿ Y qué mucho que es~os viesen tan bien logradas las tareas de 'u ed~cacion; cuando no las emplearon en una. maleria ingrata, é inculta, sino en una tierra fecunda, que Con solo el rocio del cielo producia flores diversas de honor, de prudencia"y de honestiaud? En vano pues me esforzaría ahora en realzar los alcances de su entendimiento; y lhs inclinacio.. nes de su corazon; porque me parece que se presentan ya á. vuestra consideracion su ingenio, su vi·· vacidad, su discernimiento, su amor impetuoso á. todo l~ bueno, y el horror, con que detestaba todo lo malo. Envano tambien me ocuparia en manifestaros el uso, que hizo de. los dones, que le habia dispensado el cielo en aquellos primeros años invertidos en ocupaciones escolasticas, por que a. mas de seros indispensablemente molesto, no me quedaría lugar para ponerte á. vuestra vista en uua edad provecta con el brillo de obras mas dignas, y edificantes. Vosotros sabios maestros (2) de ese ilustre colegio de San Carlos, que fuisteis testigos de sus prj(1) Ep. Paul ad Roman. cap, 11.". 16. ('l) Ebtaban pr.~eDt"'l alguDOI de 101 que han sido cateti,.1ticos d. Mtallltl:wi'Dto liI.rario, y cut·:, la mita IIn" de ,110.,.1 Ir. DenD. 2 IlIillal ( 10 ) meroc; pnsos en la literatura, y de los progl"C~(l~, con 'lue lIeg"o al término de S\l~ estudio¡.;, vusotros sois los ljue deueis honrar ese bello edificio de sauiduria. levantado con vuestra direccion, y trabajo. t]) Vusotrus ~(Jh~ los Que debeis prestar un testilllonio irrecusable, de que la ciencia de la naturaleza, y la nlas illlpOl'tante de la -religion fueron todas las delicias, y arreciabl~s recreaciones de aquella edad tan peligro!'1a, y de qu~ su alma fue U11 lugar de paz en la fllÚmJa épuca, en que bramaban al rededor de ella todas las pasioneg-~ ¡ Ah! ¿ Que visteis en él sino una sed insaciable de la sabiduria, que le hizo entrar en ella como eu un campo abierto para espIora .. sériamente hiJos sus calnillos ? ~ No es verdad que la filo~(.Ilia, que -explica los ohjeto~, el meCani!IJlIlO, y la, fecundidad de la nuturaleza; la teologlil, flue declara lo ... augustos misterios de la relig'iou; las e~cl"iturdS, 4 ue alluncian los suce~os va .. io~ del pueblo de Isnat>l, y la gracia del Nuevo Testamento; la lll~turia 'de la ig"lesia, que representa la propagilleioll de Ja f(·, y los -combates, y victorias del Evangelio; los padres que 'Son el canal por donde llega hasta nosoh"os una tradiccion constante, y verdadera; y los Concilios, que han tormado los reglamentos canollico~, y el órdeli de la di~cjplina: ¿ no es verdad, repito, que todo e~t(), y mucho mas' que olnito, fue el deleite del espíritu de vuestro discipulo ? ¿ N o mereció vuestros elogios por aquellos priInerus ('nsa yos de su ingenio, c~ales fuerun una di(1) Fuo alumno del co]e,io de !!Ita dudad halta .,1 fin da IUIl ~Iltullio". ( Il ) ~ertacion casi original a cerca del alma de los bru· to~, y la vida del Ilustrísimo Señor Azamor escrita en verso ht>roico? ¿ No fue el vuestro honor, y vue>tfí"L Cí 1,"C'lla eH el tIempo ....• Pero dispensadme el 110 poder {,xig'ir mas vuestr~ respuestas, cuando illlpt'tuIISéllllt>llte llama mi atcndoll el estado religioso, q 11<': e6 t:1 tea lríl, que me he propuesto para presentar en el m/:ior punto de vista todo el brillo de ~us mereci IlJit'llto~. Aqu; es donde el R. CASTAñEDA sem~¡ante á aqut'l pequeilO grano, que nos representa el EVCluge .. lio, se :<C'puha en los abatimientos de la pobreza, y cre~e con incrementos desmedidlls hasta elevar~e !;obre lds Illas altas plantas, que cultiva en su ~ampo el padre de familias. Aqui es en donUc con las radi.tCi\Hlt!S de su doctrina es una columna de fu{'gll, que sin'e de guia en las sendas dificiles, y como uu n\l~vo ~stro, qu~ discipa los crasos y pesados vapures de la ignorancIa. Aquí, en donde mirando con lastima la figuni. pasagera del universo se fija en Dio~ con todos sus afectos, y no tiene mas gloria, que en la ob~ervancia exacta de los c01l5ejos evangelicos, que !50H la verdadera crt12, que llevan sobre ..i los discipulos mas fervorosos del Salvador. Y aqui tambien es en donde le mirariais con el mayor asolllbro, y se anmentaria en vosotros el dolor de su perdida, si yo me hallase con una. alentada elocuencia para exponeros la estension larga, y penoi'ia de su carrera. Pero ¡ ah! Era preci~o que yo fuera inst'llsible para que 110 me agoviasc bajo "el graye peso del ( 12 ) nuevo órden de objetos, que se repre~entan en este JllOmeuto á mi fantasia, ó que ignorase que los ingenios debile", como dice San Geronilllo, no son capaces de sostener grandes empeilos; y que hasta las palabras se embarazan, y se confunden cuando una imagillucion usada se aventura á traspasar IOi lími~ te!! de sus propias fuerzas. ti) ¡ Que lance este tan terrible, amados oyentes! y cuanta indulgencia de beis franquearme, cuando :vuestros deseos me imponen la dulce coaccion de desenrrQllar en vuestra presencia el bello mapa de su vida monastica. Constituido en el centro de tan u"gentes circunstancias apelo confiadamente a. vuestras ideas, y me arrojo á. nledir los pasos de este nuevo evangelizante con la satisfaccion de que vuestro conocimiento nle previene, y de que cuando Ile~ gaseis a censurarme, no será. de lo que os refiera, sino de lo que por abreviar sepulte eq el silenc~o. y en efecto: cuando yo considero al R. C4S~ TAñEDA decidido á abrazar un estado de desprendi... Dliento, y de retiro, en donde el hombre renuncia voluntariamente los inapreciables derechos de su liber~ tad, y se equivoca con aquellos cadáveres, que yacen olvidados en los sepulcros: cuando adrniro la gloriosa tnutacion, que obra en el la diestra del Excelso, y reconozco que el dedo de Dios le vá. lieñala ndo sus camiuQs: cuando lo veo romper intrepido las mas intimas ligaduras de la naturaleza, y sacrificar por iU~ propias lIlallOS el corazon con todo el inagotable (1) S. H;er... iD epitaph. Nepoti... ( 13 ) abismo de sus deseos, no puedo menos que desaho... gar mi e~píritu exclamando con el ~rofeta: bendito ~eas mi Uios e¡-ltre todas las generacIOnes, y en toda la serie de los tiempos, pues has ostentado en vuestro sien'os las mRra villas de VUl"stro poder, y de "uestra gran misericordia. Permitidn¡c que yu alabe vuet'itra clemencia, y que poseido de la lilas alta, y n...spetuosa admiracion cante las obras de vuestra gracia en presencia de vuestro trono. Vos señor le salvaste de la reglon delcantiverio, y de las tiniebias: vos le trasladaste á la libertad, y al consorcio de vuestros hijo~; vos le conducisle e11 los brazos de vuestra benéfica providencia,. y le ocultaste al fin en vuebtro tabeplaculo 7 para que entregado en~ teramente a vos, \i~ase de este mundo, corno sino vi\'ie~e en él, y fueseis yos solo su heredad, y i\l poseSIOIl ...• ¿ Os admirais. católicos, que en un dia consagradu á recordar la triste nada de los hombres, y los teos estragos de la muerte, interrump~ los gemidos de vuestro .dolor con expresiones ~e regocijo y accion de g:racl~s? ¡ Ah! Yo no hag~ m~s (¡\ie continuar la lustofla de nuestro compatri~t~ repitiendo unas v?ces, que le. fueron tan familiare~J y que se concibleroB en el fmulo de su corazon con el mas tierno agradecimiento. Porque bien sabeis, que el no rué del número de aquellas almas flacas, que se dejan conducir de estral18S impresiones, o que son sacrificadas por man.os agena~. No sellores: su sacrific~o fué vo)pnfa1"10, perfecto, agradable, pacifico, sin precipitadoD, ( 14 ) sin con(u~ion, y sin violencia; y aun{{ue pro~cribió para ~iempre los ohgctCls sensible:.;, y la..; dlllzunlil Dlas alagücñas, touu lo hizo eOIl placer, y /!jill indicio alguuo de r(~pugnallcia. (1) Desde el momento, en quP aUluento el numero de la ilustre estirpe dd palri.lrca (le los pobres, y se coloco bajo las inth)(:'II~ias de Hll astro tan benético, ya no vereis mas (Jue un nuevo hombre" poseido de nuevas ideas, una é:alUla I1w,,;ida de nuevos deseos, un e~pi .. itu clltr(>gauo á lluevas funciones, un cuerpo sacriticado el nuevas tareas, y un vel'dadero y propio cenubita. La santa regla, que profe~a, le in~pira ideas mas noblp.s que todus los pensamientos de los Inas célebres filo~ofo!i; y halla en ella un compendio de la ciencia de la verdad junta con la prudencia, y simplicidad del Evangélio. Ella es su recreo, su bríljula, su a1im('nto~ y la Inedula sagrada, que convierte en su propia substancia. Ella es su guia en todas sus dudas, su consuelo en las ansiedades, su fi)rlaleza en los trabajo~, y su ejemplar seguro para el arreglo de sus acciones. Ella renueva sus costumb.·es, ó lait perfecciona, le enseña el sistéma de la virtud, le infunde maximas de vida, y le uti'ece armas poderosas para refrenar los deseus de muerte, que produce el cuer.pu de pecado, y para resistit· á. la dura, y pesada ley que sentimos sobre sus mietubros. ¿ Que e~peran de un hombre fervoroso con auxilios tan abundantes, y oportunos? ¿ Sera. preciso (1) Vistit\ el habito d. San Franrilcg .1 .iio d. 179', en .1 ojemplar coayeoto de J.Jt •.~olec.cioll elll. eolia cíudud. ( 15 ) rt'conoccr por un momento los retirados pen?-c; d~ la dausUI'a, y penetrar lo lilas reservado del .8I1ellCI()~O monasterio de la Recoleecion de esta cmdad, en dUlnde cae hombre escCtgidu corre~pondia escrupulo- samente a su \'ocaciuu, y emulaba los mayores carisma!'? Pero ¿ qué F.e ptesentaria á vuestra vista sino un varon ~jellJpla .. en todo su exteriol', bien hullado en la soledad, HJegrp cun su suerte, pobre sin violen .. cía, humilde sin alectacion, obediente sin repugnanda, abstraído sin hipocre~ia, y virtuoso con sencilIez? ¿ Qué hübierais visto sino un religioso 'edificante, que rtlarcha apresurado en seguimiento del curdero, imita su!'; huella~ y atfa vi esa por entre las cspinas ·de los oUslaculm; con rostro screilo, y' agradable? ¿ Que hubierais vi~to ~ino un ,yerdadcl'o francis.. cano, ,!lIe sostiene sin decadl'ncÍa todo et rigor de 8\l jnstitutll; (¡\le no ~c niega ¡ las penalidades, ni á. tos UJini~terio~ Olas abatidos; que no admit-e'otro alivio a las tareas del claustro-, que el eshulio de la. Sauta ~:scritura ; y que can lu. velocidad de Sll~ pri... meros pasos casi iguala a los que le habiau TJI'ct'ediJo do cuu el curso de muchosailos P ¿ Qut\ hubierais visto sino unn alma reela, sencillo, nena- :de C8."dfJil"-, de puteza, de m8fl~edlHnbre;'yde.4){JD(lad ; \u%a a¡1mA de aquella~, que el SeilOl" escoge l>ilra si, y para 1m' cer felices á muchos? '.rales fueron las luminosas c\laljd~es, 'que 1110vieron a. los prelados de la orden a. destinarlo antes tIc cumplido el ailO despucs dc su profesifJ!l religiosa , ( ( t6 ) 'O~ altare¡;¡, y al ejercicio de la ensé ñanza, (1) para que cólo~ado sobre el candelero Regun la frase del Evangélio, comunicase su luz a los que hasta entonces la habian desconocido: ut qui ing'rediuntur lumen videant .. (2) Feliz acierto, que tuvo tan buenos sucesos, y que proporciono deiltro y fuera del claustro ventaja~ importantes. Yo puedo aseguraros que el Ro (:ASTAilEDA colocado en el santuario mereció aquella recomendacion, que dio el señor por l\1alaquias al merito de un siervo suyo: yo, dice, le comunique el santo don de mi temor y respeto siempre mi~ juicios, y se llenaba de pavor al oir resonar lni augusto nombre: la ley de la verdad estuvo depositada en su boca, y la iniquidad nunca se halló sobre sus labios: marchó conmigo por las sendas de la paz, y de la equidad, y sacó á muchos de lo~ funestos caminos de su ruina; in pace, et in aquitute ambulavit mecum, et multos avertit ah iniq u ita1. e 3 ) ¿ Qué imagen mas viva (Iuereis de on' fiel, y perfecto sacerdote? ¿ Es preciso aun que os le represente con aquella modestia manifiesta a los ojos de todo hOlnbre, como encarga el Apostol? (4) ¿ Con aquella dulce amabilidad, que arrastra insensiblemente las voluntades, y se adquiere la velleracian pública? ¿ Con aquella serenidad inalterable al ministerio tle I ( (I) El año d. 1800 obtno por opollicion Ja ntedra de flJo.ofia diil J. VDinrsidad de Córdoba, en dunde l. urd4llllo .1 mi.ma aiia de lIIurclute.l 11111 •. Ir. MOllco.o. (~) Luc. c. 'tI. ,.. 33. (3) Malach. c. (2) .,.. CI. (4) AtI. Philip. c .• 'f. ¡ ( 17 ) pro"Jia de un ministro consagrado á. nnunciar ml ~v~nf1"elio de paz a. tac\a criatura? ¿ Con aquclla. g~nerosidad de anuno tan supenor, que slCmprc olvida las injuria~, y nunca piensa ~n la venganza? ¿ Pero uo fuisteis vosotros testigos de las funciones de su nlini'itel'io, y del intere~ quctomaha en ,"ucstra felicidad, v en vuestra gloria ? Yo no temo decir, que desde que ~e dedicó al ejercicio del pulpito, fue un verdaclel'o evangelizante, que anunciaba. el terrol' de las divinas amenazas, y convidaba ti los éstra~'iados pecadores con 103 copiosos bienes de la. gracia. .. Sus discurso~ fueron siempre solidos, llenos de uucion, ..le erudiccion, y de substancia; y aunque regularmente no se ligaba á las reglas rigurosas del arte, ni se empeiíaba en seguirlas, esto procedia de la abundancia de conceptos, y de voces, que no le pennitian estrecharse el} los límites de una estructura artificiosa, y de las diversas ocupaciones, que le impedian detenerse en reflexiones estudiadas. Su esplritu era el que daba fuerza á. sus palabras sin necesidad de los adornos de la retorica; v asi es que exitaba una conmocion general en .~1 a-uditorio, cuando abriendo sus labios en medio del templo hablaba de un Dios, que con sola la virtud de su voz dá ser á lo que no es, y puedé aniquilal· todo lo que existe: cuando demonstraba su Providencia haciendo ver á los incrédulos, que ese Ser Supremo es el centro, y el origen de todos los bienes· el que los arruina, ó los produce; el que los cOllse'rva Ó los ret.ira; y quien los comunica (, lo~ niega; t:) , • • • :3 ) 0, ( Ja ) ~uando probaba incontcs,tablemenlc la concfion Jle .. cCi:jari~ ~lc e:ito~ grallde,:3 objeto" Dios, Religion, Culto, llIlIustros, Cerel1~on~(L~, y tt?4o el aparato exterior, con que el hombre compue8~u de .du~ 5u1Js~ancj~s difcrcnlc3 debe tributal' á la Divinidad todos Sl1~ y respetos: cl~at)do ~auuin}c.~te· irritado contra la profanacion del lugar sa~~o increpaba C01~ el mayor zelo la nlucrt.~ de ta,~t()s crjstianos, qll~ ~l parece,r ilesconoccn J~ pl'p~~n~la n~aJ de J~s~-Cr~sto. ~Il l~ ~~caristia. . . . ¡ ~h! Aqu~ er~ precisfl-la elotcq~~cia ,~'l-s vigorosa para representa); al dASTAñEDA conf~Jldi,er­ do cql~ Ja a~tor~da4 qe un .ejel~plo publ~co; (1) ~l de~aca~~, y l'l ~~pi.e4a4 ~e ~ps q~e c~l1curre~ all'cffip~o I~O tanto tnqutar S,~Jnl(}qr el renpldo homehag,e d~ SQS ~dor~ciol}es? corno ~ s~r variRs ~~p~cl~(~~res ~~ l~ P~H-iP.~ 4~ los, ~~n~~s mis~~rio,s~ . · . Pero ¿con~o Po(~~'~ yo ~oIlt~r s~!S ~rab,~jp~, nj mucho nl~nos I~S ' feryQr~s? ¡ Ah! S,erí~ preciso l~q.~ cerme illtepll~l;abJe ~¡ quisier'} ~()lltraber~e c~n. prqlijidad ~ 1<:> ~Hd1q, q~~ fll~O por ~l 4ivino cult~, ya pT~mOvleJl4~ el ~e!~ cte ~os ~op~r~gantes del ~lll~n­ brado CC!!l sus f~'ec~iept~~ exor~~clones, (~) y pon l~ erog~ci~!l ~e las li~p~~~~s ';ldguir~~l~s f'lu ~us e~cr¡: tos; y ya c(n~ ~1 V~V~l ~!npeno q~ e~h~c~~' telnp'~o~, tantQ' eli ~ari9s p~eq~ps ~i I)u'e~tl'~ C.3:!11Ef1~~,. fº'U9 re n.. ª' ar (1) Corre imprelo el Bcrmon que predico contra la impie4ad.• ~ i~t4!Hgion. el /lilo de 1818 t:on mot~vo d~ habet:ilo fecrbi'lló de hE.'rma~o ~ayor de l~ ~~~ .. re,,~t:~~D del Ahul1brado el Exmo. Sr. Daectdr del EstadO'. ' .. ,. , . (~) Por muchos años predicó constantemente todo. loajunel ti"n del alumbrado establecida en la CateckaJ. . ' . ;--} 1 a la eon,re;~ . ( ht) y (Itros de la ]l.'o\'incia. de Santa-Fé, Entre-Ríos,. en dOl,ule concluyo los dias ue su existencia. (1) Pero uo alllicipelllo!" un lance tan amargf}, y llroeul'emos UBt('~J que el dol'or de su llluerte 4uecte l'l1lllcrgido en la ilu~tre memoria, que debe exitarnos la nari'acion de sus acciones. ¿ Qué le ha faltado pues alliéme de quien e~toy háciemlo el dog-io, para que debamos contristarllOS c'<)mo los infelicé, que carecen de uuestra espcr~ul­ v.a ? ¿ Ha sido a. ca-so del número de aquellos desgraciados sacerdotes, que sin ser llamados como Aaron se introducen en el santuario, para ser un lazo armado sobre la, montaña, ó una red estendida sobre la cuinbre del rrabor ? ¿ fla ignorado como los hijos de lleli los sagrado~ deberes del oficio sac'erdotal? ¿ No ha sabido discernir cI'llre lo puro} y lo profano, entre lo celestial, y lo terreno? ¿ No guardaron sus labios el sagrado depósito de la ciencia de la \'l~rdad, y uo encontró el pueblo en su boca la intelig'encia de la ley? ¿ No fue su principal cuidado tormarse un ministro !;ábio, y eyitar la suerte de aquellos conductores idiotas, (Jue caen en el precipicjo con los luismos, que por necesidad, ó 11m" error los tomaron por guia? Admirad, señores, admii'ad la actividad, y desv.elo, con que busca el precioso tesoro de la sabidufla, el teEon con que la cultiva, el discernimiento con que la abraza, y la generosa beneficencia, cun que usando de la illvitacioll del eclesiástico llama á fOil (1) 1I1ulio en l. dudad d. la lhjndldtl ParaDl el tlia. 12 de ;'.farzo I.!. lt~3!, ( 20 ) los ignorantes para ilustrarlos con su doctrina, appropiute ad me illclot'li, (1) mientras yo de~i:stienl1u dc la ánlua empresa de exponer sus merecimientos en el pulplto, me dispongo para decirOit cuanto IOll aumento con la~ tareas literarias de la catedra. ¿ y que necesito yo para convenceros? Desde el momento del solemne "divorcio, que hizo con el nluudo, fue su principal empeño asemejarse á su santo patriarca, y revestirse de aquel caractcr, que le atribuye justanlente la santa iglesia, cual es el de trabajar para sí, y sus hermanos: non sihi soli vivere, ~ed et aliia proJicere. (2) A este fin se dirigieron todos sus estudios, sus afanes, sus vigilias, y todos. sus deseos, sin dejar vacio alguno, en que le hiciesen culpable sus omisiones. Pues ¿ qué hay que estrañar, que colocado en el lugar eminente del magisterio derramase sus luce~ como un astro benefico, o comunica~c la fertilidad en sus raudales, como aquellos' rios abundantes, que tan repetidamente alaba la escritura? ¡ Ah! Si yo pudiera colocar en este sitio tantos sabios, que le oyeron en la célebre Universidad de Cordoba, en tiempo que dictó en ella con aplauso general un trienio de tilosofia, y formo tantos discipulos, que son dignamente su corona! ¡Si colocase á tantos literatos, que en los silencios de la H.ecoleccion -de esta ciudad, recibieron sus lecciones de teología en todos los ramos de esta facultad, de dogmactica, a (1) (2) i:c1eaiutidcap.51 .... 31. In dic. ecd. , ( 21 ) esc~lásticn, moral y exposiliva! ¡Si pudieran hablar por llJi tantas almas, que en la noche obscura de SUi duda~J escrupulos, anxiedades, temores, y aridecefll caminaron con su direccion con pie brme por las escarpadaR sendas, que couducen al Dios de 101 Dioses en la Santa Sioll ! Entonces sí que sin el auxilio de mis flacos alientos, se os presentaría de bulto todo su mérito: entonces conoceriais un verdadero sábio, que' obser... "ando lo cierto, y separando lo dudoso, respetando los infalibles dogmas, y abandonando las temerarias opilliones, adoptando iai venerables fradicimles de nuestros padres, y ~eprobando los nuevos, y sacrílegos sito\temás del siglo, se hizo digno de las aclamaciones de los pueblos, y de aquellas bendiciones, que se prometen en la Escritura, á los que han hallado el te~oro de la \'erdadera ~abiduria; Sapie'lls (implebiJur henedictionihus,' et vide'lltes 1'Ullm lau.dobunt. (1) Entonces veriais un ministrozeloso, que con el cristiano empeño de oponerse á la maxi~a perniciosa de Juliano el Apostata, y de J lIan Jacobo Rouseau de prohibir la instruceion a. la ju\'etltud, trab&jo sin cesar tanto en esta provincia, como en otras, para que se fundasen e~cuela8, se desjglla~en 'maestrQIIJ piadosos, se proporcionasen auxilios a los li,lumnos, y se I~s enseiJase á conocer al autor de su se¡"~esde que comenzasen á. hacer uso de!u raZOIl. (2) ., (1) r,c~lesi8ltici rapo :J7 y, 21, (~) , Fue.' (uuda.lor d. la prim!',D eU'uela ptblira de Ilibujo de elta riu.Jad. En el RlIlcon de ~an Jo~é de la pr."illcia de S"nlll l· t> CjtllblOdo escuela d. pri- , lI\erRI.lptr~~, y de loti'lidad leon todos 1.. 8 útiJel, En l. Bajad. capital d. 1-:11tre-~IO~ blzo .tn. tu,t,.. y lit millll. PA S'aA J ••e 1111 Ftliciano, I .. ,ar d,. la lIli~ .. pnnmcla, . ~ ~."!: ( 22 )Elltonce~ Ycriai~ ...... pero ¿ qué PUl'l10 ~'O añadir á lo que vosotros pensais ? Bol vcrc al prin" cipio, y recopilare en pocas palabra.s lo que no cabe en una alocucion inmensa. Veriaig un l'e\igioso ejemplar, y un sabio sacerdote, que tanto en el minis· terio del púlpito, y del altar; como en el de la catedra trabajó sin cesar, no solalnente para si, sino lalllbien para cuantos procuran el n'nto de la saludable doctrina, y que pudo decir con el eclesia~tico : non mi hiflolilaboravi, sed omnihus -exqziÍ1'e1itibuf1 discipl'inam. rral fue señores, el R. CASTA'¡ll~DA en su estado de fraile .. desmintiendo practica mente ~ los injustos detractores del estado monástico, que aseguran no ver en los claustros mas que ignorancia, y ociosidad, cuando cualquiera de los muchos, que los ocupan, trabajan sin interés mas que todos ellos por la. felici .. dad de la iglesia, y del estado. Pero ¿ qué hay que estrañar que los filisteos ármados asesten sus tiros, y acometan a las n"opas del Señor? ¿ Que hay que admirar en la oposicion de la luz, y de las tinieblas? ¿ Ni q\\é combinacioll ámistosa podra. haber jamas entre los discipulos de Jesu-Cristo, y los secuases de Belia\? Estos clanlarilin siempre contra todo fraile lo que clamaron con· tra el R. CASTAñEDA; desb'uiainosle, ahorqllémosle; (1) porque no piensa, ni obra como nosotros: circumveniamu',· ergo justum, quouiam tOnlltilis eal nobis, et contrariU8 est operibu8 rl.oitri8. (2) Ejta~ (f) t.. ahorearon en caricat"'ra. (~J láp ... p. Y..... l'l. ( 2~ ) fucrou .sJ.l~ l'oce~, estos sus clamore'~, y (!IUS deseOi; pero tan estériles, que en lugar de allledrentarle, l~ estimularon r,. prestar mayores servidos a la patria, y á cubrirlos de cOllfn~ion, y de ignorancia CO~l su conducta de iltjl ciudadano. Imploro aqui, señores, TUe5tra atencion; y nlCl:itra paciencia; pOl'que creo que faltaria al debe.' de americano, si no me exteJldiese en un puuto tan il1t~re8ante, que forma la segunda parte~ que he pro. metido. . SEGVNUA P4JlT}1:. a. Cuando yo iptento continp~r el elQgiQ del CAST!ñ~J)4 e~poujendo los efectos a~ulJpant~s, qu~ prqdujo en su espíritu el fuego p~trióticPJ no. qui§je., ra qpe uqél pied~d tiIDj~aJ y t~l vez poco jp.~trqip~ reps,urase sqs alab'lllz~8 cQmo ~g~pas 4~ 1m reli g i Q'7 1;0, l sacerdot~. Por m~~ l\elicada qQt' sea vu~st'3 picd~4- no debeis temer qll~ )'p haga indignaºlente traiciol~ a. I}li mjp~sterio, y que vali,ncJplpJ' <le lUl ar~ fe prQfanoQ~ I)l~Opollga }'jc~os glorios(}s, V v.h·hulc~, Rue coloca I~ 'fe cq ~lllt"llefo 4e los vici9S. Nu~stro fillado cOlQpalriotq f\~é l}n yerdad~rQ reli;i,O.sp, ~O~lQ "osptl"OS lo ~~eis y "cqbais de ver:t~ ; .{1.crD yo (l~ aseguro, q,ue ~ubi~r~ (lej~clo}lO Ifé\\\ v~cio ~n el c',wpJimic.nto ~E:sus Ileberes" si \)('p;ndo el qi~o al grit~ ilpperio~o ~~ 1" l1"t~lral.ez.a., bubie.5f! falta.d,q ~l so\~!l\'" t;rn.R~ijo. qe ~~P"Aj~~r~ p.or la. }la. tria: porque á mas d,e no es.t~f C1n. 9pJ\5jci9n las. l!ir· t~d~ ~o~~~~c~~ co,~ ~t,\s. ~~lig~p~Jj, Wf Q;;\)' ~\~l\)hI'(~ al .. ( 24 ) guno de cualquiera cOlldicion que sea, a quien no obligue la ley general impresa en el alma de ser fiel a"U nacion, y lomar una parte activa por sus intel"e~es. Yo bien ~e que en el sagrado sosiego del santuario no se debe introducir el tumulto de las ocupaciolle~ del siglo; que los que llegan á poner su boca en el cielo, COIllO dice el profeta, no deben permitir que ande su lengua arl'astrando sobre la tierra; y que" el lnuilllo entero no es digno de o~upar unas manos destinadas ¡ ofreCel" dones, y sacrificios. Pero ¿ en qué se opuso á estas santai verdades el zelo ardiente de nuestro compatriota? Sus esfuerzos por la prosperidad del Gobiel"nO, por la estabilidad de la República, pOl" la tranquilidad de los pueblos, por la estincion de las facciones, pOl" la observancia de las leyes, y por la concordancia nlutua de opiniones, y voluntades ¿ pueden contal'se a caso en el nluuero de los cuidados, y empleos profanos? No señores: él conocia bien que el trabajar por la utilidad de un estado cri~tiano es disponer triunfos a Jesu-Cristo, y que desfalleccria el sacerdocio si ie extenuase la fuerza de la autoridad ciyil, que le proteje. El sabia por la larga esperiencia, que presentan los anales del Inundo, que sin la religion revelada los estados se levantan sobre la arena, y no tienen mas consistencia, que la del polvo expuesto á los impetus del torbellino; y él creia firmemente, que es en vano el trabajo de los que edifican, cuando el Señor no favorece sus empresas. De aqui es que apenas advierte que con pretex- ( 25 ) fos e~peciosos comienza á fraguarse un misterio dt!! iIli(llIIdad reproduciendo como nue\'o invento las ideas envejecidas de Hobes, Espinosa, Tolando; VOltaire, y otros infelices declamadores contra el es· tado Illolldstico, y contra la autoridad del Sum~ Sacerdote de Ruma, entonces es el momento crltic'l, en que siente anticipadamente en su corazon las fUllestas heridas, que debia recibir la patria, y agitado con el deseo de evitarlas, piensa, medita~ seuesve.ó )u, se desvive, "e enagena, seolvida del sosiego, y rnu'" chas veces hasta del preciso alimento, y emprehende el continuado trabajo de escribir contra la talsa filo~ !;ona, y manifestar á los incautos el dolo y la malignidad; que se ~e~ presenta bajo el velo de voces seductoras. . ¿ No habeis leido esa multitud de escritos, .con Jos que acomodandose de varios modos a la ca'paddal! de todos, instruia; persuadia, re,preaba, convencia, é imponia silencio los vientos del error, para que uo turbasen la inocente' serenidad del, purblo devoto? ¿ No habeis concurrido á las públicas acla..;(Ilaciones, con que se premiaban sus tareas, y aquel zelo multiplicado, que le sacaba de sí mismo para ser enteramente de vosotros? ¿ No obserl'asl'eis el triunto de la verdad en los vergonzosos extra vios de sus contrarios, que no pudiendo resistirle directaDiente se valían de medios tortuosos, y fraguaban obra~ de tmieblas sin mas colorido que el de uu puéril, y fastitlio~o pedalllislllo ? ¿ :\Io os convencisteis con amargura del tino acertado de SUI!l anuncios, cuando los vi~teis reali- a 4 ( 26 ) zados ,en el ailo veinte, epoca funesta que debe borrarse en la cronologia de nl~estros tiempos ( ¡ Ah! Cuanto babia que decir aqul de los padecimiellto~ del P. CASTAil~DA, sino temiese que los elogios de un particular se reputasen por invectiva publica. Dejemos pues, dejemos que esta gloria se oculte con él en el sepulcro, y no mezclemos en una ceremonia instituida para honrar el paCifico sueño de lo~ justos las funestas inlClgt!nes de' la rebelion J y del üe::;Órden. Vosotos conoceis bien el merito de su fidelidad, sin que necesite yo darle mas bulto en vuestro COIlcepto con el contraste ingrato de las caidaH lastimosas, que se observ~ron eh aquel periodo de desgracias. Solalnente os diré que el amor de la patria, y el zelo por la religion, en que feliznlepte hemos nacido, eran el unico móvi I de su alma, y de su lengna. Este era el que obraba en él en cada lnomento, producia todas sus acciones, exitaba en su corazon . los mas tiernos afectos, le llenaba de sentimientos, le proveia de argumentos, y le hacia prorrumpir en unas expresiones elocuentes, é Ínesistibles. Este zelo cristiano l\ego á. devorarle, cuando santamente irritado contra las blasfemias de la impiedad sostuvo el honor de la vida monástica, e hizo ,'er con la doctnna de San Buenaventura, y Santo Tomas de Aquino, que esos solitarios asilos hHn sido en todos tiempos el deposito sagrado de la virtud, y de las ciencias. Y este ardiente amor á la patria, fué el que le hizo sostener Ulla terrible lucha. ( 27. ) . ~n la que no teniendo mas de su parte j que la verdad desnuda, (1) se sostuvo valerosamente contra el armamento irregular de las falacias, y calumnias. Pero no temais que se intimide, y mucho menOR que desfallezca en una empresa, en que le taVOl"eCe la ju!;ticia. El pugnó con unos hombres desnatu-' ralizados, que degradaron la civilizacion del país, y )0 cubrieron de ignominia con aquellos periodicos indecente¡ contra las órdenes mendicantes, en los que se contaban las calumnias, y las infamias porel numero de las expresiones. El resistió á aquellos espíritus audaces, que entr~gados un sentido réprobo se abanzaron hasta el exceso de trastornar el nmnbre mismo de las virtudes, llamando hipocresía á la piedacl mas sólida, abatimiento al la humildad, supersticion al culto, senilidad la obediencia, fanatismo á la penitencip; y preocupaciones y errora a las verdades mas santas, maz¡ necesarias" y evi~ dentes. y el triunfó de sus maquinaciones, despreció SUB amenazas, se sobrepuso á sus intrigas, y cargO gustoso los improperios de grosero; audaz, impe.. tuoso descortes, e inmoderado, porque debia desempeñar su ministerio como el Apóstol, ó ya ganando buena reputacion, ó ya perdi(mdola, pe" injamiam, el bonmn famam. (2) t Y quienes os parecQ que fueron los censores del R. CASTAñEDA, acriminando ~.m entusiasmo, y lds legitimas repr~salias de su pluma? ¡ Ah! Ello!'l a a (1) 1:.) Uno de 8UI periodi«=el. ad C'jrint. c. 6 1'.111. ~ ( 28 ) se han hecho bi~n conocidos por su impudencia cí.. nica, y lo son mucho mas por la horrenda pintura, con qlle mucho~ sig'los antes los ha lJia delineado d apostol San Pablo en la carta segunda á su di~cipulo rl"imoteo. U nos hombres rebeldes, é incrédulos, que abandonados á su~ pUiiioncs, y preciándo~c de di~ci pulos de ~:pícuro, desconocen la Divinidad, y culocün su último fin en los deleites mas criminales: erunt ho .. 'Ifline6 voluptatum ama tares magi6 quam Dei. <..1) flumure. que para derramar la ponzuim de su libertinage cubren el rostro con Ulla máscara de piedad é!l nlismo tiempo que en su corazollla detestan: habe!lte, quidem specieni pietatis, virtutem autem ejui ubregttntes. Hombres, que engreidos con el €'studio cuntiIlUO de libros perniciosos se atribuyen el titulu de filosQtos, siendo absolutamente unus ignorantes de la ciencia de la verdad: semper dicentei el nUlaquam ad tJeritatis icientiam pervenientes. Hombre$ infieles a la amistad, que ultrajan el decoro de las casas, que frecuentan, y las iUllundan con el torrent,e de sensualidad, que denominan noble tributo. qui penetrartt domo~, et capt-i·vas duant nUlrie'l·cula. oneratas peccat-is. Hombres finalmente detractureR, arrog'antes, cprrompidos, desubedientes á la re, y obsecados con los errores Olas groserós: homine. corrupti rnente~ et reprobi cil'ca jiclem. ¿ Qué j uzgais? Se puede dar otro retrato ma. completo de los escritores enemigos del P. CASTAllEDA? ¿ No uso el de este idioma, que es el mislllO d~ (t) !. ad Timetb. c. 8. a Y. 1. asq . • d 8, ( 29 ) la religion cuando los impugnaba, y cuando com'!' batía contra el desórden, y el escándalo de las costumbres? ¿ No tuvo en su conducta innumerablei ejelDplare~, a quienes veuera la iglesia pOi' su sabiduria, y pur sus \'irtllde~? Registrad las Escrituras, leed los anales eclesiá.stico"" y "erei! cual fué el zelo de Elias, cl de los Apostoles, el de S. Ambrnsio~ el de s. Cipriano~ el de S.-Juan Crisóstomo, y el de otros muchos en lunces semejalltc~J y conoccreis la illjuslicia, cQn que se cla~ifica el de CASTAñEDA por atrevjdo, mordaz, é intolerante. Tal ~'ez podria ser rígido, e inflexible, pero ¿ quien negará que fué s~frido, paciente, desinteresado, y nada cobarde? Esto es s~ficiellte para que se repute por un ~elo verdaderamente cristiano; por que este, sf'gnn enseña S. Francisco de Sale!'!, se debe medir por la conformidad en los t .. abajo~, por la resignacion en las afrentas, y por el iufrim.iellto e~ las adversidades. ¿ y quien no observó estas cualidades en el zelo activo de nuestro difunto compatriota ? ~as sátiras lilas vh'as, los sarcasm()s mas inmundos, las calumnias mas atroces, y las cavilaciones mas malignas, de que se compunian especialmente lo!:! infames liheioy intitulados el Lobei'll y las Cuatro COSclS, no sirvieron mas que para descubrír el, caracter de un l'OrHZ01~ magnanimo, que las sufre, y la elevacion de un cspiritu gelleroso, que las elesp recia. En lances tan ~en~iLles, y en situacion tan apurada ¿ que ,'ímos en ellll1C no fuese bastante a ('xitar todo llUe!:itro asombrl'? Su sl'rcnidad, ~li cous- ( 30 ) tancia, su intrepidéz, todos sus movimientos nos Illa.. Ilífestabbn el imperio, que gozaba tiobre SI mismo, y la dulce satisfaccion, que es el fruto de la inocencia. Jamas se reconocio en el un vestigio de turhacion, ni, un impulso de ira, ni una sola respiracion, que indicase debilidad, o aquellos deseos feroces de vengauza, con que se alimentan las almas vulgares; antes por el contrario sin deiistir del santo proposito de instale oportuna, é importunamente contra los vicios, y de increpar á. sus ejecutores con todo genero de paciencia, y de doctrina, sostuvo el honor de su ministerio,. yarespondiendo a los insensatos segun su iusensatez, cmno enseña el eclesiástico. y ya despreciando como nada las acres invectivas de los Inundanos, como lo hizo S. Pablo con los de Corinto: milti pro 1ninimo elt ut vohis judicer • ( 1) En este torbellino violento de contradicciones es en donde se daR a conocer nlejor sus inclinaciones, sus deseos, y la sublimidad de sus pensamientos; y le habria faltado sin duda el mejor esmalte a su pa.. triotismo sino hubiera tenido que sufrir tan duros asaltos. ¿ Cuales no fueron sus padecimientos en su destierro de ]{aquel con el rigor de las estaciones, y con la escasez de un sitio inculto, y tan distante? Pues aun desde el centro de su afliccion, y de sus miserias se emplea todo,su espíritu en la solicitud de los aumentos de la escuela de dibujo de esta ciudad, que tanto debe a. sus expensas y fatigas. Aun alli se empeña en pronlover la agricultura dando (1) l. Ad Corintec. 4 Y.~. ( 31 ) aliento a Jos brazos agenos ton e) ejemplo de .la acti,-idad de los propios, é inspirando un justo mteres á tantas almas aletargadas en el ocio, que es el orige~ de sus vicios. Aun allí arbitra medios de aUlne~tar la fottuná de tantos infelice~, ya ('011 la especlllacioIl Sacar azeite de las semillas de esa inmensidad de plantas sih'estres, que cubren nuestros campos (1) ya con la. l)e~ca de nutrias para gozar ellllcro de sus pieles; y ya sol,re todo con sus repetidas instrucciones políticas, y religiosas, para que fuesen todos buenos cristianos, y tieles patriotas. Ocupacion digna de un ~-mlÍOCOI).10 el suyo, que supo sobreponerse á la ad\'ersidad, y sellar COIl un silencio vergonzoso los lábio~ de sus émulos. . l~ero ¿ que eS todq esto en comparacion de otras acciones, que han pasado por nuestros ojos, y que haft mt!recido la admiracion de los mas distalltei que las han oído? ¿ Qué es todo esto cuando se recuerda aquel zelo vehemente, ·con que condenaba la anarqula, y clamaba con todas sus fuerzas, que loa de8~rtores del órden eran indignoi de lo, libertad, '!I deblan segetal'se al yugo espmiol, ya que habian IJU"'ido la 'l·gnominia de prostenwrse ante Unas gauchas ahorcajadas en caballos mansos? (2) Vosotros me entendeis, seilOres, vosotros me CIl.fe~~eis ;.. y sabeis como yo que el R. CASTAilEDA sigUlo el ejemplo de l\foises, que rompió las labias de !a ley. cual~do advirtio la prevaricacion de aquellos Israehstai lllgrato~, que rendian cultos a un becerro. de íl) -- J:I card.. (~) E.Tpre.ionu r¡IplltidQl ID IUI Yario. periúLlicOL ( 3~ ) VO!llotros ~abcis cuantas fueron las b(lndiciones, qtté recayeron subre ese patriota benemérito, cuandu una tri~te experiencia hizo conocer la per~picacia de vis.. ta, con que atravesaba los tiempos para calcular lo venidero, y vuestra misma actual cOll~tel'nacion es la nleJor prueba de su mérito, y de lajusticia, con que procurais eompeusar sus pasadas calamidades. ¡ O alma benéfica, y generosa! Si despues de la disolucion del cuerpo terrestre podei-s aun ser sell~ sible a. las glorias y honores d@ la tierra, vul ved la .. ista á estos uOigiJos ciudadanos con la mislna uti· Jidad, con que los mirasteis otras veces: venid á re .. coger en la~ lágriInas, que mezclan con vuestras ceni·" zas, y en los suspiros, con que honran vuestras exe .. qllia~ el mas sincero tributo de su agradecimiento. V t'nid el ver al mas honorable de los patriotas, no ya danJoos señales de su estimacion, y confianza, siuQ o ....e~~iel)doos las demostraciones de ~u dolor en medio d ,. la~ aclamacion~s, con que pregona la provincia su., merecinli(lntos, y pensando unicanlente en vues.." tfa perditla, al mismo tiempo que ludos pienaan en 10;<; bienes re~ultantes de su Gobierno. ¡ Ah! Aqui debería poner fin" al elogi"o del P. CA~TAñEDA ; porque el sentimiento del Sr. Rusai Ilada" deja que decir en favor de nuestro amadocom" patriota. Elle ha hecho conducilo desde una tierra. estrall,l, en donde sus restos se hubieran sepultado en el olvido; l1) el ,le ha colocado en este !=iitiu, que fue el -------El dia "8 dp .i ulio ppr disllosid,1D 1Uilf'rior fu!! condurid. t'o~o en triua,e~hu de tuda. ('IIIIeI, 1 coudiciones d"IIJe la Alamt'd. h4lll1l~1 templo de San }~rallclllco. Irn cuyo pll/lll'un '1uedó depusIludo ha,la qUf' sena lt'bra3t'1l Iil~'" ext'quiall con IIA ~olealllillad . . . l . ha ,isto ~ l'"illf d.. la emulllcieu, y p .. ,ra envidia 11.. IUI ad",nanol. (J) fe. el cajen, 'jue cuntl'uia su carlu"er acolUpllñlldu de un inm8:11iO ele ~~1 s.l.n~i:l:-li~jO:l, y fle .'H COill')ate~; y elle ha,prop Ir~¡:).n\l\J Ul1.1 nn """im g!l"ltn~a, o.:ln dt'jarle lugdr ;1. r,"l:;>tir con rt profeta: collocavit .""e 'in obscuris sicnt I I . . I flHl!'tIUS SlC~",,': ~e han m~~c "dI) Ims ('(,llIzas con él"4, (l,le ní) son li~ mi pJtria, y e~te e.~ el senlimielltfl, .li le lB!"' queda: et am;'C¡'alu.'l e.'lt spiritilB mells. (1 ) P;:!rt' ¿ pl iré fU~iU' e'l siieaeio, 1111t" este heuf:'m~hito ,I"I'n ~Io(ll Si» e,Hn,'JI lee ea Inher h~eho J'n~tidiL o ' . al H. C,\H.\~mi)\, 10el'()'!'P~"idll h su~ lrah;ljoi?, E;la ~,.!a ex:pr:.>.¡ion ~ su~ciellte (>11 ,1 gravar en nos.Jtr I~ !a 1tl..,:.! cierta d~ sn ~r:\ll.l~~.l d~ animo, d~ la dcvacitlll de sn c'iplritu, dt"l',H'l"r ~\ SIt-; compatriota. de sa di . . ce .... i:meato, y ,le otril", mil dignas pl"enda~, (lue ni :lgUIIO de V:)~Ot,l'C); ig:lUra. Y ella sola es ~ill d ~I.l., ei e-,tlllHdu m'li fuertt" pa.r.l confundir á. tanto~ I:omhre. tardio~. y Jlel"eZO~O~, que sumf:'rg:ido"i en una l¡,rpe ocjor.:ic!ad no conocen cerca de !O"i ni trabHjo..:, fl"e los mol(·.;t:'n, ni cuid.u\os qne 1()~ fatiguen. Hiil"¡lOres: la glorjo~a memoria del 1'. CA~TAiíF.­ r., ~('ra en la dsta ,le ludos un Illotblo, que da hoIlor al I.l patria, y cuya i,lliLJ,('!(1!l ie prdpofC'inua nll1 .. t.::n~ V(~lIt Ija..¡, porque en V'~1I10o; \1:1 g~!\;O aet~,·o. (i~s~m!)ar.lZado, 1l"ll1.,trj"~I', y cnPIIl;O"o . de esa infeliz; apatin, é in~n,;;jhj!¡d ul, que tant~ cl",ila á los ciudaU,lito..;. l f n c~pírit\l inc:~ll'Hil>le ~n las fnll~innp!o; (:t.' ~\I llaiillt;lcrifl, y ru fas ";rtncies fue,"on '·E"rda,l!'~"a!il. y ('(I:.':'ante~, !;!o~t~ni~b:-l eon el f'ur'i(l de m~ Icho..; año." J J .!ic"d LO;¡ en el ft.n~o ll~ Sil ('1l'"87.01l, acrisohtcbs f'H b ..¡ ch""::;!>" ::ia5i, y (l;tt~ se r::f',)I"zarQlJ, y b. ¡llaroll lUU. 0 el o 5 ( 34) en ('} término de sus dias. Un hombre rl16n, que no trabajo por su propio interes, sino por la utilidad publica, que mereció el amor, y la '"t'nel'ucion de cuantos le trataron, y que se hizo acreedor [-t, que de~pues de su lJlllelie se le a pliquen en la postt~ .. idad aquellas expresiones del eclesHl~tic(): felices los (Iue te vieron, y tuvieron el honor de ser tus amigos! Beati, qui teriderunt, et in amicitia tua decoruci 8LlIlt. (1 ) Pero ¡ay de mi! Yo pronuncio ~in querer esta ultnua p"álabra! Y por mas qtie qúiero ellt)'(JlgarlLe á alguna digresion, que lne distraiga, debo llegar "a. este cruel "objeto dé luí discurso. Este es sin duda el punto uras seU!~ible, y al mismo tiempo el mas edificante; porque"en él vemos con toda claridad el \'erdadero caracter del R. CASTAilEDA, sin que puedan ser errados nuestros conceptos: injine homiriii de- nudatio operltm ilHus. (2) Los hijos del siglo á pesar de la efcctada fuerza de esptritu, que ulauitiestan en la vida, se hallan desolados, y sin brio para oi .. el anuncio de una lllUt'rte inmediata; y ya sea por una preocupacion, tIue los hace mirar el tin de su exi~tencja como la mayor de todas las desgracias, (, ya por un justo, pero terrible juicio de Diof, que los abandona a. su terror, despucs que ellos se ahandon~.ron al de8arreglo de sus placer~~, se asustan, se consternan, se ni('>gan á. los saludables consuelos, {¡ue la religion les ofrece, y 3UIl 108 con~ideran como presngiol:i de un inforlunio, {i) E~d.hiastici (~) lYidllm c. ) l. , c. (8" •. 11. 'i!f'. ( :J5 ) Pel'o el Jl1~to no reconoce en la figura de la llmerte aquel horren.~o aspesto, que lanto atribula ¡ los pecadores, y la funesta imagen de su próxima di solucion es para él segun la expresion de S. Gregorio, un espectélculo de gloria, y de felicidad, y como Ulla representacion ,anticipada de las recompen~as inmortales, que le aguardan en la region de los escogidos: á vista de ella se dilata, se desahoga, se delei .. ta su corazon, y acelera el movimiento de sus ansias tanto mas rápidamente cuanto mas se acerca al Ser Supremo, que es su unico, y apetecido centro: cum- tempUl propinqule morti, advenerit de gloria retri.. butiollis hilare,cit. (1 ) Privilégio singular del hombre justo, que obtu.. vo el R. CASTAñEDA para mirar la mano de la muer.. te con un rostro firme, y sereno, y considerar su último golpe no como una decisioll de exterminio, sino como una voz imperiosa de Jeiu ·Cristo, que le lla.. maba alas delicias de un reino eterno: spiritu mag.. no viditultima. (2) ¿Pero qué mucho si el continuado arreglo en I~s acciones de su vida puede llamarse una preparaclOn para la muerte? Asi es que su humildad, su pu~eza,. su pobre~a, su mortificacion, iU recogimien .. t~ 1ntenor, su candad, y 8U zelo incansable por el bien de sus prttiimos fueron los grados por donde lI~gó al teruuno de su disolucion, y a la dicha ¡nes.. phcable de entrar en el gozo de su Señor, ctilmo píad't~amente debemos creerlo. (1) 8. G."e,orio bom. 13. iD EUD,. ti) li.tel ..iallic. c. 41..... :t7. ( ~6 ) l",os liLros shntos son el fundé.lnlf'lI~o Jc t.1r! prudente cOlIgelura; pues ellos ll(¡~ CllSL1Ú·tlI, f¡\le Jl'Hll-Cri~to culllesar;l por slI)'es deL ntc de ~u pilli re lus que le ¡Jayan LOI.fe:--utlu á el delante de tL" hOluhres; (llIC lo~ que bielliurall ('il Lg, lll!aS tCI¡drall dc!o'pul's una aUulld.Jute cO!oiellia üé n.Jl~ ..H~do:) ; y que la~ belllli<:iOlH'S u~l AIÚslnlO dc:-;~~eJdc"~ll ::~obre el jtl~t(l, que le lellli~ en aquel ultimo m:mwnto dl..! su ser tClllpora 1: timenfi l)olllinlln ¿('né erit in ex/re- a. mis, ct,."n die dtfumetionis SlUC heucdicetur. (1) ¡ Ah! Que consuelo para nObotros el ver realizauas estas promesas en nuestro amudu con:patriota! El murio, pero no muriu como los ml111djJllo~, en cuya muerte no se manifiesLa mas que tibiezé.', insensibilidad, é impenitencia. No, no murio como ellos: nequaquam ut morí so/ent ignrH:i mortuus e~t ; (2) sino como un verdadero hijo de San Franci~c(·, escogido de Dios, y predestinado para el cielo. Esto es, señores, lo que Jebe Hamarse el complemento de su elogio, porque sin e~to todo io que lJizo, y cuanto os he dicho, no seria mas que vatlidad, y uu sonido que se disipa con el viento. El U.. f ASTAilEDA respondió tranquilo él la "oz de la muerte, segun se explica la Ebcritura, y ansioso de librarse de las ligaduras de la mortalIdad, él luismo instó al p~trroco (3) para que 5!in dilaciou alO"una le administrase cuanto antes Jos santos auxÍ)j~, con que los hijos de la iglesia son favorecidos en el último trance. (1) Eclesiostici c. 1. v. I~. (1) (S) El Dr. D. Fraoci'C8 Alnrn. 2. R"g. cap. S. v. 13. ( :~7 ) ; Con cnanta hnmillacion, lernu .. n. y r(3~pct() J"i'cil"ó al ('ordern de U¡o~, quc horra los pl'(;ad\'s lit I 1l1l1l1dtt ~ Pidi() 'IlJt> le vi~ti('~ell su r)¡)hre h~d)ito, y cubrando ~lJ) ¿dipnto, ('xt~aordi,Il¡lri\l. prote-tó d~­ lante de t ..'-'IIS ~ll adllt'~J(ln firme a la ~allta 'g'lesLl Humanél, v con e~Il('('ia1idad al dogma ele la pr¡'s(:'tld.l rcal d(~~ Je~\I-Cri~to en la Eucarl...:!in, 'll~e t·S ti SilCrilllll'llto de lo~ católico~, y el 01: trio l1e t~ por é:anllJ1l0111a~ia: dde¡.¡tó la~ talsas dodllllUS tan opuesta.;; HI lJicll de los pl1ebl(l~, y terminó sus alientui c(lnte~éJn.do el amor a la religi<ln, en cllle habia nacÍcln, y a la patriil, que había sido ~¡ell!(Jre d ohjetlJ de tarea..:. ¿ (Juc Ulas os dire catúlicos? ¿E~pcrais aun que ..('uniendu ld~ po('a~ fuerzas que me quedall, llh! elliplilE:' en excitar nlcstra fi', y en recordaros la 1H'ce~ldad de la llIuerte, teniélluo á la vista sus lle~­ lJ~ios ¿ (Juereis que liS dig'a, que de e~te mOlb Jl'~o pareCl~ npeutinanwnte la figura ud m •.ll1l1o, yd CllCClut., de los s{'utidos? ,; (Jue los lilas felict'~ dias de liuestra vida no son Illa~ que p('nlidas in';{,ll~ib'cs de llucslro s{'r? ¿ Que todas las fantasma; de houor que nos seducell, se dl':óilcen contra el s~'plllcro ? ¿ Y que lodo ClJanto \'~IlIO~, pt'recera, Sll:"UaO ulllcalHcnle dcrllos los biclles invisible,;:, que la fe nos propltlle? ,.Ah! ~las qlliln~ dejar A e::sl<! ('~pectáculo tan tierllo el cuidado dt~ que' II mi:-511lll o~ in~lrl1ya, que debilitar ('on rl'flexiolle~, la St'CI"t'Ll Sil"; r fuerzu, yue tienen sobre d l"t.:ligio.~í.JS ceremonias. coraZO:l hUllIallo estas COlllilluadlas, puc<.::, ~Iilli~~ro~ fag-ruuos: ~l('rra- ( 38 ) Dlad la aspcrsion santa sobre esas amada" cenizll8 '! sellad ese sepulcro para que no llegue el angel exterminador en el dia grande de las venganzas: y clamClnos todos desde lo mas profundo de IJuestra a el humillaciou, al padre de las Ini¡sericonlias, para que perdone á nuestro compatriota los defecto~ de la humana. flaqueza, y lo coloque en la region pacífica de los justos. AUlen. FE DE ERRATAS. P.rK· S 5 id. id. e Lin. 1 4 80 31 18 21 8 5 ).1 20 )9 lO lO '8 " 16 id. " 18 f8 13 .d. id. id. 30 id. 35 id. 17 22 id. 12 ]6 9 27 3G lO Leal•• despertar¡¡n. conturbariais. ellas. proferidas. Ulquequó. apacible!l. liervo. sie'rvo~ ansiedades anxiedades. á ca~o acaso. ignoranch ignominia. e~tincion extincion. a ca~o acaso. abregantea abnegantel. dicentes discentes. dURnt ducunt. murierenla! mulierenl ... Y arespondiendo ya respondiendo ut vobis ut á vobi •• arelera aecelera. inesplicable inexplicable. defumetionil defunctionil. Dice. despertarian conturbareis ellos proferidos usque' qno apreciables