Oraciones simples y compuestas

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I EL SUSTANTIVO
Clasificación de las palabras
Según el sitio que ocupe la palabra en el interior de un enunciado esta tendrá una u otra función gramatical.
Así pues se distinguen dos clases de palabras: las autónomas o independientes y las dependientes. Como su
nombre lo indica, las primeras tienen la característica de tener su propia función, las segundas, o sea, las
dependientes, solo aparecen con las palabras autónomas aquí definidas. Haciendo esta diferencia entre tipos
de palabra se podrá discernir las varias clases de palabras autónomas y dependientes como los verbos, los
sustantivos, los adjetivos... Por otra parte, distinguimos en las palabras los signos. Lo más frecuente es que
cada palabra lleve dos signos que llamamos raíz y desinencia o terminación que corresponde a los valores
gramaticales o morfológicos que pueda tener la palabra.
El sustantivo: sus características
Definición : Se llama sustantivo aquella palabra que sea capaz de ser un sujeto explícito en un enunciado
Su estructura: Encontramos, en general, signos léxicos ( contenido en la raíz) y signos morfológicos (se suelen
encontrar en la misma desinencia y son llamados accidentes o morfemas.) Se puede encontrar palabras de
diferentes clases formadas por una misma raíz pero la desinencia caracteriza la misma clase de la palabra en la
cual se encuentra.)
El signo léxico, raíz, puede ser el mismo en palabras de diferentes clases. La desinencia y los accidentes que
expresan caracterizan una clase de palabras determinadas, así, los accidentes son la marca del género y del
número de un sustantivo.
El género
Todos los sustantivos tienen morfema de género que diferencia el masculino del femenino. Una vez
determinado el género de una palabra, este no cambia. Por regla general la a a final de palabra caracteriza al
femenino y la o a final de palabra caracteriza el género masculino pero no siempre esta regla es válida, por
ejemplo la mano, el poeta...
En casos irregulares el femenino de una palabra puede cambiar la secuencia fónica de una palabra masculina,
por ejemplo: rey−reina.
En otros casos esta secuencia cambia radicalmente: padre / madre, yerno / nuera
El género se distingue con el artículo de la palabra y a veces, en los casos de sustantivos comunes solo es el
artículo que da muestra del género: el testigo, la testigo y en caso de que la palabra no tenga ningún signo
morfológico de género evidente el artículo es el único indicador de género: el mal / el espíritu. Otro indicador
de género es la concordancia sintáctica de géneros: la concordancia del adjetivo con el sustantivo: la pared
blanca / el muro rojo.
La diferencia de sexos es una de las muestras de distinción de géneros como en el gato− la gata/ el padre−la
madre. Pero esto no es cierto en los casos de sustantivos epicenos. Los sustantivos epicenos son aquellos que
pueden designar ambos sexos aunque solo se use un género para hablar de ellos. Estos últimos solo se apelan
marcando un género, por ejemplo solo se dice la hormiga independientemente de que sea un ser masculino o
femenino. La evolución social también ha acarreado que se crearan nuevas palabras de género diferentes, de
patrón se ha derivado patrona, de modista se ha derivado modisto.
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El género no siempre es debido a la diferencia sexual en caso de objetos la marca de género puede aludir
directamente a la forma de un objeto: jarra / jarro. También diferencia el instrumento del utilizador y el fruto,
del árbol. Así pues nos encontramos con sustantivos que admiten los dos géneros, cada uno de ellos altera su
significado así que habrá que elegir el artículo en función del sentido que se quiera dar.
Otros sustantivos admiten los dos géneros sin modificar su sentido: el mar/ la mar
Definición del género: es preferible considerarlo como un accidente que clasifica los sustantivos en dos
categorías combinatorias diferentes, sin que los términos masculinos o femeninos prejuzguen ningún tipo de
sentido concreto.
En conclusión, el género es un morfema o accidente que sirve para caracterizar el sustantivo en una de las dos
combinaciones arbitrarias establecidas, en algunos casos marca la diferencia de sentido y de sexo. Por último,
se puede decir que el masculino es de mayor extensión y el femenino es de mayor intención.
El número
El sustantivo se presenta con dos opciones de números: el singular y el plural. El primero se refiere a la
unidad y el segundo al conjunto de objetos de una misma clase. La representación gráfica se caracteriza, para
el plural, con los accidentes s o es pero en algunos casos, como con los sustantivos cuyo significante sea
polisilábico acabado en s y precedida de vocal átona, el plural se distingue sólo por el empleo del artículo de
género plural.
Regla: cuando el significante del singular acaba en fonema consonántico el plural se forma con −es. Y cuando
el significante del singular acaba en vocal átona el plural se manifiesta con la −s.
Peculiaridades del número
Los sustantivos: singularia tantum, solo aparecen en su forma singular: la tez, el cacao.
Los sustantivos: pluralia tantum, estos solo se usan en su forma plural: los comestibles, los honorarios...
Los objetos compuestos de dos partes simétricas también se emplean en la forma plural: las gafas, las
tijeras...
A demás hay otras diferencias entre plural y singular como ya lo vimos en el caso del género del sustantivo.
El cambio de número puede cambiar o matizar el sentido del sustantivo, ejemplo: interés / los intereses
Definiciones
Plural: designa siempre un conjunto (cuando se opone al singular)mas o menos amplio de objetos de una
misma clase.
Singular: además de aludir en la mayoría de los casos a un solo ejemplar de esa clase, puede también referirse
al conjunto de objetos contenidos en esa clase, esto hace, en este caso que el plural sea equivalente al singular,
ejemplo: los hombres son mortales / el hombre es mortal
Esta dualidad del singular explica el comportamiento de algunos sustantivos: los contables ,son aquellos
objetos aislados de los otros, el árbol, la casa... por lo tanto se pueden contar y enumerar y los no contables,
los que se refieren a realidades no separables e indivisibles como: el agua, la madera.
El artículo
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Definición: se entiende por artículo definido o determinado aquellos cuyos significantes sean el, la, los, las,
lo. El artículo definido es una unidad átona y dependiente, o sea que separable y no se puede construir con
ellas un grupo fónico.
El artículo determinado como su nombre lo indica, determina al sustantivo. El artículo, aunque se escriba
delante del sustantivo y de manera separada, también se comprende como un accidente del sustantivo: indica
el número y el género. El sustantivo puede ser o no determinado por un artículo y, según el caso, se le atribuye
un significado u otro al sintagma nominal, por ejemplo: sopla el viento/ sopla viento
El artículo permite distinguir número y género de sustantivos cuyo significante no cambie. La herencia
histórica a impuesto que los sustantivos femeninos cuyo significante empieza por −a− acentuado, utilizaran el
artículo el: el agua, el águila... también utilizaran este artículo los sustantivos que empiecen por −h− , por
ejemplo: el hombre.
Se exceptúan las palabras invariables y las que se oponen directamente al masculino y cuando se intercale otra
unidad entre el artículo y el sustantivo, el artículo volverá a corresponder con el género del sustantivo,
también sucede esto cuando el sustantivo está en plural.
Dos sustantivos del mismo género pueden ser agrupados por un mismo artículo. Generalmente si hay un
grupo formado por dos sustantivos de géneros diferentes prevalecerá el género masculino pero también puede
predominar el género del primer sustantivo. El artículo desempeña también un papel sustantivador así pues, el
artículo definido puede reemplazar directamente a un sustantivo.
Cuando el artículo aparece como sustantivador, es frecuente que el artículo adopte la función neutral, al ser
neutro este artículo es indiferente a las distinciones de género y de número.
Los nombres propios
Definición: En la realidad designan objetos únicos en absoluto o únicos en la situación de habla, es decir,
único en el universo de habla del oyente y del hablante.
Frente al artículo, el nombre propio se comporta de manera diferente: puede aceptarlo, rechazarlo o le puede
ser indiferente.
Para resumir el artículo es un accidente que transforma el sustantivo clasificador, ya sea propio o no, en un
sustantivo identificador ya que es conocido en el universo del habla que existe entre el oyente y el hablante.
II LOS SUSTANTIVOS PERSONALES
Pronombres personales tónicos y átonos
Los pronombres personales son aquellos que se refieren a la noción de la persona gramatical que abarca el
hablante, el interlocutor y el conjunto de todo lo demás. Estos tres elementos aquí citados aparecen cuando la
lengua lo expresa a cada uno por separado.
yo
Primera persona
Me
Mí (conmigo)
Nosotros / nosotras
Tú
Segunda persona
Tercera persona
Nos
Te
Ti (contigo)
Vosotros /vosotras
Él Ella
Ello
Os
Lo la le
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Ellos Ellas
Sí (consigo)
Los las les
se
Los pronombres que carecen de acento tienen que combinarse con otra palabra en la secuencia verbal. Los
demás pronombres al tener acento pueden aparecer de manera aislada como una unidad fónica y sintáctica
autónoma. Los otros tres pueden ser una unidad fónica y sintáctica cuando sean precedidos de una
preposición: a mi, de ti, en si.
Los pronombres personales
No son siempre los sustitos del sustantivo pero si tienen las mismas funciones que estos y parcialmente
presentan los accidentes de género y de número al igual que los sustantivos. Por eso, conviene llamarlos
sustantivos personales. La diferencia entre sustantivos y sustantivos personales es que los sustantivos
personales se restringen en las personas: primera, segunda y tercera.
La persona
Las dos primeras personas se atribuyen al hablante y al interlocutor por lo tanto se pueden atribuir a humanos
o en forma figurada a otras cosas. Al contrario, la tercera persona puede atribuirse a todo lo que no sea el
universo del hablante y del interlocutor, es decir, a todo lo demás, ya sean cosas, animales,...
El género
Se asocian a los sustantivos personales los accidentes o morfemas de género y número. El género de las dos
primeras personas es indiferente, las personas que hablan podrán ser hombre o mujer sin que eso se vea por el
uso del personal. En cambio, si se tendrá que tener en cuenta el género de lo que se alude cuando empleemos
la tercera persona, incluso aparece el valor neutral. También en el plural, las dos primeras personas junto con
la tercera, adoptan
un valor que acepta la distinción de género mediante la variación del significante, por ejemplo: nosotros,
nosotras.....
El número
No se puede establecer un paralelismo entre todas las personas.
Las dos primeras personas se pueden definir de esta manera:
Yo (singular) es el hablante
nosotros / as (plural) es yo, el hablante y los otros conmigo
Tu (singular) es el interlocutor
vosotros / as es tu y otros contigo
En el caso de la tercera persona ocurre algo mas, y es que esta persona alude en su forma singular(ella / él) a
un objeto de la clase establecida y en su forma plural ellos / ellas, a un conjunto.
Ausencia y presencia del personal como sujeto
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El personal no es imprescindible para señalar la presencia de un sujeto explícito. El verbo conjugado indica el
personal sujeto al que corresponde. Pero en el caso de la tercera persona del singular pueden existir varias
posibilidades ya que puede corresponder a varias desinencias.
Otras particularidades
Los personales de la tercera persona, masculino o femenino, pueden referirse a cualquier objeto como ya se ha
dicho, sin embargo, cuando desempeñan la función de sujeto explícito pierden esa capacidad de denotación y
se utilizan solo cuando se refieren a personas o a entes personificadas.
Otra particularidad de la tercera persona es su forma neutral lo − ello. La forma neutral no puede aludir a
elementos unitarios ni a elementos contables, solo se utiliza para referirse a algo previamente dicho en la frase
con el único fin de no repetir esa secuencia fónica.
Otra forma de la tercera persona es la unidad si, contrariamente a las formas mi y tí, la unidad si puede
referirse tanto al plural o al singular. Esta unidad, llamada reflexiva se utiliza cuando el objeto al que esta
unidad se refiere coincide con el sujeto gramatical.
Sustitutos de los personales de segunda persona
La cortesía y el respeto social ha creado un sustituto de las segundas personas, en un primer tiempo se utiliza
para afirmar de cierto modo el respeto o el distanciamiento social. Así pues, la forma medieval vuestra
merced ha sido sustituida por la forma usted para el singular y ustedes para la forma plural, estas dos formas
no distinguen en ningún modo genero. Por otra parte el valor gramatical de esta persona corresponde al de la
tercera persona.
El uso de esta persona difiere según las zonas geográficas castellanas: en América del Sur se ha conservado
una forma más antigua−voz esta persona ha eliminado por completo el uso de −vosotros vosotras−y de −tu−.
En Andalucía y en Canarias los plurales vosotros / vosotras han sido sustituidos por ustedes.
III EL ADJETIVO
El adjetivo: su estructura, género y número
Estructura: El sustantivo puede ir acompañado por otras palabras y forman entonces un grupo unitario que
cumple la misma función en la oración que si fuese el sustantivo solo. Por ejemplo: el coche rojo no acelera.
El grupo coche rojo es el sujeto de la oración al igual que podría serlo el coche si fuese el coche no acelera.
Estas palabras que acompañan al sustantivo se llaman adjetivos. Los adjetivos también pueden cumplir por sí
solos la función de atributo.
En los adjetivos se combinan signos gramaticales. Así encontramos en los adjetivos las mismas
particularidades que tenemos con los sustantivos es decir, los significantes de genero y de numero. Pero a la
diferencia del sustantivo, el adjetivo no modifica la referencia, las variaciones, de genero y de numero son una
simple repercusión del sustantivo, lo que llamamos concordancia. De cierto, en modo de que no se distinga
claramente el género y el número del sustantivo el adjetivo puede precisarlos.
Género: La mayoría de los adjetivos distinguen el masculino y el femenino con las marcas a (femenino) y o
(masculino), que también son aquellas que marcan el género de los sustantivos. En caso de que el masculino
del adjetivo sea en e, esta vocal se sustituirá por la a en el femenino. Pero algunos adjetivos no distinguen
variaciones genéricas.
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Algunos adjetivos, al anteponerse al sustantivo pierden el significante o, esto se llama la apócope: buen día
pero día bueno.Como lo muestra el ejemplo estos adjetivos que se apocopan cuando están delante del
sustantivo vuelven a su forma normal cuando están detrás del sustantivo. Esta apocope también ocurre con el
significante a: mal hora pero hora mala. El adjetivo grande también sufre apocope y se transforma en gran
cuando se antepone al sustantivo. Pero si el adjetivo va precedido de mas o si se combina con otro adjetivo,
gran vuelve a su forma grande. Algunos adjetivos sufren cambios más radicales como el adjetivo santo que
pierde el significante cuando se antepone a un nombre propio.
El número
El adjetivo coincide en la formación del plural con el sustantivo, es decir, el significante del plural se forma
con s o es.
Se pone s después de vocal átona y es después de vocal tónica o de consonante.
Algunos adjetivos, como isósceles, son indiferentes al número y al género. Y en la lengua coloquial existen
adjetivos derivados que son indiferentes al número y que se usan al igual como sustantivos:
Que rubiales te han salido los ojos. Los rubiales.
Sustantivación del adjetivo
A veces, el adjetivo puede sustantivarse y funciona entonces igual que un sustantivo. En este caso, el adjetivo
puede combinarse con el artículo. Con esta función del adjetivo hay que distinguir, al igual que se hizo
anteriormente con el sustantivo, la alusión clasificadora y la alusión identificadota. Normalmente, el adjetivo
clasifica el sustantivo: el traje negro pero al sustantivarse, el adjetivo identifica: ese traje es el negro. En este
caso el adjetivo sustantivado alude directamente al nombre pero puede no ser el caso como los accesorios, la
lavadora..... que han adquirido por el uso un valor de sustantivo.
Al sustantivarse con el artículo, el adjetivo también puede adquirir el valor neutral al igual que el sustantivo:
lo verde, lo nuevo... Siempre se puede restaurar en la oración el sustantivo a que alude el adjetivo. No hay que
olvidarse en el caso de que el adjetivo sea sustantivado con el artículo neutro que este, al carecer de acento, no
puede aparecer solo y el grupo que reemplaza es sustantivado por el valor del adjetivo, así pues cambia su
valor clasificador en identificador. Los neutros sustantivados corresponden con sustantivos femeninos: lo
nuevo la novedad y entonces, se suele utilizar el neutro sustantivado cuando no exista la forma femenina
correspondiente: lo abrupto, lo inesperado...
Posición del adjetivo en el grupo nominal
Ya se ha visto que el adjetivo puede anteponerse o posponerse. Según la posición que ocupe referentemente al
sustantivo tendrá un valor u otro:
Cuando se encuentre delante del sustantivo, se llama el epíteto y tiene un valor explicativo, descriptivo de la
realidad a que se refiere el sustantivo.
Cuando el adjetivo se encuentra detrás del sustantivo este tiene un valor restrictivo de la referencia del
sustantivo, se especifica la realidad concreta del sustantivo.
En algunos casos específicos, algunas combinaciones de adjetivos y de sustantivos, funcionan como
sustantivos compuestos: el sentido común, ideas fijas, alta mar... y en este caso no se permite la inversión de
la posición del adjetivo. En otros casos, aunque se permita la posposición y la anteposición, predomina una
posición del adjetivo: buena suerte, alta frecuencia, onda larga...
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También, al cambiar la posición del adjetivo se puede cambiar su denotación: la pobre mujer (desdichada) y
la mujer pobre (necesitada)
Adjetivos calificativos y determinativos
Los adjetivos se clasifican según sus funciones, distinguimos los adjetivos calificativos y los determinativos.
Estos últimos agrupan los adjetivos demostrativos, los posesivos, los numerales, los indefinidos y los
relativos. Lo que los diferencian es el área real que denotan y también por las diferentes funciones que tienen
en el enunciado.
§108 y aunque los adjetivos tengan libertad de posición, los determinativos se encuentran siempre ante el
calificativo.
§109 Así pues, las dos clases de adjetivos difieren en la posibilidad de adoptar, o no, cualquier posición
respecto al sustantivo.
Entonces se pueden definir los adjetivos calificativos como aquellos que admiten cualquier posición en el
grupo sustantival. Los adjetivos determinados son aquellos que, en presencia de otro adjetivo, deben estar
antepuesto a él.
La gradación: comparativos y superlativos
Otra diferencia entre ambos adjetivos, es que los calificativos pueden combinarse con unidades de sentido
cuantificador: mas, menos, muy, casi, algo, poco...
Estas unidades contribuyen a determinar el adjetivo y son adyacentes del sustantivo.
En casos particulares, la combinación de las unidades cuantitativas junto con los adjetivos crea una nueva
forma, esto ocurre con la unidad mas y los adjetivos bueno, malo, grande, pequeño.
No se dice, aunque si se acepte en algunas formulas, más bueno( salvo "más bueno que el pan) sino mejor,
peor, mayor y menor. Estas unidades tienen las mismas funciones que los adjetivos y se llaman comparativos
sintéticos. Esta combinación es lo que el sistema latino llamaba gradación, dado que, oponía el grado positivo
al negativo, el comparativo al superlativo. Así, salvo que se utilice el comparativo o superlativo, los dos
grados, se utilizara para expresar la gradación el cuantificador antepuesto al adjetivo.
Para formar el superlativo absoluto se utiliza el cuantificador muy que, como lo hemos visto antes se antepone
al calificador. También se utiliza el sufijo ismo que se pospone directamente al adjetivo. Este significante
puede sufrir algunas modificaciones según el adjetivo que acompañe.
Para concluir no hay que omitir que los sustantivos de contenido pueden ser gradados y adoptan adyacentes al
igual que los adjetivos: mucho dinero.
Los comparativos y superlativos son particularidades semánticas de los adjetivos. La comparación también
puede hacerse entre adjetivos, entre sustantivos y entre verbos.
Adjetivación de otro elemento
Si en lugar de un adjetivo, es otra unidad la que determina al sustantivo esta unidad queda adjetivizada. Los
sustantivos pueden ser adjetivizados con la preposición de, por ejemplo: portero nocturno, nocturno puede ser
reemplazado por la estructura de noche: el portero de noche. El sustantivo noche queda adjetivizado y en nada
cambia el sentido del enunciado. Entonces el sustantivo pierde toda capacidad de concordancia tanto en
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genero o en numero.
En algunos casos el sustantivo adjetivizado ha podido fusionarse con la preposición como en el caso de un
hombre sinvergüenza, al fusionarse el sustantivo recupera en parte su capacidad de concordancia como en el
mismo caso previamente citado: mujeres sinvergüenzas.
También se pueden adjetivizar las estructuras relativas.
IV LOS DEMOSTRATIVOS
Características e inventario
Entre los adjetivos determinativos se encuentra una subclase, los demostrativos. Consisten esencialmente
mostrar los objetos señalando su situación respecto a determinada persona, así es como los define Ballo. Hay
que indicar que esta capacidad la pueden tener los sustantivos personales o algunos adverbios.
Son los siguientes: este/esta/estos/estas/esto; ese/esa/esos/esas/eso; aquel/aquella/aquellos/aquellas/aquello
Los demostrativos, salvo los del genero neutro, pueden funcionar como adjetivos o sustantivos pero los
demostrativos de genero neutro solo pueden tener el papel de sustantivos. Lo que distingue a los
demostrativos de los adjetivos calificativos, es que estos primeros no necesitan articulo para ser sustantivados.
De este modo, con este comportamiento frente a la sustantivación, se asemeja demostrativos a sustantivos
personales y a los nombres propios. Esta dualidad del demostrativo a inducido a separar los adjetivos y
pronombres demostrativos.
Género y número
Al igual que los otros adjetivos, los demostrativos se adaptan en genero y en numero como ya se ve en el
esquema aquí arriba. Pero a diferencia de los adjetivos, los demostrativos solo tienen un papel identificador.
Posición y combinatoria
Ya se vio que los adjetivos determinativos no pueden ocupar cualquier sitio en el enunciado y los
demostrativos no pueden hacerlo tampoco. Cuando en un grupo hay varios adjetivos, los determinativos nunca
pueden preceder inmediatamente al demostrativo, por ejemplo: este libro mío
Por regla general el demostrativo se pospone al grupo al que pertenece pero cuando este pospuesto a ese
mismo grupo el demostrativo pierde su función identificadora y para recuperarla se exige el uso explicito del
articulo. La posposición del adjetivo demostrativo en el grupo agrega un valor enfático o afectivo que puede
dar al conjunto un valor despectivo o irónico
Función deíctica o mostrativa
La deixis, o la función deíctica de los demostrativos, se refiere en indicar la citación de lo referido en el
espacio o en el tiempo, bien reales, contextuales o mentales. En una palabra, es la capacidad mostrativa tanto
en el espacio como en el tiempo de los adjetivos demostrativos.
Los demostrativos corresponden a una persona gramatical (sustantivos personales). La deixis pues se refiere a
una de las tres personas. El demostrativo en si siempre se refiere a la tercera persona pero también indica la
relación que esta tercera persona mantiene con una de las tres personas.
Se define que el adjetivo este se utiliza cuando el hablante incluye lo designado en su mundo.
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También este demostrativo abarca los que participan en el coloquio: primera y segunda, sustantivo personal.
El adjetivo ese cuando lo designado esta incluido en la segunda persona, y el adjetivo aquel para la tercera
persona. Estos dos últimos demostrativos aluden a grados de mayor o menor distancia con los interlocutores.
Cuando los demostrativos indican un momento en el tiempo el uso de los demostrativos cambia: se utiliza este
para algo cercano en el tiempo, ese para un grado intermedio, aquel para lo mas alejado en el tiempo.
V LOS POSESIVOS
Posesivos átonos del verbo
En la clase de os adjetivos determinados s encuentran los demostrativos como ya se ha visto y también los
posesivos cumplen las funciones de los adjetivos, es decir, la función de adyacente del sustantivo y la de
atributo de un verbo.
Se distingue tres clases de adjetivos posesivos:
Las unidades dependientes, estas requieren la presencia de un sustantivo(o equivalente) que el posesivo
precederá: mi, tu, su mis, tus, sus;
Son exclusivamente un adyacente del sustantivo, no se utiliza con el artículo ya que el mismo incluye el valor
identificador del articulo. Por lo tanto estos posesivos solo tienen el rasgo identificador y carecen de acento.
Posesivos tónicos
Las unidades autónomas, cumplen la función de atributo y también la de adyacente del sustantivo: mío, mía,
míos, mías, tuyo, tuya, tuyos, tuyas, suyo, suya, suyos, suyas. Estos posesivos son tónicos, no tienen valor
identificador a diferencia de los anteriores y entonces pueden ir, o no, precedidos de articulo.
La tercera clase de adjetivos posesivos son aquellos que, sin sufrir modificaciones, cumplen las dos funciones
de los adjetivos: nuestro, nuestra, nuestros, nuestras, vuestro, vuestra, vuestros, vuestras.
Cuando cumplen la función de adyacente del sustantivo y están antepuestos al sustantivo adquieren el valor
identificador de los adjetivos posesivos de la primera clase que vimos en primer lugar. Si el posesivo se
encuentra pospuesto al sustantivo queda la posibilidad de poner o no articulo y entonces jugar entre la función
clasificadora o identificadora y también sucede esto cuando el posesivo esta sustantivado. Para concluir se
puede decir que esta clase de adjetivos posesivos funciona como los demás adjetivos.
Posición y combinatoria
A semejanza de los demás adjetivos, los posesivos deben respetar su posición en el enunciado con los otros
adyacentes del sustantivo.
Así, la primera y tercera clase de posesivos que se han visto preceden siempre a los elementos del grupo (por
ejemplo: mis nuevos libros). Cuando los posesivos tónicos de la segunda y tercera clase se posponen al
sustantivo existe mas combinaciones de posición para el otro adyacente: (los) nuevos libros míos /libros
nuevos míos / libros míos nuevos
Cuando en un enunciado coincide un determinativo con un posesivo, el posesivo se pospone al sustantivo
cuando no se trate de una mención identificadora: un libro mío
Pero como excepción, el determinante todo puede preceder el grupo y el posesivo precede el sustantivo.
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Género y número
Como los demás adjetivos, los posesivos se adaptan al género y al número excepto los posesivos de la primera
clase que no tienen diferencia de genero.
La posesión
Por definición, los adjetivos posesivos indican posesión siempre y cuando se entienda por posesión la relación
entre el objeto referido y unas de las personas gramaticales.
Posesivos y personales
Cuando se encuentra un sustantivo personal precedido de la preposición de se puede decir que esta estructura
equivale a un adjetivo posesivo: el libro de ella el libro suyo
Por esta equivalencia se explica la aparición de posesivos en grupos adverbiales, es decir, no se dice alrededor
de mi sino alrededor mío.
En sentidos figurados se atribuye al posesivo un valor afectivo, este valor aparece cuando el posesivo esta
sustantivado por un articulo neutro: en aquella pelea recibieron lo suyo.
También recibe el posesivo un valor matizado cuando es adyacente. Por fin, cuando el contexto lo permita se
elimina el posesivo.
VI RELATIVOS E INTERROGATIVOS
Inventario
Los pronombres relativos tienen la capacidad de transformar las oraciones a la función adyacente de un grupo.
Los relativos son: que, el cual (+sus variaciones), quien, cuyo, como, donde, cuando y cuanto. Estos
relativos pueden pues transponer oraciones en un rango inferior comparable a la función del adjetivo frente al
sustantivo, los segmentos transformados por el relativo se comportan pues como adjetivos.
Los relativos son elementos dependientes y átonos (excepto el relativo el cual y sus variaciones). Los relativos
coinciden con las unidades interrogativas pero estas llevan una tilde. El relativo tiene su propia función la
oración, es el sujeto explicito. Su papel es de hacer referencia a lo que precede en la oración, ese elemento al
que alude se llama antecedente.
Quien
Dentro del grupo al que pertenecen, los relativos pueden asumir las funciones de sustantivos, de adjetivos y de
adverbios. Algunos relativos pueden ocupar cualquier función o solo una de las citadas. El relativo quien
funciona únicamente como relativo. Este relativo varía en numero quien − quienes
Adverbios relativos: donde, cuando, como
Los relativos donde, cuando y como tienen la función de adyacente circunstancial dentro de la oración que
transponen, indican el lugar, el tiempo y la manera. Estos adverbios relativos pueden ser sustituidos por un
relativo precedido por una preposición adecuada.
Si en la oración se elimina el verbo detrás del relativo, el relativo se identifica a una preposición, esto sucede
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sobre todo con el relativo como.
Cuanto
Este relativo varía en género: cuanto cuanta y en numero: cuanto}cuantos / cuanta}cuantas. Puede estar
precedido de los cuantificadores todo o tanto y de sus variaciones.
Cuando en la oración traspuesta por cuanto no hay antecedente esta funciona como un sustantivo, también, el
relativo cuando tiene los mismos oficios que un sustantivo. Al ser cuanto un cuantificador se puede sustituir
por la estructura todo y otro relativo.
Que
El relativo invariable que es uno de los relativos que desempeña las funciones de sustantivo, adjetivo y
adverbio, con frecuencia esta precedido por un antecedente y por tanto cumple la función de sustantivo.
Cuando el relativo que tenga como antecedente un adjetivo el relativo funcionara como un atributo.
También, si el antecedente es adverbial se tratara una expresión temporal o modal.
El cual
Este relativo puede variar en género y en número gracias al articulo que lo precede:
el cual (singular − masculino) los cuales (plural − masculino)
la cual (singular femenino) las cuales
Funciona como sustantivo y se utiliza cuando la utilización de otro relativo resulta equivoca.
El que
Este relativo varia en género: el que, la que, lo que y en numero los que, las que. Este relativo, salvo su forma
neutra, es equivalente a los relativos: quien, quienes. Este relativo alude directamente a un sustantivo g por
tanto su funcionalidad es la de un sustantivo.
Interrogativos y exclamativos
Los relativos coinciden en el inventario con los interrogativos y con los exclamativos excepto que estos dos
últimos, llevan tilde en su significante y son tónicos y autónomos.
Excepto las formas cuan y cuyo, todas las unidades mencionadas cumplen las funciones del sustantivo. En
preguntas que indican la sorpresa puede aparecer un articulo delante del interrogativo qué. El qué?
Como ya se vio en los relativos, las unidades cuando, como y donde cumplen la función de adyacente
circunstancial. Preguntan por el tiempo, el modo y el lugar.
Interrogativos indirectos
Los interrogativos pueden ser utilizados en oraciones normales, la pregunta queda siempre en el sentido de la
oración pero se pierde la entonación que requiere una pregunta: me preguntaba qué iba a hacer esta tarde
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En algunos casos, se usa en vez de un interrogativo se utiliza una estructura equivalente a la de relativo
conservando el interrogativo.
Los exclamativos
Se utilizan las mismas unidades que para las interrogaciones pero los exclamativos no suelen aparecer como
sustantivos. El exclamativo qué solo aparece acompañado con un sustantivo adjetivo o adverbio y cumple la
función de adyacente.
VII INDEFINIDOS Y NUMERALES
Características
Los indefinidos pueden ser palabras de función sustantiva, adjetiva o las dos a la vez. Se refieren a nociones
de cantidad, intensidad, grado, numero, modo, etc.
Al contrario de los demostrativos, no tienen ningún valor identificador, al contrario, dan una delimitación
imprecisa, de las realidades a las que el hablante se refiere.
Por ejemplo: Estos niños da información identificadora de los niños, los conocemos o se nos dan a conocer.
Pero en muchos niños no se sabe quienes son, tan solo que hay una gran cantidad de ellos. Dentro de los
indefinidos se encuentran los numerales, como su nombre lo indica, indican el número sin dar ningún valor
identificador. Los numerales corresponden a los números: uno, do, tres,...
Dos indefinidos no corresponden muy bien al valor de los indefinidos por sus valores extremos: son todo
(toda, todos, todas) y ninguno(ninguna). Por su carácter general se puede identificar a lo que se refieren: todos
los hombres / no se compró ningún coche
Las diferencias de funciones que hay entre los indefinidos han creado varias subclases de ellos.
Indefinidos sustantivos
Las unidades que solo funcionan como sustantivos son: alguien, algo, nadie, nada quienquiera
(quienesquiera). Salvo este ultimo ninguno de los otros varia en cuanto al genero o al numero.
Alguien y nadie se refieren a una persona y nada, algo a una cosa. Salvo en usos figurados, los
numerales sustantivos no admiten artículo. Ya que funcionan como sustantivos admiten un adyacente
adjetivo ( que adoptara el significante propio del masculino y del singular) o de una estructura más
compleja equivalente al adjetivo. Aunque estos indefinidos están siempre en singular se pueden referir
al plural. En cuanto a las unidades nada y nadie no se pondrá en la oración la negación no cuando los
indefinidos precedan el núcleo verbal.
En enunciados interrogativos las parejas alguien, nadie y algo, nada, pueden ser utilizados como equivalentes.
Cuando las unidades algo, nada, sean adyacentes de un adjetivo se comportaran como si de adverbios se
tratase.
Indefinidos adjetivos
La mayoría de los indefinidos actúan como los adjetivos y cumplen sus funciones (adyacentes o atributo), a
demás, puede, según el caso, que funcionen como sustantivos, tienen pues las mismas características que los
adjetivos de la segunda clase (determinativos). No aceptan la presencia de otro adjetivo en el mismo grupo
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nominal al que pertenecen, salvo en algunas excepciones y nunca se debe anteponer el calificativo al
indefinido.
Cuantificadores
En los cuantificadores se determinan aquellos indefinidos numerales cardinales que hagan referencia a la
cantidad de objetos designados por el sustantivo, que expresan la cantidad con precisión (uno, dos..) y los
indefinidos no indican una cantidad precisa (algún, menos, muchos...).
Dentro del grupo de los cuantificadores imprecisos que se suelen anteponer al grupo nominal, se destacan
cuatro indefinidos que no permiten que se les anteponga adjetivos o posesivos, son: uno, alguno, ninguno,
cualquiera.
Sin embargo, los cuantificadores mas y menos deben posponerse al sustantivo en el grupo nominal y son
compatibles con los demostrativos. Pero cuando coinciden con los posesivos deben ponerse tras el sustantivo.
Si se anteponen los cuantificadores mas y menos ya no cumplen con la misma función sino que suman o
restan elementos.
La indeterminación que caracteriza a los cuantificadores impide el uso de artículos puesto que estos son
identificadores pero si se permitirá su uso cuando el contexto lo permita: las demás hermanas (que no son
estas sino las otras).
Los numerales
Los únicos numerales cuantificadores son los cardinales. Los ordinales, fraccionarios, multiplicativos, no
cuantifican directamente. Así se pueden permutar los cuatro en el grupo nominal. No hay que confundir los
sustantivos masculinos: el uno, el dos..... con los cardinales ya que tienen el mismo significante.
Los cardinales son adjetivos del segundo tipo (determinativos). Se comportan como tales: pueden funcionar
como sustantivos y no pueden estar precedidos en el grupo nominal por adjetivos calificativos al no ser que el
grupo tenga articulo identificador y otro adyacente: los espléndidos cuatro conciertos del mes pasado.
La anteposición se efectúa también en enunciados exclamativos.
Los cardinales pueden también estar precedidos por demostrativos y posesivos:
Por ejemplo: esos cinco niños / nuestros dos coches.
Si se elimina el sustantivo del grupo, el cardinal pasa a ser sustantivado y puede estar precedido de un
articulo. Por ejemplo: hizo cinco cafés hizo los cinco o hizo cinco (cafés)
Los numerales millón, billón, trillón, son realmente sustantivos y funcionan como tales.
Los cardinales uno, y sus componentes, uno, veintiuno, ciento uno,... que estén en función adjetiva se
apocopan según lo que le siga: un día, cien dólares. Estos mismos cardinales son los únicos, junto con las
centenas, que varían en genero: uno / una, doscientos / as,... siempre según el género del sustantivo. Pero si a
estos cardinales se le yuxtapone otro, ya no se hará la concordancia: cuarenta y uno millones de personas
También existe el numeral ambos, ambas, que equivale a los / as dos.
Indefinidos distributivos
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Los indefinidos sendos, sendas, y cada, son distributivos. El primero, sendos / as, es un adjetivo plural que
varia de género: cogieron los cuatro hombres sendos fusiles para disparar. Al contrario, cada, es invariable y
dependiente excepto en las expresiones: tocamos a veinte euros cada en vez de cada uno. Aparece delante de
numerales cada tres noches y delante de algunos cuantificadores imprecisos cada pocos días. Como
adyacente de uno y cual ha formado unidades sustantivos como cada cual, cada uno.
Todo
El indefinido todo varia en género todo / a y en número todos / as. Excepcionalmente puede preceder al
sustantivo incluso cuando este vaya precedido de un artículo y de un adyacente: Todos los días. Todas las
flores amarillas. Precede también a los nombres propios, toda España; a los sustantivos personales, todas
ellas y a los posesivos, todos nuestros juegos.
No se suele utilizar la forma plural todos / as en combinación directa con el sustantivo, es decir, no se suele
decir ha llovido todos días. Esta estructura incorrecta se sustituye con la combinación de todos / as seguido de
un artículo en plural: ha llovido todos los días. Puede aparecer todo después del sustantivo o al final del grupo
nominal cuando el sustantivo lleve artículo o cualquier unidad que tenga valor identificador: la mañana toda.
Al escoger entre singular y plural se cambia ciertamente el sentido: en todo el día se hace referencia a ese día
en particular y en todos los días se hace referencia al bloque de días, al conjunto.
Mismo
El indefinido mismo varía en género mismo / a y en número mismos / as. Este indefinido debe asociarse con
un sustantivo que lleve artículo o una unidad identificadota. Puede preceder o posponerse al sustantivo
alterando, según el caso, el sentido:
En el mismo mes se señala un valor temporal.
En el día mismo se señala una insistencia o una intensificación.
Mismo se pospone siempre a los sustantivos personales: yo mismo. Y al igual que los demás adjetivos, mismo
se puede sustantivar y adoptar las tres formas del género: el mismo, la misma, lo mismo.
VIII ADVERBIOS
Definición
Por adverbio se designa una clase de palabras invariables en su significante que están destinadas a cumplir un
papel circunstancial del verbo pero también pueden ser adyacentes de un adjetivo o de otro adverbio. Así
pues, los adverbios pueden combinarse con otros adverbios y con otros elementos de la oración.
El niño del vecino también está de vacaciones. En este caso el adverbio también es adyacente del verbo está.
Adverbialización de los adjetivos
Algunos adjetivos pueden funcionar como adyacentes circunstanciales al igual que los adverbios. Cuando
tengan esta función adverbial, los adjetivos dejan de variar de género y de número para inmovilizarse en la
expresión del masculino singular.
Me acuesto temprano. Temprano es originalmente un adjetivo y en este caso, al ser adyacente de un verbo,
funciona como adverbio.
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En otros casos, para su adverbialización, se le agrega al adjetivo, en su forma femenina singular, la
terminación mente, por ejemplo: bueno, su forma femenina es buena
adverbialización: buenamente.
Estos adverbios conservan el acento que tenían en su forma adjetival que permite eliminar el sufijo mente del
primer adverbio en el caso de que se sucedan varios.
Por ejemplo: fácil y lentamente; pura y simplemente.
Algunos adjetivos comparativos, como peor, mejor, menor e indefinidos como mucho, poco, bastante, harto,
no pueden ser adverbializados mediante el sufijo mente y los adjetivos y adverbios coinciden con el mismo
significante.
Por ejemplo: vive mejor
Clasificación de los adverbios
Los adverbios se clasifican según sus valores léxicos:
• Adverbios de tiempo: antes, ahora, después, tarde, luego, ayer.......
• Adverbios de lugar: aquí, lejos, fuera...
• Adverbios de modo: así, mal, lentamente, bien.....
• Adverbios de cantidad: demasiado, tanto, mucho, casi...
• Adverbios de afirmación: si, asimismo, también...
• Adverbios de negación: no, tampoco
• Adverbios de duda: quizás, acaso
Existe otra clasificación que se establece según las funciones del adverbio:
• Adverbios demostrativos: entonces, aquí, así, tal, tanto, ahora
• Adverbios relativos: como, donde, cuanto
• Adverbios interrogativos.
Posición del adverbio
Como todos adyacentes circunstanciales, los adverbios pueden ocupar diferentes lugares en la oración sin
cambiar su sentido incluso su eliminación no modifica su contenido.
Por ejemplo: Ayer nevó en la sierra.
Nevó ayer en la sierra.
Nevó en la sierra ayer.
Nevó en la sierra.
Otros adverbios, aunque gocen de esa libertad de posición en el enunciado, modifican la realidad y por lo
tanto su eliminación altera el sentido del verbo.
Por ejemplo: hizo bien su trabajo/ hizo su trabajo.
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No y otros adverbios de negación
El adverbio no siempre se antepone al segmento con el que se relaciona, en el caso en el que se anteponga al
núcleo verbal, puede caber la duda a veces de sí el adverbio afecta a toda la frase o únicamente al segmento al
que se antepone.
Pero cuando no se antepone a otro segmento que no sea el núcleo verbal, se aplica la negatividad
exclusivamente a ese segmento que sucede al adverbio.
Los adverbios nunca, jamás, tampoco, tienen el mismo valor que no cuando van antepuestos al verbo pero
cuando se encuentran tras él, es necesario la presencia de no o de otra palabra negativa.
El adverbio sí
Los adverbios sí y no pueden emplearse como si fueran un enunciado completo cuando se responde a una
pregunta.
Por ejemplo: has leído el libro? Sí ( lo he leído) o No (lo he leído)
A diferencia del adverbio no, sí se aplica a todo el enunciado ya que todo el enunciado es afirmativo mientras
no haya indicios de lo contrario. También, el adverbio sí aparece aislado del grupo.
Locuciones adverbiales
Algunos adverbios son palabras compuestas por una preposición unida a adjetivos, sustantivos o adverbios
como apenas, enfrente, deprisa... Las locuciones adverbiales tienen las mismas características salvo que los
elementos no han fusionado entre sí: a veces, en tanto, de pronto, a golpe, a duras penas, sin ton ni son, de
hoz y de coz,... Todas estas palabras aunque tengan las características de los sustantivos cumplen las funciones
de adyacente circunstancial.
IX EL VERBO
Estructura. La conjugación
• El verbo funciona como núcleo en la oración.
• Puede aparecer aislado, puesto que en él se establece la relación predicativa.
• Tiene un signo léxico y otro gramatical complejo, que tiene significación de persona y número, que
constituye el sujeto gramatical. Ambos signos se presuponen mutuamente y son imprescindibles para
que haya verbo. Sus significantes no son siempre separables, puesto que a veces van amalgamados.
• En general, el significante del verbo puede dividirse en dos porciones, que se corresponden con los
dos signos:
a) El signo léxico que no tiene ningún rasgo típicamente verbal, sino que son los morfemas gramaticales los
que le dan esta categoría. Por ejemplo.: amar: am−or / am−able.
b) El signo gramatical que puede separarse de distintas maneras.
• La CONJUGACIÓN es el resultado de combinar un mismo signo léxico con los distintos morfemas
gramaticales. De la diversidad de significantes propios de las terminaciones se desprende que existen
varios tipos de conjugación verbal, aunque los significados gramaticales que distinguen entre si las
formas de cada conjugación son siempre constantes.
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Persona y número verbales
[Persona]: El morfema de persona hace alusión a la voz de los entes que intervienen en el acto de habla: 1ª
persona es el hablante; 2ª oyente; 3 ªtodo lo demás. También se utiliza la tercera persona cuando no interesa o
no se puede puntualizar en la realidad la diferencia del sujeto gramatical por medio de un sujeto léxico.
[Número]: El morfema de número va unido a la persona en el verbo e indica si éste se refiere a uno o varios
entes. Esta variación de número sólo es similar a la de otros tipos de palabras como los sustantivos en tercera
persona; en primera y segunda persona, los plurales incluyen al hablante (cantamos) o al oyente (cantáis) más
otras personas (mesa+mesa+mesa=mesas), hecho que no ocurre en la tercera persona del plural.
La voz o diátesis
La voz o diátesis no se puede considerar en el verbo castellano. Hay algunas lenguas que, por su conjugación,
contienen formas para indicar que el actor o el sujeto es el objeto de la acción (Ej.: el sujeto paciente, que
puede darse en latín). En castellano el sentido activo−pasivo no afecta a la estructura de la forma verbal, sino
que afecta a la construcción del enunciado.
Formas derivadas del verbo
Se incluyen en la conjugación verbal tres unidades que, si bien comportan el mismo signo léxico que las otras
formas del verbo, se caracterizan por rasgos particulares: en primer lugar, la imposibilidad de funcionar como
núcleo de oración, y luego, la carencia de los morfemas propios de aquellas. Se trata de los llamados
infinitivo, gerundio y participio, considerados como formas nominales del verbo.
El Infinitivo
El infinitivo es un derivado verbal cuyo significante agrega al signo léxico del verbo un sufijo −ar, −er, −ir,
que nos indica la conjugación a la que el verbo pertenece.
− Sus funciones coinciden con las del sustantivo y realizándolas puede aparecer solo o acompañado, en un
grupo, por términos adyacentes (que serán siempre los típicos del verbo).
− También puede funcionar como sujeto léxico de la oración. Ej.: Beber agua es sano. El núcleo es beber, que
va acompañado del adyacente agua, que funciona como CD (es bueno beberla).
− El infinitivo puede también funcionar como CD o como núcleo de éste: Quiero comer verdura.
Verdura funciona como CD de comer y, a su vez, comer verdura es el CD de quiero.
− Puede ser también suplemento: Me olvidé de comprar el pan
− Puede funcionar como CI: No da importancia a estudiar mucho.
− Como CC: Al llegar el profesor empezó la clase.
− Como Atributo: Esto es vivir.
− Adyacente de un sustantivo, adjetivo o adverbio: Tenía ganas de ir. Es un problema fácil de resolver. Se lo
advirtieron antes de empezar.
− Puede ir acompañando a otro adyacente que, en una oración con verbo en forma personal, funcionaría como
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sujeto explícito. Se puede llamar a esta unidad sujeto del infinitivo, pero, al no haber concordancia de persona
y número, es preferible llamarlo adyacente temático: Al llegar el profesor, comenzó el examen.
− Puede aparecer formando núcleos verbales complejos (perífrasis) en oraciones imperativas o exhortativas, si
va acompañado de [a] y también en algunas interrogativas o exclamativas con fuerte contenido emocional:
¡Hacernos eso a nosotros!
El infinitivo es incompatible con los morfemas del verbo, excepto con el de anterioridad, es decir, tiene forma
simple y forma compuesta (cantar, haber cantado).
Aunque sus funciones coinciden con las del sustantivo, carece, en principio, de variaciones de morfemas
personales de género y número. Las unidades que se refieren a él, adoptan siempre la forma
masculino−singular: Es necesario trabajar.
Sus semejanzas con el sustantivo le permiten, a veces, tomar artículo, incluso si el uso con artículo se hace
muy frecuente puede convertirse en un verdadero sustantivo con variación de número.
El gerundio
Es signo léxico del verbo con terminaciones −ando, −endo, dependiendo de la conjugación a la que
pertenezca. Sus funciones son las mismas que las del adverbio, por tanto, aparece como adyacente
circunstancial en la oración. Como el adverbio, también dispone de libertad de posición en la oración. De los
rasgos morfemáticos del verbo, sólo conserva la anterioridad.
Cuando se combina con otras palabras formando un grupo unitario, lleva los adyacentes típicos de las formas
verbales: Te enterarás del asunto leyendo el libro.
También admite el adyacente temático: Estando presente, ellos comenzaron. [Ellos] es el adyacente temático
del gerundio.
El gerundio puede ser adyacente de un sustantivo, por ejemplo, en enunciados no oracionales como pies de
fotografía: El alcalde inaugurando los locales.
En algunos casos el gerundio se ha estabilizado en funciones de adjetivo (agua hirviendo).
Pueden aparecer gerundios en funciones de tipo atributivo. En estos casos pueden sustituir a oraciones de tipo
relativo: Vieron el coche rodando por la ladera. Relativo: que rodaba...Esta sustitución, sin embargo, es
imposible cuando el significado del gerundio es de índole estática o indica rasgos permanentes: Tengo un hijo
que es miope. No puede decirse tengo un hijo siendo miope.
La significación que el derivativo aporta el gerundio es esencialmente e duración. Como consecuencia se
considera la referencia de la raíz del gerundio como noción simultánea de la que manifiesta el núcleo de la
oración. Pasa la tarde leyendo un libro.
La forma compuesta indica duración con anterioridad, esto justifica la incorrección del uso del gerundio para
referirse a momentos posteriores a los considerados en el núcleo verbal: El agresor huyó siendo detenido
horas después: es incorrecto el uso del gerundio, ya que la posterioridad ha de ser inmediata, como sucede en
Salió dando un portazo.
El gerundio admite como preposiciones únicamente [en], aunque su uso no es muy frecuente, pero en
ocasiones sirve para distinguir referencias diversas: Leyendo el periódico se durmió indica que se durmió
mientras lo leía, en cambio En leyendo el periódico se durmió indica que se durmió en cuanto terminó.
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El gerundio puede llevar derivativos de carácter afectivo, sobre todo diminutivos (Entró callandito).
El gerundio puede formar núcleos verbales complejos, es decir, perífrasis.
El participio
El participio es un derivado verbal que asocia al signo léxico del verbo los sufijos −ado, −ido y algunas otras
formas en los verbos irregulares.
Sus funciones coinciden con las del adjetivo y, como él, posee variaciones de género y número, dependiendo
del nombre al que acompañe: cansado/a, cansados/as.
En los casos de sustantivación por medio del artículo existen también las tres posibilidades del adjetivo: el
masculino: el citado, el femenino: la citada, el neutro: lo citado. También, como el adjetivo, admite
gradación. Sus funciones pueden ser:
− Adyacente nominal: Los libros estudiados fueron devueltos.
− Atributo: La niña está cansada.
− Atributivo: Llegaron muy fatigados.
El participio, como los adjetivos, puede admitir adyacentes: Lo encontraron atado de pies y manos.
Una construcción específica del participio es la llamada construcción absoluta, en la que existe una unidad
de tipo objetivo, el participio, constituyendo un grupo unitario con otra u otras palabras. Básicamente la
relación entre el participio y el otro término de la construcción se revela por medio de la concordancia, ya que
el participio lleva los morfemas de género y número del sustantivo al que acompaña formando unidad. Dicho
sustantivo ha de llevar el valor identificativo del artículo o las unidades que tengan un valor semejante
(demostrativos, posesivos, nombres propios, pronombres personales...). En estas construcciones se precisan
dos términos:
a) El participio, que no puede eliminarse nunca y que será el núcleo de la construcción.
b) El sustantivo, que sólo puede eliminarse cuando el contexto lo suple y será su adyacente temático.
Las construcciones absolutas suelen anteponerse al resto del enunciado, aunque no es obligatorio. Tampoco es
obligatorio, pero sí lo más usual, que el participio preceda al resto del grupo.
El participio en su forma del masculino singular entra a formar parte inseparable de los núcleos verbales
llamados formas compuestas: Has cantado, hemos cantado...
Los modos verbales y la modalidad del enunciado
Se suele distinguir entre el dictum (contenido que se comunica) y el modus (manera de presentarlo). Los
derivados verbales infinitivo, gerundio y participio que no pueden ser núcleo oracional, carecen de tal
variación, y no pueden ser llamados modos. El modo es un procedimiento gramatical que denota la actitud
del hablante ante lo dicho.
Imperativo
Tiene un uso restringido a la modalidad apelativa, quedando descartado en las construcciones de estilo
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indirecto, donde es sustituido por el subjuntivo perdiendo su valor apelativo. En el imperativo han de
cumplirse tres condiciones:
I. Que el sujeto gramatical sea la segunda persona del plural.
II. Que su perspectiva temporal sea la de presente.
III. Ha de tener valor afirmativo.
Cuando alguna de estas condiciones no se cumple, aunque persista la intención imperativa, se utiliza el
subjuntivo. Ej:canta−cantad−cantemos−no cantéis.
Sabemos que la mayor parte de las formas de segunda persona, salvo cantaste, terminan en s, sin embargo, en
el imperativo en singular podemos encontrar un final vocálico (canta, come) o solamente la raíz verbal (ven,
sal). El plural es en la única forma del imperativo que termina en d (cantad, bebed).
Añade como enclíticos los referentes pronominales átonos en lugar de situarlos en posición proclítica. Ej.: lo
compras: cómpralo.
Cuando se añade al plural el referente os, la d final desaparece (alegraos)
Esto no sucede en el verbo ir, que conserva la d (idos).
USOS NO CORRECTOS:
I. No se puede usar el infinitivo sustituyendo al imperativo, excepto si lleva delante a: a callar, pero no callar
en lugar de callad.
II. Suprimir la d final o pronunciarla como z.
Indicativo, subjuntivo y potencial (condicionado)
Podemos establecer dos grupos:
• El de las formas que admiten la entonación interrogativa: cantas, cantabas, cantaste, cantarás y
cantarías.
• El de las formas es que no es posible: cantes, cantases, cantares.
En cuanto al significado, podemos distinguir tres zonas distintas:
• La que se refiere a hechos que se consideran reales o cuya realidad no se plantea por ser indiferente a
la situación del hablante. Es la de las formas de indicativo: cantas, cantabas, cantaste.
• La que se refiere a hechos de realidad factible si se da en determinadas condiciones. Es la del modo
condicional.
• La que se refiere a hechos ficticios cuya eventual realidad se ignora o cuya realidad se considera
evidente. A esta zona pertenecen las formas de subjuntivo: cantes, cantaras, cantaras o cantases,
cantares. Este es el modo de menor capacidad de aplicación.
El tiempo o perspectiva: presente, pasado futuro
Nuestra interpretación psicológica del transcurso temporal diferencia tres zonas:
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• Un periodo más o menos amplio en que experimentamos y comunicamos nuestras vivencias: el presente:
ahora.
• Un periodo precedente que abarca todos nuestros recuerdos: el pretérito o pasado: antes.
• Un periodo todavía no realizado ni vivido que expresa lo que deseamos, proyectamos, imaginamos...: se
trata del futuro: después.
Para designar estos contenidos se usa, en general, una terminología poco precisa. Sabemos que la referencia
de los morfemas de tiempo no alude siempre a la relación de anterioridad, simultaneidad o posterioridad
respecto al acto de habla, aunque en la práctica estas indicaciones pueden aparecer con otros valores. Ej.:
cantas: presente de indicativo, indica simultaneidad con el acto de habla. Aunque, en: los lunes voy a clase no
indica simultaneidad, sino que se trata de una acción que se repite periódicamente. La semana que viene
vamos de viaje utiliza también el presente, pero con valor futuro.
El sistema verbal
Por lo anteriormente expuesto, es preferible utilizar el término perspectiva temporal, en lugar de tiempo. En
este sentido, distinguiremos dos perspectivas:
• De participación: que puede ser física o psicológica.
• De alejamiento (físico o psicológico), también llamada perspectiva de pasado.
Al entrecruzarse los morfemas de perspectiva con los de modo, quedan organizadas así las formas verbales:
INDICATIVO CONDICIONADO SUBJUNTIVO
Presente: cantas cantarás cantes
Pretérito: cantabas cantarías cantaras
cantaste cantases
Existen formas con características especiales:
Cantaras o cantases: en su origen latino eran formas distintas y su valor era también distinto. Actualmente
son dos significantes distintos que abarcan un mismo significado, aunque en la lengua oral es más frecuente el
uso de cantaras.
Cantares (futuro de subjuntivo): No la hemos citado antes porque en la lengua actual sólo se conserva como
arcaísmo y su uso se limita al lenguaje jurídico y administrativo o en frases hechas como donde fueres, haz lo
que vieres.
El futuro de subjuntivo ha sido sustituido por cantes o cantas, dependiendo de la construcción.
Cantabas y cantaste: suele decirse que cantabas tiene un sentido no terminativo imperfectivo, mientras que
cantaste tiene un sentido perfectivo terminativo.
Las formas compuestas y la anterioridad
El término o final del proceso sólo es real en el pasado, por tanto el aspecto opondría: cantabas (no
terminativo) con cantaste (terminativo).
Las formas verbales que se expresan con valor terminativo son cantaste y todas las formas compuestas; el
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resto tienen valor no terminativo.
La anterioridad se refiere a la situación de la acción en un momento precedente al de las formas simples
correspondientes. Por tanto, opone todas las formas simples, que no presentan anterioridad, a las formas
compuestas, que sí presentan anterioridad.
INDICATIVO CONDICIONAL SUBJUNTIVO
Presente: Has cantado Habrás cantado Hayas cantado
Pretérito: Habías cantado Habrías cantado Hubieras
Hubiste cantado o hubieses cantado
Hemos prescindido de hubieres cantado por el mismo motivo por el que prescindimos de cantares.
En todas las formas compuestas aparecen como integrantes:
• Un verbo auxiliar que lleva los morfemas y cuyo lexema carece de significado.
• Un participio, que posee un lexema con significado y un derivativo del participio −ado, −ido.
•
Diferencia entre cantaste y has cantado
Cantaste se refiere a hechos terminados en un tiempo que también terminó, mientras que has cantado se
refiere a hechos concluidos en un tiempo que aún no ha terminado. (Aunque en comunidades como Asturias
suele utilizarse sólo cantaste): Ayer fuimos al cine. Hoy hemos ido al cine.
Aunque, por ejemplo, Esta mañana hemos ido/fuimos al cine en estos casos depende de si aún es por la
mañana o si ya no lo es.
Hubiste cantado:
Lo lógico sería que presentara alguna oposición con respecto a habías cantado que la que presentan
cantaste−cantabas, pero esta forma ha sido reducida en su uso a la lengua escrita y en la lengua oral suele
sustituirse por cantaste o por habías cantado.
Hubieras/ hubieses/ habrías cantado
En principio son formas distintas, aunque en la lengua actual se usan de forma equivalente y suelen sustituirse
una por otra.
X CONJUGACIONES VERBALES: PARADIGMAS
Las tres conjugaciones
La serie entera de las formas verbales con una raíz común constituyen la flexión o conjugación de un verbo.
Dentro de la conjugación se distinguen tres formas de las desinencias verbales de persona y número; éstas son
infinitivo, gerundio y participio.
Para designar el conjunto de formas en la conjugación de un verbo se usa el significante del derivado verbal,
llamado infinitivo.
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En español existen tres conjugaciones cuyo modelo es el de los verbos:
− Cantar, para la primera conjugación.
− Comer, segunda.
− Vivir, para la tercera.
Irregularidades gráficas
Llamamos verbos regulares a aquellos cuya raíz (o lexema) presenta un significante invariable en todas sus
formas, salvo algunas diferencias en la posición del acento, como: parto, partimos. Asimismo, en función de
las distintas terminaciones, hay verbos que precisan de un cambio de grafía o la añadidura de una letra, como
en cargar, que en su grafía necesita una [u] para la forma cargué. También sucede algo parecido con verbos
cuya raíz acaba en g (dirijo−dirigir), en verbos como rozar (roza−rocé), cuando la raíz verbal termina en el
fonema /k/ aparece ante la desinencia e una [cpu] (aplicar−apliqué).
Irregularidades impuestas por la combinatoria fonológica
La ortografía a veces impone cambios de letras precisamente para mantener la regularidad fónica o, a veces,
por el uso común del castellano; lo que ha de ser regular es la fonética. Así, los verbos con raíz acabada en
/x/, como /d//i//r//i//x//í//r/ en las formas en que la terminación comienza por [o] o por [a] cambia esa g por
una j, manteniendo la regularidad fónica.
A veces también hay cambios impuestos por combinaciones fonológicas. Ej.: leer−leiera (la i se convierte en
y: leyera)
Irregularidades de la raíz verbal
En el desarrollo y la formación del paradigma intervienen dos factores:
• Factor histórico evolutivo, que es un factor de tipo diacrónico.
• La analogía, que tiende a regularizar los verbos. Analogía significa semejanza.
Cuando hablamos de verbo irregular, normalmente nos referimos a aquellos que han seguido el proceso
evolutivo normal sin que llegue a intervenir la analogía.
Existen tres tipos de irregularidad:
• Vocálica: se producen cambios vocálicos.
• Consonántica: se producen cambios en las consonantes.
• Mixta: cambios vocálicos y consonánticos.
Se producen las mismas irregularidades en el presente de indicativo, subjuntivo y de imperativo.
Irregularidades especiales
Irregularidades en el futuro y en el condicional.
−Sincopada: la más frecuente en verbos de la 2ª y 3ª conjugación.
Formación del futuro simple: cantar + he = cantaré. Formación del condicional: cantar + había = cantaría.
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Sobre ese infinitivo algunos verbos pierden una vocal: quereré: querré.
A veces puede haber síncopa de toda una sílaba: ha(ce)ré: haré.
La EPÉNTESIS es la adición de un fonema en el interior de la palabra acompañando a la síncopa de la vocal.
Ej. salir−saldré (no: saliré); venir−vendré (no:veniré).
Irregularidades del perfecto simple.
Las irregularidades típicas del perfecto simple afectan también al imperativo,* al subjuntivo y al futuro
imperfecto de subjuntivo, aunque no suela usarse.
−La irregularidad más frecuente del perfecto simple es la de los llamados pretéritos fuertes (se llaman así
porque llevan el acento en la raíz, mientras los regulares lo llevan en la desinencia). Esto ocurre básicamente
en la 1ª y 3ª persona del singular.
Algunos de estos perfectos han sufrido también otros cambios:
−Pueden haber alterado la vocal: hacer−hice; venir−vine.
−Algunos alteran la consonante final de la raíz: conducir−conduje−condujo.
−Otros agregan una consonante final: traer−traje−trajo.
−En otros se produce una irregularidad mixta: decir−dije−dijo ; saber−supe−supo.
−Tenemos un caso concreto de irregularidad en el perfecto simple: responder−repuso, aunque se utiliza más
la forma regular respondió.
Irregularidades en el participio.
Presentan una irregularidad similar a la de los perfectos que acabamos de tratar y toman, como ellos, el
nombre de participios fuertes.
Son, como ellos, formas heredadas del latín y constituyen un repertorio limitado normalmente a verbos de 2ª y
3ª conjugación que toman los sufijos −to, −so, −cho. Ej.: abrir−abierto; imprimir−impreso; hacer−hecho.
Junto a los participios fuertes suele haber, en algunos casos, una parte débil, en general, de creación romance.
A veces, este participio débil acaba eliminando al fuerte. Ej.: nacer−nacido (débil)−nato (fuerte, utilizado con
muy poca frecuencia). A veces, en la lengua común, el participio fuerte queda como adjetivo y no puede
formar los tiempos compuestos del verbo. Ej.: freír−freído (débil, para tiempos compuestos) frito (fuerte,
como adjetivo).
Verbos defectivos
Se llaman así los verbos cuyo uso se limita a ciertas formas de la conjugación. Existen algunos verbos que no
admiten sujeto explícito de persona y que, por tanto, excluyen la combinación
Con 1ª y 2ª persona y se usan en tercera (atañer, concernir, acontecer).
No es frecuente el uso fuera de la tercera persona, salvo en usos figurados de los verbos referidos a fenómenos
de la naturaleza como llover, nevar...
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El verbo soler se emplea sólo en perífrasis con infinitivo y no suele aparecer fuera de las formas sueles,
suelas, solías, has salido, con sus variaciones de persona y número.
Algunos verbos de la tercera conjugación se usan sólo en las formas cuya terminación empieza por i (abolir,
agredir, transgredir...).
En algunos verbos se produce un cambio de conjugación mediante el uso de un derivativo que convierte una
forma verbal derivada de otra (balbucir−balbucear, garantir−garantizar).
En algunos verbos sólo existen derivados verbales que funcionan como adjetivo: despavorido.
XI INCREMENTOS PERSONALES DEL VERBO
Pronombres átonos del verbo
Bajo el nombre de pronombres personales se encuentran los sustantivos personales y las partículas
átonas que se unen al verbo. Las dos unidades designan a una de las tres personas gramaticales. Pero
los sustantivos personales son palabras autónomas capaces de desempeñar una función en el enunciado
mientras que los incrementos sólo aparecen unidos al verbo aunque en algunos casos se puedan aislar
del verbo, como ocurre en la proclisis: se figuran; o aparecen unidos en la enclisis, figúranse. El uso de
hoy es de emplear la proclisis con las formas verbales personales salvo con el imperativo. En este modo
y en los derivados verbales se utiliza le enclisis: lo veo, los vieron.
Por otra parte, los sustantivos personales se refieren a entes de la situación de la que se habla cuando los
incrementos personales aluden al una palabra previamente citada en el enunciado o que lo será. Las formas de
los incrementos personales son: me, te, te, le, lo, la, nos, os, les, los, las y se.
Funciones
La función de estos incrementos adosados al verbo es de indicar que el verbo comporta adyacentes de objeto
directo o de objeto indirecto o de ambos a la vez.
Los incrementos permiten desempeñar el papel de sujeto implícito cuando no sea necesario utilizar un sujeto
explícito cuando la situación sea lo bastante explícita. Así los incrementos indican que le sigue al verbo un
objeto directo o indirecto de primera, segunda o tercera persona. En algunos caso de comunicación se hace
explícita apersona de objeto directo: no le importa, no lo hace, nos han escrito. También, para que sean estas
frases aun mas explícitas se puede añadir una unidad sustantiva con la misma función marcada por los
incrementos: A Juan no le importa; Os han escrito a vosotros.
Los incrementos varían en función del número de la unidad a la que se refieren. A los singulares me, te, le, lo,
la, se corresponden los plurales respectivos nos, os, les, los, las. La unidad se sirve tanto para plural como
para singular.
También varían los incrementos en función les género. Lo y los marcan generalmente el masculino; la y las el
femenino y la unidad lo también sirve ara aquellos sustantivos no marcados por el género. Las unidades le,
les, se son indiferentes al género.
Por ejemplo:
Es cuestión de ponerse a ello cuando la situación lo exige.
Cuando te quieras dormir me lo dices.
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El incremento lo se emplea como referente a la función de atributo. Cuando el atributo puede ser eliminado el
incremento que lo sustituye es lo ya que es compatible con sujetos de cualquier número y de cualquier género:
D joven fue incapaz de tomar un decisión sensata y sigue siéndolo.
Variedad en el uso de los átonos de tercera persona
Las unidades de tercera persona pueden inducir confusiones ya que existen varias normas que rigen a eso
incrementos. Los fenómenos de confusión de los géneros y del número son conocidos con los nombres de
leísmo, laísmo y loísmo.
El uso mas extendido en el dominio español y el que se recomienda en el uso culto es el siguiente:
Objeto directo
Singular
plural
lo
los
masculino
la
las
Femenino
Lo
Objeto indirecto
neutro
Le
Sin género
les
He aquí unos ejemplos del uso de estos incrementos:
Tenté a tararle la lengua.
Ahora no era lo mismo, pero era algo que se le parecía.
Ese destino que a su familia les ha caído .
El leísmo, el laísmo y sus alternancias
El leísmo ofrece variedades. Consiste en el empleo de le y de les (pero con menos frecuencia) como referentes
de la función de objeto directo. El leísmo mas extendido y el más aceptado en al tradición literaria es el que
estable distinción entre la alusión a persona y lo que no es persona, cuando el sustantivo aludido comporta
masculino y singular. Se produce entonces una confusión con el referente a objeto directo como lo muestra
este cuadro explicativo:
Objeto directo
Masculino
singular
plural
Personal / no personal
Le Lo
Los
Objeto indirecto
Femenino
Neutro
La
Las
Lo
Sin género
Le
Les
El laísmo consiste en generalizar la y las para las referencias a sustantivos femeninos en la función de
objeto indirecto. Este fenómeno es mas frecuente en singular que en plural y sobre todo en la mención
de personas, es de menor difusión que el leísmo.
Ejemplos literarios de alternancias entre leísmo y laísmo:
• alternancias le / lo:
Se quedó mirándole sin atreverse a despertarlo.
Dijo el oficial, como ayudándolo... Estoy tratando de ayudarle.
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Lo abro al azar y leo.
• Alternancia les / los:
Ahí hemos cogido ahora veinte cangrejos y los hemos metido en el río.
Los cantares monótonos con que les durmieron de pequeños.
El silencio, pese a no ser total, les sobrecoge.
• Alternancia la / le:
La hablaban de la vida de fuera.
A esta península se le conoce por el nombre de Jandía.
Le decía él a ella buscándola las manos.
• Alternancia las / les:
A las muchachas de hoy no es infrecuente escucharlas que ellas no pierden el tiempo cocinando.
Y a las dos cosas les ha hecho esta fuerteventurosa Fuerteventura.
A las piedras las quedaba bastante frío esponjado.
El loísmo
El loísmo consiste en el uso de lo y los en la función de objeto indirecto cuando el sustantivo eludido es del
género masculino. Es un fenómeno al laísmo pero se considera como vulgar. Se encuentra en el cambio de le
por lo pero debe evitarse: Fue romano, no lo de vueltas.
Otras particularidades
El incremento le / les a llegado a inmovilizarse en número con el incremento le que se emplea tanto en plural
como en singular. Este fenómeno es americano aunque va ganando terreno: Mientras le afeitaba el pescuezo a
los gallos. La inmovilización en número solo ocurre cuando le precede al objeto indirecto léxico, en caso
contrario se mantiene la diferencia de número: A los muertos ya nada les importa.
Combinación de dos personales átonos
Puede darse el caso que concurran, junto al verbo, un incremento de objeto directo y otro indirecto proclíticos
o enclíticos, se trata entonces de la combinación de un referente de cualquier persona con uno de tercera
persona: El primero alude al objeto directo y el segundo al objeto indirecto: Nos la quitó; Os la mandaré.
Cuando el incremento de objeto indirecto es de tercera persona, los incrementos le y les se sustituyen por se:
Se la quieren echar en los brazos; esto no se lo consiento a ustedes.
El reflexivo se
El incremento se es llamado reflexivo. Se carece de variación genérica y de número y su significante coincide
con el que sustituye a los incrementos de tercera persona en función de objeto indirecto cuando se junta con
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otro. Se se aparenta a me, te, nos y os porque desempeñan las dos funciones de objeto directo e indirecto sin
distinguirlas. Pero se solo es compatible con verbos cuyo sujeto gramatical sea de tercera persona: Se lava / se
lavan.
Con el incremento se también se hacen construcciones llamadas pasivas reflejas e impersonal. En el uso
reflexivo del sujeto el sujeto gramatical y el incremento señalan que la experiencia que se da a conocer está
hecha por el sujeto sobre sí mismo: te lavas. Las construcciones pasivas reflejas o impersonales carecen de
referencia explícita al actor de la acción que se da a conocer pero muestran con otra palabra lo que ha sido
afectado o efectuado por dicha acción. Imaginemos que en un enunciado conocemos el actor de la acción y los
omitimos o simplemente lo ocultamos: el enunciado sería: (Juan) espera el premio Espera el premio. Si se
desea ocultar por completo la identidad del actor (Juan) se dirá: Se espera el premio. Esta construcción se
llama pasiva refleja. Pongamos otro ejemplo: Juan espera al delegado. Actuemos como anteriormente: se
oculta el sujeto y el objeto indirecto: Se le espera.
La forma le desempeña la función de objeto indirecto pero como ya se ha visto anteriormente, el empleo de
este tipo de formas depende de los fenómenos expuestos, o sea, del laísmo, leísmo y el loísmo. A
continuación se expondrán algunos ejemplos de empleo de se combinados con otros elementos:
• combinación se le
Si usted no quiere no se le obliga
En sus últimos años de vida solo se le vio dos veces por la calle.
Es de notar que le hace referencia tanto a masculino como a femenino, ya de persona, ya de cosa.
• combinación se les
Se lamentaba del abandono en que se les dejaba a los animales.
A las personas mayores se les debe tratar con mucho respeto.
• combinación se la
Se la oye de lejos.
Se la distingue enseguida.
• combinación se las
Si se las ve que nacen muy apretadas y que separarlas par que queden bonitas las flores.
No les da importancia a las palabras pero se las ha oído.
• Combinación se lo
Se lo sentía presente. ( a su difunto marido)
Todo está aquí, esperando a que se lo haga volver.
• combinación se los (es poco frecuente)
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Hay alimentos que le parecen estar muy malos hasta que se los prueba.
Se los notaba serenos.
XII UNIDADES DE RELACIÓN: LAS PREPOSICIONES
Preposiciones y locuciones
En los enunciados aparecen otras palabras no autónomas que presuponen a las autónomas como los verbos,
sustantivos, adjetivos y adverbios y su función es de establecer una relación entre estas palabras. Así pues las
preposiciones enlazan dos tipos de palabras: Pedro habla de sus vacaciones. En este enunciado la preposición
de enlaza el verbo habla con su adyacente sus vacaciones. Pero este no es el único papel de las preposiciones
ya que tienen un valor léxico y, según que se ponga una o otra en la oración esta puede cambiar de sentido o
hacer cambiar la realidad a la que se refiere: se sienta en la mesa o se sientan a la mesa.
Las preposiciones se sustituyen con frecuencia por secuencias mas complejas compuestas por adverbios o por
sustantivos adverbializados que a su vez están combinados con una preposición : sobre la mesa se sustituye
por encima de la mesa. Estas combinaciones se llaman locuciones prepositivas. Se destacan dos tipos de
locuciones prepositivas: unas contienen un adverbio como en el caso de antes que puede funcionar por sí solo,
sin necesidad de adyacente: lo puso encima. Otras necesitan la presencia de un adyacente para tener sentido,
es el caso de a causa de, acerca de, con arreglo a, en virtud de, con objeto de, gracias a, por culpa de. Estas
locuciones prepositivas no pueden ir sin adyacentes porque sus componentes iniciales (acerca, con arreglo, en
virtud..) no pueden funcionar por si solos en papeles adverbiales, en el caso de la locuciones de primer tipo el
elemento inicial es un adverbio y por lo tanto cumple la función de los adverbios.
El uso de las locuciones prepositivas a acarreado la desaparición de algunas preposiciones que se sustituyen
por las dichas locuciones: junto a la fuente en vez de cabe la fuente. Así se denota el uso de bajo en el lugar
de so; el uso de debajo en el lugar de bajo; el uso de delante de en vez de ante, la utilización de detrás de, de
después de y además de en lugar de la preposición tras.
Unidades convertidas en preposiciones
Algunos adverbios y adjetivos inmovilizados en su significante masculino singular se emplean como
adverbios:
La nieve cayó durante toda la noche.
Consiguió lo que se propuso mediante tu apoyo.
Inventario y peculiaridades
Si se exceptúan las preposiciones ya no utilizadas hoy se destacan las preposiciones átonas: a, ante, bajo, con,
contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, sin, sobre y tras.
De esta lista se destacan dos preposiciones: entre y hasta ya que crean dudas respeto a su función en algunas
construcciones.
La preposición entre exige que el segmento que le siga lleve un sentido de pluralidad, ya este expresada por el
morfema del plural, por la acumulación de singulares
Me acuerdo como entre sueños.
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Esta encerrado entre pared y pared.
También se combinan con entre los sustantivos personales que a su vez pueden ir combinados con otros
sustantivos; en todos estos casos, la preposición entre desempeña la función de adyacente circunstancial.
Entre el cielo y yo.
Estaba sentada entre tú y él.
La preposición hasta marca adyacentes circunstanciales que denotan límites en el tiempo o en el espacio:
No hay que entregar el trabajo hasta el jueves.
Conduciré hasta Barcelona, luego coges tú el coche.
Sin perder su carácter átono se puede presentar con un valor adverbial y denota un límite ponderativo:
Se lo debía todo, hasta el no estar en la cárcel.
Le robaban la, comida hasta al león.
La diferencia que existe entre la función prepositiva y la adverbial se destaca cuando se compara el sentido
léxico de llegaron hasta la cima y hasta llegaron a la cima también se destaca una función de otra con la
utilización de un significante del sustantivo personal diferente:
Llegaron hasta mí / hasta yo me asusté.
La petición llegará hasta ti / hasta tú te convencerás.
Preposiciones obligatorias
Todas las preposiciones dan al segmento que preceden un valor de adyacente y por lo tanto, señalan que ese
segmento no funciona como un sujeto explícito. Pero en algunos casos es obligatorio utilizar una preposición
y no otra, es lo que ocurre con la función de objeto directo que tiene que ir precedida de la preposición a.
Le regaló flores a su novia.
La preposición de enlaza un adyacente al sustantivo núcleo de un sintagma (o grupo) nominal y crea así una
dependencia del sustantivo adyacente hacia el sustantivo núcleo. El grupo dependiente creado por la
preposición puede aludir a:
• La cualidad: artista de mérito.
• Al asunto o la materia: museo de arqueología / un reloj de oro.
• Al contenido: bebo un vaso de leche.
• La procedencia: marisco de Galicia.
• La pertenencia: el palacio del rey.
• Al modo: noche de luna.
• Al uso: ropa de invierno.
Esta claro que varias preposiciones pueden convenir para la unión de dos grupos nominales pero no hay que
olvidar que al cambiar de preposición se altera el valor léxico: el perro de mi padre/ el perro ante mi padre
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Algunos verbos adyacentes requieren una preposición y no otra, es el caso de:
Aspirar a
Contar con
Hablar de
Pensar en
Velar por
Con verbos provistos de un atributo también se requiere el uso obligatorio de una preposición que marca el
papel de una persona o de una cosa y el adyacente adoptara el mismo genero y numero que la unidad con la
que se relaciona.
Por ejemplo: la colocó de oficinista / se va a meter a pintor.
Está claro que las preposiciones tienen muchos valores pero se pueden agrupar de este modo: las
preposiciones dinámicas (en, contra, de, desde, hacia, hasta, para, por) y las preposiciones que solo utilizan
indiferentemente para nociones estáticas o dinámicas (ante, bajo, con, entre, sin, tras, sobre).
XIII UNIDADES DE RELACION: LAS CONJUNCIONES
Clases de conjunciones
Las conjunciones reúnen en una misma categoría las unidades lingüísticas que permiten incluir varias
oraciones al interior de un mismo enunciado. Existen dos tipos de conjunciones, las de coordinación y las de
subordinación.
Las coordinadas son conectores que permiten fundir dos o mas de dos oraciones en un mismo enunciado
teniendo en cuenta que las dichas oraciones podrían aparecer aisladas: Estaba trabajando y escuchaba la
radio.
Estaba trabajando y escuchaba la radio pueden aparecer las dos por separado. Las conjunciones coordinadas
pueden enlazar dos o más oraciones pero también pueden conectar unidades menores como el grupo nominal
o la palabra, por ejemplo: están lavados y preparados. En este caso, el conector y tiene la función de atributo
que tendrían lavados y preparados si no estuvieran enlazados.
Las subordinadas actúan al igual que los relativos degradando la oración en la cual están transformándola
funcionalmente en una unidad de rango inferior que cumple las funciones del sustantivo, adverbio y del
adjetivo.
Por ejemplo Pedro anunció y la guerra se había acabado son dos oraciones que funcionan por si solas sin
embargo si las sometemos a un transpositor o conjunción subordinada resultaría una sola oración inseparable:
Pedro anunció que la guerra se había acabado. El transpositor que convierte el segmento que encabeza en un
equivalente funcional de un sustantivo (complemento directo).
Coordinación
Es necesario diferenciar los adverbios de las conjunciones de coordinación, por ejemplo: No esta claro y no lo
aceptamos, aquí y es un conector.
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No esta claro, además no lo aceptamos, además es un adverbio; lo mismo pasa con pero y sin embargo:
Ha hecho frió pero ahora hace buen tiempo
Ha hecho frió, sin embargo, ahora hace buen tiempo
Conjunciones copulativas
Existen tres tipos de conectores que se clasifican según el significado con que los conectores matizan la
relación de los dos segmentos unidos. Se encuentran las conjunciones copulativas, disyuntivas y adversativas.
Hay dos conjunciones copulativas, y ( y su variante e), y ni, estas sirven para reunir dos elementos que podrían
cumplir el mismo oficio por si solas. Las copulativas indican una adición: cortó el césped y sacó al perro.
La conjunción ni señala también una adición pero con un valor negativo para los términos añadidos: No tiene
coche ni bicicleta.
También se puede anteponer ni a los dos elementos: No tiene ni coche ni bicicleta. La anteposición de ni a
todos los elementos es obligatoria si los segmentos unidos por ni se anteponen al verbo, por ejemplo: ni su
valor, ni su alegría, ni su ambición le sirvieron para llegar a donde quería
Los conectores se pueden utilizar también en inicio de secuencias para unir dos enunciados, por ejemplo: lo
alcanzaré con un palo, ni por esas.
Conjunciones disyuntivas
Las conjunciones disyuntivas son o y su alternativa u, sirven para dar un valor de alternativa o de
incompatibilidad de los elementos que opone la conjunción o (u), se pone entre los elementos que conecta o
antepuesta a cada uno de ellos.
Por ejemplo: O estoy loco o quieres que lo parezca.
No sabia si comprar una hornilla de gas o eléctrica.
La conjunción o puede enlazar dos elementos equivalentes:
Por ejemplo: estas cosas se ven o se sueñan.
La conjunción o se puede combinar con unidades de tipo adverbiales, bien, ya,... o con la forma verbal sea.
Conjunciones adversativas
Las conjunciones adversativas son, entre ellas, pero, sino, mas, empero, sin embargo, no obstante, con todo,
par, aunque, sino que.....
Al contrario de las dos clases de conjunciones que se han visto anteriormente, estas solo pueden agrupar dos
elementos en los cuales las nociones están contrapuestas.
Por ejemplo: esta agua esta tibia pero no fría.
Estaba enfermo sin embargo quiso ir a clase.
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Subordinación y transpositores
Como ya se dijo, los relativos también degradan los segmentos en unidades inferiores pero, al contrario de las
conjunciones, los relativos desempeñan la función de sujeto del verbo que contiene la preposición relativa
mientras que las conjunciones degradan los segmentos que encabezan en funciones propias de sustantivos.
Que y locuciones derivadas
Cuando la conjunción que transpone oraciones a funciones del sustantivo se combinara con una determinada
preposición. La combinación de la conjunción mas una preposición se llama locución conjuntiva: porque, para
que...
Pero en función de sujeto, la oración transpuesta por que no tendrá preposición, por ejemplo: Me dio lastima
que no aprobara el examen.
Tampoco hay preposición cuando la oración tenga la función de complemento directo:
Siento que no la volveré a ver.
Sin embargo, para la función de complemento directo es obligatoria la preposición a:
Dedicó toda su vida a que su familia fuera feliz.
En función de objeto preposicional, la oración transformada exige la preposición que requiere el verbo
nuclear:
Tengo la esperanza de que venga.
Si la oración transpuesta funciona como adyacente circunstancial se antepondrá a ella la preposición
adecuada:
Su matrimonio era previsible desde que vinieron al mundo.
Para convertir la oración transpuesta en adjetivo adyacente se utilizan preposiciones:
Lo atormentaba el temor de que no viniese.
Si
Otro transpositor seria si, este significante coincide con las unidades átonas y dependientes pero es diferente
del adverbio tónico sí. La unidad atona sirve para transponer enunciados interrogativos en oraciones cuyas
funciones son propias del sustantivo:
¿Estás enfermo? Te pregunto si estas enfermo?
La oración transpuesta por si tiene la función de objeto directo de núcleo verbal (pregunto).
La unidad dependiente es un transpositor de oraciones a adyacentes circunstanciales, se llama conjunción
condicional.
Por ejemplo: Jamás lo hubiera hacho si hubiese sabido las consecuencias que iba a acarrear.
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De esta preposición se derivan las locuciones como si, y si bien, que transponen las oraciones a adyacentes
circunstanciales.
XIV LA INTERJECCIÓN
Interjecciones y modalidad exclamativa
Las interjecciones son palabras autónomas que ni tienen función en la oración ni valor sintáctico propio y
constituyen por sí solas enunciados independientes. Pero la interjección puede establecer relaciones con otras
unidades y formas con ellas, enunciados complejos. Esas relaciones son por substitución o por contigüidad,
entre las interjecciones y las unidades interrogativo−exclamativas o entre interjecciones y unidades verbales o
nominales propias de la apelación. Todos los enunciados interjectivos son de tonalidad exclamativa
permitiendo comunicar la expresión de las actitudes, los sentimientos y las sensaciones del hablante, y la
apelación al oyente. El sentido de las interjecciones es solo perceptible a través de un contexto.
Por ejemplo: ¡Eh, tu! ¡Ven aquí! / ¡Oh que maravilla!
Según su función comunicativa, las interjecciones pueden agruparse en tres tipos:
• las interjecciones onomatopéyicas
Son reproducciones de ruidos o de acciones pero están incluidas en el sistema lingüístico eso si, uno puede
crearlas con total libertad y por lo tanto su inventario queda abierto. Algunas onomatopeyas que se usan con
frecuencia han adquirido el valor de sustantivo.
Por ejemplo: el tic tac del reloj / el agua gotea, plas, plas, plas / el rin−rin del timbre.
• las interjecciones apelativas
Son aquellas que sirven para llamar la atención o para imponer una actitud al interlocutor, se incluyen las
unidades que sirven para saludar:
¡Hola! ¿Cómo estas?
Buenas tardes a todos.
¡Eh! ¿Qué haces?.
¡Ey! ¿Tu por aquí?.
¡Chissst, que viene el profesor!.
¡Hala! ¡Otro plato roto!
• las interjecciones sintomáticas
Estas interjecciones muestran el estado de ánimo del que habla sobre lo que cuenta, lo que ha vivido, etc. A su
vez tienen un papel representativo o apelativo y, como ya se ha dicho antes, su significado depende del
contexto.
Ah se utiliza como respuesta, para manifestar la comprensión o para mostrar que hemos caído en la cuenta de
algo:
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me voy de vacaciones − Ah ¡ dije yo
Ah! Si vas a la sierra lleva bastante ropa que hace frió.
Ajà, ajaja se utiliza como signo de aprobación:
Aja! Dijo él cuando estuvo de acuerdo con él.
Ay señala el dolor, lamentación, protesta o sobresalto:
Ay! Que vida! / Ay! Que miedo!
Bah esta interjección sirve para mostrar rechazo, incredulidad, desdén:
El lo sabe todo − Bah! Y tu que sabes?
Bah! Yo no me creo nada de lo que él diga.
Caramba, caray manifiestan sorpresa o enfado:
Caramba! Qué bonito!
Como no me escuches ya veras, caray!
Ojala expresa un deseo intenso de que se cumpla lo dicho en el enunciado:
Este verano nos vamos todos a Italia− Ojala sea así.
Hay otras mas interjecciones sintomáticas pero aquí están las principales.
Habilitación de interjecciones
Muchas palabras usadas aisladamente con un tono exclamativo se han convertido en interjecciones.
Por ejemplo: Hombre! Bravo! Jesús! Dios mío! Mi madre! Bueno! Bravo! Arriba! Anda! Arrea!
XV ENUNCIADO Y ORACIÓN: FUNCIONES ORACIONALES
Constitución interna de los enunciados
En los capítulos anteriores se ha utilizado las palabras oraciones y enunciados como aquellos marcos donde
funcionan las palabras que se han examinado.
El enunciado es una unidad mínima de comunicación delimitada por el silencio previo a la elocución y el
silencio que la sigue. Entre eso silencios hay un contorno melódico o curva de entonación. Pero
gramaticalmente existen enlaces que unen los enunciados
La constitución de un enunciado puede ser muy variable es decir, que los signos que contiene un enunciado
puede cambiar y también cambian las relaciones que mantienen entre ellos. Una persona puede dirigirse a otra
persona de maneras muy diversas pero siempre entorno al mismo tema. Pero sea que sea el enunciado que
elegimos para dirigirnos a nuestro interlocutor, tosas los enunciados posibles mantienen tres rasgos comunes:
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• Son mensajes completos e inequívocos de la situación dada.
• Son secuencias fónicas enmarcadas por el silencio que precede a la elocución y el que a sigue.
• Se modulan según un contorno melódico.
La curva melódica define las intenciones comunicativas que son:
• La exposición de hechos, se afirma, se niega o se pregunta algo: Está nevando; no está nevando;
¿Está nevando?
• La voluntad de apelar el interlocutor queriendo de este modo actuar sobre él: Cómete lo que tienes en
el plato; no te comas eso.
• Resaltar los propios sentimientos o el punto de vista del que habla: ¡ Otra vez nieve! ; ¡ Nieve, que
fastidio!
La oración
Existe un tipo especial de enunciado que se llama oración, su componente principal es la palabra llamada
verbo o sintagma verbal, esta palabra o sintagma incluye dos unidades en las cuales se establece la relación
predicativa, es decir el sujeto y el verbo o predicado. Es sujeto se define como aquello que se dice algo y el
verbo como lo que se dice del sujeto. En todas las oraciones tiene que aparecer el verbo para que la oración
exista, es la unidad indispensable para poder contestar a una pregunta, el sintagma verbal puede aparecer
incluso solo o bien acompañado. Supongamos la pregunta ¿Qué hace Juan? y las siguientes frases las
posibles respuestas a la pregunta :
• Juan juega al fútbol con la pelota que le regaló su madrina.
• Juan juega al fútbol.
• Juan juega.
• Juega.
El verbo solo puede responder a la pregunta. Lo que se puede eliminar son términos adyacentes y el verbo es
por tanto el núcleo de la oración.
Núcleos y términos adyacentes
El núcleo de la oración es el verbo en su forma personal, el verbo consta de dos partes: la primera es el signo
de referencia léxica y la segunda es el signo de valor gramatical que se manifiesta por la terminación.
Los términos adyacentes especifican la referencia a la realidad que efectúa el verbo en la oración. Los
términos adyacentes permiten clasificar las palabras en categorías de sustantivo, de adjetivo y de adverbio.
Según la función que los adyacentes desempeñan en la oración se clasifican de este modo:
• Cuando el verbo no es suficiente para identificar a que ente real se alude, se añade un sustantivo: el niño
escribe. A este termino adyacente, el niño, se le llama sujeto explicito o léxico.
• Cuando el verbo no es suficiente para comprender la acción al que se refiere, se le añade otro sustantivo que
se pospone generalmente a verbo: escribe una carta. Este segmento una carta funciona como objeto
directo.
• Cuando el sustantivo que se añade a la oración exige ir precedido por una preposición, aparece un
adyacente llamado objeto preposicional: hablaban de la guerra.
• A veces se añade una segunda delimitación a la referencia del núcleo verbal, la cual suele aludir al
destinatario de lo designado por el verbo. Esta delimitación se caracteriza por la presencia obligatoria de la
preposición a ante el sustantivo. Este adyacente tiene la función de objeto indirecto: escribe una carta a
una amiga.
• Los verbos llamado copulativo, ser, estar, parecer, deben estar seguidos de un atributo que puede ser un
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adjetivo, un sustantivo o otra unidad: Juan es serio / El profesor está cansado.
• Hay otros adyacentes que cumplen la función de adyacentes circunstanciales, pueden serlos los adverbios
o otros sustantivos o oraciones transpuestas. Los circunstanciales se refieren en general a las circunstancias
en que se produce o se realiza la noción léxica a que alude la raíz del núcleo verbal: escribe una carta en su
cuarto.
XVI NÚCLEOS COMPLEJOS O PERÍFRASIS VERBALES
Las perífrasis verbales
Las perífrasis verbales están constituidas por núcleos oracionales complejos en que aparece una forma verbal
con morfema de persona y número en distinto grado de gramaticalización (es decir, que ha perdido parte de su
significado), que es el verbo auxiliar. Junto a él aparece un derivado verbal que determina sintácticamente la
construcción: Debe de estar enferma>forma no personal que aporta el significado. Núcleo Atributo
No siempre que existan estos tipos de combinación hay que pensar que hay una perífrasis. A veces el verbo en
forma personal es el núcleo y el que está en forma no personal es su adyacente. Para diferenciar esto podemos
emplear dos criterios:
− Criterio semántico: Si el verbo auxiliar conserva su habitual referencia de sentido no hay perífrasis.
Si esa diferencia se modifica o anula, si existe perífrasis: Anda diciendo tonterías es una perífrasis, mientras
que Anda cojeando no lo es.
Este criterio no es válido siempre, ya que sin la ayuda del contexto pueden producirse ambigüedades.
− Criterio sintáctico: En las perífrasis sería imposible sustituir el derivado verbal por un referente pronominal
que presentase alguna función sintáctica, lo que permitiría descartar como perífrasis esperamos ganar, ya que
es un CD, sustituible por lo: lo esperamos. También descartaríamos insiste en venir, ya que es un suplemento:
insiste en ello.
Otras construcciones como poder + infinitivo no admitirían esta sustitución de la forma no personal por un
pronombre de referencia: Puede estar enferma, por lo que son perífrasis.
Según la estructura del segundo componente, existen tres clases diferentes de perífrasis:
− De infinitivo.
− De gerundio.
− De participio.
Perífrasis de infinitivo
Tenemos dos tipos de perífrasis de infinitivo:
− De infinitivo inmediato: El infinitivo va unido directamente a la forma verbal auxiliar. El caso más claro es
el de los verbos llamados modales, de los que los más frecuentes son: poder, deber, soler.
. Deber: puede, a veces, no constituir perífrasis, cuando se aplica en el sentido de ser deudor: Me debe 1000
pesetas, pero sí forma perífrasis cuando se usa en el sentido de obligación: Debe ir.
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. Poder y soler: en principio, ninguno de los dos funciona aislado, aunque hay construcciones en que, debido a
la elipsis del infinitivo, pueden aparecer solos: ¿suele venir? Suele.
− De infinitivo mediato: Llevan algún elemento entre el infinitivo y el auxiliar, que puede ser la conjunción
que, que aparece con los auxiliares haber y tener con el sentido de obligación.
Si existen adyacentes, el infinitivo debe precederlos; si no es así, no hay perífrasis. Ej: Tengo que escribir
cartas es una perífrasis, pero no lo es Tengo cartas que escribir, ya que el infinitivo funciona como relativo y
tiene como adyacente cartas.
En otros casos aparece como unión una preposición, por ejemplo:
− Haber de + infinitivo: indica obligación.
− Ir a + infinitivo: son perífrasis ingresivas.
− Echarse a + infinitivo; Ponerse a + infinitivo: Perífrasis incoativas, indican acción en el momento de
empezar.
− Volver a + infinitivo: indica reiteración.
− Dejar de + infinitivo: indica proceso que llega a su fin.
− Deber de + infinitivo: indica probabilidad.
Aunque deber + infinitivo (indica obligatoriedad) y deber de + infinitivo (indica probabilidad) suelen usarse
de forma indistinta, son formas distintas.
Perífrasis de gerundio
El gerundio añade a la noción léxica propia un sentido de duración o de continuidad cuando se une a algunos
otros verbos. En general, las perífrasis de gerundio tienen valor de acción en desarrollo.
Los verbos que se utilizan con más frecuencia son: ir, venir, andar, decir.
Seguimos pensando lo mismo. Anda diciendo tonterías.
Perífrasis de participio
Son bastante discutibles. Hay quienes las admiten y quienes no.
De todas formas, si se admiten, siempre tendrían valor perfectivo, es decir, de acción terminada: Llevo
estudiados dos temas. Algunos autores lo analizarían como perífrasis y otros analizarían estudiados como
predicativo.
XVII. EL SUJETO EXPLICITO
Sujeto y concordancia
Al verbo se le añade un adyacente que especifica la designación de la persona gramatical y que
denominamos sujeto explícito o léxico.
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La relación de dependencia entre el segmento que funciona como sujeto explícito y la terminación de persona
del verbo se hace patente mediante la concordancia, que consiste en igualar los morfemas de persona y
número entre ambos sujetos.
Discordancias
• A veces se aprecia discordancia de la persona, por estar en plural, incluye en su designación a la primera o
la segunda persona junto con otras personas y es por tanto prescindible la concordancia. Si la referencia de
la persona verbal no tuviese que abracar al hablante o al oyente, se utiliza la tercera persona.
• Cuando el sujeto explicito es un sustantivo de los llamados colectivos, predomina la concordancia en
singular con la terminación verbal. Si el colectivo va especificado con un adyacente en plural hay
vacilación en la concordancia de numero. El alejamiento del verbo respecto al sujeto explicito colectivo
facilita también la aparición del plural. Con las locuciones cuantificadoras, es el numero de estas las que
imprimen singular o plural en el verbo.
• En las oraciones la concordancia de la terminación verbal se ajusta variablemente con el sujeto o el atributo.
Predomina la concordancia en plural cuando es este el número de uno de los dos términos.
• El sujeto explicito puede consistir en un grupo de elementos coordinados, cada uno de los cuales podría por
sí solo cumplir la misma función. El conjunto de estos singulares impone el plural en el morfema personal
del verbo. El plural exigido en el verbo adopta la persona mas caracterizada. Los elementos coordinados en
grupo quedan unificados mediante supresión del artículo en el segundo de ellos y su sentido unitario
impone a veces singular en el verbo. En grupos coordinados con ni y o la concordancia es variable,
dependiendo de la posición del verbo.
El grupo de sujeto caracterizado por el neutro la forma verbal es singular. Cuando es un infinitivo el verbo iría
en singular, y si es infinitivo con artículo el verbo va en plural.
También aparece singular en el verbo cuando el sujeto léxico consiste en la coordinación de dos oraciones
transpuestas.
• En el caso de los sustantivos personales usted y ustedes obligan a utilizar formas verbales en plural para
hacer referencia a entes singulares o para diluir mayor responsabilidad del interlocutor o del propio
hablante incluyendo a otras personas. Tampoco es asunto gramatical el uso de terceras personas en lugar de
yo.
Sujeto y preposición
El sujeto explicito se caracteriza por carecer siempre de preposición. No obstante, se mencionan a veces como
sujetos explícitos ciertas secuencias provistas de las preposiciones entre y hasta
Sujeto e impersonalidad.
Se llaman verbos impersonales aquellos que no admiten sujeto explícito o que solo se utilizan en tercera
persona del singular. También se consideran impersonales las construcciones con verbos en tercera persona
del plural en las que no se especifica el sujeto léxico porque se estima innecesario e indiferente en el acto
comunicativo.
Hay casos con sujeto gramatical en tercera persona del plural en los que tampoco aparece sujeto explicito.
Existen verbos cuyo signo léxico se refiere a alguna noción metereológica solo aparecen en tercera persona
del singular. Sin embargo, en usos figurados recuperan todas las personas gramaticales y pueden adoptar un
sujeto explicito como cualquier otro verbo.
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Algunos verbos con variación personal quedan inmovilizados en tercera persona de singular y rechazan
cualquier sujeto explicito, es el caso de: haber, hacer y dar.
XVIII. EL OBJETO DIRECTO.
Características
El objeto directo se enlaza al verbo sin necesidad de ningún índice explícito de su función.. Los sustantivos
suelen ir pospuestos al verbo, aunque no necesariamente contiguos. Si se anteponen al verbo el núcleo verbal
queda incrementado con un representante átono de su función.
El objeto directo carece de rasgos diferenciales respecto de las unidades que desempeñan el oficio de sujeto
explícito.
Objeto directo con a
Se antepone la preposición a a la unidad que funciona como objeto directo y que evoca al ser que es afectado
por la actividad que denota el verbo. El uso de a delante del objeto directo debió generalizarse a partir de los
sustantivos que designan seres animados. La aparición de a está condicionada por la presencia del artículo, es
decir, a su valor identificador. Por las mismas razones se usa a ante los sustantivos personales; antes otras
unidades de referencia a persona, y con sustantivos que se personifican. También se usa la preposición con los
nombres propios de persona o animales singularizados; y con los nombres propios geográficos aunque su uso
ha sido vacilante si bien parece hoy predominar la ausencia de preposición.
Transitivad e intransitividad
Cuando la actividad denotada por la raíz verbal requiere la especificación aportada por el sustantivo que
funciona como objeto directo, se considera el verbo transitivo; en caso contrario , el verbo es intransitivo.
La mayoría de los verbos pueden aparecer con o sin objeto directo, según lo que se quiera comunicar.
Incluso existen verbos intransitivos, que a veces reciben un objeto directo que puede llamarse redundante o
enfático.
Objetos directos de medida, duración, peso y precio
Deben considerarse objetos directos, no solo porque se reproducen con los incrementos personales propios de
esta función, sino porque también se corresponden a las preguntas hechas con el interrogativo qué.
XIX. EL OBJETO PREPOSICIONAL.
Objeto preposicional y adyacente circunstancial
Los objetos preposicionales responden a preguntas como ¿de qué? ¿con qué? ¿en qué? ¿a qué? ¿por qué? Y
los adyacentes a ¿cómo?.
Si el significado léxico de los adyacentes fuese consabido y pudiera eludirse, el objeto preposicional dejaría
un representante pronominal tónico suyo precedido de la preposición pertinente, mientas los otros
circunstanciales se omitirían o, si fuera preciso, se sustituirían con el adverbio. El objeto preposicional y el
adyacente circunstancial puede coexistir en una misma oración. Por ello, no pueden coordinarse entre sí.
Objeto preposicional y objeto directo
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Cuando el objeto directo se antepone al núcleo de la oración, se reproduce junto a este pronominalmente; en
cambio el objeto preposicional antepuesto no requiere ser reproducido.
La diversidad en función conduce a la frecuente incompatibilidad de objeto directo y preposicional con un
mismo verbo y a la imposibilidad de coordinarlos en un grupo unitario.
Los verbos pronominales que van siempre incrementados por una unidad átona reflexiva admiten como
adyacente un objeto preposicional.
Otros verbos capaces de aparecer con objeto directo pueden también adoptar el incremento reflexivo, su
adyacente ha de ser un objeto preposicional.
• Dijo del ministro.
• Han sustituido por la electricidad.
Estos segmentos preposicionales que exigen la existencia simultánea del objeto directo puede denominarse
objeto preposicional indirecto (o suplemento indirecto).
Se ha visto que ciertos verbos no se usan sin el oportuno objeto directo que delimita su significación.
Igualmente, existen otros que deben estar siempre acompañados de un objeto preposicional, pues su ausencia
privaría de sentido cabal al enunciado.
Los verbos de referencia locativa exigen la presencia de un adyacente de sentido afín y susceptible de ser
representado por un adverbio, como ocurre con los adyacentes circunstanciales.
Objetos preposicionales con capacidad de ser representados por adverbios, pero sin la obligatoriedad de su
presencia, aparecen con otros verbos, susceptibles de funcionar también aislados, dependiendo del propósito
comunicativo del hablante. El objeto preposicional podría estar representado por un adverbio o una unidad
pronominal con preposición.
Algunos de los objetos preposicionales no prescindibles pueden coincidir con objetos directos. La eliminación
del objeto directo dejaría secuencias imposibles, lo cual demuestra que el adyacente con preposición
presupone el objeto directo. Como tampoco serían normales los resultados de suprimir el objeto preposicional.
XX. EL OBJETO INDIRECTO.
Características
Es compatible con cualquier otro adyacente en la misma oración, y suele designar en la realidad al destinatario
de la noción evocada por el verbo.
El sustantivo se refiere en esta función de objeto directo, a seres animados o también puede aludir a entes
inanimados.
Objeto indirecto y objeto directo
La preposición a se antepone siempre al objeto indirecto, pero también aparece ante objetos directos,
preposicionales y adyacentes circunstanciales.
Rasgos comunes del objeto directo e indirecto: ambos se sitúan tras el verbo, sin que la precedencia del uno o
del otro implique diferencia de sentido. Son solo motivos rítmicos los que hacen preferible un orden u otro.
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Cuando los dos objetos se eluden por ser conocidas sus referencias, también el verbo recibe los incrementos
átonos.
Para el objeto directo, el referente átono conserva el morfema de género y de número del sustantivo eludido.
Se representa con un referente que distingue género y numero.
Para el objeto indirecto, el referente solo se conserva el número del sustantivo eludido, dejando indiferenciado
el género. Se reproduce con un referente invariable se.
Objeto indirecto y objeto preposicional
Ambos pueden concurrir en una misma oración. Tampoco es difícil discernir entre objeto indirecto y
adyacente circunstancial con a, pues la situación impide toda ambigüedad.
Objeto indirecto y adyacentes con para
No deben considerarse objetos indirectos los adyacentes caracterizados por la preposición para , aunque
puedan referirse en realidad a un destinatario.
Son compatibles en la oración con otro adyacente en función de objeto indirecto. Los adyacentes con para son
circunstanciales, y de ser eludidos se representarían con una unidad pronominal tónica provista de la
preposición.
Otras particularidades
Verbo e incremento constituyen unidad funcional y semántica, como se ha visto en los verbos pronominales, y
es vano discutir si son objetos directos o indirectos. Igual ocurre cuando esos incrementos se agregan a verbos
intransitivos concordando también con la persona sujeto.
Estos incrementos personales no representan a ninguna unidad eludida, son simple repercusión expresiva de la
persona sujeto, y su presencia matiza diversamente la noción manifestada por el verbo.
XXI. ATRIBUTOS O ADYACENTES ATRIBUTIVOS.
Los verbos copulativos se caracterizan por adoptar un adyacente peculiar conocido como atributo. Suelen
desempeñar este papel palabras de la clase de los adjetivos. El atributo sirve para limitar la aplicación
designada del verbo. El atributo cuando es eludido deja junto al verbo un incremento pronominal. El
representante del atributo es invariable y no expresa los valores morfemáticos.
Concordancia
El atributo concuerda en número con el ostente del sujeto morfológico incluido en el verbo. El sujeto explícito
concordará también en número con el atributo. La concordancia de género entre el sujeto explícito y el
atributo deja de producirse cuando la palabra que cumple esta función carece de variación de género.
Falla así mismo la concordancia total entre el sujeto explícito y el atributo, cuando se refiere a la primera o la
segunda persona. Las unidades personales de primera y segunda persona carecen en singular de distinción de
género; si este aparece en el atributo no se trata propiamente de concordancia, sino de mera referencia a la
realidad designada.
Predicado verbal y predicado nominal
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El predicado verbal es cuando el signo léxico del verbo se refiere a experiencias concretas y el predicado
nominal se da con los verbos ser, estar, parecer que precisan de la noción léxica de atributo.
Las construcciones atributivas viene a ser como el resultado del desglose de otros verbos no copulativos.
Sujeto y atributo
Cuando el atributo es un sustantivo con artículo, cabe la duda respecto a su función. Todavía resulta mas
dificultoso decidir qué segmento cumple el papel de sujeto explícito y cual el de atributo en las estructuras
oraciones de tipo enfático que resultan de subrayar uno de los términos de cualquier oración.
Atributo, participio y voz pasiva
Las estructuras atributivas con participio se conocen tradicionalmente como oraciones pasivas; se caracterizan
por tener un sujeto explícito que en la realidad sugerida se corresponde con el ente afectado por la noción
léxica del participio. Pero sintácticamente, no hay ninguna diferencia respecto de las oraciones atributivas.
La noción de pasivo pertenece solo a la estructura interna del participio, no a la oración, e incluso a veces lo
pasivo depende del contexto.
Adyacente preposicional del participio
No invalida el carácter atributivo de las llamadas oraciones pasivas el hecho de poder llevar el participio un
adyacente preposicional que se refiere en la realidad al agente de la actividad designada por el signo léxico del
participio.
Hay oraciones en las que el participio se convierte en signo léxico verbal , mientras que el sustantivo
adyacente pasa a ser sujeto explícito y el primitivo sujeto se muda en objeto directo. El adjetivo no puede
formar parte de un verbo, pero sí puede aparecer incrementado a un verbo de referencias amplias como es el
hacer , pueden darse también las inversiones funcionales de los otros términos. Las diferencias del sentido
agentivo y causativo no dependen de las relaciones sintácticas, sino de las particularidades semánticas de la
unidad que funcione como atributo.
Adyacentes atributivos del sujeto
Aparecen junto a verbos que no son copulativos puede darse un término adyacente de parejas características,
esto es, que varía de número y género concordando en el número del verbo y con el número y el género del
sujeto explícito. Los adjetivos podrían cambiarse por adverbios o segmentos varios de sentido modal.
El adyacente atributo es compatible en la misma oración con otros adyacentes. El atributo puede situarse, a
veces, como inciso entre comas, tras el sustantivo sujeto.
Por último, los atributos con reflexivo quedan representados mediante una unidad adverbial o un demostrativo
o se eliminan sin más.
Adyacentes atributivos del objeto
No se refieren al sujeto léxico ni concuerdan con él, sino con el objeto directo. Son atributos del objeto.
Varían en número y género conforme los que ostente el objeto directo.
Cuando funciona como atributo del objeto un adjetivo, su eliminación no entraña siempre la pérdida de la
estructura oracional. Pero si lo que se suprime es el objeto directo de esas oraciones el resultado es absurdo.
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Si el atributo es un sustantivo, tanto la supresión de este como la del objeto directo deja resultados que son
oraciones normales.
En conclusión si solo hay un sustantivo funciona como objeto directo; si hay dos el que está actualizado o
identificado cumplirá el papel de objeto y el otro el oficio de atributo.
Atributos preposicionales
En otras oraciones se encuentran adyacentes de aspecto atributivo constituidos por sustantivos o adjetivos
provistos de una preposición. En este caso estos atributos preposicionales concuerdan ya con el sujeto
explícito, ya con el objeto directo.
El comportamiento de los sustantivos en este papel de atributo es idéntico al de los objetos preposicionales,
acompañados siempre de la preposición exigida por el verbo. Podrían llamarse estos adyacentes objetos
preposicionales concordados.
El infinitivo en función atributiva
Hay oraciones en las cuales el oficio del infinitivo ofrece dudas, en especial si el núcleo verbal lleva varios
adyacentes.
En ciertas oraciones como : Oigo subir el ascensor . Es cierto que el conjunto del infinitivo y es sustantivo
puede reproducirse con una sola unidad pronominal en las respuestas a preguntas como ¿No oyes el ascensor?
Y es cierto también que esas oraciones pueden ser contestación a interrogaciones como ¿Qué oyes?.
Pero con otros verbos ya no persiste el esquema de infinitivo atributo + objeto directo del núcleo, como por
ejemplo en Manda callar a tus primas.
Y por último para las repercusiones que produce el se impersonalizador la estructura resultante es la llamada
pasiva refleja.
ORACIONES COMPUESTAS. COORDINADAS Y SUBORDINADAS.
La oración compuesta coordinación y subordinación
Oraciones coordinadas
−La oración compuesta
Es una estructura sintácticamente independiente que contiene mas de una estructura oracional. Para que una
oración sea compuesta basta con que haya más de un predicado:
−Juan estudia y Luis trabaja.
−Luis trabaja y estudia.
Desde el punto de vista del habla la oración compuesta se presenta como una unidad intencional, que
comunica un mensaje, es autónoma y está marcada por pausas. Las estructuras oracionales pueden enlazarse
por una relación de coordinación o de subordinación. Una oración está subordinada a otra cuando se supedita
a ella y complementa bien a alguno de sus elementos bien a la totalidad:
−Pepe dice que Juan trabaja.
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−Leo una carta que Juan escribió.
Las oraciones compuestas coordinadas son las siguientes:
1)Copulativas: Son oraciones que se suceden unas a otras y cuya relación semántica es la de la mera adición
o suma.
Nexos: y, e si son afirmativas y ni si son negativas:
−Juan estudia y Pedro trabaja.
−Juan ni estudia ni trabaja.
Téngase en cuenta que la conjunción y puede tener un valor causal, adversativo, consecutivo, etc...:
−Tomó arsénico y se murió.
−Tengo muchos años y no me engañaréis.
2)Disyuntivas: Presenta acciones alternativas que se excluyen.
Nexos: o, u.
−Dices la verde u ocultas algo.
−Vienes o te quedas.
Téngase en cuenta que la conjunción o puede repetir, lo cual da mayor énfasis e incluso un valor estilístico al
período.
−O vienes o te quedas.
−O arráncame el corazón o ámame porque te adoro.
La conjunción o no siempre es disyuntiva sino que puede ser explicativa:
−La sexta sinfonía o pastoral es de Bethoven.
−¿Quién eres o como te llamas?
3)Distributivas: Presenta acciones alternativas pero que no se excluyen .
Nexos: ya.......ya, tan pronto.........como, bien.......bien:
−Ya ríe ya llora.
−Tan pronto como canta se pone a llorar.
Téngase en cuenta que hay otras locuciones alternantes que no son conjunciones; unos........otros,
éste.........aquel, aquí..........allí, etc.
4) Adversativas: Una oración corrige a la otra o indica una oposición o contrariedad, es decir, son
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adversarias.
Nexo: mas, pero, aunque, excepto, salvo, menos
−Llovía mucho pero no se mojó.
−Tiene mucho dinero pero es muy tacaño.
Estas frases reciben el nombre de restrictivas pero también pueden ser excluyentes como estas otras:
−No vino Juan sino Pedro.
−No pierde la belleza sino que está cada día mas guapa.
Las adversativas solo pueden enlazar dos oraciones y en el caso de las adversativas restrictivas son la
construcción inversa de las subordinadas adverbiales concesivas:
−No me mojé aunque llovía mucho.
−Es muy tacaño aunque tiene mucho dinero.
No debemos confundir aunque de coordinada adversativa con aunque de coordinada concesiva.
5)Explicativas: Una oración aclara el significado de la otra.
Nexo: es decir, esto es, o sea.
−Pasó a mejor vida, es decir, se murió.
Oraciones compuestas subordinadas
Su clasificación se basa en la función que desempeña en la principal, que es toda, es decir, la misma función
que desempeñaría un adjetivo, un sustantivo o un adverbio. Por eso se denomina oración compuesta
subordinada sustantivas, adjetivas y adverbiales. La proposición subordinada siempre empieza a partir del
nexo, el cual puede ser vacío de contenido o con significado gramatical:
−Quiero que venga Juan.
−No sé si vendrá Juan.
−Aprueba porque estudia.
−Si estudia aprobará.
−Siempre que lo veo me saluda.
Las oraciones subordinadas sustantivas desempeñan en el seno de la oración principal la misma función que
desempeñaría un sustantivo:
a) Sujeto: A mi padre no le gusta que salga por las noches.
b)Atributo: El profesor está que se sube por las paredes.
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c) Complemento preposicional de un nombre: Tengo ganas de que venga nuestro profesor.
d) Complemento preposicional de un adjetivo: Estoy feliz de que hayáis aprobado.
e) Suplemento del verbo principal: Sueña con que le toque la lotería.
f) Complemento directo del verbo principal: Creo que hoy no vendrás.
Las subordinadas sustantivas en función de sujeto responden con gran frecuencia al siguiente esquema:
• C.I + verbo de afección anímica + proposición de sujeto:
Le ha sorprendido que hayan hecho también el examen.
• Estructura atributiva del tipo : Es + adjetivo + proposición de sujeto:
Es conveniente que asistáis a clase.
Y también con verbos semánticamente equivalentes a aquellos adjetivos de significación impersonal:
• Conviene que asistáis a clase.
• Es imposible que no lo sepas.
• Es bueno que lleguéis a tiempo.
Las subordinadas sustantivas en función de complemento directo constituyen el grupo más numeroso.
Funcionan como C.D del verbo principal y todas son sustituibles por el pronombre lo. Complementan a
verbos de:
−Percepción física.
−Percepción intelectual o de lengua.
−De mandato o prohibición.
Cuando la proposición subordinada sustantiva funciona como C.D del verbo principal con verbos de
pensamiento y lengua puede darse el estilo directo que reproduce al pie de la letra lo que yo u otra persona
hemos dicho o pensado; y el estilo indirecto que es lo dicho o pensado sufre transformaciones que afectan al
pronombre, al verbo, al adverbio si lo hay y se une al verbo principal mediante la conjunción que.
Por otra parte, el estilo indirecto libre se da en literatura, en relatos que reproducen los pensamientos propios y
ajenos de una forma especial. Es un relato o monólogo interior en el que se plasma el fluir del pensamiento de
un personaje.
Hay pausa ante la secuencia que manifiesta el personaje. Falta el verbo introductor y hay transformaciones
gramaticales.
Oración subordinada adjetiva o de relativo
Funcionan lo mismo que un adjetivo pospuesto en la oración simple. Su nexo es el pronombre relativo
que/cual/quien/cuyo que modifica al antecedente. El nexo desempeña funciones sintácticas que pueden
coincidir o no con las de su antecedente.
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Pueden ser explicativas si añaden una precisión ,descripción o explicación del antecedente, podría
prescindirse de ellas sin afectar al antecedente porque no restringen su extensión. Van siempre entre comas y
pausas:
−Los alumnos, que no habían asistido a clase ,hicieron mal el examen.
O especificativas que restringen la extensión del antecedente, los selecciona y especifica por lo tanto son
necesarias para identificarlos. Se escriben sin pausas:
−Los alumnos que no habían asistido a clase hicieron mal el examen.
Otros nexos son:
− Donde: se unas con un antecedente que exprese lugar o con las preposiciones de y por indicando deducción:
• Me gusta el pueblo donde vivís.
−Cuanto: es un relativo de generalización, sustituye a a lo que cuando el antecedente es el indefinido todo
tácito o expreso:
• Comer cuanto queráis
En ocasiones no aparece el antecedente bien porque no se conoce, o bien porque no interese su mención. En
tal caso las subordinadas se consideran adjetivas sustantivadas.
• Los que no han estudiado hacen mal el examen.
En cuanto al pronombre relativo cuyo es un determinante relativo posesivo:
• El niño cuyos padres murieron era de Madrid.
Oraciones subordinadas adverbiales
−Oraciones compuestas subordinadas adverbiales propiamente dichas.
Desempeñan la función de complemento circunstancial del verbo principal.
1)De lugar: son complemento circunstancial del verbo principal. Mediante las preposiciones de y por matizan
las diversas situaciones y relaciones espaciales. Son conmutables por el adverbio allí.
• Esa es la calle donde vivo.
• Pasó por donde el río se estrecha
2)De tiempo: son complementos circunstanciales de tiempo del verbo principal . Sitúan cronológicamente el
hecho enunciado por él pero el tiempo en que eso sucede siempre lo indica el verbo.
• Cuando hablaba se reía la gente.
• Antes de contestar, leed bien las preguntas
3)De modo: indican la manera o la forma en que se realiza lo expresado por el verbo principal y son por tanto
complemento circunstancial del verbo:
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• Resolví el mensaje como tú lo habías hecho.
4)Comparativas: indican comparación de algún elemento de la principal con el correspondiente de la
subordinada, pueden ser de superioridad, igualdad o inferioridad. También hay comparativas de estructura
completa y en este caso toda la subordinada es el término de comparación.
• Juan tiene tantos libros como yo.
• Me lo ha dicho tantas veces como nos hemos visto.
Oraciones subordinadas adverbiales de implicación lógica
1)Subordinada adverbial condicional: expresan la condición para que se realice la acción principal. El
periodo condicional consta de dos partes, la subordinada llamada prótasis y la principal llamada apódosis. La
conjunción condicional es si pero también existe como, cuando, siempre que. Téngase en cuenta que la
conjunción si se puede confundir con el si de las oraciones subordinadas sustantivas de C.D.
• Si nevara iríamos a la sierra.
• Como me invites iré.
• No sé si esperarlo o ir a su casa.
2)Causales: expresan el motivo , la causa o la razón por los cuales acontece la acción principal. Los nexos
son porque, puesto que, ya que.
• Porque lo dices tú me lo creo.
• Te lo voy a contar que no tengo nada que ocultar.
3)Consecutivas: expresan la consecuencia que se deduce de la intensidad con que manifestamos una cualidad
o acción. Sus nexos son tanto que, por consiguiente.
• Pienso luego existo.
• Llovió tanto que el río desbordó.
• No molestes con que estate quieto.
4)Concesivas: expresan una objeción, dificultad que impide la realización, es como una condición inoperante.
Sus nexos son aunque, a pesar de que.
• Aunque me lo paguen bien no lo venderé.
• Aunque haga mal tiempo no saldré.
• Aunque hace mal tiempo saldré.
5) Finales: explican para que se realiza la principal, esto es , su finalidad. Sus nexos son para que, a fin de
que, con el fin de que.
• Toma unos euros para que te diviertas.
XXIII. ADYACENTES CIRCUNSTANCIALES
Características
Los adyacentes circunstanciales suelen agregar contenidos marginados a los evocados por el núcleo verbal y
sus objetos. La presencia o la ausencia de los circunstanciales no modifica en esencia ni la estructura ni el
sentido de una oración.
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Sus rasgos son: su elusión posible sin dejar rastro de su papel ni perturbar la estructura oracional, y su mayor
capacidad de permutación dentro de la secuencia.
Los circunstanciales carecen de índices funcionales inequívocos; su diferenciación respecto de los otros
adyacentes suelen ser de índole negativa.
El adyacente circunstancial no presenta concordancia con el sujeto morfológico, mientras los circunstanciales
son ajenos a la variación verbal.
Los adyacentes sirven para indicar las circunstancias que rodean o matizan en la realidad lo que se quiere
comunicar en la oración. Hay varias especies de circunstanciales: tiempo, modo, lugar, medio, instrumento,
causa....
Los circunstanciales añaden al sentido de la oración nuevos datos de la experiencia, pero no afectan al sentido
concreto del núcleo o verbo, el cual , aunque aquellos adyacentes no apareciesen, seguiría designando la
misma realidad.
Muchas veces, el circunstancial constituye el marco denotativo en que se incluyen las demás referencias de la
estructura oracional. Algunos inciden sobre la referencia del verbo, o sobre la de algún adyacente.
Adverbios y grupos adverbiales
Estructuras variadas como adyacentes circunstanciales:
• Ciertos sustantivos sin ningún índice funcional como lunes, mañana...
• Otros sustantivos cumplen la función circunstancial con una preposición por la noche.... hay locuciones
adverbiales de preposición y sustantivo unificadas por la ortografía anoche, abajo, despacio..... y adverbios
allí, casi....
• Adjetivos inmovilizados en género y número primero, duro, justo, hondo..... Otras veces el adjetivo adopta
una preposición o se adverbializa con −mente.
• Grupos de sustantivo y adjetivo con referencia temporal: próximo, esta semana, la primera vez....
• Grupos análogos provistos de preposición: a las primeras de cambio, con especial esmero.....
• Grupos unitarios con derivados verbales: cumplido el encargo, en llegado a casa, iniciada la sesión.....
• Algunos circunstanciales de referencia locativa y temporal están constituidos por un adverbio precedido de
un sustantivo.
• Oraciones transpuestas.
Circunstanciales no sustituibles por adverbios
Cuando se eluden los circunstanciales de compañía, de causa, de fin, de condición han de representarse con
recursos análogos a los que se han visto empleados con el objeto preposicional, esto es , una unidad
pronominal tónica de la oportuna preposición.
Circunstanciales y modificadores oracionales
Los circunstanciales internos aparecen a veces como modificadores del contenido global de la oración. El
adyacente circunstancial afecta directamente al núcleo verbal y podría sustituirse por otros con contenido
semejante.
El adverbio situado variablemente en la secuencia, pero siempre aislado por las pausas que indican comas , no
incide sobre el núcleo verbal, sino que afecta a todo el conjunto de la oración.
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